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EL APEGO
SEMESTRE : VI
CUSCO – PERÚ
2018
PRESENTACIÓN
Este trabajo lo realizo porque es un tema muy importante para mi persona ya que el apego de
los padres influye demasiado en el desarrollo personal de nuestros hijos y ellos aprenderán a
ser persona de la mano de su figura de apego, quien será su guía en muchos sentidos,
cerebral del hijo. La constitución de su cerebro dependerá de las relaciones de amor con que
cuente al ir creciendo. Es por esto que es de vital importancia conocer sobre el tema del apego.
Así mismo este tema ayuda bastante a darles estabilidad a nuestros hijos ya que tenemos
diferentes tipos de apego, y pocas personas conocemos o nos informamos espero querido
I
TABLA DE CONTENIDOS
Introducción
Presentación
Apego
Tipos de apego
1. Apego seguro
3. Apego eviativo
4. Apego desorganizado
Conclusiones
II
INTRODUCCIÓN
El apego es un vínculo afectivo que desarrolla el niño con sus padres (o cuidadores primarios)
y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la
personalidad. Hace que el niño busque proximidad y contacto con una figura específica a lo
largo del tiempo. Es importante notar que es el hijo quien se apega al cuidador y no viceversa.
La madre y el padre no se apegan al hijo.
El niño aprenderá a ser persona de la mano de su figura de apego, quien será su guía en
muchos sentidos, primordialmente afectiva. Papá y mamá o cuidador influirán en gran medida
en el desarrollo cerebral del hijo. La constitución de su cerebro dependerá de las relaciones de
amor con que cuente al ir creciendo. Es por esto que es de vital importancia conocer sobre el
tema del apego.
La idea es dejar claro lo básico sobre el apego infantil, así que aquí encontrarán algunos puntos
importantes para empezar a conocer este tema de crucial importancia en la familia.
La calidad e intensidad del apego depende de varios factores, algunos determinados por el
niño, otros por su cuidador y el medio ambiente. El niño, desde su nacimiento, muestra una
serie de conductas que tienen como finalidad producir respuestas en las madres. Las conductas
de apego que incluyen señales, movimientos y contactos, son las habilidades con las que el
bebé cuenta para vincularse con sus cuidadores. El repertorio va desde la succión, las sonrisas
reflejas, el balbuceo, el llanto, hasta la necesidad de ser arrullado. Estas conductas buscan
mantener la cercanía con la figura de apego (madre o cuidador primario), resistirse a la
separación, protestar si lo separan de su cuidador (llorar cuando no están con mamá), y usarlo
como base segura desde la que él puede explorar el mundo. El niño también cuenta con
conductas de exploración que la madre detecta en su interacción con él y apoya cuando es
seguro. Así, el apego dependerá de varios factores como la capacidad que tiene el bebé de
mostrar sus necesidades y la claridad con que lo hace, así como la sensibilidad, prontitud y
constancia que tiene mamá de responder a ellas.
III
EL APEGO
El apego es la relación afectiva más íntima, profunda e importante que establecemos los seres
humanos. Este apego afectivo se caracteriza por ser una relación que es duradera en el tiempo,
suele ser estable, relativamente consistente, y es permanente durante la mayor parte de la vida
de una persona. Ejemplos de relaciones de apego son las que se desarrollan entre las parejas y
entre los hijos e hijas y sus madres/padres (y a veces entre profesionales y sus pacientes y/o
alumnos). Aquí nos centraremos en el apego entre los hijos/as hacia sus madres/padres.
En segundo lugar, el apego es importante porque es el “espacio vital de crecimiento del niño”,
es decir, que la calidad del apego que reciba el niño/a va a influir en cómo se comportará y
desarrollará en el futuro.
Teniendo en cuenta todas estas razones, es muy importante aclarar que el apego no incluye
todas las instancias de crianza y relación que se establecen con el niño/a. El apego se forma
específicamente en aquellos momentos donde ellos sienten o expresan algún malestar (sea
porque se sienten solos, están enfermos, se hicieron daño, etc.) y el modo cómo los padres
calman ese malestar. a denominada teoría del apego se encarga de analizar las dinámicas de
estos vínculos entre los seres humanos. Los expertos afirman que, para los bebés, forjar una
relación de apego con sus padres o cuidadores es imprescindible para su posterior desarrollo
emocional y social. Bajo este precepto surgió la crianza con apego, una tendencia que
promueve la instauración de un fuerte vínculo de apego entre los hijos y sus padres para que
los niños desarrollen una personalidad independiente y segura.
Hay que establecer que el primer psicólogo en hablar del apego como tal fue John Bowlby,
que estableció dos diferentes tipos de aquel:
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-El apego seguro, que se caracteriza porque los padres mantienen en todo momento
expresiones y acciones de cariño, en muchas ocasiones como una manera de satisfacer las
demandas de los niños.
-El apego inseguro. Este es el que tiene lugar cuando hay carencias por parte de los padres en
lo que respecta al cuidado de sus hijos. Dentro de este tipo de apego se pueden encontrar tres
variantes: el ambivalente, en el que el niño tiene mal concepto de sí mismo y bien de los
demás; el evitativo, en el que el menor confía en sí mismo pero no en el resto; y el
desorganizado. Este último se caracteriza porque el pequeño tiene mal concepto tanto de sí
mismo como de los demás.
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TIPOS DE APEGO
1. Apego seguro
Este tipo de apego está caracterizado por la incondicionalidad: el niño sabe que su cuidador no
va a fallarle. Se siente querido, aceptado y valorado. El comportamiento de los niños con
apego seguro es activo, e interactúan de manera confiada con el entorno.
Las personas que han tenido un apego seguro en la infancia suelen interactuar con sus iguales
de forma saludable en la edad adulta. No les supone un esfuerzo unirse íntimamente a las
personas y no les provoca miedo el abandono. La dependencia es recíproca y no les preocupa
estar solos.
En estos casos el niño no confía en sus cuidadores y tiene una sensación constante de
inseguridad. Es por ello que los pequeños con apego ansioso-ambivalente necesitan la
aprobación de los cuidadores y vigilan de manera permanente que no les abandonen. Exploran
el ambiente de manera poco relajada y procurando no alejarse demasiado de la figura de
apego.
3. Apego evitativo
Los niños con un apego de tipo evitativo han asumido que no pueden contar con sus
cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento. Estos pequeños aprenden a vivir sintiéndose poco
queridos y valorados; muchas veces no expresan ni entienden las emociones de los demás y
evitan las relaciones de intimidad. En el apego evitativo en la edad adulta, tal y como ocurre en
la infancia, se producen sentimientos de rechazo a la intimidad y de dificultades de relación.
Las parejas de estas personas echan en falta más intimidad en la interacción.
4. Apego desorganizado
Este tipo es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo en que el niño presenta
comportamientos contradictorios e inadecuados. Tienen tendencia a las conductas explosivas y
a la destrucción de juguetes, así como grandes dificultades para entenderse con sus cuidadores.
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DESARROLLO DEL APEGO
El apego se verá influenciado por muchos factores a parte de la simple interacción entre madre
e hijo (que es el factor principal). Por ejemplo, las características de la madre (su personalidad,
experiencias vitales, etc…) influirán en como ella trate a su hijo, pero el temperamento del
niño (si es un niño fácil o difícil, si llora mucho o poco, si tiene problemas para alimentarse, si
no duerme…) afectarán también, no solo a como el niño reaccione a la madre sino que la
conducta de la madre será condicionada por este tipo de temperamento. Es más probable que
haya problemas de apego o conductas más distantes ante niños con un temperamento difícil.
Debemos recordar que el temperamento no es lo mismo que la personalidad (aunque estén
muy asociados) ya que el temperamento es de base biológica y se da ya al nacer.
– Etapa 2 (de los 2 a los 7 meses): Respuesta social discriminada (prefiere las
personas de la familia pero no protesta si se van los padres). La fase 1 y 2 corresponden a un
apego en construcción.
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– Etapa 3 (de los 7 a los 30 meses): Apego específico que se entiende como:
Dolor ante la separación y angustia ante las personas extrañas (aversión a la persona extraña
que busca acercarse a él). Esta es la fase más estudiada.
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CONCLUSIONES
El apego, que es el lazo afectivo entre el lactante y los padres, desempeña un rol fundamental
en la regulación del estrés en momentos de angustia, ansiedad o enfermedad.
Los seres humanos han nacido con la tendencia innata de apegarse a una persona protectora
que lo cuida. Pero los lactantes desarrollan diferentes tipos de relaciones de apego: algunos se
apegan con seguridad a sus padres, y otros se encuentran en una relación de apego inseguro.
Estas diferencias individuales no están genéticamente determinadas pero se afincan en
interacciones con el medioambiente social durante los primeros años de vida. Padres sensibles
o insensibles cumplen un rol fundamental en el surgimiento de apegos seguros o inseguros, tal
como lo han documentado estudios con mellizos y estudios de intervención experimental.
Numerosos hallazgos confirman la hipótesis central de que los padres sensibles provocan el
apego seguro del lactante, a pesar de que no debieran desestimarse otras causas.
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subrayando igual que cada individuo puede variar a través de la experiencia en su reacción
característica hacia la vida aunque los primeros años marquen de manera trascendental nuestra
confianza hacia el mundo externo e interno.
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