157.

- Yo soy la resurrección y
la vida.
Motivación

La angustia de la muerte arruina la

alegría de vivir. La muerte es el
aguafiestas que estropea todo sentimiento de placer. Jesús es la resurrección y
la vida; Él es el vencedor de la muerte, y no deja a sus “amigos”, quienes han
creído en Él, en el sepulcro. Nuestra unión con Él es la garantía de la vida; no
sólo en un futuro lejano, después de esta vida, sino ya a partir del momento
presente, desde la fe, el hombre vive ya en la eternidad de Dios.

Palabra de Dios (Jn. 11, 17-27)

Cuando Jesús llegó a Betania, se encontró con que hacía cuatro días que
Lázaro estaba muerto. Betania distaba de Jerusalén unos tres kilómetros, y
muchos judíos habían ido a casa de Marta y María para consolarlas. Así que
oyó Marta que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras que María se
quedó en casa. Marta dijo a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría
muerto mi hermano. Pero yo sé que Dios te concederá todo lo que pidas”.
Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta le respondió: “Sé que resucitará
cuando la resurrección, en el último día”. Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección
y la vida: El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo el que vive y cree en
mí no morirá para siempre. ¿Crees esto?” Le contestó: “Sí, Señor, yo creo que
tú eres el Mesías, el Hijo de Dios que tenía que venir al mundo”.

Reflexión

En silencio, meditamos unos momentos sobre el mensaje del texto que se nos
propone hoy.

Oración participada
(Podemos recordar a nuestros seres queridos que han fallecido recientemente)

Oración: Jesús nos ama (a dos coros)

Ahora ya la vida se escapa, espera el grito de su Salvador.

abandonando uno a uno los
miembros,
y se refugia, acorralada por la
muerte,
en este corazón que todavía palpita.
Corazón inmenso. Corazón
desbordante.
Corazón pesado como un mundo,
el mundo de pecados y miserias
que lleva encima.
Señor, un esfuerzo más.
Mira la humanidad que, sin saberlo,
Tus hermanos están ahí, te
necesitan.
Tu Padre se inclina y extiende ya
sus brazos.
Señor, sálvanos.
Sálvanos: solo entre el cielo y la
tierra,
loco de amor, ha levantado su vida.
Ha levantado el pecado del mundo
hasta el borde de sus labios en un
grito.
Ha entregado todo.