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INFORME ACADÉMICO:
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CURSO:
PIURA- PERU
2018
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ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 3
II. MARCO TEORICO ........................................................................................... 4
CAPÍTULO I: La Relación Causal En La Responsabilidad Civil ..................................... 4
1.1. La relación causal en la responsabilidad civil extracontractual ............................. 4
1.2. La noción de causa adecuada.................................................................................... 5
CAPÍTULO II: La fractura causal ............................................................................................ 7
2.1. Concepto ........................................................................................................................ 7
2.2. Supuestos de la fractura causal ................................................................................ 8
2.2.1. El caso fortuito y la fuerza mayor ....................................................................... 8
2.2.2. El hecho determinante de un tercero .............................................................. 12
2.2.3. El hecho determinante de la victima ................................................................ 15
CAPÍTULO III:............................................................................................................................. 19
3.1. Concausa ......................................................................................................................... 19
3.1.1. Las fracturas causales y la concausa .................................................................. 20
3.2. Concurrencia de causas o pluralidad de causas ....................................................... 26
3.2.1. Los efectos jurídicos de la pluralidad de causas ................................................ 26
III. CONCLUSIONES ........................................................................................... 28
IV. BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................. 29
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I. INTRODUCCIÓN
Esta fractura que se causa dentro del nexo causal puede provenir por la
existencia de tres supuestos que nuestra legislación también menciona
en su artículo 1972 mencionando al caso fortuito, hecho determinante de
tercero y hecho determinante de la víctima.
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II. MARCO TEORICO
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1.2. LA NOCIÓN DE CAUSA ADECUADA
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EJEMPLO:
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En tal sentido, resulta fundamental determinar las nociones de fractura
causal o causa ajena, la de concausa y aquella de pluralidad de causas,
reguladas sucesivamente en los artículos 1972°, 1973° Y 1983° del Código
Civil.
2.1. CONCEPTO
Según el autor (Pacheco, 2016, pág. 325) establece que son aquellos
hechos ajenos a la serie causal normal, que consecuentemente
interrumpen la cadena de la causalidad adecuada. Es interesante notar
que, si bien el Código no precisa el contenido de la expresión "adecuado"
que califica la cadena causal jurídicamente operativa, en cambio señala
taxativamente en su artículo 1972 los hechos que interrumpen la relación
de causa a efecto entre el obrar del presunto causante y el daño. De ahí
que sea de la mayor importancia revisar cuidadosamente estas formas de
interrupción de la causalidad para entender más cabalmente la causalidad
adecuada.
(Pacheco, 2016, pág. 328) establece que La ruptura del nexo causal es
aquel supuesto que determina el «quiebre» del nexo existente entre el
«inicialmente» considerado como hecho determinante del daño y el daño
ocasionado, no significando ello la inexistencia de una relación casual,
dado que lo que se ha producido es una «alteración» de la misma lo que
implica que el «hecho determinante del daño» es otro, pudiendo ser: un
caso fortuito8 («acto de Dios»: naturaleza), una fuerza mayor («acto del
príncipe o del hombre»), un hecho determinante de un tercero o «un hecho
determinante de la víctima» como lo sostiene el proyecto de reforma del
(Civil, 1984) del Sábado 7 de enero de 1995. Consideramos óptima esta
variación dado que el tema de «imprudencia» de la víctima nos lleva a un
ámbito «subjetivo» que produce un círculo vicioso en el análisis de los
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supuestos riesgosos puesto que el mismo discurrirá en dos campos:
objetivo subjetivo.
Según el artículo 1972 (Civil, 1984) describe los tres únicos típicos de
fracturas causales que nuestra legislación admite:
Caso fortuito.
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Conforme se evidencia la citada norma no hace diferencia entre caso
fortuito o fuerza mayor. Doctrinariamente se entiende como caso fortuito
un hecho natural que impide el cumplimiento de una obligación o que en
materia extracontractual genera un daño; fuerza mayor se vincula a la
intervención irresistible de la autoridad.
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(Civil, 1984)tampoco logra la diferencia, en efecto, del artículo 1972, se
entiende que fuerza mayor y caso fortuito son nociones con las mismas
características, pues deberán ser eventos extraordinarios, imprevisibles e
irresistibles; y en virtud del cual, opera la irresponsabilidad por caso fortuito
o fuerza mayor en los supuestos de responsabilidad por riesgo.
(Civil, 1984)“En los casos del artículo 1970, el autor no está obligado a la
reparación cuando el daño fue consecuencia de caso fortuito o fuerza
mayor, de hecho determinante de tercero o de la imprudencia de quien
padece el daño”.
Sin embargo, parte de la doctrina se divide entre los que consideran una
distinción puramente teórica; y el segundo, de los que le atribuyen
influencia sobre la responsabilidad del deudor. Entre los que se adhieren
a una distinción meramente teórica, se considera que el caso fortuito
guarda mayor relación con los hechos naturales (terremoto, inundación,
incendio, etc.), mientras que la fuerza mayor se originaría en hechos de
los hombres (lícitos o ilícitos), como puede ser la coacción, los conflictos
bélicos, etcétera. Caso fortuito es el que no ha podido preverse, o que,
previsto, no ha podido evitarse.
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Esto sin embargo, no aleja las dudas en torno a la noción de caso fortuito
en el ámbito de la responsabilidad objetiva. Para autores como (LEÓN
BARANDIARÁN, 1954): “Si se quiere proteger eficazmente a la víctima
frente al daño que le ha sobrevenido por razón de responsabilidad por
riesgo (mediante cosa o actividad peligrosa), la presunción de culpa debe
ser iures et de iure; el lesionante no puede demostrar su excusabilidad por
caso fortuito.
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causalidad “externa”. Desde tal perspectiva, el caso fortuito es definido
como una consecuencia ordinaria, lo cual implica que esa consecuencia
es previsible en abstracto y que, por tanto, deja incólume la relación de
causalidad “externa”. Se trata de la consecuencia que “no ha podido
preverse al ejecutarse el hecho”, lo cual es imprevisible en concreto, queda
descartada la relación de culpabilidad por ser la que pondera la
previsibilidad. En cambio, el caso de fuerza mayor se define como la
consecuencia extraordinaria; es decir, es imprevisible en abstracto, por lo
que excluye la relación de causalidad externa, por ser precisamente la que
meritúa la faceta de la previsibilidad
Viene a ser otro caso de fractura del nexo causal. Que no debe ser tratado
como un caso de ausencia de culpa, en este caso se debe a la liberación
de una eventual responsabilidad acreditando que el daño obedeció a un
hecho determinante de un tercero.
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cual no significa que cualquier hecho de un tercero exime de
responsabilidad; porque si así fuera no habría responsabilidad objetiva.
EJEMPLO:
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e irresistibilidad, propios del caso fortuito, lo cual resulta equívoco, pues
es evidente que si el hecho del tercero puede ser previsto o evitado por el
ofensor, debe ser considerado imputable según el cual no evitar un
resultado se tiene la infracción a la obligación de impedir un acto dañoso,
lo cual equivale a producirlo, en cuyo caso, es evidente que si el hecho del
tercero no resulta imprevisible e irresistible devendría en culpable y no
podría ser esgrimido como verdadera causal de exoneración.
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Se trata de un daño del cual el demandado no es el autor. Pero a
diferencia del caso fortuito en el que el daño es atribuido a un suceso
anónimo y del hecho determinante en el daño es imputable a una tercera
persona, aquí la causa se encuentra en el hecho de la propia víctima.
Aquí corresponde estudiar o determinar los caracteres por los cuales este
hecho puede ser invocado como causas de ruptura del nexo causal:
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que el ofensor, puede reclamar la exoneración parcial o total en razón de
que el hecho de la víctima debe ser ilícito y culpable.
EJEMPLO:
En todos los casos de fractura causal debe dejarse de lado el análisis del
aspecto subjetivo del autor de la conducta de la causa inicial, pues lo
único revelante es que el daño ha sido consecuencia de una conducta o
evento ajeno o distinto, ya sea un caso fortuito o fuerza mayor, de hecho
de tercero o de hecho de la propia víctima.
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Es decir las fracturas causales deben ser invocadas cuando se le impute
a un sujeto una responsabilidad civil por un daño que no ha causado,
habiendo sido el mismo consecuencia de un evento o culpa ajena, siendo
que esta no guarda vinculación alguna con la noción de culpabilidad,
tratándose de un asunto objetivo, referido a que conducta o evento es la
causa del daño.
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CAPÍTULO III: OTROS SUPUESTOS DEL NEXO CAUSAL
3.1. CONCAUSA
Regulado por el artículo 1973º del (Civil, 1984), en este caso el daño es siempre
consecuencia de la conducta del autor, pero con contribución o participación de
la propia víctima, tratándose de un supuesto totalmente distinto al de la fractura
causal.
EJEMPLO:
Luis Miguel practica ciclismo en la pista de la Av. Javier Prado y no en las ciclo
vías existentes, existirá concausa en el supuesto de que un conductor de esta
vía rápida atropelle a Luis Miguel. No se trata de una fractura causal puesto que
el solo hecho de la conducta de hacer ciclismo en la pista no es suficiente en sí
misma para sufrir un accidente de tránsito, pero si se tratará de una concausa
por cuanto con este comportamiento Luis Miguel está contribuyendo
objetivamente a la producción del daño.
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3.1.1. LAS FRACTURAS CAUSALES Y LA CONCAUSA
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“En los casos del artículo 1970° del (Civil, 1984), el autor no está obligado
a la reparación cuando el daño fue consecuencia de caso fortuito o fuerza
mayor, de hecho determinante de tercero o de la imprudencia de quien
padece el daño”. Si se trata de caso fortuito la causa ajena será un
fenómeno de la naturaleza, como un terremoto, una inundación
consecuencia del Fenómeno del Niño, etc.
Del mismo modo, si se trata de fuerza mayor la causa ajena será un acto
de la autoridad como una prohibición repentina decretada por norma
jurídica de una conducta antes permitida, la declaración de guerra de un
Estado a otro, etc. Si se trata del hecho determinante de tercero, la causa
ajena será justamente el hecho del tercero y en el caso del hecho de la
víctima la causa ajena será precisamente el hecho de la propia víctima.
De esta manera, en estos cuatro supuestos el daño no será producto del
autor de la causa inicial, el mismo que no será responsable civilmente, por
ser la misma consecuencia de caso fortuito, o de fuerza mayor, o del hecho
de un tercero, o del hecho de la misma víctima, es decir, de una causa
ajena. (GIANFELICI, 1995, pág. 385)
EJEMPLO:
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Si en plena vía expresa en la ciudad de Lima, un sujeto decide quitarse la
vida, y se arroja debajo de un vehículo en plena marcha, aun cuando el
daño haya sido causado aparentemente por el conductor del vehículo, no
existirá duda alguna que el mismo podrá liberarse de responsabilidad
invocando como causa ajena el hecho de la propia víctima, por cuanto en
este ejemplo es la propia víctima, como consecuencia de su propia
conducta, la que se ha causado el daño a sí misma, en tanto y en cuanto
de no haber sido por dicha conducta, el conductor no hubiera producido
materialmente el daño. El daño, en este caso la muerte del suicida no ha
sido consecuencia del hecho del conductor, sino del propio hecho de la
víctima.
Debe señalarse igualmente que para poder tener una exacta visión de las
fracturas causales, no debe confundirse el aspecto de la culpabilidad del
sujeto de la conducta, con el aspecto objetivo de la relación causal, pues
no interesará que el autor de la causa inicial haya actuado con dolo o
culpa, es decir, no interesará que el mismo haya querido producir un daño
a sabiendas del mismo, o en forma negligente, en tanto que lo único
importante es que el daño causado a la víctima no ha sido consecuencia
de dicha conducta, sino de un evento extraño y ajeno a él.
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Por ello es que decimos, y ello debe quedar bastante claro, que las
fracturas causales deben ser invocadas cuando se le impute a un sujeto
una responsabilidad civil por un daño que no ha causado, habiendo sido
la misma consecuencia de un evento o conducta ajena. Y esta noción y
mecanismo de la fractura causal, como es evidente, no guarda vinculación
alguna con la noción de culpabilidad, tratándose de un asunto meramente
objetivo, referido a qué conducta o evento es la que ha causado el daño.
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presenta un conflicto entre dos conductas o causas: una que no causa el
daño y otra que sí llega ha producido.
EJEMPLO:
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Debe señalarse que en los hechos es con mucha frecuencia bastante difícil
distinguir cuándo existe fractura causal y cuándo concausa. El único criterio
para diferenciar ambas figuras será el plantearse la siguiente pregunta: ¿La
conducta de la víctima por sí misma es suficiente para la producción del
daño? Si la respuesta es afirmativa se tratará de fractura causal y si es
negativa será un supuesto de concausa, por cuanto además de la conducta
de la víctima es necesaria la conducta del autor.
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3.2. CONCURRENCIA DE CAUSAS O PLURALIDAD DE CAUSAS
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se trataría de daños distintos causados por sujetos distintos. En este
sentido, el artículo 1983° del (Civil, 1984)señala lo siguiente: “Si varios son
responsables del daño, responderán solidariamente. Empero/ aquel que
pagó la totalidad de la indemnización puede repetir contra los otros/
correspondiendo al juez fijar la proporción según la gravedad de la falta de
cada uno de los participantes. Cuando no sea posible discriminar el grado
de responsabilidad de cada uno/ la repartición se hará por partes iguales”.
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III. CONCLUSIONES
La fractura causal se configura cada vez que un determinado supuesto
presenta un conflicto entre dos causas o conductas sobre la realización de
un daño, el cual será resultado de una de las conductas. En todo supuesto
de fractura causal una de las conductas o causas habrá producido el daño,
y la otra habrá llegado a causarlo justamente por haber sido consecuencia
de la otra conducta.
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IV. BIBLIOGRAFÍA
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