Profesorado en Letras Literatura Hispanoamericana I - 2018 Docente: Celina Vallejos Alumna: Vera Larker
Para la resolución de la consigna elegimos analizar el poema “A un poeta” y el relato “El rey
burgués” pertenecientes al libro Azul (1888) del poeta nicaragüense Rubén Darío. Ambos textos pueden ser leídos en clave metapoética, en ellos el autor ensaya su propia concepción de literatura y del quehacer del escritor. Tanto el poema como el relato están atravesados por la idea de la escritura como un trabajo, como un tarea que requiere esfuerzo y dedicación y que se distingue de otras. Esta concepción de la escritura se construye en los textos a partir no sólo de procedimientos retóricos sino también de un refinamiento y un trabajo casi obsesivo en la forma. El texto “A un poeta” es un poema que se compone de nueve cuartetos conformados por versos de arte mayor, en este caso endecasílabos. En un nivel de análisis fónico, se puede observar que la rima consonante es un factor constructivo del poema y dentro de las estrofas se plantea de manera alterna de forma A B A B. Como bien plantea Tomás Navarro Tomás en su texto “Ritmo y armonía en los versos de Darío”, la obra del autor nicaragüense da cuenta de una pronunciada sensibilidad musical. La regularidad silábica y la rima demuestran un arduo trabajo con el lenguaje. Es a partir de estas características y de la distribución en estrofas que se logra, dentro del poema, el ritmo y la armonía. En este mismo nivel de análisis, podemos observar también anáforas, es decir, “la repetición del primer miembro de un enunciado” (Bekes, 2005:43). Encontramos en el poema nueve versos encabezados con ‘que’, muchos de estos funcionan de a pares dentro de las estrofas del poema, por ejemplo “Que vibre rayos para herir las sombras, / Que escriba versos que parezcan lanzas”. En otro orden de ideas, se puede pensar cómo el paratexto título cumple un rol anticipatorio de lo que sucede dentro del poema. “A un poeta” funciona como una dedicatoria, como si el poema estuviera destinado a aquellos que escriben poesía y a su vez nos adelanta que en dicho texto se hará teoría de lo que es ser un poeta. En un nivel semántico de análisis y siguiendo la clave metapoética, nos encontramos con varios procedimientos retóricos que ayudan a construir la idea de la escritura como un trabajo y a caracterizar la poesía. En primer lugar, encontramos comparaciones: “Que embiste duro como embiste el toro/ que clave firme como el león la garra”, “Que escriba versos que parezcan lanzas” o “Que su idea en el mar rompa y desgaje/ como en la selva virgen el bisonte”. Estas comparaciones no sólo refieren a un que la escritura conlleva un trabajo sino también al carácter disruptivo del propio poema. El verso tiene que embestir como el toro, parecer una lanza, desgajar en la selva y romper en el mar (hipérbaton de por medio). Asimismo, podemos identificar procedimientos como la prosopopeya o personificación en “Que vibre rayos para herir las sombras” donde se le adjudican características humanas a las sombras o una hipálage cuando leemos “relampagueando la soberbia estrofa” adscribiendole una acción impropia al nombre estrofa. Por otra parte, en la cuarta estrofa nos encontramos con un equivalente textual que divide al segmento en dos dejando por un lado el conjunto “No es tal poeta para hollar alfombras/por donde triunfan femeniles danzas:” y por el otro “que vibre rayos para herir las sombras/ que escriba versos que parezcan lanzas”. En esta estrofa, y en relación con el paratexto del poema, se puede pensar cómo en el primer conjunto relaciona de manera irónica al poeta con algo trivial como las femeniles danzas y a partir del equivalente textual aparece la función metapoética de cómo si tendría que ser el trabajo del poeta. Por último, parece interesante detenerse en la penúltima estrofa del poema. En la primer línea nos encontramos con una sinécdoque. En “Que lo que diga la inspirada boca” podemos interpretar boca como el cuerpo entero del poeta, es decir, la parte por el todo. La segunda línea, encabalgada a la primera, es encabezada por un verbo que hace referencia a lo auditivo “Suene en el pueblo con palabra extraña”, podemos pensar que lo que suena es lo que dice la inspirada boca del poeta y, de esta manera, la “palabra extraña” vendría a ser una metáfora para referirse al poema. Las dos líneas que cierran la estrofa son encabezadas por nombres que se relacionan con lo auditivo “Ruido de oleaje al azotar la roca/ Voz de caverna y soplo de montaña” y podrían funcionar como metáforas que refieren al poema, al igual que “palabra extraña”. Estas dos últimas líneas retoman también lo planteado ut supra en relación al carácter disruptivo del discurso poético. Por otro lado, tenemos el relato “El rey burgués” el cual podemos leer también bajo la clave metapoética. En este texto, como en el poema anterior, se problematizan distintas concepciones de arte y se teoriza acerca del quehacer del poeta. En primer lugar, el texto comienza con un vocativo, “¡Amigo!” el cual podemos interpretar con una función apelativa al lector. Avanzando en el texto identificamos que las primeras dos oraciones funcionan como una especie de introducción y a su vez un primer nivel de ficción ya que advierte que el “cuento alegre” comienza luego de eso. A modo de hipótesis de lectura, podemos plantear que el relato se construye a partir de la diferencia entre el rey Burgués y el poeta “¿Era un rey poeta? No, amigo mío: era el Rey Burgués”. A partir de esa aseveración comienza una descripción de la vida de este Rey y su relación con el arte que luego será contrastada con la del poeta. Por un lado, el Rey posee obras de arte excéntricas y se declara “defensor acérrimo de la corrección académica en letras”. Por el otro, el poeta ,que llega muerto de hambre a la corte, proclama que “el arte no viste pantalones, ni habla burgués, ni pone los puntos a las íes”. En esta línea, podemos observar dos concepciones de arte que chocan, lo que pregona el poeta es incompatible con la burguesía y como vemos al final del relato si este poeta quiere ganar su pan, es decir, si quiere trabajar, tendrá que ser para el Rey. En definitiva, es posible realizar una lectura de ambos textos en clave metapoética. Es fáctible plantear que en el proyecto de escritura de Rubén Darío hay un interés por problematizar la poesía y el quehacer del poeta. La escritura no será algo mediado por la inspiración ni las musas sino que costará trabajo, habrá que poner empeño en la forma ya que si se quiere plantear a esta práctica artística como un oficio será “una pieza de música por un pedazo de pan”.
Bibliografía Bekes, A. (2013) Brevario filológico. Términos usuales en linguistica y teoria literaria. Entre Ríos: UNER Navarro Tomás, T. (1973) “Ritmo y armonía en los versos de Darío” en Los poetas en sus versos. Desde Jorge Manrique a García Lorca. España: Ediciones Ariel
A un poeta Ruben Darío - Azul (1888) Na/da/ más/ tris/te/ que un/ ti/tán/ que/ llo/ra, (11) Hom/bre/-mon/ta/ña en/ca/de/na/do a un/ li/rio, (11) Que/ gi/me/ fuer/te, /que/ pu/jan/te im/plo/ra: (11) Víc/ti/ma/ pro/pia/ en/ su/ fa/tal/ mar/ti/rio. (11)
Hér/cu/les/ lo/co/ que a/ los/ pies/ de On/fa/lia (11) La/ cla/va/ de/ja/ y el/ lu/char/ re/hu/sa, (11) Hé/roe/ que/ cal/za/ fe/me/nil/ san/da/lia, (11) Va/te/ que ol/vi/da a/ la/ vi/bran/te/ mu/sa. (11)