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CUENTOS PARA

NIÑOS
20 HISTORIAS INFANTILES PARA
CONTAR A LOS MÁS PEQUEÑOS EN
LA ESCUELA, HOGAR, IGLESIA, ETC.
Este documento es una recopilación de los mejores cuentos para niños que se han escrito
en nuestra página, todos enfocados a educar y entretener a los más pequeños de casa.
Pueden ser útiles para profesores de educación primaria y preescolar, y padres que
busquen acercar a sus hijos a la lectura.
Cada una de estas historias es una creación única para nuestro sitio y por tanto, es
indispensable indicar su autor y la fuente original en caso de que quieras exponerlas en tu
web o hacer uso de ellas, con su respectivo enlace a la página correspondiente en
cuentoscortosparaniños.org.
Esperamos que le encanten a tus pequeños y en caso de que quieras leer otros relatos
infantiles, no dudes en ver los que ya hemos publicado en
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Si deseas consultar sobre la utilización de nuestras historias, escríbenos a:
https://cuentoscortosparaniños.org/contacto
Índice de Cuentos para Niños

1) Los gemelos y las hormigas por Paty Cuentacuentos 5


Dos hermanitos se encuentran con unas simpáticas hormigas en su jardín.
2) Goliat y el pequeño David por Paty Cuentacuentos 7
Goliat, un gigante atroz, está atemorizando a los israelitas. ¿Podrá David detenerlo?
3) El sabio rey Salomón por Paty Cuentacuentos 9
Cuando dos mujeres se pelean por el mismo bebé, el rey Salomón debe tomar una gran
decisión.
4) Jonás y la ballena por Paty Cuentacuentos 11

Jonás, un hombre con una gran fe, se pierde en el mar. Allí ocurre algo extraordinario.
5) Las vacaciones de Anita por Paty Cuentacuentos 13
Anita y su papá están a punto de pasar las mejores vacaciones de su vida, ¿se irán a
divertir?

6) El cumpleaños de Toño por Paty Cuentacuentos 15


Toño, un niño muy malcriado, aprenderá una importante lección sobre la generosidad.
7) David, el rey de Israel por Paty Cuentacuentos 17
Esta es la historia de David, un muchacho muy noble y humilde que llegó a convertirse
en el rey de Israel.
8) El pequeño y gran Samuel por Paty Cuentacuentos 18
Conoce al justo Samuel, un hombre humilde y de buen corazón elegido para ser juez.
9) El bebé conejo y el zorro por Anónimo 20
A pesar de ser tan chiquito, un simpático conejito usará toda su astucia para vencer al
zorro.
10) Hansel y Gretel por Paty Cuentacuentos 22
Dos hermanitos se encuentran con una casa de galleta habitada por una malvada
bruja, ¿podrán salvar su vida?
11) Daniel en el foso de los leones por Paty Cuentacuentos 24
Daniel, un hombre de buen corazón, es condenado a morir entre los leones, hasta que
un ángel le salva la vida.

12) El regalo de Pepito por Paty Cuentacuentos 26


Pepito es un niño muy feliz que está por recibir el más bello obsequio.
13) Las conejitas que no sabían respetar por Anónimo 28

Un abuelo conejo les enseñará a sus nietecitas el valor del respeto a los demás.
14) La Navidad soñada por Paty Cuentacuentos 30

Un cuento de Navidad para la fecha más mágica del año.


15) Ana y Dana por Paty Cuentacuentos 31
Ana y Dana son dos hermanas muy diferentes, que aprenderán la importancia de
ayudar a nuestros mayores.
16) La sirena y el capitán por Anónimo 33

Una hermosa sirenita, perdida en el océano, se enamora de un apuesto capitán.


17) Rick y sus zapatos mágicos por Anónimo 34
Rick, un simpático perro, se encuentra con unos peculiares zapatos. ¿Qué sucederá?
18) La Cenicienta por Paty Cuentacuentos 36
Cuando el príncipe ofrece un baile, la bella Cenicienta recibe ayuda de su hada madrina
para conquistar su corazón.

19) El ornitorrinco mentiroso por Anónimo 38


Este era un ornitorrinco, que de tanto mentir, perdió lo más importante.
20) La mamá de Pablito por Paty Cuentacuentos 40
Pablito es un niño que tiene que despedirse de su mamá cuando ella se va a trabajar
muy lejos.
1. Los gemelos y las hormigas

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Después de un gran almuerzo en una ciudad lejana, una familia celebraba la graduación de
uno de sus hijos. Para continuar la charla fueron a otro ambiente de la casa, mientras que
los niños que aún tenían energía para jugar salieron al inmenso jardín con los gemelos David
y Andrés, sus amigos y primos. Los gemelos jugaban a las escondidas, algunos a las carreras,
mientras otros buscaban palitos de algunas ramas, piedritas y cualquier cosa que les sirva
para jugar. A veces, armaban muñequitos de corteza con los que jugaban a representar
pequeñas obras teatrales, como las de obrasdeteatrocortas.mx/.
Pero de pronto uno de los primos de los gemelos llamado Pedro, se detuvo a observar un
largo desfile de muchas hormigas cada una de ellas llevaban granos de arroz, semillas y
pedazos de hojas hacia un hueco en un rincón del jardín. Todas iban muy rápido y en fila lo
que llamó la atención del niño.
—Mi mamá me contó que ellas guardan comida para el invierno y que son muy organizadas
—dijo David.
—Síííí, la maestra Lucy que enseña en la escuela dice lo mismo —dijeron los demás.
Pedro agarró una de las hormigas y la soltó para pisarla. Al ver esto los niños quisieron hacer
lo mismo pero la mamá de los gemelos que lo observaba todo los llamó en voz alta y dijo:
—¿Qué están haciendo?
—Nada —dijo el niño algo nervioso mientras los demás se alejaron un poco.
—¿Acaso no sabes que las hormigas están trabajando y solo almacenan con tiempo su
alimento? No las deben molestar, ellas no le hacen daño a nadie. Lo que debemos hacer
todos es aprender de ellas pues son muy trabajadoras y son un ejemplo de orden y
organización que nosotros debemos seguir. Ellas no se cansan y pueden cargar cincuenta
veces su peso sin quejarse para que no les falte el alimento ni a ellas ni a su familia.
—Qué interesante —dijo uno de los niños—. Y todos los demás estaban en silencio y
asombrados.
Los gemelos dijeron juntos: A partir de ahora nadie las molestará y les pondremos granos de
arroz y algunas migas de pan para que tengan mucha comida para todos en invierno.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/los-gemelos-y-las-hormigas/


2. Goliat y el pequeño David

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Hace mucho tiempo, cuenta la biblia que durante el reinado del rey Saúl, había un joven
llamado David que era muy valiente. Aunque era muy pequeño a comparación de los
soldados, él ayudaba en el campamento en la guerra que el pueblo de Israel tenía contra los
Filisteos. Un día un gigante muy pero muy enorme llamado Goliat, salió al frente de batalla y
dijo a los israelitas:
—A ver israelitas. ¿Hay alguno de ustedes que quiera enfrentarme? ¡Ja ja ja! ¡Ninguno de
ustedes me puede vencer!
Entonces los israelitas tenían temor porque Goliat era muy grande y fuerte. Pero David le
dijo al rey Saúl:
—Déjame pelear. Yo puedo vencerlo.
—Pero David, tú eres muy pequeño. ¿Cómo podrías ganarle tú a Goliat?
—Yo puedo vencerlo. Sé que Dios no dejará que Goliat me venza y yo tendré la victoria.
Entonces el rey Saúl que no le creía a David totalmente, por fin decidió dejar que David
pelee con Goliat solo para ver qué podría hacer. David apenas tuvo el permiso del rey, se fue
al río y consiguió unas piedras muy lisas. Luego se fue al campo de batalla.
— ¡Ja ja ja! ¿Este enano va a pelear contra mí? ¡Ja ja ja! En menos de 10 segundos lo
venceré y lamentarán haber sacrificado la vida de este joven al ponerlo frente a mí.
—Yo te demostraré que puedo vencerte a pesar de mí tamaño. Dios está de mi lado y yo
confío en él.
Goliat se reía, mientras que David puso en su honda una de las piedras que había recogido
en el río para utilizarla como proyectil. David, seguro de sí mismo, empezó a darle vueltas a
su honda agitándola circularmente. Goliat se seguía riendo pero en un momento sorpresivo
David le lanzó la piedra directamente a la frente.
¡Goliat no pudo hacer nada!
Entonces en ese momento cuando los filisteos vieron la derrota de Goliat, todos se fueron
corriendo y los israelitas ganaron la guerra.
Debemos ser valientes en la vida y enfrentar los obstáculos por más grandes que sean. Si
confiamos en Dios, podremos hacer grandes cosas.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/goliat-y-el-pequeno-david/


3. El sabio rey Salomón

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Salomón era hijo del rey David. Salomón siendo muy joven, fue elegido por Dios para
gobernar a su pueblo. Salomón no tenía muy claro cómo podría gobernar al pueblo de Dios
siendo tan joven. Un día mientras dormía, oyó una voz que le decía:
—Salomón, Soy el señor tu Dios y he decidido permitirte que me pidas un deseo.
—Señor, soy muy joven y lo que más deseo ahora es que me des sabiduría para poder tomar
buenas decisiones y poder guiar a tu pueblo.
—Como no has pedido riquezas ni propiedades sino sabiduría, he decidido entregarte
mucha sabiduría pero no solo eso sino que además tendrás muchas riquezas y serás un gran
hombre. Todos te respetarán y oirán de ti y tu sabiduría.
—Gracias señor, te prometo que no defraudaré.
Entonces Salomón ahora tenía más confianza en sí mismo. Unos días después, al palacio del
rey salomón vinieron dos mujeres a visitarle. Ellas se estaban peleando por la posesión de
un bebé. Cada una decía que el bebé era suyo pero eso era imposible pues solo una de ellas
tenía que ser la madre verdadera.
La primera de ellas le decía al rey Salomón que en la mañana despertó con un bebé que era
el suyo y que estaba muerto.
La segunda mujer decía que eso era mentira y que la primera lo estaba inventando para
quedarse con su hijo.
Entonces el rey Salomón lo pensó por un momento y llamó a uno de sus guardias. Le dijo al
guardia:
—Saca tu cuchillo y corta a este bebé en dos. Dale la mitad del bebé a cada una de las
mujeres.
Entonces la primera de ellas dijo:
—¡No! Sabio rey Salomón, no lo haga por favor. ¡Prefiero que se lo den a ella pero no le
quiten la vida a mi hijo!
Entonces el rey Salomón supo que verdaderamente la primera mujer era la madre del
pequeño. Entonces así el rey Salomón pudo resolver el problema de las dos mujeres y el
bebé con su sabiduría.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/el-sabio-rey-salomon/


4. Jonás y la ballena

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Salomón era hijo del rey David. Salomón siendo muy joven, fue elegido por Dios para
gobernar a su pueblo. Salomón no tenía muy claro cómo podría gobernar al pueblo de Dios
siendo tan joven. Un día mientras dormía, oyó una voz que le decía:
—Salomón, Soy el señor tu Dios y he decidido permitirte que me pidas un deseo.
—Señor, soy muy joven y lo que más deseo ahora es que me des sabiduría para poder tomar
buenas decisiones y poder guiar a tu pueblo.
—Como no has pedido riquezas ni propiedades sino sabiduría, he decidido entregarte
mucha sabiduría pero no solo eso sino que además tendrás muchas riquezas y serás un gran
hombre. Todos te respetarán y oirán de ti y tu sabiduría.
—Gracias señor, te prometo que no defraudaré.
Entonces Salomón ahora tenía más confianza en sí mismo. Unos días después, al palacio del
rey salomón vinieron dos mujeres a visitarle. Ellas se estaban peleando por la posesión de
un bebé. Cada una decía que el bebé era suyo pero eso era imposible pues solo una de ellas
tenía que ser la madre verdadera.
La primera de ellas le decía al rey Salomón que en la mañana despertó con un bebé que era
el suyo y que estaba muerto.
La segunda mujer decía que eso era mentira y que la primera lo estaba inventando para
quedarse con su hijo.
Entonces el rey Salomón lo pensó por un momento y llamó a uno de sus guardias. Le dijo al
guardia:
—Saca tu cuchillo y corta a este bebé en dos. Dale la mitad del bebé a cada una de las
mujeres.
Entonces la primera de ellas dijo:
—¡No! Sabio rey Salomón, no lo haga por favor. ¡Prefiero que se lo den a ella pero no le
quiten la vida a mi hijo!
Entonces el rey Salomón supo que verdaderamente la primera mujer era la madre del
pequeño. Entonces así el rey Salomón pudo resolver el problema de las dos mujeres y el
bebé con su sabiduría.
Tarde o temprano la desobediencia nos trae consecuencias negativas. No hay que esperar a
ser castigados para entender las cosas.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/jonas-y-la-ballena/


5. Las vacaciones de Anita

Escrito por: Paty Cuentacuentos

Terminaba el año escolar y Anita, Gaby y sus demás compañeros hacían planes para las
vacaciones de verano. Llegó el momento y Anita en su casa empezó a dormir hasta muy
tarde, a comer mucho y a ver televisión. Cuando era hora de desayunar, Anita dormía. A la
hora del almuerzo ella recién desayunaba viendo televisión. Ese desorden ocasionaba un
caos en el hogar aprovechando que sus padres trabajaban. Cuando menos lo esperaba sus
padres le impusieron un castigo, lo que puso a Ana de muy mal humor.
Ellos por la noche llegando del trabajo se acercaron al dormitorio de su hija y le dieron un
tierno beso en la frente, lo que la despertó. Abrazando a sus padres se echó a llorar al
recordar su castigo (le quitaron el televisor).
—En ese momento el padre le pregunta— ¿Te parece que perder el tiempo es la mejor
manera de disfrutar tus vacaciones?
—La niña se incorporó y dijo— No papito, no es la mejor forma, discúlpame.
—Entonces a partir de mañana antes de ir a trabajar muy temprano iremos a correr todos y
desayunaremos juntos. Tendrás que estudiar en la mañana y después de almorzar puedes
salir a casa de alguna amiga o a manejar bicicleta. Tienes que utilizar tus días útilmente y ser
disciplinada en todo para que te vaya bien en la vida, ¿de acuerdo?
—¡De acuerdo papá! —respondió Ana, recordando que lo que sus padres quieren es
únicamente lo mejor para ella.
Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos.
Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/las-vacaciones-de-anita/
6. El cumpleaños de Toño

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Toñito era el engreído de la casa y el menor de 4 hermanos, y pronto llegaría el gran día. El
pequeño cumpliría 10 años y era toda una celebración hacer los preparativos días antes.
Por fin Luisa, la madre de Toño, entre muchas cosas compró una gran torta y decoró la sala
con luces de colores y muchos adornos que sabía que le gustarían a su pequeño hijo al igual
que a sus invitados. Por la tarde de aquel día tan especial para todos, iban llegando los niños
de la vecindad donde vivían y también de su colegio, cada uno de ellos llegaban con lindos
regalos y muy alegres, apreciaban mucho a su amigo.
Toño que esperaba impaciente la llegada de sus amigos, vio por la ventana de la sala que un
niño y su madre discutían fuera de la casa muy cerca del jardín. Toño escuchó decir al niño:
“Mamá, ¿por qué tú no puedes celebrar mi cumpleaños así como lo hacen aquí? Yo quisiera
tener una mamá como este niño”. Al oír esto, Toño quedó sorprendido y con el corazón muy
triste. Este niño al que veía no era su amigo pero pensó que sería una buena idea invitarlo y
así lo hizo con el consentimiento de sus padres, quienes eran muy generosos.
Toño y el niño empezaron a jugar mientras iban llegando los demás amigos y compañeros
de colegio, ellos jugaron y se divirtieron como solo hacen los buenos amigos y claro que
empezaron a serlo.
Esa tarde todos bailaron, saltaron, comieron y cantaron al ritmo de la música. Y al llegar la
noche, la mamá les contó una historia de miedo que había sacado de
http://miscuentosdeterror.com. La diversión no faltó. Toño tuvo un día muy feliz, se llenó de
regalos y de abrazos, pero sobre todo se sintió muy feliz por tener un nuevo amigo a quien
le obsequió uno de sus lindos juguetes de los tantos que recibió.
No hay duda que compartir hace feliz a los demás, pero especialmente a quien da, porque
nos enseña a ser desprendidos y la generosidad.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/el-cumpleanos-de-tono/


7. David, el rey de Israel

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Hace muchos años hubo un oso que se llevaba un cordero para comérselo, pero un joven
muy valiente llamado David que vio lo sucedido, lo siguió y rescató a la oveja que estaba
muy asustada. David, cuando era solo un niño también salvó una oveja de las garras de un
león. Este joven vivía en un pueblo llamado Belén y era hijo de Jesé, un pastor de ovejas a
quien David ayudaba desde niño.
Un día Jehová le dijo a Samuel: Debes ir a casa de Jesé, lleva un aceite especial porque he
escogido entre sus hijos al nuevo rey. Samuel, al ver a los hijos de Jesé pensó que el mayor
de ellos era el escogido, pero Jehová dijo: No, no es él. Así fueron pasando de uno en uno
hasta que después de ver a los 7 hijos de Jesé Samuel preguntó: ¿Estos son todos?
Y Jesé dijo: El menor está afuera con las ovejas. Samuel al ver a David supo que él era el
escogido. Dios le dijo a Samuel: Es David el escogido, derrama sobre él el aceite, Samuel así
lo hizo y pronto David se convirtió en el rey de Israel.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/david-el-rey-de-israel/


8. El pequeño y gran Samuel

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Samuel era un niño de aproximadamente 4 años y muy amado por sus padres, quienes se
llamaban Elcana y Ana. Siendo tan pequeño, ellos lo llevaron ante el sacerdote Israelita
llamado Eli para que se quedara a vivir en el tabernáculo, con él y otros sacerdotes.
Parece raro que siendo un niño tan pequeño aun, sus padres lo dejaran vivir con extraños
¿verdad? Pero no es así, había un motivo muy importante. Años antes que nazca el pequeño
Samuel, su mamá Ana, no podía tener bebés, un día ella se arrodillo y oro a Dios rogándole
por un hijo, y prometió consagrarlo a su servicio de por vida en señal de gratitud y amor.
Dios oyó los ruegos de Ana y quedo muy complacido de esa promesa y así tuvo a su bebé.
Por eso es que llevaron al niño al tabernáculo.
Samuel se quedó allí muy contento, no lloro porque fue enseñado desde pequeño que así
aprendería y serviría a su Dios, fue un niño muy obediente.
Elí tenía dos hijos llamados Finees y Ofni, que eran muy malas personas. Su padre debió
hacer algo e impedir que sigan como sacerdotes, pues no merecían estar en el tabernáculo,
pero no hizo nada. Una noche cuando Samuel era más grande Dios lo llamó 3 veces, las tres
veces el niño corrió hacia Eli creyendo que el lo llamaba, pero el sacerdote se dio cuenta que
era Dios quien llamaba al pequeño y le dijo así:
-“Le dirás al Señor, háblame Señor, que yo tu siervo te escuchare”, y así hizo Samuel. Y Dios
le dijo al niño:
-“Los hijos de Eli van a morir en una pelea contra los filisteos y su padre Eli, al recibir la
noticia, también morirá.
Y así fue, los hijos mueren en una pelea y su padre al recibir la noticia, cae al piso y al
golpearse la cabeza muere. Así cumplió Dios con su palabra.
Pasaron los años y el gran Samuel no solo fue muy obediente a su Dios, también se convirtió
en el último juez justo del pueblo de Israel.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/el-pequeno-y-gran-samuel/


9. El bebé conejo y el zorro

Escrito por: Anónimo


Martín era un conejo bebé que recién había aprendido a caminar. Un día salió a pasear por
el bosque aprovechando que sus papás habían salido a buscar zanahorias para el almuerzo.
Caminaba y caminaba mirando los árboles y jugando con las mariposas, mientras veía cómo
en sus alas se reflejaba la luz de sol. Cuando de pronto vio a lo lejos algo marrón que le se
acercaba rápidamente. El conejito se quedó mirando pero no sabía qué era. De pronto, se
dio cuenta y pensó: “¡¡¡Es un zorro!!! ¡¡¡Y seguro me quiere comer!!!”.
Entonces, se tranquilizó y se le ocurrió una idea genial. Cogió un hueso que estaba cerca
suyo, disimuló e hizo como si no hubiera visto nunca al zorro. Cuando el zorro estaba a
punto de lanzarse encima del conejo, lo encontró sentadito con un hueso en la boca. El
zorro se sorprendió de verlo tan tranquilo ante su presencia, así que le preguntó: “¿No estás
asustado?” Y El conejo respondió: “Pues no.”
Entonces se inicia un breve diálogo:
Zorro: “Mmm… ¿y qué es ese hueso que tienes en la boca?”
Conejo: “Bueno, es que tenía hambre y me tuve que comer a un zorro que pasaba por aquí.”
Zorro: “Esteeee… ehhh… ah ya, seguramente ya no tienes hambre ¿verdad?”
El conejo: “Pues la verdad es que como no he tomado desayuno y como mi mamá aún no
me ha dado mi almuerzo, todavía tengo hambre”
El zorro: “¡Ay por favor no me comas!, yo tengo muchos hijos que mantener y también
tengo esposa ¡y te prometo que te voy a conseguir muchas zanahorias todos los días!”
Al poco rato llegaron los papás de Martín a la casa y lo encontraron en su habitación con
muchas zanahorias y contento.
“En momentos de Crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”
”Albert Eistein”
Y tú, ¿Qué otras cosas más crees que podemos aprender de este conejito? Deja un
comentario. (Te ayudo: Tranquilidad, ingenio…¡te toca a ti!)

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/el-bebe-conejo-y-el-zorro/


10. Hansel y Gretel

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Érase una vez unos hermanos gemelos llamados Hansel y Gretel, que vivían en una pequeña
aldea muy pobre al borde de un bosque. Su familia era la más pobre de todas, tanto que su
padre se pasaba los días enteros fuera en el bosque buscando leña para vender en los
pueblos cercanos y casi nunca le veían. Por eso Hansel y Gretel siempre querían ir con él al
bosque, pero él les repetía: “No podéis venir conmigo, el bosque es muy peligroso”.
Pero aún no hemos hablado de la madre de Hansel y Gretel, que era una mujer malvada que
no quería bien a sus dos hijos y solo miraba por el dinero. Tanto es así que un día convenció
a su marido, que sí quería a los niños, que les dejase abandonados en el bosque. La malvada
bruja que vivía allí le había prometido unas monedas de oro a cambio de los jóvenes
gemelos.
Aunque el padre de Hansel y Gretel los quería mucho, le resultaba imposible ir en contra de
su esposa, por lo que un día se llevó a Hansel y Gretel al bosque, los cuales estaban muy
contentos hasta que de repente se vieron solos en el bosque. Su padre les dijo: “Esperad
aquí un momento y volveré en seguida”, pero nunca volvió.
Los niños caminaron y caminaron hasta que de repente vieron a lo lejos una casita. Cuando
se acercaron más pudieron ver que estaba toda hecha de chocolate, caramelos, bizcochos y
otros dulces. Por supuesto Hansel y Gretel no pudieron resistirse y comenzaron a comer.
La anciana bruja vio que su momento había llegado y salió de la casa para invitar a los niños
a tomar cuantos dulces quisieran. Hansel y Gretel aceptaron gustosos pero, al cerrarse la
puerta, la anciana mostró su verdadera cara. A Hansel lo encerró en una jaula, donde lo
cebaba cada día hasta que se pusiese gordo para poder comérselo. A Gretel la tenía
mientras como criada presa con una cadena en su pequeño tobillo.
Un día, cuando la bruja pensó que Hansel ya estaba listo para comérselo, ordenó a Gretel
que fuera a ver si el horno estaba suficientemente caliente. Pero Gretel tenía un plan. Le
preguntó a la bruja:
—Pero, ¿cómo se hace eso? – haciéndose la tonta. A lo que la bruja contestó:
—Se hace así, ¡tonta!
En ese momento la bruja metió la cabeza en el horno y Gretel la empujó dentro. Cerró el
horno y mientras oía los gritos de la bruja al hornearse liberó a Hansel y ambos salieron de
la casa, no sin antes coger mucho oro, piedras preciosas y dulces que había en casa de la
bruja.
Al salir se encontraron con su padre, que les estaba buscando desde hacía semanas y que
mientras les estrechaba fuerte les prometió que nunca les abandonaría.
Niños nunca se acerquen a personas o lugares extraños, así les provoque un dulce u otras
cosas, mejor sean prudentes y no hablen con desconocidos.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/hansel-y-gretel/


11. Daniel en el foso de los leones

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Esta es una historia bíblica para niños muy bonita en donde se observa la gran fe que puede
tener un hombre en momentos difíciles y salir sano y salvo. El profeta Daniel era un
muchacho que había llegado a Babilonia con Sadrac, Mesac y Abed-nego. El rey estaba muy
a gusto con estos hombres porque eran trabajadores y muy honestos. Se les dio siempre los
trabajos más importantes y esto hacía que los demás trabajadores del rey se pusieran
celosos. El nombre del rey era Darío y a él le agradaba mucho la forma de ser de Daniel. Él
sabía que Daniel era un buen trabajador por lo que decidió poner a cargo de Daniel todo el
reino. Los otros siervos del rey eran muy celosos de Daniel y trataron de encontrar algún
motivo para poner en problemas a Daniel. Ellos estaban tratando de conseguir que el Rey
Darío lo botara del reino, pero Dios cuidaba mucho a Daniel de sus enemigos y no le podían
encontrar ningún motivo.
Finalmente estos hombres dijeron unos a otros: “No podemos encontrar alguna razón para
que el rey arroje a Daniel del reino porque es muy obediente de las órdenes que da el rey
Darío. La única manera en que Daniel podría llegar a desobedecer al rey es si es que hubiera
una ley en contra de su dios. Así que se fueron a ver al rey Darío, y dijeron:
“¡Oh, gran rey, eres tan maravilloso que nadie debe orar a nadie más que tú.” El rey dijo:
“¡Esa es una gran idea!” Entonces los hombres continuaron: “Todos deben hacer esto y
cualquier persona que rece a algún dios debe ser arrojado al foso de los leones.” Los
trabajadores mintieron y dijeron que todos los que trabajaban para el rey estaban de
acuerdo, pero por supuesto no se le había hablado a Daniel de esta idea, porque sabían que
él no estaría de acuerdo. El rey no sabía esto, así que se hizo la ley y no podría ser cambiada.
Cuando Daniel se enteró sobre la nueva ley, hizo lo que siempre hacía. Se fue a casa a una
habitación de arriba y abrió las ventanas que daban a la ciudad. Tres veces ese día puso de
rodillas y oró a Dios como siempre lo había hecho.
Estos hombres iban en grupo a la casa de Daniel y lo encontraron rezando y pidiendo a Dios
por ayuda. Así que le avisaron inmediatamente al rey y le dijeron: “Su trabajador
Daniel está ignorando sus órdenes. Lo hemos visto rezar a su Dios tres veces hoy.” Cuando el
rey oyó esto, se puso muy triste. Realmente le caía bien Daniel y él no quería que muriera.
Lo intentó todo para que cambie la ley para evitar que Daniel sea arrojado en el foso de los
leones, pero los hombres se le acercaron y le recordaron que la ley no podía ser cambiada y
Daniel tendría que ser castigado. Así que al final del día, el rey dio la orden, y trajeron a
Daniel y lo echaron al foso de los leones. El rey dijo a Daniel: “Espero que tu
Dios al que le rezas, te rescate.”
Una piedra grande y pesada se puso delante de la puerta en donde encerraron a Daniel y el
rey volvió a su palacio con lágrimas en los ojos. Esa noche el rey Darío no podía comer ni
dormir ya que estaba muy preocupado por lo que le pasaría a Daniel con los leones. Al día
siguiente, en cuanto salió el sol, el rey se levantó y corrió al foso de los leones. A medida que
se acercaba gritó: “Daniel, ¿pudo salvarte de los leones, tu Dios al que sirves y oras?”. El rey
esperó en silencio una respuesta. Entonces, de repente, Daniel dijo: “Oh rey, vive para
siempre. Mi Dios envió un ángel y les cerró la boca de los leones. Ellos no me han hecho
daño, porque no he hecho nada malo”.
El rey saltó de alegría y de inmediato ordenó que Daniel fuera sacado del foso en donde
estaba con los leones. Y cuando Daniel se salió, no había ni siquiera un rasguño en él,
porque confiaba en Dios. El rey sabía que los hombres le habían engañado para castigar a
Daniel así que el rey los castigó a ellos. Después el rey hizo una nueva ley y dijo: “El Dios de
Daniel es grande, y todos en mi reino deben respetar a su Dios, que protegió a Daniel de los
leones hambrientos.”

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/daniel-en-el-foso-de-los- leones/


12. El regalo de Pepito

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Hubo una vez un niño de 5 años llamado Pepito, al que le encantaban los juguetes como a
todos los niños. Se acercaba la navidad y Pepito estaba impaciente porque todavía no veía
que sus papás le compraran un regalo para Navidad. Sus papás siempre compraban los
regalos antes de Navidad y los guardaban muy bien para que Pepito no los viera. Pero lo que
no sabían ellos era que Pepito siempre sabía dónde guardaban los regalos. Este año Pepito
se había propuesto abrir los regalos antes de Navidad porque estaba desesperado por saber
qué le regalarían esta vez.
Un día, cuando faltaban dos días para Navidad, muy tarde llegó el papá trayendo un regalo
enorme. Era mucho más grande que cualquiera de los regalos de otra Navidad anteriores. ¡A
Pepito se le salía el corazón de la emoción! Entonces sus papás luego de esconder muy bien
el regalo (si supieran que Pepito tenía todo bien planeado), se durmieron.
Pepito entonces se despertó muy despacio a eso de las 3 de la mañana. Muy despacio juntó
tres sillas y las puso una encima de otra con el objetivo de alcanzar el regalo que estaba muy
en lo alto del ropero de sus padres.
Entonces, Pepito trataba de alcanzar con sus manitos el regalo, pero no podía. Parece que
necesitaba poner una cuarta silla para poder llegar pero eso sería un poco peligroso porque
con 3 sillas estaba perdiendo un poco el equilibrio. Pepito empezó a estirarse y a estirarse
para lograr coger el regalo por una esquina… ¡¡¡hasta que lo logró!!!
Pepito muy contento tenía su regalo en la mano. Pepito abrazó su regalo fuerte y ahora lo que
seguía era ir a su cuarto para ver su regalo. Pero al momento de bajar de las tres sillas, Pepito
perdió el equilibrio y ¡¡¡zas!!!
¡Pobre Pepito!
Al día siguiente Pepito despertó en el hospital acompañado de sus padres y con su regalo al
costado. El regalo era auto a control remoto que se transformaba en un robot y que podía
volar por los aires.
¡Pero se había roto!
Entonces los papás de Pepito abrazaron fuerte a su hijo y le dijeron:
—Mi amor, no importa que el regalo esté roto. Lo que importa es que estás bien. Pero
esperamos que hayas aprendido la lección y nunca más vuelvas a cometer una travesura
como esta.
—No lo volveré a hacer nunca más. Se los prometo —dijo Pepito con lágrimas en los ojos y
abrazando a sus padres.
Pepito aprendió la lección y ahora tiene mucha paciencia y espera a abrir los regalos el
mismo día de Navidad. También es paciente para muchas otras ocasiones de la vida como
por ejemplo cuando tiene hambre y su mamá aún no termina de cocinar.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/el-regalo-de-pepito/


13. Las conejitas que no sabían respetar

Escrito por: Anónimo


Había una vez un conejo que se llamaba Serapio. Él vivía en lo más alto de una montaña con
sus nietas Serafina y Séfora. Serapio era un conejo bueno y muy respetuoso con todos los
animales de la montaña y por ello lo apreciaban mucho. Pero sus nietas eran diferentes: no
sabían lo que era el respeto a los demás. Serapio siempre pedía disculpas por lo que ellas
hacían. Cada vez que ellas salían a pasear, Serafina se burlaba: “Pero mira que fea está esa
oveja. Y mira la nariz del toro”. “Sí, mira que feos son”, respondía Séfora delante de los otros
animalitos. Y así se la pasaban molestando a los demás, todos los días.
Un día, cansado el abuelo de la mala conducta de sus nietas (que por más que les enseñaba,
no se corregían), se le ocurrió algo para hacerlas entender y les dijo: “Vamos a practicar un
juego en donde cada una tendrá un cuaderno. En él escribirán la palabra disculpas, cada vez
que le falten el respeto a alguien. Ganará la que escriba menos esa palabra.”
“Está bien abuelo, juguemos”, respondieron al mismo tiempo. Cuando Séfora le faltaba el
respeto a alguien, Serafina le hacía acordar del juego y hacía que escriba en su cuaderno la
palabra disculpas (porque así Séfora tendría más palabras y perdería el juego). De igual
forma Séfora le hacía acordar a Serafina cuando le faltaba el respeto a alguien. Pasaron los
días y hartas de escribir, las dos se pusieron a conversar: “¿no sería mejor que ya no le
faltemos el respeto a la gente? Así ya no sería necesario pedir disculpas.”
Llegó el momento en que Serapio tuvo que felicitar a ambas porque ya no tenían quejas de
los vecinos. Les pidió a las conejitas que borraran poco a poco todo lo escrito hasta que sus
cuadernos quedaran como nuevos. Las conejitas se sintieron muy tristes porque vieron que
era imposible que las hojas del cuaderno quedaran como antes. Se lo contaron al abuelo y él
les dijo:
“Del mismo modo queda el corazón de una persona a la que le faltamos el respeto. Queda
marcado y por más que pidamos disculpas, las huellas no se borran por completo. Por eso
recuerden debemos respetar a los demás así como nos gustaría que nos respeten a nosotros”.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/las-conejitas-que-no-sabian-


respetar/
14. La navidad soñada

Escrita por: Paty Cuentacuentos


Este cuento corto de navidad para niños nos cuenta que una vez durante una tarde de
navidad fría y de mucha nieve, había un grupo de niños que estaba jugando muy
alegremente en la nieve haciendo muñecos y pelotas con ella. Entre ellos habían dos niños
llamados Charlie y Alan que se lanzaban las bolas de nieve una y otra vez corriendo de un
lado para otro al igual que sus amiguitos, causando risas entre los demás niños. Era un día
de navidad muy feliz en el que todos los niños jugaban entusiasmados esperando la noche
para abrir sus regalos. Ese día reinaba la alegría y las ganas de compartir en familia y amigos
pero por allí cerca en el barrio había un anciano que le gustaba enojarse mucho y a quien no
le gustaba la alegría de los niños y menos de la navidad. El anciano era muy solitario y tenía
muchas riquezas. El anciano los vio jugando cerca de su casa y así que salió y les gritó muy
fuerte a los niños y les dijo que se apartaran de su camino asustándolos a todo.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/la-navidad-sonada/


15. Ana y Dana

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Dana y Ana, viajaban alegremente en el bus al lado de su abuela y de sus padres, había
muchas personas y ellos no tenían donde sentarse. Como todo niño, las pequeñas se
acomodaron, una en las faldas de la abuela y la otra frente a ellas en un rincón. Dana
hablaba a gritos con sus padres quienes le prestaban mucha atención, prodigándole de
mimos y caricias. Ana observaba todo muy tranquila sin moverse ni decir palabra alguna.
Era obvio que el carácter de cada una de las niñas era muy distinto al de la otra, pero
también era distinta la actitud de los padres hacia cada una de sus hijas.
Durante el viaje, la abuelita muy cansada por el peso de la niña quiso levantarse para dejar
a la pequeña consentida sentada y quedar ella de pie, pero Ana al ver eso le dijo a su
abuelita: Mamita (así le llamaba cariñosamente), siéntate donde estoy porque me canse
de estar sentada. Anita prefirió quedarse de pie con tal de ver cómoda a su abuelita
mientras Dana seguía jugando sin darse cuenta de nada. Llegando a la casa, el padre de las
niñas muy pensativo se acercó a ellas después de la cena y con voz suave les dijo: Esta
noche estuve meditando que tenemos que corregir algunas actitudes nuestras, dijo el
padre frotándose la barbilla ante el asombro de los demás miembros de familia, quienes
no tenían idea de lo que iba a decirles. En un tono más alto continuó diciéndoles:
A partir de ahora practicaremos mejores modales y la consideración unos con otros
especialmente con los mayores. A la vez quiero felicitar a Anita porque en un noble gesto
de cortesía ella se levantó de su asiento para que su abuelita estuviera cómoda, lo cual debe
ser en cualquier circunstancia. En algún momento de nuestras vidas todos llegaremos a ser
adultos mayores como la abuela y nos gustaría que nos cedan el asiento y que nos traten
bien, ¿qué les parece?, preguntó a todos. Nos parece muy bien papito, dijeron al mismo
tiempo las niñas. Los hábitos y las buenas costumbres empiezan por casa y con el ejemplo.
Padres recordemos siempre que educar bien a un niño, será formar el hombre y la mujer
del mañana.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/la-cortesia-en-la-familia/


16. La sirena y el capitán

Escrito por: Anónimo


En cierta ocasión, se cuenta que una sirena llamada Ariana, esperaba en el mar que
alguien se acercara a rescatarla. Ella estuvo prisionera por mucho tiempo atada a una gran
roca con pesadas cadenas, por eso no conocía la magnitud y lo hermoso de las
profundidades del mar.
Cada vez que pasaban los pulpos y los delfines, ella lloraba por ayuda y ellos se
entristecían tanto que trataban de llamar la atención de los barcos y pescadores que
estaban por el mar. Pero nadie los entendía, al verlos lo único que les provocaba era
pescarlos y tirar sus redes para atraparlos. Pero un día el capitán de un barco, que amaba
a los animales comprendió que intentaban decirle algo.
Decidió bucear hasta llegar a rescatar a la hermosa sirena. Cuando ella se acercó a darle
un beso y abrazo en señal de gratitud, ella se convirtió en una hermosa mujer, se enamoró
del capitán y vivieron juntos para siempre.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/la-sirena-y-el-capitan/


17. Rick y sus zapatos mágicos

Escrito por: Anónimo


Rick era un perro que vivía con una familia que le adoraba. Cada mañana se despertaba en
su camita junto a 3 juguetes: un pollo, un erizo y un hueso de peluche, y eso le hacía muy
feliz, pero había algo que no le gustaba… Él sabía que era un perro y deseaba ser algo más,
deseaba ser una persona de carne y hueso y poder hacer las cosas que hacían sus dueños,
quería comer con cuchillo y tenedor, dormir en una cama y andar con las dos piernas.
Rick sabía que sus sueños eran imposibles y que pasar de perro a humano era algo que
nunca pasaría, sin embargo seguía con la esperanza de que algo pasara y pudiera saber
como es la vida siendo humano. Una tarde mientras salía a pasear encontró unos zapatos
rotos en una esquina, y mientras los olisqueaba pensó que quizás si se los ponía podría
parecer una persona de verdad.
Al llegar a casa Rick fue directo a ponerse sus zapatos, quería saber lo que se sentía cuanto
antes pero había un problema, debía atarse los cordones y con sus patitas era imposible,
así que fue lo más rápido que pudo hacia Carlos, uno de sus amos, y mediante un par de
ladridos consiguió que le atara los cordones y se fue a dormir a su cama junto a sus juguetes.
A la mañana siguiente Rick se despertó sintiéndose nervioso, algo muy raro en él ya que
era un perro muy tranquilo, notaba que algo en él estaba cambiando así que asustado
salió de casa corriendo. Cuando llegó a un callejón sin salida empezó a pensar que podía
pasarle, y vio que sus piernas se estaban alargando, que su cabello se estaba cayendo y
que su cuerpo en general ya no era el de un perro… ¡Era el de un humano!
Rick volvió a casa caminando con sus dos nuevas piernas, y les explicó a sus dueños lo que
había pasado; aunque ellos al principio no se lo creyeron al final acabaron confiando en sus
palabras y le acogieron como un miembro más de su familia, comprándole una cama nueva,
decorando una habitación a su gusto y llevándole a miles de viajes a lo largo del mundo. Por
las noches, también le leían historias de su página favorita, https://relatoscortos.org/. Y
fueron muy felices.
Lo que podemos aprender de Rick es que nunca hay que perder la esperanza ni rendirnos
ante nuestros sueños porque la vida da muchas vueltas y puede llegar a sorprendernos.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/rick-y-sus-zapatos-magicos/


18. La Cenicienta

Escrito por: Paty Cuentacuentos


Cenicienta era muy pequeña cuando perdió a su madre; con los años, su padre conoció a
una mujer y decidió casarse nuevamente. Cenicienta tendría una madrastra, con la que
convivía a partir de ahora, además de sus dos hijas. La convivencia no es que fuese muy
buena, pero todo empeoró con la muerte del padre de Cenicienta. Y la pena tan grande que
supuso para su hija, dejándola sola y huérfana, teniendo que soportar el desprecio por la
envidia que su madrasta y sus hermanastras le tenían; pues eran un poco malévolas, todo
lo contrario a Cenicienta, una niña digna de admirar, tan generosa y honesta que el
vecindario la sabía apreciar, llena de bondad y belleza, y en eso consistía su encanto,
autentica dulzura. Y a pesar de todo, la pobre Cenicienta seguía siendo gentil con ellas,
después de las cosas que la obligaban a hacer, que no era poco, ya que se encargaba de
todas las tareas del hogar y estaba a su servicio, pero lo peor era que prácticamente la
trataban como una esclava.
En primavera, la reina convocó un gran baile con la idea de encontrar esposa para su hijo el
príncipe. La madrastra y sus hijas al enterarse, ansiosas, no esperaron ni un segundo y
comenzaron con los preparativos sin contar con Cenicienta. Ella se enteró el mismo día del
baile, y se le ocurrió desempolvar el viejo vestido de su madre, lo arreglo y tan bonito le
quedó que al verlo sus hermanastras, llenas de celos y rabia lo destrozaron. Cenicienta
desconsolada se puso a llorar y su llanto hizo venir al hada madrina, que con un toque de
su barita mágica la transformó en toda una princesa y en su carroza se marchó, al baile,
junto al anfitrión. Pero antes de irse el hada le advirtió que el hechizo desaparecería justo a
la medianoche, y ella recuperaría los harapos que vestía de día.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/la-cenicienta/


19. El ornitorrinco mentiroso

Escrito por: Anónimo


Félix era un ornitorrinco muy nervioso y activo. Era incapaz de quedarse un segundo
quieto y necesitaba hacer cosas continuamente. Aunque era muy listo no sacaba buenas
notas, ya que no podía concentrarse en una sola cosa a la vez; le encantaba jugar pero
muchas veces llegaba a aburrirse de los juegos y de la manera que jugaban los demás;
pausadamente y sin emoción. Había un juego que le gustaba especialmente, y que se le
daba de maravilla (o eso parecía): el escondite.
Durante los recreos y el tiempo libre proponía a alguno de sus compañeros jugar con él al
escondite, apostándose la merienda o algo de dinero, ya que sabía que era invencible en
ese juego. Durante muchos meses Félix estuvo ganando dinero y meriendas a sus
compañeros, pero nadie lograba explicarse como podía hacerlo tan bien.
Un día vino una ornitorrinco nueva al colegio, a quien Félix propuso jugar al escondite y ella
aceptó ingenuamente, arriesgando perder su merienda que con tanto esmero había
preparado su mamá. Empezaron a jugar. Félix se había escondido bastante bien y a la
ornitorrinco le estaba costando encontrarle. Si ella conseguía encontrarle, Félix debería
devolver todo el dinero que había conseguido con ese juego, por lo que más le valía que
eso no pasara.
Una de las reglas esenciales del juego es que una vez hubiera elegido un escondite no le
estaba permitido moverse hasta que fuera encontrado pero, al presentir que la
ornitorrinco se acercaba, fue con mucho cuidado a buscar otro escondite, es decir, hizo
trampa. Félix no pensó en que el resto de sus compañeros pudiesen verlo y, así ocurrió.
Entre todos fueron dándole pistas a la nueva ornitorrinco para que acabase encontrando a
Félix, y pudiesen recuperar su dinero.
Al cabo de veinte minutos la nueva ornitorrinco encontró a Félix, mientras intentaba ir de
un lado a otro, desenmascarando su engaño y dejándole en evidencia. Félix perdió el
dinero, pero sobretodo, perdió la confianza de sus compañeros, que nunca más quisieron
volver a jugar con él.
Por eso chicos deben recordar que las mentiras nunca son una buena idea, porque cuando
las personas pierden la confianza en nosotros luego resulta muy difícil recuperarla.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/el-ornitorrinco-mentiroso/


20. La mamá de Pablito

Escrito por: Paty Cuentacuentos


En cierta ocasión, un niño de 10 años llamado Pablo regresando del colegio encontró a su
madre alistando su ropa mientras la colocaba en una maleta. Sorprendido el le pregunta
suavemente:
—Mamita, ¿nos vamos de viaje?
—Doña Rosa, sonriendo ligeramente y haciendo gala de gran valentía para no llorar, se
inclina hacia él y tomándolo entre sus brazos responde— No hijo, viajo sola. Tu abuela me
envió un pasaje para irme a trabajar muy lejos, pero te prometo que no te faltará nada y
que te llamaré seguido. Tú te quedarás un tiempo con tu tía Inés y verás que te llamaré
todas las veces que pueda y podremos vernos por internet.
Pablo profundamente triste sin decir nada se sentó en las faldas de su Madre, controlando
las ganas de llorar y con un gran nudo en la garganta, mirándola fijamente a los ojos le
dijo:
—Madre, no quiero que te vayas, pero si es necesario hazlo. Pablo no tenía Padre y
entendió desde pequeño la dureza de la vida, vivía solo con su mamá y maduró antes que
otros niños. Pablo pensaba que si su mamá se iba, él vería el modo de buscarla. Así se
tranquilizaba a sí mismo. Llegó la hora de partir y se despidieron. Cuando su mamá se fue,
Pablito empezó a llorar mucho porque pensó que debió haberle dicho en ese momento a
su mamá cuánto la quería.
Así pasaron los meses y años. Nunca dejaron de comunicarse hasta que un día… un día
Rosa enfermó gravemente por tanto trabajar y por la tristeza de no ver a su pequeño
Pablo. Pablo ya tenía 15 años y no se sabe cómo pero él llegó hasta donde su Mamá
estaba, en un hospital. Pablo trabajó muy duro sin que su mamá lo supiera. Cada vez que
salía del colegio se iba a lustrar zapatos y a vender caramelos. Comía solo una vez al día y
todo por llegar al lado de su mamá. Y así lo logró. Pudo despedirse a tiempo y en su afán
por intentar salvarla, le dijo todo lo que había en su corazón por ella.
El día del entierro, recordó cuando su mamá lo cargaba de niño.
No esperemos a que lleguen momentos difíciles para recién expresar el amor que tenemos
por nuestra familia. Cada día hagámoslo como si fuera la primera y la última vez.

Fuente original: https://xn--cuentoscortosparanios-ubc.org/la-mama-de-pablito/


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