Vous êtes sur la page 1sur 2

Amar antes de hablar

guadaluperadio.blogspot.com /2013/01/amar-antes-de-hablar-marianela-camelo.html

Amar antes de hablar


Marianela Camelo Mendoza

Muchas veces he escuchado a gente decir esta


frase: "Esa señora "hipócrita" va a misa todos
los días, a darse golpes de pecho y luego
hacer pedazos a la gente criticándola". A mi en
lo personal me da mucha tristeza escucharlo,
pero a la vez me hace reflexionar: ¿Qué
ejemplo le doy a mis hermanos?

Hay muchos puntos que ver en esta reflexión, y


voy a tratar de ser breve y precisa. Primero que
nada, vamos a ponernos en los zapatos de
todas las personas involucradas en está frase.
La persona que dice la frase y la persona a la
que se la dice. Vamos a ponernos primero en los zapatos de la persona que lo dice.

Nunca es justificable juzgar. “Porque así como juzguen los juzgarán y con la medida que midan los
medirán” (Mateo 7, 2). A pesar de que una persona este en el error, a pesar de que se equivoque,
nosotros no somos nadie para juzgar. Dios es el único que juzga. Pero como Dios sabe que nos gusta
tomar el rol jueces, con Su infinita sabiduría, nos dijo estas palabras: "¿Cómo es que miras la brizna
que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes
decir a tu hermano: "Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo", no viendo tú mismo la viga
que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la
brizna que hay en el ojo de tu hermano" (Lucas 6, 41-42). No hay mucho que elaborar en este punto,
ya que la Palabra de Dios ha hablado. A la única persona a la que debemos juzgar es a nosotros
mismos.
Sin embargo, hay dos lados, dos caras, en una moneda. También tenemos que reflexionar el porque
se ha dicho una frase tan fuerte. Alguien que supuestamente debe de ser nuestro ejemplo es todo lo
contrario. Y nos molesta. Y nos aleja de la fe. ¿Cómo vamos a creer que es posible vivir la fe si se
supone que las personas que deben de ser ejemplo de ello no lo son? ¿Por qué vamos a hacerle caso
a alguien que dice que ama a Dios pero no ama a sus hermanos? ¿Qué no es esto una
contradicción? "Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el
que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto"(1 Juan 4, 20).
¿Cómo voy a creer con este ejemplo? Es momento de ponernos en los zapatos de la otra persona. La
persona que debe de ser ejemplo para nosotros.
Una cosa tenemos que entender. Cristo vino por los pecadores. "No necesitan médico los que están
fuertes sino los que están mal. Id, pues, a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que
no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores" (Mateo 9, 12-13). Ninguno,
absolutamente ninguno de los que vamos a misa estamos libres de pecado. "Si decimos que no
tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros" (1 Juan 1,8).
Necesitamos a Dios, y por eso acudimos a la oración, a los Sacramentos. Necesitamos de un médico
que nos cure. Cristo vino por esa persona a la que tu criticas. Porque la ama. Porque quiere salvarla.
Y sin embargo tu, con juicio humano, con tu juicio falto de amor, solo sabes juzgar. Solo Dios sabe lo
que hay en el corazón del hombre. Y es nos lleva a la siguiente reflexión.
Nosotros no sabemos que hay dentro de esa persona. No sabemos sus sufrimientos, sus penas, sus
obstáculos. No sabemos ni si quiera quien es. El problema es cuando los conocemos, cuando son
parte de nuestro circulo, porque creemos que a ellos si los conocemos. Pero jamás sabremos lo que
hay dentro de ellos. Solo Dios lo sabe. Tal vez esa persona a la que tanto criticamos en verdad esta
haciendo una lucha y sabe cual es su defecto. Por eso acude a la Santa Misa. Porque sabe que lo
necesita.
Pero también existen las personas que nos recuerdan mucho a los fariseos que vivieron en los
tiempos de Jesús. "Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas
y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que
ya reciben su paga" (Mateo 6, 5) OJO, aquí estamos valorando no como una persona externa, sino
como si nosotros fuéramos la persona a la que se critica. Esta es una autocrítica. ¿Cuál es mi
intención? ¿Quiero que vean lo bueno que soy? ¿Creo que soy mejor que los demás porque me la
vivo en la Iglesia? De nuevo, ¿cuáles son mis intenciones al hacer las cosas? "Dos hombres subieron
al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera:
"¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni
tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias."
En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que
se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!" Os digo que éste
bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se
humille, será ensalzado" (Lucas 18, 10-14) ¿Con quien de estos dos personas me identifico más?
Nosotros, como cristianos, debemos de estar consientes que muchas personas nos observan.
Observan porque quieren ver si es posible el poder vivir cristianamente. Observan a veces porque nos
quieren ver caer. Y nosotros, claro esta, solo vivimos para darle gloria a Dios y para que El sea el que
vea nuestros actos. Sin embargo, debemos de entender que el ejemplo de muchos ha logrado que
hermanos que se habían alejado, o que nunca habían conocido la fe, se acerquen a la Iglesia y
conozcan a Dios. ¡Mirad como se aman! Así se hablaba de los primeros cristianos. Y por eso,
después de ver tan hermoso ejemplo de amor y servicio, muchos se acercaron a la Iglesia.
Nuestra misión es amar y servir, y amando y sirviendo es como acercamos a más personas a
Dios. Que cuando la gente nos vea, también puedan repetir ¡Mirad como se aman! Se aman tanto que
a pesar de que uno se equivoca, todos le perdonan, porque como Cristo, ellos también aman a sus
hermanos, a su familia. Mirad como se aman. Nunca juzgan. Mirad como se aman. Y son los más
felices. Mirad como se aman. Porque tienen a Dios en su vida.
Que diferente sería el mundo si verdaderamente amaramos. ¿No lo creen?
www.guadaluperadio.com
facebook: www.facebook.com/guadaluperadiotv
twitter: @GUADALUPERADIO

Vous aimerez peut-être aussi