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Amistad con Jesús: La perla de valor infinito

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AMISTAD CON JESÚS: LA PERLA DE VALOR INFINITO

P. Edward Broom, OMV (P. Escobita)

A nivel humano, uno de los mayores tesoros es encontrar un amigo


verdadero, leal y fiel. Es una perla que no tiene precio. La palabra de
Dios dice que encontrar un verdadero amigo es un verdadero tesoro.
Si a un nivel meramente humano se debe valorar, cuidar, cultivar y
procurar una amistad, ¡cuánto más deberíamos valorar una dinámica y
verdadera amistad con Jesús!

El Viernes Santo, poco antes de que se ofreciera a si mismo al Padre


eterno como Víctima, muriendo en la Cruz por toda la humanidad y por
cada uno de nosotros individualmente, Jesús habló largamente en la
Última Cena.

Además de lavarle los pies a sus apóstoles, de instituir los Sacramentos


de la Sagrada Eucaristía y Ordenes Sacerdotales (el Sacerdocio) y
además de darnos el más grande mandamiento de amar como Él nos
amó, Jesús ofrece a sus apóstoles y a nosotros una relación especial ---
Amistad con Él.

Jesús dijo: "No les llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo, los llamo AMIGOS.'' Jesús
mismo anhela entrañablemente una amistad contigo y conmigo.

Esta amistad con Jesús -- la "perla de precio infinito" -- está siempre disponible para todos, pero en
particular para tí y para mí en este preciso momento. O si te agrada esta imagen, Jesús viene como el
Buen Pastor, con cayado en una mano y en la otra mano ligeramente golpea en la puerta. (Rev. 3)

El artista Holman Hunt pintó un cuadro de Jesús el Buen Pastor llamando a la puerta con cayado en
mano. Alguien muy observador se le acercó con esta queja: ¡al pintor se le olvidó pintar el pomo de la
puerta! Holman Hunt se mantuvo firme y le respondió: "Sí está el pomo, pero solo está por dentro de la
puerta."

De hecho Jesús está llamando a la puerta de tu corazón, pero depende de ti que le abras la puerta y lo
recibas en tu casa, en lo íntimo de tu corazón. ¡En este momento Jesús está llamando y esperando que
abras! ¿Estás listo para abrir, quieres abrirle la puerta?

¿De qué se puede hablar con Jesús nuestro amigo? La respuesta es simple, ¡de CUALQUIER COSA!!!

Se presentarán cinco breves sugerencias para iniciar un dialogo cálido con nuestro Señor. Ahora, no
piense que solo de esto se puede conversar con Jesús. Recuerde, se puede hablar de cualquier cosa
con nuestro Señor.

Recuerde también que el Señor anhela fervientemente que usted hable con Él. Además, en ningún
momento debe sentir alguna inhibición para abrir el corazón y hablar con Jesús su mejor amigo. Jesús
nunca le hará daño, nunca le humillará, nunca le malinterpretá. Al contrario, Jesús sana, fortalece,
alienta, ilumina y santifica. Emprendamos el camino...

Primero, ¡EL AGRADECIMIENTO! ¿Qué tenemos que no hemos recibido de Dios? Sólo una cosa no
viene de Dios: ¡nuestros pecados! Mire lo interior: la mente, el corazón, el alma, la memoria, la
imaginación; y viendo hacia fuera vemos: la belleza de la naturaleza, la comida, la salud que disfrutamos,
las diversas oportunidades. Del corazón debe resonar un himno de agradecimiento al ver todos estos
dones que proceden de Dios quien es el autor de todos los dones. "Den gracias al Señor porque Él es
bueno, su gran amor perdura para siempre".

Segundo, ¡EL AMOR! El mayor de todos los mandamientos es amar al Señor nuestro Dios con todo el
corazón, con toda la mente, todo el alma y todas nuestras fuerzas. (Lc 10) Los esposos deben con
frecuencia expresar su amor el uno por el otro; de lo contrario el amor se puede enfriar. Jesús anhela
escuchar de nuestros labios y nuestros corazones que en verdad lo amamos. San Juan de la Cruz dice
que en el ocaso de nuestra existencia seremos juzgados sobre el amor. ¡Eh aquí una sugerencia! El
momento más importante para decirle al Señor que le amas es inmediatamente después de recibirlo en el
corazón en la Sagrada Comunión. En ese momento el Sagrado Corazón de Jesús está unido a tu
corazón. ¡Dile que lo amas!

Tercero, PETICIÓN/SÚPLICA POR LA SALVACIÓN. Jesús dijo, "Pedid y se os dará... (Mt.7:7). ¡No hay
límite a lo que podemos pedir! El Sagrado Corazón de Jesús se regocija cuando rogamos con fervor por
nuestra salvación, la salvación de nuestros familiares, la conversión y salvación de los pecadores y la
salvación del mundo entero. Pide el mejor de los regalos---¡la salvación de las almas! Sta. Faustina y los
niños de Fátima constantemente le rogaban a Jesús por la salvación de las almas; ¡hagamos lo mismo!

Cuarto, PERDÓN y MISERICORDIA. Si le hacemos daño a un amigo muy querido le pedimos perdón.
Cuando pecamos, herimos a nuestro Señor y dañamos nuestra amistad con Él. Por lo tanto, debemos
pedirle perdón y decirle que sentimos de todo corazón haberlo ofendido y por haber roto los lazos de
amistad con Él. El Arzobispo Fulton Sheen define el pecado como "Lastimar a aquel que amas". La
amistad con Jesús es un perla del infinito precio que rebasa incluso nuestra propia vida natural. Por esa
razón el lema de Sto. Dominic Savio resuena sonoramente---"¡Morir antes que pecar!"

Quinto, qué le PESA (o le AGOBIA) a usted en este momento y le causa sufrimiento en el corazón. Jesús
nos ama tanto que voluntariamente comparte su vida con nosotros. Eso significa que él comparte sus
alegrías con nosotros, pero también quiere compartir—al menos en un grado limitado—una astilla de su
Cruz con nosotros. Muchos caen en la tristeza y la depresión porque tratan de cargar su propia cruz a
solas. ¡No podemos hacerlo solos! La cruz nos puede aplastar porque es demasiado pesada y dolorosa.
Una de dos , nuestra cruz nos hará mejores o nos amargará, todo depende de una cosa--si la llevamos
solos nos amargaremos. Pero, si compartimos nuestra cruz con el Señor el nos quitará la cruz o nos
ayudará a cargarla y Jesús siempre llevará la parte más pesada. San Pedro dice: "Confiadle todas
vuestras preocupaciones, pues Él cuida de vosotros". Jesús mismo dice: "Venid a mí todos los que estáis
fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es
suave y mi carga ligera". (MT. 11:28-30). Cuando se comparte la carga con un amigo, la carga es más
liviana. Recuerda la canción: "¡él no esta pesado, es mi hermano!" En verdad Jesús es nuestro hermano
mayor y él anhela una amistad con nosotros. Él quiere compartir su vida con nosotros y quiere que
compartamos nuestra vida con Él. Que Jesús sea siempre tu mejor amigo y la perla de precio infinito!
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