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DIPLOMADO SOBRE EL CÓDIGO PROCESAL PENAL,

MÓDULO V: EL JUZGAMIENTO
PROFESOR DR. MIGUEL PÉREZ ARROYO

BALOTARIO DE PREGUNTAS

1. ¿Cuáles son los fundamentos político criminales que sustentan y


justifican la existencia del principio de Publicidad en nuestro
modelo procesal penal?

El principio de publicidad, está reconocido en nuestro


ordenamiento procesal penal de modo general en el artículo I,2
del Título Preliminar del Nuevo Código Procesal Penal (NCPP) y de
modo específico respecto del Juicio Oral en el art. 356°.

Este principio, además de sustentarse en razones de índole


FILOSOFICAS, SOCIALES Y JURIDICAS que descansan en la
necesidad que tienen los ciudadanos de conocer cómo es que
los Jueces imparten justicia; debe su existencia como principio
procesal a fin al proceso penal, en razón de una necesidad
política del Estado (Política Criminal), respecto de la
administración de justicia, que se expresa de dos modos: 
 
‐ Mecanismo de disuasión permanente a los efectos de
aleccionar a la sociedad entera sobre los costes de la comisión
de delito.

‐ Como un mecanismo de legitimación de la sentencia a que

haya lugar, en la medida que se pretende hacer partícipe a la


sociedad del poder de decisión de los jueces. Esta vocación de
apertura y de democratización de la administración de justicia
puede incluso –en algunas realidades jurídico procesales-, a
una admisión de sistemas de jurados en la administración de
justicia –no es el caso peruano por inexistencia de norma
constitucional que la habilite-.

2. ¿El Fiscal tiene una vocación cerrada respecto de su teoría del


caso planteada en el Proceso Penal?

De conformidad con lo establecido en el Título Preliminar del


Nuevo Código Procesal Penal, en su artículo IV.2, “El Ministerio
Público está obligado a actuar con objetividad, indagando los
hechos constitutivos de delito, los que determinen y acrediten la
responsabilidad o inocencia del imputado. Con esta finalidad
conduce y controla jurídicamente los actos de investigación que
realiza la Policía Nacional”.

Este artículo hace referencia al principio de objetividad en la


actividad Fiscal, el mismo que debe regir en la actividad de éste,
al decidir sobre el inicio de una investigación preliminar o acerca
de las diligencias restrictivas de derechos que se necesitarán en la
misma durante la etapa preparatoria. Sin embargo, su
importancia se manifiesta también durante la fase de Juicio Oral.

El principio de objetividad se encuentra relacionado con el deber


de lealtad que tiene el Ministerio Público para con la defensa, en
tanto es su deber no esconder información disponible que pueda
favorecer a ésta y que se encuentre en su poder, además se
vincula con el deber del Fiscal de actuar de buena fe, no sólo en
lo que se refiere al inicio de la investigación, sino durante todo el
proceso; de conformidad con lo establecido en el art. 61º del
NCPP que señala “el Fiscal actúa en el proceso penal con
independencia de criterio.
En atención a estas consideraciones puede afirmarse que el Fiscal
no tiene una vocación cerrada respecto de su teoría del caso,
puesto que si en un principio en base a determinados elementos
de convicción mínimos, decidió formalizar la investigación
preparatoria, posteriormente puede decidirse –en base a
elementos de convicción nuevos o confrontados debidamente
los iniciales con otros elementos de descargo o contraindicios- por
formular requerimiento de sobreseimiento, de conformidad con lo
establecido en el artículo 344º del NCPP –en sede de etapa
intermedia-; o también puede ocurrir que habiendo formulado el
Fiscal en su oportunidad requerimiento acusatorio y habiendo el
Juez de la Investigación Preparatoria considerado fundado el
mismo –previa audiencia preliminar o de control de la acusación-
y disponiendo éste el auto de enjuiciamiento respectivo, el Fiscal
al finalizar la actuación de medios de prueba puede retirar la
acusación de advertir que a lo largo del Juicio Oral se han
logrado enervar los cargos formulados contra el acusado, de
conformidad con lo establecido en el artículo 387º,4 del NCPP;
supuestos ambos en los que se manifiesta claramente que la
vocación del Fiscal no es cerrada, puesto que permite su
mutabilidad bajo determinadas reglas, en tanto medie el acervo
probatorio que acredite la inexistencia de responsabilidad por el
hecho imputado.

3. ¿Los principios de oralidad, inmediación, contradicción y


publicidad son introducidos a nivel de Juicio Oral a partir del NCPP
del 2004?

En principio cabe precisar que si bien entre ambos modelos el


establecido con el Código de Procedimientos Penales de 1940 y
el representado por la regulación del Nuevo Código Procesal
Penal del 2004, se presenta notas diferenciadoras puesto que el
anterior modelo era de corta fundamentalmente Inquisitivo y el
actual responde a un modelo Acusatorio –desde nuestra postura
Acusatorio Formal-; sin embargo es un mito afirmar que respecto
del Juicio Oral los principios rectores de la actividad que en éste
se desarrolla, constituyan innovaciones introducidas por el NCPP,
razón por la cual las reglas del proceso penal en su apartado oral
y carácter definitorio sustancial, es decir la obligada observancia
de los principios de ORALIDAD, INMEDIACION, CONTRADICCION Y
PUBLICIDAD, son válidos para ambos modelos, el de 1940 y el del
2004, tal como se puede desprender de ambos cuerpos legales
aludidos, por un lado el artículo 356º del NCPP en concordancia
con lo establecido en el artículo I, inciso 1 del T.P. del NCPP; y por
el otro, el artículo 207º del Código de Procedimientos Penales.

4. ¿Qué garantía de control de la certeza imputativa, de las


desarrolladas en el Acuerdo Plenario Nº 02-2005-CJ/116 es la que
se regula en el Artículo 158º, 2 del NCPP, respecto de la valoración
de una declaración en el Juicio Oral?

De acuerdo con lo establecido en el artículo 158º, 2 del NCPP se


señala:

“2. En los supuestos de testigos de referencia, declaración de


arrepentidos o colaboradores y situaciones análogas, sólo con
otras pruebas que corroboren sus testimonios se podrá imponer al
imputado una medida coercitiva o dictar en su contra sentencia
condenatoria”

En este artículo se hace referencia a la garantía de certeza de la


verosimilitud, desarrollada en el Fundamento Jurídico Nº 10, b), la
misma que establece que el análisis de verosimilitud de la
declaración en cuestión, no solo debe incidir en la coherencia y
solidez de la misma sino que debe complementarse con la
corroboración periférica de carácter objetivo que permita dotar
a la declaración de aptitud probatoria.

5. ¿Si la Fiscalía formula su acusación imputando el delito de robo


(Art. 188º del CP), podrá el Juzgador, en atención a la actividad
probatoria desarrollada en el Juicio Oral, condenar finalmente por
delito de hurto agravado (Art. 186 del CP)?

En principio, cabe la posibilidad de condenar por un delito que


inicialmente no se encontraba previsto como calificación jurídica
principal en la acusación, en el caso de que el propio fiscal
formule lo que se denomina una “acusación alternativa o
accesoria (Artículo 349º, 3 del NCPP)

Sin embargo, el supuesto que se propone en la pregunta se


encuentra regulado en el NCPP, sólo que sujeto a determinadas
reglas, establecidas en el Artículo 374º; así, no sólo el Fiscal puede
advertir una posible calificación jurídica distinta de los hechos
imputados, sino que también puede el Juez advertir una posible
calificación jurídica de los hechos, de acuerdo con la actividad
probatoria desarrollada, tal como lo dispone el Artículo 374º del
NCPP.

6. Si en el curso del contraexamen surgiera -por declaración de un


testigo- un hecho nuevo, ¿se podría continuar interrogando sobre
este hecho o debe limitarse la formulación de preguntas a lo
delimitado previamente?

En principio, cabe destacar que en la fase probatoria rige el


principio de aportación de parte, y en virtud a éste, en tanto las
partes han aportado sus propios testigos, y no se objeten las
preguntas que se realicen a éstos, la introducción por parte de un
testigo, de un hecho inicialmente no mencionado –que está
relacionado al objeto de prueba- no puede quedar al margen
del contraexamen, puesto que voluntariamente es expresado por
el órgano de prueba examinado, en observancia del principio de
libertad probatoria. Por otro lado, limitar en este sentido el
examen o contraexamen a un testigo que señala un hecho
inicialmente no indicado sería restringir el derecho de defensa
que le asiste al imputado, en el sentido que limitar el
interrogatorio, dejando al margen hechos que pudieran servir a la
tesis exculpatoria de la defensa.

7. ¿El Fiscal tiene el deber de asegurar el derecho de defensa y el


respeto de los derechos fundamentales del acusado durante la
investigación? ¿Durante el Juicio Oral se manifiesta de algún
modo concreto dicho deber?

En virtud del PRINCIPIO DE TRANSPARENCIA el Fiscal debe


mantener siempre una actitud transparente con lo referido al
proceso. Este principio se manifiesta por ejemplo en el deber del
Fiscal de asegurar el derecho de defensa y el respeto de los
Derechos Fundamentales no sólo de la víctima a la que
representa, sino también del acusado durante la investigación del
delito (art. 65º.4 NCPP); como también en el art. 159º de la
Constitución en tanto el Ministerio Público debe “velar por la
independencia de los órganos jurisdiccionales y por la recta
administración de justicia”.

En sede de Juicio Oral, se puede identificar una manifestación del


principio de transparencia en tanto el Fiscal tiene permitido
interponer un recurso de impugnación a favor del imputado de
conformidad con lo establecido en el art. 405º del NCPP.

8. ¿La sola violación de derechos fundamentales en la realización


de algún acto de investigación da lugar a excluir la actuación
probatoria del resultado del mismo, en el Juicio Oral? ¿Existen
reglas o teorías que se han asumido en alguna medida en nuestro
en nuestro país para fundamentar la validez de la prueba
obtenida con violación de derechos fundamentales?

El sistema de prohibición probatoria que se admite en nuestro


sistema procesal penal se encuentra referido tanto al nivel de
obtención de la prueba, como al de utilización o valoración de la
misma.

Así, se debe considerar que actualmente por vía jurisprudencial,


se ha asumido la aplicación de ciertas excepciones a la regla de
exclusión de la prueba prohibida, las mismas que partiendo de lo
regulado en el artículo VIII,2 del Título Preliminar, en el sentido de
que es necesaria la violación del contenido esencial de los
derechos fundamentales, para fundamentar la exclusión
probatoria, también se requiere por ejemplo, que el titular de los
derechos fundamentales vulnerados –en su contenido esencia-
sea el propio imputado y no un tercero, para poder pretender la
exclusión probatoria (Pleno Jurisdiccional de Trujillo del 2004), lo
que se justifica en la inexistencia de identidad entre el titular del
derecho fundamental afectado y el sujeto que se condena, pues
ello implica la desconexión entre la violación del derecho
fundamental y la condena basada en la prueba obtenida con
violación de éste)
Además de esta excepción denominada “prueba prohibida para
terceros” o “eficacia de la prueba prohibida para terceros”,
también se ha admitido en cierta medida la aplicación de las
siguientes excepciones:

‐ Teoría del riesgo, que permite la valoración de la prueba


obtenida con vulneración de algún derecho fundamental
cuando es el propio afectado el que no cuida sus garantías y
voluntariamente asume el riesgo de que sus revelaciones sobre
un delito o la realización de actividades relacionadas con éste
sean conocidas por otros. Al respecto, el Pleno Jurisdiccional
de Trujillo estableció que el riesgo a la delación que
voluntariamente asume una persona no debe ser premiada
con la exclusión probatoria; del mismo modo, la Corte
Suprema en su Ejecutoria Suprema recaída en el recurso de
nulidad 9-2006 se ha pronunciado a favor de su aplicación y la
validez de la prueba obtenida

‐ Descubrimiento inevitable; que permite la admisión de la fuente

de prueba obtenida con violación al derecho fundamental


porque de todos modos se hubiera obtenido esa fuente de
prueba. Al respecto, la asunción de esta excepción en el
ordenamiento procesal peruano puede verificarse en lo
resuelto a través de la Ejecutoria Suprema referida al Recurso
de Nulidad Nº 4826 -2005/Lima –CASO EL POLO.

‐ Excepción de la fuente independiente, que permite la


valoración de aquella evidencia que no tiene su origen en la
vulneración inicial de derechos fundamentales, sino que es
producto de un curso causal independiente; al respecto el
Tribunal Constitucional en su sentencia recaída en el
expediente N° 2053-2003-PHC/TC, se ha pronunciado por la
aplicación de esta excepción y la validez de la prueba
obtenida.

9. ¿Se puede fundamentar la interposición de un recurso de


casación en la limitación de preguntas que durante el Juicio Oral
fueron declaradas impertinentes sin serlo realmente?

La pregunta no se orienta a verificar que “la limitación de


preguntas durante el juicio oral” se encuentre prevista como
causal para la procedencia del recurso de casación, lo que se
pretende es analizar la posibilidad de fundamentar en base al
supuesto de limitación del interrogatorio durante el juicio oral,
para poder subsumir este hecho en una causal prevista en el
Artículo 429º del NCPP, con lo que correspondería atender a la
causal establecida en el inciso 1 del referido artículo, en tanto que
con la limitación del interrogatorio sin motivo realmente justificado
(limitación en las preguntas en tanto fueron declaradas
impertinentes sin serlo) se está restringiendo el derecho de
defensa, que es irrestricto, por lo tanto se está frente a una
violación de una garantía constitucional de carácter procesal, tal
como lo reconoce el Artículo 139º,14 de la Constitución Política.

10. ¿Cómo se compatibiliza el Principio de prohibición de reforma en


peor (reformatio in peius) con el supuesto denominado “condena
del absuelto” regulado en el Art. 425º del NCPP? Así como
también lo establecido en el artículo 426º,2 del NCPP?

El supuesto contemplado en el Artículo 425º,3 b) del NCPP,


desarrolla lo que se ha denominado “condena del absuelto”, lo
que costituye un supuesto de condena por parte del Superior en
atención a la impugnación por parte del Ministerio Público en
solitario o el Ministerio Público y la defensa del imputado respecto
de una sentencia de primera instancia en la que se absuelve al
imputado. Cabe destacar que este instituto procesal no es
incompatible con el principio de prohibición de reforma en peor,
puesto que la condena del absuelto efectuada por el superior se
ampara en la pretensión de condena que realiza el impugnante
legitimado que cuestiona la sentencia absolutoria de primera
instancia: el Ministerio Público; así, sólo es posible condenar al
absuelto en primera instancia en tanto que el imputado no sea el
único impugnante, con lo que se deja a salvo la observancia del
principio señalado.

En el artículo 426º, 2 del NCPP, se presenta un supuesto


diferenciado de aplicación del principio de prohibición de
reformatio in peius (distinto al general previsto en el Artículo 409º,
3) en un sentido más restringido, referido a la realización de un
nuevo Juicio como consecuencia de un recurso concedido a
favor del imputado, señalando que en dicho supuesto no se
podrá imponer una pena superior a la impuesta en el primer Juicio
que dio lugar precisamente a la sentencia impugnada.

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