Vous êtes sur la page 1sur 2

El Sistema immune y la infección por VIH en el envejecimiento

En los individuos en general, al rebasar los 45 años de edad, el timo involuciona y


en consecuencia disminuye la producción y la acción de linfocitos T inmaduros,
también disminuye la cantidad de células T de memoria y citotóxicas(Kalayjian et
al., 2003)(Effros, 2004). A su vez, la infección por VIH inhibe la función del timo y la
producción de linfocitos T inmaduros, esto sumado al efecto del envejecimiento
acelera la progresión de la infección (Mpondo, 2016)(Egger, May, Chene, & Al,
2002).

Este efecto no solamente afecta a las células T sino también a los linfocitos B. Hay
una disminución en las reservas de las formas inmaduras de estas células y
depleción de los linfocitos B de memoria a nivel periférico con alteraciones en su
activación e inmunoregulación. Se desconocen los mecanismos por los que esto
suceda, también con el paso de la edad la habilidad de los antígenos para activar
las células B y desencadenar una adecuada respuesta de anticuerpos es
inefectiva(Mpondo, 2016).

Complicaciones de la infección por VIH en el envejecimiento

Con el paso de la edad, la función renal disminuye, a su vez el metabolismo y


excreción de los fármacos se ven afectados. En la infección por VIH disminuye la
masa muscular, limitando la posibilidad de calcular adecuadamente la función renal
en los adultos mayores(Rhee & Greenblatt, 2008).

La farmacocinética de los fármacos está influenciada por los cambios relacionados


a la edad. La reducción en el peso total y el agua corporal altera la distribución de
volumen del fármaco aumentando su concentración, a nivel gastrointestinal
disminuye la absorción de los mismos y el declive de la concentración de proteínas
potencializa el efecto de fármacos que se unen a estas(Bressler & Bahl, 2003).

Las enfermedades crónicas que usualmente aparecen con el paso de la edad


(Diabetes, Enermedad Renal Crónica, complicaciones cardiovasculares, etc.)
suelen aparecer años antes en los pacientes infectados con VIH, los cambios
metabólicos incementan el riesgo cardiovascular, la edad se considera un predictor
independiente para la aparición de estas enfermedades y complicaciones. La
acumulación de ateroesclerosis puede ser considerado como otro predictor
confiable, la utilización de fármacos ARV tambié podrían estar asociados a los
eventos cardiovasculares, sin embargo no está bien establecido(Riddler et al.,
2003)(Mpondo, 2016).

También, la infección por VIH y la edad avanzada incrementa la posibilidad de


desarrollar insuficiencia hepática, la edad disminuye el tamaño del higado, con lo
que también el flujo sanguineo(Tajir & Shimizu, 2013). La infecci´n por VIH también
se puede acompañar de infección hepática viral, ya que se estima una prevalencia
aprximada al 20% de este binomio y la mortalidad por falla hepática incrementa
hasta en 4 veces en la vejez, la cirrosis y sus complicaciones incrementa en
pacientes con la doble infección(Risbud et al., 2002)(Mpondo, 2016).

En los últimos años la terapia ARV ha disminuido la incidencia de tumores asociados


al SIDA como el Linfoma no Hodgkin o el Sarcoma de Kaposi. Sin embargo, la
aparición de otros tumores malignos no asociados al SIDA se ha incrementado con
el paso de la edad en la población infectada con el VIH incluyendo cánceres de
pulmón, higado, de Sistema Nervioso Central (SNC) y colorectal(Bedimo et al.,
2004)(Mpondo, 2016).

Existen manifestaciones neuropsiquiátricas en la infección por el VIH y el


envejecimiento, la infección por VIH es la causa prevenible más comun en las
anormalidades cognitivas. Se estima que hasta la mitad de los individus infectados
por el virus de VIH experimentará algun grado de deterioro cognitivo con el paso de
la edad, sumado a ello la prevalencia incrementa conforme se llega al
envejecimiento, otros factores que pueden acelerar el deterioro cognitivo y la
aparición de demencia son: la baja escolaridad, pertenecer a un estrato social bajo,
polifarmacia, entre otros(Mpondo, 2016)(Cruz, 2015).

Los adultos maores con infección por VIH sufren de otras comorbilidades con
frecuencia, a su vez deben tomar multiples fármacos para controlar dichas
enfermedades. La combinación de la terapia ARV con algunos de estos fármacos
caen frecuentemente en la polifarmacia, la que se define por la toma de 5 o más
fármacos, esta se asocia a un incremento en la morbimortalidad y también en el
riesgo de caidas, efectos adversos, toxicidad, hospitalizaciones, etcétera.(Hajjar,
Cafiero, & Hanlon, 2007)(Holtzman et al., 2013).

La fragilidad se define como un estado incrementado de vulnerabilidad en la edad


avanzada debido a una disminución en la reserva física. Su fenotipo se define por
la presencia de al menos 3 de las siguientes características: Cansancio, bajo nivel
de actividad, debilidad, pérdida de peso o marcha enlentecida. Esta se asocia con
pobres resultados en salud incrementando la tasa de hospitalización, morbilidad y
mortalidad en los individuos que la padecen. Se desconoce el mecanismo exacto
pero se asocia con altos niveles de radicales libres, disfunción mitocondrial y
activaci´n de otras vias inflamatorias. En los individuos con VIH se ha reportado la
fragilidad como un diagnóstico frecuente sin terapia ARV y con un conteo de
Linfocitos T CD4 bajo. La prevalencia se aprocima al 30% y esta ocurre a mas
temprana edad en personas con el VIH(Mpondo, 2016).

Vous aimerez peut-être aussi