Vous êtes sur la page 1sur 30

Puntuaciones sobre la Pericia Psicológica - Olcese

Puntuaciones sobre la Pericia Psicológica

Introducción
Resulta oportuno, atendiendo las dificultades que conlleva el
quehacer pericial, establecer una compilación que recupere
algunas consideraciones dispersas en los textos que se ocupan
de la temática, haciendo pie en cuestiones que resultan
relevantes en el ejercicio profesional y que son de consulta
permanente por parte de los profesionales que comienzan a
establecer una práctica en este ámbito laboral[1]. Es preciso
comenzar señalando que existen conceptos y procedimientos
que no disponen de la posibilidad de ser definidos desde el
campo psicológico ya que los temas y el carácter de las
intervenciones pertenecen al campo jurídico. Esta circunstancia
plantea que un profesional psicólogo debe adoptar esas
cuestiones, con cierta frecuencia, como un hecho consumado;
no obstante, importa decir que la ciencia del derecho establece
lo atinente a problemas de forma. Lo que se llama
el fondo o contenido sí resulta del exclusivo dominio de la
ciencia que converge interdisciplinariamente en calidad
de auxiliar[2], a los efectos de evacuar la consulta, debiendo ser
expuesto a título personal en el cuerpo del dictamen pericial.
Es importante precisar que, con frecuencia, los operadores
judiciales pretenden que el perito se pronuncie en función de
conceptos que pertenecen al campo jurídico. Esos conceptos y
categorías tienen la particularidad de tener una pregnancia
jurídico-psicológica y esa condición no debe llamar a confusión
ya que, con frecuencia, pertenecen exclusivamente a la ciencia
del derecho, a su lógica; esta situación requiere de los
psicólogos, a nuestro juicio, establecer un límite que se puede
denominar de restricción. En la medida que esos términos han
sido acuñados en el universo jurídico, su enunciación data de
décadas o siglos; su repetición es automática y generalmente
se sostiene en la autoridad de un autor por completo ajeno al
conocimiento psicológico académico contemporáneo.

Lo antedicho es relevante en la medida que, a los fines de llevar


adelante una práctica profesional correctamente fundada, es
menester poder situar no sólo cuál es la escuela psicológica a
la que pertenecen las categorías empleadas en la praxis, sino
que también es requisito que tengan vigencia académica, estar
formulados conforme al estado actual de la cuestión y, sobre
todo, deben estar definidos en el universo discursivo de la
disciplina en la cual el perito se ha formado.

En lo que respecta a la presente compilación se advierte que,


aunque se ha recurrido a instalar distintos subtítulos, no sólo
ningún concepto se cierra sobre sí mismo sino que la
articulación de la trama conceptual podría devenir diversa
según qué acentos sean los requeridos. Se ha dado el formato
de viñeta a algunos temas, sin embargo esa economía no
implica que la cuestión quede agotada. Cuando la temática no
se presta al cálculo subjetivo, se le ha otorgado el tratamiento
que le brindan los manuales.

El ámbito que nos ocupa debe ser abordado como campo


problemático; un perito psicólogo debe atender la
circunstancia de que en el ámbito jurídico y forense pueden
llevarse adelante prácticas profesionales que atenten contra los
instrumentos o normativas relativas a los Derechos Humanos,
ser contrarias a la preceptiva vigente, llegando a poder inducir
cuestionesiatrogénicas; esta advertencia también reúne la
posibilidad que tiene la praxis pericial de contar con el
psicoanálisis en extensión, a los efectos de poner límite al
poder estragante, desubjetivizante que las prácticas
hegemónicas establecen en el consultorio médico legal.
Antes de concluir con esta introducción es menester aclarar
que la nominación “psicología en el ámbito jurídico y forense”
implica que no se trata de “psicología jurídica y/o forense”. El
término ámbito (o campo) remite a la ley 9.538 del Ejercicio
profesional de los psicólogos (1.985) que considera la
existencia de incumbencias profesionales[3]. Es decir, no se
trata de una asignatura o extensión disciplinar de la ciencia del
derecho. Por tal motivo se debe situar la existencia de
un corte entre los discursos psicológico y jurídico. Dicho de otro
modo: a partir de una particular formación académica en una
carrera de psicología, el psicólogo es interrogado desde la
ciencia jurídica para que exprese conclusiones en virtud de su
formación.

Pericia

Aspectos Generales
En un litigio las partes intervinientes administran un conflicto
de intereses; el proceso judicial se define[4] como una serie
gradual, progresiva y concatenada de actos judiciales
cumplidos por órganos establecidos por el Estado a los efectos
de llevar adelante este tipo particular de conflictos.
El Dr. Omar A. Benaventos[5], en relación a la diversidad de los
conflictos jurídicos expresa que "la afirmación de la existencia
de un conflicto de relevancia jurídica en el plano jurídico-
procesal constituye el objeto de conocimiento del derecho
procesal”. Examina los tres tipos de conflictos jurídicamente
trascendentes que le interesan al Derecho Procesal: la
pretensión y la resistencia, el estado de incertidumbre y la
violación de la conducta prescrita por la norma. Dice:
"Más allá de la sustancia material que pueden empapar al
conflicto (civil, penal, laboral, administrativo, familiar) pueden
establecerse “categorías” de lasvariantes conflictivas de
relevancia jurídica que se presentan en el plano de la realidad
social y que admiten su “judicialización” (estatal o privada).

Estas variantes conflictivas asumen, a nuestro juicio, las


siguientes formas:

Primer conflicto: pretensión-resistencia: este tipo de conflicto


(quizás el más típico) se origina en la existencia, en el plano de
la realidad social, de una pretensión por parte de un
pretendiente -gente o ente- y, frente a ella, la coexistencia de
unaresistencia de aquél frente a quién se pretende “un bien de
la vida de trascendencia jurídica”.
En otros términos, el requerimiento jurídico no es satisfecho
(voluntariamente) por aquél contra quién va encaminado. El
“pretendido” -lejos de someterse a la voluntad ajena- le opone al
“pretendiente” una resistencia de cumplimiento.
Este primer tipo de conflicto acordamos en denominarlo (como
lo viene haciendo la doctrina más calificada) como “pretensión-
resistencia”.

Pues bien, el conflicto, que se ubica como dijimos en el plano de


la realidad social, puede desembocar (en el caso de quedar
irresuelto, y decidir el presunto afectado llevar la cuestión al
plano jurídico) en una “pretensión procesal” (ejercitada por
medio del derecho de acción y documentada en una “demanda”)
por la que se perseguirá el dictado de una sentencia “favorable”
(previa formación del proceso judicial) que sea “declarativa de
condena”, “constitutiva de estado” o “de ejecución”.
Ahora bien, si el contenido jurídico de “lo pretendido” y
“resistido” se remiten a intereses “transigibles” podrá ser
procesado y sentenciado (indistintamente) por jueces o
árbitros (en la medida que no está en juego sino intereses
disponibles por los propios contendientes) y, también, (...) “auto-
compuesto” por las propias partes.(...)
Segundo conflicto: estado de incertidumbre: el conflicto
consiste en un “estado de incertidumbre jurídica”.
En este supuesto la función jurisdiccional pasa
(exclusivamente) por hacer cesar ese estado de duda que, en sí,
constituye la situación conflictiva (...).
El tercer tipo de conflicto: la conducta que viola una
prescripción normativa: el conflicto puede asumir aquí otro
cariz: el mismo se produce al verificarse que una conducta
humana entra en colisión con el “molde patrón” que el sistema
jurídico “previsionó” para ese supuesto (caso de la conducta
delictiva que queda comprendida en uno de los tipos penales
sancionados por el código penal). (...)
La índole de este conflicto explica el sentido, la razón de ser, y
la intervención de los órganos jurisdiccionales estatales que
desenvuelven su actuación aplicando, por caso, el derecho
penal sustantivo por medio del derecho procesal penal".[6]
Prosiguiendo con otra circunstancia de carácter general, es
necesario tener presente que, una vez que la parte actora ha
presentado una demanda,corresponde que la parte demandada
proceda a contestarla; en alguno de esos dos acontecimientos
-o en ambos- puede plantearse la necesidad de consultar a
profesionales de otras disciplinas, que son convocados en
calidad de auxiliares de la justicia, para que asesoren a los
litigantes y al juez a los efectos de poder emitir sentencia
justa. Al abrirse el período de prueba se da lugar a la
realización de las pericias psicológicas que nos ocupan -entre
otras actividades procesales- las que son consideradas un
medio de prueba. Finalizada esta etapa del procedimiento
siguen los alegatos, la sentencia y las posibles apelaciones.
La prueba pericial es un “medio para demostrar la existencia o
no de hechos en cosas, lugares y personas dentro de los
procesos litigiosos”[7] y resulta ser unadeclaración de
ciencia que no constituye un simple informe sobre lo ocurrido,
sino un juicio valorativo sobre lo que es objeto directo de
verificación.
Al ser ofrecida la prueba pericial se indicará la especialidad que
ha de tener el perito y se propondrán los puntos de pericia. La
parte en litigio puede designar en el expediente a su consultor
técnico indicando nombre, profesión y domicilio. La otra parte,
al contestar el traslado, podrá formular otros puntos de pericia y
designar delegado técnico[8]. Los puntos periciales deben ser
claros y concretos.
Empero, ¿qué ocurre cuando las preguntas se prestan a
confusión? Por ejemplo, en oportunidades la interrogación en el
fuero civil versa sobre la determinación de existencia de daño
espiritual. Este traspié ha sido inducido por Hernán Daray quien,
fuera de esta dificultad, ha llevado adelante una compilación de
manual muy completa. Está claro que sobre el espíritu al perito
psicólogo no le corresponde establecer conclusiones. Situando
rápidamente la cuestión, se recordará que en 1.879 W. Wundt
produjo el gesto fundacional de la psicología como ciencia
independiente de la filosofía; a partir de esa
circunstancia psyche dejó de referir al alma -espíritu- y pasó a
designar lo psíquico y, en otras escuelas, lo mental. Ambos,
-psíquico y mental- han sido sistematizados y en la actualidad
no refieren, de ningún modo, a espíritu[9]. En circunstancias
como estas un perito psicólogo puede solicitar aclaraciones o él
mismo informar que se trata de un anacronismo, un traslado
automático impreciso, sin renunciar a la tarea en la medida que
ha sido designado en autos y tiene el derecho y la obligación de
llevar adelante lo encomendado.
También es habitual que al perito psicólogo se le formule alguna
pregunta respecto de si el actor padece daño al equilibrio
espiritual, circunstancia que puede estar haciendo referencia
concreta al daño moral; en todo caso, hay que tener en cuenta
que el perito se puede dirigir al juez que entiende en la causa, o
al secretario del juzgado a fin de plantear la cuestión suscitada.
Otra pregunta, en el fuero penal, que resulta una torpeza es la
que refiere a si una persona ha sido víctima de violación. Un
psicólogo no puede expedirse acerca del concepto violación en
la medida que éste implica un delito y resulta una incumbencia
de los operadores judiciales determinar la existencia de un
ilícito. Un perito debe formular si existe o no presencia de
indicadores psicopatológicos compatibles con el padecimiento
de agresión sexual, pero no debe avanzar sobre categorías
pertenecientes a una disciplina que no es la suya. Incluso, y sin
pretender agotar esta difícil cuestión[10], resultaría adecuado
expedirse acerca del estado psíquico que presenta una
presunta víctima de agresión sexual e informar -luego de
evaluar clínicamente posibles antecedentes psicopatológicos
(previos o contemporáneos) a ese acontecimiento-, si esos
indicadores hallados pueden adjudicarse a una experiencia de
agresión sexual.

En todos los casos un perito psicólogo debe expedirse sólo


sobre lo que ha podido evaluar clínicamente y en ningún caso
podrá dar fe de los hechos denunciados; en virtud de esta
circunstancia es que se ha expresado que un dictamen es una
declaración de ciencia y no una declaración testimonial.
Confundir su intervención con una declaración testimonial
viciará el dictamen, circunstancia que resultará entorpecedora
del resguardo de la subjetividad que se procura establecer
sobre la víctima, llegando a abrir el camino a nuevas
revictimizaciones.

Con frecuencia los peritos psicólogos en el fuero civil deben


responder acerca del daño psíquico en términos cuali-
cuantitativos. Esta circunstancia implica emitir un diagnóstico
clínico que, aunque podría quedar próximo a la emisión de un
psicodiagnóstico, difiere de éste. Es decir, atendiendo a que un
psicodiagnóstico puede ser presentado para la toma de
decisiones por fuera de la clínica y dirigido a otros ámbitos
(educacional, laboral, forense, etc.), éste habrá de resolverse
atendiendo la circunstancia particular de quién lo solicite y la
función que deba cumplir. Cada uno de esos ámbitos de la
praxis profesional disponen de una impronta que requiere, en
cada caso, acotaciones necesarias. En el último de los ámbitos
referidos, en los puntos de pericia no sólo se suele solicitar la
emisión de diagnóstico sino que con frecuencia pueden
requerirse pronósticos y prescripciones; resulta oportuno
señalar que no es legítimo confundir pronóstico con futurología;
es posible establecer lo que se denomina daño futuro cierto, en
el marco de una formulación cuidadosa de esas conclusiones.
Por otra parte, los puntos de pericia no pueden ser respondidos
por si o porno, sino que deben contener de manera fundada la
opinión del profesional. Al tratarse de una declaración de
ciencia solicitada a los fines de tomar decisiones, resulta por
completo inapropiado que el perito plantee que se trata de una
conclusión presuntiva.

Siendo que las partes -actora y demandada- pueden asistir por


sí o por delegado técnico a la realización de la pericia para
hacer las observaciones que consideren necesarias, es preciso
aclarar que en modo alguno los peritos psicólogos pueden
plantear que la presencia de los delegados técnicos impiden el
establecimiento de la transferencia en la labor pericial y esto
por las siguientes razones:

1. Una pericia no es un tratamiento clínico, por tal motivo no requiere


de la instalación de la transferencia. Sí debe establecerse la
empatía requerida para que los implicados participen y colaboren
en la tarea.
2. El peritado no es un paciente. Las entrevistas no son sesiones.
3. No existe demanda[11] de pericia. La tarea se desenvuelve a través
de una designación, en la medida que el profesional se ha inscrito
en la lista de peritos de oficio.
4. Los honorarios que cobra el profesional que actúa como perito de
oficio no son percibidos al finalizar las entrevistas sino que los
regula el juez una vez que ha concluido el litigio y se perciben una
vez que hay sentencia firme.
5. El perito no interpreta al peritado. Tampoco informa sus
conclusiones al actor o imputado, sino al juez y a las partes.
6. Lo que un psicólogo llega a saber por la intervención pericial no
dispone del mismo nivel de secreto profesional que lo que le es
dado a conocer en la clínica. El psicólogo en función clínica debe
guardar el más riguroso secreto profesional. En la labor pericial
debe dar a conocer exclusivamente lo que le es solicitado en los
puntos de pericia, ateniéndose con rigor a lo que éstos preguntan.
7. El perito debe hacer saber al peritado en qué consiste la tarea y
que las conclusiones serán puestas en conocimiento del juez y las
partes a los efectos de producir la resolución del litigio
(consentimiento informado).

En el transcurso de la producción del medio de prueba el perito


debe llevar adelante tres etapas[12] fundamentales:
1. Etapa previa o preparatoria: trata de las tareas que abarcan la
inscripción en la lista de peritos de oficio, cumplir con los
requisitos legales prescritos, la designación -previa notificación
judicial-, la aceptación del cargo y toma de posesión del mismo, la
fijación de las fechas, hora y lugar de realización de la pericia, el
análisis de los puntos periciales, la lectura del expediente.
2. Etapa de ejecución del peritaje o de comprobación de los hechos :
incluye la deliberación personal o en conjunto (si se trata de junta
de peritos). Aclaramos que el perito de oficio no delibera con los
delegados técnicos. Esta etapa es fundamental en la medida que la
compulsa se realiza sobre las cosas o personas para arribar a las
conclusiones. F. Zarco Pérez refiere a ella de la siguiente forma:

... es la columna vertebral del dictamen pericial, sin la cual el


peritaje no existe. Si el perito no cumple acabadamente con
este presupuesto básico y sustancial, su informe será
impugnado, por parte de los litigantes, pudiendo llegar -en el
otro extremo del continuo- al pedido de nulidad del peritaje, con
las consecuencias patrimoniales, procesales, penales y
profesionales, que le devienen acorde con la gravedad del caso.
[13]
3. Etapa final: consiste en la emisión del dictamen pericial en el que
se arriba a las conclusiones. El dictamen de oficio se presenta por
escrito, con copias para las partes en litigio. Corresponde que el
perito detalle las operaciones técnicas realizadas y los principios
científicos en que se funda para llegar a las conclusiones.

La labor pericial, una vez aceptado el cargo, es indelegable. El


perito debe realizar él mismo todos los procedimientos en las
distintas etapas, aunque puede contar con colaboradores.
Respecto de las llamadas operaciones técnicas y principios
científicos se debe tener presente que pertenecen a un ámbito
del saber académico que es el cúmulo de conocimientos que el
profesional psicólogo ha adquirido en el cursado de las
asignaturas de grado y postgrado. En virtud de esta
circunstancia es posible preguntarse si acaso los dictámenes
psicológicos plagados de contenidos propios de la medicina
legal desmienten la formación académica propia de la disciplina
psicológica. Incluso, cabe preguntar cuáles han sido las
vicisitudes académicas y políticas que han posibilitado una
praxis pericial psicológica en la que los dictámenes adquieren
un perfil psicológico-legal, sin atender las tensiones
conceptuales que se integran en el entrecruzamiento discursivo
(interdisciplina) y que son propias de la diversidad presente en
los campos y los temas que se abordan.
Por lo general la pericia se realiza
mediante entrevistas[14] diagnósticas, de allí que la labor
requiere conocimientos pertenecientes al ámbito de la clínica.
En ellas cada profesional, según el marco teórico que ha elegido
para llevar adelante la prosecución de sus abordajes
profesionales, pone en juego el saber teórico y práctico. Por lo
tanto, el perito procede en la labor pericial desde la escuela
psicológica que ha elegido como marco de referencia, a su
cuenta y riesgo; esta última aclaración implica que en el trámite
de inscripción en la Corte Suprema de Justicia no se le pide que
explicite la orientación en la que establecerá el orden de
razones de sus conclusiones. El perito establece
lasconclusiones en nombre propio, exponiendo su matrícula; o
sea, tanto la exhibe como la pone en riesgo -como cualquier
profesional y como en cualquier praxis en la que interviene-. El
perito puede llegar a ser interpelado, y de continuo lo es, por las
partes en conflicto a fin de que de cuenta de los fundamentos
científicos en los que se soportan sus conclusiones.
Aunque gran parte de la labor pericial se explicita de manera
simplificada en los manuales, no es exactamente una praxis
exclusivamente técnica; si así fuese sería posible encomendarla
a una máquina. En lo que respecta al contenido o fondo de la
cuestión, éste requiere tomar decisiones que hacen a la puesta
en función de una lectura del caso, atenta a los
entrecruzamientos de los datos e indicios obtenidos del
expediente, en el transcurso de las entrevistas y otras
fuentesque se establecen según cada caso. Es decir: la
realización de una pericia implica el diseño de la intervención
atendiendo la singularidad, de la que dependerá, por ejemplo, la
cantidad de entrevistas requeridas para producir el dictamen.
Las entrevistas deben establecerse en función del problema a
resolver/responder y según el requerimiento de resguardo tanto
de las personas intervinientes como de las funciones que se
ejercen en el trámite. Se deben tener en cuenta los parámetros
científicos para abordar el caso y los valores deontológicos
circunscritos en el Código de Etica que rige el desempeño de la
profesión. Por lo tanto: imprudencia, negligencia e impericia
representan acciones iatrogénicas contra el destinatario, actor
o imputado.
El dictamen pericial no es vinculante , es decir, el juez habrá de
tomar las conclusiones emitidas por los peritos intervinientes si
éstas han logrado crear convicción en él. En este sentido, dos
son los destinos del dictamen; si el juez no se atiene a sus
conclusiones debe expresar el motivo por el que se aparta de
ellas. La otra posibilidad es que funde su sentencia atendiendo
los dichos periciales, a los que citará en mayor o menor medida,
según considere oportuno.
Entonces, una pericia implica abordar el expediente en términos
de caso. Un perito psicólogo no puede responder aplicando
consignas congeladas; no debe servirse de parámetros clínicos
que no sean los de su disciplina; no puede desconocer los
aspectos jurídico- legales de la tarea; no puede pasar alto los
aspectos deontológicos estipulados en el ámbito de su
colegiación.

Perito

Uno de los requisitos para actuar como perito es disponer de la


idoneidad otorgada por el título habilitante en la ciencia a la que
pertenecen las cuestiones acerca de las cuales debe expedirse.
La norma y la jurisprudencia valoran la labor pericial en los
siguientes términos:

“El perito es un auxiliar de la justicia y contribuye a esclarecer


aquellos puntos que requieren conocimientos especiales,
sirviendo su dictamen como asesoramiento cuyo valor será
apreciado según la profesionalidad y aptitudes de la persona a
quien se encomendó la tarea”: (CN Seg. Soc., Sala 2, 31/12/98;
González, Herminia c. ANSeS”).”[15]
El perito, en sus distintas figuras procesales, cumple funciones
que resultan comunes a todas las disciplinas que intervienen a
fin de establecer conclusiones requeridas por los operadores
judiciales. Es decir: las definiciones que se establecen a
continuación valen tanto para un profesional psicólogo como
para un médico o un ingeniero ya que la condición de perito no
dispone de especificidad disciplinaria desde el punto de vista de
la definición presente en los códigos. Esta circunstancia implica
que en la práctica cada profesional deberá atender a su
particular formación para dar contenido científico a los
dictámenes e informes que realice. Esta aclaración pone en
juego, precisamente, que la letra del código es general y
abstracta también en lo que respecta a definir la función que
nos ocupa.
Anotemos las siguientes cuestiones generales[16]:
1. Un perito es un experto en alguna ciencia, arte u oficio. El
problema se establece al pasar por alto la condición
de experto que remite tanto a las cuestiones de forma como de
fondo; es decir, cómo, cuándo y qué hacer. La condición de experto
implica que un perito debe conocer con solvencia el tema sobre el
cual emite su opinión y debe conocer los modos en que se lleva
adelante la procuración de la tarea pericial.
2. En virtud de que un dictamen implica una declaración de ciencia
(no es una declaración testimonial, ni una declaración de verdad,
etc.) el perito deberá proveer al juez y a las partes una opinión
fundada académicamente.Es decir, no puede trasladar el saber de
los manuales a los informes y dictámenes; por el contrario, se trata
de llevar adelante el análisis que cada caso requiere y éste debe
ser especificado en su singularidad.
3. En el dictamen deben expresarse los procedimientos llevados a
cabo para su consumación, así como la aclaración del marco
conceptual desde el cual son emitidas las conclusiones ; las
conclusiones son enunciadas en nombre propio.
4. Cuando se pone énfasis en la circunstancia de que no se trata sólo
de informar sino que es requisito crear convicción en el juez, ello
implica que el magistrado debe disponer de argumentos que le
permitan tomar decisiones a la hora de dictar sentencia. Es decir,
el juez tomará en cuenta la pericia en la medida que le haya podido
aclarar el asunto que se discute. Atendiendo el principio de
seguridad jurídica, que implica que el juez no puede no dictar
sentencia, el perito no puede no responder.
5. La pericia versa sobre determinadas circunstancias del litigio y el
profesional es llamado en calidad de auxiliar -esta caracterización
suele ser resistida; hay quienes proponen el concepto de asesor-.
6. Los operadores judiciales no pueden emitir sentencia sin apelar a
conocimientos extrajudiciales. El saber de la ciencia del derecho
no alcanza a cubrir los distintos ámbitos del conocimiento sobre
los cuales la sentencia debe expedirse.
7. Lo que se puede denominar hiancias del discurso del derecho, pone
en juego la interdisciplina; el intercambio de conocimiento entre
profesionales que abordan un objeto de estudio desde disciplinas
disímiles, heterogéneas, no implica que el resultado del
intercambio implique la complementariedad.
8. La decisión final corre por cuenta del juez de primera instancia, la
que a su vez puede ser revisada en la alzada. La sentencia implica
una interpretación de la ley, que se hace en nombre propio, es
decir, por cuenta y riesgo.

Lo que acabamos de plantear permite avanzar sobre la cuestión


del riesgo profesional. Dicho de manera breve, un profesional,
cuando emite un informe, un dictamen, una sentencia, etc.,
puede ser interpelado desde los distintos lugares habilitados
para tal fin.

En el ámbito del expediente judicial, la intervención puede no


agotarse en el escrito que se presenta. El dictamen puede ser
declarado nulo, impugnado o requerir aclaraciones,
ampliaciones, etc. El perito también puede ser convocado para
expresar y/o aclarar sus conclusiones en la audiencia de vista
de causa o en el juicio oral.

Los peritos gozan de la libertad de establecer la metodología de


investigación según su propio criterio e idoneidad.

Los peritos deben proceder de acuerdo con el estado actual del


arte de la disciplina a partir de la cual emiten sus dictámenes e
informes (principio deontológico).

Perito de Oficio

Un profesional puede ser convocado por la Justicia como perito


de oficio. Este nombramiento está reglamentado en los códigos
de procedimiento, leyes especiales y acordadas de las distintas
jurisdicciones judiciales que especifican la idoneidad
profesional que se acredita mediante el título habilitante.

La Ley 10.160 -Ley Orgánica del Poder Judicial de la Provincia


de Santa Fe-, en su Capítulo II: "De la Competencia de la Corte
Suprema de Justicia", art. 19, inc. 6° dispone “Confeccionar
antes del 31 de diciembre de cada año, las nóminas necesarias
para que los magistrados y los jueces comunales puedan
efectuar las correspondientes designaciones durante el año
siguiente”.

La Corte Suprema de Justicia dispuso, a los efectos del


cumplimiento de la norma, que durante el mes de octubre[17] de
cada año se recepcionen las solicitudes de los profesionales;
los formularios se encuentran a disposición de los interesados
en los tribunales correspondientes o pueden bajarse desde la
página web habilitada a esos efectos.

Además de la solicitud, cuya firma deberá ser certificada


judicialmente, los profesionales que se inscriben para actuar
como peritos de oficio deben presentar:

1. Fotocopia certificada del título habilitante expedido por


establecimientos oficiales.
2. Constancia de matrícula profesional.
3. Certificado de buena conducta (carencia de antecedentes penales,
inexistencia de inhabilidad especial para ejercer la profesión).

También deben pagarse unos sellos cuyo monto varía según se


trate de los Tribunales Provinciales o Federales. En el trámite
debe establecerse fehacientemente domicilio legal; esto implica
que el perito será notificado de las designaciones en ese
domicilio y cualquier cambio deberá ser puesto en conocimiento
de la autoridad jurisdiccional; anotemos que la no presentación
a aceptar/rechazar cargo implicará la posibilidad de ser dado
de baja de la lista de peritos y multado.

El atributo de perito de oficio nace cada vez que un profesional


se inscribe en las listas de oficio que cada año confecciona la
Corte Suprema de Justicia, adquiriendo su condición procesal a
raíz del nombramiento judicial en la causa particular y de la
subsiguiente aceptación del cargo. La naturaleza jurídica que
reviste esta figura es la de auxiliar de la justicia.

Los objetivos fundamentales del perito de oficio son:

1- Generar un dictamen pericial basado en conocimientos


científicos, técnicos o artísticos y habiendo actuado
objetivamente, conforme a derecho y en forma equidistante
respecto de las partes.
2- Establecer un dictamen con la información suficiente para
esclarecer al Juez en áreas ajenas al derecho, posibilitando con
este medio de prueba pericial -y otras arrimadas al juicio-, que
el juzgador pueda sustentar su sentencia.

Para desempeñarse legalmente, el perito debe aceptar


formalmente el cargo en sede judicial, previa recepción de la
notificación judicial en el domicilio que constituyó al efecto
cuando se inscribió para actuar como tal. Lo hará ante el oficial
primero del tribunal, mediante acta formal y prestará juramento
de desempeñarlo fielmente[18].

Existe una circunstancia que afecta especialmente al perito de


oficio. Esta es referida en los textos que se ocupan de la
temática pericial; Zarco Pérez la aborda de la siguiente
manera:

1. Devis Echandía[19] en Compendio de la Prueba Pericial, Ed.


Rubinzal-Culzoni, 1984, p. 154, refiere: “Conviene consagrar el
deber de colaboración de las partes con los peritos, y contemplar
dos hipótesis: 1º) la falta de colaboración que no impide practicar
el dictamen; 2º) la obstaculización que hizo imposible practicarlo.
De acuerdo con la doctrina esa conducta se traduce en una de dos
consecuencias: confesión ficta o indicio. En Colombia se adoptó el
segundo camino, de considerar ambas conductas como indicios
graves en contra de la parte que niega la colaboración o que
impida la práctica del dictamen, sometiéndolas además, en el
primer caso, a multas y a pagar los honorarios del perito, y en el
segundo a una multa de quinientos a mil pesos. Los peritos deben
hacer constar en su dictamen aquellas circunstancias.
2.
3. Habrá de notarse que en el ámbito de la clínica la expresión falta
de colaboración no existe como tal; podría, en todo caso, aparecer
como falta de implicación o como resistencia al tratamiento, etc.
Atendiendo a esta referencia del texto es oportuno hacer algunas
consideraciones:
4. La labor pericial implica el abordaje del caso en su singularidad.
5. El peritado debe dar consentimiento informado respecto de qué
trata la tarea y sus consecuencias judiciales.
6. En todos los casos, la falta de colaboración debe ser interpretada
contextualmente.
7. El perito psicólogo pondrá en conocimiento del juez la
circunstancia de la falta de colaboración en el marco de otras
consideraciones sobre el caso.

En relación al pedido de prórroga para rendir el dictamen, el


perito de oficio puede pedirla sólo una vez. Aunque la tarea
es indelegable, sin embargo puede
tener asesores y colaboradores; esta circunstancia es
importante porque permite articular la función de la supervisión
de la tarea pericial sin hacer caer la calidad de experto
requerida -el supervisor debe guardar secreto profesional-.
La presentación del dictamen al juez y su
correspondiente traslado a las partesresulta a los efectos de
que quede controvertido; es decir, las partes involucradas en la
litis podrán solicitar las ampliaciones o aclaraciones y
proponer objeciones. Si el perito no plantea el traslado, el
dictamen carece de mérito probatorio; asimismo, el perito debe
contestar en tiempo y forma todos los traslados que le realicen
las partes.
El dictamen no puede basarse en apreciaciones generales; los
puntos de pericia no pueden responderse por si o por no,
requieren respuestas fundadas. Por tal motivo se dice que las
conclusiones deben ser claras, exactas y sin vacilaciones,
convincentes; deben ser la consecuencia lógica de los
fundamentos a los fines de que disponga de eficacia probatoria .
El perito sólo dará a conocer exclusivamente aquello que le es
preguntado; esta circunstancia implica que es la parte la que
decide qué desea saber, qué tener en cuenta y qué no. Cuando
alguna de las partes aclara que el perito puede comunicar todo
aquello que haya podido aprehender del caso en el transcurso
de la labor y lo considere oportuno a los fines de informar al
juez y a las partes, sólo en ese caso el profesional podrá
agregar contenidos que no se encuentren expresamente
referenciados en los puntos de pericia.

Castex, respecto de la valoración del daño psíquico, advierte


que:
... es de interés tener en cuenta, en este punto, los derechos del
examinado, en cuanto a que el estudio de peritación puede,
debido al arte propio de la especialidad, poner en descubierto
facetas íntimas de aquél, que nada tienen que ver con el objeto
de la peritación.
Los peritados no siempre tienen tal consecuencia presente al
presentarse al estudio referido, y confunden, además, con
frecuencia, el acto médico con el acto de peritación. Ambas
cosas obligan al perito a clarificar tal posibilidadantes de iniciar
el examen, en la forma más clara, concisa y comprensible para
aquéllos.[21]

La circunstancia acerca de qué informar trae aparejadas


algunas cuestiones que deben ser resueltas desde la
perspectiva de los principios jurídicos, de las disposiciones
deontológicas y las teorías que fundamentan las conclusiones.

Otra circunstancia a tener en cuenta son los tiempos


procesales; así, por ejemplo, la aceptación del cargo (ante el
secretario del juzgado correspondiente) debe realizarse
perentoriamente tras recibida la designación -dentro de las 72
horas en el fuero civil y 48 horas en el fuero laboral-. Las fechas
de peritación se fijan en función de plazos que se pueden
consultar en la Mesa de Entrada del juzgado en el que se lleva
adelante la litis. La emisión del dictamen dispone de un plazo
que suele pautarse en treinta días -luego de finalizado el
período de las entrevistas-, aunque es prudente no pasar por
alto que esto ha sido instaurado por costumbre; el código
procesal civil de nuestra provincia no dice nada al respecto. El
código procesal laboral de la provincia de Santa Fe plantea 10
días para la presentación del dictamen, a partir de la aceptación
del cargo, circunstancia que en realidad nunca se puede cumplir
en la práctica. Loshonorarios se cobran cuando la sentencia
queda firme[22].
Esta categoría de perito dispone de las mismas causales de
excusación o recusación que los jueces, en la medida que es de
rigor respetar el principio de imparcialidad al realizar la tarea.
El dictamen debe reunir los requerimientos formales exigidos
para todos los escritos judiciales (hoja tamaño oficio, doble faz,
márgenes predeterminados, tinta negra, sin claros); debe
manifestar de forma detallada las metodologías de trabajo y los
principios que fundan las conclusiones; deben presentarse
tantas copias como partes interesadas haya en el juicio; el
original se agregará al expediente y el perito requerirá en mesa
de entrada copia sellada como acuse de recibo.
Perito Oficial

Al igual que el perito de oficio, el perito oficial es un experto,


auxiliar de la justicia, que colabora con el juez en aspectos
científicos, técnicos o artísticos requeridos para dilucidar
cuestiones litigiosas que no pertenecen a la competencia
académica de un abogado pero que son requeridas en el
quehacer del juzgador.

La diferencia, con respecto al perito de oficio, resulta del hecho


de que éste es un profesional independiente, inscrito
anualmente en las listas de oficio de la Corte Suprema de
Justicia, que percibe honorarios regulados judicialmente. En
cambio, el perito oficial está en una relación de dependencia
con el Poder Judicial, es un asalariado que procede a
requerimiento de los jueces. En tanto funcionario del poder
judicial tiene restricciones que a los peritos de oficio no los
alcanzan, según lo que expresa el art. 168 de la Ley Orgánica
Nº 10.160:

1. No puede ejercer la profesión de manera privada, excepción hecha


de la actividad académica.
2. No puede percibir honorarios.
3. No puede intervenir como perito a propuesta de parte.
4. No puede integrar los directorios de los respectivos colegios
profesionales.
5. No puede integrar sociedades de personas o por acciones que
tengan por objeto la prestación de servicios.
6. No puede integrar las listas de oficio en las causas que se
sustancien en el territorio de la provincia, salvo casos de juicios en
los cuales la parte actúa con beneficio de litigar sin gastos.

El perito oficial no debe aceptar cargo ante el actuario para


intervenir en las causas que se sustancian ya que ha prestado
juramento al asumir su función.

Esta categoría de perito dispone de las mismas causales de


excusación o recusación que los jueces y debe respetar el
principio de imparcialidad al realizar la tarea.
Causales de recusación y excusación de los peritos de
oficio y oficiales
Para el tema de la excusación y recusación de los peritos debe
tenerse en cuenta lo que establece el artículo 189 y 190 y otros
que derivan de lo que prescriben éstos en el Código Procesal
Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe (ver Anexo).
El art. 189 remite al artículo 218 del mismo código : “El testigo
puede rehusarse a contestar las preguntas que se le hicieren:
1ro. Si la respuesta debiera comprometer su honor o exponerlo
a enjuiciamiento criminal. 2do. Si no pudiera responder sin
revelar un secreto científico, artístico o industrial; dejando a
salvo lo establecido en el artículo 216”.

El art. 216: “Los abogados, procuradores, médicos, sacerdotes,


farmacéuticos y parteras podrán rehusarse a prestar
declaración sobre hechos que se les hubiere comunicado
confidencialmente en el ejercicio de su profesión o ministerio”.

El art. 190 prescribe: “Los peritos nombrados de común acuerdo


pueden ser recusados por causas posteriores a su
nombramiento y los que hubieren sido nombrados de oficio,
también por causa anterior, todo de acuerdo con lo establecido
para las recusaciones”

Esta última referencia del artículo remite a las causales de


recusación que el artículo 10 del mismo código establece para
los jueces:

Art. 10: “Todos los jueces superiores o inferiores pueden ser


recusados con causa por encontrarse con el litigante, su
abogado o su procurador en alguna de las situaciones
siguientes:

 Parentesco reconocido en cualquier grado de la línea recta y hasta


el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad en la
colateral;
 Tener el juez o sus parientes, dentro de los grados expresados,
interés en el pleito o en otro semejante, sociedad o comunidad,
salvo que se trate de sociedad anónima o de pleito pendiente
iniciado con anterioridad;
 Ser el juez o su cónyuge acreedor, deudor o fiador, salvo que se
tratare de bancos oficiales;
 Ser o haber sido el juez, denunciante o acusador fuera del juicio o
antes de comenzado el mismo denunciado o acusado;
 Haber intervenido como letrado, apoderado, fiscal o defensor;
haber emitido opinión como juez o haber dado recomendaciones
acerca del pleito u opinión extrajudicial sobre el mismo con
conocimiento de los autos;
 Haber dictado sentencia o sido recusado como juez inferior;
 Haber recibido el juez o sus parientes en los grados expresados,
beneficio de importancia;
 Tener amistad que se manifieste por gran familiaridad o frecuencia
de trato;
 Mediar enemistad, odio o resentimiento grave, a menos que
provenga de ataques u ofensas inferidas contra el juez después de
comenzada su intervención;
 Ser o haber sido el juez, tutor o curador o haber estado bajo tutela
o curatela; salvo que hayan transcurrido más de dos años y estén
aprobadas las cuentas respectivas;
 Tener el juez de segunda instancia parentesco, dentro de los
grados expresados anteriormente, con el que dictó la sentencia de
primera instancia. Podrán recusarse con causa hasta el
llamamiento de autos y aun después si la recusación se fundare en
causa nacida con posterioridad.

La recusación del perito debe ser formulada dentro de los tres


días, más uno de gracia, de notificado el decreto de
designación e imprimírsele trámite incidental. Planteada ante el
juez, debe darse traslado al perito que podrá aceptarla o
rechazarla, debiendo en su caso el Tribunal ordenar la
producción de la correspondiente prueba y resolver previa vista
de causa. La resolución que se dicte es inapelable.
La excusación del perito corresponde cuando éste tiene
conocimiento de la causal que le impide desempeñarse como
tal. Deberá presentar en sede judicial el escrito correspondiente
y, por ende, no podrá aceptar el cargo ni tomar posesión del
mismo.
Consultor técnico (perito de parte)
La función del delegado o consultor técnico tiene por objetivo la
mejorpreservación de los intereses de la parte litigante que lo
contrata, asesorando a la parte y controlando las diligencias
periciales llevadas a cabo por el perito de oficio y/o perito
oficial, según el caso. Se trata de un
profesional independienteque es auxiliar de la parte que lo
contrata (actora o demandada). La parte no está obligada a
exponer las conclusiones que el perito le informa cuando le son
desfavorables. Se caracteriza por:
1. No tiene que aceptar el cargo como el perito de oficio, por no ser
auxiliar del órgano judicial, excepto en los procesos penales.
Empero, sí debe constar en el expediente sus datos cuando tiene
por función controlar el desempeño del perito de oficio u oficial en
el transcurso de las entrevistas periciales u otras actividades
procesales.
2. Es una figura extra-procesal, por lo cual no puede ser recusado; sí
puede ser reemplazado si la parte que lo contrató así lo decide.
3. Su naturaleza jurídica es análoga a la del abogado que defiende los
intereses de la parte que lo contrató -la mayor parte de la
jurisprudencia acepta esta analogía-, sin embargo, atendiendo a
que un perito psicólogo no puede llevar adelante intervenciones
que puedan resultar iatrogénicas, atender los intereses de la parte
no implica producir afirmaciones que impliquen, por ejemplo,
enunciar diagnósticos falsos o establecer diagnósticos cuali-
cuantitativos que vulneren la subjetividad del actor o imputado,
etc.
4. Sus honorarios no están previstos expresamente en nuestro código
para que integre la condena en costas; el profesional debe fijarlos
libremente en el momento de la locación de servicios.
5. Al no ser auxiliar del órgano judicial, no está legitimado para
presentar dictamen alguno. Solamente establece informes para
quien lo contrató.
6. Su actuación es limitada. No puede adoptar actitudes que
entorpezcan la labor del perito de oficio o del perito oficial. No
puede participar en la emisión del dictamen pericial, porque es una
función que le compete solamente al perito de oficio u oficial.

Es decir, el informe técnico confeccionado por un consultor no


es una pericia ya que éste no presta juramento; las partes no
tienen la posibilidad de recusarlo.

CUADRO COMPARATIVO DE LAS TRES FIGURAS DE PERITOS:

PERITO DE OFICIO, PERITO OFICIAL Y DELEGADO O


CONSULTOR TÉCNICO

PERITO DE PERITO CONSULTOR

CONCEPTO OFICIO OFICIAL TÉCNICO

- De oficio por el

Juez (listas).
Por las partes en

- Por acuerdo de juicio -actor o


partes (Art. 186
1. Designación C.P.C. C Sta. Fe). Funcionario del Poder demandado-.

Judicial.

2. Naturaleza
Auxiliar de la

Jurídica Justicia. Auxiliar de la Justicia. Auxiliar de quien

lo contrató.

Acta ante actuario No acepta el

que contiene cargo; prestó


3. Aceptación No acepta cargo.
aceptación de cargo juramento al asumir la
Sí debe constar en el
del Cargo y fija domicilio. función. expediente su
nombre, título y
domicilio.

4. Actuación en Realización de la Realización de la Control de las

pericia al efecto de pericia al efecto de la


la labor actuaciones del
pericial la comprobación comprobación de los perito oficial o del
hechos. perito de oficio.

de los hechos.

No.
Con causa legal que Con causa legal que lo

5. Excusación lo justifique. justifique. Figura extraprocesal.

Contrato privado.

Puede ser recusado

por las mismas Puede ser recusado por


No.
causas que las mismas causas que

6. Recusación los jueces. los jueces. Figura extraprocesal

Contrato privado.

Emite dictamen Emite dictamen El informe, escrito u

pericial que pericial que será oral, se dirige a la


7. Emisión del
seráagregado al agregado al parte que lo

dictamen pericial expediente. expediente. contrata.

Defiende intereses

Objetiva y
Objetiva y equidistante
equidistante de la parte que
8. Forma de de las partes.___________ locontrata.________
de laspartes._____
actuación Profesional Profesional
Profesional dependiente del Poder
independiente Judicial. Independiente.

9. Honorarios Regulados por el Por acuerdo con la

Juez. Recibe salario. parte.

Todos los

dispuestos por el Fuero penal y de

10. Fuero tribunal. menores. Cualquier fuero.

Breve reseña histórica sobre la labor pericial en nuestro medio


La actividad pericial es una práctica profesional cuyo quehacer
permaneció prácticamente elidido de la formación de grado en
el ámbito de la Facultad de Psicología de la Universidad
Nacional de Rosario hasta el año 2015 en que se consolidó
como asignatura. Hasta ese momento la transmisión académica
se limitaba a la existencia de Seminarios Optativos de Pregrado
con modalidad cuatrimestral. Apenas refrendada
académicamente, aunque sí reconocida en la Ley de Ejercicio
profesional 9.538 (1985), la inserción del psicólogo en este área
estuvo hasta hace algunas décadas ubicada en los márgenes
tanto del discurso del derecho como de la psicología. En la
actualidad, la designación de oficio de peritos psicólogos y la
convocatoria a delegados técnicos ha revertido esa situación
dando lugar al reconocimiento de un espacio teórico-práctico
muy complejo en el que ambas disciplinas abordan
problemáticas que requieren de la interrogación y la tarea
conjunta. La función del psicólogo en este ámbito conlleva
atender, y por lo tanto resguardar, la subjetividad de aquellos
que se encuentran implicados en específicas causas judiciales,
entendiendo por resguardo que las conclusiones periciales no
deben producir consecuencias iatrogénicas. Dicho de otra
manera: la intervención pericial para no ser iatrogénica deberá
no deshumanizar ni desubjetivizar al actor/imputado.

Según nuestro criterio, fueron los textos e intervenciones de


Pierre Legendre los que a partir de la década del 70 en Francia y
en la del 80, tras el regreso de la democracia a nuestro país,
compusieron el llamado diálogo entre el derecho y el
psicoanálisis. En esos años sus textos recibieron una fuerte
acogida por parte de E. Mari, E. Kozicki, y otros intelectuales y
psicoanalistas –N. Braunstein, David Krezses, Marta Gerez
Ambertin, entre ellos-, de tal manera que se fue constituyendo
un discurso en torno al entrecruzamiento de estos dos campos.
Esta circunstancia instaló cierta “novela” –preferimos nombrarla
de esta manera- acerca del alcance de la función clínica del
derecho, no sin mediación del experto y del juez, la que ha sido
fuertemente cuestionada. Sin embargo, es preciso tener
presente que P. Legendre impulsó y ayudó a diseñar numerosas
intervenciones en el campo “psi”-jurídico. También desde
nuestro punto de vista, Franck Chaumon[23] fue quien cuestionó
el punto de vista legendreano; sin embargo, el ámbito quedó
abierto para las prácticas y las disputas. Hay que decir,
asimismo, que el devenir político de las instituciones
académicas y las modas que están presentes también en este
ámbito, desalojaron autores de la talla de D. Winnicott -por
ejemplo- y otorgaron exclusividad a otros.
En segundo término consideramos que el campo de las
pericias psi en nuestro país ha contado -en el quehacer
profesional y la escritura de numerosos textos- con la
participación crítica del Dr. Mariano N. Castex. Más
recientemente es posible acceder a una abundante bibliografía;
se trata de textos que dan cuanta –no siempre de manera
crítica- de las problemáticas concernidas en este ámbito y
disponen, mayoritariamente, de la estructura propia de los
manuales.
ANEXO
Código procesal y civil comercial. LEY 5.531
Libro segundo del proceso General
SECCION VII
Dictamen pericial

ARTICULO 186. El dictamen pericial será decretado cuando


cualquiera de las partes lo solicitare o el juez lo creyere
necesario. La diligencia pericial será practicada por tres peritos
si las partes no convinieren que sea uno solo o el juez lo
dispusiere así por tratarse de un asunto de poco valor. Los
peritos serán nombrados por los litigantes, de común acuerdo, o
por el juez en su defecto.

ARTICULO 187. El juez, al decretar el examen pericial,


determinará con precisión los puntos a que debe contraerse y
convocará a las partes a una audiencia para el nombramiento
de peritos. En el mismo auto, el juez fijará el plazo dentro del
cual deberá presentarse el dictamen. Dicho plazo se contará
desde la última aceptación del cargo, en su caso. Además, las
partes pueden pedir en la misma audiencia que el juez amplíe
sus preguntas, indicando puntos concretos para que éste las
redacte teniendo en cuenta en lo pertinente lo que dispone el
artículo 204.

ARTICULO 188. Si los litigantes no comparecieren a la


audiencia, lo hiciere uno solo o no se pusieran de acuerdo, se
hará el nombramiento de oficio. En tal caso, si existiera lista de
los peritos que haya de nombrarse, la designación recaerá en el
que corresponda, según el orden de colocación en la nómina; de
no haberla, el juez hará una de tres por cada uno de los que
deban dictaminar, y nombrará a los que designe la suerte. La
lista se formará de personas que tengan título en la ciencia,
arte u oficio de que se trate, emanado de instituciones
argentinas si la profesión u oficio estuviere reglamentada. Si no
lo estuviere o, si está dolo, no hubiere perito en el lugar del
juicio, podrá formarse con personas entendidas o prácticas. En
este caso, antes de verificarse el sorteo, cada uno de los
interesados tendrá derecho a eliminar un perito de la lista por
cada tres.

ARTICULO 189. Los peritos están obligados a aceptar el


nombramiento si tienen título en la ciencia, arte o industria de
que se trate o la ejercen profesionalmente. Podrán rehusar su
aceptación por las mismas razones que los testigos pueden
rehusar su declaración. Si dentro de los tres días de ser
notificados, no aceptaren el cargo o lo rehusaren sin causa
debidamente fundada, serán, de oficio, eliminados de la lista de
nombramientos respectiva, no incluidos en la correspondiente al
año siguiente y pasibles de multa de hasta veinte días multa. El
auto que así lo disponga, será apelable en relación. La
notificación del nombramiento se realizará por cédula en cuyo
pie vayan transcriptos este artículo y el 194.

ARTICULO 190. Los peritos nombrados de común acuerdo


pueden ser recusados por causas posteriores a su
nombramiento y los que hubieren sido nombrados de oficio,
también por causa anterior, todo de acuerdo con lo establecido
para las recusaciones.

ARTICULO 191. Los peritos aceptarán el cargo ante el actuario,


bajo juramento o afirmación de desempeñarlo legalmente. Si
algún perito no compareciere o no aceptare el cargo, se
procederá a nuevo nombramiento, sin perjuicio de las demás
medidas previstas por el artículo 189.

ARTICULO 192. Si el objeto del reconocimiento pericial fuere de


tal naturaleza que los peritos puedan dar su dictamen
inmediatamente, serán examinados acto continuo, en audiencia
pública y en la forma prevenida para los testigos. Si el
reconocimiento pericial exigiere estudio o examen previo, el
juez señalará el término que considere suficiente para que se
expidan.

ARTICULO 193. Los peritos practicarán unidos la diligencia si no


hubiere razón especial para lo contrario. Los litigantes podrán
asistir a ella por sí o por delegados técnicos, y hacerles las
observaciones que creyeren necesarias, pero deberán retirarse
cuando aquéllos pasen a discutir o a deliberar. El dictamen será
dado por escrito, con copia para las partes, dentro del término
fijado y se presentarán tantos cuantas sean las opiniones
diversas. El juez podrá disponer de oficio o a solicitud de parte,
que se amplíe el dictamen, observando las reglas prescriptas en
el artículo 187.

ARTICULO 194. Vencido el término sin que el o los peritos


presenten su dictamen o ampliación, serán reemplazados.
Además, excluidos de oficio, de la lista respectiva por el año en
curso y el siguiente y pasibles de multa de hasta veinte días
multa. El auto que disponga la exclusión y la multa será
apelable en relación.

ARTICULO 195. Si alguno de los peritos nombrados de común


acuerdo no aceptara o cesara en el cargo, el nombramiento
quedará sin efecto respecto de los otros. Si la designación se
hubiere hecho de oficio, se procederá al reemplazo del cesante.

ARTICULO 196. Cuando el litigante niegue sin motivo justificado


la cooperación ordenada por el juez para la realización de la
prueba pericial, podrá estarse a las afirmaciones de la parte
contraria sobre el punto en cuestión; salvo cuando se trate de
asuntos que afecten el orden público, en cuyo caso podrá
ordenarse compulsivamente la realización de la prueba. Esta
última medida será recurrible.

ARTICULO 197. El juez podrá, de oficio o a solicitud de parte,


pedir informes a las oficinas técnicas cuando lo crea necesario.

ARTICULO 198. Si alguna de las partes manifestara no tener


interés en la peritación, ésta se hará a cargo de quien la hubiere
solicitado excepto cuando la primera resultare condenada en
las costas del juicio y la diligencia hubiere sido necesaria para
la solución del pleito; circunstancia, esta última, que el juez
consignará en la sentencia.

ARTICULO 199. El juez no estará obligado a seguir el dictamen


pericial y deberá apreciar el mérito de la prueba según su
criterio.

[1] La Ley 9.538 -del Ejercicio profesional de los psicólogos de


la Provincia de Santa Fe (1.985)-, reconoce como incumbencia
de los psicólogos la realización de dictámenes e informes
periciales y denomina ámbito jurídico lo que en la actualidad
hay consenso en llamar psicología en el ámbito (o campo)
jurídico y forense.
[2] Los códigos que organizan los procedimientos nominan como
“auxiliar de la justicia” a los peritos de las distintas disciplinas
consultadas a los efectos de que las partes y los jueces tomen
decisiones en el litigio; la cuestión de acordar o no con el
concepto de auxiliar merece una discusión que se pospone para
otro momento.
[3] Cap. II. De las especialidades y ámbitos de aplicación. Art.
3º: A) Psicología Clínica; Ps. Educacional; C) Ps. Social: a) en el
ámbito laboral; b) en el ámbito jurídico; c) en el ámbito social.
[4] Esta definición, como casi todas las que se encuentran en la
ficha pueden ser halladas en los manuales de psicología
pertenecientes al ámbito o bien en los manuales de derecho
penal; entre los textos no hay variaciones fundamentales.
[5] El Dr. Benaventos se desempeña como profesor asociado a
la cátedra de Derecho Procesal Civil de la Facultad de Derecho
de la UNR, profesor de Teoría General del Proceso en la Facultad
de Derecho de la Universidad de Belgrano, profesor honorario de
facultades de Derecho de Colombia, Panamá y Perú, entre otros
cargos.
[6] Omar A.Benaventos, Teoría General del Proceso 1, Bs. As.,
Juris, 2002, pp. 92-95. Las cursivas pertenecen al original.
[7] Franklin Zarco Pérez, Prueba Pericial. Criterios procesales.
Jurisprudencia. Modelos. Buenos Aires, Editorial Juris, 2003, p.
5 Hemos elegido este texto en virtud de que, tras haber
realizado una minuciosa búsqueda y análisis de la bibliografía
existente, consideramos que lleva adelante una atenta
presentación de los aspectos procesales que no se encuentran
presentes en otros manuales que abordan la problemática
pericial. Conviene decir, también, que el texto forma parte de la
bibliografía obligatoria que integra la Diplomatura en pericias
judiciales que dicta el Departamento de Capacitación de la
Suprema Corte de Justicia de la Prov. de Santa Fe.
[8] Cabe aclarar que el delegado técnico forma parte del
dispositivo pericial porque la parte tiene derecho a controlar
cómo llevan adelante el perito de oficio o el perito oficial el
medio de prueba; el delegado técnico controla al perito y no al
peritado. Por otra parte, los peritos de oficio y oficial están
obligados a permitir el control de la prueba; el delegado técnico
tiene que estar designado en el expediente a los efectos de
poder ser integrado al trámite.
[9] Por otra parte H. Daray distingue el daño espiritual del daño
moral. Planteada la referencia, cabe que la dislocación
conceptual pueda ser un índice ideológico que se articularía
con el hecho de que la C.N. (1994) expresa en la Primera parte,
Cap. Primero, Art. 1º La Nación Argentina adopta para su
gobierno la forma representativa republicana federal, según la
establece la presente Constitución. Art. 2º El Gobierno federal
sostiene el culto católico apostólico romano.
[10] Suele hacerse la pregunta acerca de si existen indicadores
psicopatológicos que sean específicos de padecimiento de
agresión sexual.
[11] Desde nuestro punto de vista, no resulta legítimo
denominar demanda a la circunstancia en la cual interviene un
profesional psicólogo en el campo jurídico y forense. Cuando un
psicólogo recibe una demanda en el ámbito jurídico debe
recurrir a un abogado para ajustarse a derecho y no ser
declarado en rebeldía. El concepto de demanda, tal como se
denomina en psicoanálisis a la implicación del sujeto en el
análisis, no es un término genuino en el área. En todo caso
podrá hablarse de juego de la oferta y la demanda en el
mercado laboral, y en este sentido es ampliamente reconocido
que los peritos psicólogos encuentran abundante demanda
laboral en el ámbito que nos ocupa. Cuando Castex emplea el
término demanda lo refiere a la trilogía lacaniana “necesidad,
demanda, deseo” en el contexto de su pregunta acerca de qué
hace un profesional respondiendo al “todo legal”; empero,
resulta una extrapolación disonante en el ámbito.
[12] Ibidem, pp. 37 y 38.
[13] Ibidem, p.38
[14] Las entrevistas son un medio de investigación clínica que
permite llegar a conclusiones diagnósticas.
[15] Ibidem, p. 18
[16] Las características se encuentran recabadas de la
bibliografía general. Los comentarios se establecen a título
personal.
[17] El mes dispuesto para tales fines suele sufrir variaciones. A
los efectos de la inscripción de peritos los Colegios
profesionales pueden informar a sus colegiados,
oportunamente, los requisitos y fechas actualizados.
[18] Ibidem, p. 25
[19] Hernando Devis Echandía, jurista y procesalista colombiano
(1916-2001). Fue Presidente y Miembro Fundador del Instituto
Iberoamericano de Derecho Procesal y del Instituto Colombiano
de Derecho Procesal. También fue miembro del Centro de
Estudios Procesales de Rosario (Argentina), del Instituto de
Derecho Procesal Argentino, del Instituto Español de Derecho
Procesal, del Instituto Mexicano de Derecho Procesal, del
Instituto de Derecho Procesal de la facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires y de la Academia Colombiana de
Jurisprudencia.
[20] Ibidem, p.42
[21] Mariano N. Castex, Daño Psíquico y otros temas
forenses, Bs. As., Tekné, 1997, p. 21; las negritas pertenecen al
autor.
[22] Ver Anexo.
[23] Franck Chaumon, La ley, el sujeto y el goce. Lacan y el
campo jurídico. Bs. As., Nueva Visión, 2004.

Bibliografía
- Benaventos, Omar A., Teoría General del Proceso 1, Bs. As.,
editorial Juris, 2002.
- Castex, Mariano N., El daño en psicopsiquiatría forense, Bs.
As., Ad-Hoc, 2005.
- Castex, Mariano N., Daño Psíquico y otros temas forenses, Bs.
As., Tekné, 1997.
-Castex, Mariano N., El secreto médico en peritación, Bs. As.,
Ad-Hoc, 2003.
-Castex, Mariano N., Insania e inhabilitación, Bs. As., Ad- Hoc,
2009.
- Chiappini, Julio, Prueba pericial. Suma de reglas procesales.
Jurisprudencia. Legislación. Doctrina, Rosario, Fas, 2003.
- Davoli, Elena, Ficha correspondiente al curso: ¿Cómo se perita
hoy? Estatuto de la pericia “Psi” en los fueros civil y penal .
Clase del 23 de abril de 2014.
-Degano, Jorge A. y colab., El sujeto y la ley y otros temas
psicológico forenses,Rosario, HomoSapiens, 1993
-Degano, Jorge, “El campo de las prácticas psicológicas en el
ámbito de la Justicia”, en Revista Lecturas en Subjetividad y
Derecho, Nº1, Rosario, S&D, 2005.
-Del Popolo, J. H., Psicología Judicial, Mendoza, Ed. Jurídicas
Cuyo, 1996.
- Devis Echandia, Hernando, Teoría general de la prueba
pericial, en
https://es.scribd.com/doc/79035479/Teoria-General-de-La-Prueba-
Judicial-Tomo-i-Hernando-Devis-Echandia-2
-Ley 9.538, del Ejercicio profesional de los psicólogos de la
Provincia de Santa Fe, 1985.

-Travacio, Mariana, Manual de Psicología Forense, Bs. As., UBA,


1996.
- Olcese, María Susana, La interpretación del enunciado art. 34,
inc. 1º del C.P. argentino. Una lectura desde el
psicoanálisis, tesis de la Maestría en Psicoanálisis, Facultad de
Psicología, UNR, 2017.

- http://santafelegal.com.ar/cods/cpcc2.html

- Vázquez Ferreyra, Roberto, Prueba de la culpa médica, Bs. As.,


Hammurabi, 1993.
- Zarco Pérez, Franklin, Prueba Pericial. Criterios procesales.
Jurisprudencia. Modelos.Buenos Aires, Editorial Juris, 2003.

Vous aimerez peut-être aussi