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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA

FACULTAD DE TEOLOGÍA

Bachillerato y Profesorado en Teología

Filosofía de la Historia

Trabajo final

Progreso, sinsentido y esperanza


El devenir de tres miradas de la historia
en la vida y la obra de Ernesto Sábato

Santiago José Varela

Profesor Joaquín Migliore

Buenos Aires, 24 de noviembre de 2015


Introducción
El presente trabajo de la asignatura Filosofía de la Historia pretende ser una
elaboración de los contenidos trabajados durante la cursada en relación con la vida y
la obra de Ernesto Sábato. En este sentido no se busca un minucioso estudio del
escritor y ensayista argentino, sino que se intenta presentar aquellos aspectos que
entran en dialogo con los objetivos del curso.

Se han usado múltiples fuentes de información, entre ellas bibliografía del autor,
artículos de revista y sitios de internet que enriquecen desde distintas perspectivas la
lectura de Sábato. Con respecto a lo primero es importante aclarar que se ha prestado
especial atención a sus ensayos más que a sus novelas. Además se pone en juego el
material que el profesor facilitó durante la cursada.

A continuación de esta breve introducción se aborda el desarrollo del trabajo que se


divide en cuatro secciones. Se comienza justificando la elección de la figura de
Ernesto Sábato, luego se muestra su vínculo con la idea de progreso expresada en la
modernidad, el positivismo y socialismo. En un tercer momento se acerca a la
concepción de posmodernidad para terminar con la mirada de la esperanza donde
radica la originalidad del autor elegido. Finalmente se realiza una conclusión personal
que da cuenta de lo recorrido en la elaboración del trabajo y de la asignatura.

1
Desarrollo
1. La elección del "personaje"
La vida de cada ser humano está repleta de acontecimientos que de alguna u otra
manera afectan su mirada sobre la existencia. El devenir histórico-personal
continuamente nos pone frente a situaciones que replantean nuestros esquemas vitales,
abren a planteos existenciales e invitan a caminar en una determinada dirección. Si
bien la tecnicidad de algunas palabras puede hacer pensar que se trata de una planteo
enajenado de la realidad, no es así. Toda persona tiene implícita o explícitamente una
concepción de la vida y por lo tanto sobre su historia y la de los demás.

Ahora bien, nos preguntamos: ¿Corresponde hacer una reflexión que no sólo incumba
la historia personal, sino que se extienda a todo el género humano e incluso a todo el
cosmos? ¿Es legítimo que una persona particular se abra a una mirada de la historia
humana universal? Parecería muy osado tal emprendimiento. Sin embargo, hay
personas que firmemente enraizadas en su horizonte histórico-cultural han
profundizado en el sentido del caminar humano y lo han expresado de muy diversos
modos.

Entre las muchas y asombrosas personalidades que podemos encontrar la de Ernesto


Sábato resulta atrapante y conmovedora. Varias razones sostienen esta elección. En
primer lugar por la cercanía geográfica, histórica y cultural que mantiene con
nosotros. Se suma el interés que despierta su genio y su figura en la escena político-
social de las últimas décadas de nuestro país. Además el insoslayable hecho de que se
trata de un autor cuya obra vibra y se transforma con su existencia.

Quizás sirva para terminar de justificar la elección un comentario que hace el Pbro.
Hugo Múgica comentado la novela Sobre héroes y tumbas: "La historia de Martin y
Alejandra la conocemos, es la de dos jóvenes que se conocen, que se enamoran, que
fracasan en esa incipiente y tormentosa relación. Es una historia de amor, de un amor
personal entre dos adolescentes, tan personal, tan profundamente personal que se
transforma en universal, en arquetípica, una historia actual y, de tan actual,
atemporal."1

La pregunta acerca de la historia y el sentido del andar humano no surge en Sábato al


modo de una serena reflexión hecha sentado plácidamente en un sillón de una antigua
biblioteca. Todo lo contrario, la semilla irrumpe de manera trágica en la tierra de su
vida, sufre el sepultamiento pesimista y, lenta pero dramáticamente, germina en una
nueva mirada. Se teme ser reduccionista al condensar así una cuestión tan axial en la
vida y obra de Sábato, pero basta acercarse a Uno y el Universo y después a Antes del
fin o a La resistencia para ver que tal afirmación no es ajena a la realidad. En efecto,
el pesimismo y la frustración que expresa al comenzar su carrera literaria hacia el final
de su vida, en esa vejez tan bien vivida por Sábato, se transforma en una "serena
esperanza de otro mañana" al decir de Hugo Mugica.

1
MUGICA, Hugo, " La serena esperanza de otro mañana", Revista Iberoamérica.
http://revista-
iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/viewFile/5002/5161
2
2. Idea de progreso
Pero, ¿qué es lo que ve?, ¿de dónde vienen la pesadumbre y el desanimo? Para
comprender esto es preciso adentrarse en su biografía y quizás hasta respirar el
ambiente cultural que lo rodeaba. Luego de que en 1937 obtuviera su Doctorado en
Ciencias Físicas y Matemáticas en la Universidad Nacional de La Plata, fue becado
gracias al apoyo de Bernardo Houssay para realizar trabajos de investigación en
Laboratorio Curie en París. Allí entra en contacto con el movimiento surrealista, lo
cual marcó una gran influencia en sus futuras obras. En 1939 se trasladó al Instituto
Tecnológico de Massachusetts, abandonando París poco tiempo antes de que estalle la
Segunda Guerra Mundial. Decidió volver a la Argentina en 1940 con la determinación
de abandonar la ciencia pero para cumplir con quienes le habían otorgado la beca se
desempeñó como profesor en la Universidad de La Plata, en la cátedra de ingreso
a Ingeniería y en un postgrado sobre relatividad y mecánica cuántica. Pero esto no
pudo sostenerse mucho tiempo, en 1943 decidió alejarse de forma definitiva del
ámbito científico.

Así lo describe el mismo Sábato en Antes del fin, obra que hace de testamento
espiritual o autobiografía: "El período del Laboratorio coincidió con esa mitad del
camino de la vida en que, según ciertos oscurantistas, se suele invertir el sentido de la
existencia. Durante este tiempo de antagonismo, por la mañana me sepultaba entre
electrómetros y probetas, y anochecía en los bares, con los delirantes surrealistas."2 En
esos años percibe la ciencia como una terrible religión en la que va dejando de creer y
a la cual no quiere prestar más culto: "Mientras los creyentes, en la solemnidad de los
templos musitaban sus oraciones, ratas hambrientas devoraban ansiosamente los
pilares, derribando la catedral de los teoremas. Había dado comienzo la crisis que me
alejaría de la ciencia. Porque mi espíritu, que se ha regido siempre por un movimiento
pendular, de alternancia entre luz y tinieblas, entre el orden y el caos, de lo apolíneo a
lo dionisíaco, en medio de ese carácter desdichado de mi espíritu, se encontraba ahora
azorado entre la forma más extrema del racionalismo, que son las matemáticas, y la
más dramática y violenta forma de irracionalidad."3 De esta manera a pesar de
encontrarse en una de las más altas metas a las que podía aspirar un físico, se encontró
vacío de sentido.4

Al dar por terminado su desempeño como profesor universitario se muda a Pantanillo,


en la provincia de Córdoba, para residir en un rancho sin agua ni luz pero entregado a
la literatura, la escritura y la pintura. Pues "en un tiempo de crisis total, sólo el arte
puede expresar la angustia y la desesperación del hombre, ya que, a diferencia de
todas las demás actividades del pensamiento, es la única que capta la totalidad del
espíritu, especialmente en las grandes ficciones que logran adentrarse en el ámbito
sagrado de la poesía. La creación es esa parte del sentido que hemos conquistado en
tensión con la inmensidad del caos."5

Es ese «sentido» conquistado en su obra lo que intentaremos sacar a luz, pero antes
debemos dar cuenta de aquel ambiente que, según las palabras de Sábato en el prólogo

2
SÁBATO Ernesto, Antes del fin, Seix Barral, Buenos Aires, 1998, p.75
3
Ibídem., p.77
4
cf. Ibídem., p.84
5
Ibídem., p.91
3
para la edición de 1968 de Uno y el Universo, lo llevó experimentar un odio por el
fetichismo científico y lo condujo a esa característica revuelta contra la Razón y lo
Objetivo, los dos ídolos de esa religión que era la ciencia.6

¿De qué modo se presenta tal dogmatismo científico que impide "acceder al hombre
concreto enajenado por una sociedad tecnolátrica"?7 ¿Quién es esa ideología de la
ciencia y qué dice del hombre y de la historia? Esto queda de manifiesto en Uno y el
Universo, una de los primeros escritos del autor que consiste en una serie de artículos
filosóficos en los que critica la aparente neutralidad moral de la ciencia y alerta sobre
los procesos de deshumanización en las sociedades tecnológicas. A fin de sintonizar
con dicha crítica es oportuno presentar la mirada de la historia de la humanidad que
expresan la Modernidad y el Positivismo científico caracterizada por la «idea de
progreso».

A. Ilustración racionalista

Tomaremos como expresión de la Modernidad o, más precisamente, de la Ilustración


racionalista al Marqués de Condorcet para puntualizar algunos aspectos de la idea de
progreso. En su ensayo Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos de la
humanidad8 describe "los progresos del espíritu humano más importantes para la
felicidad general". Entre ellos destaca la igualdad de derechos entre el varón y la
mujer, el fin de las guerras, la fraternidad entre las naciones, la educación, los métodos
técnicos, la institución de un lenguaje universal, la salud (duración de la vida,
transmisión de enfermedades). Se trata de un perfeccionamiento indefinido de la
especie humana que "liberada de todas esas cadenas, sustraída al imperio del azar, así
como la de los enemigos de sus progresos" avanza con "paso firme y seguro por la
ruta de la verdad, de la virtud y de la felicidad".

Afirma Condorcet acerca de las guerras: "Los pueblos más ilustrados, al recuperar el
derecho a disponer por sí mismos de su sangre y de sus riquezas, aprenderán, poco a
poco, a considerar la guerra como el azote más funesto, como el mayor de los
crímenes (...) Como los pueblos se aproximarán, al fin, dentro del marco de los
principios de la política y de la moral y como cada uno de ellos, en su propio
beneficio, convocará a los extranjeros para un reparto más igual de los bienes que
debe a la naturaleza o a su industria, todas esas causas que producen, envenenan y
perpetúan los odios nacionales, se desvanecerán, poco a poco, ya no proporcionaran
alimento ni pretexto al furor belicoso (...) Acelerarán los progresos de esta fraternidad
de las naciones, y las guerras entre los pueblos, como los asesinatos, figurarán entre
esas atrocidades excepcionales que humillan y repugnan a la naturaleza, y que marcan
con un prolongado oprobio al país y al siglo cuya historia ha sido mancillada".

¿Qué puede pensar Ernesto Sábato injertado en un siglo que Norberto Bobbio en su
Autobiografía dice que será recordado como el más cruento de la historia? En una de
sus últimas obras La Resistencia comenta: "La Modernidad comenzó con el
Renacimiento, un tiempo inigualable en creaciones, inventos y descubrimientos. Fue
una etapa que, como la niñez, estaba aún bajo la mirada de sus predecesores. Fue el
6
SÁBATO Ernesto, Uno y el Universo, Seix Barral, Buenos Aires, 2003, p.10
7
Ibídem.
8
CONDORCET, Marqués de, Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu
humano y otros textos, F.C.E., México, 1997
4
Racionalismo su verdadera independencia. Se han recorrido hasta el abismo las sendas
de la cultura humanista. Aquel hombre europeo que entró en la historia moderna lleno
de confianza en sí mismo y en sus potencialidades creadoras. Ahora sale de ella con su
fe hecha jirones. Estamos indudablemente frente a la más grave encrucijada de la
historia, ya no se puede avanzar más por el mismo camino. Hace tiempo que el
sentimiento humanista de la vida perdió su frescura, en su interior han estallado
contradicciones destructivas: el escepticismo le ha minado su ánimo. La fe en el
hombre y en las fuerzas autónomas que lo sostenían se han conmovido hasta el fondo.
Se han quebrado demasiadas esperanzas. ¿Era el destino del ser humano intentar su
supremacía y su independencia?, ¿estaba esta hora inscrita ya en los papiros de la
eternidad?"9

B. Positivismo científico

Acerquémonos ahora a la cuestión científica. Nos remitimos entonces a la mirada que


el Positivismo de Augusto Comte10 tiene de la realidad humana y de la historia. Esta
escuela de pensamiento encarnó de manera plena la idea de progreso entendida como
un proceso de secularización de la historia. "Según esta doctrina fundamental, todas
nuestras especulaciones, cualesquiera, están sujetas inevitablemente, sea en el
individuo, sea en la especie, a pasar sucesivamente por tres estados teóricos distintos".

El primero de ellos, denominado estado teológico o ficticio está en armonía con la


situación inicial de nuestra inteligencia. En es una época "en que el espíritu humano
está aún por bajo de los problemas científicos más sencillos, busca ávidamente, y de
un modo casi exclusivo, el origen de todas las cosas, las causas esenciales, sea
primera, sea finales, de los diversos fenómenos que le extrañan, y su modo
fundamental de producción; en una palabra, los conocimientos absolutos". Se
desarrolla en tres fases: fetichismo, politeísmo y monoteísmo.

El estado metafísico o abstracto es transitorio y preparatorio en la evolución de la


inteligencia humana. "Como la teología, en efecto, la metafísica intenta sobre todo
explicar la íntima naturaleza de los seres, el origen, y el destino de todas las cosas, el
modo esencial de producirse todos los fenómenos; pero en lugar de emplear para ellos
los agentes sobrenaturales propiamente dichos, los reemplaza, cada vez más, por
aquellas entidades o abstracciones personificadas."

Se alcanza luego el tercer y último estado llamado positivo o real que "conduce al fin
a nuestra inteligencia, gradualmente emancipada, a su estado definitivo de positividad
racional." El espíritu humano entonces "circunscribe sus esfuerzos al dominio, desde
entonces rápidamente progresivo, de la verdadera observación, única base posible de
los conocimientos accesibles en verdad, adaptados sensatamente a nuestras
necesidades reales."

Así la ciencia positiva llega a ser la garante de acceso a la realidad del mundo, la única
palabra acreditada para hablar del hombre y de lo que lo rodea. Esto género un enorme
entusiasmo, el avance técnico y científico constituía al parecer de muchos 'el mesías'

9
SÁBATO Ernesto, La Resistencia, Seix Barral, Buenos Aires, 2011, p.129-130.
10
COMTE, Augusto, Discurso sobre el espíritu positivo, Capítulo I: Ley de la evolución
intelectual de la humanidad o ley de los tres estados.
5
que redimiría al hombre asegurando el bienestar y la paz. Pero tal frenesí no iría a
durar mucho, algunas décadas más tarde la opresión de los trabajadores en las
fábricas, el hacinamiento en las ciudades y el horror de las guerras mostrarían el
costado oscuro del progreso científico.

Ya hemos percibido la frustración que invadió a nuestro personaje durante su carrera


científica, aquella sensación de sinsentido que lo empujó a una crisis personal. En los
escritos de Sábato encontramos muchísimo material en torno a su opinión de la
ciencia y la técnica. Opinión que muchos compartieron y aún comparten sobre aquella
ciencia amoral que puede llevar al mundo al desastre. Veamos algunas de sus
observaciones: "El poder de la ciencia se adquiere gracias a una especie de pacto con
el diablo: a costa de una progresiva evanescencia del mundo cotidiano. Llega a ser
monarca, pero, cuando lo logra, su reino es apenas un reino de fantasmas (...) El
universo que nos rodea es el universo de los colores, sonidos y olores; todo eso
desaparece frente a los aparatos científicos, como una formidable fantasmagoría."11

La percepción de muchos es que el avance científico y tecnológico ha transformado el


hombre en un mero engranaje de una gran maquinaria, es decir, asistimos a un proceso
de deshumanización de las personas. Pues, "la ciencia estricta -es decir, la ciencia
matematizable- es ajena a todo lo que es más valioso para un ser humano: sus
emociones, sus sentimiento de arte o de justicia, su angustia frente a la muerte"12. No
ha llegado aquel mejor porvenir que los positivistas prometían, no hay más orden y
claridad en la vida de la humanidad porque "el afán de conocimiento desencadena una
nueva especie de Caos. Salimos de la ignorancia y llegamos así nuevamente a la
ignorancia, pero a una ignorancia más rica, más compleja, hecha de pequeñas e
infinitas sabidurías (...) Cada día nos enteramos de que una nueva teoría, un nuevo
modelo de universo acaba de ingresar en el vasto continente de nuestra ignorancia. Y
entonces sentimos que el desconocimiento y el desconcierto nos invaden por todos
lados y que la ignorancia avanza hacia un inmenso y temible porvenir."13

C. Socialismo

Por otra parte, es interesante exponer la relación de nuestro escritor con el


comunismo. Él mismo en Antes del fin cuenta que desde los dieciséis años empezó a
vincularse con grupos anarquistas y comunistas. "En medio de las crisis total de la
civilización que se levantó en Occidente por la primacía de la técnica y los bienes
materiales, miles de muchachos volvimos los ojos hacia la gran revolución que en
Rusia pareció anunciar la libertad del hombre."14 Sin embargo, después de un tiempo
experimentó decepción por parte de los comunistas que se mantuvieron callados ante
las atrocidades cometidas por el régimen soviético. "La lucha contra el capitalismo no
debería haberles impedido el repudio de los actos que atentaban contra la dignidad de
la criatura humana, cualquiera que haya sido la ideología que pretendía justificarlos.
¡Qué diferente habría sido la situación si el 'socialismo utópico' no hubiera sido
destruido por el 'socialismo científico' de Marx!"15 No obstante esta desilusión
mantuvo su aprecio por el movimiento socialista, como consta en algunos escritos: "El

11
SÁBATO Ernesto, Uno y el Universo, Seix Barral, Buenos Aires, 2003, p.27-28
12
Ibídem., p.30
13
Ibídem., p.118
14
SÁBATO Ernesto, Antes del fin, Seix Barral, Buenos Aires, 1998, p.70
15
Ibídem., p.71
6
socialismo, tal como ha sido expuesto por sus teóricos -marxistas o no-, es algo más
que la nacionalización de la producción y del consumo: es un movimiento
profundamente moral, destinado a enalteces al hombre y a levantarlo del barro físico y
espiritual en que ha estado sumido en todo el tiempo de su esclavitud. Es, quizá, la
interpretación laica del cristianismo."16

Sábato descubre que el mundo ya no es el mismo, o al menos no es el mundo que se


esperaba. Los acontecimientos que marcaron el siglo XX germinan en la literatura, los
temas de la soledad, el absurdo, la angustia, la muerte y de la desesperación brotan por
doquier. Se sella entonces en la conciencia de muchos el fin de una etapa cuyos
cimientos han sucumbido. La humanidad se halla en una nueva encrucijada de la
historia, y para muchos comienza un tiempo caracterizado por el escepticismo.

"Estos tiempos modernos de la cultura occidental, hoy en su fase final, otorgaron a los
hombres una cultura que les dio amparo y orientación. Bajo su firmamento, los seres
humanos atravesaron con euforia momentos de esplendor y sufrieron con entereza
guerras y miserias atroces. Hoy con dificultad vamos aceptando su muerte, su
necesario invierno, sabiendo que ha sido construida con los afanes de millones de
hombres que han dedicado su vida, sus años, sus estudios, la totalidad de sus horas de
trabajo, y la sangre de todos los que cayeron, con sentido o inútilmente, para bien o
para mal, durante cinco siglos."17

16
SÁBATO Ernesto, Uno y el Universo, Seix Barral, Buenos Aires, 2003, p.66
17
SÁBATO Ernesto, La Resistencia, Seix Barral, Buenos Aires, 2011, p.128
7
3. La posmodernidad
A mediados del siglo XX entramos en una época que va ser muy descreída de la idea
de progreso, más bien se tiene la sensación de que podemos destruir el mundo y se
pregunta cómo hacemos para controlar todo el poder se ha desarrollado. La impresión
general de la historia no es el avance hacia un idílico Brave new world18 sino que
continuamente cambiamos pero sin avanzar hacia ningún lado. Se abre paso una
mirada más bien pesimista del devenir histórico y de la realidad que termina por
instalarse en la sociedad. La posmodernidad se caracteriza por el relativismo y el
sinsentido, y si bien podemos decir que fue anticipada en el siglo XIX por figuras
como Arthur Schopenhauer, Søren Kierkegaard, Friedrich Nietzsche y Fiódor
Dostoievski, es la época de Jean Paul Sartre, Martin Heidegger, Miguel de Unamuno
y Albert Camus por nombrar algunos representantes. En Latinoamérica, más
precisamente, en Argentina, Ernesto Sábato hizo eco de esa voz del siglo pasado.

Gianni Vattimo19 considera que hablamos de posmodernidad porque creemos que la


modernidad ha concluido en alguno de sus aspectos esenciales. Aquella concepción de
la historia humana "como un progresivo proceso de emancipación, como la realización
más perfecta, del hombre ideal" se acaba cuando, en razón de diversos factores, "deja
de ser posible hablar de historia como algo unitario." El filósofo del pensamiento débil
sostiene que "no hay una historia única, hay imágenes del pasado propuestas desde
diversos puntos de vista, y es ilusorio pensar que haya un punto de vista supremo,
comprensivo, capaz de unificar todos los restantes." De este modo, no está en crisis
únicamente la idea de progreso de la modernidad, sino también la misma idea de
historia porque ¿quién determina cuál es el fin de rige el curso de los
acontecimientos?, ¿cuál es el punto de vista que determina el sentido de la historia?
No lo hay, se ha terminado con el advenimiento de los medios comunicación de masas
('mass media') que han determinado la disolución de los puntos de vista centrales,
aquello que Lyotard denomina los grandes relatos. En conclusión, Vattimo afirma que
el término posmoderno tiene un sentido que se enlaza íntimamente con el hecho de
que "la sociedad en la que vivimos sea una sociedad de la comunicación generalizada,
la sociedad de los 'mass media'."

Otro filósofo y politólogo italiano, Norberto Bobbio, en su Autobiografía nos brinda


también una mirada sobre la sociedad contemporánea. Sostiene que lo marca esta
época es el progreso técnico-científico, el cual produce cambios a tal velocidad que es
imparable. "Incierto es si será benéfica o maléfica que sobre la democracia (podríamos
decir sobre la vida de las naciones en general) puede ejercer el progreso técnico, que
pone en manos de los hombres instrumentos de transformación y manipulación de la
naturaleza y del mundo humano hasta ahora desconocidos." Y a pesar de que

18
Un mundo feliz es la novela más famosa del escritor británico Aldous Huxley, publicada por
primera vez en 1932. Anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos humanos
e hipnopedia que, combinadas, cambian radicalmente la sociedad. El mundo aquí descrito
podría ser una utopía, aunque irónica y ambigua: la humanidad es desenfadada, saludable y
avanzada tecnológicamente. La guerra y la pobreza han sido erradicadas, y todos son
permanentemente felices. Sin embargo, la ironía es que todas estas cosas se han alcanzado tras
eliminar muchas otras: la familia, la diversidad cultural, el arte, el avance de la ciencia, la
literatura, la religión y la filosofía (https://es.wikipedia.org/wiki/Un_mundo_feliz).
19
La sociedad transparente, Posmoderno: ¿una sociedad transparente?
8
continuamente se transforman las posibilidades de comunicación entre todos los
hombres, esto no significa que haya más claridad con respecto a dónde vamos, sino
que es difícil en qué dirección la historia humana está destinada a avanzar. "La
historia humana, entre salvación y perdición, es ambigua. Ni siquiera sabemos si
somos nosotros los dueños de nuestro destino."

Ernesto Sábato que como Bobbio y Vattimo también se ha desempeñado en política,


cabe recordar un central participación en la CONADEP durante el gobierno de
Alfonsín, comparte esta perspectiva llena vértigo e incertidumbre ante la precipitación
de los cambios y preeminencia de los medios de comunicación. "Cambios
mesológicos provocaron la desaparición de especies enteras, y así como los grandes
reptiles no pudieron sobrevivir a las transformaciones que ocurrieron al final del
período mesozoico, podría suceder que la especie humana fuese incapaz de soportar
los catastróficos cambios del mundo contemporáneo. Pues estos cambios son tan
terribles, tan profundos y sobre todo tan vertiginosos, que aquellos que provocaron la
desaparición de los reptiles resultan insignificantes. El hombre no ha tenido tiempo
para adaptarse a las bruscas y potentes transformaciones que su técnica y su sociedad
han producido a su alrededor."20

Nuestro mundo tecnificado y comunicado no se ha vuelto un mundo más humano y


más justo. "Nuestra 'avanzada' sociedad deja de lado a quienes no producen."21 Poco
sabemos las personas de encontrarnos con otros y "habiendo sido privados de la
cercanía de una abrazo o de una mesa compartida, nos quedaran 'los medios de
comunicación'."22 Entonces, "a medida que nos relacionamos de manera abstracta más
nos alejamos del corazón de las cosas y una indiferencia metafísica se adueña de
nosotros, mientras toman poder entidades sin sangre ni nombres propios.
Trágicamente, el hombre está perdiendo el diálogo con los demás y el reconocimiento
del mundo que lo rodea, siendo que es allí donde se dan el encuentro, la posibilidad
del amor, los gestos supremos de la vida."23

Sábato percibe que estamos atravesando tiempos importantes en la historia de la


humanidad, pero no se trata de esos momentos donde dolor y alegría se alternan bajo
el mismo cielo, "éste es un tiempo angustioso y decisivo, como lo fue el pasaje de los
días imperiales de Roma al feudalismo, o de la Edad Media al capitalismo. Pero me
atrevería a decir que es más grave porque es absoluto, ya que la vida misma del
planeta está en juego (...) La globalización, que tanta amargura me ha traído, tiene su
contrapartida: ya no hay posibilidades para los pueblos, ni para las personas de jugarse
por sí mismos. Ésta es una hora decisiva no para este o aquel país, sino para la tierra
toda. Sobre nuestra generación pesa el destino, es ésta nuestra responsabilidad
histórica"24

20
SÁBATO Ernesto, La Resistencia, Seix Barral, Buenos Aires, 2011, p.26
21
Ibídem., p.72
22
Ibídem., p.27
23
Ibídem., p.14
24
Ibídem., p.127-128
9
4. La esperanza
A pesar de todo, nuestro querido Ernesto Sábato hacia el final de su vida se abre a otra
mirada. En esa vejez serena que transcurrió en su casa de Santos Lugares, provincia de
Buenos Aires, concentra su mirada en la niñez, "como si de allí pudiera recibir el
misterio último que anida en su alma"25 y quizás, -¿quién sabe?- puedo haber recitado
aquel excelente poema de Miguel de Unamuno:

Agranda la puerta Padre


porque no puede pasar.
La hiciste para los niños,
yo he crecido a mi pesar

Si no agrandas la puerta,
achícame por piedad.
Vuélveme a le edad bendita,
en que vivir es soñar.

Es cierto lo que escribe la investigadora del CONICET Maria Rosa Lojo: "Dotado
como pocos escritores para exhibir, dramáticamente, las contradicciones de la historia
y de la cultura, las tensiones y debates de la sociedad argentina y latinoamericana, no
estaba exento él mismo de ambivalencias y contrastes. Escéptico atormentado por el
sinsentido de la vida, solemne vaticinador de apocalipsis, sostuvo, sin embargo, desde
su obra y desde su propia persona, una “absurda metafísica de la esperanza” que lo
mantuvo, resistente, sobre este mundo, hasta casi cumplir su centenario."26

Pero más valioso aun es lo que dice el mismo Sábato al comenzar La Resistencia:
"Hay días en los que me levanto con una esperanza demencial, momento en los que
siento que las posibilidades de una vida más humana están al alcance de nuestras
manos. Éste es uno de esos días."27 Estas palabras dan comienzo a una obra
conmovedora que, aunque fiel al estilo y la vocación del escritor, deja translucir una
sutil confianza en la historia. Mas ya no se trata de grandes movimientos sociales pues
"no hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahondando en el instante, ni otra
forma de llegar a la universalidad que a través de la propia circunstancia: el hoy y
aquí."28; y sigue después: "no hay motivo para descreer del valor de las gestas
cotidianas. Aunque simples y modestas, son las que están generando una nueva
narración de la historia, abriendo así un nuevo torrente al curso se la vida."29

No se trata de algo meramente personal, como si fuese un cierto abandono a la vejez


que deja sin armas al luchador, es una apreciación que le consta a su alrededor y en el
mundo entero. "Es en el deseo donde se está generando un cambio. Lo siento en los
hombres que se me acercan en la calle y lo creo de las juventudes del mundo."30 "En
este nuevo milenio debajo del gran supermercado del arte, como los brotes que
25
Ibídem., p.121
26
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/1-53377-2011-05-02.html (consulta: 21
de noviembre 2015)
27
SÁBATO Ernesto, La Resistencia, Seix Barral, Buenos Aires, 2011, p.13
28
Ibídem., p.18
29
Ibídem., p.32
30
Ibídem., p.97
10
germinan después de un largo invierno, se perciben, acá y allá, los testimonios de otra
manera de mirar."31

La esperanza de un mundo más humano se cuela en las grietas del derrumbe del
mundo moderno, esa luz se filtra y lentamente va inundando nuestras vidas, pero esto
no se dará así no más, hace falta resistir y comprometerse con la historia. Tal como
dice el teólogo Andrés Torres Queiruga "situada la esperanza en su nivel último, todo
intento de elaborar una comprensión de la misma se convierte inmediatamente en
tarea abierta, es decir, en pregunta cuya respuesta no puede ser dada ya por resuelta,
sino que ha de ser buscada y justificada."32 En este sentido, Sábato invita a luchar
incansablemente por el bien ya que "el ser humano no podría sobrevivir sin héroes,
santos y mártires porque el amor, como el verdadero acto creador, es siempre victoria
sobre el mal."33

La novela Sobre héroes y tumbas termina del siguiente modo: "Oteando el horizonte,
mientras se abrochaba, Bucich agregó: -Bueno, a dormir, pibe. A las cinco le
metemos. Mañana atravesaremos el Colorado."

Al respecto el padre Hugo Mugica comenta: "Termina donde comienza el acto más
humilde y concreto de la esperanza: avanzar, aunque no se sepa bien hacia dónde,
aunque apenas sea hacia un nuevo día. Casi la última palabra que nos deja Sábato en
esta historia es 'mañana', mañana 'a las cinco', al amanecer, cuando la luz nace, cuando
se enciende esa pequeña resurrección de cada noche, esa humilde esperanza de toda
vida."34

Es bueno cerrar esta sección con las siguientes palabras: "La historia es novedosa. El
hombre, enceguecido por el presente, casi nunca prevé lo que va a suceder. Si atina a
ver un futuro diferente lo hace como agravamiento de la situación actual o como el
surgimiento de lo contrario, cuando los cambios suelen venir por hechos
irreconciliables en su momento, o, al menos, no valorados en su dimensión. Hoy, ante
la cercanía del momento supremo, intuyo que un nuevo tiempo espiritualmente muy
rico está a las puertas de la humanidad, si comprendemos que cada uno de nosotros
posee más poder sobre el mal en el mundo de lo que creemos. Y tomamos una
decisión."35

31
Ibídem., p.109
32
TORRES QUEIRUGA, Andrés, Esperanza a pesar del mal, Sal Terrae, Santander, 2005,
p.28
33
SÁBATO Ernesto, La Resistencia, Seix Barral, Buenos Aires, 2011, p.88
34
MUGICA, Hugo, " La serena esperanza de otro mañana", Revista Iberoamérica.
http://revista-
iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/viewFile/5002/5161 (consulta:
22 de noviembre 2015)
35
Ibídem., p.80
11
Conclusión
Quizás ante situaciones críticas los hombres pueden tomar tres tipos de actitudes: el
pesimismo catastrófico que no ve la salida, la indiferencia que se fuga de la realidad,
la esperanza que abre el camino a un mañana más humano. Me parece que nuestro
desafío hoy como seres humanos y como cristianos es dar sentido al absurdo de la
existencia de muchos e interpelar esa apatía que deshumaniza nuestro mundo. Ernesto
Sábato constituye una figura singular en este sentido, fue un hombre sin duda
asombroso cuya historia personal nos conecta con la historia del siglo XX. No se trata
de una personalidad monolítica y estática, al contrario el paso del tiempo lo moldea y
lo abre a nuevas perspectivas. Tal vez sea porque no haya una única mirada de la
historia o porque la vida personal marca hacía donde miramos. Como sea,
misteriosamente quien no escapa de la realidad sino que se sumerge en ella abre a sus
hermanos los hombres nuevos caminos. La historia es así, ambigua y polifacética mas
a todo hombre le corresponde comprometerse con ella y seguir esperando aun cuando
todo parezca derrumbarse.

Concluimos con las palabras de Benedicto XVI: "Toda actuación seria y recta del
hombre es esperanza en acto. Lo es ante todo en el sentido de que así tratamos de
llevar adelante nuestras esperanzas, más grandes o más pequeñas; solucionar éste o
aquel otro cometido importante para el porvenir de nuestra vida: colaborar con nuestro
esfuerzo para que el mundo llegue a ser un poco más luminoso y humano, y se abran
así también las puertas hacia el futuro. Pero el esfuerzo cotidiano por continuar
nuestra vida y por el futuro de todos nos cansa o se convierte en fanatismo, si no está
iluminado por la luz de aquella esperanza más grande que no puede ser destruida ni
siquiera por frustraciones en lo pequeño ni por el fracaso en los acontecimientos de
importancia histórica. Si no podemos esperar más de lo que es efectivamente posible
en cada momento y de lo que podemos esperar que las autoridades políticas y
económicas nos ofrezcan, nuestra vida se ve abocada muy pronto a quedar sin
esperanza. Es importante sin embargo saber que yo todavía puedo esperar, aunque
aparentemente ya no tenga nada más que esperar para mi vida o para el momento
histórico que estoy viviendo. Sólo la gran esperanza-certeza de que, a pesar de todas
las frustraciones, mi vida personal y la historia en su conjunto están custodiadas por el
poder indestructible del Amor y que, gracias al cual, tienen para él sentido e
importancia, sólo una esperanza así puede en ese caso dar todavía ánimo para actuar y
continuar."36

36
BENEDICTO XVI, Spes salvi. http://w2.vatican.va/content/benedict-
xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20071130_spe-salvi.html (consulta: 22 de
noviembre 2015)
12
Bibliografía
1. Del autor:

SÁBATO Ernesto, Antes del fin, Seix Barral, Buenos Aires, 1998

SÁBATO Ernesto, Uno y el Universo, Seix Barral, Buenos Aires, 2003

SÁBATO Ernesto, La Resistencia, Seix Barral, Buenos Aires, 2011

2. Artículos de revista en línea:

MUGICA, Hugo, " La serena esperanza de otro mañana", Revista Iberoamérica.


http://revista-
iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/viewFile/5002/5161
(consulta: 18 de noviembre 2015)

LOJO, María Rosa, " Metafísica de la esperanza y el otro Nobel que no fue", Pagina
12
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/1-53377-2011-05-02.html
(consulta: 21 de noviembre 2015)

3. Otros:

BENEDICTO XVI, Spes salvi.


http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-
xvi_enc_20071130_spe-salvi.html (consulta: 22 de noviembre 2015)

TORRES QUEIRUGA, Andrés, Esperanza a pesar del mal, Sal Terrae, Santander,
2005

Biografía en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Ernesto_Sabato (consulta: 15 de


noviembre 2015)

4. Material de clases:

CONDORCET, Marqués de, Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del


espíritu humano y otros textos, F.C.E., México, 1997

COMTE, Augusto, Discurso sobre el espíritu positivo, Capítulo I: Ley de la evolución


intelectual de la humanidad o ley de los tres estados.

VATTIMO, La sociedad transparente, Posmoderno: ¿una sociedad transparente?

BOBBIO, Autobiografía

13
Índice
Introducción.................................................................................................................p.1

Desarrollo.....................................................................................................................p.2

1. La elección del "personaje".....................................................................................p.2

2. Idea de progreso.......................................................................................................p.3

A. Ilustración racionalista...................................................................................p.4

B. Positivismo científico.....................................................................................p.5

C. Socialismo......................................................................................................p.6

3. La posmodernidad....................................................................................................p.8

4. La esperanza..........................................................................................................p.10

Conclusión.................................................................................................................p.12

Bibliografía................................................................................................................p.13

14

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