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Riesgo sistemático

Es aquel que se deriva de la incertidumbre global del mercado que afecta en mayor o
menor grado a todos los activos existentes en la economía. Este riesgo no puede
eliminarse mediante la diversificación; de ahí, que también se le denomine como riesgo
no diversificable o riesgo de mercado. Por ejemplo, una recesión económica o una
subida de los tipos de interés afectan de forma negativa prácticamente a todas las
empresas (aunque no necesariamente en la misma magnitud).

Engloba al conjunto de factores económicos, monetarios, políticos y sociales que


provocan las variaciones de la rentabilidad de un activo

No afecta a una acción o sector particular, sino al mercado en su totalidad. Por ejemplo,
en una gran crisis financiera o en un “crack bursátil” todas las acciones tienden a bajar
de manera simultánea. Es un riesgo impredecible pero también imposible de evitar
completamente.

Riesgo de Inflación: Aumento de los precios de los bienes y servicios y por ende el
costo de la vida.

Riesgo de las Tasas de Intereses: Riesgo de que el valor de un activo caiga debido a
cambios en las tasas de intereses Ejemplo: Cuando las tasas de interés en general
aumentan, los emisores de bonos tienen que ofrecer tasas de cupón mayores para
bonos nuevos con el fin de atraer inversionistas. Como consecuencia, los precios de los
bonos ya existentes caen porque los inversionistas prefieren los bonos más nuevos que
pagan la tasa más alta.

Riesgo de falta de liquidez: Riesgo de que usted no pudiera comprar o vender


inversiones rápidamente un precio que se aproxima al verdadero valor básico
(subyacente) del active.

Riesgo Sociopolítico: Posibilidad de que la inestabilidad o los disturbios en alguna o


algunas regiones del mundo afecten los mercados de Inversión. Ejemplo: Algunos
eventos, como el del 11 de septiembre, pueden generar desajustes de amplias
repercusiones en los mercados financieros, colocando todavía más a las inversiones en
situación de riesgo.

Riesgo de Divisas: Ocurre porque muchas divisas del mundo flotan una contra la otra.
Cualquier variación en la tasa de cambio entre esa moneda y la suya puede aumentar
o reducir el rendimiento de su inversión.

El riesgo total de un activo financiero o cartera de valores se puede descomponer como


la suma del riesgo sistemático (o de mercado) y el riesgo propio (idiosincrásico o
diversificable). Este desglose es de importancia capital para entender los modelos
básicos de gestión de carteras, debido al efecto que ejerce en la diversificación. En una
cartera plenamente diversificada, el impacto de los factores de riesgo propio desaparece
y sólo quedan los riesgos sistemáticos.
Riesgo No sistemático
También es denominado riesgo diversificarle y es la parte del riesgo que puede ser
eliminado de un portafolio financiero. Ejemplo de ello tenemos la estacionalidad, las
modas, la dependencia de materia prima específica, etc.

Engloba al conjunto de factores propios de una empresa o industria, y que afectan solo
a la rentabilidad de su acción o bono.

En otras palabras, el riesgo no sistemático surge de la incertidumbre que rodea a una


empresa por el desarrollo de su negocio, ya sea por las propias circunstancias de la
empresa o por las del sector al que pertenezca. Ejemplos de estos acontecimientos
pueden ser unos malos resultados empresariales, la firma de un gran contrato, unos
datos de ventas peor de lo esperado, un nuevo producto de la competencia,
descubrimiento de fraude dentro de la empresa, una mala de gestión de sus directivos,
etc.

Riesgo crediticio: Posibilidad de que un emisor de bonos no pague intereses de la


manera establecida o que no reintegre el capital al vencimiento.
Riesgo administrativo: Impacto que pueden ejercer las malas decisiones
administrativas.

Rentabilidad
La rentabilidad es cualquier acción económica en la que se movilizan una serie de
medios, materiales, recursos humanos y recursos financieros con el objetivo de obtener
una serie de resultados. Es decir, la rentabilidad es el rendimiento que producen una
serie de capitales en un determinado periodo de tiempo. Es una forma de comparar los
medios que se han utilizado para una determinada acción, y la renta que se ha generado
fruto de esa acción.

Rentabilidad esperada
Cuando hablamos de rentabilidad esperada nos referimos a la rentabilidad que un
inversor espera obtener de cara al futuro respecto de una determinada inversión que ha
realizado, la rentabilidad real puede ser mayor o menor que la esperada en función de
cómo se desarrollen los acontecimientos.

¿Cómo podemos calcular la rentabilidad esperada?

 A través de la rentabilidad esperada del VAN: Cuando hablamos de


rentabilidad esperada una forma muy habitual de calcularla, en función del tipo
de inversión eso sí, será a través de rentabilidad esperada del VAN cuyo
significado es Valor Actual Neto y se trata de una método de valoración de
inversiones aplicable a aquel tipo de inversiones donde existe algún parámetro
o variable que resulta desconocido, por lo tanto lo que se determina es que ese
parámetro desconocido se comporta de acuerdo a una variable aleatoria. Para
ello lo que se hace es calcular el valor actual de los flujos de caja que puede
generar una determinada inversión de cara al futuro.
 A través de la rentabilidad histórica: Se trata de otra forma de aproximar la
rentabilidad esperada de grandes clases de activos a través de su historial de
comportamiento. No obstante, si es cierto que se trata de un método menos
fiable, ya que la volatilidad del valor de las acciones depende de muchos factores
y variables internas y del entorno. El hecho de haber tenido un determinado
comportamiento en cuanto a su rentabilidad no quiere decir que de cara al futuro
se vaya a comportar exactamente igual, se trata de una estimación para tener
una idea aproximada de su comportamiento futuro teniendo en cuenta variables
del pasado y realizando hipótesis respecto a la rentabilidad esperada en el largo
plazo. Debemos tener en cuenta en este caso que cuantos mayores sean los
plazos del histórico que analicemos, más fiable será la aproximación realizada

Rentabilidad requerida

La tasa de rentabilidad requerida es la estimación del coste de oportunidad que tiene el


accionista respecto al capital comprometido en la compra de la empresa. Dicho coste
de oportunidad es una apreciación personal y subjetiva y por tanto puede ser distinto
entre comprador y vendedor, porque ambos tengan opiniones distintas respecto al
riesgo que conlleva inversión, algo que es normal que ocurra.

La tasa de rentabilidad requerida incluye dos componentes:

 El coste o la rentabilidad del dinero sin riesgo.


 La prima de riesgo.

La tasa de retorno requerida es el rendimiento mínimo que necesita un inversor para


sentirse cómodo. Por ello, la tasa de retorno requerida queda a criterio del inversor y
varía en función de sus prioridades. No obstante, hay una fórmula estándar para calcular
la tasa de retorno requerida, que sirve como pauta básica para determinar la legitimidad
de una inversión. Esta fórmula considera el riesgo implicado en una inversión y si el
rendimiento potencial de dicha inversión justifica o no este riesgo.

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