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LA MORAL MÉDICA FRENTE A LA

MEDICINA DE NUESTRO TIEMPO


Sí, la moral individual es la condición primera. El médico recto y bueno exige al hombre bueno y
recto. Con la moral individual como guía, el médico encontrará casi siempre su camino. Sus voces
lo llevarán siempre hacia el bien y podrá cumplir su misión de amor hacia los hombres. “Cuando se
tiene en el corazón la raíz del amor, decía el filósofo cristiano de Alejandría, de esa raíz no puede
salir mas que el bien”.

Responsabilidad social : principio fundamental de


la
investigación científica.

Siendo así, todo acto de acción investigativa ha de estar enmarcada con


principios tales como el de la responsabilidad o la igualdad, conceptos que sirven para
definir las conductas socialmente aceptables, en las que se definen las acciones
preferibles, indiferentes o evitables y que se utilizan para justificarlas y controlarlas.
Al respecto, cabe señalar el valor de la responsabilidad social en la
investigación con una perspectiva distinta, en la que un grupo de personas, con un
extraordinario potencial de impacto en su entorno social, deben evitar colocar a la
humanidad a la merced de las tecnologías que pueden afectar al propio curso de la
historia de la especie. Por ello, el valor de la responsabilidad ha de exigir a la
comunidad investigativa tener en cuenta siempre las consecuencias de las acciones, el
reconocimiento de los límites del conocimiento, es decir, no hacer nada que pueda
poner en riesgo la supervivencia humana.
PAG 11 Asimismo, Montes (2000:78), señala que todo esfuerzo humano que se orienta
hacia el bien general es encomiable. Pero para que ese suceso se produzca, se necesita
antes el desarrollo de la persona individual. Por ello, dentro de las cualidades que han de
forjar al investigador, se encuentran algunas virtudes entre las que se mencionan la
humildad, la sobriedad y austeridad para servir responsablemente a la sociedad.
Pero esa percepción de la finitud de nuestra vida y de los límites de nuestros
conocimientos en una etapa de nuestro proceso evolutivo, es un excelente antídoto
contra varias enfermedades casi mortales y extremadamente contagiosas como la
vanagloria, la necedad y la angustia. Por otro lado, ser humildes y felices para conocer
nuestros límites en un momento dado, es disfrutar de nuestros descubrimientos.
Hablar con elegancia constituye otra valla en la carrera de obstáculos por la que
corre el investigador. Deberá, por tanto, adquirir algunas habilidades mínimas: claridad
en la presentación, desarrollo coherente, y gestos agradables y serenos, y no por ello el
investigador ha de ser un privilegiado dentro de la sociedad. El respeto que merece el
investigador es el mismo (nunca más, pero tampoco menos) que se ha de conceder al
campesino, al obrero, al empresario, al artista, al político, al deportista o al militar, pues
todos juntos constituyen diferentes ángulos del escenarios de la laboriosidad humana.

JUICIO POR JURADO


El juicio por jurado es la participación del pueblo en una función reservada al Estado en la
administración de la justicia penal.
El Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales de Manuel Ossorio lo define
como el "tribunal constituido por ciudadanos que pueden o no ser letrados y llamados por la
ley para juzgar, conforme a su conciencia, acerca de la culpabilidad o de la inocencia del
imputado, limitándose únicamente a la apreciación de los hechos (mediante un veredicto),
sin
entrar a considerar aspectos jurídicos, reservados al juez o jueces que, juntamente con los
jurados, integran el tribunal".
Podemos considerar que el juicio por jurado es una garantía contra los abusos de poder del
Estado, que es un derecho subjetivo de los ciudadanos a ser juzgados por sus pares. Ambos
razonamientos apuntan a preservar al ciudadano de los desvíos de la justicia y del poder del
Estado.

LOS JUICIOS
Los juicios, constituyen la segunda forma de los pensamientos, después de los conceptos.
“Podemos definir al juicio como el acto de afirmar o negar, mediante la cópula, la conveniencia de
un predicado a un determinado sujeto. El juicio puede definirse, también, como una relación
enunciativa de conceptos.”1 En este sentido, el estudio de los juicios es determinante para la
comprensión de los razonamientos, la tercera forma en la que se manifiestan nuestros pensamientos.

1. Elementos de los juicios


Los elementos de los juicios son: el sujeto, de quien se afirma o niega algo y simbolizada con la letra
S; el predicado, que afirma o niega respecto del sujeto y simbolizada con la letra P, y la cópula, que
posee la función de relacionar sujeto y predicado en base a una afirmación o negación implicante.
La cópula indica la presencia del verbo ser o estar. En este sentido, la estructura de todo juicio es:
S es P.

2. Juicios estrictos o cognoscitivos y juicios de valor


Existen diferentes tipos de juicios. Nosotros, nos abocaremos a considerar los juicios estrictos o
cognoscitivos, que tienen una relación estrecha en la construcción de enunciados para la
construcción de conocimientos rigurosos, como de las ciencias. En este sentido, dejaremos de lado
los juicios de valor, que están ligados a las consideraciones de las otras disciplinas filosóficas como
la ética, la estética, la axiología y que tienen que ver con la construcción de sus categorías
valorativas, como bueno-malo, bello-feo, etc.
¿Cuán (poco) ético
es usted?
Está claro que no basta con la simple convicción
o buenas intenciones para ser el profesional ético que
usted cree ser. Los ejecutivos que aspiran a ser éticos
deben desafi ar el supuesto de que siempre son imparciales.
Deben reconocer que, más que las buenas intenciones,
el rasgo que defi ne al ejecutivo ético es la
vigilancia. Deben recolectar información de manera
constante, moldear sus entornos y ampliar el ámbito
de su toma de decisiones. Es más, tienen a mano un
remedio. Los ejecutivos deberían aprovechar todas las
oportunidades para implementar las políticas de acción
afi rmativa –no por los males causados a un grupo u
otro en el pasado, sino por las injusticias cotidianas que,
como documentamos, son inherentes a la conducta diaria
de personas buenas y bien intencionadas. Irónicamente,
sólo el que entiende su propio potencial para
actuar de manera poco ética, será capaz de volverse el
líder ético que aspira ser.

JUICIOS Y CREENCIAS
los juicios se generan en el pasado, se emiten en el presente y diseñan el futuro.

Doctrinas eticas
fundamentales
PAG 4 Protagoras, cuya doctrina recibe el nombre de re1ativismo, el cual implica que la verdad es
re1ativa, ya que depende de la opinion personal siempre cambiante y circunstancial. "El hombre -dice
Protagoras-es la medida de todas las cosas", concepto que ahora puede parecer falso.
Ello significa que cada individuo percibe 0 ve las cosas de acuerdo con su particular modo de ser y de sentir
("nada es verdad ni mentira, todo es segun el color del cristal con que se mira").
Ética profesional
si no perdemos de vista el sentido original de “profesar” y de “ser profesional”,
quedamos en mejores condiciones para entender lo que quiere decir ética
profesional,
pues será más o menos evidente que se trata de la fuerza moral en la cual se
apoya lo
que profesamos, nuestra profesión.
¿Qué es eso de ‘‘ética profesional’’? Todos, tarde o temprano, nos dedicamos a
un oficio,
un trabajo, un quehacer profesional... Entonces, es importante que podamos
entender
bien en qué sentido preciso nuestro quehacer puede ser, efectivamente, ético o
puede
dejar de serlo.
La ética, en el sentido profesional, tiene que ver íntimamente con nosotros.
¿Cómo es
esto? Ella está directamente vinculada con la calidad moral de nuestro trabajo.
Está
implicada en el modo de llevar a cabo nuestro quehacer, e implica entrega
vocacional,
responsabilidad, honestidad intelectual y práctica (relativa a lo que sabemos y lo
que
hacemos). La ética profesional es fundamentalmente un compromiso con lo que
ustedes hacen, con lo que yo hago, con lo que cada ser humano hace.
Es decir, sin ética profesional. En otras palabras, he sido incapaz
de ponerme, como dijimos, al servicio de los intereses de mi profesión.
la expresión ‘‘ética del
trabajo’’ significa, dentro de cualquier forma de praxis, un compromiso ineludible
con
nosotros mismos de hacer bien las cosas, un compromiso que no se puede dejar
de
cumplir, porque tiene que ver con un compromiso con nuestro propio ser, que nos
hace
más o nos hace menos, nos hace mejores o nos empeora, nos enriquece o nos
empobrece en nuestro propia naturaleza.
Sin ética del trabajo y ética profesional, lo que se hace queda reducido sólo a
una chamba, o una talacha, a un modo de obtener dinero, pero no tenemos
propiamente
trabajo 15 . Y entonces dejamos de ser obreros, seres de la praxis, de la acción, de
la
creación, de la póiesis laboral, que es la construcción de nuestro propio ser por
medio de
nuestro trabajo. No se trabaja en verdad.
Dénse cuenta de que hay millones de
seres humanos que viven así, haciendo sólo lo que pueden hacer, y no lo que
quieren
hacer y ser, muy víctimas de la necesidad, muy disminuidos en su libertad.
La responsabilidad es la imposibilidad de apelar a un pretexto, por bueno que
pudiera ser, para justificar el hecho de que no hicimos lo que vital y
profesionalmente
teníamos que hacer.
La ética
del trabajo, de cualquier forma de trabajo (un quehacer, una tarea, un oficio, el
desempeño de una profesión...), consiste simple y llanamente en hacer bien lo
que se
hace (independientemente de sueldos y ganancias, de premios y recompensas).
Estas formas de compromiso ético, de ética profesional, no las consigue y las
sostiene un título o unos grados académicos, sino una forma de ser, una decisión
de ética
profesional, la adopción de un ethos, que no puede abandonarse sin dejar de ser
lo que
se era 20 .
ethos vocacional, que naturalmente exige una ética profesional: una
responsabilidad moral 21 inherente al ser y el hacer, o sea, a lo que se es y a lo
que se
hace.

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