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La crisis guatemalteca no es algo que surgió de la noche a la mañana, los problemas políticos tienen

profundas raíces, desde la oligarquía, pasando por los dictadores y tomando en cuenta intereses de
otros países que llevaron a Guatemala a un declive económico, político y social. La situación ha
llegado ya a un punto insostenible en el cual los poderes del estado se han corrompido y operan al
mejor postor, la justicia parcializada por supuesto ha servido de vehículo para perseguir a aquellos
que no se alienan al lo que los poderes oscuros dictan o para eliminar contrincantes políticos que
puedan servir de tropiezo para cualquier candidatura.

Un organismo legislativo haciendo leyes que les permitan pasar por debajo de la misma creyendo al
pueblo incapaz y aprovechándose del desconocimiento de la población de la ley y del porqué de las
mismas.

Un ejecutivo que periodo tras periodo han pasado, ido y venido por el poder sin provocar ningún
cambio significativo para el país, al contrario descubriendo tiempo después que las decisiones que
tomaron fueron más bien de beneficio sólo para algunos, dejando a la gran mayoría con un sabor a
derrota porque creen en un candidato con sus promesas y comúnmente lo que traen es pobreza y
desigualdad para la gran mayoría que conforma el pueblo.

La política actual en todos los niveles e incluso la justicia habiendo sido politizada conforman algo que
ha sido llamado como la “vieja política”, conformada por diputados, jueces, burócratas, activistas y
servidores públicos que han dejado por un lado el patriotismo y el sentir de servir al pueblo, con tal
de encontrar un atajo hacia la riqueza, el poder y el reconocimiento, aunque este último sólo es
entregado a los que continúan con el “proyecto actual”.

Los problemas no se resuelven creando más burocracia porque dicha burocracia es creada por y para
los que siguen operando en el poder. Los cambios más notorios se logran con la participación de
gente, no sólo fresca y sin vicios, sino que también preparada y con la idea de servir al pueblo. Una
gran incógnita se presenta en este punto puesto que la población preparada e idónea no quiere
participar activamente en el modelo de política actual, entonces ¿Cómo resolver esta problemática?

Probablemente la solución la podamos encontrar en las áreas rurales y sus organizaciones, las cuales
ellos mismos conforman y han servido por bastante tiempo a sus comunidades en general, es decir
buscando el bien común. Dichas agrupaciones o sus representantes podrían postular a sus candidatos
de confianza si necesidad de en una organización partidaria dando como resultado que los
postulados serían representantes probados por el mismo pueblo. Y no teniendo la necesidad de un
partido político, no necesitarían financiamiento de nadie por lo tanto los candidatos llegarían a la
postulación sin deber favores a nadie.

Otra posible solución es adoptar medidas en cuanto a los gastos efectuados por el estado, y es que
todo aspirante a enriquecerse rápidamente piensa en la política como un medio para lograrlo. Por lo
que la solución propuesta es reducir el salario de los congresistas, jueces, magistrados y demás
“representantes” pueblo a algo justo y no como actualmente pasa que sin que nadie lo impida se
siguen haciendo leyes y tratos bajo la mesa para seguir incrementando salarios, dietas y
bonificaciones sin que haya detrás un respaldo del trabajo realizado en pro de la sociedad
guatemalteca.
La libertad de comercio podrías ser fundamental también en el país para crear competencia y al crear
competencia beneficiar al consumidor para poder encontrar mejores ofertas en la demanda.

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