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Reseña histórica de la Educación en Costa Rica y el MEP.

Recopilado Por: Ruperto Vargas Sanabria

Educación en la época prehispánica.

La educación en los primeros pobladores de indígenas de Costa Rica, en el periodo


del 10.000 a.C. al 2000 a.C. respondía en principio a una vivencia puramente
instintiva que respondía a la necesidad de supervivencia donde la educación era
espontánea (Dengo, 1999, p.62).

Entre el 2000 a.C. y el 300 a.C., con la agricultura ligada al sedentarismo, la


educación responde a la transmisión de técnicas pertinentes para lograr el mejor
cultivo, lo mismo que los pobladores se van instruyendo en la elaboración de los
primeros utensilios para la caza y la agricultura. La amenaza del medio ambiente
hostil determina la educación ligada a la defensa y ataque para asegurar la
supervivencia del grupo (Dengo, 1999, p.62). Entre el 300 a.C. al año 300 d.C.,
indica Dengo, se instaura la sociedad cacical y las jerarquías sociales y la educación
se dirige a suplir las necesidades del grupo cacical y las jerarquías sociales
establecidas(1999, p.62).

Para el período del año 300 al 800 d.C. la educación se manifiesta en los distintos
estaros sociales del grupo asociados al trabajo y el quehacer especializado: para el
cacique como figura de poder capacidades de liderazgo y organización con
atribuciones de maestro y guía de la comunidad; para los guerreros la instrucción en
defensa para la guerra, la navegación, la pesca y la cacería; para los sukias
conocimientos en medicina, así como la guía moral y espiritual del pueblo; con los
agricultores las artes agrícolas para asegurar a supervivencia y la alimentación; con
los artesanos habilidades para producir utensilios , cerámica y herramientas; los
orfebres destrezas y habilidades en el trabajo con cobre y oro. La educación tiene un
ligamen entre lo terrenal y espiritual, lo humano y lo divino y adquiere rasgos místicos
(Dengo, 1999, p.62).

Para el 800 al 1500 d.C. en las sociedades autóctonas organizadas como cacicazgos
y señoríos, la educación se mueve entre creencias míticas, sincretismo religioso,
ceremonias rituales, construcción de asentamientos fúnebres y elementos
propiamente más humanos, ligados a la actividad social y comunal (Dengo, 1999,
p.62). Estaba en función de la vivencia del hombre como individuo y como grupo
social, como medio de sobrevivir y dar sentido a la vida, bajo dos tipos de desarrollo
complementarios y paralelos: la educación espontánea, recibida en la práctica de la
vida cotidiana y la educación intencionada recibida en unos casos, por todos y en
forma permanente y en otros, con formas especializadas y quizás institucionalizada
(Dengo, 1999, p.67), en los campos del comercio, producción agrícola y artesanal, y
la guerra.

Educación en la Colonia:

En su último viaje Cristóbal Colón descubre Costa Rica (1502). Posteriormente y a


partir de 1522 los españoles realizan expediciones en el territorio acompañados
siempre por sacerdotes católicos, que inician el adoctrinamiento e instrucción por
medio de la catequización, con lo que se convierten en los primeros maestros
(Martínez Gutiérrez, 2016, p.13). Dos años después de establecida Cartago (1563)
se inicia la primera instrucción a los indígenas con Fray Lorenzo de Bienvenida y 13
religiosos en aritmética, lectoescritura y doctrina católica entre los indios (Martínez
Gutiérrez, 2016, p.14).

El sacerdote Juan de Estrada Rávago y Añez predicó el evangelio entre los


indígenas a partir de 1566 de una manera estable, ejerciendo como cura párroco y
vicario de Cartago (Dengo, 1999, p. 70)

Para 1594 el sacerdote y sacristán mayor de Cartago Diego de Aguilar, quien


acompañó a Gil González Dávila por la Costa del Pacífico en 1522 y 1523, funda la
primera escuela elemental del país (Escuela Comunal de Costa Rica). Afrontó
problemas como la falta de formación necesaria de sus para formar a los indígenas e
hijos de los colonos, la limitación de recursos didácticos y las limitadas posibilidades
de ejercitar lo aprendido dadas las precarias condiciones de la vida colonial en la
época. Esta escuela funcionó hasta 1623 cuando debió cerrar debido a la falta de
recursos (Martínez Gutiérrez, 2016, p.15).

La Corona Española ordenó a finales del siglo XVI y en los primeros años del siglo
XVII, la creación de escuelas en cada provincia de la entonces Capitanía General de
Guatemala, para la alfabetización de los hijos de los colonos en la lengua española y
para la enseñanza de la doctrina cristiana (Dengo, 1999, p.71).

En1675 el Obispado de León en Nicaragua, a la que se adscribe la Iglesia en Costa


Rica, emite una instrucción prohibiendo a los misioneros y civiles castigar o maltratar
a los indios, medida extendida a las actividades ligadas con formas de instrucción
que estos impartían (Martínez Gutiérrez, 2016, p.15).

En general para el siglo XVII la instrucción estaba casi exclusivamente en manos de


la Iglesia y centrada en aspectos religiosos principalmente.

En 1701 el Obispo de León en Nicaragua, Monseñor Garret, obligó bajo pena de


excomunión, a que el pueblo se agrupara alrededor de la Iglesia para que todos
pudieran ser instruidos, por cuanto todos vivían en poblaciones muy dispersas (De la
Cruz Y Salazar Mora, 2003). Para 1731 el sacerdote Manuel Salazarmantuvo en
Cartago una escuela de primeras letras o elemental. En algunos casos los
gobernadores de provincia establecieron impuestos para sufragar la educación (De la
Cruz y Salazar Mora, 2003, p.5).

Ante la falta de escuelas en la provincia de Costa Rica, la gobernación contrata a


José Sánchez en 1738 como maestro debidamente preparado para enseñar lectura,
escritura y aritmética elemental. Para 1751 se establece en Cubujuquí de Heredia,
una escuela a instancias del obispo de Nicaragua y Costa Rica, quien además
nombra un maestro para que imparta lecciones en Nicoya (Martínez Gutiérrez, 2016,
p.16).

En 1755 se obligó a los nativos a recibir enseñanza adecuada y a tener un maestro


en la cabecera de cada pueblo, que sería pagado con lo aportado por la comunidad.
Para 1781el procurador síndico de Cartago, Santiago Bonilla, pidió que se diera
instrucción a toldos lo niños pobres, para lo que nombro como maestro al presbítero
Manuel Astúa (De la Cruz y Salazar, 2003, p.5).

En 1782 el gobernador Juan Flores, crea en Cartago una cátedra de Latín (Martínez
Gutiérrez, 2016, p.17) y 10 años después el gobernador interino José Vázquez y
Téllez establece la obligatoriedad de la enseñanza y ordena a los vecinos de Cartago
mandar a sus hijos a las escuelas, bajo pena de pago de multas a quien irrespetara
la norma (OEI, 1997, p.2).

En las escuelas se practican severos castigos por indisciplina. La instrucción se


ejercita mediante el método memorístico, de tipo colectivo y repetitivo, antesala del
método lancasteriano, limitada a la doctrina cristiana como mayor contenido, el
aprendizaje de la lectura y la escritura, “contar”, o sea, numeración y cálculo
aritmético elemental. (Dengo, 1999, p. 74).

Para finales de siglo los Ayuntamientos de Cartago, San José y Heredia siguieron las
disposiciones de las Leyes de Indias y contrataron maestros, que con frecuencia
eran sacerdotes católicos. Es así en 1797, según anota Martínez Gutiérrez, algunos
vecinos de San José, preocupados por la ausencia de un centro educativo en su
localidad, contrataron ellos mismos una escuela para instrucción de sus hijos (2016,
p.17).

La enseñanza en las escuelas se limitaba a lo más elemental, y no existía educación


secundaria. Los jóvenes que aspiraban proseguir estudios debían hacerlo en el
Colegio Tridentino San Ramón en León Nicaragua (Fundado en 1680 por los
benedictinos) y en la Universidad de San Carlos Borromeo en Guatemala (Fundada
en 1676) para la educación superior (Dengo, 1999). Estaban excluidos en estas
instituciones negros, chinos, morenos, mulatos y los que hubieren sido penitenciados
por el Santo Oficio, no así los aborígenes (Pérez Puente, 2012, p.195).

Educación en el Siglo XIX:

En 1801, bajo la gobernación Tomás de Acosta, el sacerdote Baltasar de la Fuente


imparte lecciones de Filosofía y Humanidades en Cartago. Para este año se requiere
de funcionarios en la gobernación que al menos sepan leer y escribir, de allí la
preocupación del gobernador por dotar a los ciudadanos de alguna instrucción
elemental (Martínez Gutiérrez, 2016, p.18).

Una Real Provisión de 1802 reclama el no cumplimiento de las Cédulas Reales


enviadas sobre educación por la Corona Española y nuevamente, en 1806 una
nueva Real Provisión ordena el establecimiento de escuelas (OEI, 1997, p.2).

Tomás de Acosta en 1809 obliga a todos los padres de familia a poner a los padres
de familia a poner a sus hijos en las escuelas bajo penas severas de no acatar lo
dispuesto por el ayuntamiento. Se establecen escuelas en las principales ciudades
de la provincia, aunque algunas no contaban con los recursos necesarios para su
funcionamiento (De la Cruz y Salazar Mora, 2003, p.5).

Agrega Martínez Gutiérrez que en 1812, una vez establecidas las Cortes de Cádiz y
su Constitución de1812, esta última estableció en uno de sus artículos relativos a la
educación que “…en todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas de
primeras letras en las que se enseñará a los niños a leer, escribir, contar y el
catecismo de la Religión Católica, que comprenderá también una breve exposición
de las obligaciones civiles.” (Dengo, 1999, p.76 y De la Cruz y Salazar, 2003, p.7).

Agrega Martínez Gutiérrez que las Cortes, por iniciativa del representante de Costa
Rica y presidente de las corte (24 de mayo y el 23 de junio de 1813), Presbítero Dr.
Florencio del Castillo, emiten ese mismo año, un decreto otorgando becas a los
indígenas de la provincia que quisieran estudiar, ordena la enseñanza por igual de
indígenas e hijos de los colonos en escritura, lectura, aritmética y doctrina católica.
Un año después da por abolidos los castigos disciplinarios propios de las escuelas
coloniales en la época. Sin embargo cuando fueron clausuradas las Cortes de Cádiz
en 1814, algunas de las disposiciones quedarían sin efecto (2016, p.18).

Ese mismo año se crea en San José la Casa de Enseñanza de Santo Tomás, a
instancias del Ayuntamiento de San José, constituyéndose en el primer centro de
enseñanza superior del país a finales de la Colonia (OEI, 1997, p.2). Su currículo fue
organizado por el sacerdote Manuel Alvarado y dirigido por el Bachiller Rafael
Francisco Osejo, especialista en Filosofía y Leyes traído de Nicaragua, se
impartieron, entre otras materias, las cátedras de Filosofía, Sagrados Cánones y
Teología Moral (Dengo, 1999) Se mantuvo gracias a contribuciones de vecinos de
San José, preocupados por la instrucción de sus hijos (Martínez Gutiérrez, 2016,
p.18).

Luego de la Independencia de España, en 1822 José Santos Lombardo y


Alvarado, político, educador y presidente de la Junta Superior Gubernativa de Costa
Rica, escribe el Catecismo Político, que se constituyó en el primer manual de
instrucción ciudadana para los habitantes de la época, cuya educación era muy
rudimentaria (Martínez Gutiérrez, 2016, p.19).

En 1823, y como Estado dentro de la Federación Centroamericana, Costa Rica tuvo


dos estatutos políticos en los cuales se estableció la obligación del gobierno de velar
por el fomento de la Instrucción pública. Un año después, la Constitución Federal
otorgó al Poder Legislativo de cada Estado (Ley Fundamental del Estado) la
responsabilidad de dirigir y desarrollar la educación nacional (Dengo, 1999, p.85) y
se le confiere a la Casa de Enseñanza de Santo Tomás la potestad de conferir a sus
estudiantes el título de Bachiller, con lo que queda facultada para impartir cursos de
índole preuniversitario en 1825 (Martínez Gutiérrez, 2016, p.19).
El gobierno del Estado confiere en 1828 a las municipalidades la inspección de la
enseñanza incluyendo la evaluación, titulación y nombramiento del personal docente
de cada centro educativo, así como la responsabilidad para su sostenimiento
económico y velar las necesidades de los estudiantes, dotando al sistema educativo
de todos los recursos necesarios para su debida función (Dengo, 1999, p.85).

Miguel Carranza Fernández, político y empresario, trae a finales de 1830 la primera


imprenta donde se imprime el libro Breves Lecciones de Aritmética para uso de los
Alumnos de la Casa de Enseñanza de Santo Tomás (Martínez Gutiérrez, 2016,
p.19).

Para 1832 se decreta la primera Ley de Compulsión Escolar, que establecía una
escuela en cada circuito escolar. Con ella se pretendió exigir a los padres de familia
a que enviaran a sus hijos a la escuela, con las debidas medidas restrictivas tales
como exponerse a pagar con cárcel su negativa de enviar un niño a clases, y hasta
pérdida de la ciudadanía y sus derechos como ciudadano como ya lo establecía la
Ley de Bases y Garantías de marzo de 1941. Entre 1832 y 1842 la 1842 la
educación será una de las prioridades de la administración pública (De la Cruz y
Salazar Mora, 2003, p.20).

Hasta entonces la educación estaba principalmente dirigida hacia los varones; la


mujer tenía una educación muy desigual, es partir de 1833 que se les empieza a dar
instrucción formal en catecismo, oficio de la Virgen, costura, bordado y oficios
domésticos. Francisco María Oreamuno Bonilla en el cargo de Ministro General del
Estado, permitió en 1840 el acceso a la educación de la mujer, como medio para
mejorar su condición y lograr el progreso de la sociedad en general (Dengo, 1999,
p.85).

Durante la segunda administración de Braulio Carrillo Colina (1838 y 1842), la


educación quedó bajo la autoridad del Poder Ejecutivo (1841), con la Ley de Bases y
Garantías. Al ser derrocado un año después, se volvió al sistema municipal anterior
(Dengo, 1999, p.85).
Con el Dr. José María Castro Madriz como ministro de Relaciones Exteriores de la
administración de José María Alfaro se sientan las bases en 1844, para fundar una
Escuela Normal de Varones (Educación media), que es establecida dos años
después pero que funcionó solo un año (Dengo, 1999, P.89).

En 1847 se le otorga a la educación pública un marco legal con el artículo Nº180 de


la Constitución Política de ese año, que establecía que: “Es un deber sagrado del
Gobierno poner todos los medios que están al alcance para ilustrar el pueblo”. El
artículo siguiente sanciona que: “La ilustración es un derecho de los costarricenses y
el Estado la garantiza en todos los conceptos por medio de disposiciones legales.
Además estableció, por vez primera, la instrucción pública de hombres y mujeres
uniforme en todo el Estado y se crea la Dirección General de Instrucción Pública
como órgano rector de la Educación costarricense, adscrita a la Secretaría de
Hacienda, Guerra y Marina (De la Cruz y Salazar Mora, 2003, p.20). La Dirección
General de Instrucción Pública es el origen del actual Ministerio de Educación
Pública (MEP) como institución rectora estatal de la educación en el país.

La Constitución declara además la gratuidad de las escuelas de primeras letras (De


la Cruz y Salazar Mora, 2003, p.20) y establece que “…es un deber sagrado del
Gobierno erigir los establecimientos y dictar todas las medidas que estén a su
alcance para ilustrar al pueblo, que la instrucción es un derecho de todos los
costarricenses y el Estado Ia garantiza”. Agrega que…la instrucción pública de
ambos secsos1 será uniforme en todo el Estado… (Asamblea Constituyente, 1847).
Con lo que faculta la educación para la mujer en el país. Ese mismo año se crea la
la Escuela Normal de Niñas (Educación media) en San José, bajo la administración
del doctor José María Castro Madriz (De la Cruz y Salazar Mora, 2003, p.23), pero
que funcionó solo hasta 1856 (Dengo, 1999, p.90).

En 1849 se promulga el Reglamento Orgánico del Consejo de Instrucción Pública, en


el que se establece que la Instrucción escolar será en lo sucesivo gratuita, sostenida

1
Así escrito en el original.
por el Gobierno y los Ayuntamientos municipales . A partir de la creación del Consejo
de Instrucción Pública, se ordena la apertura de escuelas en cada cabecera de
provincia, incluyendo escuelas de mujeres. Las escuelas pasan a ser regidas por el
Consejo de Instrucción Pública.

La influencia de la Iglesia Católica en la Educación se consolidó con la Ley del


Concordato de 1852, que oficializó su injerencia en esta materia y le garantizó el
control sobre los contenidos de la enseñanza, en la formación primaria, secundaria y
universitaria a través de la Universidad de Santo Tomás (Quesada Camacho, 2005).

En 1856 se suspende el Liceo de Niños, probablemente por la Campaña Nacional, y


en 1858, el presidente Juan Rafael Mora Porras restableció el Liceo Central de Niñas
en la capital. Ese año se declara oficialmente que la educación es obligatoria para
todas las clases de la sociedad y a partir de entonces, todos los niños de 7 a 12 años
tendrán que presentarse a lecciones, de otro modo, ellos y/o sus padres serán
sometidos a castigos, algunos de ellos, severos (Martínez Gutiérrez, 2016, p.20).

Durante la 2ª administración de Jesús Jiménez Zamora y con la nueva Constitución


de 1869 se estableció el principio de la enseñanza “…primaria de ambos sexos es
obligante, gratuita y costeada por la Nación”. La dirección inmediata de ella
corresponde Municipalidades y al Gobierno la suprema inspección”. También dispuso
que “…todo costarricense o extranjero es libre para dar o recibir la instrucción que a
bien tenga en los establecimientos que no sean costeados con fondos públicos” con
lo que se establecen las bases de la enseñanza privada (De la Cruz y Salazar Mora,
2003, p.20). También se emitió el Reglamento de Instrucción Pública en el cual se
estipuló que el poder ejecutivo asume la enseñanza, por medio de la Secretaría de
Instrucción Pública, pero se mantuvo la inspección de las escuelas a cargo de las
municipalidades (Martínez Gutiérrez, 2016, p.20). Ese mismo año se funda el Colegio
San Luis Gonzaga en Cartago, institución de educación secundaria con profesores
españoles y regentado por Jesuitas hasta 1884 (Dengo, 1999, p.94).

La Constitución de 1871, promulgada en el gobierno de Tomás Guardia Gutiérrez, se


mantiene el principio de gratuidad de la enseñanza (De la Cruz y Salazar Mora,
2003, p.20). Tres años después e funda el Instituto Nacional, en el establecimiento
de la Universidad de Santo Tomás, bajo ideas positivistas de la época (Dengo, 1999,
p.94). Ese año se estableció un colegio municipal en Heredia que funcionó solo tres
años, volvió a operaren 1875 como Colegio San Agustín aunque solo hasta 1880
(Dengo, 1999, p.94), ambos para hombres.

Las Monjas Betlemitas establecen en 1878 en Cartago el Colegio del Sagrado


Corazón de Jesús y en Alajuela las Monjas de Nuestra Señora de Sión otro más.
Ambos para mujeres (Dengo, 1999, p.94). Otros colegios creados entonces son el
Colegio Centroamericano (1879), el Colegio de San José (1879) y el Colegio Central
(1882) (OEI, 1997, p.3).

En 1880. Se crea el Consejo de Enseñanza con el propósito la inspección inmediata


de la Instrucción Pública; y se ordena la apertura de una escuela en la zona de
Talamanca y la Municipalidad de San José concede permiso a las Religiosas de
Nuestra Señora de Sión para que abran un Colegio, el cual aún existe (Martínez
Gutiérrez, 2016, p.22). Se restableció en 1881 el Consejo de Instrucción Pública que
había sido creado en 1849 (De la Cruz y Salazar Mora, 2003, p.20).

En 1884 las leyes liberales impiden el ingreso al país de órdenes religiosas que
pudieran instalar instituciones educativas y se expulsa a los jesuitas. Se estableció el
Instituto Universitario adscrito a la Universidad de Santo Tomás, lo que proyectó una
enseñanza secundaria más sólida (Dengo, 1999, p.98)

En1885 durante la administración de Bernardo Soto Alfaro, Mauro Fernández Acuña


en su calidad de Secretario de Hacienda, Comercio e Instrucción Pública, presentó
su primera Memoria de Instrucción Pública ante el Congreso, en la que hizo un
diagnóstico de la educación costarricense que consideró pésima y criticó la
descentralización de la educación con las municipalidades (Dengo, 1999, p.101).
Esto lleva a la gran Reforma Educativa de 1886 que “… pretendía ajustar la
instrucción pública a un plan científico, hacer cambios desde los cimientos, por eso
se pensaba en crear un sistema educativo integrado desde el Kindergarden hasta la
universidad”. (Quesada Camacho, 2005).

A instancias de Fernández, según anota Dengo, se preparan dos leyes básicas que
van a permitir la primera Gran Reforma en términos filosóficos y organizativos al
modelo de educación que hasta entonces se seguía en el país. Estas leyes
corresponden a:

 Ley Fundamental de Instrucción Pública (1885) que busca establecer la


centralización de la educación en el Estado bajo la figura del Ministerio de Instrucción
Pública (Predecesor del actual Ministerio de Educación Pública) y restablece el
Consejo de Instrucción Pública (Predecesor del Consejo Superior de Educación).
 Ley General de Educación Común Nº6 (1886) y su reglamento, que definen lo
relativo a la enseñanza primaria junto con la división territorial en circunscripciones
escolares (1999, p.101).

El Plan de Estudios, que establecía esta ley de corte liberal, suprimió las asignaturas
de Religión e Historia Sagrada. Los padres de familia reaccionaron contra esa ley
antireligiosa y muchos dejaron de enviar sus hijos a la escuela, por lo que en 1890 el
gobierno restituye de nuevo la enseñanza religiosa en los centros educativos (Dengo,
1999, p.108). Para ese año se estableció la educación mixta en la primaria en una
escuela de Desamparados, y que se desarrolló como modelo posteriormente con
otras escuelas nuevas (Martínez Gutiérrez, 2016, p.).

La Ley General de Educación Común ubicó la Dirección General de Instrucción


Pública como parte de la Secretaría de Fomento (Programa Estado de la Nación,
2005).

Entre 1887 y 1888 se crean el Instituto de Alajuela, el Liceo de Costa Rica y el


Colegio Superior de Señoritas (Dengo, 1999, p.101).
En 1895 se estableció el sistema de clasificación de las escuelas que definió estas
como: escuelas de primer orden, ubicadas en las capitales provinciales y que
impartían la primaria completa (6 grados); las de segundo orden, situadas en las
cabeceras de cantón, impartían 4 grados; y las de tercer orden (la mayoría),
localizadas en las áreas rurales, que impartían solo 2 grados (Estado de la Nación,
2017, p.136). En las de primer y segundo orden (Primaria y secundaria) se
contempla la instrucción religiosa (Dengo, 1999, p.108).

La Reforma de Mauro Fernández (1885-1888) fue un punto decisivo en la historia de


la educación nacional que tuvo consecuencias sobre el conjunto de la sociedad.

Educación en el Siglo XX:

En 1900 la enseñanza se caracteriza por su valor esencialmente pedagógico y por tal


motivo, en la Administración de Rafael Yglesias Castro (1894-1902), su ministro de
Instrucción Pública Justo A. Facio, integra una comisión formada por Miguel Obregón
Lizano, Juan Rudín y Napoleón Quesada, para transformar los métodos,
procedimientos, forma, modos y sistemas de enseñanza … en que se desenvolviera
con acierto la enseñanza que corresponde a los 6 años de las escuelas (De la Cruz y
Salazar Mora, 2003, p.32). Se experimentó una grave crisis económica, que obligó
entre 1901 y 1904 a cerrar escuelas, suprimir empleos de educadores y reducir
salarios (Dengo, 1999, P.129).

En 1901, se realizan reformas en el sistema de inspección de escuelas, esto ante la


necesidad de una mayor asesoría pedagógica a los docentes. Un año después, el
Colegio Superior de Señoritas incorpora a su plan de estudios, una serie de cursos
optativos y que estaban referidos directamente a una formación para el trabajo;
algunos de estos cursos técnicos de índole secretarial fueron, mecanografía,
taquigrafía y contabilidad; también se incluyó telegrafía. Para 1905, estos cursos
debieron cerrarse por efectos económicos. La educación mixta continuó en este liceo
y la modalidad se aplicó a partir de entonces a nuevas instituciones de secundaria
(Martínez Gutiérrez, 2016, p.24).
En 1906 se promulgó por decreto el Reglamento Orgánico del Personal Docente de
las Escuelas Comunes, con la autoría Miguel Obregón Lizano, Jefe Técnico de la
Secretaría de Instrucción Pública en la administración de Cleto González Víquez
(1906-1910) y entró en vigor al año siguiente (Martínez Gutiérrez, 2016, p.25).

Para 1907 se emprendía una reforma parcial al régimen de enseñanza primaria


(Martínez Gutiérrez, 2016, p.24). Miguel Obregón postuló una formación más integral,
poniendo énfasis en la educación física y estética, en la instrucción moral, religiosa y
política de la niñez (Dengo, 1999, P.135).

En 1908, y como consecuencia de la reforma, aprobado vía decreto ejecutivo el


Proyecto de Programas de Instrucción Primaria, elaborados por Roberto Brenes
Mesén y Joaquín García Monge por encargo del Lic. Luis Anderson, Secretario de
Instrucción Pública. “Era un plan verdaderamente avanzado para aquél tiempo, en el
que se intentaba una fusión de materias concentradas” (Dengo, 1999, p. 136). A
pesar de ello estos programas solo estuvieron vigentes un año. A falta de nuevos
programas, Carlos Gagini elaboró unos nuevos que se pusieron en vigencia en 1910
y que se mantuvieron vigentes por diez años (Martínez Gutiérrez, 2016, p.25).

En 1914 se crea la Escuela Normal de Costa Rica y Omar Dengo quien se mantuvo
como Director de 1919 hasta 1928, fue quien le dio el sentido pedagógico y
humanístico de la filosofía (Martínez Gutiérrez, 2016, p.25). Como complemento a la
la importancia de la escuela, el gobierno estableció becas para atraer estudiantes de
todo el país, que al graduarse se incorporaban al magisterio en sus propias
comunidades. Se introdujo un punto de vista social en la educación, dando gran
importancia a los servicios culturales de la escuela en la comunidad y a la relación
del programa de la escuela, con los problemas y sucesos de la nación (Dengo, 1999,
p.139).

En 1914 se suprimen los derechos de ingreso a los colegios de secundaria, bajo la


necesidad de ampliar la educación primaria (De la Cruz y Salazar Mora, 2003. P.35).
Este año y hasta 1918, la educación debió ajustarse y tomar medidas para aminorar
el impacto de la Primera Guerra Mundial, con lo que surgen las escuelas-granjas,
como una alternativa a la eventual escasez de alimentos (Martínez Gutiérrez, 2016,
p.25).

Con la ajustes el Reglamento Orgánico del Personal Docente de las Escuelas


Comunes de 1907 fue elevado a Ley Orgánica del Personal docente en 1920,
cuando Miguel Obregón ocupó el cargo de ministro de Educación en el período 1920-
1924, y se mantuvo vigente hasta que entró en ejercicio el Estatuto de Servicio Civil y
la Ley de Carrera Docente, hoy vigentes. Este Reglamento del Personal Docente es
el primer Estatuto de Servicio Civil del Magisterio y la primera ley de carrera docente
con que contó el país (Martínez Gutiérrez, 2016, p.25). Este eximió a los maestros
del servicio militar y de policía, estableció las categorías de maestros según años y
calidad de servicio, definió salarios y validó los títulos de la Escuela Normal y dispuso
de un fondo de pensiones para el Magisterio (De la Cruz y Salazar Mora, 2003, p.35).

En 1925, Napoleón Quesada Salazar, como Ministro de Educación, nombró una


comisión de inspectores y directores escolares para la elaboración de nuevos
programas oficiales de educación primaria, finalizando un año después. Este trabajo
retoma aspectos contemplados ya en los Programas de Educación Primaria para
escuelas rurales y escuelas urbanas, de Roberto Brenes Mesén de 1914, orientados
a las necesidades sociales de los ciudadanos, buscando que el niño en edad escolar
pudiera tener las bases éticas y humanísticas adecuadas para enfrentar el reto de
insertarse a la sociedad de manera productiva. Serán programas uniformes para todo
el país y no solo para escuelas (Martínez Gutiérrez, 2016, p.25).

Al año siguiente, se crea en San José el primer kínder público del país (Escuela
Maternal Montessoriana) dirigida por María Isabel Carvajal (Carmen Lyra), con lo que
se inicia la educación preescolar en Costa Rica. Ya existían centros de educación
preescolar antes pero privados únicamente a los niños de familias que pudieran
pagar En 1929 es aprobado y entra oficialmente en vigor el Código de Instrucción
Pública, instrumento que ya existía como normativa y se aplicaba desde 1920
(Martínez Gutiérrez, 2016, p.25).
En 1928 la Educación Pública se consolidó como Secretaría de Educación Pública
(Programa Estado de la Nación, 2005).

En 1934, Marco Tulio Salazar por instrucciones del Secretario de Instrucción,


Teodoro Picado Michalski, emprende la tarea de elaborar nuevos programas de
educación primaria, afines al movimiento de la escuela activa de Decroly con quien
se había formado en Bélgica. Al año siguiente bajo administración de Ricardo
Jiménez Oreamuno, Emma Gamboa publica el Nuevo Silabario en el que emplea el
método ideovisual (Martínez Gutiérrez, 2016, p.26).

En 1940 bajo administración de Rafael Ángel Calderón Guardia, se favorecen las


ideas integrales en educación, con una gran influencia eclesial católica e inspirada en
la doctrina social del cristianismo, cargado de valores morales, cívicos, religiosos y
sociales; claramente superando las ideologías liberales imperantes desde 1870. Esto
hace que al final de su gobierno se promulgue el Código de Educación en 1944,
derogando las leyes liberales de 1884, que impedían el ingreso al país de órdenes
religiosas que pudieran instalar instituciones educativas y que impedían a los
colegios particulares existentes conferir el título de bachillerato. Se facilitó el
establecimiento de colegios particulares de tipo religioso. Se emitió una ley
restableciendo la enseñanza de la religión católica en escuelas y colegios del país y
respetando el derecho de los padres a negarse a que sus hijos la recibieran (Dengo,
1999, p.151).

En 1948, la secretaria de Educación Pública, se transforma mediante ley de la


Republica en el Ministerio de Educación Pública (MEP). Las funciones que hasta
ese momento tuvo el MEP en torno al tema de cultura fueron delegadas en el
Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. Por su parte, el Consejo Superior de
Educación (CSE) nació al promulgarse el Código de Educación (Ley 181, de 1944)
(Programa Estado de la Nación, 2005).
En la Ley Orgánica del Ministerio de Educación Pública (Ley 661, de 1949) el CSE
contaba con un carácter consultivo, más no directivo (Programa Estado de la Nación,
2005, p.47).

En 1949, finalizada la Guerra Civil del año anterior, la nueva modelo de Estado que
la Constitución Política dedica todo un capítulo a la educación, con lo que reafirma el
rango legal constitucional del sistema educativo costarricense concebido como un
proceso integral y correlacionado en sus diversos ciclos, desde la educación
preescolar hasta la universitaria; se amplía la gratuidad de todo el proceso educativo
de preescolar a la educación diversificada, lo mismo que la obligatoriedad de la
primaria, quedando la educación preescolar y universitaria fuera de esta restricción
(Martínez Gutiérrez, 2016, p.28).

A finales de 1950, una delegación costarricense que había asistido a un Congreso


Regional de la UNESCO en Cuba, solicitó la presencia en suelo nacional de una
misión técnica de dicho organismo mundial; esta Misión llegó al país al año siguiente
y su trabajo fue fundamental para implementar una serie de proyectos educativos en
campos diversos tales como la educación fundamental, la secundaria, vocacional y
normal. Un esfuerzo que resultó con la asesoría de la Misión Técnica de la UNESCO
fue el Proyecto Piloto de Educación Rural (Martínez Gutiérrez, 2016, p.28).

La Ley 1362, de 1951, le otorga al Consejo Superior de Educación (CSE) funciones


directivas como consejo técnico (Programa Estado de la Nación, 2005, p.47).

En 1953 se creó en Desamparados una Escuela de Artes y Oficios, sobre el interés


mostrado por Monseñor Víctor Manuel Sanabria antes de su muerte por la expansión
de la educación técnica en el país. Como homenaje póstumo, ese centro educativo
se convirtió años más tarde en el Colegio Vocacional Monseñor Sanabria (Martínez
Gutiérrez, 2016, p.28). Se crea también el Consejo Superior de Educación, con
rango constitucional, como la máxima autoridad colegiada encargada de la dirección
de la educación oficial del país (OEI, 1997, p.4).
Para 1955 se firma un convenio con una Misión Técnica de Cooperación
Internacional de los Estados Unidos, que permite establecer instituciones
vocacionales en varias regiones del país. Esta acción vino a fortalecer el programa
de creación de escuelas complementarias o unidades pedagógicas que comprendían
los primeros años de la secundaria, modalidad vigente hasta hace poco tiempo;
estas escuelas. También ese mismo año, llega al país la 2ª Misión Técnica de
UNESCO integrada por pedagogos chilenos, cuyo trabajo se centró en la
modernización de programas de ciencias y matemáticas, sustentar más la educación
vocacional, dar apoyo en materia de orientación de adolescentes en el plano
psicológico y en materia de búsqueda de opciones laborales de acuerdo con sus
necesidades (Martínez Gutiérrez, 2016, p.28).

En 1957, en el Gobierno de José Figueres Ferrer y siendo Ministro de Educación el


Licenciado Uladislao Gámez Solano, se emitió la Ley Fundamental de Educación Nº
2160, de inspiración ideológica democracia social y un aliento humanístico relativo a
la transmisión de la cultura y al cultivo de los valores cristianos (Dengo, 1999, p.164).
La Ley es innovadora en varios tópicos, pero resalta que por primera vez se incluye
lo relativo a los servicios de Orientación educativa y vocacional, así como la
modalidad de Educación Especial. Esclarece los Fines de la Educación
Costarricense cimentados en la vocación democrática y cívica de los ciudadanos
costarricenses, dándole a su vez un perfil marcadamente humanístico (Martínez
Gutiérrez, 2016, p.28).

En 1963 se aprobó el Plan de Estudios de Enseñanza Media que regiría desde 1964
en el que se definió un ciclo común de 3 años para todos los estudiantes, que
contempla un conjunto de materias de formación general, impartidas en forma
intensiva. Conjuntamente con el desarrollo de actividades complementarias de
exploración, en trabajo de taller y de campo. Luego del ciclo común establece el
Ciclo diferenciado para la sección de bachillerato, con las áreas de letras y ciencias.
(OEI, 1997, p.4)
En la Administración de José Joaquín Trejos (1966-1970), siendo Ministro de
Educación el Lic. Víctor Brenes impulsó la enseñanza religiosa y la educación sexual
en los programas de enseñanza media (Dengo, 1999, p.168).

En 1970 en la 3ª administración de José Figueres Ferrer, Uladislao Gámez Solano,


como ministro de Educación, propuso una reforma de la educación en su Plan
Nacional de Desarrollo Educativo (PNDE), que quedó plasmado en el Decreto
Ejecutivo Nº 3333-E en 1973 y que reafirmó el perfil de la educación como un
proceso integrado, así como incorporó elementos de cohesión en el sistema
inexistentes en proyectos anteriores (Martínez Gutiérrez, 2016, p.30). Buscaba
elevar el nivel educativo medio de la población, particularmente en las zonas menos
favorecidas como medio para conseguir la integración nacional; modernizar el
sistema educativo para que responda a las necesidades sociales y económicas del
país y favorezca el proceso de desarrollo y mantener peso porcentual del
presupuesto educativo con respecto a las finanzas nacionales, sin perjuicio del
mejoramiento de la enseñanza en calidad y cantidad. (OEI, 1997, p.5)

A partir de 1971 se crean en las regiones educativas del país Institutos de


Capacitación Técnica, que serán los Colegios Agropecuarios y actualmente Colegios
Técnicos Profesionales (CTP´s) (Martínez Gutiérrez, 2016, p.31).

Para 1978, en la administración del Lic. Rodrigo Carazo Odio, con María Eugenia
Dengo Obregón, como Ministra de Educación Pública se aplica la política educativa
de Regionalización, abordada en 4 ejes fundamentales: el filosófico, el
administrativo, el cualitativo, y el legal. Se basó en la regionalización originaba en la
administración Oduber Quirós, cuando la Oficina de Planificación Nacional
(OFIPLAN) estableció 4 regiones de Planificación Nacional; ampliada luego a 7 en
1980. (Dengo, 1999, p.186).

La fuerte crisis económica que se dio en esta administración hizo que María Eugenia
Dengo Obregón se viera forzada a suscribir una serie de convenios entre 1978 y
1982, con UNESCO, OEA y UNICEF, para mitigar el impacto en el sector educativo.
Entre ellos el Plan Integral de Desarrollo de la Región Atlántica (PIDRA), el Programa
de zonas indígenas, Planeamiento de la educación para el desarrollo integrado de la
subregión de Turrialba y el Programa de Nuclearización Educativa (Martínez
Gutiérrez, 2016, p.32).

En la Administración de 1982-1986, siendo presidente Luis Alberto Monge y Ministro


de Educación, Eugenio Rodríguez Vega, se avanzó en los lineamientos de la
administración anterior en el campo cualitativo, al concretarse nuevos conceptos y
prácticas sobre el currículo. La política educativa giró alrededor del mejoramiento
cualitativo centrado en dos ejes principales: el desarrollo del currículo y la
elaboración de libros de texto. Se dio importancia al programa que se denominó
Mejoramiento Cualitativo de la Educación. Se diseñaron 22 proyectos de acción
educativa, como el de ejes curriculares y el de Elaboración de Libros de Texto. El
proyecto de ejes curriculares introdujo el nuevo concepto de currículo sustentado en
la cultura, haciéndolo girar alrededor de esos ejes; los que se seleccionaron para el
mejoramiento cualitativo de la educación fueron los valores, el hombre, familia y
sociedad y la naturaleza, trabajo y producción (Dengo, 1999, p.196).

Durante la administración del Dr. Oscar Arias Sánchez (1986-1990), se da la


búsqueda de la modernización del funcionamiento del Sistema Educativo y el
esfuerzo por introducir innovaciones en el ámbito. Se inicia un cuestionamiento
nacional sobre la calidad de la educación y la necesidad de ponerla al nivel de los
requerimientos del futuro previsible. Entre las contribuciones importantes se
encuentran: a. El despertar un verdadero interés por la educación, considerándola
fundamentalmente para el progreso de la sociedad y para la realización personal del
individuo. b. La aplicación de pruebas de conocimientos básicos como un medio para
reactivar la vida educativa del país, de involucrar en el compromiso, a los alumnos,
padres de familia, autoridades y a toda la sociedad en general, con lo que se
restablecen las pruebas nacionales de sexto grado y el bachillerato en la enseñanza
media en 1988. C. La introducción de la informática educativa en la educación
primaria y secundaria con lo que se establece la fundación la Omar Dengo. (OEI,
1997, p.6).
En la Administración de Rafael Ángel Calderón Fournier (1990-1994), siendo Ministro
de Educación Marvin Herrera Araya, con base en la corriente social cristiana, la
política educativa ministerial se centró en definir 6 áreas prioritarias: valores,
Educación Para la Vivencia de la democracia, Calidad Integral de la Educación,
Educación Ecológica, Científica y Tecnológica, Oportunidades Educativas y
Culturales, Eficiencia Administrativa y Racionalidad de recursos. El 16 de octubre de
1990 se aprobó la Política Educativa Curricular (Dengo, 1999, p.201).

En la década de los 90 se presentan dos planteamientos básicos en materia


educativa en aras de mejorar la calidad de la educación y plantear una oferta más
pertinente de cara al siglo XXI. Se trata de la Política Curricular 90-94 en la
Administración Gubernamental Calderón Fournier y la Política Educativa Hacia el
Siglo XXI en la Administración Figueres Olsen (94-98), siendo Ministro de Educación
el Dr. Eduardo Doryan Garrón.
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