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Reflexión.

Dentro de nuestra comunidad escolar, poseemos la habilidad, como profesores,


de influir a nuestros alumnos, de forma positiva, como negativa. La pasión por
enseñar, se ve perdida, al momento de entregar contenidos, sin mayor significado
a nuestros estudiantes.

La historia, necesita ser enseñada desde los principales saberes, pero a su vez, si
se quiere un completo aprendizaje, debe ser didáctica, para un mayor
acercamiento a los estudiantes. De este modo, nos encontramos con la mayor
dificultad de la mayoría de los profesores de historia, ¿Cómo explicar la Historia de
forma entretenida?, ¿Cómo acercar el gusto por la Historia a los escolares?, es
algo que simplemente no se encuentra respuesta, puesto la mayoría de los
profesores de Historia, reproducen acciones que los profesores de básica, media y
universidad realizaron, enseñando historia. (Giroux, Henri y McLaren, 1998)

De este modo, cabe señalar, que es necesario que la historia tenga un significado
a los alumnos, un ¿para qué?, y esto se logra, mediante una didáctica sujeta no
solo a contenidos, datos y hechos.

Al realizar aquello, formamos como estudiantes, más críticos y analíticos, un


acercamiento a la vida cotidiana de nuestros alumnos, como nos señala Piaget en
el proceso de aprendizaje, al momento de generar desequilibrios cognitivos, que
logran un andamiaje necesario, para construir nueva información. (Piaget)

Más que algo sujeto a lo lúdico, entonces necesitamos utilizar elementos y


medios, que ayuden al estudiante en la construcción del aprendizaje. De eso
tratara la didáctica dentro de la historia. Innovar dentro del currículo tal como lo
señala el texto leído con una educación por medio de competencias.

Sí bien, aquel contexto de enseñar de acuerdo a las competencias, en especial


desarrollando a los alumnos un pensamiento crítico y analítico, como nos señala
Paulo Freire, que enseñar no es solo transmisión de conocimiento, si no crear
posibilidades para la construcción de este (Freire, 2002), no es tan simple como se
señala, en especial dentro de la asignatura de Historia, la cual está referida, en su
totalidad a datos duros, más que habilidades blandas, es importante de igual
manera, como docentes, cambiar aquel paradigma, aun cuando el currículo en
Chile nos presenta exigencias, puesto, dentro de la sala de clases somos nosotros
quienes tenemos la acción de cómo realizar una mejora en la didáctica dentro de
la Historia.
Y si bien, existe una crítica en el currículo chileno, aun se puede crear un cambio
dentro del aula de clases. Preocupándonos de cómo se menciona el texto, lo que
los alumnos “quieran saber”, más de lo que “sepan”.

Bibliografía.

Freire, Paulo. (2002). Cartas a quien pretende enseñar (8a. ed.). México: Siglo
Veintiuno Editores.

Giroux, Henri y McLaren, Peter. (1998). Sociedad, cultura y educación (Serie


educación internacional). Madrid: Miño y Dávila.

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