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En 1830 llega al país Echeverría y da a conocer sus primeras producciones poéticas como
Los Consuelos
(1834) o
Las Rimas
(1837) de resonado éxito. En consecuencia Echeverría pudo convertirse rápidamente en la
figura pública más prestigiosa de laincipiente renovación romántica, alrededor de la cual
todos los demás escritores de esa corriente tenderían a gravitar. Esacorriente alcanzaría su
primera instancia de cohesión grupal formal en el “Salón Literario” patrocinado por el librero
MarcosSastre. El “Salón” se proponía naturalizar en suelo argentino prácticas de
sociabilidad literaria que se suponían condiciónnecesaria para una cultura moderna. En el
“Salón Literario”, el movimiento romántico cristalizó su identidad. El climaideológico que
imprimieron al “Salón” fue romántico, mientras que por su mera presencia hicieron de él una
asociación desentido juvenilista. Sin embargo, conviene destacar que le concepto original
del “Salón” no era ni juvenilista ni específicamentegeneracional; por este motivo, entre los
asistentes regulares se encontraban en un comienzo muchos figuras renombradas de
lageneración anterior como Pedro de Angelis y Vicente López y Planes. Fue el alejamiento
de estos últimos, y el desagradomanifestado por ellos ante una actitud de los más jóvenes
que sólo podían interpretar en términos de soberbia y dedescomedimiento aquello que
marcaría la ruptura principal entre la vieja y la “Nueva Generación”, y entre ésta y el
régimenrosista con que los primeros se identificaban. La confluencia de la ruptura romántica
con una ruptura generacional sólo alcanzóun estado manifiesto a partir de la transformación
del “Salón Literario” en la primera organización formal de la nueva corrienteintelectual Esa
redefinición del movimiento entró en una etapa superior de desarrollo con la creación de
una sociedad político-literaria cuyo propósito era el de unificar a toda la “juventud argentina”
en un movimiento dedicado a la regeneración social, política y cultural de la nación
argentina. La “Asociación de la Joven Argentina”, estaba inspirada en las asociaciones
políticaseuropeas, como La Joven Italia. La nueva asociación adquirió su perfil conceptual
en un conjunto de textos elaborados por Alberdi y Echeverría: las "Palabras simbólicas", el
"Juramento de la Asociación" y el "Dogma socialista". Fue a través de esta“Asociación” y de
los periódicos editados por sus miembros que la corriente romántica porteña logró en un
inicio expandir suradio de influencia. La primera etapa argentina del movimiento romántico
terminaba así con un proyecto de mayor institucionalización que, para enfrentar la clausura
del espacio bonaerense efectuada por Rosas, buscaría expandirse hacia elconjunto del
territorio argentino. Y hacia las repúblicas limítrofes, Chile y Uruguay.
El romanticismo convertido en facción
Entre 1839 y 1843/1844 la acción política absorberá progresivamente la mayor parte de las
energías de los emigradosrománticos., y su propia identidad colectiva tendera a diluirse en
la de los unitarios, de mayor presencia y organización en elteatro montevideano. Alberdi,
secundado por Juan María Gutiérrez, se convertirá en el principal gestor político del
movimiento,desplazando a Echeverría. La política del grupo se definía por su antirrosismo
implacable. Los años de hegemonía alberdianaserán los de la aventura política, expresada
en dos decisiones osadas: el apoyo a la intervención francesa y la alianza entrerománticos,
unitarios, y federales “disidentes” bajo el liderazgo militar de Lavalle. La secuela de derrotas
que sufrió todo elmovimiento antirrosista en esos años – la “revolución del Sur” en 1839, la
invasión de Lavalle, la incursión malograda hacia las provincias del norte- junto con las
maniobras oscuras de Rivera impusieron el desaliento y finalmente la retirada de la
políticaactiva de una porción importante de la elite romántica. El alejamiento de Alberdi y
Gutiérrez fue el más escandaloso, y por esomismo el más contundente, ya que la decisión
de ambos de abandonar Montevideo, ahora sitiado, partiendo en excursiónturística hacia
Europa, tornaba evidente el desprecio que la política activa del Río de la Plata les
provocaba
difusión más pública, como el teatro o la poesía cívica. Los múltiples ensayos –todos
fallidos- en el arte dramático, que hicieronlos miembros del movimiento romántico en estos
años, aparecieron acompañados de un universo de teoría que enfatizabasiempre el carácter
social del arte, y la necesidad de que toda obra se convirtiera en un instrumento de
comunicación pública.De igual modo, la poesía tendió a privilegiar las formas dramáticas
antes que las líricas, y a abandonar la temática sentimental,intimista, reemplazándola con
otra esencialmente cívica. El concepto central que permitió a los románticos acariciar la
posibilidad de integrar su voluntad de transformación “socialista” con su actividad literaria
fue el historicismo. Ese historicismofue más que un mero interés por la dimensión histórica
de la experiencia argentina, aunque una de sus consecuencias másevidentes terminara
siendo la publicación de una nutrida cantidad de obras de historia. El historicismo pareció
ofrecer a losescritores románticos, cualquiera fuera el género de escritura que prefirieran
cultivar, un instrumento conceptual de ampliautilidad para dar cuenta del significado de
presente y probable devenir de la sociedad argentina y de sus actividades culturales.Los
aspectos centrales de la “filosofía de la historia” invocada por los escritores de la Nueva
Generación fueron: 1) la creenciaen ciertas leyes generales que gobernaban el desarrollo
histórico de todas las sociedades, por separado y en su conjunto; 2) laaceptación de una
teoría del progreso rudimentaria, que postulaba un movimiento ascendente de las etapas
históricas, encontraposición a visiones cíclicas o decadentistas, 3) la utilización de un
esquema tripartito de “etapas” o “eras” históricas que permitían imprimir un sentido general
a los fenómenos contingentes de un momento dado de la historia; 4) el deslizamiento
deesta visión “triádica” de la historia hacia una concepción holista, que postulaba el vínculo
necesario entre todos los hechos y procesos ocurridos en un mismo período; 5) la
identificación de ese holismo con alguna noción de “espíritu de la época”, delcual todos los
fenómenos serían otras tantas manifestaciones o epifanías; y 6) la condensación de los
procesos históricosgenerales en un sujeto histórico particular, la “nación”, cuyo desarrollo
estaría gobernado por variaciones particularistas de esasleyes universales. El desarrollo
inicialmente más sistemático del dispositivo historicista apareció en los escritos “socialistas”
dela Nueva generación. Asociada al proyecto de transformación alentado por ellos, la
“filosofía de la historia” se volvióvirtualmente un saber de sentido común, cuyo
funcionamiento de “sobreentendido” compartido por el escritor y sus lectores se podía
presumir.En el contexto de los debates históricos chilenos, la gran obra que sirvió para
demostrar los beneficios de la “filosofía de lahistoria”, fue sin duda el
Facundo
de Sarmiento. Síntesis brillante de todas las corrientes de reflexión que habían integrado
elacervo romántico hasta el momento de su escritura, combinatoria ecléctica de elementos
conceptuales y unidad estilística a lavez transgresora de las reglas del género a que
pertenecía. Sarmiento explicaba la historia argentina en términos de unaconstante
interacción de los hombres con el medio geográfico local, y de ambos con el proceso de
cambio desencadenado por la Revolución de Mayo. De allí en más, los caminos
intelectuales de cada uno de los miembros de la Nueva Generación sefueron separando.
Algunos, como Alberdi, enfatizaron la conclusión “liberal”. Esa opción liberal fluctuaría
intensamente deacuerdo con los cambiantes escenarios de la política argentina y
rioplatense. López, por su parte, prosiguió su camino también por una senda liberal, aunque
su liberalismo tendió a ser más político que económico, y más sistemáticamente
“conservador”que el de Alberdi. Sarmiento y Mitre, en cambio, realizaron un periplo
intelectual y político en el que la voluntad republicanasirvió para morigerar las
consecuencias de un ideario liberal en estado puro como el de Alberdi