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RESUMEN
The animality-humanity divide in archaeology, among other oppositions inherited from anthropology,
strategically serves to maintain the current paradigmatic isolation between interpretive and evolutionary
archaeologies, which is based on a dual ontology of humanity. This isolation as well as the claims of self-
sufficiency strategically favors the persistence of these approaches by preventing them from competing
with each other, and by avoiding in this way to show their differential explanatory success. These practices
are promoted by individuals seeking to secure their intellectual niches and the spread of their ideas, resul-
ting in the accumulation of errors due to intellectual inbreeding and a low action of selective refutation.
Aimed to erode the foundations of this isolation, I suggest the abandonment of this dual dichotomy and
the dehumanization of archeology by considering that humans are not the subject matter of the discipline. I
suggest that the advancement of scientific archeology will increase by adopting a monistic and materialistic
ontology of humanity and everything composing the archaeological record, as it promotes the transfer of
I
CONICET • Instituto de Arqueología, FFyL, UBA. 25 de Mayo 217 3º Piso (CP 1002), Buenos Aires, Argentina • E-Mail:
hmuscio@gmail.com
ARQUEOLOGÍA 19 Dossier: 81-101 • 2013 • Instituto
de Arqueología • FFyL. UBA
ISSN (Versión impresa) 0327-5159 • ISSN (Versión en línea) 1853-8126
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ideas between paradigms for building relationships of complementarities or competition. So I conclude that
the increase of cumulative scientifically sorted knowledge in archeology requires the removal of all para-
digmatic insulation, as well as the development of contexts of knowledge production that favor theoretical
plurality, theoretical innovation and paradigmatic opening to refutation in search of generalizations.
KEYWORDS: Evolutionary archaeology; Interpretative archaeology; Archaeological theory.
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ca del pasado poniendo en primer plano a la tante de la interacción de los organismos con
intencionalidad de actores sociales diversos. entornos ecológicos variables. Este acerca-
Por caso, desde la teoría de la estructuración miento parte de la premisa de que la selec-
se sostiene que la dinámica de cambio social ción natural pasada produjo organismos más
se establece por la interdependencia entre la o menos flexibles para adaptarse a entornos
estructura social y la agencia de los actores, variables. Para el caso humano se asume que
la cual está guiada por sus propósitos y su la flexibilidad fenotípica es muy amplia, argu-
creatividad. Esta perspectiva, aduciendo que mentándose que la selección natural actuó, en
la interpretación es un rasgo esencialmente la historia de la especie, de un modo tal que
humano (Sillar 2011), asume que los propósi- produjo actores racionales, capaces de encon-
tos y la intencionalidad de los actores son de trar soluciones de comportamiento a los pro-
origen estrictamente social y cultural, emer- blemas adaptativos impuestos por el entorno
giendo de la manera en la cual los sujetos in- (Smith y Winterhalder 1992). De esta manera,
terpretan el contexto, normativo, material y la diversidad del comportamiento humano se
simbólico en el que viven (e.g. Harold y Olsen explica, dentro de este marco, a partir de la
1992; Hodder 2011; Ingold 1991). toma de decisión tendiente a maximizar el fit-
ness -éxito reproductivo- de los individuos en
La idea de que los seres humanos adquie- entornos distintos.
ren todas sus habilidades y propósitos exclu-
sivamente del entorno social se denominó, a En breve, la ecología evolutiva humana
partir de John Locke, modelo tabula rasa. La encuentra parsimonioso explicar los patro-
persistencia en esta creencia ignora un cuerpo nes de diversidad conductual en términos
importante de evidencia que demuestra que de respuestas fenotípicas y selección ecoló-
buena parte de la intencionalidad humana, las gica (Smith 2001). Para esto, explícitamente,
conducta y las emociones, están canalizadas se neutraliza toda fuente de causalidad que
por disposiciones innatas que guían prede- no sea la ecológica, apelando al denominado
ciblemente el comportamiento individual gambito fenotípico, concepto que alude al ag-
(Larson 2009); y que, al igual que en otras nosticismo con respecto a potenciales causas
formas vivas, son un producto de la evolu- genéticas o culturales canalizando al com-
ción selectiva y de la historia filogenética de portamiento (Smith y Winterhalder 1992).
la especie (ver Cronk 1999). Por este procedimiento la ecología evolutiva
humana se posiciona estratégicamente en la
En el extremo opuesto, desde el esencialis- arena de la animalidad.
mo animalista cartesiano, que piensa a los hu-
manos como animales-máquinas de supervi- Si bien la ecología evolutiva humana es
vencia, se argumenta que la cultura tiene poco un marco teórico poderoso en arqueología
valor, o simplemente que puede ser ignorada científica, su opacidad surge al ignorar que
para explicar los patrones de conducta huma- la racionalidad humana es limitada, dado que
na. Se alega que estos obedecen básicamente la toma de decisión suele estar sesgada por
a un conjunto de sesgos evolucionados hacia disposiciones cognitivas, culturales y emocio-
fines adaptativos actuales (Wilson 1975), o nales que, con frecuencia, alejan al comporta-
hacia funciones adaptativas pasadas (Barkow miento individual de lo óptimo, tanto en tér-
et al. 1992; Tooby y Cosmides 2005). minos de utilidad (Kahneman 2011) como de
fitness individual (Boyd y Richerson 1985). No
El marco teórico conocido como ecología obstante esto, entre animales humanos y no
del comportamiento humano, una derivación humanos, es ciertamente defendible la exis-
de la sociobiología, sostiene que la diversidad tencia de sesgos de comportamiento propen-
pasada y presente de la conducta humana es sos a beneficios de fitness (Ridley 2004). Pero
explicable como variabilidad fenotípica resul- a diferencia de otros animales, los humanos,
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evolucionistas tienden a pensar a la cultura como una barrera contra cualquier intento de
como una extensión de la biología que, con generar conocimiento a partir de la causali-
sus particularidades, puede entenderse en dad emergente de la interrelación, por ejem-
sus mismos términos. De aquí la frase “guste plo, entre genes-cultura-entorno-estructura
o no la cultura y sus fenómenos materiales social. Cualquier intento de hacer permeable
son el resultado de fenómenos biológicos” esta barrera supone, entonces, un riesgo a la
(O´Brien et al. 2003:574). La afirmación ante- autosuficiencia paradigmática que pregonan
rior es correcta aunque trivial, la cultura cla- estos paradigmas.
ramente implica agentes biológicos, humanos
o no, entre los cuales ocurre la transmisión
de información hereditaria por un canal para- TRASCENDIENDO EL PENSAMIENTO
lelo al genético. Ciertamente la cultura es un BINARIO. LA HUMANIDAD EN EL
producto de la biología, pero de ello no se CONTINUO DE LAS COSAS.
deriva que el cambio cultural proceda de igual
manera que la evolución orgánica, ni que se Como todo arquetipo, el de humanidad está
reduzca tan solo a mecanismos que operan sustentado por la lógica esencialista, como así
sobre la variación genética (Boyd y Richerson también el de su opuesto, la animalidad. Esta
1985; Durham 1992; Odling Smee et al. 2003). lógica supone que el mundo real se nos pre-
La investigación teórica y empírica acerca de senta particionado en clases, que son tales por
la evolución de la capacidad para el apren- sus esencias. Bajo esta lógica es función del
dizaje cultural consistentemente demuestra sujeto descubrir las clases naturales y las esen-
todo lo contrario. Precisamente la ventaja cias que los hacen ser como son. Así, alma, ra-
selectiva del aprendizaje cultural es la capa- zón, cultura, política y conciencia son algunas
cidad de acumular información adaptativa de las cualidades esgrimidas como esencial-
socialmente aprendida, lo cual fue crítico en mente humanas, mientras que automatismo,
entornos fluctuantes, donde tanto el aprendi- egoísmo e innatismo, son cualidades que fue-
zaje puramente individual como el compor- ron pensadas como esencialmente animales.
tamiento genéticamente pautado fueron se-
lectivamente inferiores (Henrich y McElreath De esta manera, el abandono de la lógica
2003; Rogers 1988). Entonces la evolución y esencialista y de la noción dual e híbrida de
el cambio cultural tienen dinámicas no redu- la humanidad es un requisito para diluir los
cibles, pero sí conectadas, con la evolución límites cerrados de las arqueologías evolucio-
orgánica (Durham 1992). Esto quiere decir nistas e interpretativistas. Esto operaría remo-
que la evolución cultural tiene mecanismos viendo el sustrato ontológico sobre el cual se
de cambio que ocurren solamente en este sis- basan ellas mismas como opuestos. Más que
tema de herencia (Boyd y Richerson 1985), otra redefinición teóricamente conveniente
sistema que por definición es social. de lo humano y de lo animal, sugiero que es
científicamente más productivo deshumani-
Sintéticamente, la ontología dual con la zar a la arqueología, partiendo de la base de
que se suele pensar en arqueología a la hu- que el objeto de estudio de la arqueología no
manidad supone seres particionados en dos son los humanos, sino el agregado de cosas y
dimensiones irreductibles y lógicamente au- sus interrelaciones del que se compone el re-
tosuficientes para todos los fines analíticos: gistro arqueológico. Remover a los humanos
la humana y la animal. Esta ontología fantás- del foco de atención de los arqueólogos da
tica, heredada de la antropología, impregna lugar para reconocer una arena común, ma-
los marcos interpretativistas y evolucionistas, terialista, formada por el continuo variacional
proporcionando los límites de autosuficiencia de cosas de las cuales humanos y animales no
paradigmática a cada enfoque. De tal modo humanos forman parte de manera simétrica
el dualismo animalidad-humanidad funciona y causalmente interrelacionada (Latour 1999).
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Hodder (2012), siguiendo a Latour (1999, y teóricamente informada reconoce que los
2007) hizo también un llamado a los arqueó- humanos forman parte de la variabilidad de
logos a desplazar su atención de lo humano cosas que intervienen en la formación de un
al estudio de las cosas y sus interrelaciones. registro arqueológico, y no brinda soporte al-
Pero a diferencia de Hodder y Latour, que su- guno a la oposición animalidad-humanidad;
ponen que la interpretación hace a las cosas, ni permite ignorar los fenómenos que se de-
y que el método científico es ante todo dis- rivan de reconocer una historia filogénica co-
curso de hegemonía política, mis supuestos mún entre humanos y otras formas animales.
abrevan en el realismo científico. Este enfo-
que epistemológico afirma que las cosas del La propuesta de una arqueología que des-
mundo real existen más allá de su interpre- plaza de foco a lo humano es convergen-
tación y con independencia de los sujetos; y te con la llamada arqueología simétrica (ver
que la descripción del mundo empírico, lejos González Ruibal 2007). Este marco teórico
de ser objetiva, se hace en los términos de rechaza la división entre humanos y cosas,
una teoría científica (Bunge 2011). bajo la premisa de que ambos no pueden
separarse artificialmente, sino que deben
Entonces, si bien el mundo empírico no tratarse en términos de igualdad. Desde esta
se nos presenta como dado, como pretende perspectiva post-humanista los humanos no
el empirismo ingenuo, tampoco es comple- son concebidos como seres autónomos e in-
tamente una construcción social, como pre- dependientes, necesitados de conceptos ex-
tende el constructivismo. Más que esto, su plicativos “ontológicamente” diferentes por
descripción depende enteramente de las teo- ejemplo al de otras formas de animalidad.
rías con las cuales se lo aborda. Las teorías Más que opuestos binarios, desde donde sur-
son las que brindan el lenguaje observacional ge la causalidad, lo que encontramos es un
mediante el cual describimos y conceptuali- complejo enredo de personas y cosas, cuya
zamos científicamente al mundo empírico explicación procede de un único vértice co-
(Bunge 2011). Por ejemplo, en el gradiente mún formado por la convergencia, por ejem-
de animalidades y desde el modelo de clasi- plo, de lo cultural y lo genético (Latour 1999).
ficación linneana, lo que llamamos especie es
una partición artificialmente impuesta sobre
variación poblacional, para designar a una APERTURA PARADIGMÁTICA Y
clase de seres que por algún criterio teórico AVANCE CIENTÍFICO
resulta interesante diferenciar. Esto se aplica
para todos los miembros del clado homínido, Como he mostrado la oposición anima-
que incluye a los humanos. lidad-humanidad es funcional a un mo-
delo científico estructurado en dos para-
Aún más, la diversidad de animalidades está digmas aislados en su nicho intelectual, la
relacionada históricamente por el proceso de arqueología interpretativa y la evolucionista.
descendencia con modificación que enunció Concurrentemente otras dicotomías obturan
Darwin. De tal modo, y como la evolución es la conectividad de los enfoques interpretati-
un hecho, la historia compartida dio como re- vos y evolucionistas en arqueología. Una de
sultado que en la diversidad de animalidades las más perjudiciales es aquella que opone
existan rasgos compartidos derivados de an- ciencias sociales a ciencias naturales, pensan-
cestros. Los humanos, en nuestra animalidad do equivocadamente que las generalizaciones
singular compartimos buena parte de este solamente son posibles entre las segundas
acervo filogenético, que incluye morfologías (Wallerstein 2006). Este legado del idealismo
y comportamientos genéticamente canaliza- alemán del siglo XIX no solamente olvida
dos. De esta manera, removiendo al esen- que la ciencia siempre construye conocimien-
cialismo, una postura científicamente realista to a partir de generalizaciones (ver Colleran y
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Mace 2011); sino que la ciencia actual avan- por ejemplo en la cuestión del mantenimien-
za por la integración sistemática de distintas to de diferenciación social y de las prácticas o
teorías y disciplinas, mediante una concep- conductas de demarcación cultural de grupos
ción multidimensional de los fenómenos, y o de competencia.
del carácter relativo de los enfoques científi-
cos por separado (Bunge 2011; Ziman 2000). Tanto desde el interpretativismo como des-
Más importante, el reduccionismo particula- de el evolucionismo se ha declarado que sólo
rista en arqueología está refutado por la de- una de las dos aproximaciones es la excluyen-
mostración empírica de regularidades por temente más adecuada para hacer arqueología
doquier, por ejemplo la arqueología muestra (Dobres 2000; Shennan 2005). Pero esto se
que la adopción de economías productivas ha hecho sin apelar a la demostración de que
está la mayoría de las veces precedida por las hipótesis desprendidas del marco teórico
intensificación (Kelly 2005), que en escalas defendido son científicamente superiores a
de tiempo largo los artefactos documentan las de sus rivales. En vez de esto, la mayoría
herencia con modificación (Lipo et al. 2005). de estos trabajos que llaman a la unificación
Entonces, más que el posicionamiento como paradigmática en arqueología por la hegemo-
ciencia social o natural, lo relevante para la nía de una perspectiva pensada como supe-
arqueología científica es la documentación de rior, se conforman con mostrar y exagerar las
patrones y regularidades de macroescala. Este flaquezas epistemológicas del marco teórico
es un punto que puede congregar la comple- sujeto a la crítica.
mentariedad de enfoques.
Pero cualquier llamado a una arqueología
El aislamiento paradigmático entre inter- unificada por un solo marco teórico auto-
pretativistas y evolucionistas, y la segmenta- proclamado como intelectualmente superior
ción en campos pensados como autosuficien- choca contra un hecho. Este es que el registro
tes, tienen por resultado que la acumulación arqueológico, como fenómeno del presente,
de conocimiento arqueológico ocurra parti- es el producto de una variedad de agentes que
cionada en dos agregados independientes de intervienen a lo largo de la totalidad de su
información científica. Ellos no establecen historia de formación (Binford 1981, 1988).
ninguna vinculación sustantiva, a pesar de Esto hace que el estudio de la diversidad ar-
que una vez depurada la jerga resulte evidente queológica requiera de conocimientos especí-
que muchas veces se superponen en los pro- ficos acerca de la variedad de procesos post-
blemas que abordan. Producto de este aisla- depositacionales, bióticos y abióticos, por los
miento, ambos enfoques logran desempeñar- cuales adquirieron sus propiedades de hallaz-
se sin intercambiar información que podría go, y que ciertamente impone problemas a
ser crítica para el desarrollo de sus respecti- sortear para construir inferencias evolucio-
vos marcos explicativos, y sin confrontar en- nistas o interpretativistas (Schiffer 1987). De
tre sí por la validez científica de sus hipótesis modo que la materialidad arqueológicamente
en relación a casos empíricos determinados. preservada contiene información potencial
de una amplia gama de interrelaciones y pro-
En buena medida el aislamiento autoim- cesos atinentes a las distintas dimensiones de
puesto de estos dos enfoques parecería be- la existencia pasada de una amplia variabili-
neficiar el nicho intelectual ganado. Pero este dad de cosas. Entre ellas encontramos a la
mismo aislamiento, sin dudas, retarda el avan- dimensión tafonómica, social, política, ecoló-
ce científico de la arqueología, ya que impi- gica, cultural, biológica, simbólica, cognitiva,
de conocer el valor explicativo diferencial de geológica, por mencionar solo algunas.
cada una de estas corrientes en la resolución
de una amplia variedad de problemas científi- Cada una de estas dimensiones proporciona
cos en los cuales claramente se solapan, como fuentes de causalidad que de manera anidada
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cultural pueden estar vinculados en procesos vo diferencial de los individuos, y que operan
de selección, adaptación y evolución en en- enteramente por la replicación diferencial de
tornos ecológicos, culturales e institucionales información cultural (Muscio 2010). Esta vía,
determinados. Eso, sumado a la búsqueda de además, permitiría distinguir aquellos casos
explicaciones para los patrones materiales del en los cuales la selección de variación cultural
registro arqueológico partiendo de que los haya obrado mayormente por diferencias en
humanos son una fuente más de causalidad, el fitness de individuos (Dunnell 1978).
brinda un marco de referencia adecuado para
el desarrollo de programas de investigación Lo mismo puede plantearse para la ecología
basados en la complementariedad de enfo- evolutiva humana, que mediante el llamado
ques. Afortunadamente tanto la arqueología “gambito fenotípico” pone en una caja negra
evolutiva, con su énfasis en el estudio de con- a las causas próximas del cambio. Por ejem-
ductas y artefactos, así como la arqueología plo, si la transmisión cultural sesgada puede
interpretativa, basada en los estudios de cul- fijar a nivel poblacional los criterios de se-
tura material, están preparadas para esto. lección de artefactos, recursos y comporta-
mientos reproductivos, entre otros, entonces
Que la transferencia de información entre los ecólogos evolutivos necesitan abrevar en
la arqueología evolucionista y la interpretati- marcos teóricos que contemplen esta posibi-
vista puede ser científicamente enriquecedo- lidad, con el fin de ganar precisión explicativa
ra lo evidencian las zonas oscuras de ambos en sus modelos. En esta tarea el desafío sigue
acercamientos. Por ejemplo, tomando a la siendo la construcción de marcos de refe-
biología evolutiva como modelo a imitar, los rencia arqueológica para la construcción de
enfoques evolucionistas son los más afectos datos. No se trata de construir narrativas et-
al método científico. La virtud de estos enfo- nográficas del pasado, sino de darle un lugar
ques radica en que ponen a disposición de la a la interpretación, teóricamente guida, de los
crítica conjuntos de datos que pueden inter- contextos en los cuales tuvo lugar el compor-
pelarse desde la lógica hipotética deductiva. tamiento pasado de replicación diferencial de
Sin embargo, estas perspectivas muchas ve- información, es decir del contexto en el cual
ces hacen un uso deliberadamente ambiguo los individuos toman decisiones que afectan
de mecanismos de cambio evolutivo, como a su adaptación. Sobre esto los arqueólogos
la selección darwiniana o la adaptación fe- interpretativos tienen mucho para decir.
notípica, que no pueden quedar imprecisos
en cualquier acercamiento científico a es- En efecto, el trabajo teórico demuestra que
tas cuestiones. Ciertamente, buena parte del las instituciones sociales operan restringien-
cambio arqueológicamente documentado en do o favoreciendo la innovación cultural y
las frecuencias temporales de artefactos y en la tasa de evolución cultural (Henrich 2010).
sus historias filogenéticas son un producto Entonces, en este punto, hay coincidencia con
selectivo, aunque no necesariamente media- enfoques tales como la teoría de la estructu-
do por el éxito reproductivo diferencial de los ración (Giddens 1984). De modo que como
individuos (Boone y Smith 1998). El punto arqueólogos muchas veces necesitamos saber
central es que la replicación sesgada de in- la clase de órdenes sociales que están rela-
formación cultural adaptativa y de artefactos cionados con el surgimiento, proliferación o
es selectiva (Dunnell 2001). Por esta razón la abandono de ciertos comportamientos y ar-
arqueología evolutiva se beneficiaría incorpo- tefactos (ver Aschero 2000 para un ejemplo
rando modelos que contextualicen los entor- congruente con este planteo). En rigor, dado
nos de aprendizaje social pasados, que son los que los marcos evolucionistas están com-
que potencialmente generan selección cultu- prometidos con el desarrollo de arqueología
ral darwiniana y adaptación fenotípica, por científica, ellos debieran ganar detalle acerca
procesos desacoplados del éxito reproducti- de las causas y consecuencias de los cambios
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que buscan explicar. Esto requiere abandonar tica de los artefactos canaliza la evolución de
los modelos de caja negra, que han deveni- nuevas formas y tecnologías.
do en atajos para no discutir posibles fuentes
de causalidad genética, cultural, o social ge- El trabajo teórico informa que al igual que
nerando selección y afectando la adaptación. en otras especies animales, la interpretación
Lo necesario es desarrollar marcos teóricos de los actores humanos acerca de sus circuns-
de referencia informativos de los contextos tancias sociales y de su agencia social está
pasados de aprendizaje social de los que re- condicionada por intereses canalizados por
sulta la selección cultural, o que restringen a la historia evolutiva. Precisamente estas moti-
la adaptación. vaciones del comportamiento social humano,
que son el producto de la evolución cognitiva
Sobre esta base, la arqueología evolucionis- a nivel de la especie (Buss 2005), genera regu-
ta tiene mucho para tomar de cualquier enfo- laridades en la conducta social que el marco
que que arroje luz sobre las trazas materiales teórico interpretativista ignora por completo.
de los contextos sociales donde tiene lugar la Tales regularidades se expresan como con-
transmisión cultural, y el origen de los sesgos flictos entre la agencia individual y la produc-
que operan selectivamente sobre un pool cul- ción de estructura social. Reconociendo que
tural. Así, debido a que la evolución cultural los actores necesariamente deben disponer de
y el comportamiento adaptativo presuponen interpretaciones personales o grupales de es-
interpretaciones, objetivos y contextos socia- tos conflictos para seguir una línea de acción
les determinados, la arqueología evolucionis- determinada, es una precondición la existen-
ta tiene mucho para nutrirse de los enfoques cia de mecanismos cognitivos complejos para
que generan conocimiento acerca de estas llegar a tales interpretaciones. De tal modo
dimensiones. Ellas introducen causalidad en los marcos interpretativos pueden beneficiar-
la proliferación diferencial de artefactos y en se con el intercambio de información de sus
los patrones conductuales arqueológicamente colegas evolucionistas.
documentados, y entonces son de interés en
cualquier agenda de investigación evolucio- Por ejemplo, en la arqueología del Noroeste
nista. de Argentina se ha planteado el desarrollo
de sociedades corporativas al menos a par-
Del mismo modo, si como los interpretati- tir del 900 DC (Nielsen 2006a, 2006b), y que
vistas suponen la agencia social está mediada esto habría dado lugar y habría dependido
por la interpretación del contexto social que de “personalidades corporativas” (Vaquer
hacen los individuos, esta perspectiva pue- 2010). Tales sociedades habrían sido grupos
de enriquecerse de un marco teórico como formados por linajes con territorios, donde
el evolucionista que informa el modo por el el origen común y el parentesco propiciaban
cual, muchas veces, estas interpretaciones es- la lógica de adscripción grupal, que aglutina-
tán canalizadas por sesgos adaptativos apren- ba a cientos de familias y sustentaba el uso
didos o innatos. Más aún, si como piensan del espacio y los recursos. En este contexto la
los interpretativistas los artefactos no sola- existencia de jerarquías habría ocurrido entre
mente intervienen en la agencia y la práctica grupos que compartían genealogía y no entre
cultural, sino que ellos mismos son agentes individuos, impidiendo la concentración de
generadores del cambio, este enfoque tiene capital en manos de individuos particulares
mucho para tomar del conocimiento genera- (Nielsen 2006b).
do acerca de la manera en la cual los artefac-
tos afectan las posibilidades de inserción de Sin dudas los órdenes sociales intervienen
los humanos en un entorno socioecológico en la formación de individualidades particu-
determinado, propiciando diferencias de fit- lares aportando ideologías, pero ellas no lo
ness; y el modo en el cual la historia filogené- explican todo. Así, estas sociedades corpora-
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tivas debieron basarse tanto en la ideología cumentar violencia para desafiar el modelo
como en mecanismos fuertes de sanción de dominante de intercambio y armonía social
las conductas de apropiación individual y ne- en el área circumpuneña (Nuñez y Dillehay
potista de recursos. Estos comportamientos 1979) para épocas no tardías.
son esperables en cualquier sociedad huma-
na, ya que ellos son un producto de la selec-
ción individual y de la selección de parentes- CONCLUSIÓN
co. Aún más, la lógica entera del modelo de
sociedad corporativa supone individuos fuer- En este trabajo he mostrado que la dicoto-
temente sesgados al comportamiento grupal- mía animalidad- humanidad fue clave para la
mente beneficioso. Precisamente la capacidad emergencia de la antropología como discipli-
humana para estas conductas se ha explicado na hegemónica de todo aquello concerniente
en relación a la evolución de la cooperación a los humanos. A partir de la cultura como
y la ultrasocialidad por selección de grupos objeto de estudio y especialmente con la
(Boyd y Richerson 1997). De modo que arre- construcción de la llamada “sociedad primiti-
glos sociales corporativos y contextos de va”, la dicotomía fue transferida a las ciencias
competencia intergrupal (Soltis et al. 1995), prehistóricas y heredada por la arqueología.
de los cuales hay evidencia (Nielsen 2007), Actualmente este binomio sirve de base para
hacen muy probable que la selección de gru- otra bifurcación, esta vez teórica, entre los
pos haya sido una fuerza de cambio selectivo marcos interpretativistas y evolucionistas, que
importante explicando la persistencia de ins- a la vez reproducen la oposición espuria en-
tituciones sociales- como el ayllu- tradiciones tre ciencias sociales y ciencias naturales. Por
de artefactos y otros rasgos culturales en el esta lógica, y mediante múltiples oposiciones
Noroeste de Argentina y en la región Andina esencialistas anidadas, la disciplina manifiesta
Merdional durante el Holoceno Tardío. En una ontología híbrida para pensar a la huma-
breve, una lectura desde el evolucionismo nidad, la cual implica pensar a los humanos
del modelo de sociedades corporativas per- como seres mixtos con dos esencias a la vez,
mite plantear, como hipótesis de investiga- una animal y otra humana.
ción, la acción de la selección de grupos en
evolución cultural. Esto, para sociedades con Especialmente en la academia anglosajo-
ciertas jerarquías individuales pero de menor na, bajo el amparo de esta ontología híbrida
escala demográfica, como aquellas de las pri- los enfoques interpretativistas, planteando
meras ocupaciones agropastoriles de la puna una práctica enmarcada en las humanidades,
(Muscio 2007), sería poco probable. y los evolucionistas, propensos a la ciencia,
han divergido formando estructuras teóricas
Entonces, un aspecto claramente solapado aisladas que producen conocimiento sin in-
en las agendas de investigación evolucionis- tercambio alguno, y pensándose a sí mismas
tas e interpretativistas es el conflicto social. como autosuficientes. A esta circunscripción
Para los evolucionistas este es la expresión de paradigmática, los dualismos animalidad- hu-
la competencia interindividual o intergrupal, manidad, naturaleza-cultura, y ciencia social –
para los intepretativistas es el motor de la natural, le son funcionales, porque le garanti-
agencia inherente al cambio social. De modo za a cada facción su nicho intelectual ganado,
que los estudios de los contextos de violencia resguardándolas de la competencia científica
y de las expresiones materiales de ella, reali- que depuraría hipótesis y produciría conoci-
zados desde uno u otro enfoque, propician la miento acumulativo cotejado con la evidencia
apertura de debates científicamente producti- empírica.
vos. Por caso, en la arqueología del Noroeste
de Argentina, ni los enfoques evolucionistas De tal modo he sugerido que el abandono
ni los interpretativistas se han dedicado a do- de la lógica esencialista, y de la noción dual e
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Arqueología 19 Dossier: 81-101 | 2013
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Muscio | Animalidad/Humanidad: una dicotomía estratégicamente persistente...
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