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ARTÍCULO

ANIMALIDAD/HUMANIDAD: UNA DICOTOMÍA


ESTRATÉGICAMENTE PERSISTENTE QUE ENTORPECE
EL AVANCE CIENTÍFICO EN ARQUEOLOGÍA
ANIMALITY/HUMANITY: A STRATEGICALLY PERSISTENT DICHOTOMY THAT
HINDERS SCIENTIFIC PROGRESS IN ARCHAEOLOGY
I
MUSCIO, HERNÁN J.

O riginal Recibido el 15 de Septiembre de 2013 • O riginal Aceptado el 10 de Dicimebre de 2013

RESUMEN

La dicotomía animalidad-humanidad y otras oposiciones heredadas de la antropología, sirven estratégi-


camente en arqueología para mantener el aislamiento paradigmático entre las arqueologías interpretativistas
y evolucionistas, mediante una ontología dual de lo humano. Este aislamiento y las pretensiones de autosufi-
ciencia, conforman prácticas que buscan la persistencia de estas aproximaciones evitándoles competir entre
sí, y evitando exponer su éxito explicativo diferencial. Ellas están fomentadas por individuos que aseguran
temporariamente su nicho intelectual y la proliferación de sus ideas, produciendo la acumulación de errores
por endogamia intelectual, y una baja acción de la refutación selectiva. Buscando erosionar las bases de este
aislamiento, sugiero el abandono de esta dicotomía dual; y propongo deshumanizar a la arqueología con-
siderando que su objeto de estudio no son los humanos. El avance de la arqueología científica aumentaría
adoptando una ontología monista y materialista de lo humano y de todo lo que compone el registro ar-
queológico, ya que ella propicia la transferencia de ideas para establecer relaciones de complementariedad o
competencia entre paradigmas. Así concluyo que el aumento del conocimiento acumulativo científicamente
sorteado en arqueología, requiere desmontar toda clase aislamiento paradigmático, desarrollando contextos
de producción de conocimientos que privilegien la pluralidad teórica, la innovación, y la apertura paradig-
mática a los embates de la refutación y la obtención de generalizaciones.
PALABRAS CLAVE: Arqueología evolutiva; Arqueología interpretativa; Teoría arqueológica

ABSTRACT

The animality-humanity divide in archaeology, among other oppositions inherited from anthropology,
strategically serves to maintain the current paradigmatic isolation between interpretive and evolutionary
archaeologies, which is based on a dual ontology of humanity. This isolation as well as the claims of self-
sufficiency strategically favors the persistence of these approaches by preventing them from competing
with each other, and by avoiding in this way to show their differential explanatory success. These practices
are promoted by individuals seeking to secure their intellectual niches and the spread of their ideas, resul-
ting in the accumulation of errors due to intellectual inbreeding and a low action of selective refutation.
Aimed to erode the foundations of this isolation, I suggest the abandonment of this dual dichotomy and
the dehumanization of archeology by considering that humans are not the subject matter of the discipline. I
suggest that the advancement of scientific archeology will increase by adopting a monistic and materialistic
ontology of humanity and everything composing the archaeological record, as it promotes the transfer of

I
CONICET • Instituto de Arqueología, FFyL, UBA. 25 de Mayo 217 3º Piso (CP 1002), Buenos Aires, Argentina • E-Mail:
hmuscio@gmail.com
ARQUEOLOGÍA 19 Dossier: 81-101 • 2013 • Instituto
­­ de Arqueología • FFyL. UBA
ISSN (Versión impresa) 0327-5159 • ISSN (Versión en línea) 1853-8126
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Arqueología 19 Dossier: 81-101 | 2013

ideas between paradigms for building relationships of complementarities or competition. So I conclude that
the increase of cumulative scientifically sorted knowledge in archeology requires the removal of all para-
digmatic insulation, as well as the development of contexts of knowledge production that favor theoretical
plurality, theoretical innovation and paradigmatic opening to refutation in search of generalizations.
KEYWORDS: Evolutionary archaeology; Interpretative archaeology; Archaeological theory.

INTRODUCCIÓN vistas y evolucionistas suelen presentarse a sí


mismos como inconmensurables unos con
Luego de la caída del procesualismo, en la otros, hay un elemento compartido que atra-
teoría arqueológica ha proliferado una amplia viesa a ambos; y que persiste visiblemente en
diversidad de marcos teóricos. Con todas sus la definición de problemas de investigación y
diferencias, existe un consenso transversal en- observables empíricos. Este elemento trans-
tre la mayoría de los distintos enfoques en hacer versal es la creencia en que la discontinuidad
foco en la materialidad del registro arqueológi- animalidad-humanidad es más que un artifi-
co. Esta incluye conjuntos de cosas organizadas cio intelectual y que, además, los términos de
por procesos bióticos y abióticos responsables este binomio proporcionan terrenos firmes
de sus propiedades. De tal modo, los marcos para posicionar cualquier abordaje creíble del
teóricos de la arqueología no son reducibles a pasado humano.
otras disciplinas como la antropología, la histo-
ria o la biología. Estas ciencias, como muchas Por ejemplo, el llamado a presentación de
otras, no han sido pensadas para dar cuenta de trabajos para el número 2, del volumen 34
fenómenos arqueológicos. En breve, como le- de la revista World Archaeology se hizo bajo el
gado del procesualismo la arqueología ha fo- título: “¿Humanos como animales? Ecología
calizado su dominio empírico en la materiali- evolutiva y arqueología” (ver Dowson
dad de su registro, y se ha constituido en una 2000:4). Los editores del volumen, mediante
ciencia independiente, con desarrollos teóricos el recurso de cuestionar la idea de pensar a la
propios conectados con una vasta gama de dis- humanidad como animalidad, buscaron po-
ciplinas que arrojan luz acerca de la amplísima ner en evidencia lo controversial que resulta
diversidad de procesos y patrones materiales para muchos el marco teórico de la ecología
arqueológicamente documentados. evolutiva humana. Más allá de esto, lo que el
título ciertamente documenta es que huma-
De manera muy general, en la tradición nos y animales pueden pensarse como algo
anglosajona, a la variedad de perspectivas distinto; y que tres siglos después de Linneo,
actuales en arqueología se la puede clasifi- la duda acerca de si los seres humanos pue-
car dentro de los enfoques interpretativos o den ser pensados como animales es una pre-
evolucionistas (Cochrane y Gardner 2011). gunta persistente en arqueología.
Estos dos enfoques aunque internamente
muy heterogéneos, delimitan excluyentemen- De la división animalidad–humanidad se
te la práctica arqueológica actual, aún fuera derivan muchos de los elementos conceptua-
del mundo anglosajón. Cada uno de ellos ha les y prejuicios que son funcionales al aisla-
consolidado metodologías, lenguajes, prác- miento intelectual de los enfoques evolucio-
ticas expositivas, encuentros, publicaciones nistas e interpretativistas. Sobre esta base, los
y formas de narrativa científica que les son primeros son pensados como esencialmente
propias, y que son funcionales para establecer biologisistas, y los segundos como huma-
límites precisos de adscripción paradigmática. nistas (Kristiansen 2004). En lo que sigue,
posicionado como arqueólogo evolucionis-
Sin embargo, aún cuando los acercamientos ta, mi propósito es mostrar, primero que la
comprendidos por los enfoques interpretati- presencia en arqueología de esta dicotomía

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es un rasgo heredado de la antropología y la zas, humanidades biológicamente divergentes


filosofía humanista, para luego ofrecer alter- con culturas particulares.
nativas que ayuden a erosionar el aislamiento
intelectual en el que se desempeñan los enfo- Es claro que la discontinuidad asumida
ques evolucionistas e interpretativistas y que como cierta por la antropología entre anima-
conspira contra el progreso de la arqueología lidad-humanidad, implica una contradicción
científica. entre la lógica científica clasificatoria y la lógi-
ca moral esencialista que dicta que ser huma-
no es más que ser animal. En la taxonomía de
ANIMALES, HUMANOS Y BESTIAS los seres vivos los humanos pertenecemos al
subconjunto de los animales. Este aserto cla-
La idea de la humanidad como algo próxi- sificatorio no es problemático para la ciencia
mo pero esencialmente distinto de la ani- actual. Desde la lógica clasificatoria, ser parte
malidad está en el núcleo fundacional de la de la humanidad implica también ser parte de
antropología. Por caso, en su revisión de las un heterogéneo conjunto de animalidades,
narrativas acerca de hombres salvajes y niños cada una con sus especificidades. Así, des-
bestias Tylor (1863) declara de interés para la de lo taxonómico pertenecemos a Animalia.
antropología el documentar los límites más En la definición de este conjunto el criterio
bajos de la existencia humana. Para Taylor el agregativo de elementos es simétrico. Esto
límite del estado de humanidad estaba dado implica que las diferencias entre los distin-
por la privación de la cultura y de la vida en tos miembros de Animalia son equivalentes,
sociedad. Por estas carencias, individuos po- tanto para establecer relaciones de inclusión
tencialmente humanos devienen seres bestia- al interior del conjunto, como para definir
les, naturalmente ajenos al resto de los otros relaciones de exclusión con otros conjuntos.
humanos, aún de aquellos en estado de salva- De tal modo, humanos, leones y lémures, no
jismo primitivo (Tylor 1863). De modo que obstante sus peculiaridades, son clases de
para justificar su existencia como nueva disci- organismos con el mismo peso taxonómi-
plina, la antropología dio por cierta la idea de co para calificar como animales y diferir de
que ser humano es algo más que ser animal; y los vegetales. A partir de este criterio Foley
que el pasaje de la animalidad a la humanidad (1988) advierte que, como todas las especies,
implica el progreso hacia una condición de la la humana es otra especie única más.
que están privados otros seres vivos, a excep-
ción de los humanos. A ese plus que define a La lógica sistemática y clasificatoria por
lo humano la antropología en sus orígenes, lo la cual la humanidad es otra singular forma
encontró en la cultura que, aunque nebulosa- de animalidad, es un producto relativamen-
mente definida, brindó un objeto de estudio te reciente en la evolución intelectual de
original a una disciplina naciente. Luego, en Occidente. Ella tomó forma en la obra de
su búsqueda persistente de hegemonizar todo Carlos Linneo Systema Naturae. La ubicación
lo concerniente a lo humano, la antropología que dio Linneo a todos los humanos como
profundizó esta escisión originaria adoptan- miembros de Homo sapiens, entre los prima-
do una estructura dual. Por un lado la antro- tes, y agrupados como un animal más, fue
pología sociocultural expandió la causalidad tempranamente criticada por quienes encon-
de la cultura a todo el comportamiento hu- traron moralmente agraviante plantear que
mano y sus residuos materiales, e inclusive a humanos y bestias fueran agrupadas en una
la explicación de la cultura misma. Allí ejerció misma clase de seres (Schiebinger 1993).
su dominio sobre la arqueología. Al mismo
tiempo se convirtió en antropología física La tradición intelectual que le reprochó a
para estudiar los aspectos biológicos de la hu- Linneo su concepción de los humanos como
manidad, particularmente los que definían ra- una forma más de animalidad, es antigua y

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persistente. Se trata de la lógica aristotélica concebido como esencialmente humano, y


que establece una relación de exclusión entre por su concepción de los animales, incluso del
los humanos y otras categorías de seres vivos, animal humano como máquinas.
y que concibe a los humanos como seres ra-
cionales y políticos, superiores al resto de los Sobre la base de la concepción de animali-
animales en una scala naturae. De aquí surge la dad como condición, Ingold (1994) planteó
afirmación valorativa, sostenida por el huma- que en la matriz intelectual de Occidente la
nismo, de qué ser humano es mucho más que salida de la caza y la recolección, con la do-
ser animal; y en consecuencia que ser animal mesticación de vegetales y animales, evoca el
es carecer del plus que tiene la humanidad, pasaje de la animalidad a la humanidad. Ingold
el cual entre otras cosas, define a los únicos aquí parece equivocarse. Más que la salida de
seres que pueden ser moralmente agraviados la caza y la recolección lo que Occidente cele-
(Freeman 2010). De esta manera, al pensar bró como independencia de la animalidad fue
a la heterogeneidad de lo animal y tomando una innovación política. Esta fue la llamada
como referencia a lo humano, la tradición sociedad primitiva, académicamente creada
humanista Occidental, con su esencialismo, por la antropología. Ella fue expresada por
quiebra la prolija simetría taxonómica. Lewis Morgan (1987[1887]) en su segmen-
tación de estadios políticos resultantes de la
La retórica humanista acerca de la animali- fuerza de la razón, la cultura, y la moral; y
dad se vuelve entonces especismo antropo- que representaban la progresiva transforma-
céntrico (Ryder 1971), una infravaloración ción unilineal desde el salvajismo a la civili-
moral de los animales no humanos sosteni- zación. Bajo el modelo de Morgan lo animal
da por el prejuicio de que la especie humana y lo salvaje fueron vistos como dos aspectos
es superior o intrínsecamente más compleja de un estadio primitivo único, en el cual las
(Freeman 2010). Desde esta lógica lo animal relaciones sociales estaban mediadas por el
constituye una condición (Ingold 1994), que intercambio sexual promiscuo. De esta con-
define a lo no humano y a lo antihumano; y dición animal, que según el propio Morgan
por la cual cuando la palabra animal es usada estaba documentada arqueológicamente, el
para referirse a un humano reviste el carácter pasaje a la sociedad política con base en la fa-
de insulto o de bestialización. Así por ejem- milia consanguínea, fue una consecuencia de
plo Thomas Hobbes, quizás el primer ecólo- la acción del progreso moral y político.
go evolutivo de la historia, buscó explicar a la
naturaleza humana desde una noción de ani- En síntesis, la antropología desde sus ini-
malidad centrada en la competencia, el egoís- cios tomó a la diada aristotélica animales-
mo y el mecanicismo del comportamiento. humanos como verdadera. Sobre ella elabo-
ró sus propios marcos teóricos, como queda
En la filosofía política de Leviatan (Hobbes expresado en las obras de Tylor y Morgan.
1980 [1651]) la humanidad no pierde nunca De modo que la arqueología temprana, en el
su distintividad dada por la racionalidad de los marco del estudio científico de la prehistoria
individuos, pero en su animalidad el hombre y bajo el influjo hegemónico de la antropo-
es el lobo del hombre, la amenaza animal que logía, heredó verticalmente la discontinuidad
solamente el acuerdo racional y la sujeción a la animalidad-humanidad tomando para sí mar-
norma común de la vida en sociedad pueden cos teóricos que definieron a la humanidad
desactivar. Si bien Hobbes buscó diferenciarse como un producto del progreso desde un es-
de Descartes por su rechazo al dualismo cuer- tado de animalidad primitiva. Este rasgo, la
po-mente, es decir por su defensa del materia- dicotomía animalidad-humanidad, aún está
lismo monista, coincidió con él en mantener presente en la arqueología moderna y cons-
separada a la humanidad del resto de los seres tituye el sustrato para la divergencia entre los
vivos por virtud de la racionalidad, un rasgo enfoques interpretativistas y evolucionistas.

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En breve, de la intersección entre la lógi- Algunos autores de formación biológica


ca taxonómica y la lógica esencialista surge también defienden versiones de la oposición
la aporía: definidos clasificatoriamente como animalidad-humanidad al pensar al caso es-
animales, los humanos son pensados norma- pecial de los humanos. Por ejemplo, equivo-
tivamente como no animales. Lo que la lógica cadamente se suele sostener que por la virtud
clasificatoria define por extensión como ani- de la cultura, el comportamiento humano y
malidad y que incluye a lo humano, la lógica los patrones culturales de cambio no pueden
esencialista y humanista lo excluye. Solo en ser explicados por la evolución darwiniana.
estos términos cobra sentido la pregunta de El argumento es que como los humanos tie-
los editores de Wold Archaeology “¿Humanos nen el poder de producir variación orientada
como animales?, de otra manera veríamos a a objetivos adaptativos, y dado que la cultura
este interrogante simplemente como un error no está sujeta a un sistema de herencia mende-
de lenguaje, de la clase ¿franceses como euro- liana, el comportamiento humano y la evolu-
peos?” (ver Dowson 2000:4) ción cultural no pueden ser darwinianos, sino
lamarckianos (Gould, 1987). En consecuencia,
a diferencia de los animales los seres humanos
ANIMALIDAD/ HUMANIDAD. EL modernos, para estos autores, están inmuniza-
SUSTRATO DE TEORÍAS MODULARES E dos por la cultura de la agencia de la selección
INCONEXAS EN ARQUEOLOGÍA natural. Nada más ilusorio a juzgar por la abru-
madora evidencia de la acción de la selección
La división animalidad- humanidad es una natural sobre poblaciones humanas operando
extensión de la oposición naturaleza- cultura; sobre genes y cultura en el pasado reciente y
una de las dicotomías más visibles y duraderas en el presente (Cochran y Harpending 2009;
en la filosofía occidental. Mientras la dicoto- Durham 1992; Richerson y Boyd 2005; Rogers
mía naturaleza-cultura ha sido criticada por la y Ehrlich 2008).
filosofía, la antropología y la sociología (por
ejemplo, Descola 1986; Latour 1993), la oposi- Y una vasta cantidad de arqueólogos, antro-
ción animalidad-humanidad ha recibido menos pólogos y científicos sociales, aunque sin negar
atención de interés arqueológica (pero véase explícitamente los componentes heredados de
Foley 1988; Ingold 1994, 2004; Merleau-Ponty un pasado común con otras formas vivas, o los
2003). De este modo, no es sorprendente que aspectos ecológicos de la existencia humana,
muchos antropólogos, arqueólogos y evolucio- tratan a todos estos aspectos como totalmente
nistas eminentes, que no dudan en rechazar la inexistente en la explicación de la diversidad
división naturaleza-cultura, se vuelvan dualistas humana. Así, ignorando la dimensión animal
al reflexionar acerca del género y la especie a y ecológica de la humanidad, estos autores re-
la que pertenecen, por ejemplo argumentando ducen las fuentes de causalidad a las dimen-
que debido a que los humanos conforman una siones sociales, políticas y culturales, donde
clase muy particular de seres vivos, intrínseca- los actores son pensados como entidades no
mente no son comparables con el resto de los biológicas. En algunos casos esta reducción de
animales (Tattersal 2003). Una versión radical causalidad potencial podría estar justificada, en
de la división animalidad humanidad considera la mayoría decididamente no. Un ejemplo ya
que la cultura, el epítome de la humanidad, es clásico de reduccionismo cultural en antropo-
ontológicamente superior a la naturaleza. Por logía y arqueología es la afirmación de que, en-
ejemplo, bajo este punto de vista todas las pro- tre los cazadores recolectores humanos, la re-
piedades de los seres humanos, incluyendo la lación recursos-necesidades está mediada por
sexualidad, el género y el cuerpo, se consideran opciones puramente culturales (Sahlins 1983).
casi infinitamente maleables y subordinadas a
la cultura, a la sociedad y a los deseos humanos Desde el esencialismo humanista la arqueo-
(e.g. Butler 1990). logía interpretativa construye narrativas acer-

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ca del pasado poniendo en primer plano a la tante de la interacción de los organismos con
intencionalidad de actores sociales diversos. entornos ecológicos variables. Este acerca-
Por caso, desde la teoría de la estructuración miento parte de la premisa de que la selec-
se sostiene que la dinámica de cambio social ción natural pasada produjo organismos más
se establece por la interdependencia entre la o menos flexibles para adaptarse a entornos
estructura social y la agencia de los actores, variables. Para el caso humano se asume que
la cual está guiada por sus propósitos y su la flexibilidad fenotípica es muy amplia, argu-
creatividad. Esta perspectiva, aduciendo que mentándose que la selección natural actuó, en
la interpretación es un rasgo esencialmente la historia de la especie, de un modo tal que
humano (Sillar 2011), asume que los propósi- produjo actores racionales, capaces de encon-
tos y la intencionalidad de los actores son de trar soluciones de comportamiento a los pro-
origen estrictamente social y cultural, emer- blemas adaptativos impuestos por el entorno
giendo de la manera en la cual los sujetos in- (Smith y Winterhalder 1992). De esta manera,
terpretan el contexto, normativo, material y la diversidad del comportamiento humano se
simbólico en el que viven (e.g. Harold y Olsen explica, dentro de este marco, a partir de la
1992; Hodder 2011; Ingold 1991). toma de decisión tendiente a maximizar el fit-
ness -éxito reproductivo- de los individuos en
La idea de que los seres humanos adquie- entornos distintos.
ren todas sus habilidades y propósitos exclu-
sivamente del entorno social se denominó, a En breve, la ecología evolutiva humana
partir de John Locke, modelo tabula rasa. La encuentra parsimonioso explicar los patro-
persistencia en esta creencia ignora un cuerpo nes de diversidad conductual en términos
importante de evidencia que demuestra que de respuestas fenotípicas y selección ecoló-
buena parte de la intencionalidad humana, las gica (Smith 2001). Para esto, explícitamente,
conducta y las emociones, están canalizadas se neutraliza toda fuente de causalidad que
por disposiciones innatas que guían prede- no sea la ecológica, apelando al denominado
ciblemente el comportamiento individual gambito fenotípico, concepto que alude al ag-
(Larson 2009); y que, al igual que en otras nosticismo con respecto a potenciales causas
formas vivas, son un producto de la evolu- genéticas o culturales canalizando al com-
ción selectiva y de la historia filogenética de portamiento (Smith y Winterhalder 1992).
la especie (ver Cronk 1999). Por este procedimiento la ecología evolutiva
humana se posiciona estratégicamente en la
En el extremo opuesto, desde el esencialis- arena de la animalidad.
mo animalista cartesiano, que piensa a los hu-
manos como animales-máquinas de supervi- Si bien la ecología evolutiva humana es
vencia, se argumenta que la cultura tiene poco un marco teórico poderoso en arqueología
valor, o simplemente que puede ser ignorada científica, su opacidad surge al ignorar que
para explicar los patrones de conducta huma- la racionalidad humana es limitada, dado que
na. Se alega que estos obedecen básicamente la toma de decisión suele estar sesgada por
a un conjunto de sesgos evolucionados hacia disposiciones cognitivas, culturales y emocio-
fines adaptativos actuales (Wilson 1975), o nales que, con frecuencia, alejan al comporta-
hacia funciones adaptativas pasadas (Barkow miento individual de lo óptimo, tanto en tér-
et al. 1992; Tooby y Cosmides 2005). minos de utilidad (Kahneman 2011) como de
fitness individual (Boyd y Richerson 1985). No
El marco teórico conocido como ecología obstante esto, entre animales humanos y no
del comportamiento humano, una derivación humanos, es ciertamente defendible la exis-
de la sociobiología, sostiene que la diversidad tencia de sesgos de comportamiento propen-
pasada y presente de la conducta humana es sos a beneficios de fitness (Ridley 2004). Pero
explicable como variabilidad fenotípica resul- a diferencia de otros animales, los humanos,

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poblacionalmente, acumulan y heredan masi- de especiación durante el cual los humanos


vamente variación cultural que modifica el fe- modernos evolucionaron. De esta manera, la
notipo de los individuos, y que también crea evolución y la selección natural darwiniana se
entornos selectivos nuevos y culturalmente piensan operando en la historia pre-humana,
hereditarios (Odling Smee y Laland 2003). en el pasado animal, cuando la cultura todavía
De modo que al quitar a la cultura como una no había evolucionado.
fuente causal de cambio conductual, la eco-
logía evolutiva humana estrecha su campo de Dentro de esta ontología híbrida la parte
aplicación a las dinámicas de cambio corre- animal del ser humano es concebida como
lacionadas con cambios en el entorno ecoló- esencialmente estática, gobernada por la
gico de los individuos. Este es el motivo por toma de decisión adaptativa y los genes; y
el cual buena parte de la diversidad humana cuyo espectro de diversidad es el resultado
emergente de la dinámica cultural queda fue- de la diversidad del entorno. Contrariamente,
ra del rango explicativo de este marco teórico, la parte humana es pensada como esencial-
o queda forzadamente reducida a la lógica hi- mente dinámica, alimentada por la cultura, la
peradaptacionista. interpretación y la agencia social, y donde el
entorno no imprime ninguna causalidad que
En breve, tanto la humanidad pensada no esté previamente sujeta a la acción inter-
como formada por animales-máquinas de su- pretativa de la cultura. Así, mientras que la
pervivencia de la ecología del comportamien- dimensión animal de los seres humanos está
to humano y de la sociobiología, así como los detenida en un pasado evolutivo cerrado con
agentes sociales tabula rasa de la arqueología manifestaciones diversas ambientalmente in-
interpretativa son ficciones. Ellas son el resul- ducidas, la dimensión humana es concebida
tado de un sistema de creencias coincidentes como poseedora de una historia en constante
en cuanto a la separación animalidad-huma- proceso de creación e interpretación huma-
nidad, pero divergentes en cuanto a su posi- na, libre de cualquier interferencia del pasado
cionamiento en uno u otro término de este evolutivo.
binomio. Si bien ambas líneas de pensamien-
to tienen mucho para ofrecer en arqueología, La imagen del Centauro, una criatura com-
la insistencia en mantenerse como paradig- puesta, parte humana, parte caballo, es el
mas impermeables y autosuficientes conduce ícono de la concepción dual sobre cómo
mayormente a narrativas fragmentarias y teó- la humanidad es pensada por una discipli-
ricamente empobrecidas a la hora de discutir na que la particiona para buscar aproxima-
las causas de los cambios arqueológicamente ciones teóricas independientes a cada una
documentados. de las partes. Como muestra la ilustración
(Figura 1), la parte humana del Centauro
LA HUMANIDAD HÍBRIDA. EL CENTAURO COMO se encuentra en el extremo superior, donde
MODELO reina la cabeza. Ella da a la criatura la ca-
pacidad de interpretar, pensar, reflexionar
Las aproximaciones teóricas interpretati- y actuar en consecuencia; y de transmitir a
vistas o evolucionistas, pensadas como au- otros seres de su clase, mediante el lengua-
tosuficientes, requieren del supuesto de que je, el objeto de sus intenciones y acciones.
la condición humana es modular, y formada El dominio humano incluye la capacidad de
por dos dominios independientes y mutua- manipular objetos culturales, productos del
mente excluyentes, el dominio animal y el do- trabajo, como el artefacto, un bastón, que el
minio humano. A través de esta imagen los Centauro sujeta con la precisión de sus ma-
seres humanos son pensados como congela- nos humanas. En la topología del Centauro
dos en el tiempo evolutivo, asumiendo que los enfoques interpretativistas se localizan
la evolución se detuvo con el último evento en esta región.

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como humanismo-ciencia, cultura material-


fenotipo, o arqueologías interpretativas–ar-
queologías evolucionistas.

Así, independizado de su componente


animal, el ámbito humano demanda teorías,
ideas y conceptos por los que el cambio es
concebido como la transformación mediada
por causas puramente sociales, culturales, y
sobre todo por las intenciones de los indivi-
duos o grupos. En este marco el reduccionis-
mo cultural conduce a una serie de afirmacio-
nes tautológicas e intelectualmente estériles,
donde la cultura es a la vez la causa y la con-
secuencia del cambio. Por ejemplo, se ha afir-
mado que la cultura dio lugar a la prohibición
del incesto. Antes de este hecho fundacional
Figura 1 • El centauro.
de lo humano “la cultura era aún inexistente,
con él, la soberanía de la naturaleza sobre el
Por oposición, la parte animal de la criatura hombre ha terminado. La prohibición del in-
abarca desde la cintura hasta las extremida- cesto es donde la naturaleza se trasciende a
des, conformando un dominio que excluye sí misma” (Levi Strauss 1969: 24-25). Pero si
cualquier evocación de humanidad. Este es esto es así; ¿cómo es que la cultura pudo crear
el reino de los instintos, de las morfologías una norma cultural, si ella misma no existía
evolucionadas y de la reproducción; donde todavía?
gobierna el comportamiento mecánicamente
determinado sólo por la información gené- Bajo el supuesto de que la realidad precede
tica y por la reacción adaptativa al entorno. a la interpretación, una gran parte del deter-
En su parte animal, el Centauro se represen- minismo cultural y social sostiene que el estu-
ta solamente por los componentes orgánicos dio de la humanidad pasada no puede hacerse
de su fenotipo, sin ninguna alegoría a formas conforme a la racionalidad occidental del mé-
de comportamiento socialmente aprendidas. todo científico. Esto, junto con la idea de que
Este constituye el dominio de la ecología evo- la ciencia es antes que nada un discurso de
lutiva humana. dominación política, explica por qué muchos
arqueólogos interpretativistas rechazan a la
Es fácil distinguir en la figura del Centauro ciencia como método (e.g. Tilley 1994). Sobre
a la ontología híbrida resultante de la dico- esta base, y bajo la premisa de que todo es
tomía animalidad-humanidad. Por esta onto- lenguaje, los argumentos se reducen a inter-
logía dual la humanidad es conceptualizada pretaciones hermenéuticas, ideacionales de
estando formada por criaturas mixtas, que cómo los sujetos, lo social o la espíteme, crea
son parte animal y parte cultura; y donde cada al objeto, incluyendo el pasado arqueológico
parte funciona de forma autónoma. La con- y su materialidad (Olsen 2003). Así, desde el
secuencia lógica de la adopción de esta doble pesimismo epistemológico el conocimiento
ontología es que, para el caso especial de los arqueológico queda relegado completamente
seres humanos, dos enfoques analíticos dife- a criterios de autoridad y no a procedimientos
rentes son requeridos, adaptados cada uno replicables (Colleran y Mace 2011).
de ellos a la parte del híbrido que pretende
explicar. Esto no tiene otro resultado que la Por otra parte, posicionados en el domi-
multiplicación de las oposiciones binarias, nio animal de lo humano, algunos enfoques

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evolucionistas tienden a pensar a la cultura como una barrera contra cualquier intento de
como una extensión de la biología que, con generar conocimiento a partir de la causali-
sus particularidades, puede entenderse en dad emergente de la interrelación, por ejem-
sus mismos términos. De aquí la frase “guste plo, entre genes-cultura-entorno-estructura
o no la cultura y sus fenómenos materiales social. Cualquier intento de hacer permeable
son el resultado de fenómenos biológicos” esta barrera supone, entonces, un riesgo a la
(O´Brien et al. 2003:574). La afirmación ante- autosuficiencia paradigmática que pregonan
rior es correcta aunque trivial, la cultura cla- estos paradigmas.
ramente implica agentes biológicos, humanos
o no, entre los cuales ocurre la transmisión
de información hereditaria por un canal para- TRASCENDIENDO EL PENSAMIENTO
lelo al genético. Ciertamente la cultura es un BINARIO. LA HUMANIDAD EN EL
producto de la biología, pero de ello no se CONTINUO DE LAS COSAS.
deriva que el cambio cultural proceda de igual
manera que la evolución orgánica, ni que se Como todo arquetipo, el de humanidad está
reduzca tan solo a mecanismos que operan sustentado por la lógica esencialista, como así
sobre la variación genética (Boyd y Richerson también el de su opuesto, la animalidad. Esta
1985; Durham 1992; Odling Smee et al. 2003). lógica supone que el mundo real se nos pre-
La investigación teórica y empírica acerca de senta particionado en clases, que son tales por
la evolución de la capacidad para el apren- sus esencias. Bajo esta lógica es función del
dizaje cultural consistentemente demuestra sujeto descubrir las clases naturales y las esen-
todo lo contrario. Precisamente la ventaja cias que los hacen ser como son. Así, alma, ra-
selectiva del aprendizaje cultural es la capa- zón, cultura, política y conciencia son algunas
cidad de acumular información adaptativa de las cualidades esgrimidas como esencial-
socialmente aprendida, lo cual fue crítico en mente humanas, mientras que automatismo,
entornos fluctuantes, donde tanto el aprendi- egoísmo e innatismo, son cualidades que fue-
zaje puramente individual como el compor- ron pensadas como esencialmente animales.
tamiento genéticamente pautado fueron se-
lectivamente inferiores (Henrich y McElreath De esta manera, el abandono de la lógica
2003; Rogers 1988). Entonces la evolución y esencialista y de la noción dual e híbrida de
el cambio cultural tienen dinámicas no redu- la humanidad es un requisito para diluir los
cibles, pero sí conectadas, con la evolución límites cerrados de las arqueologías evolucio-
orgánica (Durham 1992). Esto quiere decir nistas e interpretativistas. Esto operaría remo-
que la evolución cultural tiene mecanismos viendo el sustrato ontológico sobre el cual se
de cambio que ocurren solamente en este sis- basan ellas mismas como opuestos. Más que
tema de herencia (Boyd y Richerson 1985), otra redefinición teóricamente conveniente
sistema que por definición es social. de lo humano y de lo animal, sugiero que es
científicamente más productivo deshumani-
Sintéticamente, la ontología dual con la zar a la arqueología, partiendo de la base de
que se suele pensar en arqueología a la hu- que el objeto de estudio de la arqueología no
manidad supone seres particionados en dos son los humanos, sino el agregado de cosas y
dimensiones irreductibles y lógicamente au- sus interrelaciones del que se compone el re-
tosuficientes para todos los fines analíticos: gistro arqueológico. Remover a los humanos
la humana y la animal. Esta ontología fantás- del foco de atención de los arqueólogos da
tica, heredada de la antropología, impregna lugar para reconocer una arena común, ma-
los marcos interpretativistas y evolucionistas, terialista, formada por el continuo variacional
proporcionando los límites de autosuficiencia de cosas de las cuales humanos y animales no
paradigmática a cada enfoque. De tal modo humanos forman parte de manera simétrica
el dualismo animalidad-humanidad funciona y causalmente interrelacionada (Latour 1999).

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Arqueología 19 Dossier: 81-101 | 2013

Hodder (2012), siguiendo a Latour (1999, y teóricamente informada reconoce que los
2007) hizo también un llamado a los arqueó- humanos forman parte de la variabilidad de
logos a desplazar su atención de lo humano cosas que intervienen en la formación de un
al estudio de las cosas y sus interrelaciones. registro arqueológico, y no brinda soporte al-
Pero a diferencia de Hodder y Latour, que su- guno a la oposición animalidad-humanidad;
ponen que la interpretación hace a las cosas, ni permite ignorar los fenómenos que se de-
y que el método científico es ante todo dis- rivan de reconocer una historia filogénica co-
curso de hegemonía política, mis supuestos mún entre humanos y otras formas animales.
abrevan en el realismo científico. Este enfo-
que epistemológico afirma que las cosas del La propuesta de una arqueología que des-
mundo real existen más allá de su interpre- plaza de foco a lo humano es convergen-
tación y con independencia de los sujetos; y te con la llamada arqueología simétrica (ver
que la descripción del mundo empírico, lejos González Ruibal 2007). Este marco teórico
de ser objetiva, se hace en los términos de rechaza la división entre humanos y cosas,
una teoría científica (Bunge 2011). bajo la premisa de que ambos no pueden
separarse artificialmente, sino que deben
Entonces, si bien el mundo empírico no tratarse en términos de igualdad. Desde esta
se nos presenta como dado, como pretende perspectiva post-humanista los humanos no
el empirismo ingenuo, tampoco es comple- son concebidos como seres autónomos e in-
tamente una construcción social, como pre- dependientes, necesitados de conceptos ex-
tende el constructivismo. Más que esto, su plicativos “ontológicamente” diferentes por
descripción depende enteramente de las teo- ejemplo al de otras formas de animalidad.
rías con las cuales se lo aborda. Las teorías Más que opuestos binarios, desde donde sur-
son las que brindan el lenguaje observacional ge la causalidad, lo que encontramos es un
mediante el cual describimos y conceptuali- complejo enredo de personas y cosas, cuya
zamos científicamente al mundo empírico explicación procede de un único vértice co-
(Bunge 2011). Por ejemplo, en el gradiente mún formado por la convergencia, por ejem-
de animalidades y desde el modelo de clasi- plo, de lo cultural y lo genético (Latour 1999).
ficación linneana, lo que llamamos especie es
una partición artificialmente impuesta sobre
variación poblacional, para designar a una APERTURA PARADIGMÁTICA Y
clase de seres que por algún criterio teórico AVANCE CIENTÍFICO
resulta interesante diferenciar. Esto se aplica
para todos los miembros del clado homínido, Como he mostrado la oposición anima-
que incluye a los humanos. lidad-humanidad es funcional a un mo-
delo científico estructurado en dos para-
Aún más, la diversidad de animalidades está digmas aislados en su nicho intelectual, la
relacionada históricamente por el proceso de arqueología interpretativa y la evolucionista.
descendencia con modificación que enunció Concurrentemente otras dicotomías obturan
Darwin. De tal modo, y como la evolución es la conectividad de los enfoques interpretati-
un hecho, la historia compartida dio como re- vos y evolucionistas en arqueología. Una de
sultado que en la diversidad de animalidades las más perjudiciales es aquella que opone
existan rasgos compartidos derivados de an- ciencias sociales a ciencias naturales, pensan-
cestros. Los humanos, en nuestra animalidad do equivocadamente que las generalizaciones
singular compartimos buena parte de este solamente son posibles entre las segundas
acervo filogenético, que incluye morfologías (Wallerstein 2006). Este legado del idealismo
y comportamientos genéticamente canaliza- alemán del siglo XIX no solamente olvida
dos. De esta manera, removiendo al esen- que la ciencia siempre construye conocimien-
cialismo, una postura científicamente realista to a partir de generalizaciones (ver Colleran y

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Muscio | Animalidad/Humanidad: una dicotomía estratégicamente persistente...

Mace 2011); sino que la ciencia actual avan- por ejemplo en la cuestión del mantenimien-
za por la integración sistemática de distintas to de diferenciación social y de las prácticas o
teorías y disciplinas, mediante una concep- conductas de demarcación cultural de grupos
ción multidimensional de los fenómenos, y o de competencia.
del carácter relativo de los enfoques científi-
cos por separado (Bunge 2011; Ziman 2000). Tanto desde el interpretativismo como des-
Más importante, el reduccionismo particula- de el evolucionismo se ha declarado que sólo
rista en arqueología está refutado por la de- una de las dos aproximaciones es la excluyen-
mostración empírica de regularidades por temente más adecuada para hacer arqueología
doquier, por ejemplo la arqueología muestra (Dobres 2000; Shennan 2005). Pero esto se
que la adopción de economías productivas ha hecho sin apelar a la demostración de que
está la mayoría de las veces precedida por las hipótesis desprendidas del marco teórico
intensificación (Kelly 2005), que en escalas defendido son científicamente superiores a
de tiempo largo los artefactos documentan las de sus rivales. En vez de esto, la mayoría
herencia con modificación (Lipo et al. 2005). de estos trabajos que llaman a la unificación
Entonces, más que el posicionamiento como paradigmática en arqueología por la hegemo-
ciencia social o natural, lo relevante para la nía de una perspectiva pensada como supe-
arqueología científica es la documentación de rior, se conforman con mostrar y exagerar las
patrones y regularidades de macroescala. Este flaquezas epistemológicas del marco teórico
es un punto que puede congregar la comple- sujeto a la crítica.
mentariedad de enfoques.
Pero cualquier llamado a una arqueología
El aislamiento paradigmático entre inter- unificada por un solo marco teórico auto-
pretativistas y evolucionistas, y la segmenta- proclamado como intelectualmente superior
ción en campos pensados como autosuficien- choca contra un hecho. Este es que el registro
tes, tienen por resultado que la acumulación arqueológico, como fenómeno del presente,
de conocimiento arqueológico ocurra parti- es el producto de una variedad de agentes que
cionada en dos agregados independientes de intervienen a lo largo de la totalidad de su
información científica. Ellos no establecen historia de formación (Binford 1981, 1988).
ninguna vinculación sustantiva, a pesar de Esto hace que el estudio de la diversidad ar-
que una vez depurada la jerga resulte evidente queológica requiera de conocimientos especí-
que muchas veces se superponen en los pro- ficos acerca de la variedad de procesos post-
blemas que abordan. Producto de este aisla- depositacionales, bióticos y abióticos, por los
miento, ambos enfoques logran desempeñar- cuales adquirieron sus propiedades de hallaz-
se sin intercambiar información que podría go, y que ciertamente impone problemas a
ser crítica para el desarrollo de sus respecti- sortear para construir inferencias evolucio-
vos marcos explicativos, y sin confrontar en- nistas o interpretativistas (Schiffer 1987). De
tre sí por la validez científica de sus hipótesis modo que la materialidad arqueológicamente
en relación a casos empíricos determinados. preservada contiene información potencial
de una amplia gama de interrelaciones y pro-
En buena medida el aislamiento autoim- cesos atinentes a las distintas dimensiones de
puesto de estos dos enfoques parecería be- la existencia pasada de una amplia variabili-
neficiar el nicho intelectual ganado. Pero este dad de cosas. Entre ellas encontramos a la
mismo aislamiento, sin dudas, retarda el avan- dimensión tafonómica, social, política, ecoló-
ce científico de la arqueología, ya que impi- gica, cultural, biológica, simbólica, cognitiva,
de conocer el valor explicativo diferencial de geológica, por mencionar solo algunas.
cada una de estas corrientes en la resolución
de una amplia variedad de problemas científi- Cada una de estas dimensiones proporciona
cos en los cuales claramente se solapan, como fuentes de causalidad que de manera anidada

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Arqueología 19 Dossier: 81-101 | 2013

actuaron en el pasado y que produjeron los cables en términos arqueológicos, y segundo,


patrones del registro material presente. De a la retención acumulativa de conocimiento
tal modo el estudio científico en los patrones científicamente validado mediante el descarte
arqueológicos de estos procesos e interrela- selectivo de las teorías y enfoques de inferior
ciones materiales necesita de marcos teóricos respaldo empírico (Gerhard 2005).
particulares. Ellos funcionan recortando la
realidad a estudiar en un registro arqueológi- De modo que si lo que se busca es el avance
co dado, haciendo foco en un número redu- científico de la arqueología, lo que se requie-
cido de fenómenos para los cuales se postula re es desarrollar contextos de producción de
una gama limitada de fuentes de causalidad. conocimientos que privilegien la pluralidad,
la innovación, y la competencia. Esto implica
Dado lo fenológicamente diverso y multi- paradigmas abiertos a los embates de la refu-
causal del registro arqueológico, cualquier lla- tación desde perspectivas opuestas, y la ob-
mado a la construcción de un marco teórico tención de generalizaciones. En un contexto
hegemónico y unificador de la arqueología es tal la arqueología científica puede aumentar
científicamente indeseable. Solamente a par- el rango de fenómenos que estudia, plura-
tir de la diversidad teórica es posible acceder lizando su contenido teórico y generando
a un pasado diverso, mediante preguntas de mayor conocimiento acumulativo acerca de
investigación teóricamente fundadas en mar- las distintas dimensiones del pasado arqueo-
cos necesariamente distintos. Contrariamente lógicamente documentado, pero también del
a una perspectiva única, lo que se requiere es presente. Entre otras cosas, esto demanda
una pluralidad creciente de agendas de inves- abandonar toda clase de aislamiento para-
tigación con el potencial de interconectarse; y digmático, cuya consecuencia más obvia es
que, tomando como arena común al método la acumulación de errores por endogamia in-
científico, puedan dar cuenta de la diversidad telectual, y una baja acción de la refutación
del registro arqueológico. selectiva.

Más aún, dado que lo fenomenológica- PLURALISMO Y SOLAPAMIENTOS DE INTERESES DE


mente evidente es siempre el resultado de la INVESTIGACIÓN
teoría, entonces la innovación y la diversifi-
cación teórica actúan amplificando el rango Desechando cualquier unificación para-
de fenómenos arqueológicamente documen- digmática, resulta intelectualmente benefi-
tables (Bunge 2011, 2012). Esto es así porque cioso avanzar en la construcción de marcos
en el progreso científico cada nuevo enfoque de referencia que funcionen como puentes
que emerge da a conocer nuevos fenómenos entre los distintos enfoques, y que posibili-
surgidos de los nuevos intereses de investi- ten el flujo de información entre las distintas
gación. Así por ejemplo, uno de los legados aproximaciones. Esto parte de suponer que
de la nueva arqueología fue precisamente la existen niveles en los cuales la transferencia
multiplicación de la agenda de investigación de información entre la arqueología evolucio-
de los arqueólogos, resultante de la amplifica- nista, la interpretativista y otras arqueologías,
ción de los fenómenos de interés arqueológi- es enriquecedora, ya sea para ganar precisión
co derivada de la innovación teórica y meto- explicativa como para generar debates, y que
dológica que trajo ese paradigma. además el método científico es la arena co-
mún para plantear esos debates.
En consecuencia, en términos de avance
científico, la diversidad de enfoques es de- Precisamente el monismo materialista ofre-
seable en arqueología porque ella contribuye, ce un marco epistemológico prometedor para
primero, a la innovación teórica, y con ello a el desarrollo de teoría científica en la cual
la ampliación del rango de fenómenos expli- interpretación, agencia social, y aprendizaje

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Muscio | Animalidad/Humanidad: una dicotomía estratégicamente persistente...

cultural pueden estar vinculados en procesos vo diferencial de los individuos, y que operan
de selección, adaptación y evolución en en- enteramente por la replicación diferencial de
tornos ecológicos, culturales e institucionales información cultural (Muscio 2010). Esta vía,
determinados. Eso, sumado a la búsqueda de además, permitiría distinguir aquellos casos
explicaciones para los patrones materiales del en los cuales la selección de variación cultural
registro arqueológico partiendo de que los haya obrado mayormente por diferencias en
humanos son una fuente más de causalidad, el fitness de individuos (Dunnell 1978).
brinda un marco de referencia adecuado para
el desarrollo de programas de investigación Lo mismo puede plantearse para la ecología
basados en la complementariedad de enfo- evolutiva humana, que mediante el llamado
ques. Afortunadamente tanto la arqueología “gambito fenotípico” pone en una caja negra
evolutiva, con su énfasis en el estudio de con- a las causas próximas del cambio. Por ejem-
ductas y artefactos, así como la arqueología plo, si la transmisión cultural sesgada puede
interpretativa, basada en los estudios de cul- fijar a nivel poblacional los criterios de se-
tura material, están preparadas para esto. lección de artefactos, recursos y comporta-
mientos reproductivos, entre otros, entonces
Que la transferencia de información entre los ecólogos evolutivos necesitan abrevar en
la arqueología evolucionista y la interpretati- marcos teóricos que contemplen esta posibi-
vista puede ser científicamente enriquecedo- lidad, con el fin de ganar precisión explicativa
ra lo evidencian las zonas oscuras de ambos en sus modelos. En esta tarea el desafío sigue
acercamientos. Por ejemplo, tomando a la siendo la construcción de marcos de refe-
biología evolutiva como modelo a imitar, los rencia arqueológica para la construcción de
enfoques evolucionistas son los más afectos datos. No se trata de construir narrativas et-
al método científico. La virtud de estos enfo- nográficas del pasado, sino de darle un lugar
ques radica en que ponen a disposición de la a la interpretación, teóricamente guida, de los
crítica conjuntos de datos que pueden inter- contextos en los cuales tuvo lugar el compor-
pelarse desde la lógica hipotética deductiva. tamiento pasado de replicación diferencial de
Sin embargo, estas perspectivas muchas ve- información, es decir del contexto en el cual
ces hacen un uso deliberadamente ambiguo los individuos toman decisiones que afectan
de mecanismos de cambio evolutivo, como a su adaptación. Sobre esto los arqueólogos
la selección darwiniana o la adaptación fe- interpretativos tienen mucho para decir.
notípica, que no pueden quedar imprecisos
en cualquier acercamiento científico a es- En efecto, el trabajo teórico demuestra que
tas cuestiones. Ciertamente, buena parte del las instituciones sociales operan restringien-
cambio arqueológicamente documentado en do o favoreciendo la innovación cultural y
las frecuencias temporales de artefactos y en la tasa de evolución cultural (Henrich 2010).
sus historias filogenéticas son un producto Entonces, en este punto, hay coincidencia con
selectivo, aunque no necesariamente media- enfoques tales como la teoría de la estructu-
do por el éxito reproductivo diferencial de los ración (Giddens 1984). De modo que como
individuos (Boone y Smith 1998). El punto arqueólogos muchas veces necesitamos saber
central es que la replicación sesgada de in- la clase de órdenes sociales que están rela-
formación cultural adaptativa y de artefactos cionados con el surgimiento, proliferación o
es selectiva (Dunnell 2001). Por esta razón la abandono de ciertos comportamientos y ar-
arqueología evolutiva se beneficiaría incorpo- tefactos (ver Aschero 2000 para un ejemplo
rando modelos que contextualicen los entor- congruente con este planteo). En rigor, dado
nos de aprendizaje social pasados, que son los que los marcos evolucionistas están com-
que potencialmente generan selección cultu- prometidos con el desarrollo de arqueología
ral darwiniana y adaptación fenotípica, por científica, ellos debieran ganar detalle acerca
procesos desacoplados del éxito reproducti- de las causas y consecuencias de los cambios

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Arqueología 19 Dossier: 81-101 | 2013

que buscan explicar. Esto requiere abandonar tica de los artefactos canaliza la evolución de
los modelos de caja negra, que han deveni- nuevas formas y tecnologías.
do en atajos para no discutir posibles fuentes
de causalidad genética, cultural, o social ge- El trabajo teórico informa que al igual que
nerando selección y afectando la adaptación. en otras especies animales, la interpretación
Lo necesario es desarrollar marcos teóricos de los actores humanos acerca de sus circuns-
de referencia informativos de los contextos tancias sociales y de su agencia social está
pasados de aprendizaje social de los que re- condicionada por intereses canalizados por
sulta la selección cultural, o que restringen a la historia evolutiva. Precisamente estas moti-
la adaptación. vaciones del comportamiento social humano,
que son el producto de la evolución cognitiva
Sobre esta base, la arqueología evolucionis- a nivel de la especie (Buss 2005), genera regu-
ta tiene mucho para tomar de cualquier enfo- laridades en la conducta social que el marco
que que arroje luz sobre las trazas materiales teórico interpretativista ignora por completo.
de los contextos sociales donde tiene lugar la Tales regularidades se expresan como con-
transmisión cultural, y el origen de los sesgos flictos entre la agencia individual y la produc-
que operan selectivamente sobre un pool cul- ción de estructura social. Reconociendo que
tural. Así, debido a que la evolución cultural los actores necesariamente deben disponer de
y el comportamiento adaptativo presuponen interpretaciones personales o grupales de es-
interpretaciones, objetivos y contextos socia- tos conflictos para seguir una línea de acción
les determinados, la arqueología evolucionis- determinada, es una precondición la existen-
ta tiene mucho para nutrirse de los enfoques cia de mecanismos cognitivos complejos para
que generan conocimiento acerca de estas llegar a tales interpretaciones. De tal modo
dimensiones. Ellas introducen causalidad en los marcos interpretativos pueden beneficiar-
la proliferación diferencial de artefactos y en se con el intercambio de información de sus
los patrones conductuales arqueológicamente colegas evolucionistas.
documentados, y entonces son de interés en
cualquier agenda de investigación evolucio- Por ejemplo, en la arqueología del Noroeste
nista. de Argentina se ha planteado el desarrollo
de sociedades corporativas al menos a par-
Del mismo modo, si como los interpretati- tir del 900 DC (Nielsen 2006a, 2006b), y que
vistas suponen la agencia social está mediada esto habría dado lugar y habría dependido
por la interpretación del contexto social que de “personalidades corporativas” (Vaquer
hacen los individuos, esta perspectiva pue- 2010). Tales sociedades habrían sido grupos
de enriquecerse de un marco teórico como formados por linajes con territorios, donde
el evolucionista que informa el modo por el el origen común y el parentesco propiciaban
cual, muchas veces, estas interpretaciones es- la lógica de adscripción grupal, que aglutina-
tán canalizadas por sesgos adaptativos apren- ba a cientos de familias y sustentaba el uso
didos o innatos. Más aún, si como piensan del espacio y los recursos. En este contexto la
los interpretativistas los artefactos no sola- existencia de jerarquías habría ocurrido entre
mente intervienen en la agencia y la práctica grupos que compartían genealogía y no entre
cultural, sino que ellos mismos son agentes individuos, impidiendo la concentración de
generadores del cambio, este enfoque tiene capital en manos de individuos particulares
mucho para tomar del conocimiento genera- (Nielsen 2006b).
do acerca de la manera en la cual los artefac-
tos afectan las posibilidades de inserción de Sin dudas los órdenes sociales intervienen
los humanos en un entorno socioecológico en la formación de individualidades particu-
determinado, propiciando diferencias de fit- lares aportando ideologías, pero ellas no lo
ness; y el modo en el cual la historia filogené- explican todo. Así, estas sociedades corpora-

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Muscio | Animalidad/Humanidad: una dicotomía estratégicamente persistente...

tivas debieron basarse tanto en la ideología cumentar violencia para desafiar el modelo
como en mecanismos fuertes de sanción de dominante de intercambio y armonía social
las conductas de apropiación individual y ne- en el área circumpuneña (Nuñez y Dillehay
potista de recursos. Estos comportamientos 1979) para épocas no tardías.
son esperables en cualquier sociedad huma-
na, ya que ellos son un producto de la selec-
ción individual y de la selección de parentes- CONCLUSIÓN
co. Aún más, la lógica entera del modelo de
sociedad corporativa supone individuos fuer- En este trabajo he mostrado que la dicoto-
temente sesgados al comportamiento grupal- mía animalidad- humanidad fue clave para la
mente beneficioso. Precisamente la capacidad emergencia de la antropología como discipli-
humana para estas conductas se ha explicado na hegemónica de todo aquello concerniente
en relación a la evolución de la cooperación a los humanos. A partir de la cultura como
y la ultrasocialidad por selección de grupos objeto de estudio y especialmente con la
(Boyd y Richerson 1997). De modo que arre- construcción de la llamada “sociedad primiti-
glos sociales corporativos y contextos de va”, la dicotomía fue transferida a las ciencias
competencia intergrupal (Soltis et al. 1995), prehistóricas y heredada por la arqueología.
de los cuales hay evidencia (Nielsen 2007), Actualmente este binomio sirve de base para
hacen muy probable que la selección de gru- otra bifurcación, esta vez teórica, entre los
pos haya sido una fuerza de cambio selectivo marcos interpretativistas y evolucionistas, que
importante explicando la persistencia de ins- a la vez reproducen la oposición espuria en-
tituciones sociales- como el ayllu- tradiciones tre ciencias sociales y ciencias naturales. Por
de artefactos y otros rasgos culturales en el esta lógica, y mediante múltiples oposiciones
Noroeste de Argentina y en la región Andina esencialistas anidadas, la disciplina manifiesta
Merdional durante el Holoceno Tardío. En una ontología híbrida para pensar a la huma-
breve, una lectura desde el evolucionismo nidad, la cual implica pensar a los humanos
del modelo de sociedades corporativas per- como seres mixtos con dos esencias a la vez,
mite plantear, como hipótesis de investiga- una animal y otra humana.
ción, la acción de la selección de grupos en
evolución cultural. Esto, para sociedades con Especialmente en la academia anglosajo-
ciertas jerarquías individuales pero de menor na, bajo el amparo de esta ontología híbrida
escala demográfica, como aquellas de las pri- los enfoques interpretativistas, planteando
meras ocupaciones agropastoriles de la puna una práctica enmarcada en las humanidades,
(Muscio 2007), sería poco probable. y los evolucionistas, propensos a la ciencia,
han divergido formando estructuras teóricas
Entonces, un aspecto claramente solapado aisladas que producen conocimiento sin in-
en las agendas de investigación evolucionis- tercambio alguno, y pensándose a sí mismas
tas e interpretativistas es el conflicto social. como autosuficientes. A esta circunscripción
Para los evolucionistas este es la expresión de paradigmática, los dualismos animalidad- hu-
la competencia interindividual o intergrupal, manidad, naturaleza-cultura, y ciencia social –
para los intepretativistas es el motor de la natural, le son funcionales, porque le garanti-
agencia inherente al cambio social. De modo za a cada facción su nicho intelectual ganado,
que los estudios de los contextos de violencia resguardándolas de la competencia científica
y de las expresiones materiales de ella, reali- que depuraría hipótesis y produciría conoci-
zados desde uno u otro enfoque, propician la miento acumulativo cotejado con la evidencia
apertura de debates científicamente producti- empírica.
vos. Por caso, en la arqueología del Noroeste
de Argentina, ni los enfoques evolucionistas De tal modo he sugerido que el abandono
ni los interpretativistas se han dedicado a do- de la lógica esencialista, y de la noción dual e

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Arqueología 19 Dossier: 81-101 | 2013

híbrida de la humanidad es un requisito para ta más próximamente con la nueva arqueo-


diluir los límites cerrados de las arqueologías logía (Muscio y Cardillo 2013); los enfoques
evolucionistas e interpretativistas. Tal remo- interpretativistas muestran una tendencia al
ción operaría eliminando el sustrato onto- aislamiento paradigmático, especialmente los
lógico sobre el cual se basan ellas mismas, vinculados con la hermenéutica o con progra-
estratégicamente, como opuestos para evi- mas de trabajo pesimistas en cuanto al méto-
tar el intercambio de ideas y la consiguiente do científico (e.g. Haber 2012). Precisamente
confrontación científica. A tal fin, y aunque el rechazo al método científico es funcional
destacando que la arqueología no tiene por al cierre paradigmático, ya que legitima una
foco estudiar seres humanos, he abogado por práctica disciplinar en la cual no tiene rol al-
una ontología monista y materialista de lo hu- guno la refutación selectiva de hipótesis.
mano.
Así, mi punto de partida es que el método
La adopción en arqueología de esta onto- científico no puede ser descripto como un
logía facilita la trasferencia de ideas entre los mero dispositivo de dominación política o
enfoques evolucionistas e interpretativistas, de construcción de ideología, como lo piensa
y abre la posibilidad para el establecimiento por ejemplo Latour (1999, 2007). Sin dudas
de relaciones de complementariedad y com- la producción científica no ocurre aislada del
petencia paradigmática, y más generalmente, contexto político, y ciertamente muchas ve-
para la innovación teórica. Todo esto presu- ces la actividad científica tiene compromisos
pone que el método científico es adecuado políticos. Más aun, el “proceso científico”
para sopesar, en relación a la evidencia empí- no está forjado por idealistas desinteresados,
rica, el valor explicativo diferencial de enun- como supone la imagen romántica del cientí-
ciados alternativos. fico que heroicamente busca solo la verdad.
Claramente la ciencia es un proceso encau-
Si bien aquí he convergido con algunos zado por la acción de individuos que buscan,
postulados de la arqueología simétrica, mi por sobre todo, que sus ideas sean escuchadas
punto de partida es bien diferente al de esta y adoptadas. Ellos forman grupos de interés
perspectiva. La arqueología por la que abo- para favorecer sus propios marcos teóricos y
go, lejos de intentar mediar entre las interre- sus líneas de investigación, y construyen ca-
laciones de personas y cosas (Hodder 2011), pital político mediante prestigio, fuentes de
o de construir conocimiento mediante la et- financiamiento y contactos en instituciones,
nografía de la arqueología (Edgeworth 2006), para asegurar que discípulos y colegas enmar-
es la que adopta al método científico como cados en sus líneas de trabajo proliferen y
procedimiento necesario para construir co- tengan éxito a expensas de competidores (ver
nocimiento cotejable con evidencia empírica. Hull 1988). Así, el abandono o la persistencia
De modo que mi propuesta retoma la agenda de paradigmas en arqueología suele resultar
epistemológica de la nueva arqueología, pero de individuos con capacidades para generar
evitando el error de pensar a la arqueología alianzas, monopolizar recursos, y aprovechar
como antropología (Muscio 2000). coyunturas políticas para su propio beneficio
académico y el de sus ideas (ver O’Brien et al.
Afortunadamente la arqueología en 2007). Entonces desde un punto de vista rea-
Argentina actualmente muestra una diversi- lista el proceso científico involucra individuos
dad de marcos teóricos que no son reducibles en competencia.
a la polarización de la academia anglosajona.
Sin embargo, mientras los enfoques evolu- Pero el “método” científico es bien diferen-
cionistas parecen desarrollarse en núcleos te. Epistemológicamente, el método científi-
paradigmáticos abiertos y en el marco de co es antes que nada un procedimiento ló-
una tradición intelectual local que los conec- gico para determinar el grado de validez de

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Muscio | Animalidad/Humanidad: una dicotomía estratégicamente persistente...

explicaciones alternativas de fenómenos em- aislamiento paradigmático la teoría arqueoló-


píricos (Bunge 2011). Claro que puede haber gica es propensa a la acumulación de errores
sesgos ideológicos e intencionalidad política por endogamia intelectual, y a la adopción y
detrás de muchas argumentaciones científi- abandono de marcos teóricos en ciclos cortos
cas, pero precisamente el método científico de veinticinco años o menos. De hecho, con
permite detectar si ellas reportan explicacio- una baja incidencia de validación selectiva de
nes adecuadas de un conjunto de evidencia, hipótesis entre teorías en competencia, la ar-
más allá de lo que digan los autores. queología parecería evolucionar en marcos
teóricos fluctuantes y de baja duración, que
Algunos arqueólogos interpretativistas lla- se extinguen aportando poco en términos de
man a tomar a la experiencia y a la subjetivi- conocimiento científico, y que se adoptan ma-
dad personal como razones suficientes para yormente por los efectos de la moda, que no
sostener determinadas narrativas del pasado es otra cosa que la deriva cultural. Buscando
(Tilley 2013). Muchos de estos autores suelen construir un contexto favorecedor de la acu-
estar comprometidos en agendas al servicio mulación de conocimientos científicamente
de reclamos de grupos particulares, como los validados en arqueología he sugerido el aban-
aborígenes, o con una práctica disciplinar su- dono de nociones esencialistas como las que
bordinada a objetivos políticos más amplios fundan la dicotomía animalidad-humanidad y
(e.g. Curtoni 2009). Pero obturada la posibi- sobre la que se asientan y se anidan otras di-
lidad de replicación de observaciones y de cotomías. Independizada de la antropología,
cotejo empírico de hipótesis, la construcción el desafío ahora de la arqueología es cimen-
de conocimientos, entonces, queda librada tarse como un disciplina científica madura,
enteramente al criterio de autoridad de los au- mediante la apertura de sus paradigmas a la
tores para validar determinadas interpretacio- competencia, y por la adopción de una agen-
nes de un conjunto de evidencia arqueológica da de investigación teóricamente pluralista,
(Colleran y Mace 2011). Esto mismo puede centrada en documentar singularidades y uni-
poner en riesgo el posicionamiento político versales en el espectro de cosas de las que se
que se defiende, aceptando como verdadero compone la porción del mundo real que acor-
lo que a luz de la evidencia puede demostrase damos en llamar registro arqueológico.
como falso. Más aún, reconociendo que cier-
tos enunciados sobre la realidad que constru-
ye la arqueología pueden estar políticamente AGRADECIMIENTOS
sesgados, y dado que los científicos compiten
por intereses teóricos particulares y prestigio Este trabajo fue financiado por CONICET.
académico, optar por conocimientos sosteni- Agradezco a Gabriel López y José María
dos por criterios de autoridad en vez de por Vaquer por su invitación a participar de este
criterios de validación empírica independien- volumen, y por haber generado un ámbito
tes, es elegir el mal mayor. intelectual necesario en la arqueología argen-
tina. También agradezco a los revisores anó-
Como he señalado el aislamiento para- nimos por sus aportes que enriquecieron este
digmático de los enfoques evolucionistas e trabajo.
interpretativistas y sus pretensiones de au-
tosuficiencia, parecerían ser prácticas que
efectivamente contribuyen a la persistencia REFERENCIAS CITADAS
de estas tradiciones intelectuales evitándoles
competir entre sí, y propiciadas por genera- ASCHERO, C.
dores de discursos que, de esta manera, ase- 2000 Figuras humanas, camélidos, y espa-
guran temporariamente su nicho intelectual cios en la interacción circumpuneña. En
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