LA LISTA DE SCHILDER

En el cine son varias las películas en las que podemos ver violencia, pueden ser ficticias
o basadas en historias de la vida real, cada una con técnicas o recursos que dependen del
gusto o necesidad de la dirección, con el pasar de los años la tecnología ayuda cada vez
más para intentar presentar realismo en cada escena.

Pero son pocas las películas que podemos encontrar que sin tanto recurso tecnológico
nos muestren escenas de violencia muy reales y que nos envuelvan en la historia. Una
de ellas es “La Vida es bella” que nos traslada a los años de la segunda guerra mundial.

Pero la película de Steven Spielberg LA LISTA DE SCHINDLER, nos muestra una

historia real de la segunda guerra mundial, con técnicas y recursos, ideas de grabación
de color que nos es inevitable ser atrapados por la historia.

La Lista de Schinldler

Esta película nos traslada a la segunda guerra mundial en Polonia (1939) que estuvo
bajo la ocupación Nazi.

El protagonista es Oskar Schindler (Liam Neeson) de origen alemán y militante nazi es

un empresario carismático que andaba en reuniones sociales rozándose con la elite
militar y administrativa de Alemania, gracias a sus contactos conoció al judío Itzhak
Stern (Ben Kingsley) a quien le ofrece la administración de una empresa dirigida a la
metalurgia con fines bélicos, otro de sus protagonistas es Amon Goeth (Ralph Fiennes)
Un cruel y despiadado Oficial Nazi, solitario que encontró en Schindler una sincera
amistad.

Schindler no le importaba lo que les sucediera a los Judios hasta que presencio el
maltrato y tortura de la cual eran objeto y fue cambiando su forma de pensar hasta el
extremo de salvar a los judíos de la crueldad de los nazis.

En esta película Spielberg sin necesidad de usar tecnología de computadoras logra

envolvernos en la historia usando tres técnicas de filmación que ayuda al espectador a la
imaginación

1. Código visual Composición fotográfica: solo usa el blanco y negro y en solo

ciertos momentos usa otros colores, esto lo hace para lograr que el espectador
logre imaginar que está viendo un documental real de la guerra.