El Regidor de Ocaña
Por Antonio Polo
Aventura de El Capitán Alatriste JdR para un grupo no
demasiado numeroso (unos tres o cuatro personajes a lo
sumo), basada libremente en la obra Peribáñez y el
Comendador de Ocaña, escrita por Lope de Vega, aunque se
ha modificado un poco la historia para ceñirla a la época de
juego (la obra original tiene lugar en el reinado de Enrique II
de Castilla), además de para sorprender a los jugadores que
pudieran conocerla. Todas las citas que acompañan la
aventura están extraidas de la misma obra.
Finalmente, el autor quiere agradecer la ayuda prestada
a Jordi Gimeno, Antonio Soto y Antonio Catalán por resolver
algunas de sus dudas.
Primer Acto
Como al Señor la Rosa
“Ni el vino blanco imagino
de cuarenta años tan fino
como tu boca olorosa:
que como al señor la rosa
le güele al villano el vino.”
La Boda
Una buen día de octubre, uno de los personajes (o todos
si viven juntos) recibe en su hogar madrileño a un mensajero
que le trae una invitación de boda: parece ser que Pedro
Ibáñez, un honrado y enriquecido campesino del pueblo de
Ocaña, se casa este domingo con Casilda, una vecina del
mismo pueblo. La razón de que los personajes conozcan a
Pedro es algo que deberán decidir ellos con el Narrador:
quizás sea un pariente lejano, quizás trabajó para ellos (o
con ellos) hace años y se hicieron amigos, o puede que se
conozcan por asuntos de dinero. Sea como sea, ellos han sido
invitados y deberán preparar el viaje al pueblo de Ocaña para
ese domingo.
Ocaña, famoso por sus espléndidos vinos, es un pequeño
pueblo a unos 50 km al sur de Madrid y a unos 45 km al
noreste de Toledo. El viaje se realiza por caminos en no muy
buenas condiciones (como buena parte de la red de
carreteras de España en esa época), aunque están muy
transitados: tardarán una jornada completa en hacer el
trayecto desde Madrid, aunque ellos decidirán si lo hacen
andando, a caballo o en la galera, la cual pasa por las
cercanías en su camino hacia Sevilla1.
Sea como fuere, llegarán con tiempo a la ceremonia, que
tendrá lugar en la iglesia del convento de Santo Domingo. Allí
podrán felicitar al novio, alabar la belleza de la novia y
conocer al resto de invitados —campesinos y lugareños en su
mayor parte—, que se mostrarán particularmente felices,
1
Ver pág. 132 del manual de juego.
tanto por Pedro, al que consideran un hombre honrado,
trabajador y merecedor de la riqueza que ha amasado y de la
mujer a la que ha desposado, como por las fechas. Y es que
dentro de poco comienza la cosecha y podrán ganar algunos
reales extra para permitirse un capricho en sus casas.
Terminada la boda en la iglesia, los invitados y los novios
se dirigirán a la casa de Pedro, donde se celebrará el
banquete (la costumbre marca que el banquete nupcial tenga
lugar en casa de la novia, pero Casilda es huérfana) y allí los
jugadores podrán dar rienda suelta a la interpretación de sus
respectivos personajes, o al menos eso es lo que aconsejamos
encarecidamente al Narrador: se servirán ricas viandas
(capones de leche, costradas, ginebradas y conejo
emparedado), buenos vinos (sobre todo el de la localidad) y
muchas golosinas y dulces (como tortas de manjar blanco,
confites de guindas y bollos maimones). También disfrutarán
de una pequeña banda de músicos con sus tamboriles,
panderos y salterio, y podrán bailar de forma alegre y
desenfrenada danzas como la folía portuguesa, al ritmo de
las sonajas, o, más avanzada la fiesta —y una vez que se haya
marchado el señor cura—, la tórrida zarabanda.
En resumen, el momento propicio para que los personajes
se suelten la melena y utilicen esas habilidades sociales que,
por desgracia, se utilizan muy de cuando en cuando...
La Novillada
Como final de fiesta, Pedro Ibáñez ha hecho montar en el
patio de su casa una pequeña plaza para lidiar un novillo y ha
contratado a un par de “toreadores de banda”, profesionales
de la lidía que a cambio de un sueldo realizan todo tipo de
suertes y corridas. Así que cuando la fiesta comience a
decaer, Pedro ordenará a todos los criados que lleven a los
invitados al patio, donde podrán contemplar como los
“toreadores” le colocan cintas al novillo, esquivando en el
último momento los cuernos y las embestidas del animal.
Animados por los efluvios del vino de Ocaña y por sus
parejas, que les prometen “rendirse ante tan bravos
compadres”, algunos de los invitados más jóvenes también
saltarán al improvisado ruedo para intentar colgarle una cinta
al novillo. Si lo consiguen, además de recibir los aplausos del
resto de invitados y la promesa de un encuentro íntimo con
alguna mujer, estos “ventureros” (pues ese es el nombre que
se les da a estos atrevidos) pueden recibir alguna recompensa
en metálico, según lo buena o mala que haya sido la faena. Si
alguno de los personajes decide probar suerte con el novillo,
el Narrador puede simular la lídia con una tirada de ataque
por parte del novillo, seguida por una tirada de Esquivar por
parte del personaje (para apartarse a tiempo de la
embestida) y otra de Destreza para prender la cinta en el
lomo del animal.
Pero en un momento dado, llega la catástrofe. El novillo,
al intentar embestir a los toreadores, se topa con uno de los
improvisados burladeros de madera y lo destroza, llevándose
por delante a cuantos invitados tienen la mala suerte de
encontrarse en su camino. Cunde el pánico en el patio y la
gente se agolpa en las puertas, en un intento de alejarse lo
más posible del animal, que más asustado que embravecido,
se dedica a embestir a diestro y siniestro. Los personajes
pueden actuar como crean conveniente, ya sea para detener
la amenaza del novillo o para huir lo antes posible del patio,
pero hagan lo que hagan, será en este preciso instante
cuando haga acto de presencia, atravesando la puerta trasera
del patio, Don Fadrique, acompañado de dos de sus más
leales criados, Luján y Leonardo.
Don Fadrique es, aparte de caballero de Santiago (como
demuestra la cruz bordada en su negro jubón), uno de los
regidores del pueblo y vive en una mansión cercana a la de
Pedro. Precisamente se dirigía camino de su hogar cuando ha
escuchado los gritos procedentes del patio de su vecino, lo
que le ha hecho entrar y, al ver la situación, intenta detener
al novillo. Si los PJs están ya en la labor, Don Fadrique les
ayudará en todo lo que pueda, echando mano rápidamente al
cinto y desenvainando la ropera para meterle al animal varias
cuartas de acero toledano por el lomo, mientras sus criados
intentan, desesperadamente, detener al animal sujetándole
la cola (lo que puede dar lugar a bromas y chanzas una vez
terminada la tragedia). Si los PJs han decidido huir, podrán
ser testigos de como Don Fadrique le planta cara al bicho.
Una vez que el animal haya sido detenido (por las buenas
o por las malas), Pedro, que había ido a poner a buen
recaudo a su esposa, se acercará a los salvadores del
banquete: a los personajes le agradecerá enormemente lo
que han hecho (además, si éstos decidieron hacerle algún
regalo en metálico, él se lo devolverá diciendo que con lo
que han hecho está ya más que pagado). A continuación le
agradecerá el gesto a Don Fadrique, asegurándole que no
tiene forma alguna de pagar la enorme deuda que ha
contraido con él, y que de ahora en adelante tiene en él a un
amigo, a un compañero y a un criado para todo lo que
necesite. Don Fadrique le quitará hierro al asunto, ya que
cualquiera que fuera bien nacido y de sangre hidalga y vieja,
hubiera hecho lo mismo por hombre tan honrado como es
Pedro, al que conoce de oídas desde hace mucho y del que
nunca, que él sepa, se ha podido decir nada malo.
A continuación, Pedro le presentará a su esposa, Casilda,
a la que Don Fadrique besará en la mano, un gesto
desproporcionado, siendo ella villana y él caballero, pero que
el regidor zanjará con un “si la belleza fuera nobleza, debo
encontrarme ante una reina de España”, frase que sonrojará
a Casilda y levantará murmullos galantes y risas entre los
invitados. En este momento, los personajes podrán hacer una
tirada difícil de Espíritu: en caso de tener éxito, podrán
detectar cierto brillo en los ojos del regidor y un leve rictus
de lujuría en su semblante...
A continuación, el regidor se despide de los invitados y
abandona la casa.
Fin de Fiesta
Tras la fuga del novillo y el susto consiguiente, muchos
son los invitados que han decidido abandonar la fiesta y
regresar a sus casas, quedando únicamente en la casa los
novios, los personajes y los criados (alquilados) recogiendo
los restos del banquete. Pedro se dirigirá a los PJs y les
volverá a agradecer la valentía demostrada ante el novillo (si
la demostraron, claro), invitándoles a continuación a
quedarse en su casa para pasar la noche, si así lo desean, que
es lo bastante grande para que puedan dormir y descansar
con total tranquilidad. Además, así él podrá acompañarles al
día siguiente, ya que tiene que viajar a Madrid para realizar
un encargo a un pintor de la villa: una Inmaculada en lienzo
para la Cofradía de San Roque de Ocaña, de la que él es
mayordomo.
Así que terminada la fiesta, los personajes se retiran, lo
mismo que los novios, que deben consumar en el tálamo lo
que el cura no ha dejado dicho en la Iglesia...
Segundo Acto
Amor es Guerra
“Amor es guerra, y cuanto piensa, ardides.”
El Ardid del Regidor
Pedro y Casilda no serán los únicos que no dormirán todo
lo que conviene esa noche, ya que Don Fadrique, el regidor,
no puede conciliar el sueño y sólo distingue a ver en las
tinieblas de su cuarto el rostro de la bella Casilda. Su cuerpo
no dejará de retorcerse en su cama, acuciado por ardientes
deseos de lujuria. Y es que el regidor ha caido preso de las
flechas del dios Eros, a lo que no está acostumbrado
precisamente, sobre todo con una villana como es la mujer
de Pedro. Al llegar el alba, Don Fadrique, desaliñado y con
los ojos enrojecidos por la falta de sueño, toma una
determinación: debe poseer a Casilda, de la forma que sea,
para poder apagar ese fuego que lo reconcome por dentro.
Por eso, muy temprano manda llamar a Luján, uno de sus
criados. El regidor sabe que Pedro debe viajar hoy mismo a la
villa de Madrid para encargar la realización de un cuadro
(Don Fadrique forma parte también de la Cofradía de San
Roque, como buena parte de los artesanos y nobles de
Ocaña), así que le ordena a su criado que parta raudo hacia
Madrid, donde deberá contratar a un grupo de valentones —a
tantos como fuera menester— para que esperen a Pedro y al
grupo que le acompaña en determinada venta al sur de
Madrid, donde, simulando una pelea, deberán acabar con el
marido de Casilda para que así Don Fadrique tenga todo el
tiempo del mundo para “consolar” a su viuda.
Mientras Luján parte veloz hacia Madrid, Don Fadrique se
dirige junto a Leonardo, su otro criado, a casa de Pedro,
donde intentará retenerlo todo el tiempo posible en el
pueblo y así obligarle a pasar noche fuera de Madrid, en la
única venta de que dispone el camino desde Ocaña hasta la
villa…
Regalos de Boda
Poco después de amanecer, mientras Don Fadrique urde
su siniestro plan, los personajes se despertarán en casa de
Pedro, imaginamos que temprano ya que saben que deben
partir lo antes posible si no quieren que les pille la noche en
el camino. Nada más levantarse se les servirá un estupendo
desayuno —torreznos, letuario y aguardiente—. Una vez
acabado, y mientras preparan junto a Pedro las cosas que
llevarán para el viaje, incluyendo algo de cecina, queso y
agua para el camino, oirán como llaman a la puerta.
Se trata de Don Fadrique acompañado de Leonardo. Ha
venido a despedir a Pedro y a entregarle sus regalos de boda,
ya que como buen vecino que es no podría fallarles en hora
tan señalada. Se trata de dos mulas para Pedro Ibáñez y un
juego de arracadas (pendientes) para Casilda, hermosas y,
por el aspecto, igualmente caras (una tirada exitosa de
Comerciar les hará ver que son regalos caros, al menos para
la boda de un villano). Pedro, mudo de asombro, no tiene
palabras y a punto está de arrodillarse delante del regidor si
éste no se lo impidiera; el villano le promete fidelidad
eterna, la amistad de su familia, que no es nadie para
merecer semejantes regalos, y todo ese tipo de cosas que se
acostumbran a decir en estos casos, aunque multiplicados por
diez...
Don Fadrique, con un movimiento de mano, le dará poca
importancia ya que es lo menos que podría hacer por tan
buen vecino como amigo. A continuación, el regidor
comenzará a disertar un rato sobre los beneficios del
matrimonio y como ennoblece el alma del hombre y sujeta la
natural inclinación femenina hacia el mal. Pedro no tiene
más remedio que hacer pasar al regidor y a su criado al
interior de la casa para servirle un buen vino y agradecer de
esa manera la generosidad de Don Fadrique. Por cierto, los
personajes que asistan a esta charla podrán hacer una
confrontación entre su nivel de Detectar Mentiras y el Fingir
del regidor: si tienen éxito, detectaran la falsedad que
esconden las palabras de Don Fadrique, aunque no sabrán el
verdadero motivo que oculta su disertación.
Tras una hora u hora y media de charla, el regidor ha
conseguido su propósito: retrasar el viaje de Pedro y
obligarle a pasar noche fuera de la villa. Así que tras unas
breves despedidas, Don Fadrique regresa satisfecho a su casa
junto a Leonardo, y los personajes podrán comenzar su viaje.
Cabe la posibilidad de que los PJs decidan convencer a Pedro
y aplazar el viaje, pero éste se negará ya que empeñó su
palabra de acudir hoy a contratar el cuadro para la Cofradía y
debe hacerlo… Además, al día siguiente comienza la cosecha
y no podrá faltar a ella hasta dentro de, al menos, una
semana.
El camino a Madrid
El camino hacia la Villa y Corte transcurrirá de forma
tranquila y distendida. Los PJs pueden regresar a caballo, si
lo tuvieran, o a pie, y Pedro lo hará montado en mula, donde
también cargará algunas provisiones para el camino. El
problema llegará al anochecer, cuando descubran que gracias
a la distracción del regidor, la noche les sorprenderá
bastante alejados de la capital: es imposible que lleguen
antes de que se cierren sus puertas.
Por suerte para ellos, no mucho después de perder de
vista el sol, a un lado del camino vislumbran las luces de los
faroles de la Venta del Pozo, un edificio descuidado y viejo,
pero que es el único refugio que podrán encontrar en muchas
leguas a la redonda. Pedro pagará todos los gastos de esa
noche, ya que se considera el culpable del retraso y no está
dispuesto a que sus invitados gasten más de lo necesario.
Si se diera el caso de que los personajes hayan
conseguido, por un medio u otro, llegar a Madrid antes de la
caída del sol —han regresado todos a caballo y han forzado
sus monturas, dejaron plantado a Don Fadrique, ete—, o que
decidan no hacer noche en la venta, los valentones
contratados por Luján les asaltarán haciéndose pasar por
bandoleros en pleno camino y, aprovechando el robo, dejarán
seco a Pedro.
La Venta del Pozo
La Venta del Pozo hace mucho tiempo que dejó de ser un
edificio nuevo: las paredes enseñan más los ladrillos de
adobe que la cal que antaño la embellecía y las tejas están
ennegrecidas por el polvo y la suciedad. El complejo se
compone básicamente de la venta en sí, unos establos y un
patio de entrada (adornado por una higuera y por el pozo que
da nombre a la venta), rodeado todo por un muro de unos dos
metros y medio (si quereis haceros una idea, recordad esos
viejos capítulos de la serie de El Quijote en dibujos
animados).
Los personajes acompañados de Pedro llegaran poco
antes de que se cierren las dobles puertas de madera de la
venta. Si traen monturas, un mozo se ofrecerá a llevarlas al
establo donde se les cepillará y se les dará comida (bueno,
seamos sinceros: a no ser que los personajes vigilen al mozo,
este les dará un par de refriegas con un trapo sucio y les
pondrá la comida justa para que aguanten hasta llegar a
Madrid).
Una vez en el interior de la venta, y tras comprobar la
suciedad y mugre que cubre cada centímetro de este
venerable edificio, los personajes serán abordados por el
ventero que les preguntará que tipo de estancia desean para
pasar la noche, que pueden ser una individual, media con
limpio (o sea, una individual compartida entre dos) o
albergue (sala comunal). Tras decidirse el ventero les
preguntará si desean cenar: recordemos que las ventas tienen
prohibido vender comida, así que si los personajes quieren
comer algo más o menos decente tendrán que haber traido
ellos mismo la comida y dársela al ventero para que se las
prepare. Si no lo han hecho (ya sabemos que, en principio, se
suponía que debían llegar a Madrid esta misma noche), el
ventero sólo les puede ofrecer algo de pan y de vino
(cobrándole, naturalmente, un real por cabeza).
Bigotes y Roperas
Luján llegó hace varias horas a Madrid y tras un rápido
paseo por la Puerta de Guadalajara contrató a un grupo de
valentones para hacer el trabajo sucio de Don Fadrique. Una
vez reunidos, salió con ellos de la villa y se dirigió a la venta,
donde llegarán después que los personajes. Una vez allí,
Luján les da orden de acabar con, al menos, la vida de Pedro
Ibáñez simulando que se trata de un robo o una pelea; el
destino de sus acompañantes le es indiferente. Mientras
tanto, él esperará fuera de la venta para asegurarse de que
cumplen su cometido.
Así que cuando los personajes estén acomodados (es un
decir) en la venta, probablemente cenando en el comedor,
harán acto de presencia el grupo de valentones:
malencarados, bigotazos, roperas llenas de muescas y votos a
tal siempre en la boca. Son tantos comos personajes más dos
(uno por Pedro y otro para tener superioridad numérica) y se
sentarán no muy lejos del grupo de PJs, a los que no quitarán
ojo de encima (lo que pueden observar los personajes con
una tirada exitosa de Espíritu). Conforme vaya avanzando la
noche y el vino comience a calentarles la sangre y el ánimo,
empezarán a armar jarana, al principio entre ellos, luego
haciendo sonoras referencias a otros clientes de la venta y,
finalmente, soltarán algún insulto (velado o no) dirigido a
alguno de los personajes, uno de esos insultos que le
obligarán a proferir un “¡Voto a Belcebú!”, y echar mano
inmediatamente de la ropera... O puede que los personajes,
oliéndose que hay gato encerrado, se traguen la bilis, se
muerdan los labios y aguanten todo lo posible (aunque no
estaría de más que el Narrador le restara 1 punto de Honra al
personaje insultado, siempre y cuando tenga Honra,
naturalmente). Si es así, a los valentones no les quedará otro
remedio que entrar esa noche en la habitación de Pedro (la
comparta con alguien o no) y lo dejen seco con un par de
mojadas.
Pero si no es así, los valentones sonreirán al ver
levantarse al grupo de personajes y mientras acarician el
puño de las filosas los invitan a salir afuera, “donde el aire
refresca todavía y podrán hablar de lo quieran vuesas
mercedes sin molestar aquí al ventero y a su familia...”
En el patio de la venta, como se ha dicho antes, solo hay
un viejo pozo y una higuera medio seca, así que tendrán sitio
más que suficiente para dar y recibir todas las mojadas del
mundo, aunque la noche es cerrada y sólo iluminará la pelea
un pequeño candil sobre la puerta de entrada (lo que
concede a todos los participantes del combate una
penalización de –2 tanto a los ataques como a las defensas).
Y recordamos al Narrador que Pedro es el objetivo principal
del ataque, lo que puede mosquear un tanto a los personajes
si se dan cuenta que los valentones dirigen sus ataques
principalmente hacia él...
Por un puñado de reales
Suponiendo que Pedro siga con vida tras la escaramuza y
que consigan repeler más o menos bien el ataque del grupo
de jaques, pocas opciones tendrán para averiguar el
verdadero motivo de la riña y el ataque. Si alguno de los
atacantes es reducido y sigue con vida tras la contienda,
puede ser interrogado (o sea, tirada de Intimidación contra la
Voluntad del valentón), aunque sólo sabe que un tipo les ha
pagado a cada uno 40 reales (20 en mano y 20 tras el trabajo)
por atacar al grupo y acabar con un tal Pedro... Si consiguen
sonsacarle la descripción del individuo que les pagó, puede
que no les diga nada (recordemos que sólo han visto a Luján
una vez en su vida, durante el banquete de Pedro), aunque
una tirada difícil de Espíritu (normal para los personajes que
tengan la ventaja Buena Memoria) les permitirá relacionar la
descripción con la del criado de Don Fadrique. También le
podrán sacar que el hombre les esperaba fuera de la venta,
para cerciorarse de que habían cumplido su cometido y
pagarles entonces los 20 reales prometidos.
Si consiguen esta información y abren las puertas de la
venta, sólo alcanzarán a ver a un jinete que se pierde en la
lejanía por el camino que lleva a Toledo (y también a Ocaña),
aunque si salen de la venta de alguna forma más silenciosa
puede que tengan suerte y consigan atrapar a Luján. De
todas formas, querido Narrador, debes ponérselo difícil a los
personajes, al menos de momento, que tiempo tendrán más
adelante de ajustar cuentas con él...
Queda por tanto descansar el resto de la noche, para
poder llegar al día siguiente, muy de mañana, a Madrid,
donde los personajes podrán regresar a sus respectivos
hogares y Pedro, tras encargar al pintor Juan de la Corte en
la calle del Fuego la Inmaculada para su cofradía, podrá
regresar a Ocaña.
Mientras tanto, en Ocaña...
Pero mientras los personajes y Pedro viajan hacia Madrid,
Don Fadrique, desesperado y preso de la lujuría, no ha
podido aguardar la llegada de su criado. Esa misma noche,
aprovechando que Casilda está sola, acompañada únicamente
por Inés, una de sus primas, ha ordenado a su otro hombre de
confianza, Leonardo, que seduzca a Inés, consiguiendo de
esta forma la llave de la puerta trasera del patio de la casa.
Por tanto, mientras los personajes y Pedro se baten el
cobre en una vieja venta del camino de Madrid, Don Fadrique
se cuela en casa de su vecino y se dirige a la habitación de
Casilda. Prevenida como buena esposa que es, Casilda ha
cerrado la puerta de su estancia y aunque el regidor aporrea
la puerta y le ofrece oros y joyas como ninguna mujer ha
soñado nunca, la fiel esposa se niega a abrir y Don Fadrique
tiene que irse por donde ha venido, lleno su corazón de
resentimiento y jurando regresar pronto.
Tercer Acto
¡Oh, caña, la del honor!
“¡Oh, caña, la del honor!
Pues que no hay tan débil caña
como el honor, a quien daña
de cualquier viento el rigor.
Caña de honor quebradiza,
caña hueca y sin sustancia,
de hojas de poca importancia,
con que su tronco entapiza.”
Regreso a Ocaña
Ha pasado una semana desde que los personajes llegaron
a Madrid acompañando a Pedro, y si fueron con él a ver al
pintor sabrán que al día siguiente el labriego debería regresar
a Madrid para recoger su encargo (tuvo suerte ya el pintor
tenía una Inmaculada inacabada que sólo necesitaba algunos
retoques para terminarla). Por eso puede sorprenderles que
esa mañana se presente en su casa un mensajero que dice
venir desde Ocaña con una solicitud de Pedro Ibáñez: parece
ser que, por la amistad que antaño los unió (o por lo que sea
que una a los personajes con Pedro), el campesino vuelve a
requerir su presencia en el pueblo, a ser posible esa misma
tarde, ya que lo que desea decirles es urgente.
Es de suponer que salgan de inmediato de Madrid, para
poder llegar esa misma tarde, así que si no se entretienen, al
atardecer divisarán a lo lejos las primeras casas de Ocaña. Y
junto al camino, un hombre descansa a la sombra de un
enorme roble junto a una mula que pace tranquilamente
atada al árbol. Es Pedro y parece que les estaba esperando.
Cosas que han de venir
Tras los saludos oportunos, Pedro sacará de las alforjas
de la mula una bota de buen vino de Ocaña, algo de cecina y
queso, y les contará para lo que los ha requerido tan
urgentemente.
Como puede que sepan, Pedro debe regresar mañana a
recoger el cuadro que encargó a Madrid y deberá estar fuera
de su casa una noche, lo cual no le gusta nada, ya que ha
comenzado a atar cabos y a escuchar algunos rumores que
circulan por el pueblo (donde todo se sabe tarde o temprano,
como es natural): le escama la amabilidad y el
desprendimiento de Don Fadrique y teme que pueda atentar
contra la honra de su esposa. En el caso de que los
personajes se percataran la semana anterior de los
verdaderos intereses del regidor y avisaran a Pedro, éste
ahora les dará la razón, ya que en un principio no quiso creer
que pudieran ser verdad.
El campesino no puede dejar el viaje para más adelante
(estamos en plena cosecha de la vid y tiene que estar a pie
de obra junto a los jornaleros que ha contratado), y él es el
único que puede encargarse de recoger el cuadro (el pintor
sólo se lo dará a él, que es el que pagó por el trabajo, y
además Pedro dió su palabra ante la cofradía y no puede
ceder su puesto a nadie, por muy amigo que sea), así que le
pedirá a los personajes un favor: que se queden esa noche en
su casa y cuiden a su esposa. Creo que está de más recordar
al Narrador que, en el Siglo de Oro, dejar a la esposa al
cuidado de un extraño no es un asunto precisamente baladí y
demuestra la confianza que Pedro tiene en los personajes
(ahora, que éstos se la merezcan es otro asunto), lo que
significa que en caso de que acepten y den su palabra, todos
los personajes que tengan Honra pueden llegar a perder 3
puntos de Honra si Casilda es “afrentada”, ya que está bajo
su custodia2.
De ellos depende si se dan la vuelta y dejan a Pedro con
un palmo de narices, o si deciden ayudarle. Si optan por esta
última opción, y antes de que entren en Ocaña, Pedro les
contará porqué ha decidido esperarles fuera del pueblo: no
desea despertar sospechas en el regidor de sus temores, ya
que si de verdad está dispuesto a forzar a su esposa, como
teme, acudirá mañana por la noche... siempre y cuando
piense que dentro de la casa estará solo Casilda acompañada
de su prima Inés. Queda, por tanto, en manos de los
personajes la elaboración de algún tipo de plan que les
permita entrar en casa de Pedro sin ser vistos o sin despertar
sospecha alguna en el vecindario (que, como ya hemos dicho,
en los pueblos todo se sabe...). También pueden optar por
hacer rondas por el exterior de la casa.
El Plan del Regidor
Don Fadrique ha tenido toda una semana para pulir su
plan “de ataque”. En cuanto den mañana las campanas del
cercano campanario de Santo Domingo den las doce de la
noche, un grupo de músicos contratados por él y
acompañados de media docena de sus criados, comenzarán a
tocar músicas alegres delante de casa de Pedro. Con esta
distracción pretende sacar a Casilda de su dormitorio y
llamar su atención lo suficiente para que él pueda colarse
tranquilamente por la puerta trasera del patio, acompañado
de sus dos hombres de confianza, Luján y Leonardo.
Una vez dentro, Leonardo se llevará a la prima Inés a la
caseta de las herramientas y la “entretendrá” un rato con sus
encantos para que no moleste a su señor. El regidor y Luján,
mientras tanto, subirán al aposento de Casilda y si ésta no ha
salido a ver a los músicos, echarán entre los dos la puerta
abajo y Don Fadrique podrá, por fín, poseer a la buena de
Casilda.
Naturalmente, el plan no tiene en cuenta a los
personajes, siempre y cuando se lo hayan currado para entrar
en casa de Pedro sin despertar la más mínima sospecha en el
vecindario...
Llega la Noche
A la mañana siguiente, Pedro abandona su casa y se
despide de su esposa y de los personajes, recordándoles
antes la promesa realizada. El día pasará sin ningún
contratiempo y pueden aprovecharlo para conocer un poco la
casa de Pedro (ver Anexo) y preparar algún tipo de plan de
defensa.
Al llegar la noche, y justo cuando comienzan a sonar las
doce campanadas de la medianoche en Santo Domingo, los
personajes escucharán el sonido de las vihuelas y las flautas
2
Ver pág. 83 del manual de juego.
de los músicos contratados en la entrada principal de la casa.
Puede que esto los desconcierte y caigan, sin quererlo, en la
trampa que Don Fadrique le preparó a Casilda, lo cúal puede
Dramatis Personae
costarlos caro, ya que de ser así, Don Fadrique puede que se
percate de su presencia en la casa antes que ellos y actúe en Pedro Ibáñez
consecuencia. Si no se dejan engañar, pueden incluso Un villano honrado donde los haya...
emboscar al desprevenido regidor. • Destreza: 12
Si se entabla un combate dentro de la casa, Don • Espíritu: 10
Fadrique, como hombre de honor que es (muy peculiar, pero • Fortaleza: 13
de honor), sólo recurrirá a la ropera y a la daga con las que • Ingenio: 11
va armado, aunque Luján, como villano sin honor que es, • Reflejos: 11
puede tirar de gatillo y causarle algún quebradero de cabeza • Bríos: 12
a los personajes. Además, en cuanto empiece la trifulca, • Armas: Cuchillo 11/7 (+0)
tanto Leonardo, que es un verdadero mulo de carga, como los • Armadura: Carece.
criados que acompañan a los músicos escucharán el ruido e • Habilidades: Comerciar 12, Conducir Carro 12,
intentarán ayudar a su amo. Leonardo lo tiene más fácil, ya Liderazgo 11, Maña 14.
que probablemente se encuentre en el interior de la casa y
• Ventajas: Buena Reputación, Letrado, Riqueza
puede tardar unos pocos asaltos en hacer acto de presencia.
(Acaudalado).
Los criados, por el contrario, se encuentran en el exterior y
• Desventajas: Honor, Villano (Campesino).
tardarán más en llegar, pero lo harán igualmente (algunos
intentarán echar abajo la puerta delantera o la del establo, y
otros darán la vuelta para entrar por la puerta trasera del
patio, ya que conocen el método de entrada del regidor). Casilda
Esposa tan discreta como hermosa.
• Destreza: 11
Cae el telón • Espíritu: 12
Las cosas pueden acabar como el rosario de la aurora en • Fortaleza: 9
el combate final del módulo, y es que los personajes deberán • Ingenio: 12
tener en cuenta un detalle muy importante: Don Fadrique es • Reflejos: 11
regidor y caballero de la orden de Santiago (en términos de • Bríos: 11
juego, Posición Social 6) y si muere a consecuencia del • Armas: Carece.
ataque de los personajes, éstos puede que lo pasen bastante • Armadura: Carece.
mal, que la muerte de todo un caballero no es asunto que la • Habilidades: Artesanía (Textil) 11, Detectar Mentiras
justicia real vaya a perdonar así como así. Cabe la posibilidad 13.
de que Don Fadrique caiga a manos de un personaje con una • Ventajas: Belleza (Guapa), Buena Reputación.
Posición igual o superior a la del regidor (Posición Social 6 o • Desventajas: Lealtad (a Pedro), Timidez (Leve), Villano
mayor), en cuyo caso el asunto no tendría tanta (Campesina).
trascendencia (así son las cosas en esta sociedad, que le
vamos a hacer), aunque lo más conveniente para los
personajes sería dejar a Don Fadrique con vida o incluso
ingeniárselas para poder llevarlo ante la justicia, aunque te Inés
aviso desde ya que es un asunto difícil, sobre todo si los La prima descocada.
personajes son un hatajo de villanos e hidalgos • Destreza: 11
empobrecidos... • Espíritu: 11
De todas formas, como todo no van a ser malas noticias, • Fortaleza: 10
si consiguen repeler el ataque de Don Fadrique sobre Casilda, • Ingenio: 10
Pedro se mostrará enormemente agradecido con ellos. Les • Reflejos: 11
premiará con buenos regalos (cada personaje recibirá algún • Bríos: 11
objeto de calidad, como una buena ropera, algún pistolete o • Armas: Carece
pistola de fabricación exquisita, una silla de montar de cuero • Armadura: Carece.
labrado, incluso algo de dinero en metálico, aunque nunca • Habilidades: Charlatanería 13, Fingir 11, Sigilo 12.
más de 100 reales por barba...) y de ahora en adelante, • Desventajas: Pecadillos (Lujuría), Villano (Campesina),
Pedro se comportará con ellos como si fuera un Aliado Voluntad Débil (-2).
(Amigo)3, que aunque no es más que un villano, te
recordamos que ha conseguido enriquecerse lo bastante para
que se le considere Acaudalado (Nivel 6), y nunca está de
más tener amigos con algo de sonante en el bolsillo... Don Fadrique
Si alguien lo pregunta, la prima Inés fue expulsada de la El malvado regidor de Ocaña.
casa de Pedro al día siguiente. Algunos dicen que se la ha • Destreza: 13
visto como dama de medio manto en Madrid, pero ya • Espíritu: 13
sabemos que en los pueblos se dicen muchas cosas... • Fortaleza: 13
Por cierto, aparte de todo lo anterior, los personajes • Ingenio: 12
ganarán: • Reflejos: 14
• Por sobrevivir a la aventura: +1 PX. • Bríos: 13
• Si consiguen detener a Don Fadrique: +2 PX. • Armas: Ropera 16/12 (+3), Daga de Guardamano 13/10
• Si consiguen llevar a Don Fadrique ante la justicia: +2 (+1), Capa 14.
PX. • Armadura: Sombrero (1), Camisa Acolchada (2),
• Por intepretación o buenas ideas: +1/+2 PX. Guantes (1), Botas (1) y Capa (3).
• Habilidades: Cabalgar 15, Diplomacia 12, Etiqueta 12,
Fingir 15, Liderazgo 13, Seducción 14.
• Ventajas: Cargo (Regidor), Espadachín, Iniciativa,
Nobleza (Caballero), Riqueza (Acaudalado).
• Desventajas: Pecadillos (Lujuría), Sanguinario.
• Maniobras de Esgrima: Entrada, Esgrima con Espada y
Daga (+3), Finta, Parada Instintiva, Respuesta, Tajo de
Barrido, Trabar, Trabar con Capa.
3
Ver pág. 36 del manual de juego.
Luján Anexo: La Casa de Pedro Ibáñez
Criado servil y obediente. Como se ha dicho antes, la casa de Pedro se encuentra
• Destreza: 14 cerca del convento de Santo Domingo de Ocaña (e igual de
• Espíritu: 13 cerca de la mansión solariega del regidor Don Fadrique). El
• Fortaleza: 10 edificio no tiene muchos años, ya que fue construido con los
• Ingenio: 10 primeros ducados que consiguió reunir Pedro y a pesar de que
• Reflejos: 14 no deja de ser más que el hogar de un campesino, se dejan
• Bríos: 12 sentir la prosperidad de que disfruta la pareja: posee dos
• Armas: Daga 14/9 (+1), Pistola 13 (+2). planta, un patio trasero amplio, paredes encaladas con
zócalo de piedra, e incluso sargas bordadas adornando las
• Armadura: Camisa acolchada (1).
paredes.
• Habilidades: Cabalgar 15, Ratear 13, Recursos 12,
• 1 — Zaguán: Una sala de espera enfrente de la verja
Sigilo 16.
que da paso a la casa y cuenta con dos bancos corridos
• Ventajas: Agilidad, Sentidos Desarrollados (Oído +2).
de piedra en las paredes laterales.
• Desventajas: Fealdad (Insulso), Lealtad (a Don
• 2 — Aposento de Verano: Utilizado en época de más
Fadrique), Villano (Criado).
calor, es una estancia relativamente fresca, amueblada
con algunas sillas, una mesa central con candelabro,
Leonardo una alfombra de esparto trenzado y, junto a la pared,
Criado un tanto bestia... un pequeño bufete y un arcón.
• Destreza: 10 • 3 — Comedor: Esta habitación es bastante infrecuente
• Espíritu: 11 en las casas de la época, especialmente si tenemos en
• Fortaleza: 15 cuenta que la mesa no es desmontable (algunos amigos
• Ingenio: 10 de Pedro bromean con él preguntándole de que
• Reflejos: 10 monasterio lo ha robado, ya que es un mueble
• Bríos: 13 “frailero”). Alrededor de la mesa se disponen cinco
cillas y ambos lados, junto a la pared, una mesa para
• Armas: Espada Corta 13/9 (+4), Cuchilla de Matarife
colocar los platos venidos de la cocina y que no han sido
13/8 (+0).
todavía servidos, y, al otro lado, una cómoda donde
• Armadura: Camisa acolchada (1).
guardar la vajilla.
• Habilidades: Intimidación 16, Seducción 13.
• 4 — Cocina: Además de la gran chimenea rodeada por
• Ventajas: Belleza (Guapo), Fuerza de Voluntad (+2), un lado de ollas y por otro de leña, la cocina de la casa
Resistencia Física (Resistencia al Dolor). de Pedro tiene una mesa para preparar los platos, un
• Desventajas: Impulsivo, Lealtad (a Don Fadrique), lavadero (que se tiene que llenar con agua de una
Villano (Criado). fuente cercana), otra mesa para diversos cacharros y
utensilios y unos ganchos que sostienen algunos
Valentones alimentos (ristras de cebollas y ajos, cecina y
Jaquetones de la venta del Pozo. embutidos, principalmente).
• Destreza: 12 • 5 — Habitación de los Criados: Pedro no tiene criados
• Espíritu: 11 en su casa, así que esta habitación, que disponde de dos
• Fortaleza: 12 camas bastante anchas y sus arcones correspondientes,
puede servir de alojamiento a los personajes villanos o
• Ingenio: 9
hidalgos.
• Reflejos: 11
• 6 — Establo: El establo de Pedro sólo está ocupado por
• Bríos: 12
Legañosa, una borrica que sirve a Pedro para realizar
• Armas: Ropera 12/8 (+2)
cortos trayectos (de su casa a los campos,
• Armadura: Coleto de Cuero (2) y Sombrero (1). normalmente), aunque tiene sitio para más animales
• Habilidades: Callejeo 12, Habla de Germanía 8, (como pueden ser los de los personajes o los que Don
Intimidación 10. Fadrique le regala como presente de boda). Además, el
establo guarda un buen montón de heno, sillas de
Criados del Regidor montar y riendas, y un viejo carro en no muy buen
Hombres de confianza de Don Fadrique. estado.
• Destreza: 12 • 7 — Patio: Este es el patio trasero de la casa, donde se
• Espíritu: 10 celebrará la novillada durante la boda. Pedro quiere
• Fortaleza: 10 convertirlo en un pequeño huerto, pero todavía no ha
tenido tiempo de ponerse a la tarea, así que
• Ingenio: 9
actualmente sólo tiene dos árboles, un limonero y una
• Reflejos: 11
higuera. Al norte se construyó una casa para guardar
• Bríos: 10 herramientas del campo y por debajo una pequeña
• Armas: Garrote 14/7 (+0). casetilla donde se encuentra la letrina la casa. Por
cierto, que todavía tiene, apoyados en una pared, los
Novillo tablones que se utilizaron para cercar el patio en la
Ay torito, ay torito guapo... novillada.
• Destreza: 13 • 8 — Habitación de Respeto: Esta estancia es poco más
• Espíritu: 4 que un habitación de paso, adornada con algunas
• Fortaleza: 25 cómodas, una alfombra (en este caso tejida en algodón
y con motivos mitológicos: el no va más del gusto
• Reflejos: 8
artístico..., o eso le dijeron a Pedro cuando la compró)
• Bríos: 15
y un par de sillas.
• Protección: 0
• 9 — Habitación de Cumplimiento: En esta estancia
• Ataque: Pisotear 13 (+1), Embestir 13 (+2).
suele recibir Pedro a sus visitas (excepto cuando el
calor aprieta, en que lo hará en el aposento de verano).
Cuenta con dos sillones de brazos, un par de sillas
fraileras, un brasero para caldear la habitación, otra
alfombra de esparto trenzado, y un pequeño estrado
con cojines, donde Casilda se sienta como le
corresponde por ser la mujer de la casa. Adosadas a la
pared, una mesa y un pequeño gabinete.
• 10 — Habitación del Cariño: Como su propio nombre
indica, esta es el dormitorio de Pedro y Casilda, donde
no puede faltar una cama enorme, en este caso de
estilo portugués (con cabecero de hierro forjado y
cuatro largos pilares de madera en las esquinas que no
sostienen nada). A ambos lados de la cama, dos
pequeñas mesitas y justo enfrente un gabinete utilizado
por Casilda como tocador y, a su lado, un enorme
armario.
• 11 — Habitación de Invitados: Esta habitación es muy
parecida al dormitorio del matrimonio, aunque en este
caso la cama cuenta con dosel y colgaduras bordadas.
Puede servir de alojamiento a cualquier personaje
noble que participe en la aventura.
• 12 — Estudio: Pedro no suele utilizar esta estancia muy
a menudo, aunque sabe leer y escribir perfectamente.
Normalmente suele llevar sus negocios de forma muy
artesanal, aunque de cuando en cuando necesita
redactar alguna carta o documento. En la habitación
cuenta con una mesa con algunos papeles, tinta, pluma
y un candelabro. A su lado un brasero y junto a la pared
unas estanterías de madera medio vacías donde guarda
algún que otro libro, principalmente devocionarios de
su mujer y alguna que otra novela de entretenimiento
(como una primera edición de la primera parte del
Quijote...).