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Habla, que tu siervo escucha

Oración inicial

Me dispongo, Señor, a escuchar tu Palabra. Dame tu Espíritu para que la


pueda acoger y comprender. Que sepa estar atento a tus insinuaciones; me
dé discernimiento para saber qué me quieres decir, sinceridad y fuerza para
aceptarlo.

Lectura: ¿Qué dice el texto?

1Sa 3,1-10.19-21

 Después de la lectura, te preguntas: ¿Qué me dice el texto a mí?

En aquellos días el Señor no solía mostrarse en visión. El Señor se nos


muestra en el silencio y en “el espacio sagrado”. La presencia del Señor es
callada, humilde y cálida, como una lámpara encendida. Necesitamos “el
espacio sagrado”. ¡Es muy importante! Hay que buscarlo: sólo así
estaremos atentos a su llamada en cada momento.

Como Samuel vuelve una y otra vez donde Elí, este comprende que esta
insistencia era porque Dios se estaba manifestando.
Samuel es sincero al responder a Dios y por ello dice: Habla, Señor, que tu Da gracias
siervo escucha. Y no sólo en aquel momento, sino siempre.
Gracias, Señor, por todo lo que me has hecho ver en estos momentos de
 ¿En este retiro tienes suficiente silencio con tu Palabra. Dame constancia para meditar tu Palabra, y
disponibilidad para ponerte en camino? ayúdame a que, poco a poco, lo que contemplo se vaya haciendo realidad
en mi vida. Dame, Señor, sabiduría en el discernimiento, pero también
 ¿Haces en tu mente y corazón espacio y tiempo tranquilidad, calma, no precipitación ni distracción. Capacidad de dedicarle
para Dios?
tiempo para ti porque te necesito.
 ¿Tú estás disponible a la voz de Dios
Salmo 118 (Rezamos todas juntas)
ahora?... Escucha

Te invitamos a que repitas en tu interior una y otra vez: “Habla...Señor que


tu siervo escucha”. Es una oración breve, pero tiene que ir acompañada de Feliz el que camina en la voluntad del Señor.
un largo espacio de calma, de silencio interior. Y eso es lo que cuesta. Aunque los grandes se sienten a murmurar de mí,
Oración: tu sierva medita tus palabras; tus mandatos son mi alegría,
tus decretos me guían.
Ayúdame a mantener siempre esta disposición a escuchar tu
Palabra. Te expliqué mi camino, y me escuchaste:
¡Cuánto tiempo perdido en agitación inútil, cuántas oraciones rápidas enséñame tus mandamientos;
y llenas de palabras, que sólo hacen que impida escuchar Tu Voz instrúyeme en el camino de tus mandatos,
que me llama Señor!
y meditaré tus maravillas.

Apártame del camino falso,


y dame la gracia de tu voluntad;
escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos.
PARA LA QUE GUÍA LA ORACIÓN:

 En el primer momento de esta oración lees con atención el texto


bíblico que se te propone. Entra bien adentro de él y pregúntate:
¿Qué dice este texto en sí mismo? Fija la atención en cada una de
las palabras. El comentario bíblico te podrá ayudar a comprender
el sentido.

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