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En lo principal : Querella criminal.

Primer otrosí : Diligencias.


Segundo otrosí : Acompaña documento.
Tercer otrosí : Forma de notificación.
Cuarto otrosí : Patrocinio y poder.

Juzgado de Garantía de Santiago (7°).

Rodrigo Andrés Arancibia Moreno, abogado, con domicilio en calle Agustinas


n.°1357, oficina n.° 74, comuna de Santiago, en representación de don Daniel
Luitpold Aberl Pacheco, General de Ejército en retiro, domiciliado en calle Sancho
Panza n.° 1908, comuna de Las Condes, en causa RIT n.° 15900-2018, a Vuestra
Señoría respetuosamente digo:

De conformidad a los artículos 53, 55, 109 literal b), 111 y siguientes del Código
Procesal Penal, interpongo querella criminal en contra de todos quienes resulten
responsables como autores, instigadores, cómplices o encubridores del delito de fraude
al Fisco. Lo anterior, sin perjuicio de aquellos delitos que el Ministerio Público
acredite en el curso de la investigación que se detalla en el cuerpo de esta presentación,
sobre la base de los siguientes antecedentes:

1. Hechos.

Durante el período de febrero del año 2013 a diciembre de 2014, don Daniel Aberl
Pacheco se desempeñó como oficial superior jefe del departamento “Ingresos y
Egresos del Comando de Personal del Ejército (COP)”, siendo el encargado de las
contrataciones institucionales en sus diferentes modalidades, lo cual se desarrolla de
manera paralela a otros organismos institucionales con facultades para contratar de
forma directa, como el Comando de Salud, Comando de Bienestar, Comando de
Educación y Doctrina, entre otros.

Durante la primera quincena de diciembre de 2014, el Sr. Daniel Aberl se recibió como
Comandante del Comando de Personal del Ejército ascendiendo al grado General de
Brigada.

Al momento de asumir el cargo, entre el mes de diciembre del año 2014 y enero de
2015, tomó conocimiento que el Departamento II “Línea Carrera” del COP,

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departamento ajeno a contrataciones, tenía a su cargo la contratación especial de ex
aportantes de la FAM, aspecto desconocido totalmente por don Daniel Aberl, pues,
cuando se desempeñaba como oficial superior jefe del departamento “Ingresos y
Egresos del Comando de Personal del Ejército”, no tramitó contratación a honorarios
alguna relacionada con ex aportantes de la FAM, ni estaba en conocimiento que
dichos funcionarios tuvieran una calidad especial que conllevara a que sus
contrataciones fueran tramitadas por un departamento ajeno o especial respecto a las
contrataciones ordinarias.

Frente a tal situación, en su calidad de comandante del Comando de Personal, durante


este período se presentó ante su superior directo, General de División Luis Chamorro
Heilig –Comandante General de Personal del Ejército (CGP)– con la finalidad de
exponer esta modalidad especial de contratación, ya que, como se indicó, no se
encontraban dentro de la tramitación normal de las contrataciones a honorarios de la
institución.

En esta ocasión el General de División Luis Chamorro le indica que esta situación se
encuentra dispuesta institucionalmente, la cual viene desarrollándose hace muchos
años, señalando que tal procedimiento especial debe mantenerse, no obstante haberle
manifestado don Daniel Aberl sus aprensiones respecto de tal modalidad de
contratación de honorarios.

Ante tal anómala situación, y en vista de la falta de disposiciones claras y precisas que
garantizaran un adecuado cumplimiento de la legalidad vigente, tanto para este tipo
especial de contrataciones a honorarios como para cualquiera en el ámbito
institucional, con fecha 6 de marzo de 2015 don Daniel Aberl Pacheco dictó la
resolución COP I/1(P) Nº 1110/15103 por medio de la cual se establece una serie de
exigencia para la contratación de personal a honorarios, como también para el
cumplimiento efectivo de las labores contratadas, como requisito previo del pago
respectivo de remuneraciones.

Estas disposiciones las emitió en aras de la transparencia en la materia, aún cuando era
función propia de sus superiores jerárquicos, en cuanto entes directivos (CGP, DPE),
las cuales fueron de aplicación y difusión a nivel institucional. Esta medida
administrativa fue dispuesta aplicar a las contrataciones a honorarios vigentes para el
año 2015.

En efecto, el punto 2) de la resolución COP I/1(P) Nº1110/15103, señala “El Fiel


cumplimiento del Contrato y la efectiva prestación de los servicios, será fiscalizado por
la entidad que designe el comandante de la unidad, quien deberá visar el respectivo
informe mensual de desempeño”.

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Esta cláusula se incluyó en cada contrato de prestación de servicio a honorario,
constituyéndose en formato institucional obligatorio.

A raíz de esta medida, las respectivas unidades comienzan a ajustarse a lo dispuesto


por el oficio COP I/1(P) Nº 1110/15103 de 6 de marzo de 2015, especialmente en lo
relativo a las certificación del desempeño efectivo de los servidores a honorarios, a
través de un informe de desempeño que debía emitir el funcionario contratado, pues,
sin dicha certificación, no se procedería al pago de la remuneraciones, según esta
nueva normativa dictada.

Esta disposición de 6 de marzo de 2015, fue reiterada por el Comandante en Jefe del
Ejército con fecha 15 de octubre de aquel mismo año, mediante resolución comando
CJE CGP COP I/1(R) Nº 1040/109 “Dicta procedimiento y reitera disposiciones para
contratación a honorarios”, documento en cuya referencia n.º 2 cita expresamente el
oficio COP I/1(P) Nº1110/15103 de 6 de marzo de 2015.

Dentro de las situaciones anómalas que mi representado se percató al momento de


asumir como Comandante del Comando de Personal, se encontró que hasta el año
2014 concurría una comisión a la IV DE, Coyhaique, dos veces al año, a fin de
reunirse con los mandos y personal que sería contratado a honorarios. Situación a la
que le ordenó inmediato término por considerarla anómala, pues no había motivo ni
correspondía a una necesidad propia del servicio reunirse con personas que postulaban
a ser contratadas a honorarios.

Con fecha 23 de marzo del año en curso, y luego de algunas llamadas recibidas que no
contestó, don Daniel Aberl recibió el siguiente mensaje a través de Whatsapp de don
Felipe Cunich Mass, Auditor General del Ejército: “Hola Daniel. Espero estés muy
bien al igual que tu familia. Me interesa conversar personalmente contigo por un tema
específico. Cuéntame de tu disponibilidad. Un abrazo”.

A este mensaje el Sr. Daniel Aberl respondió con el siguiente “Hola Felipe, te estuve
llamando indícame a qué hora estás”.

Con fecha 2 de abril del año en curso, y luego de recibir una llamada del señor Felipe
Cunich, don Daniel Aberl recibe el siguiente mensaje “Mi Gral. A las 16:00 voy al
responso, saliendo lo llamo. Me parece buena idea la catedral castrense para juntarnos
y de ahí vamos a algún café si le parece. A lo cual respondió el señor Aberl “Ok estaré
atento a tu llamada”.

Durante la tarde del día 2 de abril de este año, don Daniel Aberl se reúne con el Sr.
Cunich Mas. En esta reunión, que se desarrolló en un café en la inmediaciones de la
estación de Metro Los Leones, el Audito General del Ejército le consulta si está al

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tanto del informe de la Contraloría relacionado con la FAM, a lo cual don Daniel
Aberl le contesta que no, señalando luego el Sr. Cunich Mas que el Ejército había
dispuesto la instrucción de dos sumarios administrativo, uno por las comisiones de
servicio y otro por los contratos a honorarios de ex aportantes del FAM, indicándole al
Sr. Daniel Aberl que esto es un tema meramente administrativo, que en su condición
de retiro no le afectaría en lo absoluto, por lo que le pide que asuma parte de la
responsabilidad administrativa, lo que sería muy bien visto por la institución y
recompensado con una futura recontratación. Para ello, el Auditor General del
Ejército confeccionaría una pauta con los puntos a declarar para estos fines.

Esta propuesta la rechazó de plano don Daniel Aberl, indicándole que no tenía porqué
asumir responsabilidades ajenas, por hechos generados y dispuestos por mandos
superiores con mucha anterioridad a mi asunción como Comandante del Comando de
Personal.

Hasta esta reunión con el Auditor General del Ejército, el señor Daniel Aberl
desconocía el informe de la Contraloría General de la República denominado
“Informe final de investigación especial n.° 745 de 2017 sobre eventuales
irregularidades en la devolución de los recursos de ayuda mutua (FAM) del Ejército de
Chile”, mencionado por el Sr. Felipe Cunich. A raíz de esto, recabó mayores
antecedentes, entre ellos copia de dicho informe de aquel órgano contralor,
percatándose que se observa que habría ciertos servidores a honorarios contratados que
no habrían desempeñado o prestado efectivamente los servicios contratados, y que
corresponderían a ex aportantes del FAM. Situación que desconocía absolutamente.

En lo pertinente, el “Informe final de investigación especial n.° 745 de 2017 sobre


eventuales irregularidades en la devolución de los recursos de ayuda mutua (FAM) del
Ejército de Chile” de la Contraloría General de la República señala:

A través del Portal Contraloría y Ciudadano, este organismo de Control recibió una
denuncia formulada con reserva de identidad, mediante la cual se informan eventuales
irregularidades en la devolución del denominado Fondo de Ayuda Mutua, en adelante
indistintamente (FAM), desde los años 2011 al 2016, para los funcionarios que
participaron y estaban inscritos para ahorrar en ese fondo, dependientes de la IV División
del Ejército de Chile, en adelante indistintamente IV DE, unida con cobertura en la
Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, lo que dio origen a una
investigación especial cuyo resultado se incluye en el presente documento.

Justificación.

La presente investigación se orientó a comprobar la veracidad de los hechos denunciados y


verificar si la devolución de los recursos particulares invertidos por los ahorrantes del

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FAM, fueron materializados de manera irregular, por parte de la IV División de Ejército.
Además, se justifica por el alto impacto y las grandes sumas de dinero involucradas.

Antecedentes de la denuncia.

El recurrente manifestó que en la IV División del Ejército de Chile existía un Fondo de


Ayuda Mutua, FAM; cuya operación habría culminado en el año 2010, pese a lo cual,
aún se le adeudaría al personal del cuadro permanente más de 800 millones de pesos.
Añade, que el Ejército de Chile ha estado efectuando la devolución de tales recursos,
mediante la emisión de boletas de honorarios por trabajos que no son realizados.
Asimismo, expone que a través de un documento denominado “orden de Comando”, al
menos dos veces al año, se dispone una comisión de servicios para efectuar
reconocimientos a unidades y cuarteles institucionales, los que en la práctica no se llevan a
cabo, procediendo de todos modos el pago de los respectivos viáticos.

Análisis.

De acuerdo con la información proporcionada por el Comando de Personal del Ejército de


Chile, en adelante COP, mediante oficio COP II/1d/1 (R) 1035/155, de 2016, el Fondo
de Ayuda Mutua – FAM, se conformó en el año 1950, a raíz de una iniciativa del
personal del cuadro permanente del Regimiento Aysén de la comuna de Coyhaique,
dependiente en ese entonces de la V División de Ejército de Punta Arenas, por lo que su
surgimiento no obedeció a una atribución normativa o de bienestar de esa dependencia
que le permitiese regular sus aspectos básicos de funcionamiento, motivo por el cual este
operó de manera informal y particular, conforme a los acuerdos tomados por quienes
voluntariamente se afiliaron al mismo.

El principal objetivo de dicho fondo era la creación de un sistema de ayuda solidaria entre
quienes lo conformaban, en consideración a las condiciones de aislamiento que tenía el
personal militar que labora en ese división, y así mismo, dadas las altas remuneraciones
percibidas por trabajar en esa zona, estableciéndose un descuento voluntario mensual de
un determinado monto de dinero para contribuir al fondo solidario, a través de sus
planillas de remuneraciones, accediendo a sus beneficios aquellos que solo se suscribía al
FAM.

En dicho contexto, los mencionados aportes privados de los ahorrante buscaban el


sostenimiento del mismo y la prestación de diversos beneficios a sus afiliados, entre ellos,
la recuperación de los recursos al momento de retirarse de la institución y/o también, al
ser destinados a otra división del Ejército de Chile.

A su vez, el COP manifestó que en el año 1964, con el fin de que existiese una regulación
básica que permitiera a sus integrantes transparentar el funcionamiento del sistema y

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publicitar los beneficios que se concedían a los ahorrantes, quien ejercía el cargo de
Comandante del Regimiento de Aysén en ese momento, dispuso el nombramiento de una
comisión, compuesta por los Suboficiales a cargo del casino de esa división, los que debían
regular el funcionamiento del fondo y rendir cuenta, considerando que estos aportes eran
voluntarios. Así, se encargó dicha labor a funcionarios del servicio, en circunstancias de
que, en su esencia, el Fondo de Ayuda Mutua era de naturaleza privada al encontrarse
conformado por los recursos de aquellos empleados que voluntariamente cotizaban en él, y
que este fue creado por iniciativa de los mismo, y no por constituir una instancia de
bienestar o seguridad social del Ejército, ni regulada por las disposiciones que lo rigen. En
este sentido, atendido que el FAM no constituía un fondo reconocido por el Ejército ni
contemplado en las leyes que norman sus distintas funciones, éste se regulaba por lo que
establecían sus propios miembros.

De acuerdo con lo informado por el mencionado comando, en el año 1968 se creó un


reglamento interno del FAM –del cual no consta mayores formalidades– que establecía la
conformación de una Asamblea General y una Directiva, compuesta por los Suboficiales
más antiguos, quienes tomaban las decisiones sobre el destino de los recursos, regulando
además temas administrativos tales como la forma de recaudarlos, y posteriormente la
manera entregarlos a cada beneficiario.

Luego, añade que en el año 1991, se aprobó un nuevo reglamento del fondo, en don se
estableció el ingreso obligatorio de todo el personal del cuadro permanente que llegase
destinado a la IV División, situación que se mantuvo hasta el año 2001, en que se
determinó regresar al carácter voluntario. Al respecto, cabe señalar que, tratándose de un
fondo formado por los aportes de sus funcionarios, es decir privados, no poseyendo
regulación legal ni reglamentaria y siendo el objeto del mismo la ayuda mutua entre ellos,
a tendida las condiciones de aislamiento vividas en razón del lugar de desempeño de sus
funciones, no resultó procedente que, por medio de un reglamento interno de la IV DE, se
obligara a sus trabajadores a formar parte de él (aplica criterios contenidos en los
dictámenes números 24.280 de 2007, 14.911 de 2014 y 57.424 del 2009, todos de este
origen).

Además, el Comando de Personal del Ejército manifestó que en los años subsiguientes a la
creación del reglamento, el FAM comenzó a evidenciar una inevitable crisis, originada
fundamentalmente por la reducción progresiva de los recursos ingresados al fondo,
causada por diversos factores, tales como el hecho de que el personal que se acogía a retiro
recibía un ahorro muy superior al aportado; el envejecimiento de los integrantes de esta
división, lo que implicó un considerable aumento en los pagos realizados a dichos
ahorrantes; así como la destinación del personal del cuadro permanente de la IV DE; y el
término de la obligatoriedad de pertenencia al fondo, todo lo cual provocó que el citado

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sistema de ahorro se fuera haciendo insostenible en el tiempo y culminase en un inevitable
quiebre financiero, lo que derivó en que en el año 2006, el Comandante en jefe de la IV
DE dispusiera el cierre de las incorporaciones a este fondo.

En cuanto a que los ahorrante del fondo de ayuda mutua no habrían recurado la
totalidad del dinero aportado una vez ocurrido el cierre de éste en el año 2006, la entidad
auditada reportó un saldo pendiente a esa data de $ 967.000, los cuales se encontraban
registrados en el centro de costos denominado “Ayuda Mutua”, registro asociado a la
cuenta corriente N° 84300011291, del Banco del Estado de Chile, correspondiente a los
fondos internos de la IV DE.

Atendido lo anterior y consultado al efecto, por intermedio del oficio COP II/1d/1 (R) N°
1035/201/CGR, de 6 de septiembre de 2017, el Comando de Personal manifestó a esta
Contraloría General, que la IV DE procedió a la devolución definitiva de los saldos
pendientes que mantenía registrados en el mencionado centro de costo, distribuyendo a
cada uno de los integrantes acreedores, montos que iban en relación a los $ 1.000 y $
2.000.

No obstante lo anterior, no fue posible validar lo informado, pues tras solicitar a la IV DE


la documentación de respaldo del pago de las cifras antes señaladas, dicha unidad militar
no aportó antecedentes que dieran de tales desembolsos.

En relación al registro contable del centro de costo “Ayuda Mutua”, la Dirección de


Finanzas del Ejército informó, a través del oficio DIFE C/1 (P) N° 10.540/80/CGR, de
11 de septiembre de 2017, que conforme a lo indicado en el oficio OF CJE COTRAE (R)
N° 10.670/10, de 22 de mayo de 2017, se autorizó la última incineración de las cuentas
valores de los fondos internos, correspondientes hasta el año 2011, lo que impidió
acreditar el mencionado registro contable.

Por otro lado, en relación al historial de ahorros del Fondo de Ayuda Mutua al 31 de
diciembre de 2016, el Comandante en Jefe de la IV DE, a través del oficio IV DE DCI
(R) N° 6.115/540.000/85, de 29 de diciembre de 2016, remitió a la Contraloría Regional
de Aysén, el detalle de los montos recaudados por los afiliados al FAM, desde su inicio en
el año 1950, que totalizó la suma de $ 2.994.617.725, correspondiente a un total de 582
ahorrantes, de los cuales a 461 se les restituyó un monto total de $ 2.817.898.603,
faltando por devolver a esa data el monto de $ 176.719.122, que se compone de 121
apostantes.

A su turno, mediante el oficio IV DE DCI (R) N° 1.035/488, de 2016, la máxima


autoridad de la IV DE, informó que en el año 2008, EL COMANDANTE EN JEFE
DEL EJÉRCITO DE CHILE DIO INSTRUCCIONES AL DIRECTOR DE
PERSONAL DE LA ÉPOCA, PARA BUSCAR SOLUCIONES TENDIENTES A

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RESARCIR EN ALGUNA FORMA EL CESE DE LOS FONDOS EN CUESTIÓN.
Seguidamente, es dable indicar que el COP expresó por medio del oficio COP II/1ª/1 (R)
N°1035/201/CGR, no poseer un respaldo documental de la emisión de dicha directriz.

En este sentido, durante la indagatoria realizada por personal de esta Contraloría


General, se advirtió que efectivamente, y como una manera de resarcir el supuesto daño
causado a los funcionarios y ex funcionarios a quienes no se les devolvió los recursos
ahorrados en el FAM, el Ejército recurrió al pago de viáticos y de honorarios, como se
analizará en el capítulo II del presente informe.

II Examen de la materia investigada.

1. Gastos por concepto de viáticos pagados por comisiones de servicio en el país a


personal activo, ex aportantes del FAM.

Se acreditó que durante los años 2015 y 2016, la IV De pagó un total de $ 122.761.650,
por concepto de viáticos derivados de comisiones de servicios efectuados dentro del país, en
las localidades de Chaitén, Santa Lucía y Villa O’Higgins, por un período de 5 a 20 días
como máximo, a 90 funcionarios del cuadro permanente de esa unidad, que fueron
aportantes del FAM.

Dichas comisiones de servicio fueron financiadas con remesas extraordinarias provenientes


de la Dirección de Finanzas del Ejército de Chile, DIFE, con cargo al centro de costo del
“Plan de Cultura y Clima Organizacional”, ítem 21-01-004, “Comisiones de Servicio del
País”, y pagadas posteriormente por el Departamento de Finanzas de esa IV DE, a través
de la cuenta corriente N° 84309052438, del Banco del Estado de Chile, de nombre Fondos
Presupuestarios.

Respecto de la ejecución de las precitadas comisiones de servicios en el país, por parte del
personal del cuadro permanente de la IV DE, durante los años 2015 y 2016, al comisión
fiscalizadora de la Contraloría Regional de Aysén, solicitó las bitácoras de los vehículos
institucionales utilizados para llevar a cabo tales cometidos, de tal forma de validar el
desplazamiento del personal a las localidades ya citadas; sin embargo, dicha unidad
militar no proporcionó las carillas de control de esos vehículos, motivo por el cual no pudo
acreditarse el uso de los mismos y la efectiva realización de las comisiones de servicio.

Cabe anotar que los cometidos en cuestión fueron dispuestos por medio de resoluciones
exentas del Comandante en Jefe de la IV DE, y órdenes diarias de la Compañía Logística
Divisionaria N° 4 Coyhaique, para las localidades antes citadas, determinándose la
utilización de vehículos proporcionados por la referida compañía.

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2. Pagos por concepto de prestaciones de servicios a honorarios por parte de ex
aportantes del FA.

Se determinó que la Tesorería del Ejército de Chile, desembolsó durante los años 2015 y
2016, dineros por concepto de pago de contratos de prestación de servicios sobre la base de
honorarios, en forma centralizada y a nivel nacional, por un monto total de
$3.053.147.027, dentro de los cuales $ 56.900.094 correspondían a pagos asociados a 19
uniformados en retiro, contratados en su momento por la IV DE, pertenecientes al cuadro
permanente que formaron parte de los ex ahorrantes del Fondo de Ayuda Mutua.

En este sentido, se confirmó que el desembolso realizado por el Ejército de Chile, por la
suma de $ 56.900.094, por concepto de honorarios pagados sobre la muestra descrita, fue
financiado con recursos del presupuesto del Ejército de Chile, utilizado para ello la cuenta
corriente N° 9017909, del Banco del Estado de Chile, denominada Recursos
Presupuestarios N° 5.

A su vez, a modo de comprobar la efectividad de los pagos realizados por este concepto,
personal de este Organismo de Control entrevistó a 4 funcionarios en retiro, contratados
posteriormente a honorarios, quienes, a través de declaraciones ratificaron que la
devolución de los fondos adeudados por el FAM, se materializó por medio de la prestación
de servicios a honorarios durante el período examinado.

Por otra parte, en declaraciones prestadas los días 12 y 01 de diciembre de 2016, el


personal administrativo que participaba del proceso de contratación a honorarios en la IV
DE, Coyhaique, a saber, el suboficial Edson VLadimir Valdebenito González, Jefe de
Plana Mayor del Departamento Primero de Personal de la IV DE y la señora Alejandra
Gabriela Silva Durán, Sargento 2° de la Plana Mayor de la Sección I de la Jefatura de
Apoyo Logístico, de la IV DE, señalaron que una de las vías de devolución de los dineros
adeudados a los afiliados del FAM, era a través de la prestación de servicios a honorarios.

Ahora bien, en cuanto a la acreditación de la ejecución del trabajo por parte del personal
contratado a honorarios, esta Contraloría General examinó los 19 informes de desempeño
exigidos en los aludidos contratos, constatando que éstos no contaban con la necesaria
visación del jefe de la unidad, quien debía validar las labores realizadas, conforme lo
indica la cláusula “Convenio”, de los aludidos contratos de prestación de servicios a
honorarios, la cual estipulaba que “… el fiel cumplimiento del contrato y la efectiva
prestación de los servicios, será fiscalizado por el Jefe de Estado Mayor, y Comandante del
Cuartel General de la IV DE, quien deberá visar el respectivo informe mensual de
desempeño.

A su vez, de la revisión de los citados informes de desempeño, se detectó que en 18 de ellos,


la firma consignada en los mismos, no coincidió con la firma que registraban los contratos

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de prestación de servicios de cada funcionario en retiro, por lo que no es posible determinar
si el prestador del servicio fue efectivamente la persona contratada.

Por otro lado, se advirtió la similitud entre los sucesivos reportes mensuales emitidos por
los distintos trabajadores contratados a honorarios y, además, que éstos no presentaban
un detalle de las actividades realizadas, conteniendo descripciones genéricas tales como
“Controlar los cargos de la Unidad”; “Actualizar los listados de las autoridades
regionales”; “revisión de boletines” oficiales de la IV DE”; “Efectuar coordinaciones con
la Ilustre Municipalidad de Coyhaique”; “Encargado de tramitar facturas”; “Encargado
de elaborar archivo pasivo”; “Realizar cotizaciones”, por lo que dichos documentos, no
constituyen un respaldo de la ejecución de la labor encomendada.

Conclusiones.

…En atención a que los hechos expuestos en el presente informe podrían revestir
características de delito, se remitirán los antecedentes de esta investigación al Ministerio
Público para los fines consiguientes.

A raíz de estos hechos, el Consejo de Defensa del Estado interpuso querella criminal
ante el Juzgado de Garantía de Coyhaique, la cual dirigió en contra de 26 ex
integrantes del Ejército, incluido don Daniel Aberl Pacheco. Investigación criminal
que paralelamente llevó la Cuarta Fiscalía Militar de Coyhaique, la que finalmente se
declaró incompetente, remitiendo los antecedentes al Juzgado de Garantía de
Coyhaique.

La querella criminal interpuesta por el Consejo de Defensa del Estado, fuera de


desatender la orgánica institucional del Ejército (llegando a momentos a confundir la
función del Comandante de Personal del Ejército con las funciones del Comandante de
General de Personal), obvia deliberadamente dirigir la investigación penal hacia la
determinación de cuáles oficiales idearon esta modalidad de defraudación para
pagar a funcionarios que se vieron afectados por el FAM, pasando por alto incluso
lo señalado en el informe de la Contraloría General en cuanto que “el Comandante
en Jefe del Ejército de Chile dio instrucciones al Director de Personal del Ejército
(DPE) de la época, para buscar soluciones tendientes a resarcir en alguna forma el
cese de los fondos en cuestión”, instrucción que se habría mantenido y seguido por el
alto mando institucional desde, al menos, el año 2008.

Hasta el momento, tanto el Consejo de Defensa del Estado como el Ministerio Público
pasan por el alto que la Dirección de Finanzas del Ejército depende orgánicamente del
Jefe del Estado Mayor General del Ejército, quien a la fecha de los años actualmente
investigado era don Ricardo Martínez Menanteau, actual Comandante en Jefe del

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Ejército, por lo que cada uno de los pagos cuestionados como fraudulentos
probablemente estaban en conocimiento de esa autoridad.

Por lo demás, la parcialidad de la intervención fiscal queda de manifiesto en apartar de


la investigación el hecho de que algunos de los ex aportantes FAM fueron contratados
en el centro clínico de Coyhaique y en la zona de Bienestar de esta misma ciudad,
dependientes del Comando de Salud del Ejército y del Comando de Bienestar del
Ejército, respectivamente, organismos que contratan directamente a través del
Comandante de Salud del Ejército y a través del Comandante de Bienestar del
Ejército; sin considerar que algunos de los ex aportantes del Fondo de ayuda Mutua
afectados, como es obvio, ya no se encontraban residiendo en la ciudad de Coyhaique
al momento de ser resarcido a través de estos procedimientos, los cuales debieron ser
contratados y pagados por otras divisiones del Ejército.

Así, resulta tendenciosa la querella criminal del Consejo de Defensa del Estado, la cual
solo se dirige contra 26 funcionarios del Ejército, entre ellos don Daniel Aberl, un
destacado General de la República que trabajó de manera ejemplar para el Ejército de
Chile, permitiendo su labor como Comandante del Comando de Personal del Ejército
sanear el enorme déficit fiscal que existía para finales del año 2014, lo que se
materializó a través de regulaciones que, en lo principal, impidieron la contratación de
personal con sueldos excesivos –los que incluso en algunos casos superaban la
remuneraciones de Generales activos–, dificultaron la contratación de familiares y
cercanos a altos oficiales y, lo que no se ha dicho por ninguno de los intervinientes,
permitieron que se descubriera los pagos irregulares asociados a ex aportantes de la
FAM, pues, las regulaciones del General Daniel Aberl fueron las que obligaron
modificar los contratos de los honorarios y las que obligaron a que se emitieran las
respectivas certificaciones de desempeño como requisito de pago. Siendo estas
certificaciones falsas la que sustentan, en gran parte, la investigación criminal.

2. Derecho.

Los hechos narrados dan cuenta que nos encontramos frente a un delito de fraude al
Fisco, el cual se encuentra tipificado en el artículo 239 del Código Penal en los
siguientes términos:

El empleado público que en las operaciones en que interviniere por razón de su cargo,
defraudare o consintiere que se defraude al Estado, a las municipalidades o a los
establecimientos públicos de instrucción o de beneficencia, sea originándoles pérdida o

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privándoles de un lucro legítimo, incurrirá en la pena de presidio menor en sus grados
medio a máximo.

En aquellos casos en que el monto de lo defraudado excediere de cuarenta unidades


tributarias mensuales, el juez podrá aumentar en un grado la pena señalada en el inciso
anterior.

Si la defraudación excediere de cuatrocientas unidades tributarias mensuales se aplicará


la pena de presidio mayor en su grado mínimo.

En todo caso, se aplicarán las penas de multa del diez al cincuenta por ciento del perjuicio
causado e inhabilitación absoluta temporal para cargos, empleos u oficios públicos en sus
grados medio a máximo.

La mejor interpretación de la disposición citada, como bien señala Juan Pablo


Mañalich, “es la que lleva a conceptuar el fraude al fisco como un delito de
administración desleal del patrimonio público; o más precisamente: de gestión desleal
del patrimonio público. Aquí son muchas las cuestiones que aún necesitarían ser
elucidadas, desde ya la pregunta de si las dos modalidades de administración desleal
que suelen ser diferenciadas en la discusión comparada —ante todo en referencia al
§266 del Código Penal alemán—, a saber, la variante de abuso de una facultad de
administración o disposición y la variante de sola deslealtad en la gestión de los
negocios de otro, pudieran reclamar relevancia típica bajo el art. 239. De cualquier
modo, a favor de la tesis del fraude al fisco como delito de administración desleal habla
decisivamente la circunstancia de que ella hace posible dar cuenta de su tipificación
como un delito de mero perjuicio patrimonial, y no como un delito de
aprovechamiento (o enriquecimiento) patrimonial, que es lo que tendría que predicarse
del fraude al fisco, empero, si se lo entendiera como una estafa especial. Esto, al menos
en tanto el carácter de delito de aprovechamiento propio de la estafa se entiende
subjetivamente expresado a través de la exigencia típica de un específico ánimo de
lucro, exigencia a favor de la cual no cabe reconocer argumento alguno tratándose del
delito tipificado en el art. 239 del Código Penal. Lo cual vuelve más fácil, a su vez, dar
cuenta de la manera en que el injusto del fraude al fisco se corresponde con una
vulneración del principio de probidad, en tanto estándar para el desempeño de la
función, consistente en la falta de fidelidad en la gestión del patrimonio público, que
no necesita en modo alguno coincidir con la pretensión de la obtención de alguna
ventaja patrimonial correlativa” (Mañalich Raffo, Juan Pablo. “La malversación de
caudales públicos y el fraude al fisco como delitos especiales”. En: Polít. crim. vol.7
no.14 Santiago 2012).

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El delito de fraude al Fisco, como sostiene Etxebarría Zarrabeitía, “tiende a la
protección del correcto desempeño de la función pública, interés que, según la
doctrina mayoritaria, resulta lesionado cuando el funcionario no cumple con el deber
de velar por los intereses patrimoniales del Fisco, de acuerdo con criterios de
economía y eficiencia, vulnerando con ello, alternativamente, los principios de
objetividad, imparcialidad y transparencia que han de presidir en el ejercicio de los
cometidos estatales”.

Al respecto, la Excelentísima Corte Suprema ha sostenido que “si bien no se distingue


en la norma punitiva las formas de actuación ilícita en este delito, debe concurrir
siempre el engaño, el abuso de confianza o el incumplimiento de deberes (rol
n.°29.891-2014, considerando 25°). “Además de la connotación evidentemente
patrimonial, desde que se exige provocar un perjuicio, el que es obtenido mediante un
engaño, que no tiene las mismas exigencias que para ello exige el delito de estafa,
pudiendo provenir del incumplimiento de los deberes funcionarios, en un sentido
amplio, consistiendo en cualquier artificio defraudatorio, y que solo debe ser el medio
por el cual se causa la pérdida patrimonial. […] los sentenciadores restringieron –con
infracción de ley- los límites del verbo rector de la norma ya citada, toda vez que no
exige especial mecanismo de engaño, debido precisamente al carácter de delito
especial, desde que sólo pueden ser cometidos por funcionarios públicos, y que en el
caso de autos se acredita que faltaron a su deber de probidad que correspondía al
ejercicio de sus funciones […]” (rol n.° 2.804-2006, considerandos segundo y décimo
cuarto).

De lo señalado, el sujeto activo de esta figura delictual es el funcionario público, el


cual, de conformidad al artículo 260 del Código Penal, “[…] se reputa empleado todo
el que desempeñe un cargo o función pública, sea en la Administración Central o en
instituciones o empresas semifiscales, municipales, autónomas u organismos creados
por el Estado o dependientes de él, aunque no sean de nombramiento del Jefe de la
República ni reciban sueldo del Estado. No obstará a esta calificación el que el cargo
sea de elección popular”.

Pero no se exige que pertenezca al mismo ente defraudado, sino que basta con que
deba intervenir en el proceso. Ha de tratarse de un empleado público que debe
intervenir por razón de su cargo, esto es, que tiene competencia para participar en
ciertas operaciones (Rodríguez Collao, Luis y Ossandón Widow, María Magdalena.
“Delitos contra la función pública. Ed. Jurídica de Chile, 2015. p. 417).

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De esta manera, los presupuesto del delito de fraude al Fisco son: a) la condición de
funcionario o empleado público del sujeto activo, b) una operación como objeto
material determinado, y c) que la operación sea realizada por una intervención del
sujeto activo en razón de su cargo.

2.1 De la participación.

Conforme a los hechos relatados en el cuerpo de esta presentación, existe una clara
participación de funcionarios del Ejército de Chile, quienes ordenaron el pago a los
afectado por el Fondo de Ayuda Mutua a través de un procedimiento de
contrataciones de trabajadores honorarios, quienes en definitiva no prestaban los
servicios de manera efectiva, y a través de comisiones de servicios que en realidad no
eran realizdas, decisión que estaría instruida por parte del alto mando institucional
(informe de la Contraloría General señala al Comandante en jefe del Ejército y al
Director de Personal), como también instruida por divisiones como la Dirección de
Finanzas del Ejército (DIFE), la cual depende orgánicamente del Estado Mayor
General del Ejército (EMGE), procedimiento ejecutado por otros oficiales y
suboficiales y clases, al menos desde el año 2008, a quienes les cabe participación en
calidad de autores, cómplices y/o encubridores de conformidad al artículo 15 n.° 1 del
Código Penal, del delito de lesiones previsto en el artículo 397 del Código Penal.

2.2 Medios de prueba.

Esta parte querellante se valdrá en este procedimiento de todos y cada uno de los
medios de prueba que le franquea la ley para acreditar el ilícito por el cual se presenta
la presente querella.

2.3 Legitimidad activa.

De conformidad al inciso segundo del artículo 111 del Código Procesal Penal, […]se
podrá querellar cualquier persona capaz de parecer en juicio domiciliada en la provincia, respecto
de hechos punibles cometidos en la misma que constituyeren delitos terroristas, o delitos cometidos

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por un funcionario público que afectaren derechos de las personas garantizados por la
Constitución o contra la probidad pública.

Teniendo don Daniel Aberl domicilio en la provincia y motivándose esta acción


criminal en hechos que constituirían delito que afecta la probidad pública, los cuales
habrían sido cometidos por funcionarios públicos, esta parte querellante detenta la
facultad para interponer la presente querella.

2.4 Competencia.

Según el informe final de investigación especial n.° 745 de 2017 de la Contraloría


General de la República, los antecedentes dan cuenta que el Comandante en Jefe del
Ejército de Chile de la época, dio instrucciones al director de personal para buscar
soluciones tendientes a resarcir en alguna forma el cese de los fondos en cuestión. A
partir de esta orden, al interior del Comando General de Personal del Ejército, de la
Dirección de Finanzas del Ejército y del Estado Mayor General del Ejército se habría
gestado una fórmula fraudulenta para resarcir con patrimonio fiscal a los afectados por
el Fondo de Ayuda Mutua, por medio de un procedimiento de contrataciones de
trabajadores honorarios, quienes en definitiva no prestaban los servicios de manera
efectiva, y a través de pago de comisiones de servicios no realizadas.

A su vez, algunos de los ex aportantes FAM fueron contratados en el centro clínico de


Coyhaique y en la zona de Bienestar de esta misma ciudad, dependientes del
Comando de Salud del Ejército y del Comando de Bienestar del Ejército,
respectivamente, organismos que contratan directamente a través del Comandante de
Salud del Ejército y a través del Comandante de Bienestar del Ejército; sin considerar
que algunos de los ex aportantes del Fondo de ayuda Mutua afectados, como es obvio,
ya no se encontraban residiendo en la ciudad de Coyhaique al momento de ser
resarcido a través de estos procedimientos, los cuales debieron ser contratados y
pagados por otras divisiones del Ejército.

Tanto el Comando General de Personal del Ejército, la Dirección de Finanzas del


Ejército y el Estado Mayor General del Ejército, como el Comando de Salud del
Ejército y el Comando de Bienestar del Ejército tienen su domicilio en la comuna de
Santiago, desarrollando los jefes de servicio de estas reparticiones sus funciones
habituales en esta comuna. Por lo que, produciéndose la defraudación fiscal en el
actuar funcionario, en virtud del artículo 157 del Código Orgánico de Tribunales, en

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relación con su artículo 16, es competente para conocer de estos hechos el 7° Juzgado
de Garantía de Santiago.

En efecto, prescriben los incisos primero, segundo y tercero del artículo 157 del Código
Orgánico de Tribunales “Será competente para conocer de un delito el tribunal en cuyo
territorio se hubiere cometido el hecho que da motivo al juicio. El juzgado de garantía
del lugar de comisión del hecho investigado conocerá de las gestiones a que diere lugar
el procedimiento previo al juicio oral. El delito se considerará cometido en el lugar
donde se hubiere dado comienzo a su ejecución”.

POR TANTO, a Vuestra Señoría RUEGO tener por interpuesta querella criminal en
contra de todos quienes resulten responsables como autores, instigadores, cómplices o
encubridores del delito de fraude al Fisco, previsto y sancionado en el artículo 239 del
Código Penal; admitirla a tramitación y remitirla al Ministerio Público a fin de que se
agrupe a la investigación ya iniciada, para que de esta manera los responsables puedan
ser formalizados acusados en su oportunidad, y así, en definitiva, los querellados sean
condenados por el tribunal competente en lo penal a la pena corporal y accesorias
legales pertinentes, con costas; todo con independencia de la acción civil que en su
oportunidad podrá deducir don Daniel Luitpold Aberl Pacheco.

PRIMER OTROSÍ: Teniendo presente que es el Ministerio Público quien debe dirigir
las actividades de investigación, esta parte SOLICITA del Ministerio Público la
realización de las siguientes diligencias investigativas:

1. Se reciba a don Daniel Luitpold Aberl Pacheco para prestar declaración por los
hechos de esta causa.

2. Se cite a declarar, en calidad de testigo, a don Luis Chamorro Heilig, General de


División de Ejército en retiro, cuyo domicilio laboral es avenida Presidente Riesco
n.°4902, comuna de Las Condes.

3. Se cite a declarar, en calidad de testigo, a don Felipe Cunich Mas, General de


Brigada del Ejército, cuyo domicilio laboral es avenida Tupper n.° 1725, comuna
de Santiago.

4. Se cite a declarar, en calidad de testigo, a don Ricardo Martínez Menanteau,


General de Ejército, cuyo domicilio laboral es avenida Tupper n.° 1725, comuna de
Santiago.

5. Se despache orden de investigar a la BRIDEF de la Policía de Investigaciones de


Chile.

6. Todas aquellas que el Ministerio Público estime pertinentes al asunto denunciado.

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SEGUNDO OTROSÍ: PIDO a Su Señoría tener por acompañada escritura pública de
mandato judicial, extendida ante don Pablo González Caamaño, titular de la 9°
Notaría de Santiago, de fecha 23 de julio de 2018, cuyo repertorio es n.° 5710-2018.

TERCER OTROSÍ: En relación con lo dispuesto en los artículos 22 y 31 del Código


Procesal Penal, SOLICITO que en lo pertinente las actuaciones de los órganos
jurisdiccionales que se dicten en este procedimiento, con razón de este acto y aquellas
que se pronuncien en lo sucesivo, sean notificadas personalmente a este abogado
patrocinante o por correo electrónico a rodrigoarancibia@live.cl.

CUARTO OTROSÍ: HAGO presente a Su Señoría que, en mi calidad de abogado


habilitado para el ejercicio de la profesión, patrocino personalmente esta acción
criminal, representando a don Daniel Luitpold Aberl Pacheco con las facultades
indicadas en escritura pública de mandato judicial acompañada en el primer otrosí de
esta presentación.

Rodrigo Firmado
digitalmente por
Andrés Rodrigo Andrés
Arancibia Arancibia Moreno
Fecha: 2018.10.22
Moreno 01:12:04 -03'00'

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