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Milagro

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la ~ás mfni_ma provocación que
pudiera surgir eventualmente en el rcarta de la certe1a de la fe. asuma las a saber: los signos fundadores del ticano 11 . los signos privilegiados
.. otro~. Esta situación, si por una par- con ormas del _sa~r crí~ico e indague cristianismo. Sin Cristo y sin la al- eran los milagros \ las profecías de
ellas la mtehgcnc1a de lo que ya
te o~l~ga a _la teología fundamental a sabe q~e es verdadero, para volver a vación que nos trae, los milagros ca- Cristo, de los pro(etas, de los após-
la v1gilanc1a, por otra la e timula a recen de sentido. Por tanto, hay que toles. Los milagro y las profecías se
un,a visión del misterio más global y comen1ar por "lo 1.1ue explica", y no ponían en relación con el mensaje
hacerse ella misma provocadora de mm. humanamente significativa.
preguntas para que, mayéuticamen- por lo "explicado". Los milagros de cri~tiano y, por vía de consecuencia,
te! cada ~no de cubra el deseo de BIBL.: B1 111o1f1tJ., 01e1heolog1uhemethode Jesús son los arquetipos de todo ver- con Cristo su uutor. La encíclica
Dios y la inteligencia de su misterio. firiburgo 1977. Co"'"ª Y - \1 • U.fe y lo trol;.. dadero milagro} la clave de inteligi- I Qui pluribus, de Pío IX, en 1846
Esto s~pone la capacidad de referirse gfu. Barcelona 1970;C111hu M .0 .• 1,Esc1enc1afa
1'olt!ffft1?. Andorra 1959; ¡.,~•cHn 1~ R. , Metodo
bilidad de todos los demás, en con- (OS 2779), en una presentación sin-
a las diversas disciplinas que puedan /11 teolog10 /011damt'lltale, en -Riccrche Teo-
creto, los de los santuarios y los de tética y no exenta de retórica ni des-
e~presa~ más científicamente los cam- lo¡oche" 1 (1990); GAICHRl>IA. E/m;10t1oa{J<>- los procesos de canoni1ación. Son provista de grandeza, enumera todos
bios socio-culturales. f"t1~tlt0, B;ircelona 1961; GRA8M~~... Die Gt- los milagros en su fuente y e n su am- lo¡, "argumentos brillantes y nume-
Se puede reconocer que de esta ma- 3t'l11rl11e der Jt'/wlasti.iche11 Metlwde I, Berlín biente vital, los signos expresivos de rosos" que atestiguan que "la fe cris-
nera la teología fundamental partici- Mun1ch 1957; K ASl'lR W ., Dil' Mnhode11tler Oogmmik, la gran presencia entre nosotros del tiana es obra de Dios". En el Vati-
1967, lo, Die Wwrnsc/1oflsprox1.J Ju
pa de ~n modo muy especial en 1;1 11w11log1e. en lfFTh IV, 242-276, l.A,GA .. º'" Dios vivo y tres veces santo. Por eso, cano 1 (OS 3034) y en el juramento
formuc1ón de una si.v1emá1ica teológi- the11logisl'l11• Prínzip/en/ehre der mittelaltl'rli- en el presente articulo, la teologla del antimodernista (OS 3539), los mila-
ca. En ~fccto, con c~te método el dato <'111•11 Srhola.11/J. , Friburgo 1964· l..\I OlREJ 1 F R milagro se apoynrú en los milagros gro~ y las profecías sirven para esta-
pro_d uctdo ~or el análisis histórico- Ap11lo_gé1i<¡11e n Fo11domemale: en AA. VV., iJ, de Jesús (historicidad y finalidad). blecer sólidumentc "el origen divino
1/1•11 ~wme J)m¡10J1w11 mtl'rna1io11al de théo/11g1e Irá precedida, sin embargo. por unu
crlt1co, por e1emplo, no aparece como clo¡¡111a1iq11r/011dt1111e11111/e, de la religión cristiana". La encíclica
Turfn 1965 9-27· In
un absoluto, y por tanto como unu A¡wlogétique <'I l:Onda111e11tale. Pro/JI~;,,.. d; na:
reflexión sobre los problemas de llumani generis, en 1950, repite que
po~i~le cesión a la tesis de un saber llJrr rt 1/e 111r1/wc/e, en "Sal" 28 ( 1965) 256-273· aproximación y de precomprensión, "existe un gran número de signos ex-
ob1et1vo exclusivo de la racionalidad h>. "'""'ª 111101:1•11 ele la/111ulamentt1/, en R. 1 ; particularmente importantes cuando teriores y espléndidos que permiten ...
o, como más tarde en los análisis lin- HH RI 111· Y G. O'Coi 1IN\, Prob/emn" y perspec- !.e t rata de los milagros. probar el origen divino de la religión
1/var de teOlllJ1í11funda1111•111af, Sa lumanca 1980
g_üis~!cos, en virtud de la "verifica- 41-61; lo, Teología. tienria de lo safración, !>a: cristiana" (OS 3876). En todos estos
ción , ya que este saber el>tá efectiva- IJm11nc11 1968, hHMA~~. Apolognik und Fun- l. Cl 1STIÓ'I l>í APROX IMACIÓ'I. tex1os, los signos lienen un papel de
mente integrado_ en el_teológico, que 1Ja1111•111alrheologie, en "C:om" 7 ( 1978) 289-294; En teología, como en todas las de- te.uimonio: permiten establecer con
saca de s_u propio Objeto el método 1 "" R~A• B., Mbodo 1•11 trologífl, Salamanca más ciencias, las cuestiones de apro- ce1 tez.a el ongen divino de la doctri-
con que indagar. Pero en este hori- 198K; 1 OLLO G • 111111'/0do 11ella ll'Ologia SI.JI('• ximación resultan muchas veces dc- na de la salvación. Se establece un
rnnte el sa~er teológico siMemático r~w1110. en C' RoccHrTTA, R. f1\1t11nLA y G
1 0~10, ltt 1t•ol11J110 rra nvel11zio11e f Moría. Bo-
ci~ivas . La aproximación escogida vinculo claro entre dos términos: el
está garant11ado por una pluralidad lo~1a 198S, 253-347; Sui111 LULHK\, lmerprl'ta· conduce a atolladeros, a alergias in- mensaje cristiano y su origen divino.
de forma_s y de metodología¡, que po- t'U1111ll'lafl', Salamanca 1973; TK,.tl, Plura/11., controlables o, por el contrario, dis- El Valicano 11 lleva a cabo un cam-
ne~ ultenormente en evidencia la glo- anti lmh1g1111.1. l.ondrc, 1987, 28-46. · pone a la escucha, favorece la inte- bio de perspectiva. Lo mismo que
~ahda~ del objeto de la teologfa 'I ~u R. Fisiche/la ligencia de las ra1ones aducidas. La personalizó la revelación, el concilio
imposible reductividad a un "siste- teología de las últimas décadas ha personaliza la presentación de los sig-
ma~, aunque sea "teológico" sido testigo de dos cambios en la apro- nos. t:stos no son piez.as sueltas que
El discurso sobre el méÍodo no ximación de tanta importancia que acompañen al mensaje de Cristo, a la
p_uede. reducirse a una búsqueda esté- puede hablarse a propósito de ellos manera de un pasaporte o de un sello
n i de_mst~umentos o de técmcas que MILAGRO de una verdadera revolución: se t rata de embajada en un documento para
una c~enc_ia o una dbciplina adoptan dc la apro>.imación antropológica y g~1ranti1ar su autenticidad. Al con-
para J USllfica r su propia búsqueda S111o1.-1uo 1 C:uesttón de aproximación· de la aproximación cristológica. F. te trario, Cristo es la plenitud de la re-
. Pn•blcmas de eompren~oón; 3. Aulenti.cidad
El método indica mucho más, y~ 2hl\1oroca de lo. milagro, de Jcsú>. 4. Clasifi- cambio de perspectiva tuvo sus inci- velación y es en persona el signo de
que se .?ª como posibilidad que caca6n > 11polo¡ia de le» rclalo> de milagros. dencias en la teologla de los signo de la autenticidad de su propia revela-
acompa na a la verdad misma en su S Pcn.pec1·"ª de cada C\ an¡ehsla: 6. Origmah- la revelación, concretamente en la teo- ción: el ~igno que manifiesta a Dios
revelación progresiva al ~ujcto epis- ción dad Yfinahdad de los milagros de Jc~ús· 7 No- logía de los milagros. por su irrupción en la historia, su
ca1ófica de milagro; ¡¡ l>cfinic1ón de ;,,¡¡3 _
témico. El método orienta hacia la gro; 9 Valores ~•anofieati•os >funciones del mi- Lo que hoy caracteri1a a la teolo- carne} ~u lenguaje, y al mismo tiem-
lectura real que la teología funda- lagro. 10 n,.ccrn1m1en10 del milagro: 11. El gía del milagro es la preocupación po el signo que se ates11gua como
n:ie~tal lleva a cabo sobre los acontc- hombre an1c el milagro ( R. l.01oure//e). por relacionarlos con la persona de Dios-entre-nosotros: "Por toda su
c1m1entos a la luz del acontecimiento. Cristo. En efecto, desde el siglo x1x presencia y por la manifestación que
Por este motivo no podrá te ner mie- lagro Cualquier reílexíón sobre el mi- al siglo XX se ha pasado de una pers- huce de si mismo, por sus palabras y
n~ puede tener más punto de
do de actuar una forma kenótica que referencia que los milagros de Jesús, pectiva de objeto a una perspectiva sus obras, por sus signos y sus mila-
de sujeto, de persona. l\ntes del Va- gros ..., le da a la revelació n su pleno
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aca~ami~n1o_y_la confirmación de un
te~t1mo~10 divino que ates1igua que vio de Di<;>s. del hombre y del univer- nuevo por la ignorancia de los hom- kel resulta hoy imposible para nos-
Dios m1s_mo está con nosotros" (DY s~º· es decir, con unos pre-supuestos. bres". David Hume ( 17 11-1776) ha- otros, ya que comprendemos el curso
4). Los signos emanan de ese ceniro Esta precomprensión puede enrique- bla del milagro en el segundo ensa- de la naturaleza como regido por
pe;son~ q_ue es el propio Cristo. Son cerse Y hasta modificarse, reformar- yo de su Enquiry concerning Human unas leyes". Para nosotros, la "lega-
la urad1a~~ón multiforme de la epifa- se al ~ontacto con los hechos. Puede Undersranding, publicado en 1748: lidad" del curso de la naturaleza es el
nía del HIJO entre los hombres. Por tam?1én endurecerse, cerrarse sobre el único fu ndamento de nuestra cer- fundamento impllcito de toda nues-
su humanidad, Cristo manifiesta al si mism~ Yconvertirse en pre-juicio, teza es la experiencia de los sentidos; tra acción en el mundo. Si la fe no se
Pa~re; por una economía de cncar- en algo inaceptable. Lo cierto es que pues bien, esta experiencia establece interesa por el Mirakel, una brecha
na~ión, los hombres iden1ifican a todos, creyentes o no creyentes, tie- la constancia de las leyes de la natu- en el determinismo de las leyes, se
Cristo com~ Hijo del Padre. Cristo nen. qu~ declarar los principios que raleza; por tanto, si un hombre ates- in1eresa vivameme por el Wunder,
entero e~ el signo enigmático que pide lcs.1nsp1ran. ~s lo mínimo que se re- tigua la existencia de un milagro, hay cuando en un acontecimiento (Welt-
ser descifrado. quiere para evitar los malentendidos. que rechazar su testimonio, ya que geschehen) sometido a las leyes uni-
En est~ vuelta~ una aproximación L~ mayor parte de las objeciones "siendo todo milagro una infracción versales vemos una acción de Dios
pe:sonaltsta Y cnstocéntrica parece s u s~Jtad~s contra el milagro por el de las leyes naturales y habiendo sido (Gortes Tat). La verdad es que "no
evident~ que u_na auléntica teología racionaltsmo, a partir del siglo xvm establecidas esas leyes sobre una ex- hay más que un milagro en el sent ido
de l?s signos tiene que centrarse en se apoyan en los datos cientfficos'. periencia firme e inalterable, la natu- de Wrmder: el de la revelación, es
los signos fundamentales que cont ie- Sobre est'.I base, el racionalismo de- raleza misma del hecho ofrece aquí, decir, el de la manifestación de la
nen a tod~s los demás, a saber: Cristo ciar.a el milagro o imposible o incon- contra los milagros, una prueba de gracia de Dios al implo". El Wunder
Y, la Iglesia. ~na presentación de Jos ~e~iente. T~d~ fenómeno que se dice experiencia tan completa como es es un acontecimiento en el que la fe,
signos que aislara los milagros de su milagroso tiene una explicación posible imaginar". En su Diccionario y la fe sola, reconoce a Dios que se
fue~te, d.e su foco de irradiación, es natural .que hay que descubrir: uso filosófico, Yoltaire apela a Spinoza: revela. No cambia nada en el orden
decir, Cns~o. o_ que redujera su valor de 1!1cd1os. médicos, confianza, su- considera el milagro como una con- de los fenómenos ni en la textura de
al de una p 1ez~1 Jurídica, serla extraña gestión, ~1pnosis, ilusión, fuerzas tradicción in rerminis; en efecto, las leyes. Es la fe sola la que ve en una
a ~as perspectivas del concilio, y más ~e~conoc1das. La historia de las re- "Dios no podía alterar su máquina curación natural la revelación del
aun a las de la Escritura. ligiones confirmaría esta hipótesis. sino para hacerla andar mejor; pero amor de Dios, manifestado al hom-
está claro que, siendo Dios, hi10 esta bre que se reconoce pecador y agra-
2. PROBl.fMA S Df PREC0 \.1PR F!I. a) En nombre de la ciencia ínter- inmensa máquina tan buena como ciado.
sróN. ~uand~ se estudia la cuestió~ pretad<f por la raz<?n filosófica. Ya pudo; si vio que algún dia habria Frente al racionalismo, la apolo-
del m1.lagro, i.ncl.uidos los milagros a comienzos del siglo xv111 Pierre cierta imperfección derivada de la na- gética de la época se encontraba en
de Jesus! la principal dificultad radi- B_aylc se empeñó en mostr~r lo ri- turaleza, atendió a ello desde el prin- una mala postura, ya que al definir el
ca en la idea mii.ma de milagro, que d1culo .de la creencia en el milagro. cipio; por eso no cambiará nunca milagro como "infracción o excep-
se rcchan1 antes de todo examen de És1e, dice, repugna a la razón, ya que nada". Imaginarse que Dios hizo mi- ción de las leyes de la naturaleza" y
lo~ hechos propuestos. En materia de no hay na.da más digno de la gran- lagros en favor de los hombres es al privarle de su función esencial de
milagros más que en cualquier otro deza de Dios que mantener las leyes indigno de Dios. "Atreverse a supo- signo de la salvación en Jesucristo, se
terreno, "la suerte está ya echad·1" g~ncral.es que él mismo ha estable- ner milagros en Díos es realmente quedaba prii.ionera de un mundo del
desde el pri_ncipio. Los relatos de ~i­ cido, ~ 1 nad~ más indigno que creer insultarle (si los hombres pudieran que pretendía evadirse. Esta carica-
lagros, se dice, perienecen a Olra épo- que él interviene para violar su curso insultar a Dios); es decirle: 'Eres débil tura del milagro como "excepción de
ca, a otra mentalidad. Reconocerlos Fue Baru~ Spinoza, en su Tratado d; e inconsecuente'. Por tanto, es absur- las leyes naturales" acabó imponién-
como realidades his1óricas serla de- las auto~rdades. t~ológicas Y prácti- do creer en los milagros; eso seria dose a los mismos cristianos, que lle-
moMrar una ingenuidad tan descon- cas. el primer teonco de esta posición deshonrar en cierto modo a la divini- garon a considerar como inconve-
ccr1an1c como anacrónica. Ya no se tantas veces repetida después de él. dad". Heredero del racionalismo de niente y hasta indecente esa "incur-
cree en los milagros, como no se cree Hablar ?e algo contrario a la natura- los siglos xvm y xrx, IR. Bultmann, sión" de Dios en un mundo que posee
le~a ~ena negar la exis1encia de un a su vez, interpreta filosóficamente su propia inteligibilidad. Admitir el
en las hadas ~i en los fantasmas. Lo
q~e esiá en Juego es la posibilidad Dios inmutable; pues bien, la natura- la mentalidad cientifica de nuestra milagro es admitir la coexistencia de
misma del milagro en un mundo que lern no puede hacerse cómplice de época y declara que el milagro es in- lo imeligible con lo ininteligible.
se basta a sí mismo. esa. locura. "Es indudable - observa inteligible en un mundo sometido a Es ciertamente ilusorio preten-
Es verdad que el lector de los rela- Spinoza . que todo lo que se narra la ciencia. Es necesario dis1inguir en- der modificar la posición racionalis-
loi. evangélico~. creyente o no cre- en la Escritura no ocurrió natural- tre Mirake/ y Wunder: el Mirakel se ta, sobre todo si se declara exclusiva
yente, los lee siempre con una cierta menie... , según las leyes de la natura- concibe como un acontecimiento ex- y sin revisión posible. El teólogo pue-
precomprensión o conocimien10 pre- lez?,, laJ cor:11o lo que realmente ocu- cepcional en las leyes de la naturaJe- de, sin embargo, si1uar el milagro en
rre . Los milagros "sólo parecen algo za. "La idea de milagro como Mira- su verdadero contex10 de salvación e
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intentar definirlo mejor. Sobre todo, huella y el signo en el cosmos de la tad que tiene Dios de obrar en la tes trabajos de D.L ..Tiede y de <:;.H.
tiene que declarar la precomprensión gracia de la salvación. Se sitúa en el historia para entablar con el hombre Holladay, está destrnada al olvido.
del mundo que él tiene, ~in p retender orden religioso por el que Dios invita un diálogo inédito. La libertad de F.1 sentido de la trascendencia abso-
imponerla a los que se niegan a com- al hombre a una comunión de vida Dios no se agota en el solo acto crea- luta de Dios en los ambientes judíos
partirla. Podemos agrupar de este con él. dor, como ~i fuera una fuente que está demasiado desarrollada para
modo los elementos de esta visión: 2) Más aún: si es verdad que se seca desde que empie7a a manar. autorizar la atribución de la divini-
1) Es verdad que el universo ma- Cristo, Verbo encarnado, es la cima D ios es libertad infinita, imprevisible dad a los seres humanos. 1 a catego-
ter ial encuentra su inteligibilidad en y el término de la salvación, el mila- e inagotable e n la gratuidad de su~ ría del hombre divino eMá ausente
la ~umisión habitual a las leyes del gro se presenta como una interven- iniciativas. tanto del AT como del NI. Además,
cosmos, de las que sin embargo mu- ción de Dios situada entre la creación 4) El que Dios haya decidido re- el uso técnico del nombre divino en
chas siguen siendo tan sólo leyes es- primera y la transformación de todo velarse al hombre y salvarle por los el helenismo es tardío y muy poste-
ludblicas. Por otra parte, la totalidad y de todos en Jesucristo. El milagro caminos de la encarnación y de la rior a Jesús.
de lo real no es unidimensional, es representa entonces una anticipación cru1, es decir, por lo q ue hay más
decir, no se reduce al mundo material del orden escatológico, cuando haya distinto de él, espíritu puro, a saber: c) En nombre de la hermenéuti-
y a la red inflexible de sus leyes. La un cielo nuevo y un mundo nuevo: es la carne, y que haya decretado pro- rn desmiti:ante. La Formgeschichte,
totalidad de lo real se parece más el futuro que invade el presente y le longar esta economía de,encam~ción con Bultmann sobre todo, había ob-
bien a un orden piramidal en el que da su sentido, puesto que manílies- mediante una cconomia de 1gnos i.ervado semejanzas entre la estructu-
ninguna de las partes tiene su auto- ta ya la dynamis t ransformadora de q ue atestigüen la presencia efica1 de ra literaria de los relatos evangélicos
nomla completa, sino que todas for- Dios actuando en nuestro mundo. El la salvación entre nosot ros, est o se de milagros y la de los prodigios atr i-
man parte de un conjunto orgánico cuerpo glorilicado de Crist o es un deriva de su imprevisible amor y de buidos a A polonio de Tiana o al dios
orientado hacia una cima que tras- milagro permanente. En él el hom- su infinita libertad. Todo el q ue sitúe curador Esculapio en Epidauro; de
ciende lus posibilidades de acción con- bre es recreado, y consiguientemente el milagro en esta economía de salva- aquí se sacó la conclusión del carác-
naturales a cada una. Estamos en el mismo cosmos recibe sus efectos ción y de libe rt a~, ~ejos de hab~ar d~l ter fabu loso o legendario de los unos
presencia de unajerarqula de órdenes bienaventurados. En esta per1>pecli- sin-sentido, perc1b1rá en la acción di- 't. de los otros. Por un procedim.iento
i.u bordinados unos a otros: el orden va, que es la de san Pablo (Rom 8, vi na una constelación de armonías: ilegitimo, se pasó de una semejanza
inorgánico sometido aJ determinis- 19-21), no es el milagro lo que plan- armonía de los signos con la inter- literaria a un juicio de valor sobre el
mo, el orden orgánico con su finahs- tea cuestiones, sino que má bien el vención de Dios hecho carne, armo- contenido histórico. En efecto, en el
mo, el orden del pensamiento y del milagro obliga aJ hombre a interro- nía de los signos entre sí, armonía de plano literario no hay nada tan p~re­
arte con su creatividad, el orden de la garse por el sentido último de la his- los signos con el hombre, ser de carne cido a un relato verídico de curación
vida re ligiosa y moral con i.u libertad . toria y del cosmos. Paradójicamente, y de espíritu. Los milagros de J esús excepcional como un relato ficticio.
Ln esta jerarquía, cada uno de los es ahora el milagro el que resulla in- pertenecen a Ja lógica superior del Lo que importa ante todo e n el caso
órdenes rnfcriores se ordena al orden teligible y explicativo. amor y de la salvación. de Jesús es que Ja per.wna que está
superior y se integra en el orden total. 3) El milagro no puede ser perci- en el centro del relato no tiene pre-
El universo infrahumano está orde- bido más que por los que miran el b) En nombre de la historia de cedentes en la historia y que el mis-
nado al hombre, y éste a su ve1 está mundo como dominado y dirigido las religiones. El historiador de las mo milagro posee rasgo~ específicos
abierto a la acción trascendente de por un ser libre y trascendente, que religiones viene a sustituir al filóso- y absolutamente inédit os. El análisis
Dios. CI milagro libera al universo actúa en su propio nivel, como fuer1a fo para ex plicar la presencia. en los literario no es una guia absoluta para
fisico de sus "limitaciones", lo eleva c readora y recreadora, y que puede evangelios de los relatos de milagros. dar un juicio de historicidad.
y lo hace colaborar con el orden su- establecer con el hombre unu11 rela- No cabe duda se afirma- de que ¿Habrá que eliminar entonces los
perior de la salvación. Por tanto, es ciones interpersonales. El milagro, fue la predicación en los ambientei. relatos evangélicos de milagros? Bult-
perfectamente legítimo, por una par- como la revelación, es una llamada helenistas la que revistió a J esús de mann opina, por i.u parte, que hay
te, que el universo físico encuentre su dirigida al hombre en las profundi- los atributos de la divinidad griega: q ue conservarlos, pero "desmitizán-
se111ido habitual en el determinismo dades de su ser, en ese nivel de inte- se le llama Hijo de D ios, salvad or, dolos" e interpretándolos e n clave
de ~u leyes; por otra parte, no es rioridad en que e l hombre, como es- Señor. El Jesús de los milagros fue existencialista. Lo que importa no es
menos inteligible que Dios manifies- píritu, se abre a Dios y a una mani- presentado como el ho~bre divrno la realidad que subyace al relato, mu-
te, mediante una iniciativa totalmen- festación eventuaJ d e él mismo en la (Theios aner) de los ambientes hele- chas veces imposible d e descubrir o
te gratuita en la historia y en el co~­ historia y en el mundo. El milagro nistas con fines de propaganda. Los simplemente inexistente, sino el sen-
mos, y en su nivel de causa primera, supone que el hombre reconoce leal- principales co.rifeos de. est.a teoría S?n tido que reviste, es decir, que la fe
la iniciativa todavía más gratuita de mente el carácter finito de su existen- R. Reitienstern, H. W111d1sch, L. B1e- purifica, vivifica, resucita, salva a l
la salvación comunicada e n J esucris- cia y d e su condición de "ser necesi- ler, D. Georgi, R. Oultmann . La ver- hombre pecador y agraciado. De este
to. El milagro se convierte asl en la t ado de salvación", as í como la líber- dad es que esta teoría, tras los recien- modo se llega, con los recursos de la
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hermenéutica, a~alvarel relato pero Sidón) y pecadoras (Sodorna). El no; está conforme, finalmente, con el rayan el carácter público de los mi-
sacrificando el acontecimiento'. Los se111ido de los milagros de Jesús era estilo de J esús, con su forma habitual lagros, y consiguientemente la posi-
relatos de milagros manifiestan la re- manifiesto. Al mismo tiempo que su ele responder a la delicada cuestión bilidad de discutir su realidad en el
velación como alimento, luz y vida. predicación sobre la necesidad de con- del mesianismo. Jesús no solamente momento de la formación de la tra-
Todos estos intentos de sacar los venirse para entrar en el reino de los responde, sino que su respue ta va mu- dición evangélica. Los enemigos de
milagros de su contexto religioso y cielos, sus milagros eran propuestas cho más allá de la pregunta del Bau- Jesús no discuten su actividad tau-
citarlos ante el tribunal de la filosofía de Dios, ll~madas a la penitencia y a tista sobre el hecho de su me ianidad, matúrgica (es muy elocuente en este
y de la ciencia tienen como efecto Ja conversión ante Ja llegada inmi- ya que caracteriza al reino como un sentido la perícopa muy antigua so-
una perversión de la naturaleza pro- nente del reino de Dios. Los habilan- reino de compasión, de perdón, de bre Belcebú: Mt 12,26-27), sino más
funda del milagro. Reducirlo a una t~s de las tres ciudades vieron prodi- gracia. De momento, Jesús represen- bien la fuente de esta actividad, asl
"excepción de In~ leyes de la natura- gios, pero no supieron discernir los ta la agape de Dios en nuestro mun- como la autoridad que se deriva de
le1a:·es una.caricatura. El milagro signos del reino anunciados por los do; más tarde llegará el juicio. ella. Finalmente, un texto del Tal-
no llene sentido más que en el único profetas. Los milagros, por consi- En estos dos logia, que pertenecen mud de Babilonia atestigua que J esús
contexto en donde, de hecho, apare- guiente, eran el reino rni!>mo de Dios a una tradición muy antigua, Jesús fue entregado a la muerte por haber
ce, a saber: en el de la revelación de en su visibilidad, en su dinamismo de relaciona sus milagros con la venida practicado la magia y haber condu-
la salvación en J esucristo. transformación total del hombre. del reino que inaugura él en su per- cido a Israel a la apostasía (Sanhe-
. 2) El segundo logion, sacado sona. Los milagroi. no son nunca pu- drín 43a). Si los milagros ocupan en
3. A tffFN rlCIDAD HISTÓRICA DE igualmente de Ja Que/le, constituye ros prodigios, sino llamadas a la con- los evangelios un lugar que no puede
1 os MI LAGROS l)~J ESÚS. Para er fiel la respuesta de Jesús a los enviados versión, a Ja penitencia, condiciones compararse más que con la enseñan-
a la naturale1a misma de la tradición de Ju~n Ba_utisla que le preguntan indispensables para entrar en el rei- za y la pasión de Jesús, y si la predi-
evangélica y a la historia de su for- por su 1dent1dad real: "¿Eres tú el que no. Los milagros son signos, al mis- cación primitiva y los propios evan-
mación, un estudio sobre el valor his- ha de venir o tenemos que esperar mo tiempo que son también obras de gelistas están como "bloqueados" en
tórico de los relatos de milagros no a otro'!" J esús les respondió: "Jd y Cristo. el tema de los milagros y los relacio-
puede prescindir de recorrer las si- contad a Juan lo que habéis visto y e) En tercer lugar, podemos re- nan con el tema de la predicación
guientes etapas: oido· los ciegos ven, IO!> cojos an- coger cierto número de índices de de Jesús hasta el punto de que no
a) En un pnmer tiempo hay que dan, los leprosos quedan limpios, los historicidad global favorables al coa- existe é ta sin aquéllos, es porque
establecer el valor histórico del con- sordo~ O)cn, los mucno!> re!>ucitan y JUnto de la tradición de lo milagros. tuvo que suceder algo capital que
junto de la tradición sinóptica. Este se .anuncia el evangelio a los pobres; Fl peso deestoi. índices procede de su vale la pena examinar para probar su
tema se trata en el artículo sobre el ¡dichoso el que no se escandalice de multiplicidad y de su omnipresencia con)IStencia.
valor ~is~órico de lo~ evangelios y el mí!" (Mt 11,2-6; Le 7, 18-23). Desde en la doble tradición sinóptica y joá- d) En cuarto lugar, a nivel de una
conoc1m1ento de Jesus por medio de el punto de vista histórico, la períco- nica. criteriología más rigurosa, podemos
los evangelios(/ Evangelio). pa se encuentra en excelente posi- El primer hecho es el lugar tan aplicur a los relatos de milagros los
. b) En un segundo tiempo con- ción. Los criterios de discontinuidad importante de los relatos de milagros criterios de autenticidad utilizados
viene evocar dos logia de la Que/le, y de conformidad encuentran aquí en nuestros evangelios: en el evange- para la gran historia, pero teniendo
en donde el mismo J esús indica la una explicación ejemplar. El logion lio de Marcos, el 31por100 del tex- en cuenta el "caso e pecífico" que
realidad y el sentido de sus milagros: de J esú~. en efecto, contrasta con la to, o sea 209 versiculos entre 666. En representan los evangelios.
1) En un primer logion, Jesús mentalidad judía de la época y con lo!> diez primeros capítulos dedica- 1) Criterio de testimonio múlti-
constata el recha10 de las tres ciuda- la concepción del BautiMa sobre el dos al ministerio público de J esús ple: este criterio nos permite estable-
d~s del lago de Genesaret, que no su- mesías; contrasta igualmente con la (fuera de la pasión), la proporción cer que la realidad de los milagros de
pieron reconocer en sus curaciones mentalidad de Ja Iglesia, que se apoya se eleva al 47 por 100, o sea, 209 ver- Jesús se encuentra atestiguada en la
los signos de la venida del reino de en la resurrección de Jesús más que sículos entre 425. En el evangelio de casi totalidad de las fuentes que po-
Dios (Ml 11 ,20-24 y Le 10,13-15). en sus milagros. Igualmente se aplica Juan, los doce primeros capltulos, seemos; Marcos, Ja Que/le, Lucas,
Corozaín, Betsaida y Cafarnaún son el criterio de conformidad. En efecto llamados por Dodd el líbro de los Mateo, Juan, los Hechos, la epísto-
ciudades privilegiadas, puesto que el logion está conforme con la ense~ .\'ignos, están elaborados a partir de la a los Hebreos, la trndición talmú-
fu~ro_n las prime:a.s testigos y bene- ñama de Jesús sobre el tema central los milagros de Jesús. Tanto en los dica y los apócrifos. El tema de los
fie1anas de la act1V1dad de Jesús. Sin de su predicación, a saber: el reino y sinópticos como en Juan, los mila- milagros aparece no solamente en las
embargo, no comprendieron el sen- los signos del reino; también es cohe- gros y la predicación de J esús cons- fuentes mencionadas, sino que se en-
tido de las obras de Jesús. Por eso rente con el tema de la predicación de tituyen un entramado irrompible, ya cuentra también en formas literarias
su suerte será más terrible que la la buena nueva a los pobre~ (en las que los dos manifiestan una única muy diversas: sumarios, discursos,
de las ciudades consideradas tradi- p_arábol'.1s, en !as bienaventuranzas), realidad, a saber: la venida del reino controversias.
cionalmente como impías (Tiro y signo primord ial de la llegada del rei- de Dios. Gran número de relatos sub- 2) Criterio de discontinuidad: el
Milagro 942 943 Milagro

hecho de que Jesús reali7ara milagros presencia de Cristo (Mt 11,20-24; Le la multiplicac1ón de los panes, Juan tensiones de Jesús como Hijo del Pa-
en nombre propio contrasta con la 10, 13-15). subraya más que Marcos el imbo- dre y lo milagros que manífiestan su
actitud de los profetas, que realit.aron 4) El esulo de los relatos de mi- lismo sacramental del milagro. A su dominio sobre la enfermedad, el pe-
milagros en nombre de Dios, y con lagros. Tanto en los milagros como vez, Marcos subraya más que Lucas cado y la muerte. . .
la de los apóstoles, que actuaron en en la enseñanza de Jesús se encuen- el sentido cristológico del milagro y El que cada uno de estos cnten~s
nombre de Jesús. Además, en algu- tra un estilo idéntico, de simplicidad, presenta a Cri~to como el bue~ pa~­ de autenticidad histórica reconoci-
nos casos, Jesús da a sus milagros un de sobriedad y de autoridad, en un tor que tiene piedad de las ovejas srn dos por la historia universal y más
sentido que va contra la mentalidad contexto rel i~ioso de una pureza y pastor (Me 6,34). El evangelio de recientemente por los exegetas en-
judía de la época: por ejemplo, en de una elevación singular. Este estilo Juan contiene algunos detalles pro- cuentre en los relatos de milagros un
la curación del leproso (Me 1,40-41). contrasta con el de los apócrifos, ávi- pios. Se trata siempre del mismo he- ejemplo de aplicación tan _nota~le
En tiempos de Jesús, la lepra era con- dos de lo maravilloso. Si la gnosis cho, pero interpretado y profundi- constituye una prueba de solidez h1 -
siderada por los rabinos como el cas- traicionó al evangelio reduciéndolo a zado. Este acuerdo en el fondo en tórica dillcilmente rechazable. Sobre
tigo específico de ciertos pecados. El una doctrina, los apócrifos, por su medio de la diversidad de detalles se todo teniendo en cuenta que se da
mismo leproso era considerado como parte, lo traicionaron buscando sola- ve apoyado por el criterio del testi- una convergencia de criterios. Muy
un castigado por Dios, un impuro, y mente prodigios. monio mliltiple, ya que el hecho está pocos logia de J esús se encuent ran en
por tanto se veía excluido del templo 5) Inteligibilidad interna del re- atestiguado por las sei~ recensio nes una posición tan favorable.
y de la comunidad de Israel. A dife- lato. Así, por ejemplo, el hecho de de la tradición sinóptica y joánica. El e) Finalmente podemos ir exa-
rencia de los rabinos, Jesús no evita la res urrección de Lá;aro, coherente acontecimiento se presenta además minando uno por uno los relatos de
al leproso; por el contrario, "llevado con los otros relatos de resurrección como un signo del reino mesiánico y milagros que refieren los evangelios
de compasión", extiende la mano, en Marcos y en Lucas y con el hecho escatológico, en relación con el signo para probar su consistencia histórica.
para significar que lo toma bajo su mayor de la propia resurrección de del maná en el desierto. Finalmente, Es éste un trabajo imposible en el
protección, lo toca y le dice: "Yo lo J e~ús, es tam bién perfoctumente co- sin la realidad de este suceso, varios marco de este Diccionario, pero que
quiero: queda limpio". La actitud de here nte con el contexto general del hechos se quedan sin explicación. hemos empre ndido en M ilagros de
Jes ús frente al leproso, as{ como fre n- cuarto evangelio, especialmente con 7) El criterio d? explicación ~1e­ Jesús y 1eología del m ilagro (Sala-
te a los pecadores, marca una rup tura los capítulos 5, l 1 y 12. Además, ilu- cesaria es una ap hcac16n del pnn- ma nca 1990, 87-26 1).
con el judaísmo de la época. En el mina dos hechos importantes de la cipio de ra1ón suficiente al caso de
reino de Dios no hay sanos ni lepro- vida de J esús, a saber: la decisión de los evangelios. En el caso de los mi- 4. CLAS l l'ICACIÓN Y TIPOLOGÍA
sos, sino hijos de Oios. las autoridades judías de acabar con lagros, nos encontramos con ~~os DE LOS RELATOS DE MILAGROS. La
3) El criterio de conformidad con él y el hecho de la entrada solemne de diez hechos importantes que la cnttca clasificación de los milagros ha co-
la enseñanza fu ndamental de Jesús J esús en Jerusalén, atestiguada por difícilmente puede recha7ar y que es- nocido varias íluct uaciones. Según
sobre Ja venida decisiva del rei no de los tres sinópticos. Sin embargo, sólo tán pidiendo una explicación sufi- una distinción clásica, se ha blaba de
Dios. En efecto, los milagros son in- el relato de J uan arroja plena luz ciente: la exaltación popular ante la milagros en las personas (curaciones,
separables del tema de la instaura- ~obre el acontecimiento y ofrece de él aparición de J esús, la fe de los após- exorcismos, resurrecciones) o en los
ción del reino: manifiestan su venida una explicación verdaderamente sa- toles en su mesianidad, el lugar de los sucesos de la naturaleza (el mar, el
y su realidad. Son un signo y un ele- tisfactoria. Sólo Juan observa: " Los milagros en la tradición sinóptica y viento, el pan, el vino, los peces).
mento del reino. l!stc no es algo es- que estuvieron presentes cuando lla- joánica, el odio de los sumos sacer- Esta distinción es discutible porque,
tático, sino una realidad dinámica mó a Lá7aro del cpulcro y lo resu- dotes ) de los fariseos por causa de en definitiva, los milagros concier-
que cambia efectivamente la condi- citó de entre los muertos daban ahora Jos prodigios realizados por Jesús, el nen siempre a las personas. G. Tbeis-
ción humana, que establece el seño- testimonio de ello. Por eso también vínculo constante entre los milagros sen ha propuesto una clasificación
río de Cristo sobre todas las cosas, la gente le salió al encuentro, pues se y el mensaje de J esús sobre la venid.a que tiene en cuenta la naturaleza de
incluidos los cuerpos y el cosmos. Un habían enterado de que habla hecho decisiva del reino, el lugar de los mi- las relaciones que se establecen entre
milagro sin una invitación a recono- este milagro" (Jn 12, 17- 18). lagros en el kerigma primitivo, la pre- la persona del taumaturgo y el be-
cer el reino que viene y la persona 6) Interpretación diversa, acuer- sencia de los demás signos que acom- neficiario del milagro, así como los
que se presenta a establecer ese reino do en el fondo. El acuerdo en la pañan a la venida de Je~ús del mismo motivos del milagro. Con una sola
es un contrasentido, un puro prodi- su~ta ncia del hecho, coexistiendo con nivel y de la misma calidad (profun- excepción, adoptam os aquí esta cla-
gio. Por eso, cuando Cristo reali1a ciertas íluctuaciooes en la redacción didad de un mensaje capaz de des- sificación, que hoy se reconoce am-
un milagro, invita al mismo tiempo a y hasta en la interpretación, consti- cifrar la condición humana, amor pliamente:
la conversión y a la fe en su misión. tuye un sólido indicio de historici- inaudito revelado por su vida, su pa-
Que un prodigio se encuentre así vin- dad. La historia y el derecho recu- sión y su muerte, su resurrección glo- a) los exorcismos. A los ojos de
culado con la conver~ión interior es rren continuamente a este género riosa, la obra mu ltisecular de la Igle- Jesús, la liberación de los posesos es
un hecho único que acom paña a la de argumento. Así, a propósito de sia), la relació n Intima ent re las pre- tan importante como la curación de
Milagro 944 945 Milagro

los enfermos. Estas dos operaciones ta mentalidad farisaica, incapa1 de evangélicos no se trata evidentemente tas: representan una forma única del
liberadoras significan lo mismo: la superar la letra de las prescripciones de resurrecciones gloriosas, como la pode r de Jesús, a saber: el Hijo resu-
venida del reino de Dios. Por otra j urídicas. Consiguientemente, estos de Jesús; ni de un retorno defi nitivo cita a los muertos lo mismo que el
pane, como la mentalidad de la épo- relatos de curación tienen todos un a la vida, sino de una vida q ue em- Pad re. Son signos mesiánicos que pi-
ca at ribuía corrientemente la enfer- carácter de controversia (Mt 12, 14; prende de nuevo su curso normal y den un trato especial. Como la Biblia
medad y el pecado a Satanás, no siem- Le 14,13.17; Le 14,1-6; Me 1,40-45). que acabará con una muerte total y de Jerusalén y como la edición de la
pre se observó la distinción entre Todas estas curaciones tienen la fina- defi nitiva. Lázaro no tiene nada que TOB, conservamos el té rmino de "re-
exorcismo y simple curación. En la lidad de j ustificar el comportamiento contar sobre el más allá, sobre una surrección" hasta que los especialis-
tipología de los milagros rese rvamos misericordioso de J esús frente a las life afrer life. Por otra parte, los evan- tas propongan una terminología ma-
el término de "exorcismo" a los casos estrecheces hu manas y el legalismo gelios no son unos tratados de esca- nifiestamente superior a la que han
e n donde el demo nio es el antagonis- de los fariseos. Sunen el efecto de tología. Dicho esto, podemos pre- consagrado muchos siglos de uso.
ta del taumaturgo. En esto relato encender contra él el odio de los que guntarnos si el término sugerido de
( eis) e observan tres caracterí ticas. tienen en sus manos el poder, y final- "reanimación" no será quizá más am- 5. P ERS PECTIVA 01:: CA DA EVAN-
1) el po eso se encuentra en un estado mente el de llevarlo a la muene. biguo que el término bíblico y clásico GF I !STA. Para Marcos los milagros
de alienación; ha perdido la fac ultad de resurrección. En efecto, el término son actos de poder que designan a la
personal de decidir; 2) el taumatur- d) Milagros de salvamento y mi- de "reanimación" tiene hoy una reso- persona de Jesús como aquel en
go tiene como antagonista no al po- lagros-dones. En estos dos tipos de nancia clínica difícil de borrar. Se quien se establece definitivamente el
seso, que es tan sólo la victima, el milagros, la iniciativa viene de Jesús. habla, en los hospitales, de sala de reino de Dios. En Mareo revelan al
terreno de combate, sino al demonio En los milagros-dones, J esús inter- "reanimación", tras una breve a nes- siervo de Yhwh, ~ue cumple la vo-
en persona; 3) Cristo se las tiene que vie ne en beneficio de la gente que no tesia; se inte nta "reanimar" a uno q ue luntad misericordiosa de Dios con
ver no con los ho mbres, sino con esa tiene q ué comer ( Me 6,36), de los ha estado a punto de ahogarse, prac- los oprimidos por la enfermedad y el
potencia personal y tenebrosa, Sata- invitados a los que les fa lta el vino ticándole la respiración a rtificial; se pecado; J esús es también el Señor,
nás, cuyo reino ha venido a destrui r. (Jn 2,3), de unos pescadores q ue no " reanima" a uno q ue sufre una ins u- q ue ejerce su poder. En Lucas, J esús
han cogido nada ( Le 5,5). El aconte- ficiencia cardíaca momentánea o un es el profeta mesiánico q ue trae la
b) Las curaciones. Las curacio- cimiento se refiere con suma discre- coma diabético. Además, el térmi no liberación y la salvación; en él Dios
nes guardan también relación con ción. Sólo se indica el resultado: se de "reanimación", ¿e- fiel a la inten- "visita" a los hombres. Para Juan los
el reino, pero no tan directamente sacia el hambre de la gente, hay vino ción del evangelista } del mismo Je- milagros son signos de la gloria de
como los exorcismos. Aquí la fe re- en abundancia, la red se llena de pe- sús? En todos los relatos evangélicos Dios que habita en Jesús y el testimo-
presenta un papel de mediación res- ces. Los milagros de salvamento se hay una convicción común: se consi- nio del padre por medio de las o bras
pecto a la fuerza del reino que se producen en una situación más dra- dera imposible un retomo a la vida. que le concede realizar al Hijo.
ejerce en Jesús. Se explica inmedia- mática todavía (el caso de la tempes- Para Jesús estas resu rrecciones son Fn Marcos no se encuentra ningún
tamente por qué. En el caso de los tad calmada). Además de su aspecto s ignos de la venida del reino: " Los título eristológico ligado a los mila-
posesos, que están alienados y son c ristológico, estos milagros tienen un muertos resucitan", dice en su res- gros; en Mateo, J esús es siervo de
elementos pasivos, es imposible pe- carácter eclesial. Así, en la tempestad puesta a los enviados del Ba utista Yhwh y Señor; en Lucas es el profeta
dirles fe . No ocurre lo mismo en el calmada, J esús protege a su peq ueño (Le 7 ,22; M t 11,5). En Ja intención de escatológico y el Señor; en Juan es el
caso de los enfermos, en quienes la rebaño contra toda tempestad. Estos los evangelistas, estos milagros ma- Hijo, el Ve rbo, la Palabra hecha car-
relación inmediata con la per ona de milagros muestran a la nueva comu- nifiestan el poder de J esús sobre la ne, y los milagros manifiesta n su glo-
Jesús se lleva a cabo mediante la fe. nidad de salvación reunida en torno muerte, así como sobre la enferme- ria propiamente divina. En sustancia,
Se pueden distinguir tres expresiones a J esús. dad y sobre el pecado. Bien pensadas los milagros tienen para los evange-
de esta fe: fe en el poder de curación todas las cosas, parece preferible ha- fütas el sentido que J esús les atribuye
de Jesús; aclamación de fe q ue sigue e) Relatos de resurrección. Algu- blar de relatos de "resurrección", en sus logia.
al milagro, especialmente en Lucas; nos autores (p.ej., X. Léon-Dufour, aunque sea dificil precisar a qué eta-
fe que se identifica con la conversión G. Theissen) prefieren hablar de "re- pa hacia la muerte habían llegado los 6. ÜRIGll\ALIDAO Y Fl'IALIDAD
pedida por Jesús como respuesta a animaciones" más que de resurrec- personajes de los que nos hablan los DF lO'> MILAGROS DE JE!>CS. a) En
sus milagros (logion con los repro- ciones. Resulta cienamente legítimo relatos evangélicos. Por lo menos, al términos negativos hemos de decir
ches a las ciudades del lago). buscar una terminologla precisa y fiel hablar de resurrección, se intenta ha- que Jesús se niega a confundir mila-
a la realidad. Los que hablan enton- blar del retorno a Ja vida en alguno gro y prodigio. No q uiere que le ten-
c) Milagros de legitimación. Es- ces de "reanimació n" más bien que que se encont raba e n el camino sin gan por un mago, ni por un c harla-
tos milagros constit uye n una justifi- de resurrección está n evidentemente re torno q ue conduce a la muerte. Los tán, ni tampoco po r un poseedor de
cació n del comporta mie nto de Jesús preocupados por evitar cierto núme- m ila~ ros de resurrección tie nen una secretos científicos. La salvación q ue
y al mismo tiempo una críticu de cicr- ro de a mbigüedades. En los rela tos fi nalidad pa ra Jesús y los eva ngclis- trae pasa por la cru1 y sólo será re-
Milagro 946 947
Milagro

conocida en el momento en que que- de liberación y de realización del hom- pueblo de hijos llamados a compartir que sigue ofreciendo la salvación
de totalmente cumplida su misión. bre. Por medio del milagro Cristo re- su propia vida! inaugurada en el grupo de los doce,
crea, re-construye aJ hombre y lo ele- pero que se perpetúa a través de !os
b) En términos positivos, el mi- va a una plenitud de vida inesperada. /) Además, los mi lag~os son i~­ siglos y se extiende a todas las nacio-
lagro está destinado a la saJvación Esta realización es el alba de la nueva separables de Ja cruz. Jesus personi- nes (Mt 16, 15- 18; lle 5,12).
del hombre. Jesús viene a restaurar creación. fica el reino de Dios que destruye el
al hombre y conferirle aquella salva- reino de Satanás; entonces, no es ex- h) Por los milagros de J esús, el
ción a la que aspira en vano. El mi- d) El milagro establece entre J e- traño que la luz del uno of~sque las futuro invade el presente. Con Jesús
lagro visibiliza esta restauración to- sús y el beneficiado una relación nue- tinieblas del otro. Los exorcismos de el reino de Dios invade nuestro mun-
tal. Cristo expulsa verdaderamente a va, personal y transformadora. El Jesús son interpretados como la obra do (Mt 12,28). La salvación se con-
los demonios, cura de verdad, resu- hombre curado no tiene que observar de Belcebú. Las curaciones hechas en vierte en un "hoy" q ue resuena y ope-
cita de verdad, porque salva verda- escrupulosamente unos ritos mági- favor de las ciudades del lago, en vez ra. Después de la resurrección, cuan-
deramente al hombre. Sin embargo, cos, sino entrar por la fe en relación de llevar a la conversión, condujeron do la Iglesia se vuelve hacia J esús, es
en la tradición sinóptica J esús no es con J esús. No cabe duda de que, en al endurecimiento. Los milagros de para recordar el pasado que estable-
llamado salvador, sino el que viene a tiempos de J esús, esa fe es imperfec- legitimación, hechos en día del sába- ció el reino e inauguró el mundo nue-
salvar lo que estaba perdido. Por eso ta, pero es por lo menos petición su- do, suscitaron el odio y engendraron vo aguardando su pleno cumplimien-
los milagros están ligados al tema de plicante y confiada a aquel que anun- la decisión de acabar con J esús. In- to. De momento se nos dan unos
la conversión, que introduce en el cia el reino y en el que e manifiesta cluso el milagro de la multiplicación signos que vienen de la tierra prome-
reino. el poder de Dios. El que un prodi- de los panes fue mal comprendido y tida de forma intermitente, como
gio esté de este modo ligado a la con- provocó el abandono o la duda. t~a una 'tuz interestelar, que nos deja vis-
e) El milagro se hace con vistas versión y establezca entre J esús y el es la dialcctica del poder-impolcnc1a lumbrar dimensiones inauditas.
a una vocación ul reino; es éste un favorecido por el milagro una rel<1- y de la gloria-humillación de J esús.
aspecto que ilustra muy bien la cura- ción totalmente nueva y person<il es De suyo, el milagro está destinado a i) Finalmente, los. milagros de _J e-
ción del poseso de Gerasa (Me 5, 1- un rasgo específico del milagro cris- orientar hacia el reino, pero el hom- sús nos orientan hacia la revelación
20). Este hombre está privado de tiano. bre puede ver el prodigio y cerrarse de su persona. Si J esús es el único
todo: de su equilibrio somático y psí- al signo. Jesús es el portador de ~na que trae el reino y la salvación esca-
quico, de su dignidad humana. Está e) El hombre (bien sea el enfermo salvación que pasa por la conversión; tológica, la razón última de ello está
alienado de si mismo y de la sociedad. o bien los que imploran su curación) por eso sus obras, sus milagros, son en el misterio de su persona. Esta
J esús lo restablece en su integridad tiene, por tanto, un papel en el mila- el lugar de una opción dramática. trascendencia de J esú~. en el momen-
de hombre, es decir, de ser consciente gro, una participación, que e expre- Acoger los signos es acoger a Jesús y to de su paso terreno por Palestina,
) responsable, ) lo reintegra a la so- sa por una actitud de fe radical en entrar por los caminos de la conver- no aparece más que implícitamente
ciedad : hace de él un ser personal y Jesús, o al menos de disponibilidad, sión. Y precisamente porque Jesús en el ejercicio de la salvación que él
socialmente sano. Pero la intención de apertura. El primer paso del hom- rech:\7Ó cualquier otra lectura de sus manifie ta por sus obras. Antes de
del milagro no se detiene en la restau- bre es reconocerse pobre, de valido, milagro~ distinta de la que los pre- pascua todo está allí, pero al mismo
ración de la salud; se prolonga en "necesitado de salvación", hasta el senta como signos del reino y com~ tiempo todo está por recuperar: el
una vocación superior. Una vez cu- punto de exclamar: "Jesús, hijo de invitación a entrar en él por los cami-sentido último de los milagros de Je-
rado, le pide a Jesús quedarse en su David , ¡ten compasión de mi!" (Le nos de la conversión, por eso fue fi- sús no se captará plenamente más
compaílía (Me 5, 18). Jesús le dice 8,39). Sin esta participación mlnima nalmente condenado (Jn 11,53). que a la luz de la experiencia e.clc-
entonces: "Vete a tu casa con los tu- del hombre, no podría obrar el mis- sial de pascua, que hará descubrir la
yos y cuéntales todo lo que el Señor, mo Cristo. Si el hombre se cierra y se g) Los milagros de Jesús tienen plena identidad de Je~ús: Cristo, Se-
compadecido de ti, ha hecho conti- endurece ante la salvación que se le un carácter "eclesial". Jesús no es un ñor, Hijo de Dios. Antes ~e pascua,
go" (Me 5,19). De un esclavo, Jesús ofrece, no queda ningún resquicio simple caris máti~o, que realiza. por los gestos están puestos: orientan ha-
hace un hombre libre y luego un para la acción de Dio~ : el milagro su cuenta unos milagros para su uem- cia la presencia de una trasc_e~dcn­
evangcli?ador del reino: "Él se fue y profundiza más aún la ceguera del po; trae una salvación universal, cuya cia per onal; ¿pero cómo l?erc1~1r en-
comenzó a predicar por la Decápolis hombre, hace más espesas sus tinie- fuente nunca se agota. Por eso da a tonces la identidad del Dios vivo en
lo que Jesus había hecho con él; y blas. Esta llamada a la participación sus discipulos el poder de anunciar el la carne y en los gest o~ del hombre
todos se admiraban" (Me 5,20). El humana revela, aJ mismo tiempo que reino asi como el de curar a los en- Jesús?
milagro no tiene sentido más que so- el poder de Dios, su fragilidad ante la fcrm¿s y echar a los demonios (Ml
bre ese fondo del proyecto de Dios libertad del hombre: ¡riesgo supremo 10,8), es decir, el doble poder que él 7. NOCIÓN CATÓLICA Dl'I. MI LA-
sobre el hombre, a saber: la entrada de un Dios q ue ha basado en el amor mi mo ejerce. Su~ milagros so~ el GRO. a) Terminología blblica. En el
en el reino. Posee a la ve1 una función o en el rechazo la constit ución de un signo de la comunidad de salvación, AT los milagros !>On llamados tera-
Milagro 948 949 Milagro

ta, es decir, prodigios. El Deutero- cíonar (psicológico, ontológico, se- ejerce en otro nivel. Se integra en un Escritura y de la tradición, podemos
nomio. así como el NT, une con fre- miológico) aparecen a lo largo de orden que es el orden 10101. uni versal, proponer esta d efinición del milagro:
cuencia dos términos, semeia kai te- toda la t radición patrística y teológi- querido por Dios. "Un prodigio religioso, que expresa
rata, para significar que se trat a de ca, au nque con una acentuación y u n Los escolásticos. siguiend o a ~ant o en el orden cósmico (el hombre y su
un prodigio sagrado. Otros vocablos, relieve que varían en el curso de los Tomás y ateniéndose a su definición unjverso) una intervención especial y
como thaumasia, esto es, hechos que siglos. En particular, se observa c ier- más que a su doctrina del milagro, to- gratui ta d el Dios de poder y de amor,
suscitan la admiración, y paradoxa, ta oscilación e nt re el a specto factual maro n la costumbre de definir el mi- q ue dirige a los hombres un signo de
es decir, hechos inesperados, ponen y ontológico, que ve sobre todo en el lagro por su aspecto ontológico de la presencia en el mundo de su pala-
de relieve el aspecto psicológico de l milagro un hecho de trascendencia hecho estrictame nte divino, abando- bra d e salvación".
milagro: se trata de un hecho insólito flsica, y el aspecto semiológico, q ue nando prácticamente Jos otros d os as-
que suscita la admiración, la extra- lo considera ante todo como un signo pectos. Así Pesch define el milagro: a) Un prodigio en el orden cós-
ñe1a, la estupefacción del hombre. dirigido por Dios. "Un efecto sensible que Dios produce mico. Evidentemente, prodigio no es
En e l A T los milagros son califi- San Agustín subraya particular- fuera de la natu raleza" (Praelectiones sinónimo de milagro, pero el mila-
cados frecuentemente de adynata, me nte los aspectos ps icológico y dogmaticae). Y Garrigou-Lagrange: gro, por uno de sus aspectos, ent ra en
es decir, obras propiamente divinas, semiológico. El milagro es un fe- "Un hecho producido por D ios e n el el orden de los prodigios: es un fenó-
q ue son imposibles para el hombre. nómeno inesperado que rompe la mundo fuera del orden de actuación meno insólito, que rompe con el cur-
En el evangelio de Juan se habla de monotonía de lo cotidiano y, con- de toda la naturaleza creada" (De re- so habitual de las cosas tal como se
erga (obras), es decir, las obras de siguientemente, provoca la admfra- velatione, vol. 2. p. 40, ed. de 1950). ha observado a lo largo de los siglos.
Cristo en cuanto Hijo del Padre. Mar- ción. En su perspect iva apologética, Uno de los méritos de M. Blondel fu e Por ejemplo, la c uració n del leproso:
cos y Mateo los llaman dynameis, frente a los paganos, este efecto de el poner de nuevo de relieve el a~pec­ " Q uiero; queda lim pio. Y al insta nte
o i.ea, manifestaciones y efectos del choque se produce por lo insólito de l to semiológico del milagro. F.I mila- quedó limpio"(M c 1,41-42), o la cu-
poder divino. Los milagros, como mila~ro , a fin d e servir de apoyo a la gro es el signo de esa bo ndad "anor- ración d e u n ciego de nacimiento. Se
obras, pertenecen a esa gran obra función de signo que cumple. Po r su mal" que Dios manifiesta en e l evan- trata de algo n unca visto ni oldo. De
que Dios comenzó con la creación carácter prodigioso, e l milagro invi- gelio de la salvación. La teo logia de aq uí se deriva un efecto de c hoq ue,
del mundo y que acabó con la reden- ta al hombre carnal, que es legión, a la posguerra se caracteri1a por un es- de sorpresa, y luego de admiración.
ción, que es la nueva creación. En elevar su mirada hacia el cielo para fuerLO por integrar armónicamente los
cuanto manifestaciones de poder, se contemplar las realidadc~ in,isibles tres aspectol> esenciales del milagro. b) Un prodigio religioso y sagra-
relacionan con la dynamis divina, es del mundo de la gracia. do. Al decir esto se excluye ya desde
decir, con esa acción omnipotente Con san Anselmo e pone el acento c) las indicaciones del magiste- el principio todo prodigio que l>e rea-
por la q ue Dios vivifica y salva , t anto en la t rascendencia más q ue e n la rio. Sin pretender sacar de los docu- lice en un contexto profano, aunque
en el orden natural como en el sobre- finalidad del p rodigio. El milagro es men tos del magisterio una definición se trata de un hecho q ue desborde
natural. Estos térmi nos, concreta- una acción que ha de atribuirse !)Ólo del milagro que nunca han pretendi- toda imaginación, así como lo que
mente erga y dynameis, ponen de ma- a Dios, ya que s upera las fuerzas de do dar, encont ramos sin embargo en pertenece a la categoría de lo mara-
nifiesto el aspecto ontológico del mi- todo el universo creado. Santo To- ellos los tres aspectos constantemente villoso, de lo mágico, de lo fa buloso,
lagro y lo representan como una obra más. por su parte, manifiesta en sus afirmados por Ja Escritura y por la de lo legendario, d e lo mít ico. En
trascendente, o sea, imposi ble a las obras que conoce y reconoce los tres tradición. Asl, el Vaticano 1 conside- efecto, en un contexto p rofano el mi-
criatural>, y que supone, por tanto, a!>pectos del milagro mencionados ra los milagros como hechos divinos, lagro no tendría ningú n sentido y
una intervención especial de la cau- por la Escritura. Pero cuand o llega a esto es, que t ienen a Dios por autor. ninguna razón de ser. La explicación
salidad divina. la definición del milagro, santo To- Los milu~ros son además signos de del fenómeno, por muy prodigioso y
Finalmente. tanto en el A T como más, que se interesa ante todo por el la revelación: signos presentados por enorme que sea, debe buscarse en su
e n e l NT, concretamente en san Juan, efecto prod ucido y por la causa q ue Dio~ para ayud arnos a reconocer q ue nivel, es decir, en el nivel de las causas
el milagro es llamado semeion, signo, le es proporcionada, se sitúa decidi- D ios ha hablado a la humanidad. El naturales y en el orden profano.
vocablo que entra frecuen temente en damente del lado de Dios, agente tras- Vaticano 11 habla de las obras, los Por contexto religioso entendemos
composición con prodigio. En efecto, cendente: "Un hecho es milagroso signos y los milagros por los que Cris- un conjunto de circunstancias que
el milagro, más que un prodigio, es cuando supera el orden de toda la to revela y atestigua a la vez e l origen confieren al prodigio una estructura,
un signo dirigido por Dios. Es porta- natu ra leza creada" (S. Th. 1, 110-4, divino de la revelación. Estos tres al menos aparen te, de signo divino.
dor de una intención d ivina que hay e). La causa proporcionada al efecto términos representan los tres aspec- La fenomenología nos informa de es-
que i.abcr leer en su contexto. producido, en su realidad ontológica, tos del milagro. tas circunstancias. Por ejemplo: 1) el
es Dios. Dios no niega el orden de Ja milagro ocurre después de u na ora-
b) los datos de la tradición. Los na tura leza; pero en e l caso del mila- 8. Dn·1N1c1óN DELM I LAG~o. Uti- ció n humilde, confiada, perseverante
tres aspectos que acabamos de meo- gro lo supera, ya que su acción se li7ando y agrupando los datos de la por parte d el enfermo o d e su entor-
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no; 2) el milagro acompaña a una dad; no solamente para los hombres presencia entre nosotros de Dios, Es- bre sí mismos, sino mediaciones que
vida de santidad heroica, como signo de ayer, sino para los de hoy y para píritu por excelencia, es una "cosa orientan hacia un más aJJá. Hacen
de una unión total con Dios y de una los de todos los tiempos. enorme": si ese hecho inédito no es- entender que la salvación anunciada
participación en su fuerza de vida (en Evidentemente, cuando se trata de tuviera acompañado de la presencia es verdad, porque está ya presente.
el cura de Ars, en Francisco de Asís, expresar lo que se produce en el nivel en nuestro mundo de unos aconteci- Los milagros de Lourdes tienen este
en Francisco Javier); 3) el milagro de los fenómenos bajo la acción de mientos firmados por Dios, ¿quién mismo sentido: orientan hacia la sal-
viene a autentificar una misión que Dios (una acción sin comparación al- podría asegurarnos que no somos vación y hacia el que Jos envía.
se pretende haber sido recibida de guna con la del hombre), nosotros no víctimas del más colosal de los enga- El milagro guarda siempre rela-
Dios: tal es el caso de los profetas, de podemos hacer otra cosa que balbu- ños? Es infinitamente más difícil acep- ción con el acontecimiento de la Pa-
Cristo, de los apóstoles. En todos cear: nos faltan las palabras. Unos tar la encarnación que el milagro. labra de salvación, tanto si se trata de
estos casos se da una coherencia per- hablan de la superación de los deter- Maurice Blondel demuestra una bue- la palabra del A T que anuncia y pro-
fecta entre el prodigio y la llamada minismos habituales, de la superación na salud mental y religiosa cuando mete la salvación venidera como de
hecha a Dios, lo mismo que ocurre radical y repentina de unos límites declara lisa y llanamente que la con- la palabra de Dios hecha carne y acon-
en el trato entre las personas, cuando que se juzgan infranqueables; otros, trariedad aparente introducida por tecimiento en Jesucristo, o bien de la
uno obtiene la respuesta que solicita, de una aceleración fulgurante de los el milagro "manifiesta analógicamen- palabra de la Iglesia, que hace pre-
de acuerdo con la petición que ha procesos de restauración, en contraste te la real derogación que el orden de sente y actual hasta el final de los
hecho. En el caso de los milagros de con la temporalidad y la continuidad, la gracia y de la caridad introduce en tiempos la palabra de salvación dada
J esús, éstos se inscriben en un con- rasgos característicos de lo fenoméni- las relaciones entre Dios y el hom- una vez por todas. El milagro está
texto todavía más amplio, más en- co: es como si se atravesara la barrera bre ... Dios hace que se vislumbre por siempre al servicio de la Palabra, bien
globante. En él el milagro no es una del espacio y del tiempo, a la manera unos signos anormales su bondad como elemento de la revelación, bien
realidad aislada; se integra, con todo del Cristo resucitado, que escapa de anormal". Si añadimos a ello que se como testimonio de su autenticidad
un conjunto de signos del mismo ni- la distancia y de la duración y deja trata de um1 intervención del Dios de y de su eficacia.
vel (mensaje, santidad, pasión, resu- vislumbrar furtivamente algo del mun- poder y de amor, es precisamente
rrección, fundación de la Iglesia), en do glorificado. Dios no actúa a la para significar que el milagro no es 9. VALORES SIGNIFICATIVOS Y
esa economía total por la que Dios manera de un actor inesperado que se una pura demostración de poder, FUNCIONES DEL MILAGRO. Afirmar
salva al hombre en Jesucristo. Hay introdujera por sorpresa en el escena- sino un gesto de amor: una obra co- que el milagro es un signo es plantear
que hablar aquí de una constelación rio de la humanidad; es omnipresente mún del Padre y del H ijo, nacida de el problema de las funciones sign i-
de signos, entre los que el milagro no y actúa en s u nivel, que es el de D ios, su mutuo amor. De este modo, el ficativas del milagro. El Vaticano 1
es más que uno de tantos puntos lu- causa primera, con la soberanía del milagro no revela su verdadera natu- sobre todo puso de relieve su función
minosos. Dios creador y re-creador del hom- raleza más que cuando se le considera confirmativa o jurídica. Hechos divi-
bre. La naturaleza es menos violenta- desde el punto de vista de Dios, no nos, pruebas, signos, los milagros tie-
e) Una in1ervención especial y da que restaurada, elevada, dinami- menos que desde el punto de vista del nen la función de establecer "el origen
gratuita del Dios de poder y de amor. zada. No hay ningún argumento de- hombre. divino de la religión cristiana" (DS
Subrayamos así que el milagro, como cisivo (si se excluye la arbitrariedad 3009, 3034). El Vaticano IT reconoce
signo y anticipación de una salvación o el prejuicio) para reducir el mila- d) Un signo divino. El milagro una doble función a los milagros: una
sobrenatural, procede de una inter- gro al nivel de los sucesos ordi narios es signo de la venida al mundo de función de revelación y una función
vención de D ios no menos especial y o de las felices coincidencias. Al con- la Palabra de salvación. Aqul la de testimonio. Por una parte son por-
gratuita (al menos en su modo de trario, es soberanamente coherente palabra capital es I signo. Porque el tadores de la revelación, por el mis-
producción) que la salvación misma; e inteligible que la gratuidad del acon- milagro, como totalidad, es un pro- mo título que las palabras de Cristo;
por consiguiente, es diferente de la tecimien10 único y desconcertante de digio-significante, una acción-signo. por otra atestiguan la verdad del tes-
conservación y del gobierno habitua- Dios hecho carne, lcngu<1je y víctima Este aspecto intencional o scmiológi- timonio de Cristo y la autenticidad
les del universo. Es una obra de la santificada, sea él mismo "señalado" co del milagro constituye su elemento de la revelación que es él en persona
omnipotencia de Dios, "contraria a por unos acontecimientos que deri- formal. Se trata de un signo interpc- (DV 4). Poniendo de manifiesto estas
la naturaleza" en su aspecto más im- van de la misma gratuidad, como la lante e interpersonal, portador de dos funcio nes del milagro, el magis-
presionante de prodigio, pero en rea- restauración o la transformación de una intención divina y dirigido al terio no pretende sin embargo agotar
lidad "superior a la naturaleza", tras- la vida corporal por el milagro y la hombre como un lenguaje divino, todas sus riquezas de significación y
cendiéndola, como signo de la trans- resurrección, o la transformación del como una palabra concreta y urgente de expresividad. De hecho, el mila-
formación gratuita del hombre y del hombre entero por la santidad. Si de Dios para darle a comprender que gro es un signo polivalente. Actúa en
universo por el amor de Dios que Cristo está entre nosotros como Hijo ha llegado la salvación. Por consi- varios planos a la vez, apunta en va-
salva y renueva todas las cosas, no del Dios vivo, es coherente que pon- guiente, los milagros no son acon- rias direcciones. Es el NT el que me-
solamente en apariencia, sino en ver- ga signos expresivos de su gloria. La tecimientos históricos cerrados so- jor manifiesta esta diversidad de fun-
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cioncs del milagro, que conviene de- lagros se relacionan con el tema más Señor confirmaba su doctrina de gra- Padre y el llijo una alianz~ única, un
tallar antes de sistematizarlas. amplio del cumplimiento de las Es- cia realizando por su medio prodi- misteno de amor. Los milagros re-
crituras. Significan que el reino de gios y milagros" (He 14,3; 4,33). Los velan que el Padre está en el Hijo y
a) Signos del poder de Dios. Los Dios anunciado por los profetas des- milagros acreditan la palabra de los el Hijo en el Pad re, unidos por un
milagros son obras selladas por el de hacía siglos ha llegado fi nalmen- apóstoles como auténticos embaja- mismo Esplritu (Jn 14, 10-11 ; I0,3~-
poder de Dios. En los sinópticos, los te. En J esús de Nazaret está presente dores de Cristo. 38). Evidentemente, esta profundi-
milagros de Cristo son epifanías del el mesias. Los hombres quedan cura- dad reveladora de los milagros no
salvador, manifestaciones de su po- dos de sus enfermedades, liberados e) Signos de la gloria de Cristo. aparece con claridad más que a la
der universal y absoluto. Cristo actúa del pecado, y se proclama el evange- Desde el punto de vista humano, los luz del discurso de Cristo y de la
en su propio nombre. Cura con una lio. Las curaciones y los exorcismos milagros son signos; pero desde el reílexión joánica, que despliega su
palabra; echa a lo demonios sin es- muestran y demuestran que el reino punto de vista de Cristo son más con- sentido.
fuerzo; calma la tempestad con una de Satanás queda destruido y que cretamente las obras del Hijo. Con-
orden; resucita a los muenos con su el reino de Dios ha llegado (Le 7,22; siderados como obras, los milagros g) Simbo/os de la economía sa-
sola palabra. Su poder sólo se ve li- Mt 12,28). Donde está Cristo, aJll se relacionan con la conciencia que cramental. La venida de Cristo inau-
mitado por el odio, el recha10, la actúa la fuerza de la salvación y de tiene Cristo de su filiación divina: gura un mundo nuevo: el mundo de
rebeldía de los hombres. En san la vida anu nciada por los profetas: representan su actividad de Hijo en- la gracia. Lleva a cabo una revolu-
J uan, los milagros son las obras co- triunfa de la enfermedad y de la tre los homb res. Tienen además la ción: la de la salvación por la cruz. El
munes del Padre y del Hijo: mani- muerte, así como del pecado y de función de garantizar su misión de milagro deja ver, com~ por tr~nspa­
fiestan que el poder está en Cristo Satanás. El reino está presente y ac- enviado de Dios, no es ya a título de rencia la transformación reahz.ada.
como en el Padre. Cristo es Dios pre- tivo. Y para que los hombres com- simple profeta o de mesías humano, Es la i;,,agen ex presiva de Jos dones
sente ent re nosotros, con el poder del prendan que el mundo nuevo está en si no como Hijo del Padre, qt_1e ~om ­ espirituales ofrecidos a los hombres
Dios vivo, creador de vida y de muer- el corazón del mundo antiguo, Cris- parte con el Padre el conoc1m1ento en la persona de Cristo., En l o~ sinóp-
te. Su gloriu es Ju de Yhwh. to visibiliza la salvación total que ( Mt 11,27) y la omnipotencia (Mt ticos se esboza ya el I s1mbol1smo de
anuncia. 28, 18). Los milagros s~~ obr~s co- los milagros, concretamente en los
b) Los milagros de Cristo son ma- munes del Padre y del H1Jo: designan relatos de la curación del paralítico,
nifestaciones de su caridad, activa y d) S ignos de una misión divina. a Cristo en su gloría de Hijo único. del leproso, de la mujc.r enc~r~ada y
compasiva, q ue ~e inclina sobre toda En toda la tradición bíblica, el mila- Por eso Cristo no deja de remitir a en las curaciones por 1mpos1c1ón de
miseria. A veccl> la iniciati va viene gro tiene como función principal ga- su~ oyentes a sus milagros como a un man o~. Pero 1.obre todo en el evan-
del propio Cristo, que se adelanta a rantizar una misión divina. Tiene un testimonio del Padre en su favor (Jn gelio d.e Juan es donde explota. el
la súplica de los hombres (multipli- valor en cieno modo j uridico; son las 5,36-37; 10,25). Como los milagros simbolismo de los gestos de Jesus.
cación de los panes, resurrección del credenciales del enviado de Dios. son la manifestación del poder de Los milagros de Cristo nos revelan el
hijo de la viuda de Naln, curación del Así, Moisés se ve "acreditado" por Cristo y lo designan en su glo~a de misterio profundo des~ pers<?na y de
hombre de la mano seca, de la mujer los prodigios que Dios realiza por Hijo único, su persona es también su la economla de la gracia que maugu-
encorvada). Otro~ milagros se pre- medio de él a la vista de todo el pue- centro de irradiación y convergen- ra por los sacramentos: concreta-
sentan como respuesta de Cristo a blo (Éx 4, l-9; 14,31 ). Cuando Cristo cia. Pero esta revelación de las obras mente el bautismo (curación del pa-
una plegaria, a vece11 claramente ex- aparece, tiene q ue enfrentarse con del Hijo, asl como la de su persona, ralitico por la palabra de Cristo que
presada, a veces silenciosa, envuelta esta exigencia tradicional (Me 2,12; se ve saldada con un fracaso, a pesar perdona 1011 pecados y por el a.gua de
en un gesto, en una aetit ud (los ciegos M t 11,2 1; Jn 11 ,41-42). Esta función de estar destinada a revelar su gloria. la piscina qu~ r~genera; eur~c1~'>n del
de Jericó, la cananea, el centu rión, j urídica, o confirmativa, o de testi- ciego de nac1m1ento en la p1scma de
Jairo, Marta y Maria). Dios "visita" monio, se pone de relieve especial- f) Revelación del misterio trini- Siloé por Cristo, luz del mundo) y la
a la humanidad en el corazón de sus mente en el evangelio de Juan: "Mu- rnrio. El reconocimiento de los mila- eucanstia (multiplicación de los pa-
debilidades. Los milagros son la res- chos creyeron en él al ver los milagros gros como obras comunes del Padre nes). Si el si mbolis mo. d e Ju~n es tan
puesta de la agape de Dios a la llama- que hacía" (Jo 2,23). Nicodemo (Jn y del Hijo ~os int.rod u~e.en ~l ~ste­ intenso, es porque ~ctua en d 1fe~entes
da de la miseria humana. Dios es 3,2), el ciego de nacimiento (Jn 9,33), rio de la misma v1da tnmtana. S1 las niveles de profundidad. Se arr~ga en
amor, y ese amor, en Cristo, toma la muchedumbre (J n 7,3 1) invocan obras de Cristo son a la vez obras del primer lugur en la encarnación: el
forma humana, corazón humano, espontáneamente este argumento. Padre, que tiene en todo la iniciati".ª• milagro es el poder de la Palabra
para hacer perceptible al hombre la Esta func ión jurídica de los milagros y si por otra pane pertenecen al mis- hecha carne, que se despliega.a tra.vés
intensidad del amor divino. es más acusada todavía en los Hechos mo tiempo al Hijo, ya que el Padre de un gesto humano. Pero s1 el sim-
que en los sinópticos. El testimonio ha entregado al Hijo su poder para bolismo joánico encuentra en el hom-
c) Signos de la llegada del reino milagroso de los apóstoles constitu- que el Hijo realice los milagros como bre tal resonancia, es también porque
mesiánico. Bajo este aspecto, los mi- ye un testimonio dado por Dios: "El obras propias, esto revela entre el se apoya en las experiencias primor-
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diales del hombre, ligadas al sub- esta transformación definiliva cuan- mente que Cristo traía la salvación presionar al hombre contemporáneo,
consciente más profundo: el agua, la do ~l poder de Dios, después de des- del hombre e ntero. El milagro es un que aspira invenciblemente a la liber-
luz., el fuege>, el pan, la vida la salva- truir la muerte y el pecado, establezca elemento de l reino que no es una cosa tad y a la realización ple na de sí mis-
ción. Rec urriendo de este 1~odo a los todas las cosas en una indefectible estática, sino una realidad dinámica mo. El milagro interpela a l hombre
grandes símbolos de la humanidad novedad. que cambia la condición h uma na, en el corazón de sus a~pi raciones más
objetos a su vez de un uso multisecu~ ~odas esta~ virtualidades signifi- que establece el señorío de Cristo so- profundas. De pronto ~e ve consi-
lar en los textos del AT san Juan da c~11vas del milagro no son indepen- bre todas las cosas, incluidos los derablemente incrementado su po-
a los milagro~ de Jesús ~na fuern de dientes unas de ot1 as. Al contra- cuerpos y el coi.mos. tencial de credibilidad. Fl milagro, al
evocación y unas resonancias que to- rio, cada una de ellas implica a las 3) En tercer lugar, el milagro hacer ver la liberación y la transfor-
can todas las fibras del ser. Pero he- o tras, ilumina a las o tras, y se pasa ejerce una función de testimonio, mación a nunciadas por el evangelio,
mos de añadir que, si Crii.to es para de unas a otras mediante una transi- como signo confir mativo, apologéti- acredita al propio evangelio como
Juan 1~ lu1, la vida. el agua, el pan. ción insensible. Podemos, sin embar- co, jurídico. [I milagro se presenta auténtica buena nueva. [stá a punto
es en virtud de lo que es para nosotros go, agrupar y sistematizar las/uncio- como las cartas credenciales del au- de nacer una humanidad nueva, en la
en s u misión de Hijo enviado por el nes esenciales del milagro en los cua- téntico mensajero de Dios, como el que el alienado, el oprimido, el pri-
Padre, a saber: el que salva a los t ro capít ulos siguientes: sello de la omnipotencia de Dios so- sionero de ayer se ve invitado a entrar
hombres de las tinieblas del pecado y 1) El milagro ejerce en primer lu- bre una misión o una palabra que en el espacio de libertad creado por
de la muerte. gar una función de comunicación: apela a él. En el caso de Cristo, este el amor crucificado y resucitado. El
h) Signos de las transformacio- manifiesta, de parte de Dios su in- testimonio tiene como objeto la afir- milagro sirve a Cristo, ya que sirve
nes del mundo terminal. Ftnalmente tención de entablar con el ho~bre un mación central de Cristo sobre su a todo el hombre. El dia en que éste
el milagro el. e l signo prefigurativo d~ diálogo de amistad . fa como la sal- cond ición de e nviado de Dios a titulo toma conciencia de esta novedad in-
l~s transf~rmuciones que han de rea- vación amigable y preveniente como de Hijo del Padre. De este modo con- troducida en la historia, está ya cerca
lizarse al fin ul de los tiempos. Porque una "visita" de Dios. rn ev¿mg~lio del [irma la autenlicidad divina de l evan- del reino.
la redención tie ne que renovar todo reino se abre camino a t ravés de la gelio que 61 proclama.
lo que ha sido afectado por el pecado. caridad. 4) Finalmente, desde e l punto de 10. D ISCERNIMIHNTO DEL MILi\-
El mil~gro e~ en primer lugar el signo . 2) En segundo lugar, el milagro vis ta del hombre que es su beneficia- GRO. DesP.ués de lo que hemos dicho
de la hberac1ón y de la glorificación ejerce una fu nción de revelación. Se rio, el milagro se presenta como una de los milagros como s ig nos de la
de lo~ cuerpo~. ~I cuerpo de Cristo prei.enta como un elemento consti- intervención liberadora y transfor- llegada del reino y de la salvación en
resucitado y glorificado es la antici- tutivo de una revelación 9ue se lleva madora. A un hombre que ve men- Jesucristo, es evidente que éstos no
pación visible de l destino final del a cabo por medio de "acciones y pa- guada su vidtt por la enfermedad; a se dirigen solamente a las elites inte-
hombre llamado a la comunión de labras" (DV 2), de "signos y mila- un hombre que ya no cue nta para los lectuales, sino a todos los hombres
vida con Dios y el testimonio de que gros" (~V 4). El f!lensaje a nuncia vivos, pueMo que ha dejado de ren- de buena voluntad. Los milagros se
esta glorificación actúa ya secreta- que Cristo ha vemdo a liberar a dir; a uno que ha sido excluido de la dirigen a toda esa multitud de perso-
mente en el mundo para transfor- purificar, a salvar di hombre. P~es comunidad religiosa debido a su im- nas (instruidas o no instruidas) que
marlo. Los cuerpos liberados sana- bien, el milagro muei.tra esta pala- pureza legal; más aún, a un alienado, tienen ojos, sentido común y cora-
dos, agilirndo~. vivificados, re;ucita- bra de salvación en ejercicio. Pone que ha dejad o de ser dueño de sus zón. Porque, en definitiva, el juicio
dos revelan ya el t riunfo final del ante la vista la liberación y la restau- decisiones, J esús les devuelve la inte- sobre el milagro como signo de Dios
Espíritu que vivificará nuestros cuer- r~eión de los cuerpos. Es palabra ac- gridad flsiea y psiquica, la dignidad es un problema relii¡ioso: se sitúa en
pos mortales para revestirlos de la tiva, acto parlante. También él a su humana y hasta la liberación del pe- ese nivel de interioridad en donde el
mcorruptibilidad. El universo mate- maner~t, es evangelio, proclama'ción, cado. Los libera de la enfermedad, hombre ha decidido ya que "se basta
rial está también a la espera de esta mensaje, luz, palabra. Más todavfa: del pecado y de todos los prejuicios a sí mismo" o, por el contrario, con.!.-
transformación. Metido en el mismo en cierto sentido, hay más en el mi- q ue los convertlan en seres "margi- ciente de su miseria, se reconoce
s.u~co que el h o~b.re, tiene que par- lagro que en el discurso. Efectiva- nados". Esos hombres han vuelto a como pobre, frágil, desvalido, "nece-
llc1par de su glo nf1cación, lo mismo mente, en la revelación hay algo ine- ser ellos mismos. ll an encontrado la sitado de salvación".
que participó de su pecado. San Pa- fable que el discurso es incapaz de normalidad de sus re laciones con los Es verdad que en tiempos de Jesús
bl~ (Rom 8,19-21) ve al hombre y el traducir. Entonces es cuando el mila- demás. Pueden e n adelante disponer sus milagros representaban un mo-
universo arrast rados por el movi- gro viene a apoyar y a profund izar la de sí mismos, orientarse, decidir: son mento privilegiado. Encontraban en
miento de la redención hacia su últi- palabra., Con.su fu~rza de sugestión, "hombre nuevo.s ". Más todavla: de Jesús y en su misión su ambiente ori-
ma glorificación. Para san Pablo el con su dinamismo simbólico habla a unos esclavos él ha hecho unos discí- ginal, su motivación primera. Estos
universo no está destinado a ser ani- los sentidos y al espiritu. Sin' el mila- pulos, unos anunciadores del reino. milagros, como hemos dicho, eran
quilado, si no transformado y glori- gro que vivifica y salva a los cuerpos Esta función de liberación y de pro- los "signos fundadores" de la auten-
ficado. El milagro an uncia y esboza no habríamos comprendido segura- moción de l milagro es capa.1 de im- ticidad de la gran presencia entre nos-
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otros de aquel que es. Los milagros to de la curación del ciego de naci- el esfuerzo de discernimiento recae virtud de la naturaleza del milagro
actuales son incapaces de reproducir miento (Jn 11) para captar en él el en la comprensión de una totalidad concebido como "excepción a las le-
aquel momento unico y de represen- dinamismo del milagro y la diálectica significante. El problema se plantea yes de la naturaleza"), ese pasado ha
tar esa necesidad urgente de identifi- del espíritu que lo reconoce como tal. en una perspectiva sintética que no sido superado, ya que ahora se define
car a Jesús como Cristo y como Se- Lo que impresiona en este relato es el aisla jamás el acontecimiento históri- mejor el milagro y sus elementos. Al
ñor. Además, la razón crítica, q ue ya proceso de discernimiento y la diver- co atestiguado del sentido expresado médico se le pide que hable como
existía en tiempos de Jesús, tiene hoy sidad de reacciones de los testigos, por el contexto religioso en q ue se médico: se le invita a evaluar lo que
más necesidad que nunca de los datos siguiendo las disposiciones de su co- inserta. La identificación del signo se ha observado en el nivel d~ s1;1 com-
de la experiencia mtdica. Pero sigue razón. Al comienzo, se advierte en hace por medio de aproximaciones petencia. No le toca a él ~ec1r s1 .ha~r~
siendo verdad que el milagro, en su todos una reacción de choque y de sucesivas. Donde hay un verdadero o no milagros en el próx111:10 m.itemo,
complejidad de prodigio y de signo sorpresa ante el prodigio que irrumpe milagro, allí el significante y el signi- tampoco tiene por qué inquietarse
religioso, no interesa a la ciencia más bruscamente en su vida. Vienen luego ficado se responden sin fallo alguno; ante la escase1 o la multiplicación de
que por uno de sus aspectos. los intentos de una razón desconcer- lo factual y lo intencional se iluminan milagros en el mundo. En tiempo~ de
tada, el recurso a las hipótesis para mutuamente, llevando a un juicio fir- Jesús había que verificar la ecuación:
a) Dos niveles de discernimiento. reintegrar el hecho en la normalidad: me sobre la realidad del signo divino. Jesús de Nazaret es, en rea~idad_, el
Por eso creemos que el problema del el personaje e n cuestión no es real- Cristo, el Señor, el Hijo del Dios vivo.
discernimiento del milagro debe ser mente el ciego de nacimiento, sino d) Componentes del signo y pe- Pues bien, precisamente.e~ la menta-
estudiado ante todo en el nivel del uno que se le "parece"; Jesús no viene ricia médica. Puesto que el milagro lidad judía el atributo d1v1no po.r ex-
discernimiento espontáneo, tal como de Dios, sino del diablo, puesto que es un signo, cada u no de los elemen- celencia era el ~ode~. Jesús necesitaba
lo realiza el hombre que se ve de no observa el sábado; los parientes tos que lo compone n tiene que ser una tarjeta de 1dent1dad, un pasa~or­
pronto enfrentado con el milagro, interrogados como testigos se niegan sometido a examen. Estos elementos te; por eso se. p~ese ntó con los a_tnbu-
tanto si es una persona sencilla y a comprometerse por miedo a los fa- son: el hecho mismo en cuanto que tos de la div1111dad: el poder, !•1 san-
poco culta como las turbas de Gali- riseos; el ciego curado vuelve conti- está históricamente atestiguado (exa- tidad, la sabidurla. Hoy los m1lagr.os
lea, como si es instruido y exigente nuamente con tenacidad a los he- men que corresponde a la instancia no tienen ya este carácter d.e urgei;eia.
como el hombre del siglo xx: el mé- chos, reafirmando su identidad de histórica), en cua nto que es insólito Pero siguen siendo signos 111tcri:n1ten-
dico, el ingeniero, el teólogo, el ca- ciego de nacimiento y su curación y prodigioso (examen que pertenece tes de la presencia siempre ac~1va ~e
nonista. La razón teológica puede a por Jesús; los adversarios tratan a a la instancia médica) y en cuanto la palabra de salvación en la h1 st~n a.
continuación descomponer y anali- Jesús de pecador, llenando de inju- inserto en un contexto religioso sin Por tanto, es sumamente conven!ente
zar cada uno de los momentos de la rias al ciego curado y expulsándolo fallo alguno (examen que correspon- que siga habiendo milagros, lo mismo
dialéctica que conduce al espíritu del de la sinagoga. Pero la presencia y el de más directamente a la instancia que es coherente que éstos no pululen
fenómeno observado al juicio que per- peso cada vez más impositivo de la eclesial). demasiado.
mite reconocer en el prodigio un sig- única hipótesis que da sentido y con- Así pues, el examen de los elemen- Dicho esto, ¿qué es lo qu.e hay que
no de Dios, \'ero siempre en linea con sistencia al acontecimiento y a su tos del milagro es una obra de inter- esperar de la pericia médica? Ante
el discernimiento espontáneo. El dis- contexto conducen al ciego a recono- disciplinariedad. En esta llamada a todo y sobre todo, q ue e.l médico ob-
cernimiento espontáneo y el discer- cer en Jesús a su salvador, mientras las competencias especializadas no serve, hable, describa y JU7gue com~
nimiento teológico no deben oponer- que "ciegan" a los q ue pretenden es- hay que tener miedo de llevar hasta médico con todas las nuevas técni-
se como lo religioso a lo no religioso, tar en la luz. la exasperación las instancias de la cas pu~stas a su disp~sició~. hasta
sino como dos niveles y dos modos ciencia, sabiendo bien que la última las más sofisticadas, sin olvidar las
de aproximación al mismo aconteci- e) Discernimiento teológico. Lo palabra sobre la candidatura del radiografías tomadas hasta el mo-
miento: un conocimiento int uitivo e n que impresiona en el discernimiento acontecimiento al título de milagro mento de la curación, así como las
el primer caso, discursivo y sistemá- espontáneo es el proceso que sigue el pertenece a la instancia eclesial, que, radiograílas tomadas in.me~iata~~n­
tico en el segundo. espíritu: desde el principio el aconte- por otra parte, pronuncia un juicio te después Aunque la ciencia medica
cimiento insólito y el contexto reli- prudencial, pero no infalible. Como revelase q~e las técnicas aplica~ as en
b) Discernimiento espontáneo. gioso están inseparablemente unidos los milagros son sobre todo curacio- el pasado eran incompletas e msufi-
Puesto que en ambos casos es la in- y, por un juego de confrontación con- nes de enfermedades, concederemos cientcs no habría que sacar de ello la
teligencia del milagro como totalidad tinua, por un ir y venir incesante del mayor atención al papel de la pericia co nclu~ión de que no existi.ó una.c<;ins-
de prodigio significante lo que se en- hecho al sentido y del sentido al he- médica. tatación de la intervención d1vma.
cuentra en el punto de partida, con- cho, se pasa progresivamente del sig- El médico no tiene por qué pro- Los criterios propuestos por B.cne-
viene ver cómo ocurren las cosas e n no aparente a la a utenticidad del sig- nunciar la palabra "milagro". Si en el dicto X IV en 1740 servlan para Jalo-
el nivel del discernimiento espontá- no divino. Lo mismo ocurre en el pasado se sentía casi obligado a llevar nar la investigación, sin pretender re-
neo. Tomemos como ejemplo el rela- plano del discernimiento teológico: él solo todo el peso del veredicto (en ducirla o apagarla, sobre todo cuan-
Milagro 959 Ministerio petrlno
958

do se trata de llegar más adelante o Dios es Dios, y no tiene por q ue "co- la conversión sin ir nunca en contra Wunder Jesu lm lfarkuH\"a11ge/111m, Mun1ch
de él. Por eso, el discernimiento con- 1970: LAMRIA~I ..., I "a111cntici1a stortca dt1
a mayor profundidad. Cuanto más piar" al hombre. La desemejanu1 en- Vange/1 Studw di cmtrtolog1a. Boloma 1976;
completa sea la pericia médica, más tre Dios y el hombre será siempre creto del milagro se efectúa normal- LA"vEVI'< P.F., La s1gmficat1on du mirarle clanJ
rico será el dower recogido y mayor infinita respecto a su semejanrn. Por men te en un clima de gracia, que pu- le Message du Nou1·eau Ttstament. en "Sc1encc
será el provecho que saque de ello el eso la ciencia siempre se quedará cor- rifica y sostiene la libertad. Efectiva- et Esprit"27 (1975) 177-182; LATOllRFI u R., A
juicio prudencial de la Iglesia. En al- mente, los milagros, sobre todo los Jesús el Cristo por lo.J evangelios, Salamanca
ta, siempre se verá desconcerl ad a a n- 1982; lo, Milagro, en Nue"o diccionario de teo-
gunos ambientes médicos se siente te la acción de Dios. D ios escapa a de J esús, confrontan al hombre con logia 1, Madrid 1982. 1065-1079: lo, M1/agrosclt'
injustamente una especie de alergia nuestras medidas, ya que actúa a su el sentido de la existencia. Pero, Jtsús J' teologla ele/ n11/agro. Salamanca 1990;
cuando se utiliza el término de ins- medida, que e la de Dios. ¿cómo concebir que Dios invite al lo, .\Jrraclt. en D1c11onna1rt' dt' Spirttua/11; 10,
tantaneidad o de casi-instantaneidad Así pues, hemos de ver en el mila- hombre a una opción tan decisiva fas<: ~. col 1274-1286; LEo•-D• ro••• X.
para calificar la rapidez fulguran- sin darle las ayudas necesarias que (ed.), Los n11/agrru dt Jesús. "1 ..drid 1979,
gro una realidad compleja. cuyo dis- Ux:ATrll I A , Dio t 1/ nuracolo, Vcncgono inf.
te de ciertos casos de c uraciones. La cernimiento metódico apela a la in- lo conduzcan a ello? Esta presencia 1963; MARllh T1 u ... J . F.• O MilagTt'. SAo Paolo
verdad es que este término no es más terd isciplinariedad de la historia, de efectiva e histórica de la gracia no 1981; MARJOR11LJ .• Los milagros de Jesús. Va-
que un eco de los relatos cvang61i- la pericia médica, de la física, de la significa que la razón humana sea lencia 1980. Mt 11 J .ll., Wunder, en LTK X,
cos: "Queda limpio dijo Jesús . Y teología, del derecho canónico, de la incapaz por sí misma de percibir los 1255-1265: lu. Mlla11ro, en Sacramenlum Mun-
quedó limpio"; "toma tu camilla y experiencia eclesial. El j uicio final, signos y su valor (OS 3876). En efec- dilV. Barcelona 19772.595-599: M1<11ll A., Mr-
racle. en DTC X 2, 1798-1858: Mohot' 1 • El
vete"; "así lo quiero; cúrate". fate que realiza una síntesis de todos los to, la razón teológica puede demos- m1/agro.s1gn11cltsalucl, Ba.rcc:lona 1963, Motl~
término intenta expresar q ue Dios, elementos recogidos, es prudencial trar que no hay nada en la dialéctica C., Mtraclt's. Lond res 1965: Mts~,r• ¡.:. los
cuando actúa, actúa como Dios: tan- y no infalible: le corresponde a la que cond uzca del signo a lo significa- milagro., de Jeni.J. E11ella 1970; P" rrR G.. Mira-
to en el milagro como en la encarna- Iglesia. do que esté estrictamente por encima cle, en NC E 1X, 886-895: PESCH R .• Je:w umge-
ción. Tenemos cierta tendencia in- del poder de la razón. Esto significa ne Taten? F.ln lkltrag wr W1111derfraKe. Fribur-
go 1970; R1r 11 A111>SON A., /.As rwrradones i•van·
vencible a asimilar la acción divina 11. EL ll OMBRE ANT E El. Mil.A - si mplemente que, de hecho, la gracia gélir11.1 sobri' mllt1tiru,1, Madrid 1974; Rot11A1s
a la acción humana. La verdad es GRO. Una curación puede imponerse de Dios actúa desde el momento en G., Les rérlts de résmrectlon des morl.f tia/IS le
que Dios está presente en el mundo, como hecho, pero no necesariamente que se trata de la empresa de la sal- Nouveau Testamem. Combridge 1981; SADOURI~
pero sin estar sometido a la exterio- como un signo divino. El discerni- vación: por consiguiente, en los sig- L., 11tt Divmt Mlraclesdiscussedanddefmded.
ridad del espacio ni a la sucesión de miento del milagro no es simplemen- nos, tanto como en la revelación y en Roma 1977: Srn"'' "G .. La sottrtolog1a crisro-
/ogica dei miraco/I ne/ smouici. en "Teología~ 5
los momentos. En las criaturas, el es- te un pro blema de agudeza mental, la fe. Efectivamente, es la gracia la (1980/ 2) 157- 161 . TM,i\WA K .• Miratln et f\•a11-
pacio separa, y es el tiempo el que de técnica, sino de actitud religiosa y que ayuda al hombre a descifrar co- gile, Paris 1966; l 1111~~rN G., Urthrist/1cht IVun-
permite acercar, organi?ar, unificar. moral. Discernir el milagro es abrirse rrectamente los signos y a percibir la dngeschichten. Glltcrsloh 1974; UKl('('Hlll F., Mi-
Dios abra1a el universo entero, pero al misterio de Dios que nos interpela relación que éstos tienen con su sal- lagro, en N11evo dlrrlonario de teología blhlica
(1990). 1187-1215. V1 RWCHN H., ll miracolo in
sin tener que recorrer sus diversos en J esuc risto y es reconocer q ue el vació n personal, lo mismo que es la teo/ogia fonilamrntalr, en R. F1s1nn llA (cd.),
rincones; está presente en todos los hombre es indigente y no puede bas- gracia la que le da el coraje de arros- G'ru Rl\V'/atorr. CMalc Monferralo 1988, 196-
tiempos, pero in tener que cambiar tarse a sí mismo. Semejante actitud trar la cuestión que plantea irreme- 207; WF1\rR /\ ., 4 qu; llama milagro la &blw.
de huso horario para acudir hacia lo exige que el hombre entre dentro de diablemente, en el caso de Jesús, la \fadrid 1979
que viene. Opera en el espacio, pero sí, hasta ese nivel de profund idad en percepción de los signos.
sin tener que juntar puntos separa- donde se plantea la cuestión del sen- R. Latourelle
dos; o pera en el tiempo, pero sin te- tido de la vida y de la salvación del BIBL.: BIARO P., La pui.ssance de D1eu. París
ner que instalarse en la duración. Un 1960: BoL BUK v.. lnco fllrocon Dio. Roma 1968:
hombre. P ues bien, aceptar recibir la BROGLIC G. de. los S1J1nos de credibilidad dt la
milagro es una operación soberana- salva.c ión es renunciar a la autosufi- rtl1gi6n cristiana. Andorra 1965: BuLTMA'<'< R ..
mente simple de Dios. La produce ciencia, y no hay nada tan duro para Jesucruto y m110/ogía, Madrid 1970, 1o, S obrt'
sin tener que pasar por el espacio y el hombre como esta morti-ficación. ti prob/t'ma tkl pr0</1gio, en Crttr y comprmder
el tiempo, aunque el resultado de En la medida en que esta actitud e té l. Madnd 1974. 187-198~ Out Loos H. van, The MINISTERIO PETRINO
Mirarles o/ Juus. Leiden 1965; Gm u ;a l\.L,
esa acción se presente a nuestros presente o ausente, el milagro se in- Miracluand Moclern Thought. Michignn 1982;
ojos como un an tes y un después. terpretará de diferente manera: como StM/\RIO: l. Perspectiva de teologla /11ncla-
llARDO~ J .A., 11rt Concepr o/ Miraclt from me111al: 1. La ima¡¡cn ncotestamcnturin de Simón
El milagro, más que ser contrario a un signo de Dios, como un hecho St. Aug11sti11e to Modem Apologetics. en "'lñco- Pedro y de su ministerio: 2. La tradición exegé-
la naturalern, es superior a la natu- desconcertante o como un escándalo. logical Studies"' 15 ( 1954) 229-257: ll AZARO P. , tica: 3. Ln sucesión en el mini~tcrio pc1rino: teo-
raleza: la trasciende. Es una acción Los relatos evangélicos ilustran todo /_,a crisis de la conciencia europea (1680-1715). logía y mngi~tcrio (S />ié-Ninot). 11. Perspectivo
Madrid 19351; Hovr A. van, lA doctrine du mi- ecuménica: 1. FI primado en el diálogo co16lico-
razonable, pero a escala de Dios. Es este abanico de actitudes del hombre rac-le che: S. /nomas rt .ron accord ª"'" les onodoxo, 2. l'I primado según las tradiciones de
una obra emine ntemente normal ante el milagro. Los milagros son sig- prmcipes de la rulrud1e scientifique. l.ovaina la reforma. 3. r 1 d1dlogo ccum~nico anglicano-
para Dios, ya que lo propio de Dios nos dirigidos por Cristo para o rientar 1927; KAll A~J .. Tht S1g11ifica11ce ofthe Synop- cat61ico y ca16hco-pro1cstan1c sobre el pnmado
es crear y re-crear. En una palabra, al hombre hacia el reino e invitarle a tic Miracles, Londres 1961; KERTELGI K., Die (A. Gomóll'z Mmun).

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