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Sinergia

territorial
Promoviendo Inclusión, Equidad y Desarrollo

Julio 2009 - año 2 Nº 2

Antioquia - Perú
Índice
Oportunidades y amenazas de la
actividad minera en la cuenca del rio
Lurin
Eduardo López A.
4

Quinua orgánica: recordando nuestras


costumbres
8
Stuart Flores H.

Los movimientos sociales y el Estado:


relaciones contenciosas 11
Claudia Bielich y Martin Scurrah
(CEPES)

Una respuesta y actuación urgente de


los gobiernos locales
Carlos Herz S.
15

Presidente del CIED


Ricardo Claverías H.

Director Ejecutivo
Carlos Herz S.
Sinergia Territorial
Es una revista del Directores de Filiales
Centro de Investigación, Alfonso Aire U. - CIED Arequipa
Educación y Desarrollo Eduardo López A. - CIED Lurin
Salvador Peña G. - CIED Selva Central Diseño y diagramación
Agosto 2009 Año 2 - Nº 4 Genaro Ucharico V. - CIED Puno Taryn Cheé C.

2
Editorial

La gran aceptación que ha tenido entre las autoridades municipales la conformación de


mancomunidades se presenta como favorable al proceso de descentralización que con altibajos
se viene dando en el país. Son decenas los expedientes en trámite para conformar o actualizar
mancomunidades y es creciente la orientación de la cooperación hacia esta forma renovada de
asociacionismo.

Lo que deseamos resaltar es la oportunidad que ahora se presenta para que los Gobiernos Locales
se constituyan en verdaderos promotores del desarrollo local desde la gestión planificada de
un territorio con características e intereses comunes en término de la producción de bienes y
servicios a partir de sus recursos naturales que genere las condiciones para una lucha efectiva
contra la pobreza y las oportunidades para un crecimiento económico con equidad e inclusión.

Se trata de intentar superar la gran dispersión de la mayoría de municipios del país, de los cuales
más del 50% no suman 5,000 habitantes como población total, a través de mancomunidades que
ahora constituyen sujetos de derecho público, para concertar y priorizar proyectos de interés
territorial que trasciende los límites de cada uno de los municipios que las conforman. Y lo más
importante es que los componentes priorizados en estas nuevas formas de asociacionismo están
referidos a la producción, la energía, la vialidad, el medio ambiente, es decir aquellos factores
que pueden generar las bases de un desarrollo sostenible local.

Por otro lado, estas mancomunidades en formación tienen sentido y serán sostenibles si es que
además se garantiza la formación y el fortalecimiento de sólidas alianzas entre las autoridades
y de éstas con el conjunto de la población y con el sector privado que apueste por invertir
en condiciones equitativas aprovechando los recursos locales existentes. Es decir se requiere
la creación y el rol activo de plataformas interinstitucionales capaces de sumar y optimizar
esfuerzos y obtener todos y todas un beneficio de estas iniciativas conjuntas.

Como puede verse, la mancomunidad prácticamente va de la mano con el enfoque de desarrollo


territorial que se basa en la gestión planificada, concertada, diversificada y dinámica de los
recursos de un territorio conformado por varios municipios que actúan en alianza con las
organizaciones sociales y el sector privado para garantizar un aprovechamiento sostenido de
los bienes y servicios generados.

Lo que está faltando en muchos casos es hacer más visible estas potencialidades y oportunidades,
superar la visión pragmática inmediatista que generan los estímulos para crear mancomunidades,
construir los nuevos planes de desarrollo mancomunales con esa perspectiva territorial
sistémica, motivar y comprometer más a las poblaciones locales y a los empresarios en estos
nuevos espacios de gestión del desarrollo, generar los símbolos de identidad y orgullo territorial
que identifique las mancomunidades para ubicarse en mayores escenarios sociales, económicos
culturales y políticos, así como tener mayores espacios de interlocución y negociación con
las autoridades políticas nacionales y con el sector privado para lograr los beneficios que les
corresponden por derecho o por la capacidad de crear nuevas riquezas reconocidas por la
sociedad y por el mercado.

Carlos Herz
Director Ejecutivo

3
Oportunidades y amenazas
de la actividad minera en
la cuenca media:
Retos y perspectivas

¿La cuenca media del río Lurín amenazada?

A dos horas de la ciudad de Lima, por la carretera que conduce al Distrito de Huarochirí, se
encuentran los hermosos y pintorescos pueblos de Antioquía y Cochahuayco, tienen un clima
templado, con una temperatura promedio de 22 ªC., una altitud de 1,650 m.s.n.m y una
precipitación pluvial de 80 mm.

Forma parte del corredor natural y cultural de la cuenca de Lurín y aporta con algunos servicios
ambientales (producción de oxigeno, biodiversidad, recarga de la napa freática)1

Cochahuayco y Antioquia son tierras de aromas, de manzanas, membrillos, guayabas, pacaes,

1 Ricardo Claverías y Eduardo López Ayala, Pro Cuenca Lurín, Sistematización de la experiencia
2,004- 2,005. Página 26

4
paltos, su gente amable, acogedora y trabajadora invita a compartir la frescura primaveral y
sobre todo de espacios de solaz tranquilidad. Tiene una economía que descansa en la producción
frutícola y sentando las bases para el desarrollo de actividades no agrícolas como el turismo y
la agroindustria rural.

En la cuenca media, el producto con identidad territorial,


es el membrillo y manzana, caracterizado por su excepcional
“la minería nos
calidad en aroma, color, textura y posicionamiento en el mercado
mayorista de frutas2 ha cambiado el
escenario, es
Estos territorios poseen para nosotros potencialidades tangibles e
intangibles para promover un elemento actividades agropecuarias,
paisajísticas, turísticas, perturbador culturales y ambientales.
Pero también es una localidad marcada por la pobreza, falta
a la vida
de empleo, baja productividad de los cultivares, bajo
nivel educativo, empleo de cotidiana y las agroquímicos, migración de la
población joven y carencia de actividades servicios de saneamiento.
productivas”
Este escenario geográfico envidiable, no tenemos
porque mitificarlo sino más bien visibilizarlo para hacerlo
competitivo territorialmente, con la llegada de las actividades
mineras por parte de la empresas Huascarán S.A., ( mediana minería) y la empresa Baya
S.R.L (pequeña minería), aún encontrándose en la fase de exploración minera, constituye una
amenaza al medio ambiente rural, a los recursos naturales, a la biodiversidad, a las actividades
agropecuarias y a las denominadas actividades no agrícolas como el turismo, la agroindustria y
artesanía rural.

Como bien decía, un dirigente de la comunidad campesina en el taller informativo realizado en


Cochahuayco, el 11 del presente mes sobre las acciones y tecnologías que empleará la empresa
Baya, “la minería nos ha cambiado el escenario, es para nosotros un elemento perturbador
a la vida cotidiana y las actividades productivas”3

Si el escenario donde actuamos va


ha modificarse con el desarrollo
de actividades mineras, es urgente
que los actores locales, estén
informados responsablemente sobre
las amenazas a los agroecosistemas,
a la vida cotidiana, a las costumbres
e identidad cultural, para luego
realizar inversiones en capital social
y humano que permita promover
programas y proyectos de desarrollo
de capacidades humanas para
enfrentar con propuestas a éstos
retos.

También requerirá que el Gobierno


Local, las comunidades campesinas,

2 Idem, pág. 26.


3 Antonio Cordero, Presidente del Núcleo Ejecutor, Dirigente de la Comunidad campesina de Co-
chahuayco.

5
los comités de regantes, las Ong’s y otras instituciones de la sociedad civil construyan propuestas
de desarrollo, actúen con profesionalismo especializado porque surgirán nuevas demandas en
estudios, investigaciones para hacer el monitoreo y seguimiento ambiental a la cuenca.

Si bien es cierto que en corto plazo puede ser afectada la cuenca media, hay que considerar
también que los territorios de la parte baja no escaparán a esta amenaza, por consiguiente hay
que estar preparados, fortaleciendo los espacios como la mesa del agua y otras plataformas
que existen en la cuenca, a buena hora que tengamos un capital institucional y simbólico que
diversas instituciones públicas y privadas nos hemos esforzado en construir.

El Capital Institucional y Simbólico acumulado es una fortaleza de los multiactores públicos


y privados.

Hoy en día ya no es posible abordar e intervenir los problemas del desarrollo rural de la cuenca,
incidiendo solo en la promoción de las actividades agropecuarias, la complejidad del mismo exige
procesos que sumen esfuerzos, voluntades, recursos y enfoques para promover y desarrollar
con los productores y otros socios del desarrollo las denominadas actividades no agrícolas o
también denominadas pluriactividades, como el turismo, agroindustria y artesanía.

Asimismo es indispensable la construcción de plataformas o arquitecturas institucionales que


articulen a sectores del estado, sector privado y sociedad civil, para enfrentar multisectorialmente
a la pobreza, y también para promover y desarrollar los negocios agrícolas se requerirá
ineludiblemente conocer y validar instrumentos y conocimientos para lograr con competitividad
la articulación con los mercados y los respectivos procesos de mercadeo.

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La puesta en valor de los proyectos emblemáticos y sinergéticos que el CIED, el Gobierno Local
de Antioquia y otras instituciones privadas facilitaron y promovieron sumando la participación
concertada de diversos actores públicos, privados y de las organizaciones de la sociedad civil, ha
hecho posible visibilizar “Colores para Antioquia” y “Agroindustria rural de Cochahuayco”,
que sintetizan la generación de laboratorios de aprendizaje interinstitucional.

Estos proyectos innovadores son la expresión de la importancia que tiene el capital institucional
y simbólico que se ha construido, como herramientas que contribuyen a dinamizar la economía
local, mejorar la autoestima y ciudadanía.

Colores para Antioquia, ha convertido a esta localidad en una obra de arte, ha permitido hacer
los puentes entre arte y desarrollo para promover el turismo rural y comunitario.

Posiblemente lo trascendental de esta experiencia es haber logrado espacios para las pasantías
y para el aprendizaje de cientos de regidores, alcaldes de distintas regiones del país que lo han
visitado, de funcionarios del estado, del sector privado, de Ministros de Estado, congresistas, de
investigadores de diversas universidades, de representantes de la Cooperación Internacional,
de Presidentes Regionales y de cientos de organizaciones sociales del país.

Estos aspectos contribuyen a que la autoestima de la población y de sus autoridades sea un


importante intangible para el desarrollo rural de la cuenca media.

También Colores para Antioquia, está logrando el empoderamiento por la población asumiendo que
el proyecto sea suyo, tiene legitimidad social y fundamentalmente cuenta con el reconocimiento
de los medios de comunicación, de la cooperación internacional y de los decisores políticos.

Otro proyecto emblemático, sinergético e innovador es Agroindustria de Cochahuayco, que


promueve y desarrolla con mujeres empresarias, la agregación de valor, empleando tecnologías
limpias, de fácil manejo y de bajo costo, para la producción de sidra, vinagre, mermeladas,
encurtidos, fruta deshidratada, etc. con la finalidad de generar ingresos complementarios.

Para la institucionalidad de la zona (gobierno local, comunidades campesinas, comisión de


turismo, asociación de agroindustria Valle Lindo, plataforma de Ong’s, algunos sectores del
Estado (Foncodes, Ministerio de Vivienda, Mincetur), comités de regantes, clubes de madres,
etc.), es una fortaleza y es la expresión del valor agregado que se ha ido construyendo,
consideramos que es una buena potencialidad para iniciar con inteligencia, con “sabiduría de
masas”, los retos que conllevará un posible desarrollo minero en la zona con responsabilidad
social empresarial.

7
Quinua orgánica:
Recordando nuestras costumbres

La quinua es, quizás después de la papa, la fuente alimenticia más abundante y de mayor aporte
nutricional en el territorio peruano. En su composición podemos encontrar altos porcentajes
de proteína y aminoácidos esenciales, propiedades que la sitúan al lado de productos de origen
animal como la carne y la leche.

Desde tiempos antiquísimos, la quinua ha sido el sostén alimenticio de las culturas precolombinas
logrando perdurar hasta la actualidad. Su capacidad para crecer en condiciones difíciles
(tierras de elevada salinidad y climas secos) la ha convertido en el cultivo más difundido en
Sudamérica y, principalmente en Perú y Bolivia, en la base de la alimentación del poblador en
zonas altoandinas.

Esta planta tiene también una notable capacidad de adaptación debido a que puede crecer en
climas ubicados desde el nivel del mar hasta los 4000 msnm., resistiendo a las sequías y al frío
intenso.

8
El cultivo de la quinua en
el altiplano es también
una fuente de ingreso
para las familias de la
zona debido a su potencial
económico como cereal de
exportación para los países
industrializados.

Pese a los factores ya


señalados que influyen en
el favorable desarrollo de
la quinua, cabe resaltar que
el cambio climático, la falta
de agua, un suelo pobre
en nutrientes, así como el
insuficiente conocimiento
de técnicas de cultivo y las
dificultades para controlar
las plagas, ocasionan un
bajo rendimiento en la producción.

Por esta razón, CIED PUNO viene efectuando desde el 2007 el proyecto “Promoción de la
producción y comercialización de quinua orgánica” en los distritos de Atuncolla, Vilque y
Mañazo, en 8 comunidades, favoreciendo así a 490 personas.

El término “orgánica” hace referencia al proceso de obtención de la quinua, el cual consiste en


un sistema de explotación agrícola en donde no se emplean productos químicos u organismos
genéticamente modificados. Los abonos y los insumos para destruir las plagas son completamente
naturales. Esto trae como consecuencia la producción de un alimento orgánico dentro de un
medio ambiente protegido.

Lo que se busca es aprovechar los recursos naturales al máximo y evitar la contaminación


respetando a la “pachamama”. Para este efecto, se viene desarrollando capacidades técnico-
productivas con buenas prácticas agrícolas. El concepto de “buenas prácticas” alude al modo
de llevar a cabo el desarrollo de un proyecto empresarial, en este caso, de tipo agrícola, para
lograr resultados favorables, éxito y productividad; sin dañar el medio ambiente haciendo de
esta práctica una actividad sostenible.

Antes de realizar cualquier tipo de labor sobre la tierra, es necesario pedirle consentimiento a
la pachamama –que, entre otras cosas, simboliza la fertilidad– para que aporte sus beneficios
a la comunidad. Cuidar a la pachamama mediante buenas prácticas es la base del desarrollo
sostenible en la zona y también representa la fusión del pensamiento occidental del mundo
moderno y el conocimiento ancestral, los ritos y tradiciones de nuestro mundo andino.

Conforme a los objetivos planteados por CIED PUNO, se continúa con la formación de promotores
encargados de estandarizar la producción en las comunidades participantes del proyecto y
la ejecución de estrategias de mercadeo a través de la participación en ferias regionales,
festivales y pasantías. De la misma manera, se viene implementando el SIC (Sistema de Control
Interno) para el proceso de certificación que definirá la categoría de “orgánica” para esta
quinua producida en el altiplano.

9
Cabe mencionar la importancia del Desarrollo Territorial (DT) en este proceso. El DT plantea la
participación de los pobladores en su mismo territorio articulando las funciones de la sociedad
civil y el gobierno. De esta manera, se brinda oportunidades de empleo a las personas para su
posterior inserción dentro de las labores empresariales. En este sentido, el desarrollo económico
de las localidades dependerá de factores como la capacidad de gestión, organización y desarrollo
de estrategias.

La principal base de todo esto es la asociatividad. Ésta se entiende como la unión de personas
para el logro de objetivos que no se podrían conseguir de manera individual. Bajo esta modalidad,
los pequeños y medianos productores realizan un trabajo solidario y se insertan en el mercado
para comercializar sus productos y satisfacer la demanda. Para complementar el poder de la
asociatividad es necesaria su capacitación con la meta de potenciar sus habilidades y destrezas
empresariales.

En este contexto, los Centros de Acopio de Quinua, los cuales están a cargo de los Comités
Generales, permiten reunir la producción de estos pequeños agricultores para que puedan
competir en otros mercados y centros urbanos. Esto obedece a una necesidad de aumentar la
comercialización y generar mayores ingresos a las familias de la zona.

Los gobiernos locales, por su parte, contribuyen donando terrenos y agregados para la construcción
de los centros de acopio. Esto refuerza los postulados del DT, en donde las labores conjuntas
del Estado, la sociedad civil y el sector privado permiten sentar las pautas del desarrollo en la
comunidad, generando empleo y mejorando la calidad de vida.

10
Los movimientos sociales y
el Estado:
Relaciones contenciosas

Si uno revisa los hechos más saltantes de los últimos meses en el Perú, se podrá dar cuenta que
la realidad actual peruana se caracteriza por conflictos y protestas de diversos grupos exigiendo
cambios y haciendo públicas sus necesidades. Detrás de ellos están los movimientos sociales.

Entendemos por movimiento social a un proceso de acción colectiva politizada (un proceso de
movilización) dirigido a luchar contra formas de acumulación y colonización que reproducen
la injusticia, y que cuenta con una visión alterna (pero no necesariamente anti-sistémica) de
sociedad y desarrollo. Los movimientos sociales son procesos difusos espacial y temporalmente,
pero sostenidos en el tiempo. La definición de movimientos sociales incluye organizaciones de
base formales pero también va más allá al incluir formas de acción colectiva más nebulosas (y
en muchas ocasiones cíclicas) que incluyen organizaciones no gubernamentales (ONG) y redes
que sirven para vincular tanto a los actores organizados como a los dispersos en el proceso de
movilización social.

Bajo este concepto identificamos diez movimientos sociales presentes en el Perú de hoy. Muchos
son aún incipientes, hay algunos más activos y otros latentes, pero todos forman parte del mapa
de movimientos sociales emergentes del Perú1. Los diez movimientos sociales que identificamos
actualmente son: Indígena, Referido a las Industrias Extractivas, Ambiental, Agrario, Cocalero,
Regionales, Sindical, Feminista, De Mujeres Populares y Derechos Humanos.

Es importante diferenciar entre movimientos sociales y campañas. Éstas tienen corta duración
y un fin claro, que una vez que es conseguido (o, caso contrario, si el contexto hace que sea
imposible alcanzarlo) desaparecen totalmente. Éste fue el caso de la campaña “TLC Así No”.
Sin embargo, reconocemos la posibilidad que esta campaña se convierta en algún momento
en un movimiento más amplio y sostenido referente a la globalización. Por otro lado, tenemos
el caso del movimiento urbano, que fue uno de los más importantes en el Perú durante las
décadas del sesenta y setenta. A partir de las invasiones, grupos de pobladores se juntaban
y exigían titulación y servicios básicos. Sin embargo, éste es el caso de un movimiento con
objetivos cancelatorios. Una vez que se consiguieron, el movimiento desapareció. Con los años
las invasiones disminuyeron aunque no desaparecieron totalmente y paulatinamente el Estado
institucionalizó los medios por los cuales se acercaba a estas poblaciones a ofrecer títulos y
servicios, además, las empresas de servicios buscaban proveerles de luz y teléfono porque,
debido a razones económicas, les convenía tener más clientes.

Aunque hemos identificado diez movimientos en principio –la mayoría todavía incipientes– las
fronteras entre ellos no siempre son claras y en varios casos algunas personas y organizaciones
pertenecen a más de uno. Así, por citar algunos casos, tenemos que algunas organizaciones
participan en el movimiento agrario, el movimiento indígena y el movimiento referido a las
extractivas; hay un traslape entre los componentes y preocupaciones de los movimientos
1 Bebbington, Scurrah y Bielich. Mapeo de Movimientos Sociales en el Perú Actual. CEPES,
2008. http://www.cepes.org.pe/apc-aa/archivos-aa/e19ae5c595bdc837daaf4cc13d916d7e/Informe_
mapeo_movimientoss_sociales_FINAL.pdf

11
ambientalistas y el referido a las extractivas. Los movimientos feministas y de mujeres populares
también tienen mucho en común.

Un repaso por las relaciones y alianzas de los movimientos sociales en el Perú nos arroja un
panorama más o menos parecido: todos reconocen que en la actualidad el peso de la toma de
decisiones recae en el Ejecutivo. El Congreso de la República es una instancia mucho más débil,
que no tiene tanto poder de acción y que, por ende, no podría solucionar sus necesidades.

En general, se mantienen buenas relaciones con el Congreso, pero no son muy significativas
en el desarrollo de su agenda precisamente por la debilidad de este poder del Estado. Por lo
tanto, a pesar de las mayores posibilidades de contacto y diálogo con el Legislativo, esto no
importa mucho. Incluso algunos dirigentes consideran que ante la debilidad del Congreso, los
movimientos sociales han tenido que reemplazarlo en su papel de contrapeso del Ejecutivo.

Así pues, actualmente el Perú se caracteriza por una centralización del poder en el Ejecutivo.
Pero estamos ante un Ejecutivo cerrado, poco propenso al diálogo, que no acepta críticas y que,
además, ha creado normas que criminalizan la protesta: un Gobierno que no quiere oposición,
que no acepta que se esté en contra de sus ideas y sus políticas, que califica a todo aquel que no
se manifiesta a favor como “perro del hortelano”. Éste es un Gobierno muchas veces calificado
como arrogante e impune, que impone políticas sin consulta popular, sin tomar en cuenta las
necesidades y opiniones de la población. Esto deja a los movimientos sociales en una situación
incómoda. El Gobierno los califica de “revoltosos”, que no quieren el bienestar del país y que
más bien quieren mantener al Perú en el atraso. Así, los movimientos sociales se ven forzados a
buscar objetivos en un contexto de casi nulas posibilidades de diálogo con el Estado y, además,
de satanización de sus acciones.

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“En un escenario Así las cosas, las relaciones con instancias del Gobierno son
de esta naturaleza muy pocas y siempre que éstas existen se reconoce que es
es importante debido a la buena disposición de un funcionario determinado
reconocer que y no a la política de la entidad en mención. Si ese funcionario
los conflictos no fuese relevado de su puesto, es probable que el movimiento
necesariamente perdiera contacto con dicho organismo. Sin embargo, en este
son malos y contexto de escaso diálogo, existen algunas entidades que
frecuentemente deben rescatarse. En primer lugar, tenemos a la Defensoría
representan un del Pueblo, con un papel sumamente significativo. Todos los
factor que provoca movimientos mantienen relaciones con ella y en muchos casos
cambios importantes incluso alianzas. La Defensoría del Pueblo escapa de la política
en la sociedad” de poco diálogo, cero aceptación a la crítica y satanización de
las organizaciones sociales que caracteriza a este gobierno.
Junto con la Defensoría debemos rescatar a la PCM, que según diversos entrevistados ha sabido
mantener contacto con algunos de los principales líderes sociales del país y ha desplegado
grandes esfuerzos para promover mesas de diálogo, no siempre con éxito. Debemos resaltar que
a lo largo de los años el papel de la PCM ha sido variado. En algunos gobiernos fue más abierta
al diálogo que en otros. Actualmente, es la instancia que se caracteriza por “apagar incendios”
pero no por preverlos.

Por otro lado, tenemos a los gobiernos regionales y locales. Si la relación con el Gobierno Central
es prácticamente nula, la relación con los gobiernos regionales y locales es bastante fluida y
muy significativa. Es más, en muchos casos los movimientos no sólo dialogan con ellos, sino
que también algunas de las organizaciones constitutivas han establecido alianzas que permiten
trabajos conjuntos y coordinaciones. Incluso los gobiernos regionales se acercan y negocian con
el Gobierno Nacional planes y propuestas previamente concertados con los movimientos sociales.
En algunos casos, las relaciones con los gobiernos regionales son diametralmente opuestas a
las que hay con el Nacional: mientras el segundo cierra las instancias de diálogo existentes
y dificulta un acercamiento, los primeros no sólo conversan, sino que llegan a aliarse a los
movimientos. En una situación tan crítica como la que propone el Gobierno, la existencia de los
gobiernos regionales es muy importante, actuando en muchos casos como válvula de escape,
como única opción de contacto con alguna instancia de poder. No obstante, esta relación no
siempre es tan idónea. En muchos casos no hay buenos vínculos entre gobiernos regionales
y movimientos sociales. Eso habría ocurrido en la Amazonía durante varios meses del 2008,
aunque se mejoraron mucho durante el paro amazónico del 2009.

Esta vista panorámica de


las relaciones entre los
movimientos sociales y el
Estado demuestra que las
dificultades demostradas
en los últimos meses entre
el movimiento indígena
amazónico y el Estado
representan un caso
extremo de un patrón más
generalizado. En los últimos
años los movimientos
sociales han re-emergido
como actores sociales de la

13
sociedad civil, de creciente importancia y con movilizaciones cada vez más multitudinarias en
defensa de los derechos.

Por su parte, los gobiernos han visto estos movimientos como un desafío a su “derecho”,
a la exclusividad en la representación de la población y han sido renuentes a reconocer su
legitimidad, aceptar su derecho a la participación y la consulta y a entablar negociaciones
con ellos argumentando que las elecciones oficiales les otorgan el derecho al monopolio en la
representación de la población. Este conflicto sobre quién es el representante más legítimo se ve
agudizado por el hecho que los movimientos sociales suelen abogar por cambios fundamentales
en la sociedad en búsqueda de la puesta en marcha de su visión alternativa para la misma, algo
que genera un rechazo por los gobernantes y acusaciones de anti-democráticos y anti-sistema,
cosa que no necesariamente es cierta.

En conclusión, los movimientos sociales son una manifestación de la sociedad civil organizada
y movilizada y, como tal, pueden ser un indicador de una democracia libre y vigorosa. Sin
embargo, si los gobernantes o el sistema político en su conjunto no tienen la capacidad o la
voluntad de reconocer y dialogar con los movimientos sociales con miras a solucionar o acomodar
sus reclamos, pueden presentar un desafío a la gobernabilidad y el funcionamiento del sistema
democrático tal como está estructurado. En un escenario de esta naturaleza es importante
reconocer que los conflictos no necesariamente son malos y frecuentemente representan
un factor que provoca cambios importantes en la sociedad necesarios para su desarrollo y la
profundización de la democracia.

14
Una respuesta y
actuación urgente de
los Gobiernos Locales

La decisión populista del Gobierno Central de promover y crear núcleos ejecutores para invertir
los recursos municipales que los Gobiernos Locales no han sido capaces de gastar con premura
requiere una respuesta y una acción organizada y concertada de las autoridades municipales y
regionales.

Un importante sector de la población puede considerar estas medidas como la solución a la


supuesta ineficiencia e insensibilidad de diversas autoridades y funcionarios quienes no gastan
a tiempo y como debe ser los recursos públicos. Más aun cuando el Gobierno Central difunde la
información de que prácticamente ha culminado la descentralización con la transferencia de
competencias y recursos a los Gobiernos Subnacionales (Regionales y Municipales), y que ya no
tiene mayor responsabilidad en el manejo de los presupuestos para inversión local.

Ya en el período de Fujimori se procedió a construir una relación directa entre Gobierno


Nacional y población local con argumentos similares y utilizando al mismo aparato de Foncodes,
sin importar el fortalecimiento de la gestión municipal así como debilitando la organización
comunal al desconocer y competir con las estructuras representativas de las comunidades
campesinas. En ese momento y hasta ahora ha generado una importante simpatía popular
esta forma de vinculación del Gobierno Nacional con las comunidades mayormente rurales y
pobres, por los efectos que tuvo en la construcción de una importante infraestructura social y
productiva. Para muchas localidades donde el Estado ha tenido escasa presencia, dichas obras
han tenido un efecto importante que se traduce en el respaldo que aun tiene el fujimorismo
en diversos sectores de la población, a pesar que tal intervención pública centralista se haya
dado en detrimento del fortalecimiento de la organización comunal y de la institucionalidad
municipal, así como con el claro afán de debilitar el Estado de Derecho y afectar negativamente
el ejercicio de la democracia participativa.

No quisiéramos que el actual Gobierno pretenda el mismo


efectismo político y mediático a partir de sus actuales
medidas. Justo en momentos en que se requiere apuntalar
los avances logrados en materia de descentralización y
consolidar dicho proceso, medidas como las dictadas apuntan
en sentido contrario y además le añaden un componente
de polarización y tensión entre autoridades locales y
población. Importantes logros como la planificación y el
presupuesto participativos así como los diversos mecanismos
de participación ciudadana y control social en la gestión
del desarrollo parecieran dejarse de lado al propiciar estas
desesperadas medidas presidenciales

Urge pues una respuesta organizada, propositiva, autocrítica


y rápida de las autoridades municipales que, desde nuestro
punto de vista, debiera contener algunos aspectos claves:

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Urge pues Demostrar a la población que es el Gobierno Central el principal responsable
una respuesta de las limitaciones y causas que han generado esta situación de ineficiencia
organizada, en la gestión pública local. La falta de un plan nacional de desarrollo de
propositiva, capacidades; la ausencia de una reforma tributaria descentralizada; la
autocrítica y transferencia burocrática de competencias sin los recursos para hacerla
rápida de las efectiva; la superposición de funciones entre los diversos niveles de
autoridades gobierno; la lentitud en el funcionamiento de los sectores para derivar
municipales recursos económicos y técnicos oportunamente que apoyen la gestión local;
el nulo interés por promover los diversos mecanismos de participación
ciudadana y control social, por el contrario debilitando los procesos de
presupuesto participativo; el retroceso en la lucha contra la corrupción; la escasez de recursos
humanos para asumir las nuevas responsabilidades descentralizadas, además de carecer del
estímulo salarial adecuado para el ejercicio de la función; entre otros, son algunas de las
manifestaciones críticas de una gestión ineficiente e irresponsable del Gobierno Central que
tenía como parte de su plan de gobierno la profundización del proceso de descentralización en
curso.

Demostrar que las autoridades locales han venido realizando importantes esfuerzos de una
gestión municipal más eficiente, planificada, participativa, en un contexto nada fácil de
debilidad de las estructuras estatales; de atomización y dispersión de municipios, la mayoría
muy pequeños en las zonas rurales; con escasas posibilidades de contar con un equipo técnico
más solvente para encarar las nuevas tareas de la descentralización y el uso de recursos
económicos, que de un año a otro crecieron significativamente debiendo ser gastados en el
marco de los burocráticos mecanismos y procedimientos que posee nuestro pesado y arcaico
Estado. Sino pregúnteles a las propias empresas mineras que asumieron el control directo del
uso de los fondos de aporte social voluntario cuyo gasto no llegó al 40% del total previsto.
Aun con esas dificultades las autoridades locales tienen para mostrar que han mejorado su
capacidad de gasto (en comparación con el Gobierno Central) y pueden compartir logros en la
mejora de su gestión.

Mostrar con la mayor sinceridad los límites y errores en la gestión local por parte las autoridades
municipales así como su disposición a mejorar y superarlos. En muchos casos poco o nada
se ha hecho para realizar una administración transparente y de respeto a los procesos de
planificación y ejecución presupuestal participativa; igualmente ha sido muy débil la promoción
y fortalecimiento de los Consejos de Coordinación Local, siendo inexistente en un sinnúmero de
municipios. La reproducción de los defectos presidencialistas y caudillistas del Gobierno Central
en la pequeña escala municipal ha sido otra errónea característica de diversas autoridades
municipales priorizando su imagen y el culto a la personalidad antes que el servicio a la
población. La carencia de una mayor visión como gobernantes locales que les permita construir
y ejecutar concertadamente un proyecto de desarrollo local articulando gobierno, sociedad
civil y empresa, ha sido otra gran limitación. Sin que signifique una excusa o justificación es
evidente que esta sumatoria de deficiencias en la gestión local se reitera como una realidad que
nace y se extiende desde el Gobierno Central.

Proponer correctivos que mejoren la gestión local en el marco del respeto a la autonomía
municipal y del reconocimiento de que en la estructura del Estado el Municipio no es un espacio
de gobierno inferior sino diferente al de los Gobiernos Regionales y el Gobierno Nacional, cada
ámbito con sus competencias y atribuciones complementadas entre sí. Si el Municipio es el nivel
de gobierno más cercano a la población es el momento de aprovechar mejor esa oportunidad y
privilegio para optimizar la relación de las autoridades con las organizaciones sociales, asumir
una administración más transparente y aceptar que la participación social garantiza mayores
éxitos y hace más eficiente la gestión local.

16
Pareciera existir en el escenario municipal las mejores condiciones para superar rápidamente las
limitaciones que hemos resumido. Se cuenta con planes de desarrollo concertado que deberían
ser efectivos instrumentos de gestión para orientar el futuro de la localidad por muchos años,
siempre y cuando toda la población lo conozca y respete, al igual que las autoridades, aun
cuando éstas cambien. Se cuenta con el presupuesto participativo como otro instrumento de
gestión para identificar y priorizar las obras en función del plan de desarrollo y de los recursos
existentes. Se cuenta con mecanismos de participación, concertación, vigilancia y rendición de
cuentas que facilitan la acción de las autoridades locales y su vinculación con la población. Se
cuenta con las nuevas competencias locales para que las autoridades promuevan el desarrollo
económico y social construyendo plataformas y alianzas con la sociedad civil y el sector privado.
Finalmente se cuenta con la autonomía local del caso para que se generen diversas formas de
gestión comunal que contribuyan a un aprovechamiento más efectivo de los recursos económicos
en estrecha coordinación con los Municipios y en el marco del respeto a los diversos procesos
ya mencionados.

Momentos como éstos son importantes para mostrar la capacidad de rectificación de todos. Del
Gobierno Central hacia los Municipios buscando un discurso y una actitud más dialogante y de
cooperación, sin mellar su autonomía ni negarles sus valiosos aportes.

De los Municipios hacia la población para construir relaciones de confianza y de legitimidad


a partir de una gestión concertada y compartida, sumando esfuerzos para lograr mejores
resultados en la lucha contra la pobreza y la generación de oportunidades para el desarrollo
local sostenible.

De las organizaciones sociales para que en el respeto a sus derechos de control ciudadano
asuman un rol activo en los mecanismos de cogestión que puedan darse.

De las ONGs y demás proyectos de desarrollo para que sumen esfuerzos y respeten las agendas
acordadas desde los Gobiernos Locales y contribuyan a fortalecer la institucionalidad.

De las empresas privadas para responsablemente inviertan contribuyendo al desarrollo local


efectivo así como sumen energías en hacer viable los planes de desarrollo y los presupuestos
participativos.

En sí no habría porque oponerse a ninguna forma de gestión comunal, como los núcleos
ejecutores y varios otros, si estos mecanismos forman parte de decisiones concertadas y no
verticales, de respeto a y fortalecimiento de las instituciones, y que profundicen el proceso de
descentralización.

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