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Aprovechamiento de las Macroalgas Marinas en México; estado actual y retos


futuros

Conference Paper · October 2013

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Jose Zertuche
Autonomous University of Baja California
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APROVECHAMIENTO DE LAS MACROALGAS MARINAS EN MÉXICO;

ESTADO ACTUAL Y RETOS FUTUROS

José Antonio Zertuche González

Instituto de Investigaciones Oceanológicas, UABC. Km 107 Carr. Tijuana-

Ensenada. Ensenada, Baja California, México. CP 22860.

Zertuche@uabc.edu.mx

ANTECEDENTES

En México, el aprovechamiento de las algas marinas a nivel industrial se inicia a

mediados del siglo pasado frente a las costas de Baja California. La industria

comenzó en 1955 con la cosecha de Gelidium robustum, como fuente de agar,

seguida por Macrocystis pyrifera en 1956 como fuente de alginatos y una década

después inició la cosecha de Chondracanthus canaliculatus como fuente de

carragenina. Únicamente G. robustum se procesa hasta la fecha en México, las otras

dos especies se exportaban como materia prima a Estados Unidos. Por prácticamente

cuatro décadas, la industria Mexicana permaneció sin grandes cambios. México se

ubicó como un país exportador de materia prima para la industria de los ficocoloides,

con excepción de Gelidium robustum, que la empresa AGARMEX industrializa en

México para la producción de agar. A mediados de los años ochentas se instalaron

plantas piloto para la producción de alginatos y carragenanos con apoyos de la FAO

pero estos no prosperaron. Diversas publicaciones relatan la historia de esta industria

mexicana desde sus inicios hasta finales del siglo pasado (Robledo 1998, Zertuche-

González 1993, Guzmán del Proó et al. 1986, Molina 1986).


Al inicio de la industria de ficocoloides en México, no existían investigaciones

nacionales encaminadas al aprovechamiento de las algas marinas. Fue hasta

principios de los años setentas cuando se publicaron los primeros estudios formales

orientados al aprovechamiento de las algas marinas en México aunque estos fueron

escasos y publicados en ocasiones en revistas de limitada difusión (ie. Guzmán del

Proó et al.1971, 1974). A partir de mediados los ochentas, se iniciaron grupos de

investigación, en universidades y centros académicos, enfocados al aprovechamiento

de las macroalgas marinas. Y, aunque esta investigación es aún limitada, desde

entonces existen grupos que realizan estudios enfocados al aprovechamiento de otras

especies y otros usos de las macroalgas -más allá de su uso como fuente de

ficocoloides-.

Actualmente se cuenta con estudios de listados taxonómicos de algas de importancia

comercial, tanto para el Pacífico como para el Golfo de California (Aguilar-Rosas L et

al. 1982, Pacheco-Ruiz et al. 1993, Zertuche-González et al. 1995) donde se pone de

manifiesto que México es un país con una gran cantidad de especies de macroalgas

con potencial comercial. La cosecha comercial de las algas motivó también estudios

sobre la disponibilidad de su biomasa y su dinámica poblacional (Ballesteros et al.

1996, Casas-Valdez et al. 1985, Hernández-Carmona et al. 1991) y se extendieron

para otras algas potenciales (Guzmán del Proó 1991, Pacheco-Ruíz et al. 1998, 1999,

2002). Surgieron numerosos estudios sobre composición química, caracterización de

geles, mejoramiento de procesos de extracción, aprovechamiento de mantos,

ecofisiología y cultivo de especies de interés económico, que sería muy extenso citar

en este trabajo.

El impacto del uso de esta información no ha sido particularmente alto pues existen

muchos otros elementos, particularmente aquellos de carácter legal y financiero, que


son necesarios para que la utilización de la investigación aplicada se vea reflejada en

la industria. Sin embargo, a la fecha se observan cambios y tendencias a una mayor

diversificación de la industria de las algas en México.

SITUACIÓN ACTUAL

Algunos cambios importantes se dieron en el 2004, a raíz de la caída de la industria

de los alginatos en Estados Unidos, que provocó que México dejara de exportar

Macrocystis pyrifera. Desde 1956 a 2007 se cosechaba un promedio de 30,000

toneladas húmedas, con la ayuda de un barco diseñado específicamente para podar

la biomasa disponible en el primer metro y medio de la superficie. El cierre de esta

actividad provocó la búsqueda de otros usos para M pyrifera.

En 1992 ya había iniciado, en Baja California, el cultivo del abulón rojo (Haliotis

rufensces), cuya engorda se lleva a cabo principalmente a partir de M pyrifera.

Posteriormente se iniciaron se iniciaron pruebas para la producción de harina de M

pyrifera como suplemento para alimentos balanceados y se inició también la

producción de extractos de algas para su aplicación en cultivos agrícolas.

Actualmente la producción de harina de algas es limitada, sin embargo, existen varias

empresas dedicadas a la producción de extractos de algas a partir, principalmente, de

M pyrifera. Por otro lado, en años recientes se ha incrementado el número de granjas

de abulón que consumen M pyrifera (Searcy-Bernal et al. 2010).

El número de especies comerciales que actualmente se aprovechan en México, se

incrementó gracias a las investigaciones sobre la disponibilidad de mantos. Los

estudios sobre la disponibilidad de Gracilariopsis lemaneiformis en el Golfo de

California propiciaron el aprovechamiento de esta especie para su exportación a

Japón y, temporalmente, para su extracción en México (Arellano-Carbajal et al. 1999;


Pacheco-Ruíz et al. 1999). Su cosecha inició en 1996 y aunque esta no ha sido

continua por razones de mercado, se encuentra ya en la carta pesquera nacional. A la

fecha solo cuatro especies de macroalgas están incluidas en la Carta Nacional

Pesquere (Macrocystis pyrifera, Gelidium robustum, Chondracanthus canaliculatus y y

Gracilariopsis lemaneiformis). Algunas otras especies se aprovechan a través de

permisos de fomento (Eisenia arborea, Egregia menziesii, Chondracanthus

squarrulosus, Laminaria sp, Ulva sp, Mazaella sp y Porphyra sp) pero son realmente

pocas para el potencial que existe. Recientemente se publicó en el Diario Oficial de la

Nación el Plan de manejo para la pesquería de Macroalgas en Baja California,

México.

(http://dof.gob.mx/nota_detalle_popup.php?codigo=5280840) lo que indica un nuevo

interés gubernamental en promover el aprovechamiento de las macroalgas en México.

PANORAMA FUTURO

El desarrollo de la investigación aplicada sobre el aprovechamiento de macroalgas, en

México como en cualquier país, estará supeditada al interés de alguna rama industrial

establecida (o por las expectativas del desarrollo de nuevas actividades

empresariales), su vinculación con el sector académico y su promoción

gubernamental. México actualmente tiene al menos cuatro ramas industriales a partir

de las macroalgas; los ficocoloides, las algas como forraje marino y terrestre, los

extractos para mejoradores agrícolas y las algas para consumo humano de manera

directa o como ingrediente en otros alimentos. La industria de los ficocoloides ha sido

tradicionalmente la que más biomasa demanda mientras que la demanda de algas

para consumo humano es aún muy pequeña.


Después de casi medio siglo de poca variabilidad, seguida por una baja en la

demanda de Macrocystis, la industria de algas para ficocoloides en México podría

tener un nuevo impulso debido al incremento en los precios internacionales de

algunas algas, particularmente aquellas productoras de carragenina. Existen muchas

especies alternativas que podrían ser candidatas a cultivos en pozas, particularmente

algas rojas productoras de carragenanos kappa y lambda (Aguilar-Rosas et al. 1983;

Pacheco-Ruíz et al. 1996; Robledo y Freile-Pelegrín 2011; Zertuche-González 1989)

En el caso de las harinas de algas, existe un creciente interés en el mercado

internacional particularmente por harinas con compuestos activos como el fucoidan en

algas pardas y ulvan en algas verdes. México cuenta con una variedad de especies

que pudieran utilizarse bajo este concepto (Hernández-Garibay et al. 2011). Tanto en

el caso de los ficocoloides como el de las harinas, típicamente se demandan en

grandes cantidades por lo que habría que determinar la disponibilidad de mantos

comerciales o la posibilidad de su cultivo.

El uso de extractos de algas para uso agrícola ha tenido un gran auge a nivel mundial

(Craigie 2011). Aún cuando los mecanismos de funcionalidad de estos extractos no

son del todo conocidos y son temas activos de investigación, su efectividad es

aceptada en el mercado. En México existen varias pequeñas empresas dedicadas a

la producción de extractos de algas cuyo mayor reto será competir con empresas

internacionales. Esta es un área de investigación que requiere más atención en

México.

Un caso particular que puede tener una gran relevancia para México es el uso de las

macroalgas como forraje terrestre (Carrillo-Domínguez et al. 2002) pero a más corto

plazo como forraje marino es el uso de algas para alimentación de abulón en cultivo

debido al incremento en la producción de las granjas de cultivo de abulón (Searcy-


Bernal et al. 2010). Actualmente se cosechan alrededor de 2500 ton húmedas de M

pyrifera para la alimentación de abulones en cultivo (Benito Altamira, Abulones

Cultivados, comunicación personal).

El uso de las macroalgas como biocombustibles es un tema de investigación que ha

retomado interés después de su auge en los años setentas. Las macroalgas, debido a

su alto contenido en carbohidratos, son buena fuente de biomasa para la producción

de gas y alcohol. Las investigaciones en este tema se cancelaron a finales de los

ochentas por su inviabilidad económica debido a la reducción del precio del petróleo

(Bird y Benson, 1987). Aún cuando la tecnología para la producción de estos

combustibles a partir de macroalgas se tiene muy desarrollada, su aplicación no es

viable económicamente. La producción de gas o alcohol a partir de macroalgas

requiere de muchos factores pero principalmente de la disponibilidad de grandes

cantidades de alga a precios muy bajos. La posibilidad de utilizar algas para la

producción de abulón, por dar un ejemplo que se aplique a México, es mucho más

rentable que pensar en vender algas para biocombustibles. Por otro lado, los nuevos

descubrimientos de gas en cuencas arenosas hacen menos competitivo

económicamente al gas producido a partir de algas.

El futuro del aprovechamiento de la macroalgas en México reside en gran medida en

los recursos humanos en investigación y desarrollo tecnológico con los que se cuente.

La cantidad de los recursos humanos de alto nivel que generan investigación básica y

aplicada en macroalgas, podría decirse que es modesta pero dramáticamente

superior a la que se tenía hace treinta años cuando iniciaron los primeros grupos de

investigación. Esta publicación sería insuficiente para citar los trabajos generados por

investigadores mexicanos que se tienen en temas como ecología, fisiología,

composición química, cultivos, cambio climático, oceanografía biológica en relación a


las macroalgas, por citar algunos. Cabe destacar que los estudios taxonómicos son

ahora más precisos gracias a la incorporación de técnicas moleculares y vemos

investigaciones más complejas que explican la dinámica de las poblaciones de algas

en función de su entorno oceanográfico (Ladah et al. 2012). Un ejemplo muy

ilustrativo es el hecho de que en el volumen del Journal of Applied Phycology que

selecciona los mejores treinta trabajos del XX International Seaweed Symposium,

nueve son de investigadores mexicanos con temas que van desde taxonomía (Rosas-

Alquicira et al. 2011), ciclos de vida (León-Cisneros et al. 2011) hasta cultivos

(Robledo y Freile-Pelegrin, 2011), incluyendo estudios sobre compuestos secundarios

de interés farmacológico (Guerra-Rivas et al. 2011, Hernández-Garibay et al. 2011),

fisiología de nutrientes y fotosíntesis (Cabello-Pasini et al. 2011), herbivoría

(Sonnenholzner et al. 2011) y efectos del El Niño en mantos de algas (Hernández-

Carmona et al. 2011).

El aprovechamiento de la algas hasta ahora, esta limitado a la disponibilidad de

mantos naturales en cantidades suficientes para ser cosechados. Incrementar el

número de especies aprovechables dependerá en gran medida de su cultivo a escala

comercial. Los conocimientos que ahora se tiene en algunas especies comerciales,

permiten suponer que México tiene una gran oportunidad de incrementar su industria

de macroalgas a través de su cultivo. Para ello es importante promover la formación

de recursos humanos que sepa incorporar los conocimientos generados por

investigación básica y aplicada al desarrollo tecnológico.

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