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COSMÓPOLIS
EL TRASFONDO ·
DE LA MODERNIDAD
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La edición original inglesa de este libro fue publicada
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Serifa Diseño 1 Ilustración
r
CONTENIDO
1
1 Presentacton, por JOSE
. / ,
ENRIQUE RUIZ-DO
7
MENEc
C O S M Ó P O L IS
Prefacio
Prólogo: Hacia el milenio reculando
CAPITULO PRIMERO
,
CAPÍTULO TERCERO
LA COSMOVISIÓN MODERNA
MODELANDO LA NUEVA «EUROPA DE LAS NACIONES» 133
145
I66o-1720: LEIBNIZ DESCUBRE EL ECUMENISMO
y
154
I66o-1720: NEWTON LA NUEVA COSMÓPOLIS
169
1720-1780: EL SUBTEXTO DE LA MODERNIDAD
184
EL SEGUNDO DESMARQUE RESPECTO DEL RACIONALISMO
5
CONTENIDO
CAPITULO QUINTO
,
HUMANIZAR L A MODERNIDAD
PRACTICA
, , ,
DE LEVIATAN A LILIPUT
LO RACIONAL Y LO RAZONABLE
Notas bibliográficas
Notas y referencias
/
In dice onomástico
CAPITULO PRIM
"'
ERO
«La ed a d moderna ha toc ado a su fin» es una afirm ación que puede
nar muy bien, per o que no es tan fácil d e compre nd er com o parece. Par
so
a
ello, y p �r a � er po r �ué se da tan to val or a este fin (una defunción
que se
supone Ine VIta ble, SI es que no se ha pro ducido ya de hecho) , deb e
preguntarnos prim ero qué se qui ere dec ir con la pala bra <<mo de rno»
mos
y
cu án d o se cree que emp ezó la mod erni dad prop iame nte t al .
Preguntas cuyas resp uestas no están, por cie rto , nad a claras. Unos fe
chan el origen de la mod ernid ad en 1436 , año en que Gutenberg adoptó
la im p ren ta d e tipos móvil es; otros , en I 5 20, año de l a rebelión de Lute
ro contra la autorid ad de la Iglesia ; otros, en I 64 8 , al finalizar la Guerra
de los Treinta Años; otros en I 776 y I 7 8 9, los años en que estallaron las
revoluci ones american a y francesa respectiva mente; mientras que, para
unos pocos , los tiempos modernos no empiezan hasta 1 8 95 , con La in
terpretación de los sueños de Freud y el auge del <<modernism o» en bellas
artes y literatura. Por nuestra parte (ya seamos de los que se muestran pe
sarosos por su final y le dicen adiós con abatimie nto, ya de los qu � lo re
ciben con albo rozo y se mueren de ganas porque llegue n los ttemp�s
<<posmodemos» ), lo que pensemos sobre las p ersp ec tivas de la mode�m
dad dep end erá en gran medid a de cuál es, a nuestro pare cer el corazo� Y ,
m e ollo de lo «mo derno» y cuáles son los acontect· mten · tos clave que die
ron origen al mun do «mo de rno».
.
En cte rto senttdo, . do a su
la tdea d e que 1 a m o d e rn1· dad «est. á tocan
.
---
COS M Ó POLI S
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p
¿ QU É PR OB L EM A P LAN
TEA LA M OD ERN IDAD
?
Ch arles Renni e M ackinto sh . Así, en ar quite ctura , nos las vemos con
. un a
ro b l em/
atica qu e . en e sol
ti / o no
P . . . venta añ os de ed ad , muc ho menos d e 1 o
q ue los h is to riad o re s tie ne n en m en te cu an do co nt ra s t an 1 a h1st . or 1a mo -
·
d e rn c o n la anugu . � � la m ed iev al
� : Sin em ba rgo , pa ra nuestros fines, la
a rq u i tec tur a n o es ni Irr elevan t e ni car ent e de int eré s: de maner a
cur io
s a, e i nes pe rad a , a p ar t i r de r 9 00 el art e y la arquitectura mo
Y
de rnistas
a d op ta r o n di e r ? n nu eva vi d a a ide as y mé tod os qu e se hab ían
ori gin a
do en el pensami en to y l a pra cti c a mo der no s del siglo xv n. Pe ro, ind
_ _
ent e de lo
e
p en d ien te � que se ten ga �laro-o cas i clar o- , lo cierto es que
la m od ernidad en torno a la cua l eXI ste en la actual ida d una gran contro
versia com enzó mucho ante s de 1 890.
Pero tam bién la con trover sia sob re la << pos mo d e rni d a d >> preced e a la
revol ución en arquitec tura iniciada por Venturi . En efecto, lo «posmo
dern o» es el tem a de una serie de ensayos de crítica social, económica y
política escrit os por Pete r Drucker en la temp rana fecha de 1957 y pu
blicados en 1 965 con el título de Landmarks for Tomorrow (Hitos del ma
ñana). Druck er hacía hincap ié en las radical es diferen cias existentes en el
plano económic o, social y político entre las circunstancias actuales y las
generalmente asociadas al término «modernidad» , y concluía diciendo
que era una falacia aplicar este término a «la manera como vivimos en la
actualidad». Asimismo, D rucker sostiene que, en vez de asumir que las
nacion es del mundo pueden seguir viviendo como de costumbre, debe
ríamos ver que la nación-estad o, que reivindica una soberanía sin reservas,
ya no es la misma unidad política cerrada que fuera en los siglos xvn Y
XVII I . Los tiempos en los que vivimos exigen instituc iones nuevas Y mas
. . /
funcionales : instit uciones que vayan más allá de los límite s nacio nales Y
sa tis fagan nece si dade s trans nacio nales de índol e social Y económica .
eXI .
Si los principales tem as del deb ate sob re la mo dernid ad son las
gencias polí ticas d e la m o de rna naci ón- esta do, de man era que el fin de la
mode rnidad cor re par ejo con el ecl ips e de la sob era nía nac ion al, en ton-
ces d eb ere mos busc ar el ortge. n d e esta era en 1 os siglos xv 1 y xvn . Desd e
esta p ers pectiva, la edad m o d erna com enzo con l a cr ea ción d e. e s ta d os
·
d Ic
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t 10 S ac e rc a rn as au n a
O(i ern o>>, (1 e" -
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« P r tn e r pe rt o do Ill ·
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h is to riado am a e l
res conte m poran eos ll n
COS M Ó POLI S
j,índo nos unos tresci entos años de maniobra para nuestras elucubr acio
nes. Antes de media dos del siglo xvi, la existencia de estados organizado s
alrededo r de nacio nes era la excepción, no la regla. Antes de I 5 so, la
obliga ción política seguía fundánd ose en gene ral en la fidelidad feudal,
no en la lealta d nacion a l . En este sentido , la fecha de comien zo de la mo
dernida d coin cidiría con la que dan mucho s historiadores: en algún
momento del med io siglo que va de r 6 oo a r 6 so.
Esta fecha para el comie nzo de la modernidad encaja también per
fectamente con las preocupaciones de otros críticos contemporáneos.
Los años sesenta y setenta del siglo x x presenciaron el resurgir del ata
que contra la «inhuman i dad» mecanicis ta de la ciencia newtonian a lan
zado 1 50 años antes por William Blake en Inglaterra y por Friedrich
Schiller en Alemania. A mediados de los años sesenta, la gente decía que
había llegado la hora de rematar y culminar políticamente las críticas de
Blake y Schiller. El visionario inglés había advertido que la industria aca
baría destruyendo al país y lo convertiría en una tierra baldía de fábricas
satánicas. El poder económico y político de las grandes multinacionales
dejaba bien claro en los años setenta que dicho proceso era imparable.
Con B arry Commoner y Rachel Carson al frente (el primero como por
tavoz de la biología, y la segunda con su manifiesto retórico de Primave
ra silenciosa) , la gente luchó por la <<ecología» y la «protección del medio
ambiente» a fin de defender el mundo natural frente a la rapacidad y las
fechorías varias de los humanos.
Las fábricas y factorías satánicas que había denunciado B lake son fe
nómenos de finales de los siglos XVI I I y XIX: la energía hidráulica o de va
por era imprescindible para hacer funcionar las máquinas que hacían es
tos nuevos métodos de producción más eficaces de lo que había soñado
jamás la industria rural . S egú n este patrón, los comienzos de la moderni
dad habría que situarlos en torno a r 8oo. La obra clásica de Newton ,
Principios ma temáticos de la filosofía na tural, se publicó en r 6 8 7 , pero su
teoría de la d i n á mi c a y el movimiento planetario no tuvo ninguna utili
dad inmediata para los in g enieros . La maquinaria y las «manufacturas»
tuvieron que esperar al desarrollo pleno de la máquina de vapor, después
de I 7 50. Así pues, tomando el au ge de la industria como la marca distin
tiva de la modernidad, el comienzo de la edad moderna se situaría en am
bas vertientes del año I
8oo, en pleno au g e de la revolución industrial .
En cambio, si vemos la creación de la ciencia moderna por Newton
30
�
1
¿ QU É P R O BL E MA PLANTE
A LA M OD ERN ID AD ?
que sit uarl a en a d eca da de r 68o ' o-e n la medida en qu e N ewton llevó
a ca bo ta r eas
Intelectual es que fue ron formula das p or Ga11· 1 eo en ,
.
, os y com o cue stio
. ttfic . term1-.
no s ct e n nes m etod ológi cas por D es, ca rtes-var1as .
x . en de a la ettca un .
Ci· a1 h1n ,
. cap1e en 1 as maxtma s mor a 1 es un1 · ve rs al es e tt
· " ·
I
"
, st r t
· c a q u e ar ra n ca c on la ad op-
«m ode rni dad » es una vez ma s una fa s e h . o , .
. ..
.ct o"' n p or d , t o d os d e in ve .
st tg ac io,n n u evo s,
G ali leo y De sca rte s e un os me
31
C O S M Ó P O LI S
)2
¿ QU É PR OB LE MA PLANTE
A LA M OD ERNI DAD ?
· ·
· en, 1 as ¿ 1st1n tas
da d, y a las dis tintas fec ha s qu e se ba raJ· an so b re
con fusi on e s Y de s a cu er do s ocu lta n un con sen so de fon do . En tod a
. su or1g
_ actu al-ya la
con tr ov ersia se trate de lo mod ern o y 1 o pasm o d erno
y arq
. . en arte
uit ectu ra, ya d e las VIrtud e s de la cie nci a mo der na,
ya de los defec-
tos de l a tecn o l ogí � mo derna-, los argum ent os des can san en uno s pre
supu e s to� c om parti dos sob re la rac ion al ida d . To das las partes en disc or
di a convienen en siglo xvn
que los s e dice n tes <<nu evos filós ofos del
>>
fueron r espon sabl es de nuevas man eras de pen sar sob re l a na tural eza y la
soci eda d. O bliga ron al mun do mod erno a razo nar sobr e la natu raleza de
un a manera nueva y «cien tífica», y a utiliz ar méto dos más «raci onale s»
pa ra a bordar los prob lem as de la vida huma na y la socie dad. Su obra su
puso, pues, un punto de inflexión en la histor ia europ ea y merec e que se
la cons idere como el verdade ro punto de arranqu e de la modernidad.
A este respecto , hay otras disciplina s y actividad es que siguen, así, el
ejemplo de la filosofía y la ciencia natural. La pregunta sobre el naci
miento y muerte de la modernidad, o sobre el principio y fin de la edad
moderna, resulta de especial importancia para estas disciplinas de primer
orden. Los físicos y biólogos son conscientes de que las posibilidade s y
métodos de la ciencia difieren hoy sobremanera de los de la época de La
voisier o de N ewton ; pero el desarrollo de la electrodinám ica cuántica a
partir del electrom agnetism o de Maxwell , o de la genética biomolecular
a partir de la fisiología de B ernard, no implica-a los ojos de éstos-una
discontinuidad comp arable a la que se produj o en la décad a de 1 63 0. Al
gunas cienc i as del siglo xx, como la mecá nica cuán tica, la ecología y el
psi co análi s is, nos aleja n basta nte de los axiom as de la <<filo sofía natural»
del siglo XVI I, has ta el pun to de que hay más de un escritor que sien te la
tentación de llam ar esta s disc ipli nas con tempor áne as con el nom bre de
«cien cias pos mo dernas» . Per o est a fas e no ma rca con la cie nci a «m ode r
-
n a» an ter i or la rup tur a que se sup one en 1 a s ustt tu ci on por part e de Ven
· . _,
-
.
turi de la arquit ectu ra «m od ern ista» po r la «p osm od ern a» . Lo s c � mb ws
lo xx
de m étodo o ac titud in tel ec tu al dentro de la cie nc ia na tural de l stg
e n m o do algun o stgntfi can que , por eJe mp 1 o, 1 a bi ol ogía
. .
·
m ol ecul ar haya
. n.
un C ha rl e s D ar wt
roto c on las id ea s de un Cl au de Be rn ar d o
"
ha s-
P ero 1 a sttua cton a 1 a
. . " qu e se en fr en ta ac tu al m en te la fil os ofta es . . as
ta n te más dr ástica . La s pe rs on as qu e tra b aJa n en el c am
· po de la s ct en ct
en id as . Po r su p(u te ,
.
" nv
, . . =-
os co
.,
33
¡ .
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. ...... 1
COS MÓPOLI S
.
d t. mte nto s que estan d 1spon 1' bl es para cu al qu i· er a qu e se olvide de la. su -
, .
. , y a t a que estos pro bl e m as de un a manera hb re
persttci ón y las mitol ogtas . .
1 tm
.
d e preJu icios .
y aJen a a m o d a s pasaJ eras. E s tos pres up ue
. . stos no se ita -
1 as
.
ron a l os filó s ofo s ' sino que fueron com p arti· d os po r pe rso na s d e to d as
esfera s de la vid a, y se hall an por ct er to b Ien
. · a rr aig ad as en nu es tr a n1 an e-
ra << m o dern a » de pensar el mun do.
35
cos M Ó PO L I S
1 . -
n o s, n o obs ta nte ' di chos presu pues tos h a n s i d o
d e l a mo -
I-1-� n es to s ú t1. 111 os a ·
,
·
ue l a cr1t1ca
·
to de q
os ataq ue s ha sta e l pun
1 . d .
· '
bl anco d e n um eros ·
. . .
111 e n te d 1. e h a . Al a b o r dar cue s tio ne s rel ati vas a l a rac 1 on a hd a d, Rorty
. .
a d o p ta 1 a qu e e" 1 d en otn ina
una pos tu ra <<Sin cer am ent e etn oc ,
en trt ca » '· e s
d eci r, que ca d a cu ltur a
.
· ·
. , .
Ala sda ir M a c l n tyre nos pid e que m1r em os det ras d e tod a s las cue sti one s
de «rac iona lida d» abstract a y nos pre
gun tem os a qui én pert enece el con
ce to de raci onal idad en vigo r en una situ
ació n dad a . Si la ado pción d e
¿
m dos d e p ensar y actuar «racio nales » fue el princi
pal rasgo distintivo
d e la modernidad , enton ces la línea diviso ria entre la época medieval y l a
moderna se basa más en nuestr os presup uestos filosófi cos de lo que nos
gu s ta r ía creer. Ahora que se cuestiona hasta la propia racionalidad, es e l
momento d e reconsiderar el cuadro tradicional d e un mundo medieval
dominado por la teología, que se dejó vencer por un mundo moderno
volcado con la racionalidad.
D esde l u e g o que algo importante ocurrió en el siglo xvn, que hizo
que-para bien o para mal, y probablem ente para ambas cosas-la so cie
dad y l a cultura de Europa occiden tal y Nortea mérica se desarro llaran en
una direcc ión distinta a la que habría n seguid o de no haber se produci d o
ese algo . P ero esto no nos exim e de pregunta rnos , en prim er lugar , cuá
l es fuer on los acontecim ientos que resu ltaro n ser tan cruciales para la
crea ción de l a Europ a mod erna ; en segu ndo luga
r, cóm o influye ron e sos
1
�
aco nte cim ientos en cóm o los eur ope os vivi
ero n y pen saro n en las últim as
déc ada s de dic ho sigl o; y, fina lme nt e, cóm
o con figu rar on el des a rro ll o de
1 � mo der nid _
ad has ta la épo ca actua l y, no me no
s im po rta nte, nue s tro h o
riz on te de ex pe cta tivas co n vi s ta s a
l fu turo .
so s co inc id e n en un pu nto im p o r ta nte :
La mayo r p rte de los estud io
�
la to m a de pa rti do <<m od er na » po
r l a ra cio na lid ad en lo s as untos hum a
no s fu e p ro du c � o de lo s ca m bi os
in te lec tu ale s de m ed iad os de l si glo xv 1
y 1 a a s tr o n o -
cuyos pr ot agon ist as fu er on G al
m 1a , y R en e D es ca rt es , en el
" "
ile o ' en e l ca m po d e 1 f "
a 1s1ca·
y 1 a e pis· temo 1 o gt"a M ás
de la s m at em átic a s
� � gu e su pr opi a di re
en l os as � ec to s er it or io s de es to s ca m b
� io s, otro s e n su s n o ci vo s e fe c to s
o
se cun d ar io s , m ie ntra s qu e ot
eq ui hb n
ro s a un
, tr a ta n d e m . .
ent re los cos tes y los b en e fi c1 . an te ne r un
ac ti tud es . L o que cas i n un -
os d e las n ue vas .
;
¿ QU E P RO B LE MA P LANT
EA LA M OD ERNIDAD ?
·
d el st g1 o xv n, Y 1 a ap art cto n de los Principios ma tem
.·.. . Galileo , en los primeros an- os
1 68 7.
áticos de Newto n, e n
Pero ,c�mo no s ad� erte el di cho po pu lar , lo qu e todo el mundo
pon e «no tie n e po r que ser verd ad ». Muchas veces ocurre que todosuel
mun d o i gn o ra lo que to d o el mu nd o cre e. Ha sta ha ce
po co , la gente su
ponía qu e la fal da esc oc esa se tej ía según los viejos y ancestrales pa trones
de un o de l �s cla ne s qu e vivían en las tierras altas de Es cocia, y cayó
como auté n ti ca bo mb a el des cub rim iento por los his tor iad ore s de que en
reali dad el fam oso tart án h abía sido cre ación de un em p r e n ded or comer
ciante de la frontera entre In gl ate rra y Esc ocia . Asim ism o, hasta hac e
poco, los historia dores de la ciencia creían que Wil liam Harvey hab ía
des cubierto la circu lació n de la sang re al rech azar la teoría de Ga l eno de
que la sangr e «fluía y refluía>> en las venas : una p eque ñ a i nve stigaci ó n le
reveló a Donald Flem ing que tambi én Galen o había cre ído en una circu
lación sanguínea unidir eccion al y que lo que hizo Harvey en realida d fue
perfilar esta teoría en vez de rechazar la . Al parecer, la unanimid ad de lo s
historiadores anteriores se había conseguido tomándose prestados unos
a otros sus comentarios sin pararse a consultar los textos originales.
Como acabamos de ver, a veces las tradiciones venerables cobran
fuerza post eventum, de manera que las circunstancias de su creación arro
jan tanta luz sobre los tiempos en que fueron inventadas y aceptadas
como sobre los tiempos a los que manifiestamente hacen referencia . En
consecuencia , lo único que podem os deduci r sin temor a equivocarnos
de esta primer a ojeada al debate entre los modernos y los p o sm o d e rn os
es qu e, con relación a buen a parte del siglo xx, l os habi tante s de E�rop a
occi dental y de No rtea mér ica gen eral mente acep taron dos enunctad os
de b ase sob re los orí gen es de la mo dernid ad y la era mo de rn �: a sab er,
xvn Y la t r � n s . ct on de l s
t
que la eda d mo der na em pezó en el s i glo que .?
mod os de pe nsar y actuar me dieval es a los mo der no s se htzo en �nct o
.n
de l a a do pción d e mé tod os rac ion ale s en tod os los cam p?� de l a mvest �
t
. o Ga 1 1. 1 et· en e 1 ca m po de la fis tca y po
gaci ón intel e ctu al (po r Ga lile ,
r Rene
. emo lo gta ' un eJ· em pl o qu e no ta r d ar ta en se r
Desc artes en el d e la epts t ,)
se gui do en el cam po de la teo rt,a P 0 l't 1 tea po r T ho m as H obb e s .
.
, 1 1 am ."lr
Es tas cre encia s ge ne ral es son 1 os P ila de la qu e po d rt am os .
un a co sa e s la
r es
l a tes1 s o fi1c1a , o d er .
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. . . n h ere d ad a d
. l o v1s1o e la m
37
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COS M Ó PO L I S
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ta s cu es tio ne s es ta, n 1 o f
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a la du d a pa ra JU Sti fica r e l
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. as cre de nc i. ales
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" · n te cu ále s son las au ten tic -y l a
nu ev o n1 as . d et en i d a
hi st ór ic a- de di ch a te sis do m in an te .
ba se
ED AD A, Y S U S D E F E C TO
S
LA TE S I S O F I C IA L, O H E R
protes tantes de Europ a septen triona l habían alcanz ado un nuevo hito d e
prosp erida d y b i e n e star mate rial. El desa rroll o del com ercio el cre cí-
miento de las ciud ades y la i nven ció n de l os libro s imp reso s habían h e-
'
cho qu� se exte ndie ra l a cultura entre el laic ado pró sper o como se h a bía
ex:end 1do ant es ent re los cl é r igo s , mo nj e s y dem ás ecl esiá sti os. Surgió,
c
as1, una cul tura s � cul ar, má s car act erís tica del laic ado
. educa do que de la
Igl est �. Lo s eru dtt o: seglar es leía n y p en sab a n po
, r sí mi sm os, ya no r e
conocta n la p � ete nsw n de la Igl esi a de de cirles lo
qu e te n ían q u e cre er y
em pe zar on a Juzgar tod as las do ctr i na s segu/n
. . su pi aus1· b·1 1 1· d a d Intrinsec
· " a.
Tras ale Jarse de la esc olá sti ca me dieva l , l os · 1 o x vn d e-
. p ensa d or es d e 1 s1g
en c1· a p er so na 1 .
sarr olla ron nuevas. Ide as bas ada s en su exp e r1·
El au ge de esta cu ltura lai. ca de sp eJ· ó el
. . cam i· no pa ra 1 a rup tu ra d e fini· -
uva con la Ed ad M ed ia tanto e n el p lan o t / ·
eo/ rtc
· o co m o e n el prac ti co. La
¿ QU É PR OB LE M A PLANTE
A LA M OD ER NI DAD ?
·
del con o Cll11I· en to y
de la fi lo sofía de la me nte q u e ha per durado hasta nue stro s mis
tno s día s
De h e cho, eso os
s d doc um entos fun dad ore s del pen sam ien to
m od e r n o
.
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pe n- ·
.
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La visión de la mo dern tda . .
P
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s rá cn ca s E n un pr tn
. V 1 a fl-
as ar te
l a r evolución del sigl o XVI I en e 1 terr eno d e l a s c i e n c i a s
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C O S M Ó P O LI S
· .
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o Cont ando con tiempo
.
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·
aleza
.
..
dend os en la práctica.
Fin-alme nte-se nos enseñó tam bién que-l as d ivisiones . .
.
en e l sen o
de la cristian d ad y el creciente po d er del laica d o h a b ían permi ti d o a l as
naciones europeas re forzar su autori d a d so b erana para regir sus d estin os
sociales y po l íticos, autori d a d que e l papa d o me d ieva l h a b ía usurp a d o y
que la iglesia de la Contrarre forma aún co d icia b a. En l a d éca d a d e 1 630 ,
el Sacro Imperio Romano era una institución vacía; pero, a pa rti r d e en
tonces, la política europea se centró d e manera resue l ta en actos de
nacion es-estad o sobera nos. Entend i d as d e esta mane ra, la l ealta d y la
obligación políti cas tenían a un so l o estad o como punto d e re ferencia.
Algunos mon arca s, com o fue el caso d e Carl os I d e Ingl aterra, a firm aron
ser la enca rnac ión inco ntes ta d a d e la sob eran ía d e sus nac ione s; en cua l
quier caso , cad a país tuvo el der ech o a ord ena r sus asu nto s sin ingeren
cias exterio res , sob re tod o de la Igl esia . Tod os los d esa fío a l aut rid d
s a o a
sob era na surgían des de d entro de la na ción-e stad o
en cu estión, como fue
el cas o de los mi em bro s de un a nu eva cla se me rca l
nti , qu e bu scab a una
mayor pa rti cip aci ón en el eje rci cio de esa so
be ran ía na cio nal. Es cierto
qu e en la dé ca da de 1 640 la tra nq ui la vi eja
In gl ate rr a co no ció una guerra
civi l qu e de se mbo có en la ej ecuc i ón
de C ar lo s I. Pero es to-se n os
enseñó tamb i én-fue un simple prob lem
a de aju ste ini cia l: fruto de la obs
ti na ció n de C ar lo s po r afer ra rs e a
un os de re ch os an acró nicos. En la
dé ca da de r 64o, la es tructura de la
na ci ón - es ta do no es ta ba aún muy cl a
y le al ta d n o to m ar ía n su fo rm a . de fi
ra ; lo s nuevos pa tr on es de soci ed ad
ni ti�a ha sta de sp ué s de r 66 o. E nt re
_ ta nto , el p o de r em an ci p atorio de la
ra zon ha bt a ge ne ra do un fe rm en to
de en tu si· as m os que I· b a a s e m e tJ· cu-
y su pe ra do a la po stre
lo samen te exam in ad o r
As í pu es, de un a u otra m an era .
. ,. . ' un a 1e · n d e exp ert en
.e ¡ I· Z com b'Ina cio ·
. nt
y ra zo na m ie
c1 as fls 1cas os m at em á tic o s , de 1
1 a fi -
"
on y
-
a Cie · d e N wt
· nc ia e 1
1
¡ ¿ QU É PR OB LE MA P LANTEA
LA M OD ERN IDAD ?
.
Jo s ofía de D escarte s , tuv o co mo res ultado la con stru cc1· ,
d e te orta fístca y ...practi ca tecnica de la que ' en la Inglaterra d e 1
, , . , . , on d e u n m u nd
. o
o s ano s
. n
tre in ta, n os otros e ra m os l os a fortun ad
_
, a sta b 1e
os he red er os E n e te e to h
e n tra d os los ano s cincue nta , este o ptim ism
_ .
. . ·
ts
-- t cos Pu ro s y du ro s . L os pr e
or
.:lo _
os h t �
C OS M Ó P O L I S
.
rtc
·
Pero esta suposic ión está cad a vez más cu � stio na a . En la déc ada de l os
trei nta creí amo s que la filo sofía y la cien cia del sigl o xvu : r�� pr � d� cto
de la pros perid ad; pero esa creen cia ya no agua nt� un anallSls _mim ma
me nte serio . Los años que van de 1 605 a 1 65o, l eJ OS d e ser pros peras y
gratos , se ven ahora como los más ingratos, y h asta como os más fr�né �
ticos, de toda la historia europea. Así pues, en vez de consid er ar la cien
cia y la filosofía modernas como producto d e un tipo d e vida ociosa, hay
que poner patas arriba la visión heredada y considerarlas como las res
puestas que encontró una sociedad a la crisis e n que se vio inmersa.
También creíamos que, después de 1 6oo, el yugo de la religión fue más
ligero que antes, cuando lo cierto es que la situación teológica había sido
menos onerosa a mediado s del siglo XVI de lo que sería entre 1 62 0 y 1 66o.
A pesar de sus ideas radical es, Nicolá s Copérnico no sufrió en las décadas
de 1 5 30 y 1 540 la rígida discip lina eclesi ástica a la que se vería expues to
Galileo cien años después. Tras el Con cilio de Tren to, la confron tación
entre los protestantes y los here dero s cató licos de la cristi anda d histórica
estuvo marcada por la intolerancia . Esto hizo que los <<pa pistas» y los «he
rejes>> se odi aran a mu erte e hizo tam bién de la Guerra de los Treinta Años
(1 6 I 8- 1 648) un conflicto particularm ente san gri ent o
y bru tal. En cual
�uie r caso, la rup tura �ultura l con la Ed ad M edi a no ne ces itQ _,�_sp��!.�r al
sig lo xv n : ya habta ,.. tent do lug
ar unos cie n o cie nto cin cu en ta añ os antes.
Cu� nd o co m ara mo s el tal an te de los
� pens ad or es de l sig lo xvn-y el con
ten ido de sus Ide as-con las ide as em
an cip ad or as de los escrito res del siglo
XV I , p od em os in clu so op in ar qu
e las in nova cione s ha bi da s
en el terreno de
la cie� cia � la fil os ofí a de l siglo xv
n se pa re ce n m en
os a un o s avances re
volu ci ona ri os y m as a un a co ntr
ar revo lu ci ón de fe ns iva.
_
Veamos , co m o pr im er pa so pa ra
. u na m eJ· o r com pren
sto n de los o rtge ne s
· " "
.
de la m od ern id ad , po r qu é es to
n o p os een entre 1 os h ts-
s pr es up u esto s ya
¿ Q UÉ PR OB LE MA PLAN TEA
LA M OD ER N ID AD ?
, Vl' S X
,.
.
Europ a d tsfruto de un a exp ans ton eco nó n1ic a prá ctic a111en t e t· ntn
_,
. . "
. · t err u111 _
s c api tale s a pa r ti r d e los car g-1 111e11 t os� t
·
les p re ci osos qu e trata Es pan a de sus colo ni a s iber o an1 er1· ��·1n as, p er o e n
e: ·
• _
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el s1glo x vn esa prosperi dad l le go a un pun to tnue rto , segu ido de año s de
•
• • ,.
depres ió!: e i � certi d um bre a tod os los n ive le s . A prin cipi o s del sigl o x v n ,
l a situa cton d ista b a tanto de ser confo rtabl e qu e , entre 1 6 1 5 y 1 6 s o, en
.
gran parte del conu nente la gente co.r ría el r i es go de ser dego l l a d a-y de
-
ó Y ast
,
cr eo
·
se
. . l· r en l a (; ue rr a de l os
c"I IJ'
un a res erva d e mercenario . . pa r t t
s l 1stos para
. ta Años; para colm o, to d os esto s I· n rt o r tu n t· o s. �s e vi eron . a g'Tav
�
Tre1n
ad os
cl nn , tt. c�.. Is, , .a l -
a
por un emp eora mien to I ntern a c t on a l e
. . . i e .1 as, con d tc to nc s
canzán dose nive les inus ualm ente e1 e v a (1 os (1 e" ca ... r bo
·
a a tn1o s te ra
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· n o e n l. . . t. a
(fue la época d e l a peq ueñ a e r a gla c1 a . ta l Y con l o l a d es c n be V t rg t n
l r t o rl' . h e 1 o/ e n t ot l o
l
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a tn es t s se
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h e l a d a s) .
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43
CO S M Ó PO L I S
en entr
.
. edó .
sos de ept . • uem
-1 . ta . Fran c 1· a se vio dur
am en te cast d a entre 1 63o - 1 6 3 z y
iga
.
laterra l a Gran P este d e 1 665 fu e s olo
,
•
• • • ·
L
"' y lluvi oso s tuvo cons ecue n cias gravisimas para .l a p ro-
, .
·
d e veranos frios
·
· "' d e a 1 Ime
b ,
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-1 cion ntos . El hecho d e que el 8o por 1 00 d e l a po l aci on d e-
pend iera de la agricultura provocó una penu na. gene ralizad a Y. fo rzo el
. .
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¡. . 1 r u e· e n t on ce s , n o se
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ruvo con l o s rei ncide ntes. nu s ert c o r d t a algu n-1 L o s C () tn p ron11s
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cr itico de d o c trina . Por
v d e fe n d e r el c a to h c t s nl o c ontr a los here J· e s l)t.()t l·" s t· l
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tn i e n to , t ncluso po r pa rte d e l o s cr eye ntes n1�1s leales y
.
dis ti nc i ó n e n tre ,,d octrin aS'>> y «d ognl a S'>> fue u n i nven t o del (:on
J C.l
,
ci l io de
. .
Trento, y el cato li cisn1o de la Con trar refo rtna fue dogt ná tico con1 0 n o lo
ha bía sido nunc a el cristi a nisn1 o anter ior a l a Re fo rtn a , i n c l u i d o el tnist no
Ton1ás d e Aq uino. La presi ón teoló gica sobre los c ientítlc os v otros i nno
vad ore s intelectuales no ren1itió en la p ri n1 e ra Ini tad del s i � l o xvu , s i n o
qu e 1ná s bien se inte n s ifi c ó Lo cua l no se puede a pl i ca r e n exclusi v a a l
L
T h o n1 a s
,
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.
cu l tu ra
x v t , co n es -
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Critores como Erasmo d e Rott er d an1 ,
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F-.. a n � . l
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45
C O S MÓ P O LI S
pu e rta s de a tra .
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en
·
fu
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se er ig ió as í en un a
ro n m uc ho an te s de qu e lo s pr? test�ntes y l os católi cos
sus fru tos em pe za
io rm en te a l as m an os y .1 � acrtm om a de l C �nci li o d e
l l egar an po st er
Tre nto monopo l iz ar a y ap ar ta ra l a at en ct on de la s pr eocupac10nes m e
l s de l sig l o xv r. A lo su m o, la transició n de l sigl o xvr al xvn
nos po ém ica , de l os Ensayos d e
Ra be l ais a l Pe regri n o de J oh n Bu ny an
(de Pantag;ruel de
l as ion es de De sca rte s, y de Sh akespe are a Racine)
Montaign e a M edi tac
l a an go stu ra d e l cen tro d e l as pr eo cupa cio ne s y un a cla usura d e
supuso
de exp ectativas>>. En
l os horizontes inte l ectual es, inclui do el «h ori zo nte
l os pri me ros años de l sigl o xvn , Francis Bac on col um braba tod avía un
futuro par a l a humani d a d cuya esc ala tem por al no tuviera límites preci
sos . Cua renta años despué s, pen sad ore s muy sesu dos de Ingla terra com
partían l a tesis d e fen d i d a por los notables de la Rep úbli ca de Cromwell
d e que el mun d o d e Dios se halla ba en sus últim os días y de que «el fin
d el mun do» era inminente (o se podía tocar litera lmente <<con l a
mano»); incluso se d aba fech a a este apocali psis: probab lemente en o al
re d e d or d el año d e 1 6 5 7 . Cuando Andrew Marvell escribió, un poco en
broma, en su Ode to bis Coy Mistress (Oda a su tímida amante),
a pocos de sus lectores se les eseaparan sus a 1ustones · a «la conve rst
"' de
· on
l os J. dtos » Y: a �as profecías, tan a l a mod a entonces , d e l l ibro de l a Reve
,
�
_ o Apocaltpszs. .
'
lacion
'
. . .
'
.
1 as con d ICiones del . trab aJo científico habIan "' meJor. . pre-
. . a d o d e manera Im
Sionante, convien e también reconside rar 1 a creencia- . ,
. . mas profunda-de
. '
que 1 a ciencia y la filos oña del sigl o xvn r1omenta ron un a preocupacton · "'
.
orig · a 1 por 1 a raci ona lidad y los der ech os d e 1 a
· in ,
·
.
razon. Esta creen cia es
•'
r
¡
1
[
J
,
¿ QUE P R O B LEM A P LANTEA LA
M OD ERN IDAD ?
fa la z p. o r dos ra zon es dis tin tas .. En, vez de ens anch a r 1 os l Im . s del d eba -
"' ite
te ra ct on al, o razonable,
. ,
los cte nttfic os del sigl o xvn 1
os estrech ar a n en
.
r ea li da d. "lP. a.ra Artstotel ctica estab an ab.l er-
es, tan to la teo ría c om o la prá
ractona 1 segu, n 1 os ¿ Istt. ntos y resp ec tiv
·
ta s a l an a ts ts . os cam pos de es tu-
dio . S upo ver que ca d a tipo d e argum entació n relevante para
. . . , una d eter-
rnin a d a dt sci ph na dep
l
end1 a de la n a tura leza de esa disc ipl
. , en
1· na Y d 1' fer 1a
cuan to a gra d o de form alida d o cert eza; así, lo que e s <<razonable» en me-
di cina clíni c � s_e j u zg a e n térn:i n o s dife rentes a lo que es «lógico >> en
te oría g m t a i
l .
e o e tr c a. Pero o s fi l o s o f s y c e n tífi co s de l s i gl o xvn prefi rie
ron seguir el ejemp l o de P l atón y l i m ita r on la «rac io nalid ad» a uno s ar
gum en tos teó ricos que a l canza ban una certe za o ne c e s id a d cuasi geom é
trica s . S egún e ll os, l a sica teóric a era un cam po p ara e l e s tu di o y el
fí
d eb ate raci onal , pero esto no era extensi b le a la ética ni al dere cho. Así,
en vez d e buscar proce d imientos <<razonab l es» d e cualquier tipo, Des
ca rtes y sus sucesores se propusie ron someter d e fi ni t iva m e nte todos los
tem as a l imperio d e una teoría formal , d e mo d o que al preocuparse sólo
por d emostraciones forma l mente váli d as, a cabaron cambiando el len
gu aje mismo d e l a razón-especia l mente, palabras clave como «razón»,
«raciona l » y «raciona l i d a d »-d e manera suti l pero d ecisiva.
No es que l os fu n d a d ores d e l a ciencia mo d erna fueran teológica
mente ti b ios o agnósticos, y ni muc h o menos ateos. Isaac Newton en
contraba grati fi cante que su física pu d iera « funcionar bien teni en d o pre
se nte s a l os h om b res que creían en una d ei d a d >> . Lo cual se exp l i ca no
sólo porque interpretara su o b ra d e una manera un tanto caprichosa, sino
1
porque una d e l as meta s d e su proy ecto inte l ectua l fue j us tifi car sus opi
ni ones particul ares en mate ria d e teolo gía; es decir, su «arri anis mo» , tal
rio d e san �ta
Y co m o h a b ía si d o enseña d o por Arr í o, e l prin cipa l adve rsa
nasi o, qui en, en e l C onci l io d e Nic ea ce l e b ra do en e l sigl o IV desp ues d e
Cri sto convirtió en orto d oxa la d octrina de la Tri n i d a d . En esto no se
d i s ti n i ó d emasia d o d e l os d emá s cien tífico s d e l s i gl o xvn . Tamb ié
� na
Rob ert B oyl e l e gustab a cons i derar su tra b aJO · ci· enti"'fitco com o algo do ta
d o d e un a final ida d pia d osa com o m u e s tra s u t n s t s te nci a en de n1
· · os trar. la
a cct o n de D ios en la natu ra l eza (l o que 1 o convertta, "' se gu"'n sus p.rop i a s
'
. �
. Wilhe1 n1
pa1 abra s, en un «vi rtu oso c ri. s ti. an o »), mi· en tr a s, que Gott ed . frt
d i eva l .
47
CO S M Ó P O L I S
.
y a ho ra co nv ten e a 1 u d Ir tatnbié n a una cuestión que nos se rá d es pués
.
.
. .
. e om o se sa be '
ortanc 1a. una de las prinCipa l es pre o cu p a ct. o-
de o-ra
b
n tn1p . . _.
.
1os d e ·
st glo xv ii const stio en plantea r to d as sus c u e st io-
nes d e los fil oso_, .e 1
. . .
Cl eran in depe n dtentes d el contexto. Pu es b t en
nes d e tnan era que par e . '
. · to será aquí exactamente el 1nverso, a sa b er: re con-
nuestro pro ce d Imi en
. n es que esos fi loso fas tanto se en or gull ec
_. .
p r ospera ni · co e
nto rta ble . Inc luso en l a s déc ad a s d e 1
D e s c ar tes
. " . o s v e1. n te
y
los trein ta se cono ,.
c1an ya sufici en tes cosa s que d eJ· aba
n entrev er (a p oc o
. .
q ue n os e sfo rza r am os por Inv esu gar) que la exp li cac io/ n a l u so ha c1/ a
_
.
" icas agua
rtes . Las esta
h
pa ist
.
o r t od as d s o b r e la re c e si ó n y la de p. re s1o .
· / n qu e Sl-
gut ero� �1 ano d� I 6 I 8_no se an mve s �. gad o m. publi cad o en detalle has-
P
.
o s 1 . I · 1 ·a m o de rn id ad se re m os
m stor c a d e
.
e
/ ..
e s ect iv
. a m o s e 1 1· m in ar l a s d is t o rsi o n e s
d s u r
. . ,s tg
. . .
e
.
u
. s ·pt e ci. -
. ' q ute r i e s b rim ie .
t n-
sos e n qu e hic ieron su ap art c 1on os
. . '
/
49
CO S M Ó P O L I S
y
· a d 1 a cul tura «nlo dern os » en la histo ria d e E urop a
s a nu e n to , 1 a saet eei·
·
I M I E NT O
LA IVI O D E RN IDA D D E L R E NA C
"
cimie nto. Cotn o perío d o histó rico, e l Rena cimi ento p l antea _mas d e un
. . ,
so
¿ QU É PR OB LE MA P LANTEA
LA M OD ERN ID AD ?
intelectual, artístico,
. literari o y científico de los primeros an
·
os del si g1
un cam bio que se nos. antoJa. . uno de los prinClp
_
xv n
0
' . , . s de la que
· a 1 es hIto
a quí den om inam os 1 a ve rsi on revisa da de la tesis do min ante.
Cu an d o l eem o s h oy a autores naci dos en el sigl o xv .
, como, p or eJ em -
pl o , Eras m o d e Rotte rd am ( 1 46 7) y Fran�ois R abel ais ( 1 49 4) , pu e d e q
gun
c u es te a 1 " tiem
· po y e s fu erzo capta r su ue
n o s «mo d ernidad» , p ero nad1. e
Pone en te 1 a d e JUICIO l a capaci d a d de escrit o res como M ich e1 d e Mon-
. . . .
taigne ( 1 53 3) y W·¡l· I I am Sh ake s � e are ( 1 564) par a hablarnos a tra
vés de los
sigl os y lle gar a �uestr o corazon c.om o el au tor más actual . En vez de
centrarnos exclusivam ente en la prime ra fase del siglo xvn , aquí podre
mos preguntarnos, pues, si el mund o y la cultura mod erno s tuvieron en
reali da d dos orígenes d istinto s en vez d e uno solo, el prim ero de los cua
l es (la fase literaria o humanis ta) ha bría preced i d o al segund o en un siglo
aproxima damente. Si seguim os esta sugerencia, y retrotra emos los oríge
nes d e la mo de rnidad a los últimos autores renacentis tas d e la Europa
sep tentrion al del siglo XVI , descub riremos la segunda fase, es decir, la
científica y filosófica, a partir de I 6 3 o, una fase que lleva a muchos euro
peos a volver la espalda a los temas más d ominantes d e la primera fase, es
decir, la literaria o humanista. D espués d e 1 6oo, el centro de la atención
intelectual pasó de la preocupación por el h ombre d e finales d el siglo xv1
a una línea más rigurosa e , incluso, más d ogmática. Lo cual exige aquí
una pequeña acl aración. En efecto, ¿ h asta qué punto lo s científicos y fi
l ósofos posteriores rechaz aron de maner a d eci d i d a los valores de los pri
m eros humanistas o los dieron simpl ement e por d esconta dos? Más aún,
en la medida en que volvieron realm ente la espal d a a dicho s v_alor� s ,
¿hasta qué punto e l nacim iento de la filoso fía mo derna y de las cien cias
exactas imp licaron algo así com o un auténtico contrarre n acimiento ?
A much os h isto riadore s de la cie nci a y la filo so fía estas pre guntas po
d rán p arecerles un tan to h ete ro d oxa s; pero en mo d o algun o res ultan des
cono cid as o extrañas par a los historia dores de las ideas . Hay b�: nos p re-
. n que el sig
ced entes que su,g 1ere .
lo xvn pres e n ·
cio" un a in ve rs to n de los
. tori. a I. nte -
·
va1 ores renacentis tas. Por eJem plo , en. sus tra b aJO
. · S s ob re la h is . mo
1ectual d el siglo xvi , Eu gen io B a t ti sti enc o ntr o, en el c ons. .
. erva du ris
un .
ntt rtn asa m ento,
del C oncilio d e Tr ent o lo qu e segun "
, el se tra ta b a d e a
. e tn . te 1 ectua -
· ntras que Hir am H ayd n descr1·b1a
m te " 1 os cam bIO · s l ite rar ios .-
. os de «c on tr arr e n aci
les hab idos en la Inglate rra del stgl o xvn en ter / m in
. e na n m e nos en
_
. . to ria d
mt en to ». En cam bio , los his ore s d e 1 a ie n cia s e t oi
CO S M ÓP O L I S
.
. l ea. ti e q u e·� 1 os
d
ser to l a H · alis tas .d e l sigl o xv n se. ista n ciaron es traté-
rac· ion
. ,
.
'-gt c�1 1n en te. l e 1 ·
og rc)S- d el hurn a ntsm o rena centista, o d e que bas ar on
"
t 1 os .
y
d ores en cuestt on, son p oc os l o
d e l a fi1 .l oso f/ta a u1 so . , entre los histo ria
. . . ,
s
re l acto n entr e e l c am-
que con s1· d era n l a pc)st' bi l i d a d, d e que eXIsttera una . . , . .
exp erin 1en to e l stg l o XVI I y l a cris is eco n omic a y soc ial a
bio cultural que
· .
LA M OD ERN IDAD
?
gio de la locura,
en el que ridiculizaba el d o gm ati smo Y p r ocl a mab a su
d a la Ig1 esta
· tra d .
ICion ·
qu e cu a1 q u1 er con
.
. .,
"
y
, que e ra un
Era s m o n o const guto convenc erl o .) M1chel de
. M ontaigne
n iñ o cua n do u �to Eras mo en la deca da d e I 5 3 0, crit c ó
n:. ,.
p r e n s i ó n de
,
�
i la t e
l
la ce rte z a teo ogica d e � e �na postura pareci da, tachá ndola de dogm áti
ca . Si-n em b argo , tamb1en el se tuvo por un buen ca tó ico y, en su visita a l
Rom a, se sintió con «título s» sufi cientes para pedi r ser recibi do en au
di e n cia p or el papa. El << h umanis mo secular >> de los fundam entalistas es
ci erta m en te un elemento que in fu nde temor. Pero , en los s i glo s xv y xv1,
la em ergencia de un h umanismo «vivi d o » y el auge de l a s hum anidades
como progr ama académico ocuparon un lugar destacado dentro de una
cultura europea que era aún predominantemente cristiana; es cierto que
los humanistas realizaron una contri b ución i mportantísim a a la Refor
ma, y no sólo humanistas protestantes como Juan Calvino, sino también
los que permaneciero n dentro del re d il d e la i gles i a romana.
Des d e Erasmo hasta Montaigne, los escritos d e los humanistas rena
centistas practic an, en efecto, una franqu eza educa d a y una toleran cia es
céptica que aca b arán siend o los rasgo s característico s de esta nueva cul
tura laica Sus mod os de p ensa r no están sujet os a las exige ncias del debe r
.
. . d a co c enc i a so b re lo s lín1 it es de la
·
rma da por la e i
,.
e ac o n seJ an el
.
· "' · ·
ca p ac1 d ad practica e 1ntel ectua 1 d e 1 os s r es h urn a n o s D es·
d e la h tu r gt a
. .
. . por e n ci m a
dogm atis mo inte l ectu al que elev aba 1 as d tsputas
e n asu n to d e
0 1 a do ctrina h asta el pun to de qu e p u e n
d e n c o v er ti rs e
,
n t te
.
1 1. za n d o el .1n ta go -
a l o l ar go d e to d o el sig lo xvi co n rtorrn e s e 1 b a ,r a d 1ca , ' �...
53
CO S M Ó P O L l S
.
.
po 1 Itlc
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·
.
d d I s6o epl ora ya msu l tos que
tos de disputa . En l a tem prana déca a e
l ptstas » mett end ose con l os
se l anz an l as dos parte s en con flicto- os <<pa
«he rétic os» y viceversa-y vati cina l os d esas tres que acarreará es ta a cti-
tu d agresiva. . . ...
'
no de Ja de se r confes io na l·· a 1 0 . .
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54
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¿ Q UÉ P R O B L E MA PLAN T EA LA M O D E
R N I D AD ....,:'
v a r su a 1 111
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q
En l R e n a cnn t e n to , e l res to d e l a l i t e ra tu ra v d ... l
... .
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a d s o s i ci o n d e 1 o s 1 e cto r es 1 a 1 c o s . E n
e l s a )er ant t gu os
J p as a
.
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s e n c u ye 1 a p ost
. "
i p es t e r esto
ra - Y .
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la de Ft)
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"' t t· c u r o , que resu r 1 -
r e-
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·
d e s d en a d a e s c u e 1 a d e la filosofí a gr tega
.
'
-
'
.
• ,
y Ma r co Au r elio -y
, • . , •
bi o gra fí� s pol ltl � �s com o _ las Vidas d e Pl u ta �c o . L a poe sía d e la anti güe
d a d cl a s t c a ta mbien ad q u i e r e una renovad a In1p o rtan cia pa ra los lec tor es
_
l a i co s, pti mer atnente en las repúbli cas i tal i a n a s con D ant e y Ar i o s to ,
. , y
1 E 1 ta l . Según Geo r-
"
po y occiden
ges Sa rton, muchos historia dores de l a ciencia d e p lo r a n el p re d om i n i o
de Aristó teles sobre l a filosofí a medieval por razone s que apare cen ac
tu alm ente anacrónicas. Los erudito s v educad ores mediev al es debiero n
"
.
· ·
gt a �.-
cu e s tt o t: e s c � n-
Lo s eru d itos del R enac i m ie nt o se i nt e r e s a r o n p o r l a s
nu s n1 a I n -
cre ta s y pr ácticas de la m edic ina, e 1 d e r e c h 0 0 1 a m o r a l c o n la
n a f-t ] o -
,.
'
. . ve rs ·ll d e l a t e o
c ent r a (1 o en l·,1
. "
s o" fiIc a . A sus OJ. OS el anah s ts reto rico d e 1 os .l rgu n1e ntos,
·
..
lic o, e rJ ta n rn e
. " ·
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' " p u b
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_, . . _,. _
.1. J de
d e
�l n a_, 1 .t. s, l· s fo rn 1
er
·
55
COSMÓPOLI S
s u o g tca tnt
1 ·
·
ern a . La ret o
' ric a y l a l ógic a eran para e ll os unas discip l in as
.
'
.
l l eza y l as circun
.
�
.
\
Ot elo y am let , de Shylo ck y Pa rci a, de Ju
lie ta y lady M acbe th.
Lo s Infor�es de los explor ad or es eu ro pe
··�
os esp ole aron la curiosi da d \
una fascina
· cion espe-
¿ QU É PR OB LE �lA PLANTEA LA �f OD ER NI DAD ?
cia l po r n1od
os d e vida alternativos, lo q u e s e rvirí a :l ...
.... t e co n tr a p un to p·l r l
01 uch os ar.gu
m entos fil osofic o s p osteri ore s. (To d a ví ·,l
/
� '
e n e 1 s, I· g1 o xv l n , a
y S an1ue 1 Jo h nson les sigue p a r ecie n d o út't l p r
.
�1 o n te s q u t e u
y a tri· b utr as a person as d e algu n pa ís le1· .1 11 0 c.,. o
es entar td e as
•
n1o .Al) l. S i. n t a
. · 1 ,
=- ,
.
l· nh a b tru a l e s
0 P rs t a .) El acce so a l a dt ve rs tdad de cul tu ras
,
L-
._
• •
p u so a ¡) ru e b ·,1 su , c
•
e
I m age n sincer a y de pr 1n1er a n1 a n o d e 1
. . .
o n1pr o-
rn is o p o r dar una ¡. e x r) e. r t· enc ·
< t ta h u -
es e xo u c a s p u e d en
e
ma n a . L as p ob l a cion
• / •
ca ó ti cos; es la opcion
.
Ro ma, mostró inter és por los infor m es etnográ ficos y aña d i ó a su repe
r
tori o d e expe riencias pe rso na les va rias refl exi on es sob re cue stio nes co1�10
la d e snude z y el can iba lismo , cue stio nes qu e has ta e n ton ces se
hab l an
co nsiderad o tabú.
t o de. l os h ur n a
E n e l c amp o de la fil o s o fí a p r o p i a m e nte
,
.
/o de di sti. n ta s Hl cl
h o, e 1 r e spe
.
d 1 c
, _
.. . .
lll S ta s a la com ple pdad y d tve rs i da d e n g ene r a 1 se p 1 a s
m
C.. r ea ct o n
· ,.
1 a
�
57
C O S M Ó PO I, I S
· . cu 1 a lJ·l tl en e l 111un d o
t· t l e a s que cu
inte le ctua l del sigl o XVI , na die p o día
.
rnas de fís i cade man era conv inc ente o d efi nitiva ,
v c a u-1 a cu. a 1 e r a ¡1· bre de cree r
lo que ouis
-1
iera . En filos ofía natura l, mu ch os
�ie los hurnan istas-de nuevo, al igu al que Sóc rate s-se vreron em puj a-
•
do s a ado pta r acti tud es de pur o esc epticis � o. este res ,ecto,. la p os tu ra
A p
a dop ta d a por Mo ntai gn e en su ens ayo mas
extenso y mas abt � r �a men te
a su Apo , de Ramon
logza , Szbz uda
filos ófic o-n os esta mos refir ie ndo -es
bastante cara cterístic a, aunq ue por mom ento s nos parezca extre ma. Tras
estudia r la vari edad de doctrina s que los escr itor es del siglo XVI seguían
para explic ar los fenórne nos natur ales de la natur aleza (como había he
cho Sócrat es con sus antepa sados de Elea y Jonia ), Montaigne con cluye
diciend o que los intentos por alcanza r un consen so teórico sobre la na
turaleza le parecen fruto de la presunc ión y l a ilusión humanas. Este es
cepticismo sobre las posibilidade s de l a ciencia fue mucho más radi cal
que el que se detecta en las ideas de su joven admirador e imitador, Fran
cis Bacon. Bacon mantendría viva la esperanza de alcanzar un día algún
tipo de acuerdo sobre el mundo de la naturaleza. Aun así, sus métodos de
observación, y el empleo que hizo de éstos para desarrollar nuevas teo
rías, siguieron estando próximos a la experiencia cotidiana y, en cual
quier caso, distaron mucho de autorizar las construccio nes matemáticas
tan características de la física del siglo xvn (por parte de Galileo y Des
cartes en las década s de 1 630 y 1 640, o de Isaac Newton a partir de la dé
cada de 1 66o).
Nuevamente, al llama r «escé ptico >> al huma nism o del siglo xv1 debe
mos guar darnos de caer en cualq uier tipo de equívoco s o m alen ten didos .
Des de Des cart es, los filós ofos han con side rado el esce pticismo como un
n e ga tivi smo destructivo: el escé ptic o niega las cosa s que otros fi l óso fo s
� firm an . Lo cua l sirve per fect ame nte par a exp lica r el esc epticismo qu e
�
r n di- ·:
a
. rn os (c on l ·a (:l e b. t.
En el ca mp o de la teología o la filoso fía, pode
. el e ctua 1 a d optar como postura da lll o-
des tia 1 nt ) . l as
pe rs ona l de t r a b·aJo . ea s d e
· , td
d n1os n ega r a otr os e 1 (1 e r ec
.
tr ultura h eredad a ; pero no po e
n u es a c .
Jo, y m e n os a ún p r e t e 11 d er
·
ho a
s posturas
a dop tar d.t fe r .
ent e de traba
que n ue s-
o. n e s y 1 a
·
tra e.xp e.rten cta «pr ueba» la v erdad de nuestras di sti n tas o p I· n t·
constgute n te f.a l s � d a d de toda s las, d � n1as / . Los s e gu 1 d o r e s d e l s i gl o XV I
.
m o cla
del
e sc e p ti cis
stco nunca pr et e nd i e r o n recha za r p ostu ras f'tlo ,so,.. f't e a .
s n-
/
d e 1 as d Ife ren tes esc ue l as. Co mo ant tc tpo d e es,t .a exper. .ie n. ci. a.
. . . debetn o s
' r .,
. ne s con un es p t/r t· tu d e to l e ra n ci a . I o. le ra r
ace ptar 1 a d t. verst. d a d d e opt. nto
nm gu,.. n
l a pluralid ad ' am b igü e d a d o falta d e cer te za res u lta n tes no es
. s a r e fl ex i o n ar , v e r e n1 o s
error, y mu ch o me no s un pe ca d o . St no s
.
p a ra tno
,
·
, re s ht u na n os, V no
que e ste es e l preci o que tene m os que paga r po
/
r s .
e r se · ·
dioses .
59
CO S M Ó PO L l S
AD I Ó S A L R E NA C I M I E NT O
d pub lica
_,
a
.
propa gan
,
a poc o. S ·
In d u d a, en su
d res se s .
� m
.
e � on d e las mo d est as
.
fun dad ores de la Roya Society l de Lo n r ei-
nci s Bac on a favo r d e l a cie nci a natura l y d e sus p eti
vi ndi cac ion es de Fra
b
ciones de ayud a financiera a Carlos II, si ien en la prác tica tuvi e ron p oco
iccio n es que imp uso Baco n a l os usos d e la teoría. S ea
en cuenta las restr
com o fuere, en cuatro aspe ctos fun d ame ntal es los filóso os d el siglo xvn
f
h
arram blaron con las viejas preocupa cion es d el uma nismo renacentista.
De man era parti cular , d ejaro n d e inter esars e seria men te por cuatro tip os
distintos del saber práctico: el oral, el parti cular , el l ocal y el temp o ral.
De lo 01'"al a lo escrito
Antes d e r 6oo, tanto la retórica como la l ógica se consi d erab an ámbitos le
gítimos de la filosofía. Las con diciones externas en l as que l os <<argumen
tos»--e s decir, las manifestaciones públicas-resultab an convincentes a
un determina d o público se trataban con el mismo rasero que los pasos in
ternos que había que d ar en l os «argumentos» relevantes, es d ecir, en l as
concatenacione s d e enuncia d os. Se suponía que era posi bl e encontrar nue
vas maneras d e formul ar argumentos teóricos en campos que eran aún me
ramente empíricos; pero na die cuestiona ba el d erecho d e la retórica a co
dearse con la lógica en el canon d e la fi l osofía, ni se trata b a tampoco a la
retórica como una discip lina d e segund a clase y, por tanto, inferior.
Este talant e preca rtesia no contr asta fuerte mente con el que se ha
dado por supue sto a lo largo de la histo ria de la filoso fía mo derna. En el
deb ate filosó fico que se inici ó con Desc artes , cad a cual leía las cu esti on es
sobre la solid ez o valid ez de los «argume ntos » com o algo referido n o a
una man ifestació n púb lica ante un púb lico con creto sino a una conca te
nac ión de afirm acio nes escritas cuya vali dez desc ansa ba en sus rela cione s
óri ca d e « ¿ Q ui én
inte rna s . Para los filó sofo s mo dernos , la pre gun ta ret
dec lara qué , a quié n, en qué foro y con qué ejem plo
s ? » ya n o perten e ce
a la filo sofía. Según ello s, el mé rito rac ion al de los
argum ento s no pu e d e
ión hu mana, com o e l
de�� nde r de det erm ina dos dat os sob re su rec epc
me rito de una pru eba geo mé tric a no dep end
ía tampoc o, par a Pla tón, de
6o
¿ QUÉ PR OB LE MA P LA NT EA
LA M O D ER N I D AD ?
l a p r.e ci s i ón
de los di agr am a s adj un to s aun c uando e, s tos fu er
.
n tb u . an te m agtstra 1 . E 1 pro ra
. an ob r a d e
u
'
d J a
g m d e I nves tig aci ó n d e 1 fil
, . a o s o f"Ia ll1o -
de rna p os te rg ,
o, ast, to d as 1 as cuestto nes sob re l a argu m . ,
. . e nt ac J o n -e nt r
o n a s co ncretas en situa c ione s con cret as ' a
e
e r s c erc a d e ca s, os co
d
. nc r et o s Y
al lí d o
P .
e hay varias cosa s en Jueg o or de pru e b as q ue po d "
.
n -a fav
y Juzg arse tamb 1en
. ., 1a
n p o-
es crito,
n e rs e p o r en cuan to esc ritas.
m
Es te ca bi o tuvo para l e l i sm os histó ri cos. En l a anti o-iie dad
1 .
Pl a to, o '" , n
con den ó e 1 emp 1 � e r t ca p � r parte � e �os sofist as por <<hac er que
d e a ,
eo t o
el p e o r a rgu m e n:o parecter� el meJ or» . Arts tote les sali ó al paso de e sta
a cus ación. P ara el, las cues tion es sobr e l a s c o n d i ci on es y c i rcu n sta n ias c
en l as q u e lo s argumentos r e sul taba n interesa ntes eran algo que los filó
s o fos p odían abordar con la conci encia tranq uila . !-lasta el siglo xv1, los
filó so fo s d eba tieron estas cuestione s sin la m enor sensac ión de que fue
ran n o r a ci on a l e s , y muc o m enos antirracion ale s. P e ro e l si gl o xv n dio
h
al tra s t e con este empeño aristotélico y r et om ó la acusació n de Platón
con tanto éxito que l os empleos coloquiales d e la palabra <<retórica>> han
re su l ta d o d es d e entonces sospech osos, como s i las cuestiones retóricas
tuvieran que ver só l o con e l etnp l eo d e trucos fra u d u l e nto s en el debate
oral. (Incluso en nuestros d ías, l os estu d iantes d e r e tó ri ca tienen que ex
plicar que e l término no es necesaria mente peyo r ativo ) D espués de la .
De lo particular a lo universal
.
S e produJo un cam bio para lelo en cuan to a 1 a 1 can ee
.
de l a re fe re n ci a fi lo só -
" 1 . os nlor al es y los fi lo -
fica. En la E d a d Me d ia y e l Ren acim i ento
/
, los te o og ·
n-
SOe lO S tr ata ron las cues ti ones mor ale s b asa, n d ose en e
stu dio s de ca sos co .
. . .
1 d
. etu d tn
Y co ns u . arto
cretas , como aún ocurre en la JUri sprud en cia e e re ch o
. .
nto s que Ari s -
an g1oam eric anos. En este sen ti· ¿ o , s 1gu1 e r o n °
.
1 s
·
p r o c ed1 n1 1 e
n » , le en�o s
en u� p L sa .
.., '
. · je
tótel es reco m en dó en la Ética a Nicómaco: «E l b i e .
J . en t
nc a o situ ac io n
« n o ti e ne una forma univ 1 ·1
. d e la te nla
t. n d e p e n ot e
�
. er sal
.
l· i - l de acc i ó n
arn c u ..
·
p
.
c ia s
concre ta: el san o j u i cio mo ra l st e mp re re s p e t.a l·Is c i rc un s ta n
_
(l r t C (H_
· la
L •
•
r es d e un de l a pa rt icu
ca s o co nc re to ». Su cla ra vis i ó n
ÓI
COSMÓPOL I S
·
l1 U t l1 <l .ll <l a J une la 1)ra/cti ca de la casu ístic a cató lica y ang licana hasta el si-
n to/ ·
glo XV I I . H a s t a el mi sm o De scarte s, si
.
pios generales.
¿ Q UÉ PR O B LE M A P LA N
T EA LA a'l
� ODER
N I D AD ?
, r s o b r e 1 o 1 oc
b e po d e sabe r p r á ctico- e s d e ci
S o re el t rcer ti
duJ O un a con tr a po si
. . :1 a . Lo s u n1 a n i s t a s i 1 · .
a l -s e p r o-
( e stg 1 o X V I en c
�
'
.
·, i o n pa rec t(
c .
h
tra ro n un 1111po rtan t e fu
a . e n te d e nlate rt al en l a e tn
·
f·
o gt a 1,1 , 1.a g e o g
o n-
.
.
. . . . ¡ ·
..
, � ra h a v
· , t· s. ge otn et n )
./
. . co
n o u e n e de rnas 1a d o p r e d 1 c. a n1e nto . Lo s e tn o g rafo s r e c () ge n u-1 atos
. s o b re
cue s ti o n es c on1 o las pr a cti cas J U d ici a l e s d e dete rtni n '· l d ·ls
, .
.
�
' .. 1· ur ts
.
· , J.
.
utc cto n es
a les , d e las que se h an ocu pad o dete n i d a n
,
lo c 1ent e ·'1 ·l b
(Tu nos ·I, ntr op o l o os,
c om o es el caso de Ch fford Gee rtz en su l t b r o Con ochnien to focal
/
g
. En
. . _
ca t n -
.
bi o , en las prim eras � ágin as del Disc m-so :lel ?�t �todo Des ca rte s con fiesa que
h ab 1a s e n ti do desd e J Oven una gran fa s c i n a c i o n por l a etno g rafía y l a his
.
_
tori a , p ero que se alegr a de habe r supe r a do este p e c a d o de j uven tud : <<L,a
h i s toria es con1o viajar por e l e x tra n j e ro Atnplía la tnente , p er o no la
p rofun di z a » .
.
e
1e r en c1 as, si as1 l es a pe tec1, a ; pe r o 1 a tarea d e 1 fi1 l oso
' » o cu l tos, b�aJ. <J l a s 1d 1o st ncra st as 1lo -
,
· · , . �
.
. . .
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. .
a ct uc ao.1
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cales, con obJ eto d e arroJa r luz sobre las c osas que 11 ac e n qu e un
1
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un a opi n to n
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gen erah zactones abstractas . La varte
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63
C O S M Ó PO LI S
. o de «Ir
. . . .
1 a .l1 1sto
.
. .
pec tiv
hacer � articu lar
verdad era me nte «fi los ófi ca» , excluy�ron de su �ue
�
ció n
rec ono cida s ant e riorm ente
toda una ser ie de cue stio nes que hab ían std o
a tir de enton ces l a
com o tem a legítim o de inv esti gación. Es dec ir, que par
s.
diversida d con cre ta dej ó pas o a axi om as abs tra cto
De lo te1nporal a lo atemporal
1
'
¿ QUÉ PROB LEMA P LANTEA LA MODERN I DAD ?
¡
lugar secundario para los filósofos modernos, o, lo que es lo mismo, és
1 tos relegaron a �n segundo plano los asun t os de orden p ráctico y te m p o
1
6s
CO S J\1Ó PO L1S
1 ¿ Q UÉ P R O B L E MA P LA NT
EA LA M O D E RN I DAD ?
fre
·
n
Ta� to Joh n D ew ey c o t o Ric har d Ro rty sos tien en que l a filo
sofí a se
ha m e tt do en su <<nl ode rno » call ej ón sin sali da com o con secu enc ia de la
ob ra de Ren é De sca rtes . Sin em bar go, nin gun o de esto s filó sofo s se ha
n1ol estado en pregunta rse por qué la «bú sque d a de la cert eza>> no inte re
s ó a n a die un siglo ante s o d e s p ués, sino prec isam ente en aque lla époc a.
En su opinión, basta c on d ia gno stica r l os erro res en que cayó la filos ofía
m o derna. Ni han cons idera do nece sario pregunta rse por qué esa d e s gra
cia se cerni ó so b re la filoso fía d e la mane ra-y en el mom ento en-que
lo hizo . Sin em b argo, al soslay ar tales cuestio nes históri cas, sus argu
mentos ejempli fican la persiste nte divisori a entre la retórica y la l ó gica ,
tan característica d e l a postura misma que prete n d ía n rechazar. La pre
gunta d e << ¿ Por qué las personas cultas d e media d os del siglo xvn en
c uentran tan atractiva y convincente la "búsqueda de la verdad" ? » es un a
d e l as preguntas retóricas que Descartes d esterró de la filoso fía , y que
versa · b ásicamente so b re e l púb l ico filosófico en un contexto concreto.
En otras pa l a b ras, l a pregunta es por qué el «error cartesiano»-si es que
fue un error-resu l tó tan convincen te para la gente a partir de l año de
1 640, a l go que no h a b ía ocurri d o en l a a l ta E d ad Media, ni ocurre tam
poco en l a actua l i d a d .
Una pregunta que es sum amen te perti nente para la filoso fía en gene
ral , y especia lmen te en nues tros días. Si hem os de d ar la razón a Witt-
ge nstein, l a misi ón prin cipa l d el filós o fo es prec isam ente mos trar por que
"
senti mos l a ten taci ón d e me tern os en esto s <<ca llejones sin sali da» inte lec
tua les. Y si esta mis ión ll eva a investi gar l a hist oria social e inte lectual , �ues
ta n to m ejo r De cir que to d os los pro b l ema s ver dad e ra men t e l �
_ ric con -
s �
o, fi c os
b
.
situ _ n htsto
actó
d e en enuncia rse con in d epen d enci a d e cual qui er �
creta y reso lvers e con uno s met
-
" o d os tgua 1 mente exen tos de . to da re teren
1 ta s qu e
·
a la h-
..
' que no
. . tr e y 9 c o
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\V . g n I ·1 J1r e o1.111 ta
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y e
·
l l t. c ra ta c 1 1 a r 1 a ue 1
let am en te sin cu i da do. A
n o filo sófi. ca no s tra e co
tnp n te s
l1en
l · , est e 1 1ec
.
. 1 10 ·
1 lu stra
' un a ve z n1á s el fen óm en o ese nc tal qu e nos p re ocu-
p a a q ut., ; a sa b er, e 1 r ech azo por
el -siglo xvi i de las cue stiones loca les, tem-
. .
L
•
.
y r ac u · ca y pro gra ma de tnve sttg a ct on filo-
. . . "
Para mejo r perfi lar nues tra argu men tació n, pon gam os a Montaign e y a
Desc artes cara a cara. Escri tos en l as décad as de I 5 70 y I s8o, los Ensayos
de Mon taign e destil an una filoso fía huma nista que ha alcan zado su plena
madur ez. En su único ensayo de índole estrict am ente filosó fi ca, la Apolo
gía de Ramón Sibiuda , Montai gne se decanta a favor del escepti cis mo clá
sico con1o l a mejor manera de huir del dogmatism o ·presuntuo so. En sus
otros ensayos explora diferentes aspectos de la experiencia humana, para
lo cual se inspira en recuerdos personales de primera mano, así como en
el testimonio de vecinos y amigos, o en pruebas sacadas de la literatura
clásica o de los relatos de los historiadores y etnógrafos de su época.
Una vez familiarizados con el estilo y la lengua idiosincrática de
Montaigne, muchos lectores de hoy descubrirán que sintonizan más con
él que con sus sucesores del siglo xvn . Al leer lo que Michel de Mon
taigne y Francis Bacon tienen que decir sobre cientos de cuestion es a
partir de la experie ncia human a (por ejempl o, las exigen cias de la amis
tad, el caniba lismo, la desnu dez o las conve ncion es del vestid o), su le n
guaj e nos resulta tan famil iar en nuestra época como sin duda resultó a
sus prim eros lecto res de entre I s 8o y principios del siglo XVI I . Ni Mon
taign e ni Baco n pierd en el sueñ o por la corr ecció n o inco rrección teol ó
gica de sus opin ione s (la Apología es el ú ni co ensa yo que se puede d ecir
qu e roza la teol ogía ) . Los dos hab lan acerca de l a vida tal y como l a en
cue ntran, y escr iben de ella con un tala nte no doc tri n a l
Y, volvemos a rep etir lo, no es que nin gun o de esto s autores fue ra
.
<<irr eligioso» : Mo nta ign e fue cató lico pra ctic ante y B aco n acu ía al se r
d
vic io ang lica no c on la asi � uid ad que ma nda ban los cán one s. Ni, por s u
puesto perten ecie . �o �
� a nin gun a ter tuli a antirre ligi osa . Fu e ron hom bres
de su tiem p � �� e �lVIe ron com o tale s; y, dad a la natura lez a
de su tiemp o,
no les par ecio Ind isp ens abl e estar con sta ntem en te i nvo can
do el nom bre
68
r ¿ QUÉ PR OB LE MA P LANTEA LA MO DE
1
RN IDAD ?
que lo haga . . . cuan d o su cu erp o esté en ferm o para así l ibr ar l a d e con tag
gue a particip ar en los place res corp ora 1 es». EJn otro 1 uga r esc rtbe ·
' ·
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•
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Co m o e s pr1vt l e g 1 o d e l a n1 e n te resc a ta rse (l e" l ·<l \i e=- J e z , )ro
a co n s e j o ;1 b t n Í;l q u e I n
.
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Que
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c í' Cl e n t r e Ll n t n .
h a g a c on l a m a y or fu e rza q u e p u e d a . c re zca \, e.. 1· d e <. ¡ u e tl o r
·
'
CO S M Ó PO LI S
. u n
,
vtn cu 1 o fra tern al tan fuer te con el cue rpo que me a b an dona en ca d a
M an tie ne ,
.
esid ad. Y o la llev o apa rte y l a a dulo y tra ba J o, p e ro
revue 1 ta par a segut· r 1 o en su nec .
E rtarla d e esta vtn cula cto n. Le ofrezco a S é n e-
. ,
¿Qué razones pudieron tener los filóso fos mo d ernos para d espreciar la
carne? Enfrentad os a esta pregunta, se impone consi d erar las di ferencias ...
'
¿Qu é ha hecho a la humani dad el acto sexual , tan
,.
1
t
r
¿ Q UÉ PROB LEMA PLANTEA LA MODERNIDAD ?
cuan do son la expres ión de un afecto ver dad ero . También reflexion�
s o bre la tur b ació n que pro duc e la imp ote nci a. En eda d más avanzada
di c e M o ntai gn e vivió h asta los cin cue nta y tantos- es má s difícil, ant�
-
la eventuali d ad imp revista de h acer el amo r con una muj er bell a, garan
tizar una erección satisfactoria.
Quien, a la mañana sigui ente, puede esperar, sin morirse d e vergüenza, el desdén de
los bellos ojos que han p resenciado su flacidez e impertinencia [«Sus miradas silen
ciosas escondían un elocuente vituperio», OVIDIO ] , no ha sentido nunca la satisfac
ción y el orgullo d e haberlos conquistado y avasallado mediante el vigoroso ej ercicio
de una noche aj e treada y activa.
Cada una de mis partes me hace hombre tanto como cualquier otra. Y ninguna me
hace más pro pi am en te hombre que otra cualquiera .
a e s t o s o b '
J e t o re s .
v ¡1r eo-Q un ta rl es
:
P ode m os tamb ien
, D esc arte s so b re es, ta. c..u e. s'ti ó n ';) e· Pod rta h �l -
devo lver la pregu nta ·
¿ Q ue
, pue de dec
.
irn os Ren e
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« ·
·
. . t. 1· en ci ·1 se xu a l c on 1o
·
.
ber te nido una actitud tan relaJada resp ec to a su. expe
, I ·,l s, . F', n l a épo c a t l e
Mon taign e ? » . Esta s pr eguntas se c o n te stan poi. st, " so
. ' ·
CO S M ÓP OL I S
_ sm o? ¿Er a la po sición
soc tal del ama de llaves dem asi ado hu mi lde par a
un mi em bro de una fa
mi lia venid a a má s y que asp ira ba a la nobless e de . ....
la robe ? · O era n más sim \ .
1 com o pue de ver cu a l quie r lecto r, a la vez diverti do y algo risqué; pero
rv
Montai gne lo utiliza para decir algo basta nte serio : a saber , que no si e
de nad a traz ar una divisoria estricta entre l o s proc esos corpo rales («m a_
teri ales») y las actividades voluntarias (<<men tales ») ya qu e no pode mos
estar seguros , anticip ándonos a la experi encia, de qu é funcio nes corpora
les podemos contro lar de hecho y qué otras no. Montai gne vive en el
mundo de Rabelais . Como él, no se siente condicion ado por la denomi
nada «respetabilidad». Pero, en la época de Descartes, nos hallamos en
el camino que desembocará en el Pigmalión de George Bernard Shaw,
donde el padre de Eliza Doolittle se queja de tener que llevar un traje y
comportarse de una manera a l a que no está obligado un honrado traba
jador. La cuestión social oculta un argumento de índole intelectual. La
cuestión «mente y cuerpo» tiene más importancia de lo que parece a pri
mera vista. La manera de abordarl a no es un asunto de mera teoría; como
lo que está en juego implic a « autoco ntrol>>, se suscitan cuestiones mora
les o sociales. Los camb ios que se produ cen en la a ctitud intele ctu al Y en
la teo ría filosó fi ca entre 1 5 80 y 1 640 corre n, así, parej os con unos cam
bios m ás amplios que se produ cen en la actitud hacia la �on ducta � cepta
ble o no ace ptable. En la déc ada de 1 640 , los raci on alis tas no solo res
trin gen la raci o nali dad a los sen tido s y al inte lecto-lo que los psic.ólogos
11 a man a h ora 1 a «cognic . ., s
ion»-, sino · que re fleJ· an ta m bi én lo s pr1n1e ro.
a m a gos de esa «resp etabt. hda . d » que va a ser ta n I n fluye nte en lo s do s S I - ·
.
.
l ci en ci
.
.
1 a h . s t o r a a
¿Es est e com entario relevan te par a
. l ecnta 1 e s 1nd e ne n d t en te tn en tc
fil oso fia? e· No se tra tan los p r ob l e m a s t nte
,
.
.
. ve rsa. ?. Al o1 e. s vt n c..u ] ·1 r } ·1 ra c t o n a h d a d Y. 1 41 1 o, -
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gt ca de la re tó r i ca y l as e tn oc t o n es ,
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73
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CO S M Ó PO LI S
tos a b stractos y
tt on es t nt e 1 ec.. tu.a 1 es , s ino tam bié n mo ra l es. Lo s con cep
. . . .
.
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L
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que saca mos d e os humanis tas, unas
con cre ta. Es t as son l as l ecci ones .
ah o e � e tt e rra
l ecc ion es que est án en l os antípo d as d e u � rac ton sm qu po
.
.
d fi .
l a raz on y nos sum e, en e mttv a, e n
d e por me d io entre l as em oci o nes y
o f
un esca pism o mo ral . Al trat ar l os sen tim ien tos com r_n eros e ecto s d e
procesos causa l es, nos l os quita d e l as man� s y nos extme d e tod a re s
b
ponsa bi l i d a d : l o único d e l o que somo s racio nal ment e respo nsa l es (al
parecer) es d e pen sar correc tam ent e. . .
duah s-
.
b
tas. Los d os coinci d ieron en que e l prime r paso para a l canzar l a sa i du
ría se ha ll aba en el autoexam en. El Discurso del método y l as Meditacion es
d e Descartes, al igual que l os Ensayos d e Montaign e, preten d en servir de
lúci d o mo d el o autorre ferencial . Pero su in d ivi d ua l ismo l os ll eva por de
rroteros distintos. En Descartes se aprecia ya cierto sa b or a -<-< sol ipsis
mo», esa sensación d e que to d o in d ivi d uo, en cuanto sujeto psicol ógico,
está (por así d ecir) atrapa d o d entro d e su propia ca b eza, mientras que el
objetivo d e sus reflexiones se l imita a l os fenómenos sensoria l es y d emás
datos que l e llegan a l a Mente y que hacen que sea e l in d ivi d uo que es.
Cincuenta años antes, Montaigne también ha bía escrito en cuanto in di
vi duo, pero suponi en d o siempre que su experiencia era característica de
la experiencia humana en gener al , si es que no ha bía ningún motivo es
pecia l para pens ar d e otra manera. Así, no hay· e l meno r asomo de sol ip
sism o en l a lectura d e la expe rien cia que real iza Mon tai gne: no du dó
nunca en basa rse en los inform es d e otra s pers onas , sino que desarroll ó
�na versión pro pia de l a amistad , l os trau mas 0 l o que fuer a, movién d os e
hbr emente en un mun do com pue sto d e mu cha s person
as di ferenci adas
e inde pendiente s. ' .
'
'
74
r
•
¿ QU É P RO B LE MA PLANTEA LA
1
MODE RN IDAD ?
1 58 o,
de
a Michel de M on tai gn e no se le ocurre dec ir qu e está <<en cerrad
o
en su cerebro». La mu ltip lici da d de personas en el mund o, con puntos de
vista y rel atos vita les idio sin crático s, no era para él una am ena za. Ca da
cual recono cía que el des tino de cad a i ndividuo era , en última instancia,
personal (como dic e el ma drig alista , «lo único seri o es la mu erte ; ésta no
es una bro ma»); per o las pers ona s aún se trataban unas a otras con una
acti tud de equidad , com o individuos autónom os. Sus pensamientos aún
no estaban confinado s, ni siquiera para fines teóricos , dentro de los mu
ros de la prisi ón de la men te solip sista de Desc artes , ni del sensorium in
terno de Newton.
Ta nto Descartes com o Pasc al se sinti eron f:. ascin a d os po r 1\1 on t'l l t"'o·n e li n
.
4 ,4 •
·
75
' '
C O S �t Ó PO L I S
, encontramo s al gu n a s
b i b l i oteca po se t a un h errn os o eJ· e mpla.r ' en el que .
aco tac ton e s qu e , se gu" n algu
• nos est udio sos, son las primeras re acci on es
.
• .
=-
e . ab a co n n
¡ug
d e l Di scu rso del métod o. De sca rte s, qu egra s, con-
de l au tor
tes to, a 1 ga m b 1" t o de Mo ntai gne
pro po nié ndo se com o tarea descub rir lo
,
<<Un ico » para 1 o que se nec esita
.
ro en el cogzto , co n es-
.
, ·
cert ez a . Y lo enc ont
. . . ,
mental es, luego se
tas argum en tacl ones .· «Tengo expe rien cias con ce ne-
tud hum ana de los
za que exis to» . Cre ía que , a pes ar de la cac are ada fini
escé ptic os, al men os sob re eso pod ía � os esta r c � mp leta�ente se guros.
Al retrotra er la mod erni dad a una epo ca ante rior a Gah l eo y De scar
tes, y recono cer a los hum anistas del Renacimie nto toda la ori �in ali
dad-y «mode rnidad »-que se merec en, se abre todo un abanico de
nuevas posibili dades . Ante todo, podem os desech ar cualqu ie r suge ren cia
en el sentido de que escritore s como Erasmo , Shakesp ea re y Montaign e
siguieron siendo (en cierto sentido) <<tardomediev ales» al haber vivido y
escrito antes de la irrupción del mundo «moderno», que se habría ini
ciado con la fundación de las ciencias exactas. Los humanistas del siglo
xvi fueron los fundadores de las humanidades modernas con la misma
rotundidad que los filósofos de la naturaleza del XVII fueron los fundado
res de la ciencia y la filosofía modernas. Así, por ejemplo, la nueva ma
nera de describir las culturas humana s, implícit a en el libro sexto de la
/
Etica de Aristó teles y reintro ducida en nuestr a época por Cliffor d Gee rtz
con el término de «descripció n espes a», apare ce ya en la omnívora etn o
grafía de Montaign e. Y no me equivoco si afirm o que el contraste entre
el hum anism o y el racio nalis mo-entr e la acum ulac ión de detalles con
cret os de la experien cia prác tica y el anál isis de un núc leo abstracto de
con cep tos teóricos-p rean unc ia de algu na ma ner
a el deb a te de Las dos
cultur�s ini iado por la Co nfe ren ci a Re d
� e de C . P . Snow , p r on un ci ada en
la Un1ve rs1d ad de Camb rid ge.
�
p �im � ra vis ta, la argum entaci ón de Sn ow
par ecía ten e r p or obje to
la Gr an Breta ña del s i gl o xx,
las 1nst1tu c1o ne s soc ial es y ed uc ativa s de
pe ro � o cab e du da de qu e en ell a se en
. co ntr ab an algun os ecos de la his
toria l� tel e �tua l. De sd e la ép oc a de
. Ox ford de Be nja mi n Jowe tt, l a elite
ad�mtstra tlva d Gran Br etañ a afi ló
� sus die nte s (o ga rra s) en las form as
de hteratura «m as human as» o liter.·ne "" humanz o res, es d ec1r,
· e 1 1 atin ela"st· -
·
e
s se remt tian, para su «1o rm a c1· 0"'n
· ,
....
'
¿ QU E PR OB LE MA PLANTEA
,
LA M O D E RN I DA D ?
OP1 1110 11 r � I n J n � e
. .
.
.
y o
/ ,
d de p ini o n e
ra l qu � , \u -
du mbre, la am bigüed ad la div ers ida
oc henta y los no ve nta de l sig lo XV I , y qu e l ue go d i o un v u e l co
t· 1 "' 1 xv u l a to l c Ll n ct a
cs -
. ,
y s c ·
t n c u e n (1 ( e
. ra b a ya una vt rttH.l respe"\ t·l bl e ( \� n tcHLl , JH i l'S . l l l l l' S -
Cia las dec adas de los cua ren ta l o � � "' · ,
, . no se con stde
cep tiCa
·
"' , , · �
77
C O S M Ó PO L I S
retra
.
.
. d os d e 1 stg
nle d ta ,
,
�
raba ya la tole ranc ia d e Mo ntai gn e com pati le con una fe, re l i gio sa sm
¿por qu é se empl eo tanta ener gia, a p ar _ d
tir
cera? Más en conc reto, e
?
enton ces, en tratar d e d ar a las creen cias una b � �e «pr� ba lem ente c i e r
ta»? En las décadas de 1 5 So y 1 5 90, la acepta cion escep tica d e la amb i _
'•