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LA ETAPA INTERMEDIA EN EL PROCESO PENAL

INTRODUCCIÓN
El Código de Procedimiento Penal ahora actualizado con las modificaciones insertas por
las Leyes 004 y 007 respectivamente, estructuran normativamente el denominado
“Proceso ordinario”, el cual consta de tres etapas: Investigación Preparatoria, Etapa
Intermedia y Juzgamiento, reconociéndose una etapa previa a la Investigación (Diligencias
Preliminares). La Etapa Preparatoria tiene por finalidad recopilar los medios de prueba de
cargo, que sirvan al Fiscal de la Investigación Preparatoria para sostener válidamente la
imputación formal que recae sobre el imputado, determinando la forma de comisión del
delito, los medios utilizados para su perpetración, los móviles, el grado de perfección
delictiva y la individualización de los involucrados de conformidad con la relevancia de su
participación en el evento criminoso, la identidad de la víctima y la cuantificación de la
magnitud del daño causado por los efectos perjudiciales de la conducta criminal. Los actos
que realiza el Fiscal conjuntamente con la Policía Nacional, a este nivel del proceso, no
son actos de prueba, sólo constituyen actos de investigación.
Por su parte, el Juzgamiento se constituye en el corolario del Proceso Penal, donde se
dilucidará finalmente la situación jurídica del imputado, en cuanto a una condena penal o
en su defecto su absolución. El Juzgamiento, estrictamente hablando es una actuación
típicamente jurisdiccional, pues es dirigida y ejecutada por los órganos que administran
Justicia Penal en nuestro país. La Jurisdicción es la potestad que se confiere a los jueces
para juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, tal como lo determina el artículo 42 del Código
Penal adjetivo y la misma Constitución Política del Estado; habiendo el legislador
delimitado la competencia de los Tribunales y Juzgados Penales, de acuerdo a los criterios
que se desprenden el Título I del Libro Segundo del CPP. El Juicio, es la etapa principal
del proceso, se realiza sobre la base de la acusación (nullum acusatione sine iudicium); sin
perjuicio de las garantías procesales reconocidas por la Constitución y los Tratados de
Derecho Internacional Público. Sólo a partir de los actos de prueba que se realizan en el
Juzgamiento, bajo los principio de oralidad, inmediación, contradicción, publicidad y
celeridad, puede derivarse una condena penal, en otras palabras: la imposición de una
pena a la persona del infractor normativo, únicamente puede emanar de un Juzgamiento
que se ha sido seguido en irrestricto respeto a las garantías del Debido Proceso.
Por lo expuesto, se advierten dos etapas de relevancia en el proceso penal, donde cada
una de ellas despliega sus propias finalidades, por lo que se encuentran revestidas de
particularidades propias; a la Etapa Preparatoria reunir los medios de prueba y ejecutar las
primeras pesquisas, que tengan por finalidad construir la hipótesis incriminatoria. Por su
parte, el Juicio Oral, en cuanto a la concreción de los principios esenciales del Sistema
Acusatorio-Garantista, que tienen por colofón la debida realización de la Justicia. Empero,
se advierte una etapa que funge de puente entre ambos planos de la persecución penal,
que tiene por finalidad: la viabilidad del Juzgamiento y su contraparte: la cesación de la
persecución penal, por lo que su importancia merece ser analizada de forma singular y
particularizada.

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