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Introducción a la psicología social, Difusora Larousse - Ediciones Pirámide, 2012. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/unadsp/detail.action?docID=3429259.
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Percepción social y atribución causal
JOSÉ ANTONIO CANTILLO GALINDO
M.ª REYES BUENO MORENO
3
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1. Introducción.
2. La percepción de personas.
3. Formación de primeras impresiones.
4. Percepción de la personalidad.
5. Factores que influyen en la percepción de personas.
6. Consecuencias de la formación de impresiones y de la percepción de personas.
7. Percepción de causalidad: la atribución causal.
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1. INTRODUCCIÓN pués poder establecer atribuciones e inferencias
(Heider, 1958) que nos permiten construir nuestra
Poder predecir los sucesos que ocurrirán en realidad social.
nuestro ambiente y adivinar el comportamiento Las investigaciones relativas al estudio de las
o las reacciones de las personas con las que en personas estuvieron vinculadas en un primer mo-
mayor o menor medida interactuamos, es esencial mento a los estudios sobre percepción social o
para nuestra supervivencia como individuos y es- percepción de objetos. Eso fue así porque ambos
pecie. Está claro que si no pudiéramos anticipar tipos de percepciones tienen elementos en común:
y predecir las reacciones de los demás de una ma- se organizan y estructuran a través de categorías,
nera general, y de determinadas personas en una y de esa forma guían nuestra percepción; presta-
situación particular, estaríamos en desventaja mos atención a los aspectos estables, y así pode-
para disponer de nuestras acciones. Sin embargo, mos realizar predicciones sobre los acontecimien-
antes de que la persona pueda realizar prediccio- tos y les otorgamos significado a los estímulos
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cer qué factores influían en la exactitud de los Los estudios sobre percepción social tienen un
juicios sobre rasgos de personalidad (Moya, punto de inflexión en un simposio celebrado en
1995). Posteriormente, la preocupación se fue la Universidad de Harvard (Jones, 1990). A partir
desplazando hacia el proceso de percepción pro- de esta fecha, el estudio de la percepción de per-
piamente dicho, concebido ya como un fin en sí sonas toma entidad propia, separándose así de un
mismo y no como un medio para conseguir obje- área más extensa que es la percepción social, que
tivos externos al propio proceso, como por ejem- incluye el estudio de las influencias sociales sobre
plo conocer la exactitud de los juicios. Los traba- la percepción de objetos no sociales (Moya, 1995).
jos de finales de los cuarenta y principios de los Jones (1988) comenta que si las personas respon-
cincuenta de Asch analizaban cómo el perceptor, den al contexto que perciben, y si otras personas
a partir de unos sencillos datos que describen a constituyen en gran medida ese entorno, entonces
otras personas, llega a conclusiones firmes sobre es importante estudiar cómo las personas son per-
cómo son esas personas. Estos estudios otorgan cibidas; por ello es necesario considerar cinco lí-
relevancia al proceso perceptivo en sí y no a la neas de investigación sobre el perceptor:
exactitud perceptiva.
A mediados de la década de 1950 emerge la 1. Como lector de emociones.
corriente New Look, representada por Bruner y 2. Como un buen juez de personalidad.
cols., quienes reforzaron la línea de estudio inicia- 3. Como integrador de la información.
da por Asch. Esta perspectiva concede un pa- 4. Como atribuidor de causas.
pel preponderante a las motivaciones y valores del 5. Como actor motivado.
perceptor (Higgins y Bargh, 1987) e insisten en
el carácter selectivo y activo de la percepción, al
presuponer que el perceptor se enfrenta a la rea- 2. LA PERCEPCIÓN DE PERSONAS
lidad con unas hipótesis previas que quiere con-
firmar. En el experimento clásico de Bruner y La percepción, tanto de nuestro ambiente so-
Goodman (1947) se concluye que la percepción de cial como de nuestro ambiente físico, implica la
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personas —e incluso la de objetos— puede depen- selección y codificación de gran cantidad de da-
der fuertemente de los valores sociales asignados tos que nos llegan del exterior, reduciendo así su
a los objetos y de los orígenes sociales de las per- complejidad para que sea más fácil su alma-
sonas. En este estudio participaron dos grupos de cenamiento y recuperación posterior. Sin embar-
niños estadounidenses de 10 años de edad. Uno go, también supone la base para la elaboración
era de clase social baja y otro de clase alta. A los de inferencias que nos permitan realizar predic-
niños se le presentaban monedas de 1, 5, 25 y 50 ciones sobre los acontecimientos futuros. De
centavos, y tenían que proyectar en una pantalla esto se deduce que el proceso perceptivo posee
los focos de luz que correspondían al tamaño dos características esenciales: se trata de un pro-
de las monedas. Los resultados mostraron que los ceso selectivo y activo.
niños de clase baja tendían a proyectar focos de Es un proceso selectivo porque las personas
luz más grandes para las monedas de mayor valor no registran indiscriminadamente los estímulos
que los de clase alta. Además, cuando en vez de procedentes del exterior, sino que atienden a al-
monedas se les mostraban círculos de cartón gunos aspectos de los mismos y pasan por alto
de igual tamaño que las monedas, los niños no otros (Taylor et al., 1989). Esto es debido a dos
aumentaban el tamaño de los círculos más gran- motivos fundamentales: el primero es que sería
des y no aparecían diferencias perceptivas entre imposible recoger el enorme caudal de informa-
los niños de las dos clases sociales. ción que inunda a los sentidos, y el segundo es
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que no toda la información estimular tiene el de quienes las observan para que ésta resulte me-
mismo grado de importancia para las personas jor. Estamos hablando del fenómeno de manejo
(Bruner, Shapiro y Tagiuri, 1958). En virtud del de la impresión o de la autopromoción, que abor-
carácter activo, las personas elaboran la infor- daremos posteriormente.
mación adquirida para generar estructuras cog- Con todo ello, definimos percepción de per-
nitivas que les permitan ser proactivas —no me- sonas como el proceso mediante el cual los huma-
ramente reactivas— frente a la información nos llegamos a conocer a los demás y a concebir
obtenida, lo que quiere decir que, cuando se pro- sus características, cualidades y estados interiores.
duce su llegada, las personas ya tienen una idea Esto incluye todos los procesos cognitivos me-
aproximada acerca de ella, lo que facilita su asi- diante los cuales elaboramos juicios relativamen-
milación y manejo. te elementales acerca de otras personas, sobre la
Esas estructuras que elaboramos las conoce- base de nuestra propia experiencia o también a
mos en Psicología Social bajo el nombre de ca- partir de las informaciones que nos proporcionan
tegorías, y el proceso mediante el que se forman otras personas (Grau y Agut, 2002).
proceso de categorización. Éste es un proceso de Este proceso de percepción comprende los si-
unificación o agrupamiento de objetos y aconte- guientes tres aspectos:
cimientos sociales en función de las acciones, in-
tenciones o sistemas de creencias de un individuo 1. Reconocimiento emocional, en el sentido de
(Tajfel, 1981). En definitiva, apoyamos la idea de que tanto nuestras expresiones verbales
Bruner (1957) de que la categorización es un pro- como las no verbales comunican nuestro
ceso básico casado con la percepción. Hemos estado de ánimo. De hecho, la manifesta-
dicho que el proceso de categorización acelera la ción física de ciertas emociones como la
asimilación y manejo de lo percibido, pero tam- ansiedad (a través de la sensibilización de
bién tiene sus costes. Entre los más estudiados y mucosas, microexpresiones faciales, la va-
apoyados empíricamente encontramos el incre- sodilatación capilar, facial, etc.), es muy
mento de la semejanza entre los elementos de la utilizada en la detección de testimonio fal-
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misma categoría y de las diferencias entre ele- sos (Baron y Byrne, 1998).
mentos de categorías diferentes (Taylor et al., 2. Formación de impresiones, proceso me-
1989). Sin embargo, no todo lo codificamos en diante el cual nos formamos imágenes
forma de categorías. Srull y Wyer (1979, 1980) relativamente coherentes de los otros a
mostraron cómo la probabilidad de que un com- partir de la multiplicidad informativa re-
portamiento esté codificado en términos de ca- cibida. Estas impresiones pueden estar
tegoría depende de la accesibilidad relativa de más o menos elaboradas, como veremos
esa categoría en la memoria (en las categorías más adelante.
poco accesibles no suelen codificarse percepcio- 3. Atribuciones causales, mecanismo me-
nes importantes). diante el cual explicamos la causa de las
Las peculiaridades o diferencias de la percep- conductas que observamos en los demás
ción de personas respecto a la de objetos obligan a partir de la información que nos pro-
al perceptor a esforzarse por descubrir las inten- porciona el contexto, el conocimiento de
ciones de la o las personas percibidas y le dan la persona percibida y nuestra propia ex-
pistas adicionales sobre ellas. Esto hace que la periencia.
percepción de personas tenga un carácter estraté-
gico, en la medida en que las personas que se sa- Seguidamente profundizamos en los dos últi-
ben observadas intentan modificar la percepción mos aspectos citados.
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3 Suelen ser duraderas y estables. Sin embargo, él dudaba de que esta visión
4. Por tanto, son difíciles de modificar. pueda explicar correctamente el fenómeno, incli-
5. Guían nuestras futuras interacciones. nándose por una concepción gestáltica, según la
cual los diversos elementos están organizados
Pero, ¿cómo se combinan los elementos inte- como un todo, de forma que cada rasgo afecta y
grantes de las primeras impresiones y qué imagen se ve afectado por todos los demás (Asch, 1946).
global producen en nosotros? Como ya comentábamos anteriormente, Asch
La formación de estas impresiones se puede entendía que cada vez que nos formamos una
construir básicamente de tres formas diferentes nueva impresión hay determinados rasgos que tie-
(Echebarría y Villarreal, 1991): nen un mayor impacto sobre los demás (aunque
todos se relacionan entre sí) y sirven como ele-
1. Concepción gestáltica: la impresión final mentos aglutinadores de la impresión. Estos ras-
es el resultado de una relación dinámica gos que tienen mayor peso sobre los demás los
entre los rasgos de un sujeto, y la varia- llamó rasgos centrales y a los restantes rasgos pe-
ción de uno de ellos influye en los demás riféricos. De esta forma podemos hacernos una
(Asch, 1951). El que un rasgo sea impor- idea completa de los otros habiendo observado
tante o no depende de la posición que tan sólo unos cuantos rasgos. Para probar este
ocupe en las relaciones dinámicas con modelo, Asch llevó a cabo una serie de investiga-
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ciones siguiendo el paradigma experimental que contexto y periférico en otro, porque varía su
exponemos seguidamente. significado. Es decir, estos rasgos, lejos de poseer
En primer lugar, pedía a los sujetos experi- un significado propio, se interpretan a la luz de
mentales que leyeran atentamente la descripción conocimiento que una persona haya almacenado
de una persona por medio de una lista de los ras- acerca de la gente, las conductas y las situaciones
gos que la caracterizaban y que tratasen de ima- sociales. Por ello, las características o rasgos de
ginar cómo era esa persona. Esta era la lista es- una persona se perciben de forma interrelacio-
tímulo. Acto seguido, les facilitaba una segunda nada.
lista de rasgos diferentes y les solicitaba que indi-
casen en qué medida esos nuevos rasgos se podían
adjudicar a la persona descrita. Esta era la lista 3.2. Integración de la información
respuesta.
Asch pensaba que entre la presentación de la Gran parte del trabajo cognitivo que realiza-
primera y de la segunda lista los sujetos se forma- mos las personas al formarnos una impresión
ban una impresión global de la persona descrita consiste en intentar combinar las diferentes pie-
basándose en la lista estímulo; es decir, llevaban zas de información, reduciendo las inconsisten-
a la lista respuesta una idea preconcebida de cias o lo que Asch llama resolución de información
cómo era esa persona, que quedaba reflejada en contradictoria.
la elección de los rasgos de la segunda lista. Las teorías o modelos que intentan explicar
Para confirmar su idea, el autor se sirvió de cómo los perceptores combinan la información
diferentes experimentos, aunque el más conocido disponible pueden dividirse en dos grupos
y relevante consistía en leer una lista estímulo de (Moya, 1995):
adjetivos a dos grupos de sujetos. Al primero: in-
teligente, habilidosa, trabajadora, afectuosa, de- a) Modelos de tendencia relacional.
cidida, práctica y cauta; al segundo: inteligente, b) Modelos de combinación lineal.
habilidosa, trabajadora, fría, decidida, práctica y
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cauta. De esta forma, las dos listas sólo diferían El planteamiento de Asch es el que se conoce
en los adjetivos afectuosa/fría. A continuación, con el nombre de tendencia relacional. Un aspec-
debían hacer una descripción de la persona y se- to clave de este modelo es cómo se integra la in-
leccionar, de una lista respuesta de pares de rasgos formación inconsistente o contradictoria, ya que
opuestos, el adjetivo de cada par que más se ajus- en una lista de rasgos siempre cabe la posibilidad
taba a la persona. Las impresiones y las descrip- de que existan dos o más que sean incompatibles.
ciones resultantes fueron distintas en cada grupo, Para resolver este tipo de contradicciones las per-
mostrando una impresión mucho más positiva de sonas pueden hacer dos cosas que abocan a un
la persona el grupo que recibió la lista estímulo mismo resultado:
que incluía el adjetivo afectuosa. De esta forma
concluyó que la dimensión afectuosa/fría eran 1. Cambiar el significado de alguno de los
rasgos organizadores centrales, frente a los de- rasgos inconsistentes; por ejemplo, al ras-
más, que serían los periféricos. go «poco trabajador» no se le va a asignar
La diferencia entre rasgos centrales y perifé- el mismo significado cuando vaya, en una
ricos se aprecia en el impacto que tiene en la im- lista, junto a la característica «amigable»,
presión resultante, pero, ¿de qué depende que un que cuando acompañe, en otra lista, al
rasgo sea central o periférico? Asch postulaba que calificativo «desagradable». Este cambio
del contexto. Un rasgo puede ser central en un de significado se produce primero en el
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plano descriptivo, pero acaba pasando al no todos los ítems de la información tienen el mis-
evaluativo. mo peso. Entre los factores que influyen en este
2. Inferir nuevos rasgos que permitan redu- peso relativo destacan (Baron y Byrne, 1998):
cir las contradicciones (por ejemplo, si
una persona es inteligente, afectuosa y 1. La fuente del input: damos más peso a la
mentirosa, podemos intuir que es un ven- información surgida de fuentes en las que
dedor). confiamos o las que admiramos, que a la
información emanada de fuentes de las
Los modelos de combinación lineal no admi- que desconfiamos.
ten la idea del cambio de significado, sino que 2. El carácter de la información: los rasgos
promulgan que los rasgos de una lista se suman, negativos tienen mayor peso que los po-
se promedian o se multiplican, ya que todos, sin sitivos.
excepción, tienen un determinado valor. Además, 3. El grado en el cual la información des-
estos modelos suponen que todos los rasgos se cribe conductas o rasgos que son inusua-
sitúan en una dimensión evaluativa. Respecto a les o extremos: la más inusual obtiene
los modelos de combinación lineal existen tres va- mayor peso.
riaciones: el modelo suma, el modelo promedio y 4. El momento de recepción de la informa-
el de media ponderada. ción: la información recibida en primer
El modelo suma, propuesto por Bruner y Ta- lugar se valora con más peso que la reci-
giuri (1954), es el más sencillo, ya que se limita a bida posteriormente.
postular que la impresión resultante sobre una
persona es la simple suma del valor de todos los En general, podemos afirmar que este mode-
rasgos de la lista. Es decir, establece que la impre- lo introduce dos nuevas aportaciones respecto a
sión global obtenida de una persona es la suma los anteriores: la ponderación y la impresión ini-
de los efectos de los distintos datos tomados de cial. La ponderación responde a la idea de que no
forma individual. Según este modelo, cuantos todos los rasgos mantienen la misma importancia
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más rasgos positivos ofrezcamos a nuestro per- en todos los contextos. Por ejemplo, el rasgo «di-
ceptor (aunque su valor absoluto no sea muy ele- vertido» tendrá más importancia (y una ponde-
vado) mejor será nuestra impresión. ración mayor) en contextos informales, y el rasgo
El modelo promedio (Anderson, 1965) niega la «trabajador» en contextos formales. Por su parte,
validez del modelo suma, argumentando que no la impresión inicial es la tendencia a evaluar a la
es lógico que una larga lista de rasgos sea más persona de forma favorable o desfavorable sobre
extrema que una corta por el mero hecho de su la base de experiencias anteriores. De esta forma,
longitud. Por ello propone que una buena impre- cuanto más se conoce a una persona, menor im-
sión se causa presentando sólo unos pocos rasgos portancia tiene la impresión inicial.
muy positivos. Entre el modelo de suma y el pro- La investigación realizada desde la formula-
medio, parece que la investigación empírica avala ción tanto de los planteamientos de tendencia
más al primero, por lo que, dadas las limitaciones relacional como de los de combinación lineal, no
del segundo, se formuló el modelo de media pon- ha conseguido inclinar definitivamente la balan-
derada (Grau y Agut, 2002). za a favor de alguno de ellos. Ambos han logrado
En la tercera variación, o modelo de la media un éxito parcial. Incluso hay autores que defien-
ponderada, cada fragmento de información sobre den que, en un análisis detenido, no existe entre
otra persona es valorada en términos de su im- ellos una oposición tan radical como se ha defen-
portancia relativa (Anderson, 1981), puesto que dido; por ello, más que analizarlos como contra-
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puestos es posible verlos como complementarios, Klein destacan la importancia de estudiar diná-
si bien no simultáneamente. Tal y como defien- micamente el fenómeno de la formación de im-
den Fiske y Neuberg (1990), las personas nos for- presiones.
mamos impresiones de las dos maneras, depen- La percepción basada en esquemas funciona
diendo de las circunstancias informativas y como se indica en la figura 3.1.
motivacionales. Las impresiones holísticas o glo- Cuando una persona interactúa con otra per-
bales predominarán en aquellas situaciones en sona hay tres consecuencias:
que se exige rapidez y no hay apenas tiempo para
el procesamiento o la persona carece de la moti- 1. Respuesta atributiva: juicios hacia las ca-
vación suficiente. Los elementos informativos se racterísticas y hacia las metas de los per-
analizarán con detalle sólo cuando la persona cibidos de carácter transitorio que se ha-
tenga una motivación elevada y pueda dedicar cen en un momento concreto o una
tiempo a su integración, que a veces resulta labo- interacción particular. Por ejemplo, un
riosa. Estamos haciendo referencia a un modelo jugador de baloncesto, a la hora de lanzar
integrador: la percepción basada en esquemas. Los a canasta elaborará estos juicios acerca de
esquemas pueden definirse como estructuras cog- su rival sobre la base de su altura o enver-
noscitivas que contienen el conocimiento de un gadura, así como otros elementos estables
individuo sobre las cualidades específicas de otra de la persona como la habilidad, persona-
persona y sus relaciones (Fiske y Taylor, 1991). lidad, etc. Estos juicios no suelen realizar-
Incluyen juicios sobre las características, estados se sobre características inestables como la
mentales y metas probables de ese tipo de perso- fortuna, el estado de humor, etc. A pesar
na, así como sobre las expectativas de cómo tal de esto, en el trabajo sobre percepción de
persona se comportará ante ciertas situaciones. categorías sociales ambiguas se llega a la
Una vez que se active una categoría, el perceptor conclusión de que los juicios elaborados
puede entonces completar detalles que faltan, lo con escasa información son más precisos,
cual le permite manejar su comportamiento y cuando ésta puede ser controlada por la
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Información Información
Información directa
determinada por el almacenada sobre la
sobre el otro
contexto persona
Selección de información
Procedimiento de información
Respuesta
Respuesta afectiva Expectativas
atributiva
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Estas respuestas influirán en cómo vamos a cosas diferentes según qué situaciones.
percibir la información que recibamos de los Por ejemplo, percibir a Pau Gasol signi-
otros, que procede de tres fuentes principales in- ficará algo diferente en función de si ju-
terrelacionadas: gamos contra él o con él como compañe-
ro de equipo.
1. Información que se tiene ya sobre el otro
(continuando con el ejemplo anterior: en- Toda esta cantidad de información, que puede
cuentros pasados, informes, lo que dicen ser enorme, será filtrada por el perceptor en fun-
otros, etc.). ción de sus estados y rasgos, resultando una per-
2. Información recibida directamente del cepción final con unas características concretas
otro, de naturaleza diversa, que incluye en función de todo lo relatado antes.
aspectos verbales y no verbales de la co- Sobre la formación de impresiones, se han
municación. realizado innumerables estudios que tratan aspec-
3. Información determinada por el contexto tos parciales respecto a ésta como la importancia
del perceptor, ya que ésta puede significar del atractivo, del género, la situación del percep-
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tor, la cantidad de rasgos necesarios para que se como atractivos; Cash y Kilcullen vieron
elabore una impresión, etc. Algunas investigacio- que profesionales masculinos contratados
nes al respecto son: que medían más de 1,85 metros percibían
un 10 por 100 más de salario que los más
— El estudio de Zhang y Hazan (2002) inten- bajos y, por citar otro estudio, es curioso
ta relacionar la ansiedad experimentada el de Heilman y Stopeck (1985), quienes
por una persona con la cantidad de evi- preguntaron acerca de la competencia de
dencias que necesita para emitir juicios dos supuestos directivos —uno hombre y
negativos o positivos sobre los otros, en- otro mujer—, presentados mediante foto-
contrando una relación inversa entre am- grafías, encontrando que los sujetos con-
bas variables. sideraban más competente al estímulo
— Doest, Semin y Sherman (2002), estudian- atractivo masculino y poco al atractivo
do cómo se forma una primera impresión, femenino. Los resultados sugerían que la
descubrieron que cuando los rasgos que se mujer atractiva podía haber progresado
proporcionan sobre una persona son abs- sobre la base de su apariencia más que por
tractos, la percepción resultante tiende a su capacidad. En otra llamativa investiga-
forjarse a base de heurísticos, es decir, me- ción, Sigall y Landy (1973) examinan los
diante atajos o reglas desarrolladas para efectos de tener un amigo físicamente
simplificar las tareas inferenciales. atractivo sobre la opinión de las otras per-
— Berry, Pennebaker, Mueller y Hiller (1997) sonas. Según hipotetizó, la persona es-
hallaron que el lenguaje desempeña un tímulo recibió percepciones más favorables
papel crítico en las primeras impresiones cuando se asoció a un compañero atracti-
y en la percepción de la personalidad, de vo, y menos favorable cuando su compa-
manera que el contenido del lenguaje ñía era menos atractiva.
utilizado refleja cambios significativos en
la percepción de los otros por encima
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cias, etc., esa percepción inicial mediante cial. Por ejemplo, podemos percibir a una
el proceso de carácter deductivo que Gil- persona como juerguista por el mero he-
bert llama negociación cognitiva. cho de ser andaluz o tacaño por ser ca-
talán. No podemos olvidar que en los
En la formación de esta percepción podemos estereotipos se incluyen varios tipos de
diferenciar cuatro fenómenos o errores percepti- características que pueden ser positivas o
vos que solemos cometer: negativas, que algunos de ellos reflejan
con precisión las diferencias reales entre
1. El efecto halo: consiste en presuponer al- los grupos, aunque de forma exagerada,
gunas características en las personas a y que otros son completamente inexactos
partir de otra que ya conocemos. Por (Smith y Mackie, 1997). No obstante, en
ejemplo, si por la calle vemos comer a una el tema dedicado a los estereotipos abun-
persona obesa, pensamos que es glotona daremos sobre ellos, las controversias,
y comilona. Estas inferencias responden teorías, funciones, etc.
a una teoría implícita de personalidad, se- 4. Teorías implícitas de la personalidad: creen-
gún la cual tendemos a percibir un con- cias que cada uno de nosotros tiene acerca
junto de rasgos supuestamente relacio- del ser humano en general, especialmente
nados entre sí, pero que en realidad puede en relación con la frecuencia y variabilidad
que no lo estén. De esta manera, cuando de un determinado rasgo de personalidad.
observamos en un individuo alguna carac- Es como si jugáramos a ser psicólogos ca-
terística positiva, tendemos a considerar talogando diferentes tipos de personalida-
que el resto de sus características también des. En definitiva, es la suma de las hipóte-
son positivas. Análogamente ocurre con sis y expectativas acumuladas sobre cómo
las negativas. Por ejemplo, cuando obser- se organizan los atributos y rasgos de la otra
vamos que uno de nuestros alumnos viste persona (Echebarría y Villarreal, 1991).
muy bien tendemos a pensar que es muy
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Percepción social y atribución causal / 71
las formas en que se organizan las ideas y creen- Sobre la percepción de personalidad también
cias de las personas en relación con algún aspec- se han hecho innumerables estudios:
to concreto de su mundo social, dado que afectan
sobremanera al proceso sobre el cual los percep- — Por ejemplo, Pedabody (1979) demuestra
tores se forman impresiones sobre los otros (Mc- que las personas juzgamos a los demás por
Connell, 2001). el contenido descriptivo de sus rasgos más
El término teorías implícitas de la personalidad que por el tono evaluativo que conllevan,
tiene dos acepciones básicas: la primera, según la sobre todo cuando las relaciones descrip-
definición más general, designa a aquellas creen- tivas son fuertes y las evaluativas débiles.
cias que cada uno de nosotros tiene acerca del ser — Humphrey (1985) realiza una curiosa in-
humano en general, especialmente en relación con vestigación sobre el sesgo de correspon-
la frecuencia y variabilidad de un determinado dencia en el lugar de trabajo y encuentra
rasgo de personalidad; la segunda, según la defi- que a las personas que han desarrollado el
nición más específica, está formada por las creen- papel de dirigentes se les asignaban cuali-
cias acerca de qué rasgos o características de las dades como firmes o decididos, que eran
personas suelen aparecer unidas, es decir, ocurren unos líderes natos, mientras que respecto
conjuntamente. a los que ejecutaron roles típicos adminis-
Las llamamos teorías porque son juicios con trativos no se les asignaban estas caracte-
cierta coherencia interna, y son implícitas porque rísticas (nótese que ambos roles fueron
generalmente las personas no son conscientes de asignados al azar entre los sujetos partici-
ellas, ni se proponen validarlas de forma intencio- pantes en el experimento). Por tanto, si los
nal. Una consecuencia importante de esta carac- demás ven en nosotros características de
terística es que, al no estar formuladas explícita- acuerdo con nuestras conductas, podemos
mente, su veracidad o falsedad no suele ser puesta quedar atrapados en nuestro propio rol,
a prueba y el individuo las continúa utilizando, por lo que existe poca probabilidad que a
tendiendo a fijarse en los datos de la realidad que un eficiente secretario lleguen a asignárse-
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confirman sus «teorías» más que en los que las le funciones típicas de un director general.
niegan o cuestionan. De esta forma, contribuyen — Rodríguez-Bailón y Moya (2002) encuen-
a que surja el fenómeno de la llamada profecía tran que en los subordinados la percepción
autocumplida, estudiada por Rosenthal y Jacobson de ilegitimidad en la falta de poder tiene
(1968), fenómeno cuya muestra más representativa consecuencias sobre la percepción de la
podemos encontrar en la obra de George Bernard personalidad de los superiores. En este
Shaw Pigmalión. Por último, decimos que son de caso, el perceptor subordinado que percibe
la personalidad porque su contenido está confor- su posición como injusta tiende a basar las
mado principalmente por características persona- características de la personalidad de su su-
les o rasgos de personalidad (Grau y Agut, 2002). perior en rasgos contraestereotípicos nega-
Las teorías implícitas de personalidad son tivos más que en informaciones esteretípi-
idiosincráticas, es decir, que cada individuo las cas negativas, lo cual puede tener sus im-
desarrolla a lo largo de su vida como fruto de su plicaciones en la motivación de los subor-
experiencia. Además, tienen una de sus principa- dinados y en el mantenimiento o cambio
les razones de ser en la necesidad que tenemos de de la estructura social a la que pertenecen.
estructurar, dotar de orden y significado nuestras
percepciones de la realidad, y de hacerlo de la Para concluir este apartado es preciso hacer
forma más simple posible (Moya, 1995). referencia a la formación de primeras impresio-
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72 / Introducción a la Psicología Social
nes, dedicando para ello unas líneas a los para- 5.1. El perceptor
digmas de investigación. En la investigación sobre
percepción de personas, el perceptor suele tener Respecto al perceptor, destacamos en primer
un papel pasivo, pues no ejerce control alguno lugar las metas, objetivos o motivaciones que posee
sobre la información que recibe, lo cual contrasta (Fiske y Neuberg, 1990; Hilton y Darley, 1991;
con lo que ocurre en la realidad cuando tenemos Jones y Thibaut, 1958).
que seleccionar el tipo y cantidad de información Las metas que una persona tiene al percibir
que recibimos. Un reciente estudio (Theodoridou, a otra modelan el procesamiento de la informa-
Rowe, Penton-Voak y Rogers, 2009) que tomó ción y el tipo de información que busca. He-
como base la información sobre personas en mos de considerar tres tipos de metas en la per-
Facebook, demostró que cuando el perceptor des- cepción que pueden favorecer un procesamiento
empeñó un papel pasivo respecto a la información minucioso de la información o una categoriza-
que recibía mostraba mayor confianza (aunque ción casi automática del otro (Jones y Thibaut,
no mayor precisión) y facilidad en sus juicios que 1958):
los activos. También les gustaron más los percibi-
dos que a los perceptores activos. Por ello, es ne- a) Probar o confirmar los propios valores o
cesario tender a realizar investigaciones cuyo di- creencias.
seño se acerque más a lo que efectivamente ocurre b) Comprender al otro y su conducta.
en la realidad. c) Comprender si la conducta del otro se
ajusta a alguna regla.
objetos están sujetos a variables de caracteres bio- centra en el estímulo concreto. Es decir, enfatiza
lógicos y sociales. Como muestra de esto, un re- aquellas características que definen a la persona
ciente estudio (Waggoner, Smith y Collins, 2009) como singular.
demuestra cómo la administración de oxitocina Las primeras expectativas corresponden a los
(neuropéptido implicado en el desarrollo y man- estereotipos, por lo que si aprendemos que deter-
tenimiento de conductas de apego en los seres minados grupos tienen ciertas características, és-
humanos) aumentaron los juicios sobre confia- tas serán atribuidas a personas pertenecientes a
bilidad y atractivo de personas de ambos se- esos grupos. Las segundas se caracterizan por el
xos. Pero también es evidente que el proceso conocimiento que se tiene de la persona percibida
de percepción no ocurre en el vacío social, sino proveniente de la observación directa, de la infor-
que se desarrolla en un contexto dinámico de in- mación que la propia persona percibida revela o
teracción. De este modo podemos afirmar que bien de una tercera persona.
percepción social e interacción son inseparables. Existen otros factores más específicos, como
Por esto, al hablar de los factores implicados en pueden ser protegernos de éstos (defensa percep-
la percepción de personas vamos a considerar los tiva, alto umbral de reconocimiento para aque-
tres polos de la interacción, en concreto el percep- llos estímulos que pueden significar algún grado
tor, la persona percibida y el contenido de la per- de amenaza) y que prestemos atención a estímu-
cepción. los apreciados y necesarios (perspicacia percep-
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Percepción social y atribución causal / 73
tiva, bajo umbral de reconocimiento para aque- tiva, los objetivos del manejo de las impresiones
llos estímulos que pueden reportarnos beneficios, son:
etcétera):
1. Aprobación social: es uno de los objeti-
1. La familiaridad con el estímulo, que favo- vos fundamentales en el manejo de la im-
rece, en general, una percepción más presión.
exacta y conduce a percepciones más 2. Motivaciones particulares:
complejas.
a) Autoensalzamiento: sirve para man-
2. El valor del estímulo, demostrado por el co-
tener o incrementar la autoestima y
mentado experimento de Bruner y Good-
presentar una imagen idealizada de
man (1947). Genera dos fenómenos, la
nosotros ante los demás (Schlenker,
acentuación perceptiva (distorsión percep-
1980).
tiva en que se encuentra aumentado el va-
b) Autoconsistencia: consiste en validar
lor de un objeto en función de su valor
nuestras creencias con respecto a no-
subjetivo) y el efecto halo (alude a la gene-
sotros mismos.
ralización de un rasgo positivo o negativo
c) Autoverificación: supone usar al per-
de la persona percibida al estímulo en su
ceptor para aprender sobre nosotros
conjunto). Osgood y cols. (1957) han en-
mismos la observación diagnóstica
contrado, mediante diferencial semántico,
del otro.
que con tres dimensiones se pueden expli-
car la mayoría de las calificaciones: bueno-
malo, fuerte-débil y activo-pasivo. Kim y
5.3. El contenido de la percepción
Rosemberg (1980) muestran cómo la di-
mensión evaluativa aparece en todas las
Es importante tener en cuenta estas variables,
teorías implícitas de sus sujetos experimen-
ya que tanto la forma de interactuar como de per-
tales.
cibir varía en función de los objetivos y de la si-
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Percepción social y atribución causal / 75
más fáciles de confirmar y más concretos sobre cognición social centradas en las inferencias
(Moya, 1995). pretenden comprender los mecanismos sobre
cómo reunimos los datos dispersos y formamos
juicios completos. Algunos estudios constatan
6. CONSECUENCIAS DE LA FORMACIÓN que los seres humanos somos básicamente irra-
DE IMPRESIONES Y DE LA cionales y que hacemos juicios pobres, o que ra-
PERCEPCIÓN DE PERSONAS zonamos con poco sentido común (Fiske y Taylor,
1991; Markus y Zajonc, 1985; Nisbett y Ross,
Según Worchel (2002), cuando hemos forma- 1980), e ilustran errores y atajos que tomamos al
do nuestras impresiones acerca de los demás es- hacer inferencias, resultado de seguir formas de
tamos expuestos a predisposiciones que ocurren pensar que funcionan bien en la mayoría de los
cuando ciertas ideas se activan por su uso fre- casos pero que, sin embargo, a veces no son apro-
cuente o reciente. Cuando se nos predispone con piadas y las consecuencias llegan a ser graves.
una información de tal modo que está en nuestra Los juicios sobre los demás implican tanto
mente, ésta influye en nuestro recuerdo del com- ejemplos concretos de conductas que los otros
portamiento de los demás. Al hacer inferencias han llevado a cabo y que son coherentes con un
sobre los otros cometemos muchos errores, tales determinado rasgo, como resúmenes extraídos de
como la emisión de juicios sobre otras personas observaciones repetidas de la conducta de los de-
o desaprovechar o ignorar los datos de la línea más (Smith y Zarate, 1992).
base en la búsqueda de una información coheren- Baron y Byrne (1998) llaman la atención sobre
te para nuestras impresiones. un principio básico de la cognición social: en ge-
Las impresiones que nos formamos de los de- neral, gastamos la menor cantidad de esfuerzo po-
más tienen implicaciones para la forma en que sible en pensar acerca de otras personas y acerca
éstos actúan. Como vimos anteriormente, Ro- del mundo social. Atendiendo a este ahorro de
senthal y Jacobson (1968) se encuentran entre los esfuerzo mental, las personas configuramos nues-
investigadores que han probado el efecto de las tros juicios sobre los demás mediante la represen-
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76 / Introducción a la Psicología Social
como base de información coherente (Ginossar y estudiantes pensaban que el profesor era frío se
Trope, 1987). Este hecho ocurre sobre todo si nos comportaban de forma distante con él. Si el pro-
inducen a razonar de forma «científica», o cuan- fesor no hubiera formado parte de la investiga-
do nos damos cuenta de la pertinencia de esos ción, la frialdad del alumnado habría estimulado
datos para conseguir nuestros objetivos (Zukier y en él una conducta que corroboraría las impre-
Pepitone, 1984). siones de los alumnos.
Por otra parte, en la búsqueda de información Rosenthal y Jacobson (1968) dijeron a los su-
coherente sobre alguien podemos encontrarnos jetos experimentales, profesores de primaria, que
con datos incoherentes y contradictorios sobre cabría esperar que algunos de los niños de sus
esa persona, lo cual desafía nuestra opinión de clases exhibieran aumentos radicales en su rendi-
cómo es. Asch y Zukier (1984) encontraron que miento escolar. Alrededor de una tercera parte del
los sujetos de su estudio integraban cognitivamen- alumnado fue elegido al azar y designado como
te rasgos contradictorios e incoherentes sobre una «brillantes». Al final del curso se midió el cocien-
supuesta persona presentada como estímulo. te intelectual (CI) de los alumnos. Los que fueron
La integración de la información incoherente designados como brillantes evidenciaron un
requiere bastante esfuerzo cognitivo. Es probable aumento considerable en sus CI. Este tipo de in-
que las personas realicen este esfuerzo sólo cuan- vestigaciones nos recuerda el dilema de la ética en
do estén motivadas para crear o mantener una la investigación en Psicología, ya que ese aumen-
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Percepción social y atribución causal / 77
to del CI se produjo en unos cuantos «elegidos» Como expresaron Darley y Fazio (1980), la
y no en los otros. profecía autocumplida es sólo uno de los resulta-
Pese a las críticas de este trabajo, las investi- dos posibles de nuestro trato social cotidiano. Sin
gaciones más recientes exponen que aunque estos embargo, es un fenómeno intrigante, porque los
efectos están presentes, no son muy significativos, individuos rara vez son conscientes de que las ex-
salvo en el caso de grupos estigmatizados y de pectativas propias han influido sustancialmente
baja condición, en los cuales sí se muestran con- en el comportamiento del otro. El potencial para
siderablemente los efectos de las expectativas ne- los equívocos y la perpetuación de los prejuicios
gativas (Jussim, Nelson, Manis y Soffin, 1995). entre los participantes sociales es grande.
Los factores que producen los efectos de Hilton y Darley (1991) mostraron que la gen-
las expectativas son cuatro (Harris y Rosenthal, te es consciente de las expectativas desfavorables
1985): que los demás tienen de ella. De aquí se deduce
que la profecía de la autorrealización afecta par-
1. El ambiente: en este tipo de investigaciones ticularmente a las personas con baja autoestima
realizadas (Harris y Rosenthal no realizan y autorreferentes, pues son más propensas a ser
un estudio experimental, sino un meta- moldeadas por las expectativas de los demás. Por
análisis), los profesores que proporcio- tanto, concluimos con que la confianza en nues-
nan un ambiente más cordial para los es- tros propios puntos de vista puede actuar como
tudiantes creen que se desenvolverán escudo, protegiéndonos del impacto de las expec-
mejor. tativas de los demás.
2. Retroalimentación: los profesores dan una
retroalimentación más detallada y cuida-
dosa a los estudiantes en los que más con- 7. PERCEPCIÓN DE CAUSALIDAD:
fían. LA ATRIBUCIÓN CAUSAL
3. Información: el profesorado da más infor-
mación sobre los materiales de aprendi- Además de percibir e interpretar las caracte-
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78 / Introducción a la Psicología Social
hagamos. La atribución causal es una explicación obstante, pueden aparecer como causas otros fac-
de «por qué» alguien ha hecho algo. Es un proceso tores, como cansancio, enfermedad o influencia
muy individual y circunstancial (depende del esta- de otras personas. Esta teoría relaciona las expec-
do del observador, de las características de la situa- tativas para el futuro con la estabilidad de las atri-
ción, de la relación con el que ha realizado el com- buciones realizadas, de modo que atribuciones
portamiento, etc.); es muy rápida y es la actividad más estables sostienen las expectativas de obtener
cognitiva que más efectuamos a lo largo del día. el mismo resultado en el futuro, mientras que las
La atribución causal ha sido un tema de gran atribuciones más inestables producen cambios de
interés en la Psicología Social moderna, a partir las expectativas sobre el resultado futuro (princi-
de los años setenta, de tal manera que a partir de pio de expectativa). Este estudio verifica la validez
los años ochenta se estimaba que existían unos de este principio en una situación de logro escolar
1.000 artículos dedicados al tema (Sabini, 1992). real, no de laboratorio y con estudiantes españo-
Sus inicios se remontan hasta el trabajo pionero les, lo cual es una aportación a la validez trans-
de Heider (1958). Este autor trabajaba en el con- cultural del principio.
cepto «sentido común», definido como un pensa- Weiner propone tres dimensiones causales
miento colectivo de aquello que parece obvio. En principales:
este pensamiento encontró que uno de los ejes
eran las explicaciones causales (atribuciones). Los a) Internalidad-externalidad: causas atribui-
procesos inferenciales que nos permiten compren- das a factores internos o externos al indi-
der las propiedades de los objetos a partir de sus viduo. Entre las primeras estarían capa-
movimientos y apariencia, son los mismos que cidad, esfuerzo y estado de ánimo,
nos permiten conocer las características (disposi- mientras que entre las segundas estarían
ciones) de las personas a través de sus actos. Estas dificultad de la tarea, azar e influencia de
características son relativamente duraderas en el otras personas.
tiempo y determinan el comportamiento. Para b) Estabilidad-inestabilidad: causas que tie-
Heider, el proceso atributivo comienza con la ob- nen un carácter permanente o transitorio.
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servación de una conducta y finaliza cuando el Entre las primeras estarían capacidad y
observador cree encontrar la causa que la produ- dificultad de la tarea, mientras que entre
jo. Heider dividió las causas de acción en dos ti- las segundas estarían esfuerzo, azar, esta-
pos: personales (duraderas e internas) y ambien- do de ánimo y ayuda específica.
tales (temporales o externas). El perceptor deberá c) Controlabilidad: causas que están bajo la
decidir, tras la observación de una conducta, si capacidad de control del individuo o es-
ésta es debida a un factor personal (la conducta capan a su capacidad de control. Entre
es posible para el actor —capacidad— y quiere las primeras estarían esfuerzo y ayuda es-
realizarla —motivación—). A su vez, la capaci- pecífica, mientras que entre las segundas
dad depende de las habilidades del actor y de las estarían capacidad, dificultad de la tarea
influencias del ambiente. La motivación del actor y azar (De la Coleta, 1990).
depende de sus intenciones y su esfuerzo.
Otro autor, Weiner, relaciona las atribuciones Weiner ratifica el cambio de expectativas
causales con las emociones y propuso la utiliza- como la variable más relevante para medir las ex-
ción de algunas causas básicas a las cuales se atri- pectativas, en tanto que se confirma la relevancia
buyen los resultados de éxito o fracaso al realizar de la dimensión causal de estabilidad, como va-
una tarea, tales como: capacidad, esfuerzo, difi- riable independiente, mejor que lugar de causali-
cultad de la tarea y azar (De la Coleta, 1990). No dad o controlabilidad.
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Percepción social y atribución causal / 79
Así, podemos clasificar cada una de las causas jera es desconfiada de los extraños? No necesa-
básicas en: riamente. Ella puede estar simplemente obede-
ciendo reglas estrictas de la empresa respecto al
1. Capacidad: interna, estable, incontrolable. pago de las mercaderías. De hecho, ella puede ser
2. Esfuerzo: interna, inestable, controlable. una persona muy confiada que experimenta gran
3. Dificultad de la tarea: externa, estable, in- incomodidad en tales ocasiones. En situaciones
controlable. como ésta (que son extremadamente comunes)
4. Suerte: externa, inestable, incontrolable. puede ser completamente erróneo usar la conduc-
ta de los otros como una guía para sus rasgos o
Posteriormente, Abramson, Seligman y Teas- motivos reales.
dale (1978) sustituyen la dimensión de controla- Así pues, los autores proponen que, cuando
bilidad por la de globalidad-especificidad. Ésta se observamos un comportamiento, también obser-
refiere a si la causa postulada para un resultado vemos las múltiples consecuencias que puede te-
(en este caso negativo) afecta a una gama de si- ner ese comportamiento. Por ello, en la atribución
tuaciones (global) o si únicamente afecta una si- se selecciona una parte de la información y, ade-
tuación particular (específica). De acuerdo con más, suponemos o inferimos que la persona co-
esto, en el estilo atribucional asociado a la depre- noce las consecuencias de aquella acción y que
sión se atribuyen los resultados negativos a causas tiene la capacidad para realizarla o evitarla. Es
internas, estables y globales (Mercado, García, decir, inferimos cómo es la persona y cuáles son
Fernández y Gómez, 1993). sus disposiciones internas, así como sus caracte-
rísticas de personalidad.
En suma, de acuerdo con la teoría propuesta
7.1. Teorías sobre atribución causal por Jones y Davis, estamos más inclinados a con-
cluir que la conducta de otros refleja sus rasgos
Otros investigadores han propuesto distintas estables (es decir, es más probable que logremos
teorías para explicar cómo se produce la causali- inferencias correspondientes o precisas acerca de
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dad. Nos centraremos en las dos que más han in- ellos) cuando esa conducta ocurre por elección,
fluido: la teoría de la inferencia correspondiente de produce efectos distintivos, no comunes y es baja
Jones y Davis y el modelo de covariación de Kelley. en deseabilidad social (Baron y Byrne, 1998).
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Percepción social y atribución causal / 81
nales (internas), más que de causas situacionales o diferente en situaciones equivalentes en el pasa-
(externas). Consiste en atribuir la conducta de otra do. Desde el punto de vista perceptivo, existen
persona a sus propias características o cualidades, diferencias en la saliencia relativa de la conducta
prestando muy poca atención a los diversos facto- y la situación, ya que para el actor lo saliente es
res situacionales que podrían haber influido en su la situación, debido a que tiene que actuar frente
conducta. Esta tendencia a sobrestimar las causas a ella, mientras que para el observador lo salien-
disposicionales y subestimar las situacionales pue- te o lo que atrae la atención es la conducta. Ade-
de derivar del hecho que cuando observamos la más, existe una clara diferencia motivacional, ya
conducta de otro nos focalizamos en sus acciones, que una atribución externa le permite al actor no
y no en el contexto en el cual ellas ocurren. asumir toda la responsabilidad que podría deri-
Existe evidencia que revela que esta tendencia varse de efectos poco apropiados, algo que no
a atribuir las acciones de otros a causas disposi- estaría presente en el observador (Morales, 1994).
cionales se debilita con el transcurso del tiempo
(Echebarría, 1994). Además, hay ocasiones en Sesgo a favor de uno mismo (self-serving)
que los individuos no presentan esta tendencia a
sobrestimar los factores internos en la conducta Hace referencia a la tendencia a atribuir los
de los otros, como sucede por ejemplo cuando la resultados positivos propios a causas internas y
conducta del otro es inconsistente con su conduc- los resultados negativos a causas externas. Las
ta pasada, o cuando se hace al sujeto centrar su personas pueden verse a sí mismas como respon-
atención sobre la situación o el contexto de la sables del éxito, pero no del fracaso, debido a fac-
conducta. Por ello, al parecer el llamado error tores primariamente cognitivos. Además, es más
fundamental tendría un alcance menos general de probable que esperemos tener éxito, y se ha visto
lo que antes se pensaba (Arcuri, 1988). que también es más probable que los resultados
esperados sean atribuidos más a causas internas
Las diferencias actor-observador que externas (Sabini, 1992). Además, este sesgo
deriva de la necesidad de proteger y reforzar la
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Cuando somos actores, tendemos a hacer atri- autoestima. En relación a esto, se podrían distin-
buciones en términos de factores externos o am- guir dos subtipos de sesgo a favor de uno mismo:
bientales, mientras que cuando nos comportamos sesgo ego-protector y sesgo ego-reforzante. El pri-
como observadores tendemos a realizar atribucio- mero se refiere a la negación de la responsabilidad
nes internas, disposicionales. Jones y Nisbett fue- por los resultados negativos, mientras que el se-
ron los primeros en llamar la atención en 1972 gundo se referiría a la asunción de responsabili-
sobre las diferencias que existen en la forma en dad por los éxitos, teniendo ambos como función
que pensamos acerca de nuestras propias accio- mantener niveles altos de autoestima y buscar la
nes, y la forma en que pensamos acerca de las aprobación social (Echebarría, 1994).
acciones de otros. Esta asimetría en el pensamien- En consecuencia, este sesgo a favor de uno
to se conoce como la diferencia actor-observador mismo está determinado por factores tanto mo-
en la atribución (Sabini, 1992). tivacionales como cognitivos (Baron y Byrne,
Esta diferencia entre actor y observador es 1998). Puede haber algunas ocasiones en que las
sistemática y obedece a factores informativos, personas hacen atribuciones sesgadas debido a su
perceptivos y motivacionales. Por un lado, el ob- deseo de verse a sí mismas positivamente, pero
servador desconoce a menudo si la conducta ob- también existirían muchas ocasiones en que un
servada es representativa o excepcional; por otro, sesgo a favor de uno mismo puede ser el resultado
el actor sabe si ha reaccionado de manera similar de factores puramente cognitivos (Sabini, 1992).
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82 / Introducción a la Psicología Social
Falso consenso o sesgo egocéntrico misma manera frente al objeto o situación. Esto
corresponde a lo que Jones y Nisbett llaman «rea-
Hace referencia a la tendencia a sobrestimar lismo ingenuo» (Sabini, 1992).
el grado en que las propias expectativas y juicios Otra posible explicación sería que nuestra
son compartidos por las otras personas. Al pre- propia evaluación de la situación es obviamente
decir qué harían otros en una determinada si- más fácilmente recordada que otras evaluaciones
tuación, muchas veces los individuos hacen una y, por tanto, es más accesible (Ross y Sicoly, 1979).
predicción egocéntrica, basada en su propia ex- También el falso consenso se podría explicar
periencia, asumiendo que los otros son más simi- por el hecho de que en la vida cotidiana tende-
lares a sí mismo de lo que realmente son. mos a interactuar más con personas que tienen
Puede surgir del hecho que las personas a ve- actitudes similares a las propias, y esa evidencia
ces olvidan la distinción entre cualidades de los de consenso se generalizaría al resto de las per-
objetos y evaluaciones. Así como las cualidades sonas, existiendo, por tanto, un factor de expo-
son parte del objeto y externas al observador, las sición selectiva. Respecto a algunos factores que
evaluaciones no son parte del objeto y son inter- hacen más probable el falso consenso, éste se
nas al observador. Si se llega a asumir que las incrementa cuando la situación es amenazante,
evaluaciones son externas y parte del objeto, al cuando el tema es muy relevante para la persona,
igual que las cualidades, se asumirá que las otras y cuando se percibe que la conducta se debe en
personas harán las mismas evaluaciones que uno mayor medida a factores situacionales (Echeba-
mismo y, por tanto, que se comportarán de la rría, 1994).
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Las actitudes en las relaciones
interpersonales
JOSÉ MANUEL GUERRA DE LOS SANTOS
JOSÉ ANTONIO CANTILLO GALINDO
4
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1. Introducción.
2. Concepto de aptitud.
3. Funciones de las actitudes.
4. Cambio de actitudes.
Introducción a la psicología social, Difusora Larousse - Ediciones Pirámide, 2012. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/unadsp/detail.action?docID=3429259.
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