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5.

LA SENTENCIA

MATERIA:
ARGUMENTACIÓN
JURÍDICA

CATEDRATICO:
LIC. FABIOLA
VENTURA MATUS

ALUMNOS:
YVET MORALES SAURE
LEOPOLDO DE JESUS COLL LOPEZ
OSCAR ALFONSO MENDOZA COBOS
ROBERTO ANDRES DE LA ROSA RODRIGUEZ

CUATRIMESTRE: 5° GRUPO: DERECHO 2020

COATZACOALCOS, VER. 04 DE AGOTO DE 2018


INDICE

INTRODUCCIÓN ................................................................................ 1
3. TEORÍAS DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA ..........Error!
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3.1 El Derecho como argumentación ........................................... 2
3.2 Antecedentes históricos: Aristóteles y Cicerón .................... 3
3.3 Theodor Viehweg y el resurgimiento de la tópica jurídica . 3
3.4 Chaim Perelman y la Nueva retórica ..................................... 3
3.5 La concepción de la argumentación de Stephen E.
Toulmin: La estructura de los argumentos .................................. 4
3.6 La concepción estándar de la argumentación jurídica. ...... 4
3.7 Jürgen Habermas y la teoría del discurso práctico general.
............................................................................................................. 5
3.9 La argumentación en materia de hechos ............................. 6
CONCLUSIÓN .................................................................................... 7
BIBLIOGRAFIA .................................................................................. 8
INTRODUCCIÓN

Se señala que todo proceso persigue alcanzar una meta, y que esa meta es
precisamente la sentencia. Ésta es pues, la forma normal de terminación del proceso.
La sentencia es también la conclusión de esa experiencia dialéctica que constituye el
proceso: frente a la tesis (acción o pretensión) del actor y la antítesis (excepción) del
demandado, el juzgador expresa la síntesis (sentencia) que resuelve a contradicción
(el litigio).

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5. LA SENTENCIA
Couture distingue dos significados de la palabra sentencia: como acto jurídico
procesal y como documento. En el primer caso la sentencia es el acto procesal “que
emana de los agentes de la jurisdicción y mediante el cual deciden la causa o punto
sometido a su conocimiento”. A su vez, como documento, “la sentencia es la pieza
escrita, emanada del tribunal, que tiene el texto de la decisión emitida”. Para Alcalá-
Zamora la sentencia “es la declaración de voluntad del juzgador acerca del problema
de fondo controvertido u objeto del proceso”. Por su parte, Fix Zamudio considera que
la sentencia “es la resolución que pronuncia el juez o tribunal para resolver el fondo
del litigio, conflicto o controversia, lo que significa la terminación del proceso”. La
sentencia es, pues, la resolución que emite el juzgador sobre el litigio sometido a su
conocimiento y mediante la cual normalmente pone término al proceso.

5.1 Resoluciones judiciales y de proceso


Se conoce como resolución al fallo, la decisión o el decreto que es emitido por una
autoridad Judicial, por su parte, es lo que está vinculado a la aplicación de las leyes y
al desarrollo de un juicio.
Una resolución judicial, por lo tanto, es un dictamen que emite un tribunal para ordenar
el cumplimiento de una medida o para resolver una petición de alguna de las partes
intervinientes en un litigio. En el marco de un proceso judicial, una resolución puede
funcionar como una acción de desarrollo, una orden o una conclusión.
Para que una resolución judicial sea válida, debe respetar ciertos requisitos y
cuestiones formales. Por lo general, se debe incluir en la resolución el lugar y la fecha
de emisión, los nombres y las firmas de los jueces que la emiten y un desarrollo sobre
la decisión.
Las resoluciones judiciales pueden clasificarse de diferentes maneras de acuerdo a
la instancia en la que se pronuncian, a la materia que tratan o a su naturaleza
Existen dos tipos de resoluciones judiciales como son estas: -las providencias, que
son aquellas resoluciones que realiza el juez y que se refieren a cuestiones procesales
que necesitan una decisión judicial según lo que se encuentra establecido por ley. -
las sentencias, que podemos decir que es el tipo de resolución judicial más frecuente
y que, ya sea en primera o en segunda instancia, se realiza para poder poner fin a un
proceso y una vez que ha concluido el proceso ordinario, la tramitación establecida
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por ley.
5.2. Formación de la decisión judicial
La terminación normal del proceso conduce al juzgador a pronunciar la sentencia
sobre el litigio sometido a proceso. Una vez que las partes han formulado sus
pretensiones y, en su caso, sus negaciones y excepciones (en la fase expositiva); que
han aportado los medios que consideraron pertinentes para verificar (en la fase
probatoria) los hechos sobre los cuales trataron de fundar sus respectivas actitudes;
y que formularon sus conclusiones (en la fase de alegatos), corresponde al juzgador,
ahora, expresar en la sentencia su decisión sobre el conflicto.
CALAMANDREI.- Nos menciona que existen 5 pasos por los cuales el juez debe a
pronunciar su sentencia.
 El examen preliminar de la trascendencia judicial de los hechos discutidos.
 Verificar la certeza de los hechos a través de la interpretación y valoración de
la prueba.
 La construcción y calificación judicial de los hechos específicos y concretos.
 La explicación del derecho a los hechos o de la subsunción de los hechos
específicos.
 Determinación del efecto jurídico.

5.3 Sentencia y Derecho


La sentencia es la resolución judicial que decide de forma definitiva un proceso o una
causa y que se define como «la decisión que dictada por un juez, pone fin a una causa
judicial. Las sentencias se componen, generalmente, de un encabezamiento en el que
se recogen los datos de las partes, del juicio y sus representantes, unos antecedentes
de hecho que reflejan la historia del caso, y fundamentos de derecho que recogen las
disposiciones de las leyes que se aplican a ese caso y, finalmente, el fallo.
Derecho el derecho es el conjunto de leyes, resoluciones, reglamentos creadas por
un estado, que pueden tener un carácter permanente y obligatorio de acuerdo a la
necesidad de cada una y que son de estricto cumplimiento por todas las personas que
habitan en esa comunidad para garantizar la buena convivencia social entre estas y
que la resolución de los conflictos de tipo interpersonal lleguen a buen fin.

5.4 Requisitos de la sentencia


Chaim Perelman, fue un abogado y filósofo de origen polaco, nacido en 1912 y muerto
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en 1984. Para este autor la lógica de los abogados no es un segmento de la lógica


formal debido a que los razonamientos jurídicos no se reducen a razonamientos
lógico-formales. Para él, la lógica se deriva de la retórica, y la argumentación jurídica
es el paradigma de la argumentación retórica. Perelman señala que del Derecho es
discurso y la retórica nos da la clave para entender el discurso jurídico. Hay dos
conceptos clave en la tesis de Perelman: auditorio universal y auditorio particular. El
primero que es la sociedad in genere se dirige a ella con la finalidad de lograr su
adhesión por medio del convencimiento; el segundo, que es un auditorio concreto y
determinado intenta lograr la adhesión a través de la persuasión.
El autor en estudio rechaza el modelo teórico del positivismo jurídico, proponiendo la
idea de un derecho natural positivo, para adherirse al paradigma tópico de
razonamiento jurídico muy similar a la propuesta de Viehweg.
La obra fundamental de Perelman, se llama Tratado de la argumentación. La nueva
retórica, publicado en París en 1958, junto con Lucie Olbrecht-Tyteca.

5.5 Estructura formal de la sentencia


 PREÁMBULO: Datos de identificación.
 RESULTADOS: Descripción del desarrollo concreto del proceso.
 CONSIDERANDOS: Valoración de las pruebas, fijación de los hechos y
razonamientos jurídicos.
 PUNTOS RESOLUTIVOS: Expresión concreta del sentido de la decisión.

5.6 Eficacia de la sentencia y cosa juzgada

La sentencia definitiva se convierte en firme cuando ya no puede ser impugnada por


ningún medio; entonces adquiere la autoridad de la cosa juzgada.
Regularmente las leyes procesales conceden a las partes determinados medios para
impugnar, para combatir las resoluciones judiciales. Pero estos medios no se pueden
prolongar indefinitivamente, de manera que el litigio quede también
permanentemente indefinido. Para dar una cierta seguridad y estabilidad a las
relaciones jurídicas, el ordenamiento procesal tiene que señalar un límite preciso a las
posibilidades de impugnación y otorgar firmeza a las resoluciones judiciales. El
instituto de la cosa juzgada tiene por objeto, precisamente, determinar el momento a
partir del cual ya no podrá ser impugnada la sentencia, ni discutido en ningún proceso
ulterior el litigio sobre el que aquella haya versado.
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El tema de la cosa juzgada es uno de los que más han preocupado a la doctrina
procesal. Concebida la res indicata, en el derecho romano, como el único efecto de la
sentencia que que impedía proponer de nuevo a misma acción, en el derecho
medieval se llegó al extremo de considerarla como la “verdad legal”.
Liebman sostiene que la sentencia es eficaz desde el momento de su
pronunciamiento, aunque solo en un momento ulterior, cuando adquiere la autoridad
de la cosa juzgada, su eficacia se consolida y adquiere un grado superior de energía.
La sentencia es imperativa desde el momento de su expedición: “Una cosa es la
imperatividad, que la sentencia tiene al igual que todos los actos de autoridad del
Estado, y otra cosa es que esta imperatividad devenga estable e indiscutible como
consecuencia de la inmutabilidad que la sentencia adquiere con la cosa juzgada.
Es claro que a teoría de Liebman sobre la autoridad de la cosa juzgada resulta
fundada lógica y jurídicamente y ayuda a resolver numerosos problemas prácticos que
la concepción tradicional de la cosa juzgada, como efecto de la sentencia, a menudo
no logra resolver satisfactoriamente.

5.7 Limites objetivos y subjetivos de la cosa juzgada


De acuerdo con Liebman, los limites objetivos de la autoridad de la cosa juzgada, de
la inmutabilidad del fallo, están dados por los límites del fallo mismo: “es solo el
mandato concreto pronunciado por el juez que deviene inmutable y no la actividad
lógica cumplida por el juez para preparar y justificar el pronunciamiento”. En
consecuencia, la autoridad de la cosa juzgada se extiende exclusivamente al objeto
del proceso decidido en la sentencia. El objeto del proceso se identifica, en términos
generales, por las partes, las pretensiones litigiosas y la causa de pedir.
En conclusión, para que un proceso ulterior la parte interesada pueda impedir
mediante la excepción de cosa juzgada que el juzgador conozca y resuelva un litigio
que ya fue resuelto mediante sentencia firme, debe demostrar que entre el litigio
resulto y el que se plantea en el nuevo proceso existe identidad entre: las partes, los
objetos reclamados y las pretensiones.
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Por otro lado, la expresión límites subjetivos de la cosa juzgada hace referencia a la
regla de que la autoridad de la cosa juzgada solo rige entre los sujetos que hayan sido
partes en el proceso en el cual se haya dictado la sentencia respectiva. En este
aspecto es en el que se manifiesta en mayor medida la distinción, propuesta por
Liebman, entre eficacia de la sentencia y autoridad de la cosa juzgada. De acuerdo
con Liebman, “la sentencia produce normalmente efectos también para los terceros,
pero con intensidad menor que para las partes, porque para éstas los efectos se hacen
inmutables por la autoridad de la cosa juzgada, mientras que tratándose de los
terceros, los efectos pueden ser combatidos con la demostración de la injusticia de la
sentencia”.
De este modo, la sentencia es eficaz tanto para las partes como para los terceros;
pero esa eficacia solo deviene inmutable, por la autoridad de la cosa juzgada, para
las partes y no para los terceros, que podrán impugnar la sentencia o discutir el objeto
resuelto, si les produce algún perjuicio jurídico: a tales terceros, que no participaron
en el proceso, no les afecta, por regla, la inmutabilidad del fallo producida por la cosa
juzgada. No obstante, aceptada la regla general de que la autoridad de la cosa
juzgada solo afecta a las partes, en la doctrina se discute la necesidad de extender tal
autoridad a determinadas clases de terceros.

5.8 Condena del pago de los gastos y costas procesales


Como es sabido, el art. 17 constitucional dispone que el servicio de los tribunales debe
ser gratuito y prohíbe, por tanto, las costas judiciales. Esta prohibición de que los
tribunales cobren contribuciones por sus servicios, que en la práctica es violada por
funcionarios y empleados judiciales que piden o reciben determinadas “retribuciones”
para realizar para realizar algunos actos procesales, no implica que
constitucionalmente toda la actividad procesal deba ser gratuita. Solo la actividad de
órgano jurisdiccional debe ser gratuita; es decir, se prohíben las costas judiciales, que
constituyen solo una especie del genero costas procesales, las que comprenden todos
los gastos y erogaciones que se originan con motivo de un proceso, tales como el
pago de los honorarios de los abogados, los gastos de publicación de los edictos, etc.
De acuerdo con el Derecho mexicano, pues no se deben cobrar costas judiciales,
aunque si se pueden cobrar costas procesales.
Por otro lado, en la práctica procesal mexicana se suele distinguir entre gastos y
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costas procesales en sentido estricto. Al decir de Becerra Bautista, los “gastos son las
erogaciones legitimas efectuadas durante la tramitación de un juicio y las costas son
los honorarios que debe cubrir la parte perdidosa a los abogados de la parte
vencedora, por su intervención en el juicio”. Es decir, se suele designar costas a los
honorarios de los abogados y gastos a las demás erogaciones legítimas y susceptibles
de comprobación legal, que se originen con motivo de un proceso; los gastos de
publicación de edictos, el pago de honorarios de los peritos, etc.
Para determinar cuándo se debe condenar al pago de los gastos y costas procesales
a una de las partes, generalmente se sigue uno de los dos sistemas que para este
efecto existen: el sistema subjetivo, conforme al cual solo debe condenarse al pago
de los gastos y costas a la parte que se haya conducido en el proceso con “temeridad
o mala fe” y el sistema objetivo, de acuerdo con el cual se debe condenar siempre al
pago de los gastos y costas a la parte que haya sido vencida en el juicio.
El primer sistema toma en cuenta un dato subjetivo: la conducta temeraria o de mala
fe de una de las partes. Este dato, por ser subjetivo, puede ser difícil de probar. El
segundo sistema, en cambio, considera un dato de carácter objetivo, cuya prueba es
la propia sentencia: el hecho del vencimiento.

CONCLUSIÓN

Lo antes expuesto sobre la sentencia nos deja claro que las sentencias son las
decisiones que estiman o desestiman la petición del demandante.
La palabra sentencia tiene varias acepciones.
En el derecho procesal es el más importante de los actos del órgano jurisdiccional,
porque en el mismo y en virtud de la apreciación de lo alegado y probado en juicio, el
magistrado puede administrar la justicia, mediante la aplicación del derecho invocado
por las partes.
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BIBLIOGRAFIA

 https://es.scribd.com/document/231118609/Derecho-Procesal-Civil-Jose-
Ovalle-Favela-pdf
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