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Margarito Mora-Núñez
University of Guadalajara
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All content following this page was uploaded by Margarito Mora-Núñez on 26 October 2017.
Una de las líneas que han sido más seguidas dentro de la Paleobiología es la
Paleoantropología, que se dedica al estudio e interpretación del registro fósil del linaje
humano. Al ser una rama tan importante, un gran número de investigadores están
dedicados a esta, y, al estar relacionada con la Antropología y la Arqueología, la
Paleoantropologíaestá llena de enérgicos debates y posiciones encontradas (McKie, 2000 y
Parker, 1992).Al ser una disciplina muy amplia, solo se presentará aquí un breve resumen
de las principales líneas de investigación sobre el registro fósil del linaje humano y la
evolución del grupo.
Los homínidos comenzaron a emigrar desde África hacia Asia hace probablemente
unos 2 a 1,6 millones de años, llegando a Europa la mayoría de ellos durante el último
millón de años. Sólo mucho después, distintas especies de homínidos modernos poblaron
diferentes partes del mundo. Así, por ejemplo, probablemente el ser humano llegó por
primera vez a Australia hace 60.000 años y a América hace 35.000 años. La aparición de la
agricultura y de las primeras civilizaciones tuvo lugar en los últimos 10.000 años (dentro
del Holoceno).
Los primates vivientes son comúnmente divididos en dos grupos: uno caracterizado
por tener cuerpos y cerebros pequeños, los prosimios, y el otro con cerebros relativamente
grandes y cuerpos de mediana y gran talla, los antropoides (que incluye a monos y simios).
Los prosimios contienen a su vez dos clados: los tarseros por un lado y los loris y lémures
por el otro (Boyd & Silk, 2001).
Dentro del registro fósil, los primates primitivos mejor conocidos son los
plesiadápidos del Paleoceno de Norteamérica y Europa. Ecológicamente vivían como
ardillas o marmotas, con ojos pequeños y mandíbulas adaptadas a la masticación de
vegetación. CarpolestesSimpson, 1928 y PlesiadapisGervais, 1877 son dos ejemplos bien
conocidos de plesiadápidos.
Los antropoides vivientes están divididos en tres grupos: los cercopithécidos (monos
del Viejo Mundo), ceboideos (monos del Nuevo Mundo) y hominoideos, en el que se
incluyen gibones, simios y humanos. Dejando de lado a Eosimias, toda la evidencia fósil
indica que este grupo se originó y floreció en África.
El registro fósil de los antropoides es muy amplio. En este resumen solo se incluirán
los ejemplos más importantes dentro del linaje que desembocó en el origen del género
Homo. Una de los yacimientos más importantes en cuanto a los primates es el de Fayum, del
Oligoceno de Egipto, donde se han encontrado al menos 19 especies. Uno de los géneros
mejor estudiados es AegyptopithecusSimons, 1965. Se trata de un mono de unos 3 a6
kilogramos en los adultos, cuyos huesos de las extremidades permiten sospechar de una
gran musculatura y por lo tanto ágil desplazamiento en ambientes arbóreos. Presenta
algunas características avanzadas en su cráneo y en las extremidades, por lo que es
considerado el clado basal de los cercopithécidos, ceboideos y hominoideos(Boyd & Silk,
2001).
El género más antiguo de los australopithecinos data de entre 5.8 y 4.0 millones de
años. Encontrado en Etiopía, presentaba una altura de 1.22 metros y sus molares tienen
características mezcladas entre chimpancés y australopitécidos (Sawyer & Deak, 2007). Se
conoce una sola especie con dos subespecies.
AustralopithecusDart, 1925
El género más amplio de los australopitécidos y el primero en ser descrito. Reúne
varias especies cuyo rango temporal va desde los 4.2 a los 2.3 millones de años atrás. Se
trata de formas gráciles de un promedio de 30 a40 kilogramos de peso, sus cerebros eran
pequeños y de una dieta básicamente omnívora (Sawyer & Deak, 2007). A este género están
asociados muchos restos óseos y huellas (incluyendo las famosas huellas de Laetoli).
ParanthropusBroom, 1938
Son los más robustos y tardíos de los australopithecinos. Su rango temporal va de 2.6
a 1.2 millones de años atrás. Se caracterizan por tener cuerpos más pesados y musculosos
que los otros australopitécidos, además de tener una cresta sagital bien desarrollada y
grandes molares especializados en la masticación de los vegetales. Coexistieron en espacio
y tiempo con los primeros representantes del género Homo.
HomoLinnaeus, 1758
Dentro del proceso de consolidación de las características que nos hacen humanos,
existen una serie de avances que trajeron grandes ventajas evolutivas. Estos “hitos” son
reconocidos por diferentes autores, pero su número y trascendencia son ampliamente
discutidos (Potts & Sloan, 2010). Aquí se presentan seis de ellos (los que más consenso
tienen) y se presentan en la tabla de abajo. Es importante aclarar que estas adquisiciones
evolutivas se han traspasado de manera transversal, es decir, que unas especies las
adquirieron de otras especies contemporáneas (Cervera et al, 1998).
Literatura citada: