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Paleontología y evolución humana: una actualización

Chapter · January 2014

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Margarito Mora-Núñez
University of Guadalajara
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PALEONTOLOGÍA Y EVOLUCIÓN HUMANA: UNA ACTUALIZACIÓN
M.C. Margarito Mora Núñez
pleistoceno@gmail.com
Centro de Estudios en Zoología, Departamento de Botánica y Zoología, C.U.C.B.A.

Una de las líneas que han sido más seguidas dentro de la Paleobiología es la
Paleoantropología, que se dedica al estudio e interpretación del registro fósil del linaje
humano. Al ser una rama tan importante, un gran número de investigadores están
dedicados a esta, y, al estar relacionada con la Antropología y la Arqueología, la
Paleoantropologíaestá llena de enérgicos debates y posiciones encontradas (McKie, 2000 y
Parker, 1992).Al ser una disciplina muy amplia, solo se presentará aquí un breve resumen
de las principales líneas de investigación sobre el registro fósil del linaje humano y la
evolución del grupo.

La Paleoantropología y la evolución humana

Dentro de la evolución, una de las primeras características que definió al linaje


humano fue la bipedación (capacidad de andar erguido sobre los dos pies). Tal
característica se desarrolló hace ya unos 7 millones de años, mientras que otras, tales como
un cerebro grande y complejo, la capacidad de fabricar y utilizar herramientas y el lenguaje,
se desarrollaron más recientemente (Boyd & Silk, 2001). Gran parte de los rasgos más
avanzados, que incluyen expresiones simbólicas complejas, como el arte, y la diversidad
cultural, aparecieron en los últimos 100.000 años (Cela y Ayala, 2001).

El ser humano es un primate. Algunas de las características que unifican a los


primates como grupo son la visión binocular y en color, manos prensiles y cerebros
agrandados con respecto al promedio de los mamíferos. Las similitudes físicas y genéticas
muestran que la especie humana moderna, el Homo sapiensLinnaeus, 1758, está
estrechamente relacionada con otro grupo de primates, los simios. Los hombres y los
antropoides o monos superiores (chimpancés, bonobos y gorilas) comparten un
antepasado común que vivió hace entre 10 y 5 millones de años. El ser humano comenzó su
evolución en África, continente donde se produjeron gran parte de las transformaciones
posteriores (Hublin y Tillier, 1999). Los fósiles de los primeros homínidos, que vivieron
hace entre 7 y 2 millones de años, proceden íntegramente de África.

La mayoría de los científicos distinguen entre 15 y 25 especies diferentes de


homínidos (Sawyer & Deak, 2007). Sin embargo, no se ponen totalmente de acuerdo en
cómo están relacionadas entre sí las especies o cuáles fueron las que sencillamente se
extinguieron. Muchas de las primeras especies no dejaron descendientes. Tampoco hay
consenso sobre la forma de identificar y clasificar determinados homínidos, ni en los
factores que más influyeron en la evolución y la extinción de cada uno de ellos (Roberts,
2011).

Los homínidos comenzaron a emigrar desde África hacia Asia hace probablemente
unos 2 a 1,6 millones de años, llegando a Europa la mayoría de ellos durante el último
millón de años. Sólo mucho después, distintas especies de homínidos modernos poblaron
diferentes partes del mundo. Así, por ejemplo, probablemente el ser humano llegó por
primera vez a Australia hace 60.000 años y a América hace 35.000 años. La aparición de la
agricultura y de las primeras civilizaciones tuvo lugar en los últimos 10.000 años (dentro
del Holoceno).

EVOLUCIÓN DE LOS PRIMATES Y ORIGEN DE LOS HOMÍNIDOS

Los mamíferos aparecieron en el Triásico, hace alrededor de 220 millones de años, y


los 160 millones de años siguientes se mantuvieron como formas pequeñas y nocturnas.
Sin embargo, durante este lapso de tiempo, los mamíferos se diversificaron poco a poco,
originándose algunos de los grupos más primitivos que viven en la actualidad
(monotremas, marsupiales, insectívoros).

Los primates primitivos y su registro fósil


La mayoría de los primates vivientes son formas pequeñas, tropicales, trepadoras
que se alimentan de comida con gran valor calórico. Esto es especialmente cierto en los
grupos que han retenido más caracteres primitivos. Esto sugiere que los primates
ancestrales buscaban insectos, néctar, semillas o frutos en las partes altas de los árboles y
arbustos. Evidencia evolutiva da soporte a este escenario, ya que los primates están
estrechamente relacionados con otros grupos que también viven en los árboles (como los
insectívoros, dermápteros y murciélagos). Este grupo de pequeños mamíferos arborícolas
invadieron los hábitats forestales hacia el final del Cretácico, y algunas líneas sobrevivieron
a la extinción K/T. Los miembros sobrevivientes de este clado son los murciélagos, las
musarañas arborícolas y los colugos. Los primates vivientes se caracterizan por su visión
estereoscópica y en color, manos pénsiles grandes cerebros. Esta combinación de
caracteres les permitió sobrevivir y sufrir una radiación adaptativa al principio del
Terciario. El registro más antiguo de primate tiene una antigüedad de 75 millones de años y
corresponde al género PurgatoriusValen & Sloan, 1965.

Los primates vivientes son comúnmente divididos en dos grupos: uno caracterizado
por tener cuerpos y cerebros pequeños, los prosimios, y el otro con cerebros relativamente
grandes y cuerpos de mediana y gran talla, los antropoides (que incluye a monos y simios).
Los prosimios contienen a su vez dos clados: los tarseros por un lado y los loris y lémures
por el otro (Boyd & Silk, 2001).

Dentro del registro fósil, los primates primitivos mejor conocidos son los
plesiadápidos del Paleoceno de Norteamérica y Europa. Ecológicamente vivían como
ardillas o marmotas, con ojos pequeños y mandíbulas adaptadas a la masticación de
vegetación. CarpolestesSimpson, 1928 y PlesiadapisGervais, 1877 son dos ejemplos bien
conocidos de plesiadápidos.

Un grupo que se desarrolló a fines del Paleoceno y floreció en el Eoceno es el de los


adápidos. Eran formas parecidas en forma y talla a los lémures actuales, y posiblemente
están relacionados con ellos. NotharctusLeidy, 1870es un ejemplo de este gran grupo.
Contemporáneos a estos aparecieron los omómidos, similares a los tarseros en talla, forma
y posiblemente ecología también. Posiblemente representen el clado base de los tarseros y
antropoides. TetoniusMattew, 1915, de Norteamérica, es el ejemplo mejor conocido(Boyd &
Silk, 2001).

Un descubrimiento hecho en China en años recientes ha sido proclamado como el


ancestro del linaje de los antropoides: EosimiasBeard et al, 1994. Algunos especialistas
sugieren, a pesar de que se trata de ejemplares incompletos, de que posee algunas
características de antropoide primitivo. Para otros se trata simplemente de un tarsero
primitivo.

Registro fósil de los antropoides

Los primates superiores vivientes, o antropoides, se han desarrollado en una amplia


variedad de hábitat que va desde los grandes gorilas herbívoros, hasta las diminutas
marmosetas sudamericanas. Varios primates del Eoceno estaban adaptados a colgarse y
saltar de rama en rama utilizando sus cuatro extremidades, desplazándose en un ambiente
tridimensional y utilizando sus extremidades anteriores para sostener y acarrear alimento
y otros objetos.

Los antropoides vivientes están divididos en tres grupos: los cercopithécidos (monos
del Viejo Mundo), ceboideos (monos del Nuevo Mundo) y hominoideos, en el que se
incluyen gibones, simios y humanos. Dejando de lado a Eosimias, toda la evidencia fósil
indica que este grupo se originó y floreció en África.

El registro fósil de los antropoides es muy amplio. En este resumen solo se incluirán
los ejemplos más importantes dentro del linaje que desembocó en el origen del género
Homo. Una de los yacimientos más importantes en cuanto a los primates es el de Fayum, del
Oligoceno de Egipto, donde se han encontrado al menos 19 especies. Uno de los géneros
mejor estudiados es AegyptopithecusSimons, 1965. Se trata de un mono de unos 3 a6
kilogramos en los adultos, cuyos huesos de las extremidades permiten sospechar de una
gran musculatura y por lo tanto ágil desplazamiento en ambientes arbóreos. Presenta
algunas características avanzadas en su cráneo y en las extremidades, por lo que es
considerado el clado basal de los cercopithécidos, ceboideos y hominoideos(Boyd & Silk,
2001).

Durante el Mioceno convivieron muchos grupos distintos de antropoides, algunos de


los cuales desarrollaron una mayor talla corporal y cerebral. Dentro de estos se encuentra
ProconsulHopwood, 1933, de desplazamiento básicamente cuadrúpedo y menos arborícola
que sus ancestros. Este género de 18 millones de años de antigüedad presentaba una
mezcla de características primitivas y derivadas que encontramos en chimpancés y gorilas
actuales, lo que lo coloca como posible ancestro de los hominoideos. Morotopithecus Gebo et
al., 1997es otro ejemplo, que presentaba una talla mayor y otras características derivadas
que lo hacen parte del mismo linaje. A partir de éstos surgirían dos ramas que se
independizarían hace 14 millones de años, por un lado los sivapithecidos
(SivapithecusPilgrim, 1910, KenyapithecusLeakey, 1961, AfropithecusLeakey and Leakey,
1986 y GigantopithecusVon Koenigswald 1935, y cuyos descendientes incluyen al
orangután) y por el otro la línea que llevaría a la formación de la especie humana(Boyd &
Silk, 2001).

Existe un lapso de tiempo, en la segunda mitad del Mioceno, en el que no se ha


encontrado ningún resto fósil del linaje humano, lo que ha dificultado un poco la tarea de
enlazar a los antropoides superiores con nuestros ancestros directos; a este momento
geológico se le denomina el “gran hueco del Mioceno”(Boyd & Silk, 2001).

EL LINAJE HUMANO INDEPENDIENTE DE LOS ANTROPOIDES

La investigación dentro de la Paleoantropología ha tenido un gran auge en los


últimos años, por lo que la conformación genérica y específica de la familia Hominidae está
en continuo movimiento y reacomodo. Una de las cosas que agrupa a los miembros de la
familia es la posición erguida y el desplazamiento bípedo, que parece haberse obtenido
desde hace al menos 7 millones de años. A continuación se muestra un breve resumen de
los géneros conocidos de la familia Hominidae y se incluye una lista de las especies (que
están reconocidas por algunos investigadores y por otros no).

SahelanthropusBrunet et al., 2002

Por ahora es el homínido más antiguo con 6 a 7 millones de años. Encontrado en


Chad, muy lejos de las zonas donde se han localizado la mayor parte de restos africanos,
presenta una mezcla de características primitivas (pequeño cerebro, por ejemplo) y
derivadas (como los arcos supraorbitales)(Sawyer & Deak, 2007).

Sahelanthropus tchadensisBrunet et al, 2002 6 a 7 millones de años

OrrorinSeanut & Pickford, 2001

Encontrado en el Este de África y con una antigüedad de 6 millones de años, fue


denominado “El hombre del milenio”. Solo se conocen algunos fragmentos de este género
monoespecífico.

Orrorin tugenensisSeanut & Pickford, 2001 6 millones de años

Ardipithecus White et al, 1995

El género más antiguo de los australopithecinos data de entre 5.8 y 4.0 millones de
años. Encontrado en Etiopía, presentaba una altura de 1.22 metros y sus molares tienen
características mezcladas entre chimpancés y australopitécidos (Sawyer & Deak, 2007). Se
conoce una sola especie con dos subespecies.

Ardipithecus ramidus White et al, 1995 4.4 a 4 millones de años


Ardipithecus kadabbaHaile-Selassie, 20015.8 a 5.2 millones de años

AustralopithecusDart, 1925
El género más amplio de los australopitécidos y el primero en ser descrito. Reúne
varias especies cuyo rango temporal va desde los 4.2 a los 2.3 millones de años atrás. Se
trata de formas gráciles de un promedio de 30 a40 kilogramos de peso, sus cerebros eran
pequeños y de una dieta básicamente omnívora (Sawyer & Deak, 2007). A este género están
asociados muchos restos óseos y huellas (incluyendo las famosas huellas de Laetoli).

Australopithecus anamensisLeakey et al, 1995 4.2 a 3.8 millones de años


Australopithecus afarensisJohanson & White, 1978 3.9 a 3.1 millones de años
Australopithecus garhiAsfaw et al, 1997 3.9 a 2.6 millones de años
Australopithecus bahrelghazaliBrunet et al, 1995 3.5 a 3.0 millones de años
Australopithecus africanusDart, 1925 3.0 a 2.3 millones de años
Australopithecus sedibaBerger et al, 2010 2.0 a 1.9 millones de años

ParanthropusBroom, 1938

Son los más robustos y tardíos de los australopithecinos. Su rango temporal va de 2.6
a 1.2 millones de años atrás. Se caracterizan por tener cuerpos más pesados y musculosos
que los otros australopitécidos, además de tener una cresta sagital bien desarrollada y
grandes molares especializados en la masticación de los vegetales. Coexistieron en espacio
y tiempo con los primeros representantes del género Homo.

Paranthropus aethiopicusOlson, 1995 2.6 a 2.2 millones de años


Paranthropus boisei Mary Leakey, 1959 2.1 a 1.1 millones de años
Paranthropus robustusBroom, 1938 1.3 a 1.1 millones de años

KenyanthropusLeakey et al, 2001

Se trata de un género no reconocido por muchos especialistas. Su rango


estratigráfico va de 3.5 a 3.3 millones de años atrás. Sus restos fueron localizados en Kenia y
se considera un linaje lateral a Homo que evolucionó a partir de los australopithecinos.
Algunos investigadores consideran a los restos de Homo rudolfensis como parte de este
género.

Kenyanthropus platyopsLeakey et al, 2001 3.5 a 3.3 millones de años

HomoLinnaeus, 1758

Género al que pertenece la especie humana, es el mejor conocido en el registro fósil.


Se caracteriza, entre otras muchas cosas, por un gran cerebro, ausencia de cresta sagital y
un rostro más aplanado. Es el único cuyo registro se encuentra también fuera de África
(Arsuaga y Martínez, 1998).

Homo habilis Leakey et al, 1964 2.5 a 1.6 millones de años


Homo rudolfensis Alekseyev, 1978 2.5 a 1.9 millones de años
Homo ergasterGroves and Mazák, 1975 1.8 a 1.4 millones de años
Homo erectus Dubois, 1862 1.6 a 0.2 millones de años
Homo georgicusVekua, 2002 1.9 a 1.8 millones de años
Homo antecesor Bermúdez de Castro et al, 1997 0.8 a 0.7 millones de años
Homo heidelbergensisSchoetensack, 1908 0.5 a 0.2 millones de años
Homo neanderthalensisKing, 1864 0.23 a 0.04 millones de años
Homo rhodesiensisWoodward, 1921 0.4 a 0.12 millones de años
Homo floresciensisBrown et al, 2004 0.018 millones de años
Homo sapiens Linnaeus, 1758 0.16 m.a. a la actualidad

GRANDES HITOS EN EL PROCESO DE HUMANIZACIÓN

Dentro del proceso de consolidación de las características que nos hacen humanos,
existen una serie de avances que trajeron grandes ventajas evolutivas. Estos “hitos” son
reconocidos por diferentes autores, pero su número y trascendencia son ampliamente
discutidos (Potts & Sloan, 2010). Aquí se presentan seis de ellos (los que más consenso
tienen) y se presentan en la tabla de abajo. Es importante aclarar que estas adquisiciones
evolutivas se han traspasado de manera transversal, es decir, que unas especies las
adquirieron de otras especies contemporáneas (Cervera et al, 1998).

Hito Especie que lo desarrolló Antigüedad


1 Bipedalismo Sahelanthropus tchadensis 7 millones de años
2 Fabricación de herramientas Homo habilis 2.1 millones de años
3 Desarrollo del habla Homo ergaster 1.8 millones de años
4 Dominio del fuego Homo erectus 0.5 millones de años
5 Desarrollo de autoconciencia Homo heidelbergensis 0.5 millones de años
6 Simbolismo Homo sapiens 0.07 millones de años

Literatura citada:

Arsuaga, J. L. e I. Martínez. 1998. La especie elegida: la larga marcha de la evolución humana.


Temas de Hoy, Madrid.
Boyd, R. y J. B. Silk. 2001. Cómo evolucionaron los humanos. Ariel Ciencia, Barcelona.
Cervera, J. C., J. L. Arsuaga, J. M. Bermúdez C. y E. Carbonell. 1998. Atapuerca: un millón de
años de historia. Complutense, Madrid.
Cela C., C. J. y F. J. Ayala. 2001. Senderos de la Evolución Humana. Alianza, Madrid.
Hublin, J. J. y A. M. Tillier (coord.). 1999. Homo sapiens: en busca de sus orígenes. Fondo de
Cultura Económica, México, D.F.
McKie, R. 2000. Dawn of man: the story of human evolution. TLC, New York.
Parker, S. 1992. The dawn of Man: a fascinating visual account of the emergence and
evolution of the Earth`s dominant species. Crescent, London.
Potts, R. and C. Sloan. 2010. What does it mean to be human?. National Geographic,
Washington.
Roberts, A. 2011. Evolución: historia de la humanidad. Altea, México, D.F.
Sawyer, G. J. and V. Deak. 2007. The last human: a guide to twenty-two species of extinct
human. Yale University Press, New York.

Figura 1: Árbol evolutivo de las especies de homininos, basado en la Escuela Evolutiva


Figura 2: Relación evolutiva de las especies de homininos, basado en la Escuela Cladista.
Los rectángulos en negro representan a la especie viva (Homo sapiens) y el género externo
vivo más estrechamente emparentado (Pan), correspondiente a los chimpancés.

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