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b) Que esta medida haya recaído sobre bienes en posesión de una persona ajena a la
ejecución, no se cumple este requisito, tomando en cuenta que el ejecutado fue
notificado, requerido de pago y se practicó el embargo en el domicilio señalado en la
demanda ejecutiva, cuyas diligencias fueron atendidas por Carmen Ferreira Sobarzo,
quien señaló en su oportunidad ser la cónyuge y aquel el domicilio del ejecutado.
Por otra parte, el tercerista señala conocer al ejecutado de autos, sin embargo no
señala que existe un grado de parentesco entre ellos y que han ejecutado una serie de
actos o contratos, tendientes a que el ejecutado se desprenda de la mayor cantidad de
bienes tanto muebles o inmuebles. Cabe señalar la compraventa celebrada el día 24 de
enero de 2017 sobre los bienes muebles que guarnecían el inmueble donde se trabo el
embargo, compraventa que esta parte considera que efectivamente no hubo la intención
de pagar y exigir las cosas y por otro lado entre el precio y las cosas existe una
desproporción tal que el precio resulta puramente ilusorio, actos o contratos realizados
con fecha posterior a la presentación de la demanda ejecutiva y claramente de Mala fe,
sabiendo o debiendo saber el tercerista el mal estado de los negocios del ejecutado, todo
esto con la clara intención de eludir sus obligaciones como deudor.
Cabe señalar que no se discute el dominio del inmueble sino la posesión de los
bienes embargados, ya que se presume que los bienes embargados en la vivienda son de
exclusiva propiedad del ejecutado, como lo constato el ministro de fé.
Por último la tercería de posesión no puede acogerse, porque es requisito sine qua
non para que pueda prosperar el que los bienes sobre que recae el embargo se
encuentren en poder de una persona distinta del ejecutado, cosa que aquí no ocurre, por
no ser posible separar la posesión del tercerista de uno y el otro. “Debe recordarse que la
tercería de posesión en sus orígenes es de creación jurisprudencial, y nació como reacción
ante la constatación del absurdo que significaría exigir la interposición de una tercería de
dominio para obtener la restitución de cosas que, por estar en poder del tercerista, la ley le
presume el dominio de ellas, conforme lo dispuesto en el artículo 700 del Código Civil. La
situación no es la misma cuando no existe claridad acerca de quien las tiene en su poder,
caso en el cual para liberar las especies de la medida que las afecta no queda otro camino
que el recurso a la tercería de dominio”.
POR TANTO:
PRIMER OTROSÍ: En el incidente me valdré de los medios de prueba que me otorga la ley.