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EL ESCUALENO

Introducción: El escualeno es un hidrocarburo natural conocido inicialmente por su papel clave como
intermediario en la biosíntesis del colesterol. Recibió su nombre debido a su presencia en el aceite de
hígado de tiburón (Squalus spp), que contiene grandes cantidades (40% o más)(1) y se considera la
fuente más rica en escualeno. También está distribuido ampliamente en la naturaleza, con cantidades
razonables en el aceite de oliva, aceite de germen de trigo, aceite de salvado de arroz, entre otros (de
0.4% hasta un 1% en aceite de oliva extra virgen).(2) Hace años, estudios epidemiológicos pusieron de
relieve que la dieta que caracterizaba a ciertas poblaciones mediterráneas se asociaba a menor
incidencia de patologías habituales de la sociedad occidental, tales como infarto de miocardio, diabetes,
dislipemias, cáncer, entre otras.(3, 4) Cuando se ubicó al aceite de oliva, como un responsable
significativo de las acciones beneficiosas de dicho estilo nutricional, se creyó que el poder radicaba en
su alto contenido de una grasa monoinsaturada, el ácido oleico. La creencia de que el efecto protector
del aceite de oliva se basaba en el alto contenido (72% en promedio) de ácido oleico, como citamos
antes, no obstante, tiene su debilidad. Dicha grasa también se encuentra en la grasa del churrasco, del
pollo (incluso en la piel) en cantidades no despreciables (22-53%), y también en otros aceites vegetales
como el de maíz, maní, soya y girasol, en el rango de 23-50%. El problema radica en que muchas otras
grasas y aceites ricos en ácido oleico están muy asociados con riesgo aumentado de cáncer de mama y
de colon en humanos. Se presume entonces que esta grasa monoinsaturada no puede dar cuenta
totalmente del efecto protector o la falta del efecto promotor en el desarrollo del cáncer. (5) Es entonces
que asoman una serie de compuestos activos, hidrocarburos y fi toesteroles, entre los cuales se halla el
escualeno, como los grandes responsables del mejor estado de salud de aquellas poblaciones. El
consumo promedio de escualeno es 30 mg/día en los EEUU. Sin embargo, con un alto consumo de aceite
de oliva extra virgen, la ingesta puede alcanzar 200-400 mg/día, tal como se ha observado en países
mediterráneos. (6) Los individuos podrían incluso llegar a consumir hasta 1 g de escualeno al día con sus
dieta, como sugirieron Gylling and Miettinen.

Efectos secundarios y dosificación: El escualeno no ha sido completamente estudiado en humanos, de


tal modo que la información sobre la toxicidad y efectos secundarios es limitada. En experimentación
animal conducida en un período de 3 meses, no hubo signos apreciables de toxicidad o de efectos
secundarios observados en análisis bioquímicos plasmáticos y en pruebas funcionales hepáticas hechas
en los animales tratados con escualeno.(12) A partir de que el escualeno es un componente lipídico
natural presente en dietas saludables, es probable que la suplementación a niveles razonables, sea
segura también en la ad- ministración prolongada a seres humanos. Debe destacarse, no obstante, un
caso de neumonia lipoidea secundaria a la ingestión de aceite de tiburón. (38) Es de interés destacar que
el escualeno es un vehículo utilizado ampliamente en el mundo de la cosmética dermatológica sin
haberse constatado efectos indeseables,(39) con valor por sí mismo y además ayudando a la penetración
en piel de sustancias con acciones diversas.(17) Las recomendaciones sobre dosis varían
considerablemente dependiendo de la aplicación. Como referencia para coadyuvar en el descenso de
colesterol, la dosis estudiada junto a la pravastatina fue 860 mg/día. Una dosis de 500 mg/día puede
también tener algunos efectos beneficiosos en cuanto a normalización de los valores lipídicos, pero la
evidencia sugiere que altas dosis (mayores a 1 g/día) podrían ser inadecuadas para este objetivo.
Extrapolando de la evidencia animal, la dosis sugerida necesitada para detoxificar xenobióticos sería
relativamente alta. Los animales recibieron usualmente escualeno como un 8% de la dieta, y si bien los
efectos son dosis-dependiente, una dosis igual a 5% de la dieta podría producir resultados similares. Esto
representaría una dosis mínima en humanos de aproximadamente 11 g/día de escualeno. Como la
seguridad a largo plazo a estas dosis de escualeno no ha sido determinada en humanos, y como esta
dosis excede la cantidad de la sustancia hallada en dietas normales, sería prudente limitar las altas dosis
de escualeno a intervalos breves. Como tratamiento adyuvante para el cáncer en humanos, la
información sobre dosificación tampoco está disponible. Extrapolando a partir de los datos animales
disponibles, una dosis entre 2-5 g/día parece ser la ventana terapéutica. En el caso del tratamiento de
la plombemia alta en Uruguay, los niños han recibido dosis de más de 2,250 g/día, sin haber presentado
efectos secundarios.
SULFUOAFANO
Introducción: Compuestos sulfurados de crucíferas Las verduras crucíferas (coliflor, col, brócoli…)
contienen gran cantidad de compuestos bioactivos (folato, clorofila, vitaminas C, A y K, calcio, fibra…)
que han sido estudiados por sus posibles efectos beneficiosos sobre diversos tipos de cáncer. También
contienen altas cantidades de glucosinolatos, que son hidrolizados a compuestos bioactivos con
propiedades antitumorales como los isotiocianatos (ITC) (destacando sulforafano y erucina) e indoles
(indol-3-carabinol [I3C] y diindolmetano [DIM]) 90 . Los ITC son inductores de enzimas de fase II, tales
como las glutatión-S-transferasas, que están involucradas en la detoxificación de algunos
carcinógenos91. La acción más destacada del sulforafano es la regulación de la vía de las caspasas,
produciendo un aumento de la apoptosis en tejidos tumorales92 . También la erucina ha sido descrita
como inhibidor y regulador de enzimas del ciclo celular, inductor apoptótico y modulador de procesos
angiogénicos93 . Además hay evidencias de que la erucina es selectiva en sus efectos, promoviendo
procesos antiproliferativos en algunas células cancerosas humanas, pero no en células no
transformadas. Esta selectividad es una característica importante que requiere de más investigación
para identificar, entre otras cosas, si algunos ITC pueden llegar a ser
Las plantas del orden Brassicales y de la familia Cruciferae o Brassicaceae comprenden alrededor de
350 géneros y más de 2000 especies, entre ellas se incluyen algunas plantas de interés comercial como
la col (repollo), coliflor, coles de Bruselas y brócoli (1). Otros cultivos de esta familia son los rábanos,
mostaza silvestre y numerosas hierbas de jardín (2), los cuales se utilizan para preparar condimentos o
guarniciones, pero su aportación de nutrientes a la dieta es mínima. En cambio las crucíferas que se
consumen como verduras son una fuente concentrada de nutrientes como vitaminas, minerales, fibra
dietética, además de sustancias quimioprotectoras como los glucosinolatos y flavonoides (3,4).
Una característica de las plantas crucíferas es la síntesis de compuestos ricos en azufre, como los
glucosinolatos (5). Estos vegetales y algunas plantas comestibles del orden Caparrales son la fuente de
todos los glucosinolatos de la dieta humana. Se han identificado más de 100 compuestos diferentes, los
cuales se encuentran distribuidos en toda la planta, aunque su concentración depende del tipo de tejido
(6). Los glucosinolatos se clasifican como S-glucósidos, ya que son el resultado del enlace de un azúcar
reductor y el azufre de una molécula que no tiene carácter de hidrato de carbono (conocida como
aglucona), estos compuestos son no volátiles y carecen de fragancia (7). Los glucosinolatos se sintetizan
y almacenan en las plantas como precursores relativamente estables de los isotiocianatos. Los
glucosinolatos son solubles en agua debido a que la molécula de glucosa imparte características
hidrofílicas a diferencia de los isotiocianatos que presentan propiedades hidrofóbicas (8).
Los glucosinolatos se hidrolizan cuando el tejido del vegetal se rompe a consecuencia de un daño
mecánico, entonces la enzima tioglucosidasa (E.C. 3.2.3.1.) o mirosinasa se pone en contacto con el
sustrato y libera moléculas de glucosa, de bisulfato y de la correspondiente aglucona; posteriormente,
esta última experimenta un acomodo intramolecular que genera isotiocianatos, nitrilos,
metilisotiocianatos, metilnitrilos y tiocianantos (todos de bajo peso molecular), los cuales son
responsables del aroma y olor típico de estos productos (9,10). Los glucosinolatos intactos tienen
actividad biológica limitada, pero aumentan su actividad cuando son hidrolizados a isotiocianatos (5).
El brócoli es la principal fuente natural del isotiocianato sulforafano (1-isotiocianato-4-(metilsulfinil)-
butano), su precursor glucorafanina constituye más del 80 % de los glucosinolatos totales presentes en
este vegetal (11). Las prácticas de cultivo, condiciones de almacenamiento y la preparación del alimento
tienen un impacto potencial en el contenido de glucosinolatos. Por ello, estos factores pueden cambiar
la proporción de formación del sulforafano en brócoli. También se ha reportado que el pH durante la
hidrólisis tiene influencia en la actividad de la mirosinasa y en la cantidad de sulforafano nitrilo formado
durante el rompimiento del tejido del brócoli (12). El sulforafano se considera un potente inductor de la
detoxificación de sustancias potencialmente carcinogénicas (13,14), debido a que aumentan su
solubilidad lo cual facilita su excreción (15). Este compuesto ha comprobado ser una poderosa estrategia
en contra del proceso de carcinogénesis, mutagénesis y otras formas reactivas del oxígeno (16).
Actualmente los métodos cromatográficos son utilizados para la cuantificación de sulforafano, entre los
cuales destacan la cromatografía de gases (CG) y la cromatografía de líquidos de alta resolución (HPLC).
La utilización de HPLC presenta ventajas en cuanto a su sensibilidad, su fácil adaptación, su capacidad
para la separación de especies no volátiles o termolábiles (17,18). El sulforafano se ha cuantificado por
HPLC en germinados de semillas de brócoli (19), en extractos de semillas de brócoli (20), en brócoli y
repollo frescos (21), los métodos publicados presentan variaciones importantes en la conversión de
glucorafanina a sulforafano, además utilizan altos volúmenes de solventes para la extracción del analito.
En el presente trabajo se realizó la cuantificación de sulforafano por HPLC en brócoli y repollo frescos
recolectados en el comercio local. También se comparó el contenido de sulforafano en las diversas
partes del brócoli, y en repollos verdes y morados.
EFECTIVIDAD
La acción más destacada del sulforafano es la regulación de la vía de las caspasas, produciendo un
aumento de la apoptosis en tejidos tumorales. También la erucina ha sido descrita como inhibidor y
regulador de enzimas del ciclo celular, inductor apoptótico y modulador de procesos angiogénicos.
Además, hay evidencias de que la erucina es selectiva en sus efectos, promoviendo procesos
antiproliferativos en algunas células cancerosas humanas, pero no en células no transformadas. Esta
selectividad es una característica importante que requiere de más investigación para identificar, entre
otras cosas, si algunos ITC pueden llegar a ser selectivos para ciertos tipos de cáncer, como sería el CM .
Por otro lado, en base a estudios in vitro, destaca el potencial antiinflamatorio, antiangiogénico,
proapoptótico, de control hormonal y citostático del DIM. Otros indoles, como el I3C, también se han
asociado con sinergismos con medicamentos del tratamiento de CM, como el tamoxifeno, promoviendo
una menor tasa de crecimiento celular en tumores. Al analizar los distintos ensayos clínicos enfocados a
relacionar el consumo de crucíferas con el CM nos encontramos con muy pocos estudios dirigidos a
comprobar los efectos testados in vitro. Entre ellos encontramos resultados asociados directamente con
la enfermedad, como el aumento significativo de la expresión de mRNA de BRCA1 en mujeres con dicha
mutación al recibir suplementación oral de DIM. También se ha relacionado la suplementación con DIM
con procesos de hidroxilación estrogénica, considerándolos así protectores frente al CM. De este modo,
aunque el impacto de los compuestos sulfurados de las crucíferas en la mejora de parámetros
relacionados con la evolución tumoral ha sido bastante estudiado en muchos tipos de cáncer, es
necesario incrementar el número de ensayos clínicos dirigidos analizar su asociación con el CM.

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