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Malnutrición
Diversos estudios han reportado que existe una alta prevalencia (20 -
50%) de malnutrición en pacientes ancianos, siendo la hospitalización
una de las cuales del deterioro del estado nutricional en estos
pacientes (4); en el presente estudio se encontró que el 64% de los
pacientes presentaban un inadecuado estado nutricional
encontrándose en exceso o déficit.
Todo esto nos lleva a pensar y con razón que las personas mayores
comen menos, y es cierto, pero no podemos con esto mantener en
nuestros queridos seres mayores una falta de alimentación y una
desnutrición latente como sucede, por desgracia, en muchos casos y
sobre todo cuando viven solos, donde si no tienen ayuda y con la falta
de motivación que damos por hecho poseen, tienden a comer cada
vez menos. Eso si no tenemos que unir el problema económico, que a
veces es una barrera casi infranqueable para algunos de nuestros
mayores en el día a día para comprar los artículos necesarios
(seguramente no será en muchos casos pero ya sabemos que los
mayores tienden a veces a pensar que tienen muy poco, deben
ahorrar y....se lo quitan de comer).
Grasas: No pasar del 30% y cuidado con las saturadas que tienden a
pasarse con ellas. También se debe evitar que tomen mucho
colesterol. El reparto de 10-10-10 % de cada tipo de grasa sería el
correcto.
Proteínas: Lo correcto sería del 10 al 15% pero como suelen comer
poco, este macronutriente es uno de los más castigados en las dietas
pobres del anciano, de ahí que se aconseje reforzar la dieta con un
vaso de leche (puede ser descremada por la grasa) e incluso que por
más sencilla ingestión que se cambien carne o pescado por otros de
más fácil preparación como huevos, queso...
Sal: No deben tomar más de 3 gramos al día y aquí hay que vigilarles
porque como han perdido gusto tienden a preparar comidas "
sabrosas" añadiendo más sal de la conveniente.
Además se debe llevar una vida ordenada con ejercicio físico (pasear
una hora al día), no fumar y procurar evitar las preocupaciones.
Durante todo el día y en la elaboración de las comidas no debe
abusarse del aceite y sal y en las comidas la cantidad de pan también
debe ser moderada.
EL CALOR Y EL FRIO
Las temperaturas extremas suelen suponer un riesgo para las ancianos. Puesto que han perdido parte de la
sensibilidad a los cambios de clima, cuando los días de verano son especialmente calurosos, es necesario
asegurarse de que permanezcan en casa, al fresco, y de que consuman una buena cantidad de líquidos para evitar
una posible deshidratación, factor que en las personas de edad avanzada puede tener graves repercusiones.
También deben cuidarse de forma especial cuando hace mucho frío. La dieta deber ser entonces más calórica que
en otras épocas del año y debe procurarse que tengan el cuerpo abrigado y que permanezcan en los lugares más
caldeados de la casa. Un simple resfriado, que en una persona joven no pasará de causar molestias durante unos
días, en un anciano puede ser el detonante de una enfermedad pulmonar irreversible.
FACTORES DE CONSIDERACION
Aunque la dieta sana y equilibrada es probablemente el factor más importante para la salud, la edad no pasa en
vano y supone la aparición de ciertos achaques o, inclusive, de enfermedades. En consecuencia, una persona
anciana, por bien alimentada que esté, puede tener ciertas molestias que no deben descuidarse y que de
prolongarse o repetirse, deben ser consultadas con el médico. Entre ellas, la pérdida del apetito, el ahogo, los
mareos, las molestias al orinar, los cambios en las deposiciones, los trastornos auditivos o visuales y la debilidad de
algún miembro. Inclusive es conveniente hacer una consulta médica si se nota cambios repentinos de humor o una
cierta apatía general.
ALIMENTOS CONTRAINDICADOS