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Iván Casado Arbor 2ºB

COMPOSICIÓN TEXTOS: Industria española en el siglo XIX


Estos cinco documentos nos permiten elaborar una composición sobre el desarrollo de la
industria durante el siglo XIX, así como de la situación económica. Tres de ellos son fuentes
primarias mientras que otro es una de carácter estadístico y el último de los textos es un
documento historiográfico. Seguiremos el orden de los mismos.

El inicio del desarrollo Industrial en España fue tardío, muy posterior a las Revoluciones de
este tipo llevadas a cabo en países como Inglaterra, además de lento y desigual en todo el
territorio. Algunas de las causas que explican este fenómeno son las siguientes.

Durante este siglo, el nivel de renta/habitante era muy bajo debido al insuficiente desarrollo
del sector agrícola, al cual se dedicaba gran parte de la población española. Nuestro país apenas
poseía fuentes de energía y eran muy caras lo que no facilitaba la creación de industrias las
cuales necesitaban combustible para funcionar.

Otro motivo que cabe destacar es el fuerte proteccionismo arancelario que se defendía
durante esta época. Existió un fuerte debate entre aquellos defensores de aranceles altos
(proteccionistas) y los que apoyaban la bajada de los aranceles (librecambistas). Los primeros
eran sobre todo empresarios textiles catalanes y productores de trigo castellanos mientras que
los segundos eran representados por los sectores mercantiles vinculados al comercio exterior.
Hasta 1874 se redujeron los impuestos arancelarios, pero pronto se volvió a un fuerte
proteccionismo a finales de siglo.

La escasa industrialización de Madrid supuso un grave problema. Al revés de otras zonas de


España, todas ellas periféricas, Asturias, País Vasco, Cataluña, la Costa Andaluza; la capital no
consiguió un desarrollo como alguna de estas localizaciones mencionadas. Este es el tema que
trata el doc. 1, critica la falta de liderazgo por parte de Madrid en cuanto a actividad industrial
se refiere. “Londres es digna capital de la Gran Bretaña… En Madrid y en todos los alrededores
a larguísima distancia nada encontrareis de semejante. Ni agricultura, ni industria, ni comercio”.

Finalmente, el último de los problemas con los que se encontró el sector industrial fue con
la inexistencia de un mercado interno uniforme, a causa del mal estado de la red de carreteras
y el retraso del tendido del ferrocarril.

Este último fue sin duda la novedad más importante pues supuso la reducción de la duración
de los viajes, aumentó el volumen de carga y abarató enormemente los precios. Su construcción
se hizo con retraso respecto a países como Bélgica, Inglaterra o Francia lo que supuso el retraso
en la industrialización. Será la Ley General de Ferrocarriles (1855) puesta en marcha por Pascual
Madoz durante el bienio progresista la que dé un impulso al tendido ferroviario. Sobre esta trata
el doc. 2.

El estado era el que concedía la construcción de las líneas por lo que se facilitó la creación
de Sociedades Anónimas destinadas a tal fin a las cuales el estado les garantizaba una
rentabilidad mínima. De esta forma se explica la entrada de capital extranjero, sobre todo
francés que quedaría bajo la salvaguarda del estado tal y como muestra el Art. 19. Todas estas
compañías se vieron beneficiadas con la eliminación del arancel sobre productos ferroviarios
importados en casi su totalidad de otros países.

Gracias a esto, en 1868 se habían alcanzado ya los 5000 km. De vías y a finales del siglo XIX
este ya llegaba a buena parte del territorio nacional. Su repercusión fue diferente segundo el
sector. Apenas tuvo consecuencias para la siderurgia, algo negativo al igual que fue negativo

1
elegir un ancho de vía mayor que el europeo, lo que dificultó el comercio exterior. Cabe destacar
también varios aspectos positivos como la potenciación de la demanda de carbón nacional, dio
empleo a un importante número de personas y se creó un mercado nacional más homogéneo.

Los sectores punteros de la Primera Revolución Industrial fueron el textil y el siderúrgico.


Este último, dedicado a producir hierro tuvo un desarrollo más complejo además de una
localización mayoritariamente periférica. Su desarrollo se puede sintetizar en tres etapas, de las
cuales dos se pueden diferenciar en el Doc. 3 que abarcan desde el 1860 hasta el 1905.

La primera etapa abarca desde el 1830 hasta el 1860, durante estos años destaca la
siderurgia andaluza, que fue el primer núcleo de esta en España. Supuso un intento fallido ya
que utilizaba carbón vegetal como fuente de energía, con poco poder calorífico. Su producción
era baja.

La segunda, comprende los veinte años siguientes y será la etapa de la siderurgia asturiana
(Mieres, La Felguera). Tuvo una mayor importancia ya que contó con el carbón mineral de las
cuencas de los ríos Nalón y Caudal como fuente de energía, aun así, una serie de limitaciones
lastraron su desarrollo como la carestía y baja calidad de este coque, la inexistencia de un
mercado suficiente o la escasez de infraestructuras de transportes. A pesar de ello se puede
observar en el doc. 3 como la producción se redujo en Andalucía y aumentó en cierta medida en
Oviedo.

Finalmente, la tercera etapa que comienza en el 1880 y termina en 1905. En este período
de tiempo se impone el núcleo siderúrgico vasco, con fuerte importancia en Vizcaya. Contaba
con excelentes minas de hierro en Somorrostro y se benefició de la importación de carbón galés.
Su hierro y acero era de excelente calidad. Introdujo además nuevos avances técnicos en la
obtención del acero (convertido Bessemer) y llevó a cabo una rápida concentración empresarial
(Altos Hornos de Vizcaya, 1902). En los últimos datos de la tabla del doc. 3 se puede diferenciar
un gran aumento en la producción de hierro colado en Vizcaya durante las dos últimas décadas
del siglo XIX, algo que no sucedía en Asturias y en Andalucía ya no se producía nada.

El otro sector más importante era el textil, que se concentró en y en torno a Barcelona,
hecho que aparece reflejado en el texto 4 de nuestro comentario. “En España la palabra
industria trae infaliblemente a la memoria la palabra Cataluña… Sabadell y Tarrasa han
adelantado tan considerablemente en la fabricación de lanerías… Reus en la industria de tejer
seda… Gerona elabora grandes cantidades de papel…”.

Esto se puede explicar por varias razones, la primera era la existencia de capitales para
invertir en este sector como el que poseían los hermanos Bonaplata, Batlló, Güell y otros
muchos. La capital catalana sufrió una temprana mecanización con la introducción de la
máquina de vapor y del huso y telar mecánicos, lo que produjo un abaratamiento de los costes.
Además, fueron pioneros en la utilización de algodón americano, desplazando de forma
progresiva a la lana y el lino y el último y quizás más importante de los motivos que es el
proteccionismo que favoreció al sector textil catalán frente a la competencia extranjera. La
industria presionó para que una política arancelaria proteccionista le garantizase tanto el
mercado interior como el antillano (Cuba y Puerto Rico).

A pesar del florecimiento de estos dos sectores, la industrialización nunca llegó a


completarse en España durante esta época, algo que para algunos historiadores como Jordi
Nadal definen como un fracaso, debido a la pérdida del imperio americano y a la inexistencia de
un mercado interior insuficiente. Otros como Gabriel Tortella, cuya opinión está recogida en el

2
doc. 5, prefieren utilizar el término “atraso” para referirse a este proceso, provocado por una
industria poco competitiva que practicó el proteccionismo. En el texto se ve reflejado en las
últimas líneas como indica que la revolución no tuvo lugar a pesar de llevar a cabo
desamortizaciones, construir una red ferroviaria y reformar la educación el sistema monetario
y bancario.

En conclusión, a lo largo del siglo XIX se llevaron a cabo una serie de medidas que podían
contribuir a la creación de una sólida industria pero que nunca se llegó a completar. Los intentos
siempre se vieron sobrevolados por una nube de problemas que no conseguían disolver para
completar la revolución empezada por lo que todo el proceso fue un fracaso. Habrá que esperar
un tiempo para ver una industria sólida pero que nunca llegará a destacar.

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