Vous êtes sur la page 1sur 11

Encuentros con lo desconocido:

**** música exótica en las Exposiciones


Universales
Annegret Fauser

Como el sonido es notoriamente efímero, la experiencia


de la música antes de la llegada de la tecnología discográfica
quedaba limitada a momentos específicos en el tiempo y en el
espacio. Théophile Gautier, un melómano, poeta y crítico parisi-
no, se lamentó de que las palabras no pudieran nunca traducir
adecuadamente la experiencia de escuchar un concierto o una
ópera. La interpretación musical sólo podía plasmarse de manera
aproximada en una descripción verbal o fijarse mediante la nota-
ción en las partituras. A pesar de que estas traducciones en papel
capturaban algunas de las características de la música, otros ele-
Pagoda de Ankor. Exposición Universal de 1889 (París).
Library of Congress (Washington)
mentos seguían siendo esquivos y se perdían para siempre una
vez que la música dejaba de sonar. Esto resultaba tan cierto de
una sinfonía de Beethoven o un aria de Verdi como de un concier-
to de gamelán en las cortes principescas de Indonesia.
Desde los comienzos de los viajes europeos por el mundo
—ya fuera a la América de los incas y los mayas o a África o
Asia—, los exploradores intentaron aprehendery llevarse consigo
algo de sus encuentros con otros mundos. Los músicos no fueron

43

L
ORQUESTA Y CORO
Encuentros con lo desconocido A n n e g r e t Fauser NACIONALES DE ESPAÑA

ninguna excepción, esforzándose por atrapar sonidos distantes Universales. Estos eventos internacionales se inauguraron en 1851
por medio de transcripciones, dibujos, descripciones y grupos de con la Gran Exposición en el Crystal Palace de Londres. Por supues-
instrumentos musicales. Pero mientras que los viajeros volvían to, al igual que cualquier acontecimiento similar en la actualidad, el
a casa con barcos llenos de marfil tallado de África, oro labrado motivo subyacente era la promoción de la industria y el comercio.
de América y hermosos grabados de Japón, sus colecciones se Pero desde aquella primera exposición de 1851 en adelante, las
quedaban mudas cuando se trataba de la música de estas tierras delegaciones culturales de todo el mundo acudieron con productos
remotas. Aunque pudieran tocarse una flauta maya, un tambor característicos de sus países para que todos pudieran admirarlos. A
africano, o un shamisen japonés, lo que surgía no tenía mucho menudo se les unían músicos que llevaban ejemplos de sus paisa-
sentido. En cambio, cuando compositores como jean-Philippe jes sonoros nativos a los países europeos y americanos. Ahora, por
Rameau en Les Indes galantes (1735), o Georges Bizet en Les primera vez, millones de visitantes podían oír la música de estos
pécheurs des peñes (1863), invocaban los sonidos de Perú o Sri lugares remotos sobre la que habían leído en libros de viajes y de
Lanka, respectivamente, inventaron un idioma orientalista que la que habían visto grabados en la prensa ¡lustrada. Sin embargo,
sonaba atractivo e intrigante a oídos de sus oyentes. Pero al igual lo "auténtico" supuso una conmoción para muchos oídos. En vez
que Jean-Auguste-Dominique Ingres en su Bain ture (1863) y de corresponderse con la fantasía occidental del Oriente, la música
Jean-Léon Geróme en su Almée (1864) utilizaron técnicas pictóri- original de fuera de Occidente sonaba como ruido y era en realidad
cas occidentales para plasmar escenas de los harenes de Oriente, justo lo contrario de lo que se suponía que había de ser la músi-
músicos como Giuseppe Verdi, Leo Delibes y Jules Massenet se ca. Así, en 1851, cuando Héctor Berlioz asistió a la exposición del
valieron de las técnicas de la música culta occidental para crear Crystal Palace, tuvo su primer contacto con la música china. Su
un símil en música de la Otredad exótica. Sonidos supuestamen- reacción inicial fue de consternación, luego de risa, más tarde de
te orientales de países lejanos, como por ejemplo en "Le paradis una petulante sensación de superioridad cultural, lo que le llevó a la
d'lndra" de Le mide Labore de Massenet, o la bacanal de Samson conclusión de "que, además, los Orientales llaman música a lo que
et Dalila de Saint-Saéns (ambas de 1877), eran, por tanto, una nosotros llamamos guirigay y que, para ellos, como para las hechi-
construcción cultural de la imaginación europea en el medio del ceras de Macbeth, lo horrible es lo bello" (que, de plus, les Orientaux
sonido occidental, mientras que la verdadera música seguía sin appellent musique ce que nous nommons charivari, et que poureux,
escucharse. comme pour les sorciéres de Macbeth, l'horrible est le beau). Pero,
al mismo tiempo, el consumo de música alcanzó cifras sin prece-
La música en las Exposiciones Universales dentes en Londres durante los meses de la Exposición de 1851 y
Esto cambió cuando, en la segunda mitad del siglo xix, los el modelo siguió repitiéndose en años sucesivos: en la Exposición
países industriales más poderosos —especialmente Gran Bretaña, I Universal de 1889 en París, por ejemplo, un periodista hablaba con
Francia y Estados Unidos— decidieron organizar las Exposiciones I deleite de "una orgía de sonido".

44 I 45

1
ORQUESTA Y CORO
Encuentros con lo desconocido NACIONALES DE ESPAÑA

Las Exposiciones Universales desempeñaron, pues, un de Modest Mussorgsky, por otro. Esto cambió con la experiencia
papel fundamental en la mediación entre las culturas musicales de las Exposiciones Universales. La reacción de Debussy fue muy
de Occidente y los paisajes sonoros de Oriente. Los visitantes diferente de la de Berlioz: escuchar atentamente la música no
normales y los músicos acudían por igual en tropel a las inter- occidental —señaló— daría lugar a la comprensión de algo mucho
pretaciones musicales llegadas de estas tierras lejanas. En el más complejo, algo mucho más rico de lo que podía encontrarse
París de 1878 causaron furor la música zíngara de Hungría y las en la tradición clásica. Lo deja claro el compositor francés en estas
bailarinas del vientre de Oriente Próximo. Once años después, frases también citadas en su artículo por Yvan Nommick: "Sin
durante la Exposición Universal de París de 1889, los músicos del embargo, la música javanesa observa un contrapunto a cuyo lado
Lejano Oriente atrajeron a enormes multitudes: casi quinientos el de Palestrina no es más que un juego de niños. Y si escuchamos,
mil visitantes escucharon las interpretaciones de los actores y sin prejuicios europeos, el encanto de su 'percusión', hemos de
músicos vietnamitas venidos de Saigón, mientras que ochocien- constatar que la nuestra no es más que un ruido bárbaro de circo
tas setenta y cinco mil personas pagaron para ver a las bailarinas ambulante" (Cependant, la musique javanaise observe un contre-
y oír el gamelan de java. Entre los visitantes más famosos de point auprés duquel celui de Palestrina, n'est qu'un jeu d'enfant
estos eventos se encontraban Claude Debussy, Erik Satie, Jules Et si l'on écoute, sans partí pris européen, le charme de leur "per-
Massenet, Ernest Chausson y el joven Maurice Ravel. Pero, ¿qué cussion", on est bien obligé de constater que la nótre n'est qu'un
es lo que oyeron? ¿Y qué efecto tuvo esta música en sus propias bruit barbare de cirque forairí).
composiciones e interpretaciones? Con el cambio de actitud de Debussy empezamos a ver
Resulta casi imposible para nosotros —con nuestros oídos modificaciones en la recepción de música no occidental durante
del siglo xxi saturados de grabaciones en CD, música de cine y los las Exposiciones Universales. La alienación anterior expresada
sonidos que oímos en los restaurantes indios o chinos— situarnos por Berlioz da paso a una fascinación por lo desconocido, al
en el esquema mental de un oyente del siglo xix en Europa. En París menos en determinadas circunstancias. Estas músicas contaban
había música en abundancia: músicos callejeros, bandas militares, con diferentes medios expresivos de los de Occidente y podían
representaciones de ópera, conciertos y música para piano en los ofrecer nuevas sonoridades a los compositores occidentales
hogares. Pero se trataba casi exclusivamente de música tonal occi- para que expandieran sus paletas de sonido. Ni Debussy ni Ravel
dental. Una persona normal de clase media conocía canciones de ni, más tarde, Stravinsky ni Milhaud se acercaron a esta música
Gounod, arias de Massenet y música para piano de Saint-Saéns. desde una perspectiva etnomusicológica. La vieron más bien
Incluso músicos como Debussy, Ravel y Satie, que desplazaron como una oportunidad para enriquecer la música occidental al
las fronteras de la música de su tiempo, lo hicieron desde una subsumir mundos sonoros diferentes en los suyos. Lo mismo se
perspectiva occidental. Durante la década de 1880, los mayores aplica a buena parte de las apropiaciones de músicas exóticas
retos los planteó la música de Richard Wagner, por un lado, y la aun en décadas posteriores del siglo xx, incluso cuando el libe-

46 47
ORQUESTA Y CORO
Encuentros con lo desconocido Annegret Fauseí NACIONALES DE ESPAÑA

ralismo postcolonial y la aceptación posmoderna de la diferencia


empezaron a dejarse sentir.

Un ejemplo: música exótica en la Exposition universelle de 1889


La fascinación de Debussy por la Exposition univer-
selle de 1889 en París y por su mundo sonoro nos recuerda
que se trató de uno de los grandes acontecimientos políticos,
económicos y culturales de finales del siglo xix en Europa. Por
su gran relevancia puede servirnos como un ejemplo que nos
permita explorar en más detalle cómo los músicos y el público
en general respondieron a su encuentro con música "exótica"
que no habían escuchado previamente. La exposición fue un
evento espectacular. Atrajo a más de treinta millones de per-
sonas maravilladas y a 61.722 expositores, ya que el gobierno
Café en la rué du Cairo. Exposición Universal de 1889 (París).
Library of Congress (Washington)
de Francia invitó a que el mundo acudiera a París a mostrar
ejemplos de sus productos industriales, sus recursos natu-
rales y sus logros culturales. Un espectáculo superior a todo
lo conocido, la Exposition universelle de 1889 concentró un
cúmulo de superlativos: la torre de hierro más alta, la tecnolo-
gía más reciente, los pueblos más exóticos, el máximo número
de reconstrucciones históricas y la música más diversa jamás
escuchada. La Exposition universelle se ofrecía —en palabras
de la Guide bleu— como "una enciclopedia gigantesca, en la
que no se ha olvidado nada" (une encyclopédie gigantesque, oü
ríen n'a été oublié). Según Henry Fouquier, "la Exposición era
para mucha gente un auténtico viaje alrededor del mundo, más
rápido, menos fatigoso y menos costoso que la Vuelta al mundo
en ochenta días contada por el Sr. Verne [...]. ¡Cuántos días he
Casas japonesa y china en la exposición "Historia de la vivienda"
a los pies de la Torre Eiffel. Exposición Universal de 1889 (París). pasado así, lejos de París y en el propio París!" {VExposition
Library of Congress (Washington)
était pour bien des gens un véritable voyage autour du monde,

49
ORQUESTA Y CORO
Encuentros con lo desconocido NACIONALES DE ESPAÑA

plus rapide, moins fatigant et moins coüteux que le Voyage en como ídolos, bailan una danza simbólica" {Entrez avec moi
quatre-vingts jours raconté par M. Verne [...] Que de soirées au village java na is, au Kampong. La, aux sons du Gamelang,
j'ai passées ainsi, loin de París et a París mémef). Esta era una quatre toutes jeunes femmes, parees comme des idoles, dan-
forma segura de turismo excepto por las ampollas en los pies sent un ballet symbolique). Los escritores, pintores y músicos
cansados, los carteristas y, en algunos casos infrecuentes, las parisinos se unieron al aluvión de visitantes que se reunían, en
intoxicaciones alimentarias. días alternos, en el pequeño café-théatre (en el que cabían de
En contraposición a la experiencia unidimensional de cien a ciento cincuenta personas) situado dentro del poblado
leer literatura y relatos de viajes sobre famosos exploradores javanés. Aquí tomaban cerveza holandesa, sorbetes, chocolate
como Henry Stanley o Savorgnan de Brazza en los periódicos, caliente Van-Houten y disfrutaban con las bailarinas. El kam-
una visita a la Exposición era una experiencia que atrapaba pong Javanais constituía un mundo en sí mismo: una recreación
a todos los sentidos. Cuando se paseaba por la rué du Caire, vallada de un poblado sundanés, protegido por un gran portal
por ejemplo, con sus burros, sus vendedores ambulantes y sus flanqueado por dos minaretes. A la manera de un idilio pastoral,
cafés, se podía ver, oír, tocar, oler y sentir por uno mismo una ofrecía un paraíso preindustrial donde las mujeres decoraban
pequeña parte de Egipto. La música, leemos en una crónica batiks y los hombres hacían sombreros de paja. j
de mayo de 1889, estaba "en todas partes, rugiendo con igual El sonido musical constituía el primer encuentro de los
violencia en el escenario de los zíngaros, bajo las tiendas de visitantes con Java, incluso más allá de los confines del pobla-
los árabes, en las pintorescas barracas de Marruecos y Egipto". do, bajo el aspecto del angklung, cuyos músicos guiaban literal-
Escuchar estos sonidos constituía una experiencia ineludible y mente a los espectadores desde la entrada del complejo hasta
esencial que caracterizó la visita de todos los que acudían a la el lugar de la ejecución, un pabellón en una céntrica ubicación.
Exposítion universelle. Los tubos de bambú afinados del angklung proporcionaban
así una transición de la metrópoli occidental al mundo pastoril
Música javanesa debidamente cerrado dentro del cual podía mantenerse la ilu-
Pero no toda la música extranjera despertaba las mismas sión de viajar a una nueva cultura. La trayectoria física y estética
reacciones. Mientras que unas músicas eran recibidas con entu- del público estaba cuidadosamente orquestada. Una vez que
siasmo, otras seguían provocando sorpresa, desdén o —como los espectadores estaban instalados en las mesas con sus bebi-
en el caso de la música africana— rechazo. Quizá los intérpretes das, los sonidos del gamelan sustituían a los del angklung y
más celebrados de la Exposición Universal de 1889 fueron las anunciaban el comienzo del espectáculo. Un programa ¡lustrado
danseuses javanaises: "Entren conmigo al poblado javanés, al informaba a los "visitantes temporales al misterioso reino de la
Kampong", invita Camille BenoTt a sus lectores. "Allí, con los danza javanesa" que estaban a punto de ser testigos de la más
sonidos del Gamelang, cuatro mujeres jovencísimas, ataviadas exquisita interpretación de toda la Exposición. Cuando el game-

50 51
Encuentros con lo desconocido Annegret Fauser
ORQUESTA Y CORO
NACIONALES DE ESPAÑA

lan empezaba la primera pieza, las cuatro bailarinas se levan-


taban lentamente y daban comienzo a la ceremoniosa danza.
Su danza representaba un episodio de la epopeya japonesa
Damarwulan, en la que el héroe intenta rescatar a dos princesas
cautivas de su enemigo, Menakjinggá. Los espléndidos trajes
y joyas, el minucioso maquillaje, las poses controladas tanto
antes como durante las danzas, todo ello unido a la juventud
y la exótica belleza de las bailarinas, creaban un espectáculo
que mantenía al público hechizado, mientras "la espuma de la
cerveza desaparecía y el sorbete se deshacía bajo las distraídas
cucharas", como recordaría once años después Judith Gautier.
La danza de las cuatro tandak era recibida como una
expresión estilizada, aristocrática y refinada de un arte antiguo,
y el mundo exótico del espectáculo javanés se convertía en un
Poblado javanés. Exposición Universal de 1889 (París).
Library of Congress (Washington) lugar al que poder escaparse desde el moderno París en busca
de un mundo de exquisito primitivismo. La intemporalidad ima-
ginada del Lejano Oriente se convirtió en un antídoto contra la
lucha por el progreso en el París metropolitano. Palabras como
"sueño", "símbolo" e "ídolo hierático" pasaron a ser ingredientes
obligatorios de la recepción por parte de la prensa, que a su vez
condicionaba la actitud del público en un bucle que se retroa-
limentaba. Se iba al kampong Javanais a experimentar "sensa-
ciones penetrantes y desconocidas" y a "respirar un nuevo aire
impregnado de exótico perfume". El gamelan proporcionaba el
telón de fondo acústico para una exótica pastoral con su "armo-
nía extraña y confusa. Susurros, murmullos, el rumor de un árbol
acariciado por el viento, gotas de lluvia [...] nada que no fueran
sonidos de la naturaleza y una melodía que queda siempre fuera
Artesanos confeccionando sombreros de paja en la puerta de la casa javanesa de nuestro alcance". Era, como lo expresaría Saint-Saéns, "una
del poblado javanés. Exposición Universal de 1889 (París).
Library of Congress (Washington) música onírica que había hipnotizado verdaderamente a algunas

53
ORQUESTA Y CORO
NACIONALES DE ESPAÑA

personas". El hecho de que las cuatro bailarinas procedieran de


I la corte principesca de Surakarta no hacía más que incrementar
la fantasía de conseguir atisbar un mundo escondido de una
I belleza exótica y misteriosa, a pesar de que, como observó el
escritor simbolista Joris-Karl Huysmans de una manera inequívo-
I camente parisina, estas diosas tuvieran los pies sucios...

I El Théatre Annamite
I La exquisita experiencia en el kompong Javanais con-
trastaba con las enérgicas y ruidosas interpretaciones en el
I teatro vietnamita, que fueron percibidas como el "archicolmo del
I archiexotismo" {archi-comble de l'archi-exotisme). A partir de pri-
I meros de junio, una compañía de treinta y cuatro actores y músi-
I eos actuaban todos los días en un teatro con capacidad para unos
Teatro anamita. Exposición Universal de 1889 (París).
Library of Congress (Washington) I quinientos espectadores, cuyos componentes habían llegado de
I Saigón. El decorado del interior de la sala, con sus ricos colores y
I esculturas, era suntuoso y, al igual que las bailarinas javanesas,
I los actores vietnamitas asombraron a los parisinos con el esplen-
I dor de su vestuario que, como señaló un comentarista, harían
I sentir envidia a cualquier belleza parisina. Estas actuaciones des-
I pertaron casi tanta atención como las danzas javanesas, a pesar
I de que su recepción resultó ser diferente. En concreto, oír los ver-
I daderos sonidos musicales de Indochina demostró ser toda una
I conmoción para los oídos parisinos y para otros oídos occiden-
I tales, que habían pasado a asociar la música de esta zona —si
i es que llegaban a relacionarla con algo— con los sonidos de la
I Rhapsodie cambodgienne de Bourgault-Ducoudray. El "guirigay
I anamita" {charivari annamite), como pasó rápidamente a deno-
I minarse (recuperando así el término de Berlioz), fue recibido en
Actores del teatro anamita. Exposición Universal de 1889 (París).
Library of Congress (Washington) I el mejor de los casos con una total falta de comprensión, y en la
55
I
i
ORQUESTA Y CORO
Encuentros con lo desconocido A n n e g r e t Fause, NACIONALES DE ESPAÑA

mayoría de las casos con un rechazo feroz. Parece, sin embargo, avec des contorsions exaspérées,des cris de bétes qu'on égorge,
como s¡ el aparente "espanto" de la interpretación constituyera tandis que les seconds redoublent de rage sur leurs tam-tam et
una parte fundamental de la atracción exótica que despertaba el sur leurs peaux de zébres tendues a crever. II en resulte un tapage
teatro vietnamita, percibido como un espectáculo de lo grotesco infernal). Es, sin embargo, Jules Lemaítre el merecedor del premio
y no de lo exquisito. a la descripción más truculenta de la música en su artículo apare-
Esto también afectó a la recepción de la música. En con- cido en la primera página de Le Fígaro: "Música de torturadores,
traste con el gamelan javanés, cuya afinación y sistema de esca- hecha para acompañar la agonía de los prisioneros a quienes se
las estaba lo suficientemente cerca de las tonalidades occidenta- ha introducido palillos puntiagudos debajo de las uñas, o a los
les como para sonar vagamente tonal con dejos pentatónicos, la que se ha metido la cabeza en una jaula herméticamente cerrada,
música de Vietnam sonaba fuertemente disonante para los oídos con una rata dentro, una preciosa rata de dientes puntiagudos
occidentales. Cuando se lee la prensa general se tiene la impre- para roerles los labios, la nariz, los ojos, lentamente, tomándose
sión de que los periodistas participaban en un concurso para ver su tiempo..." (Musique de tortionnaires, faite pour accompagner
quién podía escribir la condena más injuriosa. Émile Goudeau l'agonie des prisonniers a qui l'on a enfoncé des roseaux pointus
pensó que los músicos acompañaban el texto "con sonoridades sous les ongles, ou dont on a introduit la tete dans une cage
horribles e ininterrumpidas capaces de descuajeringar sin espe- hermétiquement cióse, laquelle contient un rat, un joli rat aux
ciales medios el cráneo de un paquidermo" (par d'effroyables et dents pointues pour vous grignoter les lévres, le nez, les yeux,
continúes sonorités capables de démantibuler sans ressource lentement, avec des pauses...).
appréciable le crane d'un pachyderme). Tras caracterizar el grupo
musical como "el más terrible guirigay de solos de cacerolas con Desilusión orientalista
acompañamiento de tambor, de platillos y de bocinas de tran- La exposición más visitada de la Exposition universe-
vías" (le plus effroyable charivari de solos de casseroles avec lle fue la rué du Caire, con sus edificios enviados por barco
accompagnement de tambour, de cymbales et de comes de tra- desde El Cairo, y sus burros, vendedores ambulantes e imán,
mways), Hippolyte Lemaire escenificó la interrelación de actores además de sus cafés-concerts en ambos extremos de la calle.
y músicos como una contienda para ver quién hacía más ruido: Esta calle llevaba a París un trozo aparentemente "auténtico"
"Es una lucha: los primeros se esfuerzan por dominar la algara- de El Cairo. De hecho, como señalaban las guías y los críticos,
bía emitiendo, con contorsiones exasperadas, gritos de bestias la reproducción en el Champ de Mars estaba ostensiblemente
degolladas, mientras que los segundos redoblan terriblemente su más cerca de los paisajes urbanos de la época de los califas
rabia sobre sus tam-tam y sus pieles de cebras tensadas hasta el que del moderno Egipto de finales del siglo xix. Al igual que
límite. Todo se traduce en un estrépito infernal" (Cest une lutte: el kampong Javanais, la rué du Caire ampliaba una invitación
les premiers s'efforcent de dominer le brouhaha en poussant, a dejar atrás los tiempos modernos del progreso industrial

56 57
ORQUESTA Y CORO
Encuentros con io desconocido NACIONALES DE ESPAÑA

para cambiarlos por un mundo perdido de fantasía pastoral En un editorial para el periódico más leído, Le Petit Journal, el
situado en la época del califa arquetípico pero ficticio Haroun- anónimo autor captaba la tensión entre los aspectos visual y
Al-Raschid. Como escribió Judith Gautier, "uno se cree trans- sonoro de la experiencia de la danza oriental:
portado verdaderamente a Oriente sobre la alfombra mágica
Gérard de Nerval declaraba que imaginamos el paraíso al ver dan-
de Las Mil y una Noches" {on se croit transporté vraiment
zar a las almeas. Este sueño pueden regalárselo los visitantes de
en Orient par le tapis magique des Mi lie et une Nuits). La
la Exposición un número considerable de veces en un mismo día, a
experiencia sensual de Egipto ya dejaba de estar mediada condición de no haber quedado saciados tras el primer espectáculo.
por un cuadro bidimensional, una crónica de periódico o una Tanto en la Esplanade des Invalides como en la rué du Caire hay, en
representación operística, sino que podía experimentarse en efecto, siete u ocho conciertos egipcios, marroquíes, argelinos o
tunecinos; en todos son las danzas de las almeas los que constituyen
muchas de sus facetas tangibles, desde el café árabe a las
la base del espectáculo. Un concierto africano se reconoce de lejos;
almeas danzantes. La rué du Caire era una fantasía orientalista
antes incluso de haber distinguido claramente esa casa mora, ese
hecha realidad, ¿o era real? minarete o esa tienda hecha de alfombras de Oriente que se perfilan
La principal atracción de estas actuaciones era la danza a una cincuentena de metros, se oyen salir extraños sonidos por las
del vientre, que "habría de reencontrarme luego por todas aberturas de los mucharabíes, por los resquicios de las ventanas, por

partes, en los cafés de la rué du Caire, en el zoco tunecino, en el intersticio de las puertas; música extraña, a un tiempo chillona,
monótona y melancólica, es la nuba, el acompañamiento obligatorio
la Esplanade des Invalides, y que durante varios meses parece
de las almeas, que no consentirían danzar con ninguna otra orquesta.
haber enloquecido a los parisinos e hipnotizado a los visitantes
Hay que resignarse a oír a una si se quiere ver la otra, y merece la
de la Exposición" {queje devais retrouver partout ensuite, dans pena verlas.
les cafés de la rué du Caire, au Souk tunisien, a l'Esplanade des
Invalides, et qui pendant plusieurs mois semble avoir affolé les Con gusto retórico, el autor resaltaba la disonancia
Parisiens et hypnotisé les visiteurs de l'Exposition), en palabras entre lo visual y lo acústico, ya que incluso antes de que
de Arthur Pougin. Unos dos mil visitantes de promedio acudían veamos los detalles de los lugares exóticos oímos la extraña
diariamente a los diversos cafés a contemplar el espectáculo. música, y para disfrutar de la vista uno se ve obligado a sopor-
Sólo el café egipcio recaudó más de medio millón de francos. tar el sonido. En contraste con las descripciones del gamelan
Pero mientras que la danza del vientre mantenía los cafés llenos javanés —que se percibía generalmente como algo que refor-
y a los periodistas ocupados, también se convirtió en el centro zaba el sueño exotista en vez de destruirlo — , las de la música
de lo que podría llamarse la "desilusión orientalista". Al igual árabe eran casi sistemáticamente negativas. Los escritores
que sucedía con la vietnamita, la música rompía el sueño sen- la describían como monótona, defectuosa, bárbara, fuerte y
sual orientalista porque molestaba con sonoridades que a los discordante, tildando con frecuencia los sonidos de "ruido" y
oídos occidentales les parecían fuertes, nasales y "bárbaras". no de música.

58 59
ORQUESTA Y CORO
Annegret Fauser NACIONALES DE ESPAÑA

I Consecuencias
I Cuando la Exposition universelle de París concluyó en
I noviembre de 1889, su música desapareció de Europa junto con
I sus músicos. Pero fue un acontecimiento legendario que había
I dejado impresiones indelebles en sus visitantes, ya fueran músi-
I eos como Claude Debussy o escritores como Judith Gautier, cuyo
I Livre de Jade habría de ser la fuente de Die chinesische Flote de
I Hans Bethge, un volumen de poemas del que Gustav Mahler eligió
I los textos para su Das Lied von der Erde. Por su parte, Debussy
I no intentó transcribir lo que oyó en la Exposition universelle. Más
I bien se apropió de conceptos estructurales y procedimientos
I compositivos, como la estratificación horizontal de texturas que
I había oído en la música para gamelan, y los integró en las estruc-
I turas musicales de la composición occidental. Esto es perceptible
Bailarinas javanesas en el poblado javanés. Exposición Universal de 1889 (París). I no sólo en canciones como En sourdine, sino también en obras
Library of Congress (Washington)
I más extensas, incluso en Pelléas et Mélisande.
I Después de que los músicos del Lejano Oriente se hubieran
I convertido en el exótico indicador de éxito para una Exposición
I Universal, los intérpretes pasaron a ser una de las atracciones
I esenciales de estos acontecimientos. En 1900, la cima de la
I interpretación exótica fueron los músicos, actores y bailarines
I de japón. Los espectáculos de música y danza exóticas eran, de
I hecho, tan esenciales para el triunfo de una Exposición como los
I inventos industriales. Lo cierto es que seguían representando un
I idílico y pastoral contramundo ante la creciente mecanización
I del progreso industrial y científico. En la Exposición Universal
I de 1900, la presencia cada vez mayor de música exótica fue una
Gamelan y bailarines Topeng en la Exposición Universal Colombina de 1893 (Chicago). I herramienta de márketing. Shéhérazade (1903) de Maurice Ravel
Library of Congress (Washington)
I fue sólo una de las obras que reflejaron la proliferación del exo-
I tismo musical en la música occidental que surgió de estos even-

I 61
ORQUESTA Y CORO
Encuentros con lo desconocido A-* •
NACIONALES DE ESPAÑA

tos. En Estados Unidos, en la Exposición Universal Colombina es el Otro exótico en su composición, si los elementos musicales
de 1893 celebrada en Chicago y en la Exposición Universal de St occidentales, o los orientales.
Louis en 1904, las interpretaciones exóticas incluyeron también En las décadas entre 1851 y 1937, las Exposiciones
música de afroamericanos y de los nativos americanos. En el Universales habían proporcionado una puerta de entrada para la
período de entreguerras, exposiciones como la de París en 1937 interpretación de música no occidental en Europa. Especialmente
y Nueva York en 1939 parecen ser los últimos vestigios de la ¡dea antes de la llegada del gramófono, constituyeron la única posi-
universalista que se había celebrado con tanto orgullo en 1889. bilidad de que millones de europeos escucharan la música de
Tras haber dejado de ser una "enciclopedia" de todo lo conoci- países lejanos. Estas interpretaciones se ubicaban generalmente
do para el hombre, las Exposiciones Universales tradicionales en un espacio que reflejaba visualmente el entorno interpretativo
pasaron a ser cada vez más obsoletas. Y tras la Segunda Guerra original, creando una sensación de autenticidad que constituye
Mundial, con la ideología del progreso industrial amenazada, la parte del atractivo. En la Exposición podía escucharse música
globalización de la industria turística y una conciencia postco- de Java o Japón, podían verse su arquitectura y objetos artís-
lonial cada vez mayor, lo exótico —algo tan prominente en otro ticos incluso al tiempo que se comían y bebían sus productos.
tiempo en estos eventos— había perdido su razón de ser. Debido Parques temáticos avant la lettre, estas exposiciones crearon en
a la mayor conciencia política del público, los organizadores ya sus paisajes sonoros un reflejo acústico de las espectaculares
no podían simplemente mostrar culturas "exóticas" junto a pro- realidades presentadas en el contexto de estos eventos. De un
ductos industriales, al tiempo que, por su parte, los medios de modo muy diferente del que Wagner jamás concibiera, la músi-
comunicación —especialmente la televisión— se habían hecho ca en estas representaciones se había convertido en parte de
con el control de la distribución globalizada de información. una Gesamtkunstwerk comercial que representaba cada cultura
La música refleja estos cambios muy poderosamente. nacional como una mercancía a ojos de los millones de visitantes,
Mientras que Das Lied von der Erde de Mahler y Shéhérazade de tanto de Europa como de países más lejanos.
Ravel integran indicadores musicales de exotismo en su ámbito
musical profundamente occidental —del mismo modo que los
músicos de Java acudieron a las exposiciones en el centro de
París como parte del consumo cultural europeo — , los composito-
res posteriores problematizaron estas apropiaciones directas. En
The Prince of Pagodas (1957) de Britten encontramos una rela-
ción más rota con el Otro exótico, reflejo de una Gran Bretaña tras
el fin del Imperio, y Toru Takemitsu volvió las tornas sobre lo que
se concibe convencionalmente como exótico: no está claro qué

62 63

Vous aimerez peut-être aussi