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EDICIONES MORATA, S. A;
M ejía Lequerica, 12. 28004 - Madrid
CAPITULO VIII
II
Introducción
Ei estudio de la muchedumbre se basa en una contradicción.
Por una parte, los fenómenos de masas constituyen un reto para la
psicología social. Los estudios de los acontecimientos de masas
han revelado características conductuales complejas. No sólo se
trata de una conducta espontánea y sin liderazgo aparente, sino
que muestra también pautas y límites ciaros. Es más, estas pautas
tienen sentido social: son inteligibles en cuanto aplicación de siste
mas ideológicos de comprensión a circunstancias concretas del
mundo real. Por tanto, ei resto consiste en explicar cuántas perso
nas pueden actuar conjuntamente, actuar de maneras significati
vas, desde el punto de vista social, aunque sin planificación ni co
ordinación formal algunas. Se trata de explicar la "socialidad es
pontánea" de la acción de la masa.
El reto es especialmente significativo en el sentido de que para
explicar el modo en ei que la conducta del miembro de la muche
dumbre muestra una forma ideológica, es preciso especificar cómo
la cognición humana puede estructurarse soclalmente. En otras pa
labras, la naturaleza de la acción de masas demuestra la necesidad
236 Redescubrir el grupo social
Gustave Le B on y el nacimiento
de la psicología de masas
Trad esp.: Psicología de las masas, (2a ed), Madrid, Morata, 1986 (A/, del E.).
240 Redescubrir *4 grupo social
Estudios experimentales
principales.
El primero es que, cuando la atención deja de centrarse en el
yo a causa de ia inmersión en el grupo y dei anonimato, desapare
cen las normas que suelen controlar la conducta. Esta afirmación
se basa en ei segundo supuesto: el modelo Individualista del yp. Se
considera que el yo es una propiedad única del individuo y, por
: tanto, si se aparta ia atención del yo-como-individuo, la única alter
nativa es el no yo y, así, desaparece la base de las normas conduc-
tuales.
| El concepto de identidad social provoca la ruptura radical con
I ia tradición de ia deslndividuación. introduce ia posibilidad de que
I las condiciones que apartan la atención de los aspectos persona-
I les dei yo la reorienten hacia los aspectos sociales dei yo, hacien-
I do sobresalir las bases sociales del control conductual. Es, pues,
I obligado ei examen más pormenorizado dei modo en que ias con-
I diciones "desindividuaiizadoras" manipulan la saliencia de ias dis-
1 tlntasidentldades-— _ — ______ _— ___ _— ............. .
I La ceguera teórica de la investigación sobre ia desindividua-
] ción respecto a ias dimensiones sociales de la identidad se refle-
I ja, en el plano metodológico, en una insensibilidad al contexto so-
I cial en el que se manipula la identificabilidaó. Esto ha llevado a dos
I modos diferentes de operativizar ia desindividuación. En unos ca-
I sos significa sumergir al individuo en un grupo de modo que indivi
duo y grupo sean Indistinguibles. En otros, significa ei anonimato
i visual provocado por la vestimenta o la baja intensidad luminosa.
No obstante, hay que esperar que la ’‘deslndividuación por inmer
sión" y la "deslndividuación como anonimato" produzcan efectos
muy distintos en la saliencia de la identidad social.
Los efectos de la inmersión son ciaros. Cuando los individuos
entran a formar parte de un grupo y su conducta deja de ser signifi-
cativa salvo como parte de la respuesta colectiva, la saliencia de la
identificación social pertinente y, por tanto, la conformidad con las
normas del grupo, aumenta. Los efectos pronosticados del anoriP
j mato son más complejos y dependientes dei contexto. Ei anonima-
j to en una situación intergrupai disminuye las diferencias visibles in-
] tragrupales e Incrementa las diferencias Visibles intergrupales. Su
] consecuencia es la acentuación de los límites de grupo y, por tan-
I to, el aumento de la saliencia de ia identidad de grupo y de fas con-
| ductas basadas en la identidad. Ai revés, cuando los individuos no
■ están en grupos, sino entremezclados, mantenerlos en el anónima
254 Redescubrir el grupo social
El estudio de campo
FIGURA 0.1. Plano de St. Pauls [tom ado de Reicher, S.D. (1984), «The St. Pauls
Riot: An explanation of the lim its of crowd action in term s of a social identity mo
del». Europea Journal o f Social Psychology, 14, 1-21. Reimpreso con permiso de
John Wiley and Sons Ltd.]
Conducta da m « u com o acción social 263
Conclusión
La evidencia empírica demuestra que la teoría de ia categori
zación social sirve para explicar la conducta de masas. Los estu
dios experimentales ilustran la viabilidad explicativa y la significa
ción de los procesos de identidad social para la Influencia social, y
el estudio de campo muestra que la teoría puede explicar las ca
racterísticas de un hecho concreto de masas. En especial, y en
a contraste con las psicologías anteriores de la muchedumbre, es
/] capaz de explicar la paradoja central de la masa: cómo se rige la
J! conducta para convertirse en una reacción compleja y significativa
a circunstancias sin precedentes sin una dirección manifiesta. Ade
más, la capacidad de los procesos de identidad social para dar
cuenta de la socialidad espontánea de la masa se hace posible por
la irreductible socialidad del concepto mismo. Éste reconoce la for
ma social de la conducta colectiva sin considerarla sólo como un
constructo de hechos intra o interindividuales porque la dimensión
social ni está separada de los aspectos de la cognición humana in
dividual ni es secundaria respecto a ésta.
Por tanto, afirmamos que la teoría de la identidad social del
grupo proporciona un fundamento adecuado para desarrollar una
Conducta da maaa com o acción «ociaJ 271