La dictadura cívico-militar que se estableció en el país luego del 11 de septiembre de 1973

dejó, indudablemente, huellas significativas en las diversas esferas que componen la vida
nacional. Sobre esto, bastante se ha hondado respecto a lo político, económico y jurídico se
refiere, por cuestiones obvias y, tal vez, muchas veces de propia subsistencia. Sin embargo,
una arista que solo liminalmente ha sido explotada es la concerniente a lo cultural. Ante la
pregunta por la realidad de esta esfera durante los años de la dictadura, la respuesta más
extendida, tanto entre académicos como público general, ha sido la del apagón cultural.
Obviamente, dicha respuesta remite a un cese o inexistencia de actividad alguna de este
tipo, cuestión difícilmente posible. El apagón cultural, más que una respuesta acertada
sobre lo que atravesaba el país, debe ser entendido como una crítica de los opositores a la
dictadura, la cual rápidamente se extendió incluso entre sus adherentes, dados los
considerables pesares por los que atravesó esta esfera de la vida nacional durante estos
años.

Es por ello que la presente investigación ahonda en esto, en la realidad de la esfera

cultural durante la dictadura, entre 1973 y 1982. Con esto se pretende problematizar sobre
el ya mencionado apagón cultural, sin por ello negar toda la verdad que éste contiene,
puesto que la cultura estuvo lejos de brillar durante estos años. Sin embargo, lo cierto es
que tampoco se extinguió. Tomando esto como punto de partida, esta investigación
profundiza en las raíces de la dictadura, en su forma de pensar y operar en la cultura, así
como en los distintos periodos que ésta atravesó y las políticas culturales que intentó
implantar en el país. Como ya se puede asumir, esta investigación opta por una perspectiva
novedosa al respecto, realizando su quehacer desde un estudio crítico desde una óptica
eminentemente oficialista, develando la complicada relación entre la cultura y la dictadura.

Si bien, la dictadura ha sido estudiada largamente por la historiografía y otras

disciplinas durante los últimos años, son pocos los estudios sobre su relación con la cultura.
De hecho, gran parte de éstos se colocan desde la vereda de la oposición política a ésta y
perpetuan la respuesta del apagón cultural. Asimismo, son pocos los estudios que registren
de manera sistematica los cambios que provocó la dictadura en la cultura y menos aún los
que