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CIENCIAS SOCIALES

Las ciencias sociales agrupan a todas las disciplinas científicas cuyo objeto de estudio está vinculado a las actividades y el
comportamiento de los seres humanos. Las ciencias sociales, por lo tanto, analizan las manifestaciones de la sociedad, tanto
materiales como simbólicas.
De ahí que, por ejemplo, de manera general sea frecuente que se utilice el término ciencias sociales como sinónimo de
ciencias humanas.
Podría decirse que estas ciencias estudian aquello que no es incumbencia de las ciencias naturales. Las personas tienen
conciencia y la capacidad de desarrollar representaciones abstractas que influyen en su comportamiento. Por eso la
interacción social está regida por diversas reglas y normas supuestas; las ciencias naturales, en cambio, trabajan con objetos
fácticos y utilizan el método científico con mayor rigurosidad. Las ciencias sociales, en general, no pueden postular leyes
universales.
En la actualidad tenemos que subrayar que las ciencias sociales se han convertido en parte fundamental de la educación en
cualquier país. Así, en España, por ejemplo, los estudiantes de la Educación Primaria y de la Educación Secundaria tienen
asignaturas que versan sobre aquellas.

La investigación Social
La investigación social se define como el proceso que, utilizando el método científico, permite obtener nuevos conocimientos
en el campo de la realidad social (investigación pura) o que permite estudiar una situación social para diagnosticar
necesidades y problemas a los efectos de aplicar los conocimientos con finalidades prácticas (investigación aplicada). Los
primeros en utilizar el método científico en las ciencias sociales fueron los economistas del siglo XIX, como por ejemplo, Karl
Marx, Cournot y Walras.
Objetivos de la investigación social
El objetivo de la investigación social es el de conocer la opinión del ciudadano en aspectos concretos de su entorno, hábitat y
vida cotidiana, a fin de localizar necesidades, problemas, deficiencias y preferencias que puedan orientar hacia la acción.
Para concretar el objetivo general, las preguntas fundamentales que serán objeto de nuestro interés, se basan en hábitos
ciudadanos y opinión sobre situaciones concretas referidas al medio en el que habitan y la gestión municipal. Teniendo en
cuenta las limitaciones que impone el propio método (estudio cuantitativo mediante encuesta) y buscando en todo momento
recoger la información más relevante, se han escogido los siguientes objetivos específicos Como objetivos
específicos podemos resaltar:
 a) Conocer la opinión del ciudadano sobre su entorno inmediato.
 b) Preferencias educativas en materia ambiental.
 c) Motivación orientada a la participación.
 d) Percepción de sectores económicos más importantes de su entorno.
 e) Conocimiento de la zona de residencia más valorada por el ciudadano.
 f) Valoración de problemas según la zona de residencia.
 g) Preferencias en el empleo de su tiempo de ocio.
 h) Hábitos de movilidad urbana.
Todo lo anterior se estudia tanto en el global de la población, como diferenciando por distritos (ver mapa en encuesta), afín de
detectar diferencias significativas que se relacionen con esta variable territorial.
Metodología de la investigación
La metodología de la investigación es una disciplina de conocimiento encargada de elaborar, definir y sistematizar el conjunto
de técnicas, métodos y procedimientos que se deben seguir durante el desarrollo de un proceso de investigación para la
producción de conocimiento.
Orienta la manera en que vamos a enfocar una investigación y la forma en que vamos a recolectar, analizar y clasificar los
datos, con el objetivo de que nuestros resultados tengan validez y pertinencia, y cumplan con los estándares de exigencia
científica.
La metodología de la investigación, en este sentido, es también la parte de un proyecto de investigación donde se exponen y
describen razonadamente los criterios adoptados en la elección de la metodología, sea esta cuantitativa o cualitativa.
Metodología cuantitativa
La metodología cuantitativa es aquella empleada por las ciencias naturales o fácticas, que se vale de datos cuantificables a los
cuales accede por observación y medición.
Para su análisis, procede mediante la utilización de las estadísticas, la identificación de variables y patrones constantes. Su
método de razonamiento es deductivo, para lo cual trabaja con base en una muestra representativa del universo estudiado.
Metodología cualitativa
La metodología cualitativa es aquella empleada para abordar una investigación dentro del campo de las ciencias sociales y
humanísticas.
Como tal, se enfoca en todos aquellos aspectos que no pueden ser cuantificados, es decir, sus resultados no son trasladables a
las matemáticas, de modo que se trata de un procedimiento más bien interpretativo, subjetivo, en contraposición con la
metodología cuantitativa.
Su método de razonamiento es inductivo: va de lo particular a lo universal. En su caso, se accede a los datos para su análisis e
interpretación a través de la observación directa, las entrevistas o los documentos.

SISTEMA NATURAL Y SOCIAL.


El actual modelo de desarrollo, correspondiente a la sociedad industrial avanzada, se manifiesta como parte de una estrategia
adaptada particular, que ha logrado universalizarse en el planeta, poniendo en peligro la conservación de la biosfera y por
ende la supervivencia de la especie humana. Este hecho se constata con el surgimiento y agudización de la problemática
ambiental actual que se expresa, para citar solo algunos de los problemas más publicitados, por ejemplo en: calentamiento
global, imposibilidad de manejo de toda clase de desechos tóxicos que se puede observar en el avance de la contaminación a
todos los niveles, destrucción de la biodiversidad en todas sus expresiones, reducción de la oferta natural en general y de
elementos vitales como suelo, agua, aire y alimentos, crisis energética, encarecimiento de los costos de vida y reducción de la
calidad de la misma, etc.
La dinámica del actual modelo de desarrollo imperante está alimentada por el consumismo y el productivismo inherentes al
sistema económico dominante basado en el crecimiento indiscriminado. La insostenibilidad de este modelo de desarrollo ha
sido soslayada con estrategias como la colonización y la guerra o paliativos de carácter instrumental, pero los limites, han sido
ya claros desde hace algunos años; imponiéndose la necesidad de una reconversión tanto tecnológica como organizacional y
cognoscitiva que permita entrar en el tercer milenio con una nueva cultura basada en otros modelos de desarrollo. Esta es la
utopía, que refleja el nuevo paradigma del desarrollo sostenible, la realización de la misma se impone pero implica un
complejo proceso social.
Con esta introducción se quiere abrir el espacio para estudiar las condiciones de posibilidad de nuevos modelos de desarrollo
señalando brevemente algunas claves de lectura que se consideran de utilidad para entender esta situación.
Social
La parte social Relación social puede referirse a una multitud de interacciones sociales, reguladas por normas sociales, entre
dos o más personas, teniendo cada una posición social y realizando un papel social. Resultado de la relación hay una
modificación de la conducta. En jerarquía sociológica, las relaciones sociales están más avanzadas que el comportamiento,
acto social, comportamiento social, contacto social e interacción social. Las relaciones sociales forman la base de conceptos
como organización social, estructura social, movimiento social y sistema social.
Natural
La parte natura la parte biótica está compuesta por los animales, las plantas y los microbios. La base abiótica lo está por la
materia orgánica y subproductos de la actividad orgánica y de los procesos de descomposición, más elementos inorgánicos,
como el agua, el anhídrido carbónico, el oxígeno, los carbonatos, los fosfatos y, finalmente, una serie de factores físicos y
gradientes, tales como la radiación solar, la temperatura, la humedad, los vientos, etcétera. En conclusión: La interacción del
ser humano con el sistema natural y social El sistema natural precede al hombre y al sistema social en miles de millones de
años y está formado por una parte viva (biótica) y otra no viva (abiótica), que le sirve de base y sustento. Nosotros
necesitamos de ambas relaciones, aunque las sociales han cambiado poco a poco y le hacen más daño al planeta. Por otra
parte hemos descuidado la interacción natural la hemos dejado a un lado por las nuevas tecnologías y eso afecta al planeta.

MEDIO NATURAL
El entorno natural de nuestro municipio constituye el escenario de todos los patrimonios asociados, tanto naturales
como culturales, que se incluirán en este paisaje y que forman parte de la historia del territorio y de la identidad de
Rubí. El valor de preservación de los espacios naturales viene dado por la escasez de espacios biodiversos en la zona y
por la presión antrópica a la que están sometidos.
La Sierra de l’Oleguera, el Tros Gros y Can Balasc configuran un sistema ecológico que hay que preservar ya que es
un espacio de conexión con la riera de Rubí. Otros espacios como los llanos de Can Xercavins, San Muç, la Sierra de
Can Guilera o la de Penjallops tienen también un interés local y complementario a escala supramunicipal.

Hay que mencionar también los impactos sobre el medio natural derivados de las actividades extractivas, las actividades
hortícolas de carácter marginal, las protourbanitzacions y las líneas eléctricas.
INDEPENDECIA DE CENTRO AMÉRICA
La Independencia de Centroamérica fue un proceso político que derivó en la independencia de las provincias anteriormente
pertenecientes a la Capitanía General de Guatemala de la Monarquía Hispánica. Antes de nada decir que hubo varias
independencias previas a las independencias propias de cada una de las provincias que conformaron los actuales estados
centroamericanos.
En ninguna de esas independencias hubo guerras ni enfrentamientos. La primera independencia, la de 1821 se realizó con la
aprobación del capitán general de Guatemala y las demás por propia decisión sin necesidad de armas, hasta la guerra civil de
1827 que enfrentó a las distintas provincias.
Conspiraciones previas
El 5 de noviembre de 1811 se produjo un primer intento de rebelión liberal en El Salvador. Creado y organizado por un par de
curas y los criollos Juan Manuel Rodríguez y Manuel José Arce con el objetivo de apoderarse de las armas y el dinero de las
arcas reales para armar y financiar su levantamiento. Pero este movimiento no contó con el apoyo popular por lo que fueron
reducidos fácilmente y encarcelados.
Un par de años después, el 24 de diciembre de 1813, se produjo la Conjuración de Belén que fue descubierta y desactivada
por las autoridades. Las reuniones clandestinas se celebraban en la celda prioral del Convento de Belén y eran organizadas
por fray Juan Nepomuceno de la Concepción.
La Independencia tranquila
Hasta 1818 el capitán General de Guatemala fue José Bustamante y Guerra que fue implacable con los independentistas y los
liberales. Fue sustituido por Carlos Urrutia, un hombre de carácter débil que se dejó llevar por los secesionistas. En esos
momentos en México terminó la guerra de independencia mexicana con la implantación del Plan de Iguala por Agustín de
Iturbide. Las autoridades españolas en Guatemala no supieron bien qué hacer y bajo la presión de los criollos
independentistas Carlos Urrutia fue depuesto y entregó el poder al militar Gabino Gaínza, bien visto por las élites
guatemaltecas que deseaban la independencia pero manteniendo las estructuras de poder y económicas ya existentes. Gaínza
convocó una junta de notables el 15 de septiembre de 1821 en la que se tenía que discutir el estado de agitación en que se
encontraba la región y analizar las consecuencias de una independencia. Tras los debates se procedió a redactar el acta de
independencia y se fijaron las bases del nuevo régimen siendo Gabino Gainza el presidente a todos los efectos trabajando en
coordinación con la Junta Provisional Consultiva.
Tras esta declaración surgió la idea de unirse al Primer Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide y así se hizo pero varias
provincias protestaron y al año siguiente, el 1 de julio de 1823, se volvió a declarar la independencia de España y ahora
también de México y se fundaron las Provincias Unidas del Centro de América bajo la presidencia del presbítero José Matías
Delgado. Se creó una bandera y un escudo para el nuevo estado.

Economía y calidad de vida


En nuestro mundo convive la ostentación más despilfarradora con la necesidad más apremiante. Mientras esto ocurre, el
planeta Tierra se encamina a velocidad de vértigo hacia una degradación de magnitudes incalculables. El ritmo de deterioro
ecológico y social que estamos experimentando a escala planetaria exige que nos preguntemos con urgencia qué entendemos
por una vida buena, pues no parece que podamos asumir como “buenos” los actuales estilos de vida que niegan a la mayoría
el presente y a la humanidad su futuro. Preguntarse acerca de la vida buena significa, en la práctica, indagar en los
determinantes que permiten tanto el mantenimiento de la vida humana como su florecimiento y calidad.
La calidad de vida se presenta como un concepto cardinal en la evaluación de una sociedad, así como de sus políticas públicas
y su legislación social. Sin embargo, el significado de esta expresión no siempre resulta claro. Hay quien lo presenta como
sinónimo de producción y consumo y, a partir de ahí, da por hecho una correlación positiva con la renta y la riqueza.
Conclusión: disfrutarán de una mayor calidad de vida aquellos que sean más ricos. Pero nuestra sabiduría nos hace resistirnos
a una conclusión tan precipitada. Si tuviéramos que dar razones de lo que representa para cada uno de nosotros la expresión,
seguramente hablaríamos de otras muchas cosas.
Dimensiones de la calidad de vida
La idea de calidad de vida muestra diferentes dimensiones. Una de ellas se refiere al nivel de vida o acceso a una determinada
cesta de bienes y servicios. Pero es más que eso, pues incluye también aquellos factores que van más allá de este aspecto
material y que influyen en lo que valoramos de la vida. A nadie le extraña que en las respuestas a la pregunta acerca de una
vida de calidad la gente incorpore habitualmente alusiones a la salud y al disfrute del tiempo libre y la compañía de sus seres
queridos.
Así, pues, la calidad de vida es un concepto multidimensional que incorpora tanto lo que tenemos (dotación de recursos) como
lo que hacemos (actividades), sin olvidar dónde y con quién estamos (las circunstancias en las que nos movemos). Tener, hacer
y estar son dimensiones siempre presentes en la evaluación de la calidad de vida. Cada una de estas dimensiones entraña, a su
vez, aspectos objetivos y subjetivos. Los aspectos objetivos se refieren a las oportunidades que se nos abren en relación con
los recursos a los que podemos acceder, las actividades que podemos desarrollar o las circunstancias en las que nos toca vivir.
Los aspectos subjetivos tienen que ver con las valoraciones cognitivas y los sentimientos (positivos y negativos) que suscita
todo lo anterior. Veámoslo con un ejemplo. En una sociedad como la nuestra tener un empleo es clave para acceder a una
renta que permita la posesión de una determinada cantidad de mercancías (tener). Pero también significa la posibilidad del
desempeño de una actividad reconocida socialmente (hacer) y formar parte de la población activa vinculada a una serie de
derechos (estar). Además se entremezclan elementos objetivos (condiciones de trabajo, oportunidades en la carrera
profesional, etc.) y subjetivos (asociados a las valoraciones y sentimientos del puesto que se ocupa o de la tarea que se realiza)
que influyen en el grado de satisfacción de las personas. Por todo ello, los aspectos del empleo concernidos con la calidad de
vida trascienden lo meramente pecuniario. De ahí que la pérdida de empleo tenga, en términos de calidad de vida, un coste
mayor que el que se desprende de la pérdida de ingresos. Las personas desempleadas suelen transmitir una baja valoración de
sus vidas y es frecuente que acumulen más sentimientos negativos (tristeza, dolor) que positivos (alegría).
Determinantes de la calidad de vida
Una vez resaltadas las dimensiones que abarca la noción de calidad de vida, cabe preguntarse por los aspectos que
necesitaríamos cultivar para favorecerla y los obstáculos que deberíamos remover para no entorpecerla.
Tal vez pueda ayudar a responder estos interrogantes la mención de tres aspectos que se encuentran presentes en todas las
cosas que logramos hacer y que representan elementos constitutivos del estado de una persona (estar bien alimentado, gozar
de buena salud, evitar enfermedades, participar en la vida comunitaria, etc.). Esos elementos son los siguientes: los recursos,
el tiempo y las relaciones. No vamos a entrar en su definición. Baste decir que son diversos, y que aquí nos referiremos
únicamente a los recursos económicos (y, en particular, a la renta, a la riqueza y a los bienes y servicios que se pueden obtener
con ellas).
Centremos, pues, nuestra atención en los recursos económicos, dado que en otros artículos de este mismo boletín se abordan
las cuestiones referidas al tiempo y a las relaciones. No obstante, hay que tener presente que no son elementos
independientes. No es difícil percatarse de que la provisión de unos recursos económicos requiere tiempo y se desarrolla en
un marco de relaciones sociales. Debido a ello, los resultados en la obtención de un recurso (pongamos por caso, la renta
destinada al consumo) suelen venir acompañados de situaciones problemáticas como consecuencia de la interacción con los
otros dos elementos. Un ejemplo, entre tantos otros, son las frustraciones provocadas por la escasez de tiempo para realizar
actos de producción o consumo que permitan acceder a un determinado nivel de vida. Estas frustraciones se muestran con
mayor intensidad en los extremos de la escala social, es decir, entre los más ricos y los más pobres. Unos y otros se enfrentan
en esencia al mismo problema, pero por motivos diferentes: mientras que los primeros no disponen de tiempo suficiente para
disfrutar todo lo que poseen, los segundos carecen de tiempo para alcanzar con su trabajo una renta suficiente que les
permita consumir aquello que necesitan para vivir con dignidad. Resulta evidente que estas circunstancias tienen mucho que
ver con un marco de relaciones laborales que, en la actualidad, se encuentra atravesado por la desigualdad y la precariedad.
No faltarían ejemplos a la hora de mostrar cómo los recursos, los tiempos y las relaciones forman parte de una realidad
profundamente intrincada.

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