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Impresionismo

Impresionismo es un movimiento de arte que se originó en Francia a finales del siglo XIX, durante el período de la Belle Époque.

El propósito principal del estilo era a romper con las técnicas convencionales de realismo, centrándose en la impresión de la luz, los

colores y los movimientos libres de los trazos de pincel para crear efectos ópticos que terminen las obras.

Definición de Impresionismo

Este movimiento artístico fue nombrado en referencia a la obra "Impresión, sol naciente" ( impresión du Soleil Levant - 1872) de

Claude Monet, uno de los más famosos pintores impresionistas de todos los tiempos.

Características del impresionismo

El "alma" del impresionismo consistía en captar las diferentes impresiones de colores, luz y movimientos de la naturaleza a lo largo

del día, por lo que los artistas preferían pintar siempre al aire libre, analizando de cerca todas las "ilusiones" que los cambios en la

luminosidad provocaban en los colores y las sombras y, consecuentemente, en el paisaje general.

Algunos artistas, como Monet, por ejemplo, pintaban el mismo paisaje varias veces en momentos distintos a lo largo del día,

justamente para percibir las variaciones que los cambios de luminosidad transmitían para la impresión final de la imagen.
El impresionismo se considera como el movimiento que dio origen al arte moderno. Las obras impresionistas transmiten la

sensación de alegría y armonía, debido a la presencia de los contrastes, de la luz y de la claridad de los colores, principalmente.

Cabe aclarar que el movimiento Impresionista no tiene nada que ver con el surrealismo, como muchas veces se menciona.
Características de la pintura Impresionista

La pintura debe registrar las tonalidades que los objetos adquieren al reflejar la luz solar en un determinado momento, pues los colores

de la naturaleza se modifican constantemente, dependiendo de la incidencia de la luz del sol.

Las figuras no deben tener contornos nítidos, pues la línea es una abstracción del ser humano para representar imágenes.

Las sombras deben ser luminosas y coloridas, tal como es la impresión visual que nos causan, y no oscuras o negras, como los pintores

solían representarlas en el pasado.

Los contrastes de luz y sombra deben ser obtenidos de acuerdo con la ley de los colores complementarios. Así, un amarillo cercano a

un violeta produce una impresión de luz y de sombra mucho más real que el claro oscuro tan valorado por los pintores barrocos.

Los colores y las tonalidades no se obtendrán mezclando las tintas en la paleta del pintor. Por el contrario, deben ser puras y

disociadas en los cuadros en pequeñas pinceladas. Es el observador que, al admirar la pintura, combina los diversos colores,

obteniendo el resultado final. La mezcla deja, por lo tanto, de ser técnica para la óptica.

Los impresionistas abolieron las temáticas históricas y mitológicas, así como las religiosas, buscando momentos cotidianos fugaces.

La música impresionista

La música impresionista se caracteriza por la sugestión y atmósferas melódicas sensuales y etéreas, buscando a retratar las

imágenes, especialmente los paisajes naturales.

Las ideas del impresionismo se adoptan por la música alrededor de 1890, en Francia. Las obras se proponen a describir imágenes y

varias piezas tienen nombres ligados a paisajes, como Reflejos en el Agua, del compositor francés Claude Debussy (1862-1918),

pionero del movimiento.

El impresionismo abandona la música tonal, estructurada a partir de la elección de una de las 12 notas de la escala (las siete básicas y

los semitonos).
Se sustenta en las escalas modales (definidas a partir de la recombinación de un conjunto de notas elegido como básico para las

melodías de una cultura) venidas del Oriente, de la música popular europea y de la Edad Media.

Postimpresionismo

El postimpresionismo es una corriente artística que surgió a finales del siglo XIX.

Aunque se inspiró en el impresionismo, el arte post-impresionista revela preocupación por la subjetividad humana.

Es decir, las obras de ese período expresan las emociones y sentimientos. Por otro lado, el arte impresionista está marcado por el

aspecto "superficial" de reproducción de la realidad, dejando de lado la subjetividad.

En el arte postimpresionista dejo artistas notables como: Cézanne, Gauguin, Van Gogh , Seurat y Toulouse-Lautrec.

Artistas Impresionistas

Claude Monet (1840-1926)

Francés y el más famoso de los impresionistas. Fue incesante investigador de la luz y sus efectos, pintó varios motivos en varias horas

del día y en varias épocas del año, a fin de estudiar las mutaciones coloridas del ambiente con su luminosidad.

Monet tuvo una catarata al final de su vida. La enfermedad lo atacó debido a las muchas horas con sus ojos expuestos al sol. Durante

su enfermedad Monet no paró de pintar, usó en esa época de su vida colores más fuertes como el rojo-carne y rojo guayaba, color

ladrillo, entre otros verdes, rosas, rojos y colores más fuertes. En 1911, con el fallecimiento de Alice, su esposa, y su problema de

visión, Monet perdió un poco la voluntad de vivir y pintar.


Pierre-Auguste Renoir (1841-1919)

Fue el pintor impresionista francés que ganó mayor popularidad e incluso ha tenido el reconocimiento de la crítica, sigue vivo. Sus

cuadros manifiestan optimismo, alegría y el intenso movimiento de la vida parisina de finales del siglo XIX.

Pintó el cuerpo femenino con formas puras y exentas de erotismo y sensualidad, prefería los desnudos al aire libre, las composiciones

con personajes de lo cotidiano, los retratos y las naturalezas muertas.

Edgar Degas (1834-1917)

Parisino, su formación académica y su admiración por Ingres le hizo valorar el diseño y no sólo el color, que era la gran pasión del

impresionismo.

Además, fue pintor de escasos paisajes y escenas al aire libre. Los ambientes de sus cuadros son interiores y la luz es artificial. Su gran

preocupación era flagrar un instante de la vida de las personas, le gusta pintar un momento del movimiento de un cuerpo o de la

expresión de un rostro. Adoraba el teatro de ballet.


Jacob Abraham Camille Pissarro (1830-1903)

Francés, co-fundador del impresionismo, su pintura se caracteriza por una paleta de colores cálidos y la firmeza con la que consigue

captar la atmósfera por medio de un trabajo preciso de la luz.

La estructura de los cuadros de Pissarro encuentra total correspondencia en la obra de Cézanne, ya que fue mutua la influencia entre

ambos. Como profesor tuvo como alumnos Paul Gauguin y su hijo Lucien Pissarro. Al joven Gauguin le aconsejó la utilización de los

colores, estos consejos surtieron efecto y Gauguin empieza a utilizar el color en su estado puro.

Alfred Sisley (1839-1899)

Nació en París, hijo de padres ingleses, sus primeras imágenes mostraron una cierta influencia de la obra de Camille Corot, pero poco

a poco empezó a diferenciarlo, dando más importancia al color de la manera. Dono de una capacidad sorprendente de observación,

Sisley era capaz de captar los matices más sutiles de la luz, habilidad que demuestra en sus cuadros de las estaciones del año.

También es muy singular el modo como consigue homogeneizar agua, tierra y cielo, inundando sus paisajes de una paz trascendental.
La luz y el color del impresionismo: capturando el instante
PUBLICADO EL 03/04/2013 POR IRENE ALAMILLO DURÁN EN AGENDA, EXPOSICIONES CON 1 COMENTARIO EN LA LUZ Y EL COLOR DEL
IMPRESIONISMO: CAPTURANDO EL INSTANTE

El Museo Thyssen y la Fundación Mapfre nos ofrecen una doble retrospectiva con casi 200 obras impresionistas.
A finales del siglo XIX, un grupo de artistas decidieron romper con las reglas impuestas por la Real Academia Francesa de Bellas Artes,
marcando así la diferencia con el conservadurismo del arte académico. Esto supuso un punto de partida para lo que pasaría a llamarse
arte contemporáneo. Edgar Degas, Claude Monet, Berthe Morisot, Camille Pissarro, AugusteRenoir y Alfred Sisley fueron los
principales representantes de este innovador arte plástico: el impresionismo. Para ellos no existían los detalles minuciosos en un paisaje,
tan sólo las formas. Utilizaban colores primarios como el cyan, el magenta y el amarillo; y colores complementarios como el naranja, el
verde y el violeta. Sus trazos consistían en pinceladas cortas que daban una tremenda impresión de realidad a sus pinturas.

Los impresionistas eligieron la pintura al aire libre, plein air, y los temas de la vida cotidiana. Sus pinturas pretendían captar el mundo
de forma directa, espontánea, el instante de lo que veían y, para ello, se centraron en uno de los elementos característicos que aparece
en todas sus obras: la luz. Esa luz que tiende a difuminar los contornos y refleja los colores de los objetos circundantes en las zonas de
penumbra.
El Museo Thyssen-Bornemisza presenta la exposición ‘Impresionismo y aire libre. De Corot a Van Gogh’. Una muestra que recoge
alrededor de 100 obras en un marco cronológico que abarca desde 1780 hasta 1900, aproximadamente. Un período que comprende los
inicios del paisaje al aire libre con artistas como Pierre-Henri de Valenciennes y Thomas Jones, a artistas
como Turner, Constable, Corot, Rousseau, Courbet, Daubigny y todos los grandes maestros del impresionismo, hasta llegar al
cambio de siglo con Van Gogh o Cézanne, entre otros muchos.
Por su parte, la Fundación Mapfre completa esta retrospectiva con ‘Impresionistas y postimpresionistas. El nacimiento del arte
moderno. Obras maestras del Musée d’Orsay’. Un recorrido por las diversas corrientes que enlazaron con las vanguardias del siglo
XX. Paul Gauguin, Paul Cézanne, Van Gogh y Toulouse-Lautrec son algunos de los que, partiendo del impresionismo, recuperaron
la importancia del dibujo y la preocupación de captar no sólo la luz sino también la expresividad de las cosas y de las personas
iluminadas. Es el postimpresionismo.

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