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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

JUZGADO VIGESIMO TERCERO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO PENAL


CON FUNCIONES DE JUICIO DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL AREA
METROPOLITANA DE CARACAS

Exp: J-23-543

Vista la decisión dictada por este Tribunal mediante la cual se ABSUELVE a los
ciudadanos REINALDO RAFAEL VENERE ROCA de los cargos que le fueron
formulados por la perpetración del delito de HOMICIDO CALIFICADO, sancionado
en el artículo 406.1 en relación con el 405 del Código Penal, este Juzgado, de
conformidad con las previsiones del artículo 365 del Código Orgánico Procesal
Penal emite la totalidad del fallo, lo cual se hace en los siguientes términos.

CAPITULO PRIMERO
IDENTIFICACION DE LAS PARTES

JUEZ Abg. FRANCISCO J. ESTABA S.

SECRETARIO Abg. JANEHT ARROYO.

ACUSADO REINALDO RAFAEL VENERE ROCA, quien es


de nacionalidad Venezolana natural de Caracas,
nacido en fecha 06-01-1981, de 25 años de
edad, de estado civil soltero, de profesión u oficio
Estudiante, titular de la Cédula de Identidad № \/-
14.678.171 y residenciado en el Bloque 07, piso
14, Letra "A", Apartamento № 149 de la
Parroquia 23 de Enero, Catia.

DEFENSA Abg. JOSE JESUS ALICANDU, IPSA 88.794.

FISCAL Abg. LENIN MALDONADO, Fiscal 140° del


Ministerio Público del Area Metropolitana de
Caracas.

CAPITULO SEGUNDO
ENUNCIACION DEL HECHO IMPUTADO Y SU CALIFICACION JURIDICA

Al momento de presentar acusación, la representación del Ministerio Público


atribuyó a los acusados lo siguiente:
“…en fecha 21 -11- 2004, en virtud de la TRANSCRIPCIÓN DE NOVEDAD,
suscrita por el Jefe de Guardia de la Sub Delegación Oeste del Cuerpo de
Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, mediante la cual deja
constancia que se recibe llamada radiofónica de la Sala de Transmisiones
informando que en el Hospital Jesús Yerena de Lídice, se encuentra el cuerpo sin
vida de una persona del sexo masculino, procedente de la Calle Planicie, frente al
Bloque 09 del 23 de Enero, presentando heridas producidas por el paso de
proyectiles disparados por arma de fuego. Visto lo antes mencionado, proceden
los funcionarios DETECTIVE JASÓN MENDOZA y RAMÍREZ LUIS, adscritos a
dicha Sub Delegación, a trasladarse s referido hospital donde pudieron observar el
cuerpo sin vida de una persona del sex masculino, en posición de cubito dorsal,
quien al practicarle el respectivo examen externo s le observaron heridas
producidas por el paso de proyectiles disparados por presunta arma de fuego una
en la región costal, una en la región dorsal media, una en la región intercostal
izquierda, una en el hombro superior izquierdo, el hoy occiso quedó identificado
como LUIS ALBERTO VIERA GÓMEZ, que procedieron hacer un recorrido por las
instalaciones del citado hospital donde sostuvieron entrevista con un ciudadano
que dijo ser y llamarse CARLOS EDUARDO VIERA GÓMEZ, quien les informó
que el día de hoy a las 03:00 horas de la tarde cuando se encontraba en su casa
recibió una llamada telefónica de parte de su cuñado de nombre DANIEL
SANTAELLA informando que a su hermano LUIS ALBERTO VIERA le habían
dado unos tiros y se encontraba en el hospital de Lídice y al llegar a dicho hospital
también se enteró que su sobrino LUIS EDUARDO ESTILLARTE se encontraba
herido, por lo que se trasladaron a la sala de emergencia donde se entrevistaron
con su sobrino, quien les manifestó que cuando se trasladaba con su tío hoy
occiso en el vehículo Chevrolet, Montecarlo, placas AUF-047, color rojo por la
Avenida principal de La Planicie, Sector del 23 de Enero, frente al primer estadio
deportivo cuando de pronto dos ciudadanos de nombres JESÚS VENERE y
REINALDO VENERE, quienes portando armas de fuego y sin mediar palabra
alguna le efectuaron varios disparos logrando herir a ambos y darse a la fuga, por
lo que se trasladaron a dicho lugar a los fines de realizar la inspección técnica de
ley.…”

Esta relación de hechos fue suficiente, en opinión del Fiscal, para atribuir al
acusado la perpetración de los delitos de HOMICIDO CALIFICADO, sancionado
en el artículo 406.1 en relación con el 405 del Código Penal.

CAPITULO TERCERO
DE LAS PRUEBAS EVACUADAS EN JUICIO

En primer lugar se recibió por su lectura el ACTA DE INVESTIGACIÒN PENAL,


de fecha 21-11-04, la cual riela al Folio 01 de la Primera Pieza del expediente.

En segundo lugar, también por su lectura fue incorporada la inspección técnico


policial, de fecha 21-11-04, la cual riela al Folio OCHO (8) y vuelto de la Primera
Pieza del expediente, en la cual podemos leer, entre otras cosas, lo siguiente:
“..practicado al vehículo marca CHEVROLET, modelo
MONTE CARLOS, color MARRÓN, año 1978, placas AFU-
047, el cual al ser inspeccionado se observó en el vidrio
trasero del pilo un orificio en forma circular producido por
el paso de un objeto de mayor o igual cohesión molecular
y fractura sin pérdida de material... presenta orificios en
forma irregular en la puerta del piloto, guarda fango
delantero izquierdo y guarda fango trasero izquierdo... en
su parte interna se observa en el asiento del piloto un
orificio en forma irregular en ambas caras... se lograron
colectar dos (02) proyectiles blindados…”

Prosigue el debate con la inclusión por medio de su lectura del ACTA DE


ENTERRAMIENTO librada a nombre de la víctima, así como del ACTA DE
DEFUNCIÒN, de fecha 25-11-2004.

Seguidamente las partes hicieron estipulación sobre el PROTOCOLO DE


AUTOPSIA, de fecha 20-12-2004, corre inserto al folio CUARENTA Y NUEVE (49)
de la Pieza I de la causa. En este sentido, éste Tribunal admite y aprueba tal
estipulación, aunque quien observe la presente podría señalar que el artículo 200
del Código Orgánico Procesal Penal dispone que las mismas deban realizarse
antes de la Audiencia Preliminar, no es menos cierto que en nuestro proceso
penal rigen los principios de contradicción y finalidad del proceso ( Art. 18 y 13 del
Código Orgánico Procesal Penal). Con base a los mismos carecería de sentido
discutir algo que no está en contención y más aun cuando el asunto estipulado se
tiene como cierto. En tal sentido se pronuncia el Dr. Roberto Salazar en su Libro
“Las Pruebas en el Proceso Penal Venezolano” (Vadell Hermanos Editores, 2004,
Caracas, Pág. 87), en donde señala que se “podría sostener, en el caso del
Procedimiento Ordinario, por el articulo 328.6 el cual prevé una oportunidad
expresa a tal finalidad, como ya se señalo, que hacerlo durante el Juicio sería
extemporáneo… sin embargo, en este caso es obvio entender que todas las
pruebas están manifestando su voluntad para la estipulación de las pruebas,
siempre que el Juez lo considere procedente, por lo cual ningún derecho se le
estaría menoscabando a alguna de ellas” siendo que en el principio de
preclusividad rige como garantías de las partes y en este caso en concreto, ambas
están de acuerdo en dichas estipulaciones, según lo previsto en los artículos 198 y
200 del dispositivo adjetivo penal venezolano vigente.

Prosigue el debate con la incorporación mediante lectura del acta de


LEVANTAMIENTO DEL CADAVER, de fecha 21-01-04, en la cual puede leerse lo
siguiente:
“…quien presentó las siguientes heridas producidas por el
paso de proyectiles disparados por arma de fuego: Una
(01) en la región costal, otra en la región dorsal media, otra
en la región intercostal izquierda y otra en el hombro
superior izquierdo, el mismo quedó identificado como LUIS
ALBERTO VIERA GÓMEZ…”

Posteriormente se recibe por la misma vía el RECONOCIMIENTO MEDICO


LEGAL, de fecha 08-12-2004, suscrita por la Médico Forense CARMEN ARMAS,
el cual corre inserto al folio TREINTA Y SEIS (36) de la Pieza I de la causa, en el
cual puede leerse lo siguiente:
“…examinado en este servicio aprecia Herida en sedal en
hemitorax izquierdo, orificio de entrada a nivel de la línea
axilar media en el noveno espacio intercostal izquierdo con
orificio de salida en la línea axilar posterior con décimo
espacio intercostal a nueve centímetros de distancia del
orificio de entrada con un trayecto de adelante hacia atrás
de arriba hacia abajo en sedal. Estado General:
Satisfactorio. Tiempo de curación: OCHO DÍAS. Privación
de ocupaciones: OCHO DÍAS. Asistencia Médica: SI.
CARÁCTER: LEVE…”

Se adelantó el debate con la recepción del testimonio del experto LUIS


FERNANDEZ RAMIREZ, quien luego de jurar decir la verdad expuso en relación a
las inspecciones suscritas por su persona la cual riela al folios SEIS (6) de la
Primera Pieza del Expediente, en la cual podemos leer:
“... observar el cuerpo sin vida de una persona de sexo
masculino, quien presentó las siguientes heridas
producidas por el paso de proyectiles disparados por arma
de fuego: Una (01) en la región costal, otra en la región
dorsal media, otra en la región intercostal izquierda y otra
en el hombro superior izquierdo, el mismo quedó
identificado como LUIS ALBERTO VIERA GÓMEZ…”

Continua la evacuación de pruebas con la incorporación del testimonio de la


testigo YONAICA NATALIA HENRIQUEZ, quien luego de prestar el juramento de
ley expone: que ha pasado mucho tiempo desde que ocurrió el hecho, que se
encontraba en casa del occiso cuando le dice que va a bajar con su tío porque
tuvo problemas con el acusado, que ése día mataron a su tío, que no supo más
nada de él, que luego una enfermera de Lídice le dice que LUIS ESTILLARTE está
en el lugar, que él le dice que el acusado y otro más fueron los que dispararon,
que LUIS tiene tres años muerto.

A preguntas del Ministerio Público responde: que fue pareja de LUIS, que él no
vivía con ella para el momento, que se entera del problema con REINALDO
VENERE porque su otra pareja la llamó y le dijo que REINALDO fue a buscar a
LUIS al Apartamento porque tenían un problema de dinero, que Luis Eduardo le
dijo que tenía problemas con VENERE porque él le había hecho un auto robo, que
cuando llega al Hospital le manifiesta que los tiros se los había ocasionado Venere
y otros más, que sale del hospital con ella, que LUIS le cuenta que llegaron a los
campos para hablar con Reinaldo, que estaba Josué, que cuando se voltea ellos
comienzan a disparar, que allí matan a Luis Alberto Viera y hieren a Luis Eduardo
Estillarte.

A las preguntas de la defensa responde: que fue pareja de ESTILLARTE por siete
años, que conoce a VENERE hace tres años, que LUIS y VENERE eran amigos,
que al apartamento de LUIS fueron Reinaldo, Jesús y Josué; que luego él fue a
buscarlos junto con su tío a Los Campos, que allí se encontraron con Reinaldo,
Jesús y Josué y llegaron a un acuerdo Reinaldo le iba a pagar el lunes y él le
devolvería sus cosas, que le contó que cuando se fue a montar en el carro junto
con su tío le dispararon, que hirieron a su tío y tuvo que pasarlo al asiento del
copiloto.

Continua el debate con la declaración bajo juramento de la testigo CEARLED


NACARI HERNANDEZ, quien informó al Tribunal lo siguiente: que se encontraba
en su casa con LUIS EDUARDO cuando éste le informó que iba para casa de su
abuelo, luego la muchacha que vivía en su casa le informó que VENERE fue a
buscarlo, que ella llamó a LUIS para informarle de ello diciéndole lo que le dijo la
muchacha, que él fue a buscarlos y llegaron a un acuerdo pero cuando se montan
en su carro ve cuando el señor le dice a su hermano algo como “dispárale” y éste
dispara y los hieren a él y su tío, que eso fue lo que le dijo en el hospital, que ellos
fueron como a los quince días para su casa, le taparon la boca, le dijeron que le
iban a hacer algo y le dieron un golpe en la cabeza.

A las interrogantes del Ministerio Público responde que era pareja de LUIS
EDUARDO, que se entera que VENERE va a su casa por la muchacha que estaba
allí, que LUIS fue con su tío al parque a buscar a VENERE, que luego que
hablaron se regresa al carro y ve cuando él le dice a su hermano “mátalos” o
“dispárales”, y le disparan al carro, que eso fue como a las once de la mañana,
que LUIS muere luego como a los tres años, que él dijo que REINALDO le dice a
su hermano dispárale o métele algo así y entonces éste disparó.

A las inquisiciones del Defensor Privado responde que la muchacha le indicó que
las personas que buscaron a LUIS estaban armadas y estaban como amanecidos,
que las cosas de REINALDO estaban en esa casa, que en principio fueron
amigos.

Continua la actividad probatoria con la incorporación del testimonio de NANCY


BEATRIZ HERNANDEZ DE VIERA, quien luego de prestar el juramento de ley
informa: que el día 21 de noviembre se encontraba en su casa cuando fueron
informados que habían herido a su cuñado, que se dirigieron al hospital y se
encontraron también con su sobrino LUIS ESTILLARTE herido, que él les relata
que REINALDO fue al apartamento a buscarlo con varias personas armadas, que
era una banda, que su cuñado fue a donde ellos estaban y quedaron de acuerdo
que las cosas de REINALDO las buscarían el lunes, que cuando se van a montar
en el carro estos les dispararon.

Ante el interrogatorio fiscal aporta, que eso fue el 21-11-04, que a su esposo le
informaron que su hermano estaba herido, que había sido REINALDO VENERE y
su hermano, que su cuñado estaba en terapia y LUIS en la emergencia, que su
cuñado murió en quirófano pero LUIS se salvó, que LUIS le contó que los hechos
sucedieron en el 23 de enero en la planicie, en un estadio que queda muy cerca,
que fue a buscar a su tío para ir hablar con aquellos señores para limar asperezas,
que hablaron y quedaron en que iban a buscar las cosas el lunes, que hasta se
dieron las manos, pero cuando ellos dieron la espalda ellos le dispararon, que
conoce a REINALDO VENERE porque trabajó para ellos varios meses, que era
mensajero, que en una oportunidad se le dio para que llevara 4 mil bolívares a la
agencia de propatria, porque era el motorizado, pero el dinero no llegó y dijo que
lo habían robado, que investigando descubrieron que la moto estaba aparcada en
el centro comercial de propatria y le preguntaron a un empleado quien les dijo que
esa moto tenía como tres días estacionada y les dio las características de
Reinaldo como la persona que la dejo allí.

A las preguntas de la defensa responde: que los disparos sucedieron cuando ellos
ya habían entrado al vehículo, que LUIS llegó al hospital manejando, que tuvo que
cambiar a su tío de puesto porque estaba mal herido, que su cuñado había
acompañado a LUIS porque REINALDO había ido a su casa a buscarlo con otras
personas, que ya había riñas entre ellos porque supuestamente REINALDO había
robado a su tío, que su cuñado fue a mediar, que REINALDO fue a la casa de
LUIS con cuatro personas armadas.

Concluida la anterior deposición sigue la evacuación de pruebas con la deposición


de VIERA GOMEZ CARLOS EDUARDO, quien luego de prestar el juramento de
ley expuso, que estando en un centro comercial recibe una llamada de su cuñado
informándole que su hermano había recibido unos tiros, que le dice que los
autores fueron los hermanos VENERE, que se dirige al hospital y al llegar su
sobrino le cuenta que fue a hablar con REINALDO VENERE porque éste había ido
con cuatro personas armadas a su apartamento porque su sobrino tenía sus
pertenencias, que su hermano fue con él de apoyo, que ellos no quisieron mediar
y cuando su hermano y su sobrino le dieron la espalda ellos comenzaron a
dispararles, que su sobrino dice haber visto corriendo a los hermanos y que
REINALDO le dice a su hermano “ZAMPALE!”

Ante el interrogatorio penal informa: que muere LUIS VIERA, que LUIS
ESTILLARTE resulta herido, que lo llama su cuñado Daniel Santaella, que eso fue
el 21-11-04, que conoce a Reinaldo porque era empleado suyo y le sustrae un
dinero, que por eso se genera el hecho, que van al sitio en el carro de su
hermano.

Al ser interrogado por la defensa explica lo siguiente: que LUIS le dice que ellos
fueron a hablar con Reinaldo, que al principio estaban alterados pero luego se
calma la cosa, que presume que por el consumo de licor es que disparan, que el
carro se estrelló porque su hermano había recibido un disparo, que no sabe si
dispararon dos o tres personas, que sólo sabe lo que le dijo su sobrino, y que el le
dijo que habían disparado JESÚS y REINALDO VENERE,

Prosigue el debate con la incorporación del testimonio bajo juramento de


RAMIREZ FLOREZ LUIS FERNANDO, a quien en su cualidad de Experto se le
impuso del motivo por el cual fue citado ante éste Despacho, se le puso de vista y
manifiesto el Acta de investigación, Levantamiento del Cadáver, y las
Inspecciones Técnica Policial suscrita por su persona la cual riela a la Pieza I, en
los folios 4, 6, 8 y 9, respectivamente del Expediente, las cuales han sido
transcritas con anterioridad y se dan por reproducidas.

Concluye la incorporación de pruebas con la declaración bajo juramento del


experto MENDOZA PINTO JACKSON OSWALDO, a quien se le puso de vista y
manifiesto el Acta de investigación, Levantamiento del Cadáver, y las
Inspecciones Técnica Policial suscrita por su persona la cual riela a la Pieza I, en
los folios 4, 6, 8 y 9, respectivamente del Expediente, las cuales han sido
transcritas con anterioridad y se dan por reproducidas.

CAPITULO CUARTO
DE LO ACREDITADO Y PROBADO EN EL JUICIO

Habida cuenta que en el presente caso se persigue al acusado por la comisión de


dos hechos distintos, comenzaremos nuestro trabajo analizado el delito más
grave, lo cual haremos de la siguiente manera:

El Ministerio Público atribuyó al acusado la comisión del delito de HOMICIDIO


CALIFICADO, previsto y sancionado en el artículo 406.1 del Código Penal, el cual
es del siguiente tenor:
“En los casos que se enumeran a continuación se
aplicarán las siguientes penas: 1. Quince años a veinte
años de prisión a quien cometa el homicidio por medio de
veneno o de incendio, sumersión u otro de los delitos
previstos en el Título VII de este libro, con alevosía o por
motivos fútiles o innobles, o en el curso de la ejecución de
los delitos previstos en los artículos 449, 450, 451, 453, 456
y 458 de este Código…”

El tipo rector, que describe la conducta atribuida al acusado, se encuentra


sancionado en el artículo 405 eiusdem, y dispone lo que sigue:
“El que intencionalmente haya dado muerte a alguna
persona será penado con presidio de doce a dieciocho
años”

En principio la labor del Ministerio Público debía centrarse en la demostración de


la ocurrencia del hecho muerte así como del establecimiento de la causa de tal
fallecimiento, verificando que la misma pudiese atribuirse a una persona humana,
en particular, al acusado.

Al observar el resultado del debate podemos percatarnos que las partes


estipularon con respecto a los dos primeros puntos, asintiendo ambas que la
muerte de la víctima efectivamente había sucedido y que esta era consecuencia
de una conducta humana ejecutada por una persona distinta a la propia víctima.

La defensa insistió, eso sí, en excepcionarse aduciendo que su patrocinado no


tuvo participación activa en la producción del resultado muerte sino que éste era
atribuible a otras personas.

Visto lo anterior, quien decide observa que los puntos del deceso y su causa no se
encuentran en contención, motivo por el cual se puede considerar plenamente
probado el hecho que efectivamente el ciudadano LUIS VIERA fue muerto por una
persona distinta a él mismo, quien utilizó un arma de fuego para producir las
lesiones que finalmente terminaron con su vida.
El Tribunal observa que no fue objeto de contención que el hecho haya sucedido
el día 21-11-04, mientras aún iluminaba el sol. De hecho, las hipótesis de ambas
partes dan tal hecho por supuesto, motivo por el cual lo consideraremos
suficientemente demostrado.

Tampoco fue objeto de contención que en el sitio se hayan encontrado las dos
víctimas en la presente causa, señores LUIS VIERA y LUIS ESTILLARTE, no
discutiéndose tampoco que ambos hayan resultado heridos en el evento que
finalmente produjo el fallecimiento del primero.

El tribunal considera como demostrado el hecho que la víctima de las lesiones y


testigo directo del homicidio, señor LUIS ESTILLARTE, ha fallecido, ello en virtud
de haber sido el punto traído a colación por el Ministerio Público y plenamente
aceptado por la defensa, al punto de no discutir la ausencia de necesidad de
convocar a tal persona al debate.

Con respecto a la participación del acusado en los hechos podemos decir lo


siguiente:

La representación del Ministerio Público señala que en el presente caso existen


elementos suficientes como para estimar que la muerte fue efectivamente
acaecida por el acusado, habida cuenta que tal versión fue ratificada por todos y
cada uno de los testigos referenciales presentados en el presente caso, pues en
su opinión todos fueron contestes en afirmar que una de las víctimas del suceso,
LUIS ESTILIARTE, les informó que el causante tanto de las muertes como de las
lesiones fue el acusado REINALDO VENERE.

Veamos si esto es cierto.

El primero de los testigos del Ministerio Público fue la señora YONAICA NATALIA
HENRIQUEZ, quien señala haber conversado en el Hospital de Lídice con el
acusado, siendo que el mismo le señaló que habían sido tanto el acusado como
su hermano quienes habían causado las lesiones que acabaron con la vida de su
tío y le hirieron al él. La testigo no aporta mayores datos, de lo que debemos
deducir que esto fue todo lo que se le informó sobre el asunto.

El segundo testigo de cargo, la señora CEARLED NACARI HERNANDEZ, nos


informa haberse enterado por boca de LUIS, que habiéndose dirigido éste a los
campos a conversar con el acusado para resolver un problema, éste se vio
sorprendido cuando al retirarse del lugar el acusado le dice a su hermano que
dispare en contra de las víctimas, lo cual aparentemente realiza sin reparo alguno.

Por su parte, la testigo NANCY BEATRIZ HERNANDEZ DE VIERA refiere


haberse enterado de boca de LUIS ESTILLARTE que, habiéndose dirigido el
mismo a resolver unas diferencias, en compañía de su tío LUIS VIERA, con el
señor REINALDO VENERE, fue herido cuando se retiró del sitio habiendo fallado
en su misión, resultando muerto su tío en la refriega. Señala que REINALDO le
dijo a su hermano “Dispárale!” hecho al cual el mismo aparentemente accedió sin
reparo alguno.

El último testigo de cargo fue VIERA GOMEZ CARLOS EDUARDO, quien señala
que al haberse dirigido su sobrino junto con su hermano a resolver unas
diferencias con el acusado, fueron agredidos por el hermano de éste cuando se
retiraban del sitio, siendo que REINALDO le dijo a aquél que le disparara a las
víctimas produciendo el fallecimiento que ya anteriormente se ha acreditado.
En principio, el Tribunal observa que, según lo señala el mismo representante del
Ministerio Público, todas y cada una de las declaraciones de los testigos que de
alguna forma vinculan al acusado con el hecho son de carácter referencial. Esto
es, ninguno de ellos presenció directamente el evento, siéndole éste referido por la
víctima, señor LUIS ESTILLARTE.

Ahora bien, la esencia de la prueba testifical es que está referida a las


declaraciones que hace cualquier persona sobre aquello que ha visto u oído
personal y directamente. El testimonio del testigo se caracteriza por su
inmediación con el acontecimiento que ha presenciado visual o auditivamente.

Por razones de justicia material, este Tribunal en anteriores procesos ha otorgado


validez a lo declarado por el testigo de referencia pese a que éste no ha
presenciado personalmente el suceso sobre el que declara. Aunque la admisión
de esta prueba se hace con grandes cautelas, siempre que no sea posible oír el
testimonio del testigo presencial del suceso. Además se exige que, al lado de la
declaración del testigo de referencia, concurra alguna otra prueba de cargo de
manera tal que se impide un pronunciamiento condenatorio basado
exclusivamente en una prueba testifical de referencia.

Sin embargo, la declaración del testigo referencial es siempre secundaria,


supletoria si se quiere, en tanto y en cuanto lo depuesto por éste debe ser
contrastado con la deposición del referido, y sólo en casos en los que resulte
imposible la declaración del referente podrá ser utilizada como elemento para
condenar a una persona, siempre, eso sí, que se cuente con alguna evidencia
material que sirva para corroborar su deposición.

El Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, en sentencia del 6 de diciembre


de 1.988, caso Messegué y Jabardo vs. España, tiene declarado como principio
general procesal penal, que los medios de prueba deben obtenerse ante el
acusado en audiencia pública y en el curso de un debate contradictorio. Más
concretamente y en lo que se refiere a la sustitución del testigo directo por el
indirecto sin causa legítima que justifique la incomparecencia de aquél a juicio
oral, ha declarado esta práctica contraria a lo dispuesto en el artículo 6 del
Convenio Europeo de los Derechos Humanos, por cuanto, de un lado, priva al
Tribunal sentenciador de su derecho a formarse un juicio sobre la veracidad o de
credibilidad del testimonio indirecto al no poder controlar el directo y, de otro y
sobre todo, vulnera lo dispuesto en el artículo 6.1 y 3, literal “D”, del citado
Convenio, que consagra el derecho que asiste al acusado de interrogar a los
testigos de cargo, de cuyo término resulta “…la obligación de conceder al acusado
una ocasión adecuada y suficiente de contestar al testimonio de cargo e interrogar
a su autor…”

En el presente caso vemos que se cumple la inicial condición mencionada, en el


sentido que se hace imposible la comparecencia de la víctima, por haber fallecido,
y existen evidencias directas que se refieren directamente a esta circunstancia,
esto es, la declaración del señor YONAICA NATALIA HENRIQUEZ, CEARLED
NACARI HERNANDEZ, NANCY BEATRIZ HERNANDEZ DE VIERA y VIERA
GOMEZ CARLOS EDUARDO.

Sin embargo, debemos dejar constancia de lo siguiente: Las declaraciones de


estos testigos no son perfectamente contestes, en el sentido que la deposición de
dos de ellos diverge significativamente de la que expresan los restantes. Así,
vemos que tanto YONAICA como NANCY señalan que LUIS les dijo que habían
sido REINALDO y su hermano quienes dispararon en contra de él y su tío. Por
otro lado, CEARLED y CARLOS nos dijeron que REINALDO le dijo a su hermano
que les disparara, que les “zampara”, a lo cual éste accedió sin mayor reparo.

Con respecto a la segunda condición, la existencia de alguna evidencia que sirva


para corroborar la versión que presentan los testigos referenciales observamos lo
siguiente:

Al revisar el contenido de las actuaciones podemos percatarnos que no existe


evidencia alguna que soporte la versión presentada por los testigos referenciales.
Las pruebas médicas dejan constancia de la forma y circunstancia de las lesiones
que sufrieron las víctimas, no del modo en que estas ocurrieron, motivo por el cual
no nos sirven para éste propósito.

Tampoco resultan útil para éste propósito las actas de enterramiento y defunción,
pues sólo nos sirven para dejar civilmente acreditado el fallecimiento de LUIS
VIERA.

La inspección realizada al vehículo de la víctima no brinda ningún soporte a la


versión de los testigos, por las siguientes razones: Si vemos las declaraciones de
los testigos referenciales, podremos observar que todos detallan que los disparos
fueron producidos por detrás del sentido de circulación ordinario del vehículo de la
víctima.

Sin embargo, cuando vemos la diligencia podemos percatarnos que si bien


aparece lo que pareciera ser un orificio producido por el tránsito de un proyectil
disparado por arma de fuego en el vidrio trasero del vehículo automotor, los
restantes orificios que parecieran haber sido producidos por la misma causa se
encuentra alojados en la parte LATERAL IZQUIERDA del referido vehículo.
Aunque sin una experticia de trayectoria balística resulta imposible determinar, a
ciencia cierta, la trayectoria exacta de los disparos que aparentemente se
produjeron contra el vehículo en cuestión, la existencia de un solo impacto de bala
tanto en el vidrio como en el asiento del piloto del vehículo hacen pensar que los
restantes dos disparos no siguieron la misma trayectoria, siendo probable que el
agresor se haya colocado en un plano distinto al indicado por los testigos
referenciales.

Debemos admitir que esto último es una simple elucubración del Tribunal, siendo
la realidad que lo exiguo de la prueba no permite ningún juicio inequívoco sobre
las circunstancias del hecho punible. Lo único que podemos determinar es que
aparentemente se produjeron disparos contra el vehículo en referencia, la
distancia, posición o demás circunstancias relativas al tirador no fueron analizadas
en el curso de la investigación y, por tanto, el Tribunal no puede hacer ningún
juicio de valor sobre las mismas.

Por lo tanto, debemos llegar a la conclusión que la pericia en cuestión no resulta


útil como elemento confirmatorio de la versión de los testigos referenciales.

Con respecto a las evidencias colectadas en el interior del vehículo, es menester


recordar que no se hizo experticia alguna sobre los proyectiles recuperados,
siendo imposible establecer si fueron disparados por una misma o por diferentes
armas de fuego, o si se las comparó con la base de datos del Ministerio del Poder
Popular para la Defensa con el propósito de determinar el propietario del
instrumento que las disparó, siendo además inoficioso hacer ningún juicio de valor
sobre el número, posición o identidad del o los tiradores.
En lo relativo a la declaración del funcionario MENDOZA PINTO JACKSON
OSWALDO, el mismo señala haberse entrevistados con familiares del occiso, no
directamente con el señor LUIS ESTILLARTE directamente, esto es, es un testigo
de referencia de los testigos de referencia. Lo anterior significa que, siguiendo el
criterio que se ha establecido en el texto de la presente decisión, la deposición del
mismo resulta inválida para establecer la identidad del autor del delito habiendo
acudido al debate las personas a las cuales hace referencia. Lo mismo podemos
decir de la deposición del funcionario RAMIREZ FLOREZ LUIS FERNANDO.

A la final, nos encontramos que las únicas evidencias inculpatorias son las
presentadas por los testigos referenciales y, peor aún, los mismos no son
contestes a la hora de representar el hecho, pues unos señalan que el acusado
instó a su hermano a disparar mientras que otro señalan que dispararon juntos.

Esta disparidad no presenta problemas sólo a la hora de estimar creibles la


versión que presentan, sino que además hace imposible saber, a ciencia cierta,
cuál es el tipo penal aplicable. Así, si el acusado instigó a otro a disparar es
responsable del delito de homicidio en tal sentido, pero si él y su hermano
dispararon al mismo tiempo y resulta imposible saber cuál de los dos causó las
heridas fatales, debemos llegar a la conclusión que existiría
CORRESPECTIVIDAD en la responsabilidad por ejecutar la acción.

Sin embargo, tales juicios resultan imposibles pues la contradicción en las


deposiciones de los testigos nos impide conocer la realidad del suceso.

El Tribunal deja expresa constancia que considera con respecto a las actas de
investigación promovidas por el Ministerio Público como elementos de prueba que
las mismas no son tales. En principio, la regla probatoria es que sólo pueden
valorarse las que se han practicado durante el Juicio oral, porque se han
producido con estricta observancia de todos los principios y garantías procesales,
tales como las de contradicción, inmediación, publicidad, oralidad y concentración,
con pleno respeto al derecho a la defensa del acusado.

En tal sentido se ha pronunciado la Sala Constitucional del máximo Tribunal de


Justicia, el cual en decisión número 733, de fecha 24/04/07, señaló
categóricamente que:
“…las diversas diligencias de investigación practicadas
durante la fase preparatoria, no son auténticos actos de
prueba como erradamente lo afirma la parte actora al
referirse que ellos son pruebas y, por ende, sugiere
habérsele limitado su derecho a probar. En efecto, tales
diligencias de investigación, también impropiamente
conocidas como diligencias probatorias, se practican sin el
control y contradicción de las partes, y sin la presencia del
juez que dictará decisión sobre el mérito de la causa, de
allí que, no son auténticas pruebas, y sólo sirven para
fundamentar un acto conclusivo dictado por la
representación fiscal, sea acusatorio, de sobreseimiento o
de archivo fiscal, salvo que hayan sido practicadas por
conducto del artículo 307 eiusdem, caso en el cual, las
partes ejercerán el pleno control y contradicción tanto de
la admisión como de la práctica del medio de prueba,
siendo así un legítimo acto de prueba.”

Así las cosas, debemos recordar que el ordinal 2° del artículo 49 de la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela dispone que toda persona
se presume inocente mientras no se pruebe lo contrario. Esta disposición no es
sino el reflejo de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la
Revolución Francesa, en donde ya se reconocía este fundamental principio, que
posteriormente fue recogido en la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre elaborada por las Naciones Unidas, en la Convención Americana Sobre
Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

El principio antes mencionado implica que, para poder considerar a una persona
culpable y como consecuencia de ello responsable de un delito y merecedor de la
pena corporal que el mismo importa, es menester que exista plena prueba del
cuerpo del ilícito que se le imputa así como de su participación en el mismo, pues
en caso contrario, por aplicación directa de este derecho, debe ser considerado
inocente y libre de cualquier responsabilidad en el mismo.

La labor del Ministerio Público en estos casos, es la de demostrar más allá de


cualquier duda razonable que ha ocurrido un hecho punible y que el autor de éste
es el acusado. Sin embargo, en el presente proceso la representación del
Ministerio Público, no consiguió demostrar la materialidad del hecho punible en el
presente caso. Siendo así las cosas, éste Juzgador carece de pruebas suficientes
que sirvan para vincularle al hecho que se le atribuye, por lo que lo único
razonable y ajustado a Derecho en el presente caso sería el ABSOLVER a
REINALDO RAFAEL VENERE ROCA de los cargos que le fuesen formulados por
la comisión del delito de HOMICIDIO CALIFICADO, esto por haberse mantenido
en su favor la presunción de inocencia que reconoce nuestra Constitución.

Con respecto al delito de LESIONES PERSONALES GRAVES debemos decir lo


siguiente:

El Ministerio Público atribuyó al acusado la comisión del delito de LESIONES


PERSONALES LEVES, previsto y sancionado en el artículo 416 del Código Penal,
el cual es del siguiente tenor:
“Si el delito previsto en el artículo 413 hubiere acarreado a
la persona ofendida, enfermedad que solo necesita
asistencia médica por menos de diez días o sólo la hubiere
incapacitado por igual tiempo para dedicarse a sus
negocios ordinarios, u ocupaciones habituales, la pena
será de arresto de tres a seis meses. …”

El tipo rector, que describe la conducta atribuida al acusado, se encuentra


sancionado en el artículo 413 eiusdem, y dispone lo que sigue:
“…El que sin intención de matar, pero sí de causarle daño,
haya ocasionado a alguna persona un sufrimiento físico,
un perjuicio a la salud o una perturbación en las facultades
intelectuales, será castigado con prisión de tres a doce
meses…”

El Tribunal deja constancia que no resulta necesario acreditar en este estado las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que ocurrió el delito en cuestión,
pues las mismas fueron suficientemente discutidas al momento de discutirse sobre
el delito de homicidio anteriormente mencionado en la presente sentencia.

Resultaría por demás inoficioso que, habiendo sucedido ambos hechos en forma
simultánea y con identidad de participantes nos viésemos obligados a repetir los
razonamientos que anteriormente se han hecho.
Baste decir que la ocurrencia de las lesiones sufridas por la víctima no fueron
objeto de contención, dándose la mismas por probadas, pero que resulta
imposible, dado lo exiguo del acervo probatorio presentado en contra de la
víctima, el cual se reduce a deposiciones no contestes de testigos referenciales
vincular de ninguna manera al acusado con el delito de LESIONES PERSONALES
LEVES, motivo por el cual se considera que lo único apropiado y ajustado a
Derecho sería ABSOLVERLE de los cargos que le fueron formulados en tal
sentido, Y ASI SE DECIDE.

CAPITULO SEXTO
DISPOSITIVA

Por todos los razonamientos anteriormente expuestos, este Juzgado Vigésimo


Tercero de Primeria Instancia en lo Penal con funciones de Juicio del Circuito
Judicial Penal del Area Metropolitana de Caracas, administrando Justicia en
Nombre de la República y por autoridad de la Ley, emite los siguientes
pronunciamientos:

UNICO: Se ABSUELVE a REINALDO RAFAEL VENERE ROCA, de las


características enunciadas en el encabezamiento de la presente decisión, de los
cargos que le fueron formulados por la perpetración de los delitos de HOMICIDIO
CALIFICADO, previsto y sancionado en el 406.1, en relación con el 405 ambos
del Código Penal y LESIONES PERSONALES LEVES, sancionados en los
artículos 416 en relación con el 413 eiusdem de conformidad con las previsiones
de los artículos 365 y 366 ambos del Código Orgánico Procesal Penal, por
considerar no existen elementos suficientes que sirvan para atribuir al acusado el
delito en cuestión.

De conformidad con las previsiones de la norma penal adjetiva, se decretó la


inmediata cesación de las medidas cautelares que pesan en contra de los
acusados por este Proceso, ordenándose al Secretario hacer las inscripciones y
registros correspondientes. De la misma forma, el Tribunal acordó la restitución de
todos aquellos bienes afectados al proceso y no sujetos a comiso. Se instruyó al
secretario para que hiciera las inscripciones y registros necesarios.

Se exoneró del pago de costas a las partes, en virtud que nuestra constitución, en
su artículo 26 garantiza la Justicia gratuita.
EL JUEZ

DR. FRANCISCO J. ESTABA S.

LA SECRETARIA

ABG. JANEHT ARROYO

Dada, firmada y sellada en la Sala de Audiencias del Juzgado Vigésimo Tercero


de Primera Instancia en lo penal Del Circuito Judicial Penal Del Area Metropolitana
De Caracas el día dieciocho (18) de julio del año de nuestro señor Dos mil trece
(2013). Año 201° de la Independencia y 152° de la Federación.

LA SECRETARIA

ABG. JANEHT ARROYO


Exp: J-23-543
FJE/fje.-

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