Vous êtes sur la page 1sur 29

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE NICARAGUA, MANAGUA

INSTITUTO POLITÉCNICO DE SALUD

“Dr. LUIS FELIPE MONCADA”

POLISAL UNAN-MANAGUA

“Estudio de las inmunodeficiencias”

Profesor: Juan Francisco Rocha López

INTEGRANTES:

 Marcia María Gómez González


 Hixel Yaneth Arroliga Vivas
 Norma Nohemí Vanegas Sotelo

CARRERA: Bioanálisis clínico TURNO:


sabatino

Año: III
Objetivo general

 Describir mediante pruebas de laboratorios de inmunología clínica,


estudios inmunológicos necesarios para la orientación en el diagnóstico
de inmunodeficiencias.
 Objetivos específicos
 Clasificar los tipos de inmunodeficiencias
 Resaltar brevemente las inmunodeficiencias más representativas.
 Describir los aspectos clínicos más relevantes de las inmunodeficiencias
 Describir las pruebas útiles que conllevan al diagnóstico e
interpretación de resultados ante las inmunodeficiencias.
Justificación

Actualmente las enfermedades de inmunodeficiencia forman parte del


Antecedentes

Los orígenes de la inmunología están muy ligados a la microbiología, ya


que el objeto de estudio son la defensa que los animales desarrollan frente
a una invasión por microorganismos o partículas extrañas las cuales han
evolucionado e integrado, por lo que el cuerpo no las reconoce, como
propios, haciendo que los mecanismos inmunes los neutralicen y degraden.

La inmunología es una ciencia que examina la estructura y función del


sistema inmunitario. Se origina en la medicina y en los primeros estudios
sobre las causas de la inmunidad a la enfermedad.

Como tantas otras ciencias, la Inmunología presenta un prolongado


período pre-científico de observaciones y aproximaciones meramente
empíricas. Registro de enfermedades y de epidemias en los documentos
épicos de Babilonia (Gilgamesh) y de las dinastías antiguas de Egipto.
2000 a.c, así como la valorización era una práctica habitual de la cultura
china.1000 a.C. La resistencia a ulteriores ataques de una enfermedad
infecciosa fue ya recogida en escritos de la antigüedad; el historiador
griego Tucídides (464-404 a.C.) narra una epidemia acaecida durante la
guerra del Peloponeso, los enfermos eran atendidos solo por aquellos que
habían sobrevivido previamente a la enfermedad, en la seguridad de que
estos no volverían a ser contagiados. Hipócrates propone alteraciones en
el sistema de los humores para explicar las enfermedades y el humor
maligno como causa de la peste (460- 377 a.c).

Ya en el siglo X, Rhazes (medico islámico) describe clínicamente a la


viruela y la diferencia de otras enfermedades eruptivas. Además establece
que los sujetos que se recuperan de la enfermedad tienen una inmunidad
prolongada (teoría de la inmunidad adquirida). Para el siglo XI Avicena
propone que las enfermedades son transmitidas por semillas pequeñas, o
gérmenes.
Igualmente, en la antigua China se había observado que las personas que en su
niñez habían padecido la viruela no la adquirían más adelante en su vida. Los
mismos chinos, en el siglo XI a. C., fueron los primeros en intentar una aplicación
de estas observaciones que indicaban la inducción de un estado protector por
medio de una forma suave de la enfermedad, la inhalación de polvo de escamas
de viruela provocaba un ataque suave que confería resistencia ante infecciones
posteriores. Una modificación fue introducida en Occidente en el siglo XVIII por
Pylarini y Timoni, y fue popularizada en Gran Bretaña por Lady Mary Wortley
Montague, esposa del embajador inglés en Constantinopla, tras una serie inicial
de pruebas sobre "voluntarios" (prisioneros). Sin embargo, este tipo de prácticas
no llegaron a arraigar ampliamente, ya que no estaban exentas de riesgos, entre
los cuales figuraba la posibilidad de transmisión de otras enfermedades.

En l546 Fracastoro extiende la hipótesis de Avicena sobre el contagio de las


enfermedades y de que la protección es común para varias enfermedades
eruptivas. Se observa que el contacto del contenido de lesiones de viruela de las
vacas (cow-pox), en los ordeñadores hacía que éstos no sufrieran la enfermedad.
Hieronymus Mercurialis difiere de Fracastoro y dice que la protección contra
infecciones es específica.

En 1722, el Príncipe y la princesa de Gales en Inglaterra permiten la variolización


de su hijo favoreciéndose esta medida al resto de la población, Voltaire en su libro
de cartas filosóficas describe la variolización aplicando polvo de las costras de las
lesiones de viruela en la mucosa nasal que fue practicada por los chinos y turcos
(1733).

El contenido de lesiones de viruela de personas enfermas, en personas sanas, las


dejaba libres de contraer la enfermedad. El primer acercamiento a la inmunización
con criterios racionales fue realizado por el médico inglés Edward Jenner (1749-
1823), tras su constatación de que las vaqueras que habían adquirido la viruela
vacunal (una forma benigna de enfermedad que sólo producía pústulas en las
manos) no eran atacadas por la grave y deformante viruela humana. Esta
observación llevó a Edward Jenner, médico inglés en 1796, a transferir seis
semanas después pus de una lesión infectada de una ordeñadora (Sarah Nelmes)
al brazo del niño James Phipps y éste no enfermó. Jenner publicó sus resultados
en 1798 ("An enquiry into the causes and effects of the variolae vaccinae..."),
pronosticando que la aplicación de su método podría llegar a erradicar la viruela.
Jenner fue el primero en recalcar la importancia de realizar estudios clínicos de
seguimiento de los pacientes inmunizados, consciente de la necesidad de contar
con controles fiables. La falta de conocimiento, en aquella Época, de las bases
microbiológicas de las enfermedades infecciosas retrasó en casi un siglo la
continuación de los estudios de Jenner, aunque ciertos autores, como Turenne, en
su libro "La syphilization" (1878) lograron articular propuestas teóricas de cierto
interés.

A fines del siglo XIX Robert Koch demostró que las enfermedades infecciosas
eran provocadas por microorganismos, (virus, bacterias, hongos y parásitos),
causantes de enfermedad ó patología. Transmite el ántrax a los animales a partir
de un cultivo "in vitro", cumpliéndose los postulados de Koch. 1876. Hizo además
aportes fundamentales sobre hipersensibilidad. El primer abordaje plenamente
científico de problemas inmunológicos se debió, a Louis Pasteur. Estudiando la
bacteria responsable del cólera aviar (más tarde conocida como Pasteurella
aviseptica), observó (1880) que la inoculación en gallinas de cultivos viejos, poco
virulentos, las protegía de contraer la enfermedad cuando posteriormente eran
inyectadas con cultivos normales virulentos. De esta forma se obtuvo la primera
vacuna a base de microorganismos atenuados. Fue Pasteur quien dio carta de
naturaleza al término vacuna, en honor del trabajo pionero de Jenner.

En los años siguientes Pasteur abordó la inmunización artificial para otras


enfermedades, concretamente, estableció de forma clara que cultivos de Bacillus
anthracis atenuados por incubación a 45°C conferían inmunidad a ovejas
expuestas a contagio por carbunco. Años después, abordaría la inmunización
contra la rabia, enfermedad de la que se desconocía el agente causal. Pasteur
observó que éste perdía virulencia cuando se mantenían al aire durante cierto
tiempo extractos medulares de animales infectados, por lo que dichos extractos se
podían emplear eficazmente como vacunas. Realizó la primera vacunación
antirrábica en humanos el 6 de julio de 1885, sobre el niño Joseph Meister, que
había sido mordido gravemente por un perro rabioso. A este caso siguieron otros
muchos, lo que valió a Pasteur reconocimiento universal y supuso el apoyo
definitivo a su método de inmunización, que abría perspectivas prometedoras de
profilaxis ante muchas enfermedades. Estos logros determinaron, en buena
medida, la creación del Instituto Pasteur, que muy pronto reunió a un selecto
grupo de científicos, que enfocarían sus esfuerzos en diversos aspectos de las
inmunizaciones y de sus bases biológicas. A su vez, los norteamericanos Salmon
y Smith (1886) perfeccionaron los métodos serológicos de Pasteur, lo que les
permitió producir y conservar más fácilmente sueros tipificados contra la peste
porcina.

A finales del siglo XIX existían dos teorías opuestas sobre los fundamentos
biológicos de las respuestas inmunes. Por un lado, el zoólogo ruso Ilya Ilich
Mechnikov (1845-1916), que había realizado observaciones sobre la fagocitosis en
estrellas de mar y pulgas de agua, estableció, a partir de 1883, su "Teoría de los
fagocitos", tras estudiar fenómenos de englobamiento de partículas extrañas por
los leucocitos de conejo y de humanos. Informó que existían fenómenos de
eliminación de agentes patógenos por medio de "células devoradoras" (fagocitos)
que actuaban en animales vacunados contra el carbunco, y explicó la
inmunización como una "habituación" del hospedador a la fagocitosis. Más tarde,
ya integrado en el Instituto Pasteur, propugnó la idea de que los fagocitos
segregan enzimas específicos, análogos a los "fermentos" digestivos (1900). Esta
teoría de los fagocitos constituyó el núcleo de la teoría de la inmunidad celular, de
modo que la fagocitosis se consideraba como la base principal del sistema de
defensa inmune del organismo.

Por otro lado, la escuela alemana de Koch hacía hincapié en la importancia de los
mecanismos humorales (teoría de la inmunidad humoral). Emil von Behring (1854-
1917) y Shibasaburo Kitasato (1856-1931), a resultas de sus trabajos sobre las
toxinas del tétanos y de la difteria, observaron que el cuerpo produce "antitoxinas"
(más tarde conocidas como anticuerpos) que tendían a neutralizar las toxinas de
forma específica, y evidenciaron que el suero que contiene antitoxinas es capaz
de proteger a animales expuestos a una dosis letal de la toxina correspondiente
(1890). La intervención de Ehrlich permitió obtener sueros de caballo con niveles
de anticuerpos suficientemente altos como para conferir una protección eficaz, e
igualmente se pudo disponer de un ensayo para cuantificar la "antitoxina" presente
en suero. Ehrlich dirigió desde 1896 el Instituto Estatal para la Investigación y
Comprobación de Sueros, en Steglitz, cerca de Berlín, y, a partir de 1899, estuvo
al frente del mejor equipado Instituto de Terapia Experimental, en Frankfurt.
Durante este último periodo de su vida, Ehrlich produce una impresionante obra
científica, en la que va ahondando en la comprensión de la inmunidad humoral. En
1900 da a luz su "Teoría de las cadenas laterales", en la que formula una
explicación de la formación y especificidad de los anticuerpos, estableciendo una
base química para la interacción de éstos con los antígenos. Por su lado, R. Kraus
visualiza por primera vez, en 1897, una reacción antígenoanticuerpo,al observar el
enturbiamiento de un filtrado bacteriano al mezclarlo con un suero inmune
específico (antisuero). Durante cierto tiempo se creyó que el suero posee distintas
actividades inmunes humorales, cada una denominada de forma
diferente:antitoxina (neutralización de toxinas), precipitina (precipitación de
toxinas), aglutinina (aglutinación de bacterias) y bacteriolisina (lisis de bacterias).
Hubo que esperara a los años 30 para caer en la cuenta que todas estas
actividades se debían a un único tipo de entidad, que fue bautizado como
anticuerpo.

En 1898 Jules Bordet (1870-1961) descubre otro componente sérico relacionado


con la respuesta inmunitaria, al que bautiza como "alexina", caracterizado, frente
al anticuerpo, por su termolabilidad e inespecificidad (más tarde se impondría el
nombre de complemento, propuesto por Ehrlich). El mismo Bordet desarrolló, en
1901, el primer sistema diagnóstico para la detección de anticuerpos, basado en la
fijación del complemento, y que inició un largo camino, que llega a nuestros días.
La conciliación de las dos teorías (celular y humoral) se inició con los trabajos de
Almorth Wrigth y Stewart R. Douglas, quienes en 1904 descubren las opsoninas,
anticuerpos presentes en los sueros de animales inmunizados y que, tras unirse a
la superficie bacteriana, incrementan la capacidad fagocítica de los leucocitos. En
los años 50 se reconoce que los linfocitos son las células responsables de los dos
componentes, humoral y celular, de la inmunidad.

Una importante faceta de la inmunología de la primera mitad del siglo XX fue la


obtención de vacunas. Se lograron toxoides inmunogénicos a partir de toxinas
bacterianas, en muchos casos por tratamiento con formol: toxoide tetánico (Eisler
y Lowenstein, 1915) y toxoide diftérico (Glenny, 1921). En 1922 se desarrolla la
vacuna BCG contra la tuberculosis, haciendo uso de una cepa atenuada de
Mycobacterium tuberculosis, el bacilo de Calmette- Guérin. La utilización de
coadyuvantes se inicia en 1916, por LeMoignic y Piroy.

Otra de las grandes controversias de los primeros tiempos de la Inmunología se


refería al tipo de mecanismos postulados para explicar la especificidad de la
reacción antígeno-anticuerpo. Se propusieron dos tipos de teorías: la selectiva y la
instructiva. La primera formulación de tipo instructivo se debió a Paul Ehrlich
(teoría de las cadenas laterales):suponía que las células inmunes expresan en su
superficie una gran variedad de cadenas laterales preformadas; la unión de un
agente patógeno determinado con una cadena lateral adecuada sería análoga a la
complementariedad entre una llave y su cerradura; dicha interacción originaría la
liberación de la cadena lateral, e induciría a la célula a producir y liberar más
cadenas laterales de ese tipo concreto. Como se ve, esta teoría supone que la
selectividad de la cadena lateral está determinada previamente a la exposición al
antígeno, que sólo actúa seleccionando la producción y liberación de la cadena
adecuada.

En cambio, durante los años 30 y 40 se daba más crédito a las teorías instructivas.
En ellas, el antígeno juega un papel central a la hora de determinar la
especificidad del anticuerpo correspondiente. Se sugería que el antígeno serviría
como un molde alrededor del cual se plegaría la molécula del anticuerpo, que de
esta forma adquiriría su especificidad. Estas teorías, popularizadas sobre todo por
Linus Pauling, podían encajar en aquellos tiempos en que aún existían muchas
lagunas de los conocimientos, pero en los años 50, tras los nuevos
descubrimientos en Biología Molecular (ADN, ARN, código genético, etc.), fueron
descartadas.

Una contribución esencial a las ideas sobre el mecanismo de formación de los


anticuerpos la realizó el australiano Macfarlane Burnet (1899-1985), al establecer
su teoría de la selección clonal; ésta argumenta que cada linfocito B, previamente
al contacto con el antígeno, sintetiza un único tipo de anticuerpo, específico para
cada antígeno determinante antigénico), de modo que la unión del antígeno causa
la proliferación clonal del linfocito B, con la consecuente síntesis incrementada de
anticuerpos específicos. Esta teoría resucitó las ideas selectivas, y actualmente es
el paradigma aceptado por todos los inmunólogos. Más recientemente Niels Jerne
ha realizado nuevas aportaciones y refinamientos a la teoría de la selección clonal,
proponiendo un modelo de regulación inmune conocido como teoría de las redes
idiotípicas.

Cabe citar la técnica de producción de anticuerpos monoclonales a partir de


hibridomas, desarrollada originalmente por Cesar Milstein y Georges Kohler en
1975, y que presenta una enorme gama de aplicaciones en biomedicina, o el
desentrañamiento de los fenómenos de reorganización genética responsables de
la expresión de los genes de inmunoglobulinas, por Susumu Tonegawa. Para
1983 James Allison y Kathryn Haskins aíslan el receptor para antígeno de los
linfocitos T. En 1984 Mark Davis y Tak Mak caracterizan los genes del receptor
para antígeno de linfocitos T.

Desde 1901 hasta nuestros días alrededor de 25 científicos han obtenido el


premio Nóbel por distintos descubrimientos que han sido un aporte fundamental
en Inmunología. En dos 10siglos de historia se han realizado grandes avances
científicos en áreas como: la serología, inmunidad celular, inmunología molecular
e inmunogenética. Mecanismos inmunológicos han permitido explicar la patogénia
de diversas enfermedades: alergias, enfermedades autoinmunes,
inmunodeficiencias y gamapatías monoclonales.
Marco teórico

Un sistema inmunitario, sistema inmune o sistema inmunológico es un


conjunto de estructuras y procesos biológicos en el interior de
un organismo que le permiten mantener la homeostasis o equilibrio interno
frente a agresiones externas, ya sean de naturaleza biológica (agentes
patógenos) o físico-química (como contaminantes o radiaciones), e
internas.

El sistema inmunitario se encuentra compuesto por linfocitos, leucocitos,


antícuerpos, células T, citoquinas, macrófagos, neutrófilos, entre otros
componentes que ayudan a su funcionamiento. La detección es complicada
ya que los patógenos pueden evolucionar rápidamente. Produciendo
adaptaciones que evitan el sistema inmunitrio y permiten a los patógenos
infectar con éxito.

Existen dos tipos de sistemas inmunitarios:


Sistema inmunitario innato (natural o inespecífico): La inmunidad
innata, primera línea de defensa aun sin previo contacto con un agente,
media una respuesta inespecífica y no dependiente de estímulos o
infecciones. Reconoce patrones Moleculares que comparten muchos
microorganismos pero que no están presentes en el ser humano, por medio
de receptores de reconocimiento distribuidos en todo el organismo (Tolllike
receptors). Incluye el sistema fagocítalo, el sistema de complemento y las
barreras epiteliales naturales.

Sistema inmunitario adquirido (adaptativo o específico):


Representado por los linfocitos T y B, es capaz de reconocer estructuras
específicas de patógenos, para aprender y proliferar también
específicamente, e incluso llegar a distinguir millones de antígenos
diferentes en forma simultánea. Se expresa después del sistema inmune
innato.
Estos dos sistemas actúan en concierto y son recíprocos, de manera que el
sistema innato inicia la respuesta inmune y presenta los antígenos al sistema
inmune específico. Este, a su vez, se encarga de aumentar la capacidad del
sistema inmune innato para reconocer antígenos, aumentando el proceso de
defensa.
Cuando parte del sistema inmune se encuentra ya sea ausente o alguna de
sus funciones impedidas, puede resultar una enfermedad de
inmunodeficiencia. Una enfermedad de inmunodeficiencia puede ser
causada ya sea por un defecto intrínseco en las células del sistema inmune,
o por que algún factor o agente ambiental extrínseco dañe el sistema
inmune.
Así mismo podemos definir un antígeno (“anti”, que significa opuesto o con
propiedades contrarias), so todas las sustancias que pueden ser
reconocidas por el sistema inmunitario adaptativo, bien sean propias o
ajenas.

Un antígeno suele ser una molécula ajena o toxica para el organismo (por
ejemplo, una proteína derivada de una bacteria), que una vez dentro del
cuerpo, atrae y se une con alta afinidad a un anticuerpo específico. Cada
anticuerpo es capaz de lidiar específicamente con un único antígeno gracias
a la variabilidad que le otorga la región determinante de complementariedad
del anticuerpo dentro de la fracción Fab de los mismos.

Cabe señalar que para que un antígeno sea reconocido por un anticuerpo,
estos interactúan por complementariedad espacial. La zona donde el
antígeno se une al anticuerpo recibe el nombre de epitopo o determinante
antigénico, mientras que el área correspondiente de la molécula del
anticuerpo es el paratopo. Los nombres químicos de las proteínas de
anticuerpos son “inmunoglobulina” o “gammaglobulina”.
Los anticuerpos varían de molécula a molécula con respecto a cuales
microorganismos se unan. Pueden también variar con respecto a sus
funciones especializadas en el cuerpo .Este tipo de variación en cuanto a las
funciones especializadas es determinada por la estructura química del
anticuerpo, la cual a su vez determina la clase del anticuerpo. Existen 4 tipos
principales de anticuerpos o inmunoglobulinas:
Inmunoglobulina G (IgG)
Inmunoglobulina A (IgA)
Inmunoglobulina M (IgM)
Inmunoglobulina E (IgE)
Como se mencionó anteriormente se considera un antígeno a cualquier
molécula o fragmento molecular que puede ser reconocido por una gran
variedad de receptores antigénicos (receptores de células T o receptores de
células B) y del sistema inmunitario adaptativo.
De otro modo los antígenos por si solos no son capaces de provocar una
respuesta inmune protectora sin la ayuda de un adyuvante inmunológico.
Los componentes adyuvantes de las vacunas juegan un papel esencial para
la activación del sistema inmunitario innato.
Un inmunogeno es entonces, en analogía al antígeno, una sustancia (o una
combinación de sustancias) capaz de desencadenar una respuesta inmune
protectora cuando este es introducido al organismo. Entones, un
inmunogeno debe iniciar una respuesta inmune innata, para más adelante
continuar con la activación del sistema inmunitario adaptativo, mientras que
un antígeno es capaz de unirse a los productos inmuno receptores altamente
variables (receptores de células T y receptores de células B).

Inmunodeficiencias

Las inmunodeficiencias se deben a la ausencia o al funcionamiento anormal


de uno o más elementos del sistema inmunitario. Las inmunodeficiencias
específicas se caracterizan por anomalías de las células T o B, los
principales componentes del sistema inmunitario adaptativo. Las
inmunodeficiencias inespecíficas afectan a elementos como el complemento
o los fagocitos que desempeñan un papel inespecífico en las respuestas
inmunitarias.
Las inmunodeficiencias primarias son debidas a defectos intrínsecos de las
células que integran el sistema inmunitario, y en la mayoría de los casos
aparecen como consecuencia de anomalías genéticas. Las
inmunodeficiencias secundarias son debidas a factores extrínsecos como las
radiaciones, los fármacos, la desnutrición o las infecciones. Por ejemplo, el
SIDA es una inmunodeficiencia provocada por una infección vírica.

Las inmunodeficiencias hacen a los pacientes más susceptibles frente a las


infecciones. A grandes rasgos, las infecciones que contraen los pacientes
inmunodeprimidos se pueden dividir en dos categorías. Los pacientes con
defectos de las inmunoglobulinas, las proteínas del complemento o los
fagocitos son muy susceptibles a las infecciones recurrentes causadas
por bacterias encapsuladas, como Haemophilus influenzae, Streptococcus
pneumoniae y Staphylococcus aureus. Estas infecciones se denominan
piogénicas, porque las bacterias inducen la formación de pus. Por el
contrario, los pacientes con defectos de la inmunidad celular, es decir, de
las células T, suelen contraer graves infecciones (que pueden resultar
fatales) por microorganismos ambientales de distribución muy amplia,
frente a los que los individuos normales desarrollan
rápidamente resistencia. Por ello, estas infecciones se denominan
oportunistas; entre los microorganismos oportunistas; entre los
microorganismos oportunistas se encuentran las levaduras y
algunos virus muy comunes, como el de la varicela.

El sistema inmune, que se compone de órganos, tejidos, proteínas, y


células especiales, a diario protege a diario a las personas de gérmenes y
microorganismos. Es la defensa del cuerpo ante organismos infecciosos y
otros invasores. Mediante una serie de pasos llamados “respuesta inmune”,
el sistema inmunológico ataca a los organismos y las sustancias que
invaden los sistemas del cuerpo y causan las enfermedades.

La inmunodeficiencia es un estado patológico en el que el sistema


inmunitario no cumple con el papel de protección que le corresponde
dejando al organismo vulnerable a la infección por lo tanto constituyen un
grupo muy amplio de enfermedades que afectan a uno o más componentes
del sistema inmune, tanto innato como adaptativo. Su pronóstico por tanto
es muy variable, siendo a veces muy ominoso. A consecuencia de ese
funcionamiento inadecuado se padecen más o infecciones de lo habitual, y
además las infecciones se hacen más prolongadas, responden mal a los
tratamientos habituales, y aparecen también con microbios relativamente
inofensivos en las personas sin inmunodeficiencias. Sin embargo, su
estudio ha permitido comprender con gran detalle el funcionamiento del
sistema inmune y permitir en ocasiones lograr un tratamiento exitoso.

Clasificación de las inmunodeficiencias

Las Inmunodefiencias Primarias (IDP):

Las inmunodeficiencias primarias (IDP) son un grupo heterogéneo de


desórdenes generalmente de origen hereditario que afectan la inmunidad
celular (Linfocitos T) y humoral específica (Linfocitos B) o los mecanismos
de defensa no específicos del huésped (células fagocíticas, citocinas,
proteínas del complemento, entre otras). Estos desordenes en el sistema
inmune causan una incrementada susceptibilidad a las infecciones y
posible desarrollo de enfermedades autoinmunes. En la mayoría de los
casos se manifiestan en los cinco primeros años de vida (90%), no
obstante, pueden presentarse a cualquier edad incluyendo adultos. Con
respecto a su distribución por sexo casi todos los registros demuestran
gran predominio masculino (60-80%). Se estima que 1 de cada 10.000
niños nacidos vivos presentan a lo largo de su infancia algún tipo de
inmunodeficiencia primaria.

Las inmunodeficiencias primarias han sido clasificadas de acuerdo al


defecto molecular que presentan en: Inmunodeficiencias ligadas a X e
inmunodeficiencias autosómicas recesivas Hasta el momento se han
definido unas 100 enfermedades por deficiencia inmunológica. Sin
embargo, esta cifra puede ser aún mayor, si se tiene en cuenta que de los
40.000 genes estimados en el hombre, entre 1.000 y 10.000 podrían estar
involucrados en el desarrollo y la función de las células del sistema inmune.
Las manifestaciones clínicas de las inmunodeficiencias primarias pueden
ser muy variadas en función del defecto inmunológico, en algunos niños se
presenta desmedro en el crecimiento y en el desarrollo como consecuencia
de las 17 infecciones que presentan a repetición. Otros síntomas que
podrían estar asociados a las inmunodeficiencias primarias son; erupciones
y alteraciones en la pigmentación de la piel, anomalías en el desarrollo de
la cara, del sistema esquelético y del corazón. Los defectos que implican
alguna alteración en la función de los linfocitos B dan lugar a infecciones
pulmonares recurrentes, a menudo relacionados con septicemia
bacteriana. La carencia de la producción de anticuerpos puede también
aumentar la susceptibilidad a las infecciones por enterovirus dando como
resultado el desarrollo de meningitis viral crónica y giardiasis
gastrointestinal. Las células T son esenciales para el control de la
enfermedad viral y fúngica ya que colaboran con las células B mediante la
liberación de citocinas que promueven una respuesta inmune adecuada y
efectiva. Así, desórdenes como la inmunodeficiencia combinada severa de
LT y LB da como resultado una mayor susceptibilidad a los patógenos
virales, fúngicos y bacterianos.
Clasificación de las inmunodeficiencias primarias
El aumento reciente sobre el conocimiento de los defectos moleculares de
muchas de las inmunodeficiencias primarias ha llevado a grandes avances
en el diagnóstico y manejo de estas patologías permitiendo clasificarlas de
acuerdo al tipo de defecto genético que presentan en:

Inmunodeficiencias ligadas a X:

Inmunodeficiencias autosómicas recesivas:

Inmunodeficiencia combinada severa

No asociadas a inmunodeficiencia combinada severa

Aspectos Clínicos de las inmunodeficiencias Primarias

Ligadas a X

Enfermedad granulomatosa Crónica (EGC)

La Enfermedad Granulomatosa Crónica (EGC) es la inmunodeficiencia


primaria por deficiencia de fagocitos más comúnmente diagnosticada, con
una mayor prevalencia en hombres que en mujeres. La EGC es causada
por un defecto funcional en varios componentes de sistema NADPH
oxidasa de los fagocitos. Existen dos patrones de herencia: el primero
ligado al sexo, por mutación en el gen de la phox 91 (Xp21.1), representa la
forma más frecuente (65%), de comienzo más temprano y curso más
severo y el segundo; autosómico recesivo por mutaciones en los genes de
la phox 22 (16q24), phox 47 (7q11.23) y phox 67 (1q25) .

Las manifestaciones clínicas comprenden infecciones recurrentes severas


y supurativas; abscesos del tejido subcutáneo, el hígado y los pulmones,
gingivoestomatitis, periodontitis, adenitis piógena supurativa, osteomielitis
multifocal y enfermedad diarreica recurrente. La mala regulación en la
respuesta inflamatoria lleva a la formación de granulomas en muchos
órganos que pueden producir obstrucción de los aparatos digestivo y
genitourinario.

El defecto molecular de la EGC es una deficiencia en la bolsa respiratoria.


Los componentes estructurales de sistema oxidativo NADPH se requieren
para la generación de superoxido y otras especies reactivas importantes en
la fagocitosis de microorganismos. El sistema NADPH se compone de
cuatro componentes, 2 de ellos (phox 91 y phox 22) ubicados en la
membrana plasmática del fagocito formando el citocromo b558 y otros dos
(phox 47 y phox 67) ubicados en el citoplasma. La activación del sistema
requiere la movilización de los componentes 24 citoplasmáticos hacia la
membrana y su acople al citocromo. La ausencia o disfunción de alguno de
estos componentes imposibilita el correcto funcionamiento enzimático

Agamaglobulinemia ligada al sexo (enfermedad de Bruton)

La Agamaglobulinemia ligada a X fue la primera inmunodeficiencia primaria


identificada en 1952 por Bruton, por lo que también es
llamadaagammaglobulinemia de Bruton, en esta enfermedad hay ausencia
de células B en sangre periférica y órganos linfoides debido a un defecto
molecular que imposibilita la supervivencia de la célula B (Rugeles, 2004).
Esta enfermedad afecta exclusivamente a varones, inicia sus
manifestaciones clínicas más tempranamente que otras formas de
deficiencias de anticuerpos. Las principales manifestaciones clínicas son
las infecciones recurrentes, pero además de ellas los pacientes pueden
presentar cuadros de artritis crónica o cuadros semejantes a
dermatomiocitis. Las infecciones virales son controladas normalmente en
su mayoría con excepción de infecciones por enterovirus del sistema
nervioso central (meningoencefalitis crónica). El examen físico muestra la
ausencia de ganglios linfáticos superficiales y amígdalas. Las
inmunoglobulinas séricas son indetectables o están francamente
disminuidas (por lo general la IgG es menor de 200 mg/dl) y los linfocitos B
en sangre periférica están ausentes o muy disminuidos (menor al 2 %). La
inmunidad celular no está afectada.

Esta deficiencia está determinada por una alteración en la proteína kinasa


Btk (Bruton tirosin kinasa), proteína relacionada con la maduración y
proliferación del linfocito B. La falta de actividad de esta proteína como
consecuencia de mutaciones en el gen que la codifica genera un bloqueo
en la maduración a nivel del estadio de células pre-B.

Síndrome de Hiper IgM

Se caracteriza por presentar tanto niveles normales como muy elevados de


IgM con marcada hipogammaglobulinemia IgG e IgA. Además de las
infecciones recurrentes por gérmenes extracelulares encapsulados, los
pacientes suelen presentar infecciones por Pneumocystis carinii, episodios
de neutropenia, manifestaciones de autoinmunidad (citopenias hemáticas,
artritis) y mayor predisposición a las neoplasias de estirpe linfoide (linfomas
y leucemias). Estos pacientes comúnmente presentan adenomegalias,
hipertrofia amigdalina y hepatoesplenomegalia. El recuento de linfocitos B
circulantes es normal y la inmunidad celular generalmente está conservada

La falla molecular responsable se ubica en el ligando de CD40, molécula


normalmente expresada en linfocitos T activados, imprescindible para el
cambio de isotipo de IgM a IgG e IgA. Mutaciones en el gen de esta
molécula condicionan la falta de síntesis o la síntesis de una molécula no
funcional.
Síndrome de Wiskott Aldrich

El síndrome de Wiskott Aldrich (WAS) es una enfermedad recesiva ligada


al sexo con una incidencia mundial de 4 enfermos por cada millón de niños
varones nacidos vivos (Chien, 2004). Se manifiesta por eczema,
infecciones recurrentes y trombocitopenia (Lim, 2004). Las manifestaciones
suelen aparecer durante el primer año de vida. El eczema adquiere las
características de una dermatitis atópica con gran tendencia hemorrágica.

Las infecciones se localizan principalmente en el tracto respiratorio tanto


superior (conjuntivitis, sinusitis, otitis media) como inferior (bronquitis,
neumonías). Los gérmenes responsables son especialmente
microorganismos piógenos (Streptococcus pneumoniae, Haemophilus
influenzae). Las infecciones virales por herpes simple o por varicela zoster
suelen ser severas y condicionar una alta morbimortalidad. El cuadro
clínico puede completarse con manifestaciones de autoinmunidad como
vasculitis, glomerulonefritis o anemias

Las concentraciones de IgM en suero son reducidas, mientras que las


concentraciones de IgA e IgE son elevadas y la IgG se encuentra normal.
En algunos casos se puede encontrar un déficit de las subclases de IgG2 e
IgG4. La formación de anticuerpos, especialmente a polisacáridos
capsulares bacterianos se encuentra defectuosa, además los pacientes
presentan una pobre respuesta a antígenos de tipo proteico como
isohemaglutininas y anticuerpos anti-neumococo .

El gen responsable del síndrome del Wiskott Aldrich codifica para la


proteína WASP localizada en el cromosoma Xp11.22-p11.23, se han
identificado diferentes mutaciones localizadas a través del gen, pero la más
común envuelve la sustitución de nucleótidos. La interacción entre la
proteína WASP el Cdc42 de la familia GTPasa Rho y el complejo
organizador del citoesqueleto Arp2/3 es muy importante en la transducción
de señales que cuando presentan algún tipo de alteración se refleja en
problemas a nivel de señalización, polarización, movilidad y fagocitosis de
las células.

Autosómicas recesivas

Inmunodeficiencia combinada severa

Esta forma se presenta solamente en varones y se debe a la falta total de


diferenciación de precursores linfoides pretímicos. Como consecuencia de
ello se observa una marcada linfopenia con ausencia de linfocitos T
maduros. Los linfocitos B, que se encuentran presentes en número normal
o incluso aumentado; son funcionalmente deficientes
(agammaglobulinemia). Las células NK están ausentes o francamente
disminuidas con pobre actividad citotóxica

El defecto molecular responsable se encuentra en la cadena gamma


común, cadena que comparten los receptores para varias citocinas (IL-2,
IL-4, IL-7, IL-9 e IL-15). Esta cadena se encuentra asociada a la tirosina
kinasa JAK3, unión necesaria para transmitir la señal de activación celular
hacia el interior de la célula. Mientras que la disfunción de los receptores
para IL-2 e IL-7 genera el bloqueo en el desarrollo de LT, la alteración de
receptor para la IL-15 sería la responsable de la deficiencia de células NK.
Diferentes tipos de mutaciones en el gen que codifica para la cadena
gamma del receptor de IL-2 generan alteraciones en la transcripción
necesaria para una síntesis proteica normal.

Deficiencia de Adenosin Deaminasa (ADA)


La deficiencia de adenosina deaminasa (ADA), representa
aproximadamente el 20% de todos los casos de Inmunodeficiencia
combinada severa (IDCS) y el 40 % de los de transmisión autosómica
recesiva. ADA, es una enzima que interviene en el metabolismo de la
purinas, transforma reversiblemente la adenosina en inosina y 2' -
deoxiadenosina (dAdo) en 2' deoxiinosina. La acumulación de adenina
dAdo tiene efectos tóxicos sobre los linfocitos, especialmente en estadíos
inmaduros (timocitos). Además, Ado es fosforilado en dATP, el cual ejerce
un efecto inhibitorio sobre la ribonucleótido reductasa, enzima requerida
para la síntesis del ADN. La enzima S-adenosil – homocisteína hidrolasa
(SAH hidrolasa), enzima necesaria para la normal metilación del ADN,
también se ve inactivada por la acumulación de estos sustratos.
En el 85 % de los casos de deficiencia de ADA las manifestaciones
clínicoinmunológicas corresponden a una IDCS. Se observa una alta
incidencia de alteraciones neurológicas y, en el 50 % de los casos, un
displasia osteocondral visible radiológicamente. Estos individuos presentan
una marcada linfopenia con compromiso variable de las células NK. El
diagnóstico se establece documentando una actividad enzimática deficiente
en eritrocitos y linfocitos y/o midiendo las altas concentraciones de dATP

Deficiencia de la Fosforilasa de Purina (PNP)

La fosforilasa de purina (PNP) juega un papel importante en la vía salvaje


de purina, la deficiencia de PNP es una enfermedad autosomica recesiva
que causa una deficiencia severa de LT con deficiencias variables en la
inmunidad humoral, los pacientes con deficiencia de PNP presentan
infecciones bacterianas, virales y fúngicas recurrentes usualmente en los
primeros años de vida
Deficiencia de Rag1 y Rag2

Se hereda en forma autosómica recesiva y resulta de un defecto en el


proceso de recombinación de los fragmentos VDJ en la recombinación
genética de las inmunoglobulinas, a consecuencia de esto se interrumpe
totalmente la diferenciación de linfocitos T y B. La diferenciación de células
NK no se ve afectada por lo cual el número y la funcionalidad de estas
células se encuentra conservado Rag1 y Rag2 (recombinase-activating
gene 1 ó 2) forman un complejo con actividad endonucleasa requerido para
iniciar el proceso de recombinación de los genes VDJ durante la formación
de los receptores para antígenos tanto de los linfocitos T (TCR) como de
los B (BCR). Estos receptores son necesarios para transmitir señales de
sobrevida en precursores linfoides durante el desarrollo de las células T y
B. Distintas mutaciones en los genes Rag1 o Rag2 son responsables del
desarrollo de la enfermedad.

Deficiencia de Zap70

Esta deficiencia se transmite en forma autonómica recesiva. La proteína


ZAP 70 (zeta associated protein 70), proteína kinasa expresada
exclusivamente en linfocitos T y células NK, juega un papel esencial en el
proceso de selección positiva y negativa durante la maduración tímica de
los linfocitos T, principalmente para los linfocitos que expresan el marcador
CD8. Se encuentra unida a la cadena ζ del complejo CD3 interviniendo en
la señalización de estas células. Mutaciones en el gen ZAP 70 (o SRK)
generan un cuadro de inmunodeficiencia celular variable en cuanto a su
severidad. Es Característico encontrar en los niños valores normales de
linfocitos T CD3+ con predominio de CD4+ y ausencia o disminución
marcada de los CD8+. A pesar de encontrarse en número total normal o
incluso elevado, estos linfocitos CD4+ son incapaces de responder a la
estimulación in vitro frente a mitógenos específicos o células alogénicas.
Los linfocitos B y las células NK son normales tanto en número como en
función

Deficiencia de Jak3

Esta enfermedad se transmite con un patrón de herencia autosómico


recesivo. El defecto molecular se encuentra en la proteína kinasa JAK 3
(Janus associated kinase 3), proteína asociada al dominio intracelular de la
cadena gamma común que interviene en la transducción de la señal
generada tras la unión de las citocinas a sus respectivos receptores, señal
necesaria para que se complete el desarrollo de linfocitos.

Deficiencia de Adhesión leucocitaria

Esta enfermedad de se debe a la falta de expresión de un grupo de


proteínas expresadas en la superficie celular denominadas moléculas de
adhesión (LAD-1 y LAD-2). LAD-1, de herencia autosómica recesiva,
comprende defectos en las cadenas β (CD18) de las moléculas LFA1
(CD11a-CD18), CR3 (CD11b-CD18) y glucoproteína 150-95 (CR4 o
CD11c-CD18). La edad de comienzo de las manifestaciones clínicas y su
gravedad dependen del grado de expresión de las moléculas. Las formas
severas (menos del 1% de expresión) presentan sus primeras
manifestaciones en el período neonatal con retardo en la caída del cordón
umbilical y posterior onfalitis, piodermitis necrotizantes, neumonía o sepsis
por S. aureus, Pseudomonas aeruginosa o Escherichia coli. Las formas
moderadas (expresión entre 10-20%) se presentan en edades más
avanzadas con otitis media aguda, fístulas de tejido celular subcutáneo
(especialmente perianales) y periodontitis. Es típico encontrar lesiones
carentes de pus y a nivel hematológico se encuentra una marcada
neutrófilo.
El diagnóstico se confirma demostrando por cartometría de flujo la
ausencia o disminución de la expresión de la molécula CD18 en la
superficie celular. Las formas severas tienen un curso fatal en los primeros
años de vida por lo cual deben ser sometidas a un trasplante de medula
ósea alogénico. Para LAD-2 se ha visto un número reducido de pacientes
con manifestaciones similares a LAD 1, acompañadas de talla baja y
retardo mental, en los que se ha encontrado deficiencia de otra molécula
denominada Sialil-Lewis X (CD15s).

Síndrome de Chediak Higashi

Es un desorden autosomico recesivo de todos los gránulos lisosomales


contenidos en las células con características clínicas que envuelven los
sistemas hematopoyeticos y neurológicos (Mackay, 2000). Esta
enfermedad es transmitida como un rasgo autosomico recesivo que se
origina por mutaciones del gen chs1 que codifica para la proteína LYST,
esta proteína es muy importante para la regulación del transporte lisosomal
y la función del citoesqueleto. Este defecto impide la formación normal de
los fagolisosomas y de los melanosomas, vesículas importantes en el
proceso de fagocitosis.

Las características clínicas de este síndrome son infecciones bacterianas


recurrentes especialmente por S. aureus y estreptococos β-Hemolíticos,
defectos en los nervios periféricos, retardo mental, albinismo ocular y
cutáneo parcial, disfunción plaquetaria y enfermedad periodontal severa .

linfoproliferativo autoinmune

Se origina por mutaciones en el gen que codifica para la proteína


adaptadora SH2D1A que acopla moléculas que se encuentran en la
superficie de los leucocitos e interviene en las vías de señalización
intracelular. La función principal de esta molécula parece ser la regulación
negativa de las señales de activación de los linfocitos T, por lo tanto en
estos pacientes se describe una proliferación linfocitaria descontrolada. La
enfermedad se manifiesta generalmente antes de los 5 años, los niños
afectados no presentan sintomatología hasta que desarrollan alguna
infección pormicroorganismos intracelulares como el virus de Epstein Barr
el desencadenantemas común de la sintomatología.

Ataxia Telangiectasia

La ataxia telangiectasia es una enfermedad de transmisión autosómica


recesiva caracterizada por presentar ataxia cerebelosa, telangiectasias
oculo- cutáneas e infecciones recurrentes. Estas últimas se presentan por
lo general en forma de otitis, bronquitis purulentas o neumonías. La ataxia
que suele hacerse evidente cuando el niño empieza a caminar, tiene curso
progresivo llevando a una gran incapacidad. Las telangiectasias aparecen
a edades variables, por lo general antes de los 5 años de edad en
conjuntiva bulbar y/o pabellones auriculares

Es característico encontrar la α-feto proteína elevada en un 95 % de los


casos. La IgG puede encontrarse dentro de los valores normales o incluso
estar disminuida, y puede estar asociada o no a deficiencias de IgG2 o
IgG4. En la gran mayoría de los casos la IgA está ausente al igual que la
IgE. La IgM puede estar normal o elevada. La inmunidad celular,
inicialmente poco afectada, va mostrando con el tiempo una franca
linfopenia.

Una característica muy particular de este cuadro es la hipersensibilidad a


las radiaciones ionizantes y la falla en los mecanismos normales de
reparación del ADN responsables de rupturas cromosómicas que
involucran particularmente a los genes que codifican para los receptores
para el antígeno en el linfocito T y para las inmunoglobulinas de superficie
en los linfocitos B. El pronóstico es desfavorable y actualmente no se
cuenta con un tratamiento adecuado. Los pacientes suelen fallecer en la
segunda década de sus vidas por secuelas pulmonares o enfermedad
linfoproliferativa.

Pruebas inmunológicas de laboratorio


 _ Anticuerpo antimitocondrial
 _ Anticuerpos antinucleares (ANA)
 _ Anticuerpos anticardiolipinas
 _ Título de antiestreptolisina
 _ Beta-2-microglobulina
 Prueba de Coombs

La valoración de la inmunocompetencia en un individuo con sospecha de


Inmunodeficiencia requiere de un análisis cuantitativo, cualitativo o
estructural y de estudios funcionales que permitan detectar alteraciones en
sus mecanismos de defensa. De acuerdo con el mecanismo de defensa
que se quiere evaluar existen diferentes estudios que se pueden organizar
por niveles de complejidad.

Las respuestas inmunitarias contra la mayoría de los antigenos inducen la


producción específica de anticuerpos y linfocitos T efectores.

Este reconocimiento entre el antigeno – anticuerpo o linfocito sienta las


bases del diagnóstico inmunológico.
SEROLOGIA
La medición de las interacciones Antigeno- Anticuerpo con fines
diagnósticos.
Se realizan en 2 vías:
 Utilización de anticuerpos específicos para detectar el
antigeno.(diagnostico directo)
 Utilización de antigenos específicos para detectar anticuerpos.
(diagnostico indirecto)

Bibliografías:

http://www.acadip.org/docroot/demo/images/Inmunodeficiencias_
http://javeriana.edu.co/biblos/tesis/ciencias/tesis02.pdf
http://www.monografias.com/trabajos65/inmunodeficiencias/inmunodeficien
cias2.shtml

Vous aimerez peut-être aussi