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PROFESORES DE SECUNDARIA
TEMA 7
ÍNDICE
1.-INTRODUCCIÓN
2.-¿CUÁLES SON LAS LENGUAS DE ESPAÑA?
3.-FORMACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LAS LENGUAS DE ESPAÑA
3.1-Lenguas prerromanas
3.2-La Romanización
3.3-El latín en la España visigótica
3.4-Los romances hispánicos (siglos VIII-XII)
3.5-Evolución de los romances
3.6-Situación lingüística en los Siglos de Oro
3.7-Las lenguas de España en los siglos XVIII-XIX
4.-VARIEDADES DIALECTALES DE LAS LENGUAS DE ESPAÑA
4.1-Dialectos históricos del latín: asturleonés y aragonés
4.2-Dialectos meridionales: andaluz y canario
4.3-Variedades de transición: extremeño y murciano
4.4-Catalán
4.5-Gallego El disfrute no está en
la llegada sino en el
4.6-Vasco camino….
5.-CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA/WEBGRAFÍA
TEMA 7
1. INTRODUCCIÓN
España ha sido a lo largo de la historia un país multilingüe y por ello este tema es
fundamental para el conocimiento de esta realidad en una doble dimensión, diacrónica y
sincrónica.
3.2- La Romanización
Entre los siglos II a.C. y II d.C., los pueblos de Hispania se van incorporando al
mundo cultural latino: adoptan la lengua, costumbres, forma de vida… en un proceso que
denominamos romanización. Ésta, fue lenta pero intensa e hizo desaparecer las lenguas
anteriores, a excepción de la zona vasca, a ambos lados del Pirineo.
El latín que se generalizó en la Península Ibérica no era el latín clásico, sino la
variedad oral, hablada por los soldados, colonos y comerciantes que llegaban desde la
metrópoli y que conocemos con el nombre de latín vulgar. Este latín servía como lengua
común que permitía la comunicación entre todos los pueblos del vasto Imperio Romano.
Desde temprano se empiezan a manifestar tendencias a la diversificación de ese latín vulgar,
producida en parte por la influencia de las lenguas autóctonas de cada región con las que
convivió. Prueba son las voces de esas lenguas que acabaron pasando al latín y que han
llegado hasta las lenguas actuales: de origen celta son abedul, álamo, garza; de lenguas
iberas, arroyo, barranco…
La fragmentación del latín hablado se acentúa a partir del siglo V, cuando las
invasiones germánicas terminan con el Imperio Romano. Al principio, la lengua germánica
convivió durante un tiempo con el bajo latín hablado por los hispanorromanos. Finalmente,
acabó siendo abandonada, dejando su influencia en el léxico militar y jurídico (albergue,
tregua, guerra), en el léxico común (falda, rico) y en la onomástica (Ricardo, Álvaro,
Rodrigo).
Poco se puede decir de la evolución del latín hispanorromano en los siglos V-VIII por
la carencia de textos escritos. El latín de la época visigótica carece de unidad y se van dando
soluciones diferentes a procesos evolutivos en unas y otras zonas.
El catalán tiene un amplio cultivo literario entre los siglos XIII y XV, época en la que
las influencias de la literatura y de la lengua provenzal son muy fuertes: tiempo de los
trovadores y poesía cortesana. El condado de Barcelona se había unido al reino de Aragón,
que comienza en el XV su expansión política y comercial por el Mediterráneo. Supone la
expansión de la lengua catalana por la costa hacia el sur (Valencia y Alicante) y a las islas
Baleares y a la isla de Cerdeña.
El castellano se impone con fuerza, propagándose en un doble movimiento. Por un
lado, se expande hacia el sur por las tierras de Al-Ándalus conquistadas. Por otro, en especial
a partir del siglo XIV, se extiende horizontalmente hacia los reinos cristianos vecinos, León y
Aragón, primero en las zonas limítrofes con Castilla, después amplios territorios del interior
se castellanizan completamente.
A finales de la Edad Media se ha impuesto como lengua común y también como
lengua de cultura. Hay que tener en cuenta el hecho de que tuviera una muy temprana
normalización lingüística. Es fundamental la labor de Alfonso X el Sabio, con su conciencia
de que la lengua romance debía convertirse en el instrumento fundamental de la comunicación
social en todos sus ámbitos y sus esfuerzos por adaptarla a la expresión escrita y regularizar
su uso. Las obras de este rey suponen la consolidación de la variedad del castellano más
evolucionada, la norma toledana.
La evolución lingüística en estos siglos está marcada por varios factores sociopolíticos
relacionados entre sí: unificación política de la Península mediante la unión de los reinos de
Castilla y Aragón; conquista de Granada y anexión de Navarra; conversión de los dos reinos
peninsulares en estados con una progresiva tendencia al centralismo político y la unidad
ideológica, cultural y lingüística; expansión de España y Portugal mediante la colonización de
América y otras zonas; intenso contacto con el resto de países europeos y el hecho de que
España pase a ser primera potencia del continente.
El castellano se convierte en lengua nacional, oficial que el Estado utiliza de manera
exclusiva en la promulgación de leyes, Administración y relaciones exteriores. El Humanismo
renacentista contribuye a su fijación (Gramática de Lebrija, de 1492), defensa (Diálogo de la
lengua, de Juan de Valdés) y enriquecimiento que permite que pueda llegar a ser empleado
como instrumento fundamental de la expresión del pensamiento y la transmisión de la cultura,
desplazando al latín. La imprenta colaboró en la uniformación de la lengua en todos los
niveles, se percibe en la literatura en legua castellana de estos dos siglos. La colonización de
América le permite salir fuera de sus fronteras naturales y expandirse por el mundo, y el
castellano se convierte en una lengua de gran prestigio y vitalidad.
Cuanto hemos dicho vale para el portugués. Los otros romances peninsulares pierden
terreno. El leonés y el aragonés han quedado confinados como hablas rurales, carentes de
unidad y de uso escrito y literario, en las zonas aisladas y montañosas del norte; su presencia
se puede percibir en los rasgos leoneses y aragoneses con que se habla el castellano en
muchos lugares de los antiguos reinos de León y Aragón.
El gallego pervive en su territorio histórico, aunque el proceso de castellanización irá
reduciendo su uso a las zonas rurales.
En Cataluña, tras el declive económico y social causado por el hundimiento del
comercio catalán en el Mediterráneo, el castellano se empezará a usar también cada vez más.
El cultivo literario del catalán entra en esta época en franca decadencia y el bilingüismo es ya
frecuente en las ciudades, la tolerancia de los Austrias en cuestiones lingüísticas permite que
su empleo en la Administración sea todavía importante a lo largo del siglo XVI y XVII. La
actitud de los Borbones será muy distinta: tras la guerra de Sucesión, el Decreto de Nueva
Planta (1716) prohíbe la utilización de la lengua catalana en todo tipo de actividad pública, lo
que acaba relegándola al ámbito rural y familiar.
El vasco continúa hablándose en su rincón del este del Cantábrico y el Pirineo
occidental. Aunque diversificado, es lengua habitual de la mayor parte de la población rural.
Hay que destacar que en el siglo XVI aparecen los primeros textos cultos escritos en vasco
que se conocen, unos tratados de carácter religioso. Su tradición literaria oral –en la que
destacan los bertsolaris, poetas populares que improvisan sus versos y canciones- es mayor.
En cuanto a los cambios en la lengua castellana, señalar que en esta época tiene lugar
un reajuste consonántico que configura el sistema fonológico que hoy conocemos. La
regularización fonológica y gráfica del siglo XIII había dado como resultado un sistema
aparentemente estable que se mantiene hasta el XV. Ese sistema es similar al del castellano
actual, del que lo separa la existencia de distinción entre sordas y sonoras en las consonantes
alveolopalatales. Durante los Siglos de Oro, las sonoras pasan a pronunciarse como sordas; al
mismo tiempo, se desplaza el punto de articulación de estas consonantes hasta convertirse
respectivamente en los sonidos actuales de las grafías s, z y j.
Lo significativo es que en el sur este proceso se lleva a cabo de forma diferente. En
Andalucía los fonemas /s/ y /θ/ acaban confluyendo y confundiéndose en uno solo: aparecen
así los fenómenos del seseo y el ceceo. Esta evolución peculiar constituye el inicio de la
diferenciación del castellano en dos variedades diferentes, la norteña y la meridional. Debido
de una fuerte burguesía urbana que haga suya la bandera nacionalista y que no llega a
abordarse la tarea de normativizar la lengua, con lo que continuó careciendo de unas reglas de
uso comunes a las distintas variedades hasta época bien reciente.
uniformidad, que se extienden por los valles de Ansó, Hecho, Aragüés, Lanuza, Bisecas,
Sobrarbe y Ribagorza. Entre sus características generales destacan:
-el diptongo ie no se reduce ante ll: castiello
-las vocales tónicas latinas é, ó diptongan en posiciones en que no lo hiceron en
castellano
-tendencia al apócope de las vocales e, o finales: tien (tiene)
-se mantiene la f- inicial latina, que se perdió en castellano: farina (harina)
-mantiene los grupos iniciales pl, kl, fl: clamar (llamar)
-las consonantes latinas inicales g- y j- se realizan en aragonés como la actual ch:
choven (joven)
-peculiar sonorización de /p/, /t/, /k/ incluso en posición no intervocálica: cambo
(campo)
-los grupos –kt- y –(u)lt- no palatalizan: muito (mucho)
-los grupos consonánticos que en castellano dieron g y j se quedan en ll: muller
(mujer)
4.4- Catalán
4.5- Gallego
Tradicionalmente, se han señalado seis dialectos del euskera con diversas variantes de
cada uno (en total hasta 25 variedades distintas). Los dialectos son el vizcaíno, guipuzcoano,
alto navarro (en España), bajo navarro occidental, bajo navarro oriental y labortano (en
territorio francés). Las causas históricas de esta disgregación dialectal son el secular
aislamiento entre unas hablas y otras y la ausencia hasta tiempo reciente de una norma escrita.
Por ello se hizo necesario crear una modalidad estándar, el euskera batua (vasco unido),
basada principalmente en el guipuzcoano. Actualmente, el número de hablantes bilingües
crece lentamente gracias a la penetración del vasco en la escuela (ikastolas) y a su utilización
en publicaciones periódicas y obras literarias.
5- CONCLUSIONES
Somos conscientes de que no se agota con lo expuesto un tema tan complejo, sobre un
proceso tan extenso en el tiempo y tan rico en variables como el que supone la pluralidad
lingüística del territorio español. Pero en la selección de los contenidos expuestos nos hemos
ocupado fundamentalmente de aquellos aspectos que mejor contribuyan a transmitir esta
misma realidad en el marco de la clase de Lengua y Literatura castellanas. En tal sentido, no
incluimos muchos aspectos polémicos de la cuestión ni hemos ahondado en la descripción de
rasgos propios de las lenguas peninsulares distintas del castellano. Quedarnos, en resumen,
con los contenidos objetivos ha sido nuestro principal objetivo a la hora de desarrollar este
tema.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
- CANO, R., 1988. El español a través de los tiempos, Madrid: Arco Libros
- MENÉNDEZ PIDAL, R., 1999. Orígenes del español. Madrid: Espasa Calpe
- http://descartes.cnice.mec.es
- http://www.portalcomunicacion.com
- http://www.rae.es