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Drogas Inhalantes: Tipos, Efectos y Consecuencias

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Las drogas inhalantes son sustancias volátiles que producen vapores químicos que se pueden
inhalar para provocar un efecto psicoactivo determinado. Son por tanto sustancias cuyo uso
principal no es el consumo. Sin embargo, cuando se inhalan producen efectos similares a los de
las drogas diseñadas o utilizadas con fines recreacionales.
Evidentemente, esta característica que define las drogas inhalantes abarca una amplia gama de
sustancias químicas. De hecho, hoy en día se han descrito múltiples elementos que pueden
inhalarse y producir efectos psicoactivos.

Algunos ejemplos de drogas inhalantes son los pegamentos, las gasolinas, las pinturas o los
desodorantes, entre muchos otros. Cada una de las sustancias que conforman este tipo de
elementos psicoactivos puede provocar efectos distintos.
El hecho de que las drogas inhalantes no sean productos diseñados para el consumo y el uso
recreacional, motiva una elevada impredecibilidad de sus efectos y consecuencias.
El consumo de estas sustancias es cada vez más prevalente en nuestra sociedad. Los factores
principales que motivan el aumento del consumo es el reducido precio que presentan los
inhalantes respecto a los otros tipos de drogas.
En este sentido, la clasificación y la determinación de las características, los efectos y las
consecuencias de las drogas inhalantes es uno de los principales temas de interés de las
investigaciones sobre drogadicciones.
En el presente artículo se exponen los tipos de inhalantes que se han descrito hoy en día, y se
revisan, sus características, sus efectos, su prevalencia y las consecuencias médicas que
originan.
Tipos de drogas inhalantes
La clasificación de las drogas inhalantes es una de las principales complicaciones que
presentan estas sustancias. Existen muchos elementos que al inhalarse pueden provocar efectos
psicoactivos, por lo que lograr agruparlos en categorías resulta altamente complejo.
Ante esta situación, a pesar de sus limitaciones, el sistema de clasificación que ha obtenido una
mayor evidencia científica propone cuatro categorías.
Estas categorías radican principalmente en las características de las sustancias y no tanto en
los efectos psicoactivos o las consecuencias que origina su consumo.
En este sentido, las drogas inhalantes se pueden agrupar en cuatro tipos distintos: los
disolventes volátiles, los aerosoles, los gases y los nitritos.
1- Disolventes volátiles
Los disolventes volátiles son sustancias líquidas que se vaporizan mediante la temperatura
ambiental.
Se pueden encontrar en una gran variedad de productos económicos y fácilmente accesibles,
motivo por el cual su consumo resulta sencillo y cada vez más prevalente en la sociedad.
Los disolventes volátiles incluyen productos de uso doméstico e industrial, tales como:
diluyentes, removedores de pinturas, líquidos para el lavado en seco, quitagrasas, gasolina,
pegamentos y correctores líquidos.
Evidentemente, estos elementos no son producidos ni comercializados con fines de uso
recreacional. Sus funciones no están destinadas al consumo, sin embargo, si se inhalan
producen efectos psicoactivos, por lo que pueden actuar como drogas.
2- Aerosoles
El aerosol es un coloide de partículas sólidas o líquidas suspendidas en un gas. De hecho, el
término aerosol hace referencia tanto a las partículas como al gas en el que estas se encuentran
suspendidas.
Así pues, estas sustancias son rociadores que contienen propulsores y disolventes. Algunos
productos con estas características son las pinturas pulverizadas, los desodorantes, los
fijadores de pelo, los rociadores de aceite para cocinar o los rociadores para proteger telas y
tejidos.
Su consumo se realiza mediante la misma vía que el resto de drogas inhalantes, es decir, la
inhalación. La administración de estas sustancias puede provocar efectos psicoactivos
importantes.
3- Gases
Los gases son sustancias de poca densidad que pueden extenderse de manera indefinida. Los
gases inhalantes incluyen múltiples sustancias que al consumirse provocan efectos directos en
el funcionamiento del cerebro.
Los más consumidos son los anestésicos de uso médico como el éter, el cloroformo, el halotano
y, sobretodo, el óxido nitroso.
Otros gases consumidos como drogas inhalantes son productos de uso doméstico y/o comercial
como encendedores de butano, tanques de gas propano y refrigerantes.
4- Nitritos
Los nitritos son sustancias formadas por sales o esteres a partir del ácido nitroso. Estos
elementos aparecen por oxidación biológica de las aminas y del amoníaco o por reducción del
nitrato en condiciones anaeróbicas.
Este tipo de sustancias merecen una diferenciación del resto de drogas inhalantes, ya que
producen efectos distintos. A diferencia de los disolventes volátiles, los aerosoles y los gases, los
nitritos no actúan de forma directa sobre el sistema nervioso central al consumirse.
Los nitritos realizan una amplia dilatación de los vasos sanguíneos y relajan los músculos, por
lo que no se consumen para alterar el estado de ánimo, sino el estado del cuerpo.
De este modo, elementos como el nitrito ciclohexílico, el nitrito isomalíco o el nitrito isobutílico
(conocidos popularmente como “poppers”) se inhalan principalmente para intensificar el
placer sexual.
A pesar de que anteriormente se utilizaba el nitrito amílico como tratamiento para la angina de
pecho, hoy en día se prohíbe la comercialización de estas sustancias.
Sin embargo, en el mercado de puede encontrar nitrito fácilmente, comercializados en
pequeñas botellas y etiquetados como “limpiadores de las cabezas de vídeo” o “perfumes
ambientales”.
Modo de consumo
La característica que define las drogas inhalantes es su modo de consumición. Es decir, son
sustancias que se administran a través de la aspiración, ya sea por la nariz o por la boca.
No obstante, la inhalación de estas sustancias puede realizarse de varias formas. Estas
modalidades de consumos dependen mayormente de las cualidades de la sustancia inhalada y
de la preferencia de administración del sujeto.
En la actualidad se han descrito 5 modalidades de consumo distintas:
Aspirando
Es la modalidad de consumo más utilizada de las drogas inhalantes. Trata de aspirar o inhalar
los vapores directamente del recipiente.
En este caso, si se consume, por ejemplo, pegamento, se abriría la tapa del envase y se inhalaría
el vapor del producto de forma directa.
Rociando
La técnica de rocío se aplica principalmente en los aerosoles, debido a las características de
estos productos.
Los areosoles permiten rociar las sustancias de forma directa, por lo que para su consumo se
aplica el producto en la boca o la nariz para que las sustancias penetren en el organismo.
Inhalando vapores de sustancias rociadas
Esta forma de consumo es algo más elaborada pero no por ello menos utilizada entre los
individuos que usan estas drogas.
Trata de aspirar los vapores de sustancias que han sido previamente rociadas o depositadas
dentro de una bolsa de plástico o papel. De este modo, se consigue un contacto más directo con
los vapores y se facilita el consumo de las sustancias psicoactivas.
Inhalando productos aplicados en un trapo
De forma similar a la modalidad anterior, hay sujetos que optan por aplicar el producto en un
trapo. Posteriormente, se aplica el trapo en la boca y/o nariz, y se aspira las sustancias
psicoactivas que han quedado impregnadas en él.
Inhalando globos
Finalmente, el óxido nitroso presenta una extendida modalidad de consumo distinta a las
anteriores. En este caso, se aplica el producto en un globo, y se aspira el aire de su interior de
forma directa.
¿Cuánta gente consume drogas inhalantes?
El consumo de inhalantes es un fenómeno creciente en la sociedad. Cada vez son más las
personas que optan por el uso de estas drogas para la consecución de efectos sobre el sistema
nervioso central.
Los inhalantes se consumen altamente entre la población más joven. En este sentido, una
encuesta nacional americana determinó que casi un 3% de los niños estadounidenses ya habían
probado inhalantes antes de los 10 años de edad.
Así mismo, el consumo de estas drogas puede extenderse a la edad adulta y cronificarse, por lo
que el abuso de estas sustancias puede iniciarse ya en edades muy tempranas.
Otra característica destacada de los inhalantes es que no suelen presentar un patrón de abuso
específico. Es decir, un individuo que consume inhalantes suele optar por cualquier droga
inhalante disponible, por lo que puede no limitarse al abuso de una sustancia concreta.
No obstante, los efectos de cada droga inhalante son distintos y cada individuo puede presentar
una marcada preferencia por una sustancia determinada, aunque también consuma otros
inhalantes.
Un estudio de observación del futuro (MTF) reportó que la edad de mayor consumo de drogas
inhalantes se establece entre los 12 y los 15 años. Así mismo, no parecen observarse diferencias
de sexo en el consumo de estas sustancias en esas edades.
Sin embargo, en la etapa adulta (de 18 a 25) se presencia un mayor abuso de drogas inhalantes
en los hombres que en las mujeres.
Así pues, se concluye que las drogas inhalantes son sustancias altamente consumidas. Entre los
13 y 14 años de edad, estos elementos presentan una prevalencia de abuso similar a
la marihuana (16%) y mayor a la cocaína o el LSD.
A partir de los 16 años de edad su prevalencia se reduce a un 10% aproximadamente, y se ve
claramente superada por la marihuana, la cual asciende hasta el 30-40%.
¿Cómo llegan las sustancias de las drogas inhalantes al cerebro?
Sea cual sea la modalidad de consumo de los inhalantes, el resultado es el mismo. Mediante la
aspiración, las sustancias de los productos se absorben rápidamente por la boca o la nariz.
De la misma forma que sucede con el oxígeno cuando se respira, las sustancias se absorben
rápidamente por los pulmones y, a través de ellos, llegan a la sangre. Una vez están en la
sangre, las sustancias recorren por todo el cuerpo, hasta llegar al cerebro.
Durante los segundos posteriores al consumo el individuo experimenta la intoxicación, debido a
la rápida llegada de las sustancias al cerebro. La intoxicación inicial se caracteriza por una
serie de efectos semejantes a los que origina el alcohol.
Efectos de las drogas inhalantes
Cada una de las drogas inhalantes puede producir efectos farmacológicos distintos y muy
variados. Sin embargo, la mayoría de ellas comparten una serie de características.
Las drogas inhalantes suelen producir una rápida sensación de euforia, acompañada de una
excitación inicial y seguida por somnolencia, desinhibición, aturdimiento y agitación.
Con cantidades elevadas, el consumo de inhalantes produce anestesia, pérdida de sensibilidad,
y abusos extremos pueden originar pérdida de consciencia.
Otros de los síntomas que pueden provocar las drogas inhalantes incluyen beligerancia, apatía,
juicio deteriorado y funcionamiento inadaptado.
Así mismo, los mareos, la somnolencia, el balbuceo, la letargia, la debilidad muscular general y
el estupor son signos que pueden aparecer con facilidad.
Por otro lado, estudios recientes han mostrado que las personas que consumen estas sustancias
también pueden experimentar dolores de cabeza, sensación de tambaleo, confusiones, delirios,
náuseas y vómitos.
Finalmente, los nitritos inhalados provocan efectos algo distintos. Dilatan los vasos sanguíneos,
aumentan el ritmo cardíaco, producen sensaciones de calor, excitación y originan síntomas
como rubor o mareo.
Adicción a las drogas inhalantes
El abuso de drogas inhalantes durante periodos de tiempo prolongados, suele generar una
clara adicción.
La mayoría de consumidores suelen reportar una fuerte necesidad de continuar usando los
inhalantes. El abuso prolongado puede llevar a un consumo compulsivo de estas sustancias.
Las drogas inhalantes pueden originar también síndrome de abstinencia en la persona adicta.
Sin embargo, este de menor gravedad comparado con el que originan otras sustancias como
el alcohol, la cocaína o la marihuana.
Consecuencias
El abuso de drogas inhalantes constituye un claro factor de riesgo para una amplia gama de
enfermedades. De hecho, se considera que las consecuencias del consumo de estas sustancias
resultan devastadoras para la persona.
La peor consecuencia que puede originar la inhalación de sustancias es el fallo cardíaco, el cual
origina el síndrome conocido como “muerte súbita por inhalación”.
Otras consecuencias negativas del consumo de estas drogas incluyen; asfixia,
sofocación, convulsiones, coma, atoramiento, disminución paulatina del olfato, conducta
violenta, hepatitis, dificultad para el control de esfínteres y trauma mortal.
Finalmente, las investigaciones sobre los efectos de las drogas inhalantes ponen de manifiesto
que estas resultan altamente tóxicas. De este modo, el consumo habitual de estas sustancias
daña de forma elevada el sistema nervioso periférico del cerebro.
Referencias
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