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El
título
del
presente
ensayo,
definitivamente
no
le
gustaría
a
Octavio
Paz,
y
quizás
tampoco
estaría
de
acuerdo
en
que
se
celebrara
el
centenario
de
su
nacimiento.
El
misterio
del
tiempo
fue
uno
de
los
temas
cruciales
en
la
obra
de
Paz.
No
creía
en
la
cronología,
explicaba
que
las
grandes
civilizaciones
poseían
dos
calendarios,
el
cronológico
y
el
sagrado,
siendo
éste
mucho
más
importante.
Paz
postuló
durante
toda
su
vida
que
la
poesía
es
el
ejercicio
de
la
búsqueda
de
un
instante
de
sacralidad.
Ese
instante
puede
estar
fuera
del
tiempo
que
represente
al
hoy,
pero
también
que
sea
un
guiño
a
la
eternidad.
En
1914
nace
Octavio
Paz
y
crece
en
la
casa
de
su
abuelo,
Ireneo,
un
intelectual
liberal,
escritor,
periodista
e
historiador
que
trabajo
y
apoyo
al
porfiriato,
soñando
el
siglo
XIX
mexicano
con
la
democracia.2
Su
padre,
Octavio
pasaba
gran
parte
del
tiempo
fuera
de
la
casa
familiar
ya
que
estuvo
vinculado
a
la
lucha
zapatista,
quizás
el
principal
legado
de
su
padre
fue
la
creencia
de
una
igualdad
social.
A
través
de
la
biblioteca
de
su
abuelo,
Octavio
Paz
lee
tempranamente
a
Larra,
Calderón,
Lope,
Alarcón
y
otros
españoles.
Junto
a
su
madre
y
una
tía
paterna,
Amalia
quien
le
enseñó
francés,
lo
hicieron
conocer
la
literatura
extranjera
a
través
de
Víctor
Hugo,
Rousseau
y
Michelet.
Su
familia
le
trasmitió
el
amor
por
la
palabra,
-‐
según
Paz-‐
cuando
pensaba
en
su
infancia,
pensaba
en
una
casa
de
un
pueblo
a
las
afueras
de
la
ciudad
de
México,
en
su
casa
faltaban
muchas
cosas,
su
familia
era
una
familia
arruinada
por
la
revolución,
pero
abundaban
los
libros.
3
Prontamente
supo
que
su
destino
no
era
la
vida
activa,
sino
la
vida
de
las
palabras.
En
1928
inicia
sus
estudios
de
derecho,
carrera
que
no
finalizó.
El
propio
Paz
explica
“aunque
terminé
mi
educación
universitaria,
me
rehusé
a
presentar
mi
tesis
final.
Me
negué
a
convertirme
en
abogado
(…)
Yo
solo
quería
ser
poeta,
y
aunque
parezca
extraño,
un
revolucionario4.
Durante
la
década
de
los
treinta
lee
a
Rimbaud,
Baudelaire,
Borges,
Neruda,
Villaurrutia,
Cuesta,
Gorostiza,
Huidobro
y
especialmente
a
la
generación
del
27,
García
Lorca
y
Alberti.
De
su
vida
universitaria,
sus
biógrafos
rescatan
dos
importantes
hitos,
comienza
una
relación,
no
siempre
fácil
con
Elena
Garro,
escritora
y
periodista
con
la
cual
se
casara
en
1937
y
se
separara
en
1959,
teniendo
una
hija,
Helena
Paz.
Asimismo,
en
esta
época
se
intensifican
sus
inquietudes
políticas.
En
la
década
de
los
treinta
la
militancia
poética
significaba
una
militancia
política
por
lo
cual,
en
1936
viaja
a
Mérida,
para
fundar
junto
a
dos
amigos
una
escuela
para
hijos
de
campesinos
y
obreros.
Paz
ejercerá
de
profesor
y
escribe
“Entre
la
piedra
y
la
Flor”
poema
que
denuncia
la
situación
de
abandono
en
la
cual
se
encuentran
los
descendientes
de
los
mayas.
2
Ireneo Paz, el abuelo paterno (1936-1924) fue un importante intelectual liberal y masón. Participó en los
grandes acontecimientos históricos de su siglo: fue miembro del ejército que combatió contra la intervención
de los francesa de Napoleón III, militó en el movimiento que llevo al poder a Porfirio Díaz. Escribió una
biografía sobre Díaz, obras de teatro, novelas costumbristas y varios libros de historia novelada. Ruy,
Alberto. Una introducción a Octavio Paz, México, Joaquín Mortiz, 1990. pp 19- 21.
3
Sheridan, Guillermo. Poeta con paisaje: ensayos sobre la vida de Octavio Paz. México, ERA, 2004. p. 27
4
Rodríguez, Javier: El pensamiento politico de Octavio Paz. México, Plaza y Valdés. 1996
wwweluniversal.com.co
En
1937,
recibe
una
invitación
de
parte
de
Rafael
Alberti
y
Pablo
Neruda
para
asistir
al
Segundo
Congreso
Internacional
de
Escritores
en
Defensa
de
la
Cultura
que
se
desarrollaría
en
Valencia.
Este
viaje
marca
su
vinculación
con
la
España
de
la
guerra
civil,
con
la
España
que
no
pudo
ser,
con
aquella
de
la
Republica
y
el
Frente
Popular
que
se
refleja
en
su
poema
¡No
pasarán!,
y
otros
que
escribió
durante
el
viaje,
de
los
cuales
renegará,
ya
que
reflejan
la
retórica
de
un
intelectual
marcado
por
la
agenda
de
un
partido,
que
reprobó
posteriormente.5
En
Barcelona
se
entera
de
las
políticas
de
represión
de
la
Unión
Soviética
y
nacerán
sus
dudas
ideológicas
que
maduraran
muy
lentamente.
A
partir
de
este
momento,
la
herencia
de
su
padre
y
abuelo,
es
decir
igualdad
social
y
democracia
se
empiezan
a
manifestar.
Elena
Garro
nos
narra
la
angustia
frente
a
las
purgas
en
la
Unión
Soviética
“…fue
hasta
1938,
en
marzo,
durante
la
tercera
purga,
cuando
vi
que
Octavio
Paz,
a
la
hora
del
desayuno,
exclamó
entre
lágrimas,
“¡Bujarin!
¡No
Bujarin!
¡No!
¿Quién
es?,
le
pregunté
¡Cómo
dices
eso!
El
ideólogo
del
partido,
el
autor
del
ABC
del
comunismo.
En
el
periódico
leí
que
le
habían
dado
un
tiro
en
la
nuca.
Me
quedé
sin
habla.
¿Quién
podía
entender
esas
cosas?
Era
dramático
ser
comunista…
y
peligroso”6
Años
más
tarde,
Octavio
Paz
recordará
que
su
experiencia
en
España
fue
ambigua,
desde
el
punto
de
vista
moral
porque
la
fraternidad
española
contra
los
fascistas
estaba
dañada
por
aspectos
autoritarios.
Carlos
Monsiváis
postula
que
“En
España
Paz
ve
instalarse,
al
lado
del
heroísmo
y
la
solidaridad,
la
"inquisición"
de
corte
soviético.
Se
censura
despiadadamente
a
André
Gide
por
su
Retorno
de
la
URSS
y,
en
plena
guerra,
se
persigue
a
trotskistas
y
anarquistas
y
se
ejerce
la
intolerancia
a
nombre
del
antifascismo”.
Paz
se
va
5
Paz, Octavio. Primeras Letras, Vuelta, México 1998, p.34
6
Garro, Elena. Memorias de España 1937, México, Siglo XXI, 1992. pp. 15 – 16.
distanciando
de
la
izquierda
estalinista
(casi
la
única
existente
en
el
momento)
y
se
reorienta
a
través
del
examen
y
el
rechazo
de
los
dogmas.”7
A
su
regreso
a
México,
entre
1938
y
1944
se
entregó
por
completo
a
trabajar
por
la
causa
republicana,
aunque
fue
distanciándose
del
comunismo
y
del
estalinismo.
Editó
doce
números
de
la
revista
Taller,
colaboró
en
el
diario
obrero
El
Popular,
y
participó
en
el
consejo
de
redacción
de
la
revista
El
Hijo
Prodigo,
que
unió
a
su
generación
de
Taller
con
el
grupo
de
los
contemporáneos.8
En
palabras
de
Paz
“El
Hijo
Prodigo,
sobre
todo
en
sus
primeros
números,
defendió
frente
a
la
confusión
entre
el
arte
y
la
propaganda,
la
libertad
de
imaginación”9
Durante
la
Segunda
Guerra
Mundial
se
produce
su
distanciamiento
formal
y
público
con
el
estalinismo
y
el
socialismo.
El
poeta
lo
recuerda
así
“Yo
me
encontraba
en
una
situación
muy
difícil,
no
solo
en
el
sentido
material,
sino
en
el
moral
y
el
político.
(…)
pero
el
pacto
entre
Hitler
y
Stalin
me
desconcertó
y
me
dolió.
Decidí
separarme
y
me
alejé
de
mis
amigos
comunistas”10
Asimismo,
la
invasión
a
Polonia
y
Finlandia
junto
con
el
asesinato
a
Trotsky
terminaron
por
apartar
al
intelectual
de
la
militancia.
A
juicio
de
Xavier
Rodríguez,
para
el
exilio
español
en
México,
el
criticar
al
régimen
soviético
significaba
romper
con
los
ideales
de
Republica
española.
De
tal
forma,
que
Paz
fue
víctima
de
diversas
afrentas
personales
entre
las
cuales
se
incluye
el
intercambio
casi
a
golpes
que
tuvo
con
Pablo
Neruda.
Según
Xavier
Rodríguez,
los
problemas
con
Neruda
se
ocasionaron
el
año
1941,
por
la
publicación
de
Laurel,
una
antología
de
la
poesía
moderna
española
que
ocasionó
una
serie
de
dimes
y
diretes
entre
los
autores
escogidos.11
Paz
recuerda
el
incidente
con
Neruda:
“Estábamos
en
el
Centro
Republicano
Español
(…)
También
estaba
ahí
Pablo
Neruda.
Era
1942.
Yo
había
roto
con
el
marxismo.
Mi
ruptura
y
mis
críticas
dolieron
mucho
a
Neruda
y
a
Rafael
Alberti.
Ellos
habían
apostado
mucho
por
mí.
Más
Neruda.
Y
aquella
noche,
Pablo
se
levantó
y
en
el
tono
de
voz
de
quién
está
algo
ebrio
me
dijo,
mirando
el
cuello
blanco
de
mi
camisa:
Así
de
blanca
era
tu
conciencia,
Octavio.
Así
era.
Hoy
no
eres
más
que
un
hijo
de
la
tiznada.
(…)
ya
estábamos
a
punto
de
golpearnos
cuando
nos
separaron”12
Octavio
Paz
temía
sufrir
el
doble
destino
de
su
padre
y
abuelo,
el
primero,
atado
al
alcoholismo,
muerto
trágicamente
en
1938
y
el
segundo
entregando
su
vida
al
periodismo
con
enormes
coste
familiares.
Por
lo
cual,
en
1944,
Alfonso
Reyes
lo
avala
en
la
obtención
de
una
beca
Guggenheim.
Se
inicia
un
viaje
que
durará
nueve
años
donde
definirá
su
7
Monsiváis, Carlos. “Octavio Paz y la Izquierda” en Letras Libres (abril 1999)
http://www.letraslibres.com/revista/convivio/octavio-paz-y-la-izquierda consultado el día: 3/05/2014.
8
Verani, Hugo. Octavio Paz. Biografía Crítica. México, UNAM, 1983.
9
Paz, Octavio. Javier Villaurrutia en persona y obra. México, Fondo de Cultura económico, 1978. p. 16
10
Rodríguez, Jorge. Octavio Paz. España, Editorial Jucar, 1975. P.24
11
Rodríguez, Xavier El pensamiento politico de Octavio Paz. México, Plaza y Valdés. 1996 p. 75 -77.
12
Paz, Octavio. “Era 1942… yo habia roto con el marxismo”, Excelsior, entrevista con Miguel Reyes Razo, 7
de diciembre de 1990, México, pp. 1- 41.
posición
intelectual.
A
lo
largo
de
los
nueve
años
de
periplo,
confluirán
en
él
tres
grandes
movimientos
el
surrealismo,
el
romanticismo
y
el
proceso
revolucionario.
Cincuenta
años
después
el
poeta
se
refería
a
esta
experiencia:
“No
fueron
ocho,
sino
nueve
años.
Si
tu
cuentas
cada
año
como
un
mes,
encontraras
que
esos
nueve
años
de
ausencia
fueron
meses
vividos
en
el
vientre
del
tiempo.
Los
años
en
San
Francisco,
Nueva
York
y
París
fueron
un
periodo
de
gestación.
Volví
a
nacer
y
la
persona
que
regreso
a
México
a
fines
de
1953
era
otro
poeta,
otro
escritor.
Si
me
hubiera
quedado
en
México
probablemente
me
habría
ahogado
en
el
periodismo,
la
burocracia
o
el
alcohol.
Salí
huyendo
del
medio
que
me
rodeaba
y
quizás
también
de
mí
mismo”13
Se
identifica
prontamente
con
el
grupo
surrealista
y
entra
en
contacto
con
André
Breton.
Años
más
tarde
el
poeta
recordará
una
conversación
con
Luis
Buñuel
donde
concluyeron
que
a
Buñuel
le
tocó
conocer
las
llamas
del
surrealismo
y
Paz
solo
las
brasas.
El
poeta
no
vio
al
surrealismo
como
un
movimiento
estético
sino
que
establece
su
afinidad
en
relación
a
razones
morales,
como
por
ejemplo
la
rebelión,
la
libertad,
el
amor,
la
imaginación
y
los
vínculos
con
la
poesía.
Para
Paz
el
surrealismo
fue
una
disposición
del
ánimo
y
una
actitud
frente
al
mundo.14
El
signo
más
fáctico
de
apoyo
a
los
surrealistas
lo
apreciamos
con
la
defensa
que
hace
de
la
película
de
Buñuel
“Los
olvidados”.
La
película
no
le
cae
en
gracia
a
Jaime
Torres
Bodet,
Embajador
de
México
en
Francia,
ya
que
la
obra
presentaba
una
imagen
demasiado
realista
del
México
de
la
época
y
a
juicio
del
embajador,
degradaba
a
México.
El
propio
Paz
viaja
a
Cannes
y
distribuye
un
manifiesto
sobre
la
película,
donde
expone
que
la
cinta
de
Buñuel
es
un
hecho
poético
que
cuestiona
13
Paz, Octavio. “Tiempos, lugares op. cit. pag. 16”
14
Paz, Octavio. In/Mediaciones. Barcelona, Editorial Seix Barral, 1979.
la
realidad
para
superarla.
La
película
gana
un
premio
y
pudo
ser
exhibida
en
México,
sin
que
fuera
censurada.
Octavio
Paz
y
Luis
Buñuel,
1977
(México)
notasomargonzalez.blogspot.com
En
París
escribió
El
Laberinto
de
la
Soledad
editado
en
1950.
El
germen
del
proyecto
había
nacido
durante
su
estancia
en
EEUU
al
observar
la
realidad
de
los
mexicanos
en
Los
Ángeles.
Paz
realiza
una
introspección
reflexiva
que
trata
de
definir
lo
que
es
ser
mexicano,
para
aceptarse
y
dialogar
con
los
demás.
Para
Paz,
el
libro
es
el
principio
de
una
descripción
moral
de
los
componentes
de
la
idiosincrasia
mexicana,
pero
lo
más
importante
de
la
obra
es
que
representa
un
ejercicio
analítico
sobre
la
historia
de
México.
A
lo
largo
de
su
vida
matizó
ciertas
ideas
expuestas
en
El
Laberinto
de
la
Soledad.
En
1970
publicó
Posdata,
llegando
a
la
conclusión
que
el
ser
mexicano
no
es
esencia
sino
historia
que
debe
ser
estudiada.
El
mexicano
está
abierto
al
tiempo
y
a
las
modificaciones,
estableciendo
que
hay
muchos
modos
de
ser
mexicano,
abriendo
la
definición
a
una
realidad
multicultural.
A
raíz
de
la
defensa
de
la
película
de
Buñuel
en
Cannes,
Torres
Bodet
“lo
exilia”
a
India,
donde
le
enviaron
a
abrir
la
embajada.
A
pesar
de
que
lo
destinan
por
pocos
meses,
junto
con
los
quehaceres
administrativos
estudia
los
poemas
clásicos
de
la
India
centrándose
en
el
Mahabharata.
Prontamente
recibe
la
orden
de
ir
a
Tokio,
para
abrir
nuevamente
una
embajada.
Es
la
etapa
más
dura
de
su
vida
diplomática:
no
llegaba
el
dinero
y
si
llegaba
no
era
suficiente
para
vivir
en
el
Japón
de
posguerra
a
raíz
de
la
inflación.
A
pesar
de
la
difícil
situación,
se
interesa
por
la
poesía
japonesa.
Al
regresar
a
México,
traduce
los
Haikus
de
Basho
a
la
estructura
silábica
occidental.
A
partir
de
esta
época,
la
literatura
china
y
japonesa
y
metafísica
hindú
marcarán
parte
de
su
obra.
Entre
1953
y
1958,
dirige
la
oficina
de
Organismos
Internacionales
de
la
Secretaría
de
Relaciones
Exteriores
en
Ciudad
de
México,
e
inicia
una
intensa
vida
política
y
literaria.15
En
esta
época
publica
El
Arco
y
la
Lira,
un
ensayo
de
prosa
diáfana
donde
define
la
experiencia
poética.
Se
remite
a
la
experiencia
del
mito,
y
trata
al
hombre
como
sujeto
antropológico
y
como
sujeto
poético,
es
decir,
cómo
el
hombre
se
enfrenta
al
tiempo
y
a
la
experiencia
en
el
mundo.
Para
el
autor,
todas
las
artes
son
poesía
y
todas
se
comunican
entre
sí,
siendo
la
primera
forma
de
experiencia
estética,
la
poesía.
16
En
1962
es
nombrado
embajador
en
la
India,
siendo
ésta
su
estación
final
como
diplomático.
En
India
conoce
a
su
segunda
mujer,
María
Jose
Tramini
que
lo
acompañara
hasta
el
final
de
sus
días.
Impresionado
por
los
contrastes,
su
estadía
en
la
India
se
refleja
como
una
etapa
delirante,
vanguardista
y
de
carácter
experimental
en
su
obra.
En
esta
época
publica
Blanco
y
Ladera
Este,
obras
en
las
cuales
el
poeta
reflexiona
y
se
interroga
a
sí
mismo,
estableciendo
que
la
historia
del
arte
moderno,
es
la
historia
de
la
experiencia
estética
que
vuelve
sobre
sí
misma.
Al
final
de
los
sesenta
publica
Mono
Gramático,
que
es
un
poema
extenso
escrito
en
prosa.
El
convulso
año
68,
Paz
sigue
como
embajador
de
México
en
la
India.
La
primera
gran
protesta
estudiantil
ocurre
en
Tokio
y
desde
ese
comienzo,
sigue
con
gran
fervor
los
cambios
que
están
exigiendo
los
universitarios
a
nivel
mundial.
El
Ministro
de
Relaciones
Exteriores
Antonio
Carrillo
Flores,
le
escribe
pidiéndole
un
informe
de
cómo
reaccionaría
el
gobierno
de
la
India
ante
una
resolución
violenta
por
parte
del
gobierno
mexicano
hacia
movimiento
estudiantil.
Paz
escribe
que
debe
resolverse
por
vía
del
diálogo.
La
reacción
gubernamental
mexicana,
fue
por
la
represión
produciéndose
la
Masacre
de
Tlatelolco.
Paz
renuncia
a
su
cargo
de
embajador
y
solo
volverá
a
México
una
vez
concluida
la
presidencia
de
Díaz
Ordaz.
15
Publica Semillas para un Himno (1954); El Arco y la Lira (1956); Las Peras del Olmo (1957) y La
Estación Violenta en 1958. Asimismo, funda un grupo de teatro experimental con influencia del Teatro No
japonés, llamado Poesía en voz alta.
16
Octavio Paz. El Arco y la Lira. México, Fondo de Cultura Económica, 1967.
17
Paz, Octavio. Pasión Crítica. México, Seix Barrial, 1985. p. 263.
Echeverria
expulsó
a
Julio
Shrerer
de
la
dirección
del
periódico
Excélsior
y
en
solidaridad
Paz
renuncia
y
funda
la
revista
Vuelta
donde
vuelve
a
ejercer
un
periodismo
político
-‐
poético
esclarecedor,
no
exento
de
polémicas
y
querellas
con
otros
intelectuales
y
la
clase
política
mexicana.
Desde
finales
de
los
setenta
y
los
ochenta
publica
una
serie
de
obras
que
van
desde
la
poesía
a
la
dramaturgia.
Relevantes
son
la
recopilación
de
sus
escritos
políticos
en
El
Ogro
Filantrópico
y
Sor
Juana
Inés
de
la
Cruz
o
las
trampas
de
la
fe.
En
el
primero
se
compilan
sus
escritos
políticos
donde
reflexiona
sobre
la
democracia,
la
libertad,
el
socialismo
y
el
sistema
político
mexicano.
Conforme
a
éste
último
analiza
el
clientelismo
o
“patrimonialismo”
ejercido
por
los
gobiernos
del
PRI.
Definiéndolo
como
una
incrustación
de
lazos
privados
en
la
arena
pública.
Reflexiona
sobre
el
régimen
político
mexicano,
estableciendo
que
no
era
una
sociedad
tiránica,
pero
si
era
una
sociedad
que
ejercía
una
dominación
a
través
de
una
concesión
selectiva
de
favores.
Especifica
su
posición
en
torno
al
comunismo
y
al
socialismo,
generando
una
gran
polémica
con
diversos
actores
intelectuales,
como
por
ejemplo
con
Carlos
Monsiváis.
A
partir
de
las
crisis
económica
mexicana
de
los
ochenta,
Paz
nos
presenta
las
bondades
del
capitalismo
desideologizado
frente
a
la
URSS
en
Tiempos
Nublados
y
en
1984
publicó
Hombres
en
su
siglo,
donde
siguió
ahondando
en
su
crítica
al
socialismo
y
el
comunismo.
La
revolución
sandinista,
a
la
cual
Paz
se
mostró
contrario,
unió
a
la
intelectualidad
frente
a
su
persona,
una
vez
más,
llegando
a
quemar
su
imagen
frente
a
la
Embajada
de
EEUU
en
México.
Revista
Ñ,
Clarín
En
libro
Sor
Juana
Inés
de
la
Cruz
o
las
trampas
de
la
fe
reconstruye
la
vida
de
la
Nueva
España
y
analiza
la
obra
de
la
principal
poetiza
del
siglo
de
oro
mexicano
bajo
su
óptica
poética
contemporánea.
En
la
primera
parte
examina
la
vida
de
Sor
Juana
y
el
peso
que
tuvo
la
colonia
en
la
“desmodernidad”
de
la
región
y
con
posterioridad
se
centra
en
el
análisis
poético.
La
poesía
de
Paz
presenta
una
reflexión
profunda
a
través
de
una
imagen
plástica.
Es
una
poesía
de
inteligencia,
doblemente
conmovedora
que
se
transforma
en
una
enseñanza.
Fue
un
poeta
de
la
naturaleza,
los
árboles
y
el
sol
son
fundamentales
en
su
obra.
No
podemos
olvidar
su
interés
por
las
artes
plásticas
y
el
surrealismo,
a
través
de
aquellos
grandes
textos
dedicados
a
pintores
norteamericanos,
como
Rauschenberg
y
a
otros
como
Monet,
Miró,
Hermenegildo
Bustos,
Fernando
García
Ponce,
Marcel
Duchamp
y
André
Breton.
Paz
fue
un
hombre
marcado
por
su
siglo,
nacido
en
1914,
su
adhesión
al
marxismo
en
los
inicios
de
su
vida
intelectual
fue
innegable.
Las
herencias
de
su
familia
paterna,
igualdad
social
y
democracia
le
hicieron
establecer
que
sin
LIBERTAD,
era
imposible
vivir
sus
herencias.
De
este
pensamiento
nace
su
lucha
intelectual
contra
el
marxismo
y
cómo
él
escribía
el
“socialismo”
(con
comillas),
lucha
que
marcará
su
producción
intelectual
de
manera
crucial.
Como
ya
hemos
señalado
es
figura
literaria
compleja
y
polémica,
un
gran
poeta
y
un
extraordinario
ensayista.
Un
hombre
con
gran
poder
lirico
y
con
una
gran
lucidez
analítica.
Fundamentalmente
Paz
es
y
fue
todas
estas
cosas,
pero
ante
todo
creemos
que
fue
un
liberal
polisémico.
Entendiendo
la
palabra
liberal
como
una
persona
que
cree
y
defiende
el
derecho
de
ser
libre,
de
decir
lo
que
piensa,
de
respetar
las
libertades
del
otro.