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La Laguna de Fúquene como un Sistema Socio – Ecológico: Ensayo de una visión eco-

sistémica para la gestión del territorio1


German I. Andrade2 Lorena Franco Vidal3 y Juliana Delgado4

O cambia el mundo por su propia cuenta, como lo ha hecho;


o cambia a raíz de nuestra interacción con él, como también ha sucedido;
o cambian nuestras teorías a medida que esa interacción nos obliga a refinarlas o reemplazarlas, lo
cual por consiguiente cambia nuestra relación con el mundo.
Gonzalo Munévar 2008 (Munévar, 2008)

En La Evolución y la Verdad Desnuda


Ediciones Uninorte

Introducción
La laguna de Fúquene es un espacio estratégico para Colombia. En él confluye una industria lechera
que jalona una importante actividad económica, y algunos atributos naturales, de gran valor
mundial. De manera recurrente este espacio geográfico es noticia, unas veces por la aguda sequía y
otras por las inundaciones. Durante el primer semestre de 2011 el Valle de Ubaté sufrió una crisis
social y ambiental aguda, como resultado de la llamada “ola invernal”. Esta crisis fue calificada como
un flagrante fracaso en la manera como se gestionan los humedales del país5 (Diario el Espectador,
2011). Luego en el 2016 el fenómeno del Niño produjo una sequía sin precedentes para el país6. La
inusitada complejidad que ha venido adquiriendo la laguna de Fúquene, la constituyen hoy en un
verdadero reto para concebir y plantear la gestión de lo que aparece en la realidad actual como un
sistema social y ecológico integrado. La laguna es hoy ya un espacio de referencia para apoyar
procesos de aprendizaje en el ámbito académico, que deberían extenderse hacia la sociedad y los
tomadores de decisiones.

A partir del conocimiento actual de la laguna y su cuenca de captación, se hacen evidentes las
limitaciones de los enfoques parciales o sectoriales de manejo enfocados hacia alguno de sus
recursos naturales, o a través de la maximización de alguno de los servicios que provee a la sociedad.
Al entender los componentes y procesos de Fúquene con un enfoque sistémico, emerge la
motivación a abordar la complejidad con un enfoque integral. El presente documento presenta los
elementos conceptuales y facticos para una lectura del espacio geográfico de la laguna de Fúquene
en torno al concepto de sistema ecológico y social integrado, o sistema socio-ecológico, develando
sus variables estructurantes, interrelaciones e interdependencias, trayectorias y posibles umbrales
de cambio irreversible, que permiten construir escenarios de gestión, desde una perspectiva del
cambio ambiental global.

1 (Andrade G. I., 2016) Andrade, G. I., L. Franco, J. Delgado. (2016) La Laguna de Fúquene como un Sistema Socio –
Ecológico. Ensayo de una visión eco-sistémica para la gestión del territorio. Bogotá.
2 Subdirector de Investigaciones IAvH. Profesor Facultad de Administración Universidad de los Andes.
3 Microbióloga de la Universidad de los Andes, Bogotá. MSc en Biología de la Universidad Nacional de Colombia.

Investigadora Fundación Humedales.


4 The Nature Conservancy y en la Fundación Humedales. Colombia
5 Editorial diario El Espectador, fecha
6 Variedad de artículos en El Espectador. Relacionado con la pérdida de lagunas, está el caso de la Laguna Luruaco en el

Atlántico. http://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/luruaco-laguna-mas-profunda-del-atlantico-el-nino-
esta-articulo-612480

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Parte I: La laguna de Fúquene como un sistema socio ecológico
1.1. Presentación y metodología

Breve descripción de la Laguna de Fúquene

La laguna de Fúquene pertenece al complejo de humedales del Valle de Ubaté, que se encuentra
situado en la cordillera Oriental (5o37`23``- 5o08`04``Norte y 74o24`22``-73o33`30`` Oeste), a una
altura de 2650 msnm, en el límite interior de la alta montaña (Ceballos, 2005), entre los
departamentos de Cundinamarca y Boyacá, con presencia de 11 Municipios, de Cundinamarca:
Suesca, Ubaté, Tausa, Cucunubá, Lenguazaque, Guachetá, Fúquene, y Simijaca; y de Boyacá: Caldas,
Chiquinquirá y Ráquira (Figura 1).

El complejo de humedales del Valle de Ubaté hace parte de un conjunto mayor de sistemas
ecológicos discontinuos, desarrollados con el levantamiento de la Cordillera de los Andes, desde
finales del Plioceno y comienzos del Pleistoceno, y que conformaron sistemas lacustres (de lagos),
palustres (de humedales) y riparios (asociados con ríos), en las cuencas interiores cerradas, que
dieron paso a la formación de altiplanos (Flórez, 2005) (Flórez, 2003). En el altiplano de Ubaté, la
laguna hace hoy parte de un complejo hidrológico de sistema lacustre (lago) y palustre (pantano), o
complejo de humedales de gran importancia para la sociedad.

La Laguna de Fúquene representa un caso de integración entre un sistema ecológico y un sistema


social, conformando un intricado sistema socio-ecológico (de ahora en adelante SSE). La importancia
de la laguna de Fúquene ha sido relevada hace tiempo; en especial su valor estratégico para la
conservación de la biodiversidad ha sido resaltado de tiempo atrás (Hernández et al., 1992; (Franco
& Andrade, 2007), (Van der Hammen, 2003) y más recientemente en el marco de un trabajo llevado
a cabo por el Instituto Humboldt, la Fundación Humedales (Franco & Andrade, 2007)y como sitio
demostrativo para el curso Ecosistemas de la Maestría de Gerencia Ambiental de la Universidad de
los Andes.

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Figura 1: Ubicación de la laguna y cuenca de Fúquene en los Andes Orientales de Colombia

Fuente: (Franco Vidal, 2012a) Estrategia de adaptación al cambio climático en el complejo de humedales de
Fúquene, Cucunubá y Palacio. Gestión de Humedales 2:59-72

Recuadro 1: Diferentes visiones de Fúquene

Diferentes visiones de Fúquene


La importancia social de la laguna se encuentra en numerosos relatos (ver por ejemplo la síntesis
de (Santos Molano, 2000)), o como base de un distrito de riesgo que soporta una de las industrial
lecheras más importantes del país (JICA, 2000)7 . Conocida también de tiempo atrás como la

7 Agencia para la Cooperación Internacional del Japón – JICA /http://www.jica.go.jp/spanish/

3
laguna de Tinjacá, pasó a ser a finales del siglo XIX objeto de acciones de desecación promovidas
por el Estado, y en 1960 la denominación institucional para este espacio ya se le refería como un
“distrito de drenaje y riego”.
El reconocimiento de valores ambientales asociados, a partir de los años 80 ha llevado a que el
mismo espacio se conozca hoy con numerosas denominaciones; como laguna, humedal,
ecosistema, ecosistema estratégico, área importante para la conservación de las aves AICA,
candidato a sitio Ramsar, humedal, humedal prioritario, complejo lacustre –palustre (compartido
con Cucunubá y Palacio), lago vivo, y hasta “área protegida”. No hay una definición oficial única,
de compromiso o consenso; y más bien conviven visiones divergentes y contradictorias, o
potencialmente complementarias. La laguna como objeto natural, se ha convertido en un
complejo sistema socio-ecológico, donde los discursos disciplinarios y sectoriales divergentes,
denotan la visión fragmentada de la laguna y su territorio. Los aspectos socio-ecológicos, que
representan de forma clara la interdependencia entre la sociedad humana y la naturaleza, no han
sido claramente definidos y estudiados, más allá de la descripción histórica de los cambios (Franco
& Andrade, 2007) y de una primera interpretación como sistema ecológico tensionado por las
acciones humanas (Franco & Andrade, 2007). Hoy entendemos que la mirada a Fúquene como
sistema socio-ecológico, pasa por la identificación de los cambios históricos que han ocurrido y
su interpretación dentro de un modelo que identifique los aspectos sociales y ecológicos que
constituyen hoy la base de su funcionamiento.

La metodología de este trabajo se basó en la generación de una narrativa sobre la laguna de


Fúquene, en la cual se combina la información disponible sobre el sitio y su región, a la luz del marco
conceptual sobre los sistemas socio-ecológicos desarrollado en el marco de este mismo trabajo.
Combina un rigor académico y pragmático. Los productos de avance han sido objeto de discusión y
enriquecimiento en consultas, reuniones y talleres realizados por los actores sociales involucrados
en el proceso de la laguna. El propósito principal es proponer las características de ese sistema
nuevo o emergente, sus propiedades de auto organización, los atributos socio-ecológicos
constitutivos y las interferencias humanas sobre la plataforma común biofísica. Esto como base para
proponer lineamientos de manejo adaptativo.

1.2. Atributos socio ecológicos de la laguna de Fúquene

Lo Humano en la Naturaleza
La concepción del mundo en Occidente está influenciada por una seria de dicotomías que tienen
origen en Grecia, entre las cuales se encuentran los seres humanos concebidos por ellos mismos
como una entidad aparte de la Naturaleza, hoy diríamos, como observadores fuera de los
ecosistemas. Sin embargo, con la observación del planeta desde el espacio, emerge el carácter único
y ecosistémico de la Tierra, no ya solamente como un planeta con vida sino como uno en el cual la
vida y las condiciones que la permiten son inseparables como un producto evolutivo. Los humanos
emergimos como la conciencia del planeta y la cultura como nuestra segunda naturaleza; a través
de la cual humanizamos el mundo y construimos, entre otras cosas, una idea de naturaleza que
todavía no nos ha permitido interpretar nuestro lugar en el mundo. La oposición humano-naturaleza
es piedra angular de Occidente. Una mirada sistémica al planeta permitiría, sin embargo, que las

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oposiciones clásicas mano-cerebro, sujeto-objeto, natura-cultura convergieran en una “unidad
necesaria” (Bateson, 1979), que en lenguaje de hoy sería una visión ecosistémica8.

Para el ser humano –sujeto por antonomasia– lo más difícil ha sido encontrar y aceptar su lugar en
los ecosistemas, tanto así que se dice que el ser humano es el único animal sin nicho, razón por la
cual usa su conocimiento y destrezas para crearlo en cualquier ecosistema natural, e incluso
transformarlo en su beneficio. En la lectura de las ciencias de la conservación, lo humano representa
una “perturbación” que de otra forma serian simplemente naturales; contribuyendo así a través de
una valoración subliminal a la separación entre lo humano y la naturaleza, en especial cuando ésta
se convierte en objeto de conservación. Las ciencias sociales, en su deconstrucción histórica del
concepto de naturaleza(Serje, 1999), la colocan en la misma situación ontológica de otros
constructos humanos.

Sin embargo, más acá de la discusión académica, está la evidencia planetaria. Los humanos
capturamos gran parte de los flujos de materia y energía y de los ciclos bio-geo-químicos el 23,8%
de la productividad primaria (Haberl et al, 2007). Incluso hemos transformado directamente el 14%
de la superficie terrestre del planeta y apropiado entre el 30 y 40% del agua dulce superficial
(Millennium Ecosystem Assessment., 2005). Al hacerlo no sólo tomamos los productos de la
fotosíntesis, sino que afectamos la producción fotosintética; agotamos las especies. En pocas
generaciones hemos liberado energía fósil acumulada durante millones de años, cambiando el
estado del equilibrio climático y ecológico planetario al constituirnos en “hacedores del clima”
(Flannery, 2005)

En este escenario la acción humana se presenta todavía desde una perspectiva de conservación
como “borrando la naturaleza”. Hemos tardado en encontrar un espacio de interceptación ecológica
para el planeta humanizado. Hasta hace poco los mapas de ecosistemas presentaban esa creciente
matriz gris indiferenciada como “áreas transformadas”, que no tenían ningún interés para la
ecología. En el subconsciente estaba el paraíso perdido, acaso como único objeto legítimo de
estudio y de gestión de conservación. Sin embargo, de lo humano como excepción, poco a poco se
ha pasado a un paisaje humanizado y una naturaleza verdaderamente excepcional. La oposición
fundadora naturaleza-humanidad alcanza así su culmen en la práctica convencional de la
conservación fundada exclusivamente en las áreas naturales protegidas que proscriben la acción
humana; dejando el resto del espacio sin suficiente sustento ecológico. Es cada vez más evidente,
sin embargo, que esta oposición difícilmente se sostiene desde un punto de vista ecológico. El
cambio ambiental planetario relega la oposición fundadora a las academias, y el futuro de los
humanos en su conjunto va quedando de hecho completamente atrapado en nuevos ecosistemas,
que son el resultado de la integración de los sistemas sociales y ecológicos.

8El “enfoque ecosistémico” ha sido adoptado por la mayoría de los países para la conservación en el marco del Convenio
de Diversidad Biológica.

5
Los sistemas socio-ecológicos son aquellos sistemas que a través de una historia de interacción
entre los humanos y la naturaleza, presentan hoy niveles de integración que generan
interdependencias

Walker & Meyers (2004)

El paso de la interacción a la interdependencia, en los procesos ecológicos básicos, representa el


umbral de emergencia de los sistemas socio-ecológicos (SSE).

En la laguna de Fúquene es posible develar un sistema, en el cual la relación entre el ser humano y
la naturaleza se manifiesta no solo como la alteración de un sistema natural, sino como un sistema
nuevo con propiedades emergentes de auto-organización y en el cual las variables constitutivas no
son ya solamente “biofísicas”, o “sociales” sino el resultado de las interacciones entre éstas. Esto
implica reconocer que la relación hombre – naturaleza comparte, interviene o interfiere en una
plataforma común de soporte de los procesos biofísicos y sociales.

La definición conceptual de base del sistema socio ecológico (SSE) adoptada incluye los atributos
biofísicos, sociales y sus manifestaciones socio-ecológicas, con componentes y relaciones (según el
modelo de (Chapin et al., 2002), Figura 2).

Figura 2: Esquema de elementos e interacciones que conforman un sistema socio ecológico.

Fuente: (Chapin et al., 2002)

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Aproximación a Fúquene como un sistema socio - ecológico

Un sistema complejo es una representación de un recorte de esa realidad, conceptualizado como


una totalidad organizada, en la cual los elementos no son “separables” y, por tanto, no pueden
ser estudiados aisladamente
(Garcia, 2006)

El primer paso para el estudio de cualquier sistema (ecológico y social) es su delimitación. La


delimitación es un proceso artificial de la realidad que hace el sujeto observador que interactúa en
el sistema (Garcia, 2006). Es decir que los sistemas en sí mismos no poseen límites, sino que la
delimitación depende del modelo mental y de la intención del observador, es decir es una realidad
compleja:

En Fúquene, el sistema socio-ecológico (SSE) está constituido por una interacción de atributos
ecológicos y sociales que se constituyen en torno a un fenómeno particular del ciclo del agua –una
laguna y sus tributarios- se parte de una delimitación de trabajo que corresponde con la cuenca de
captación de la laguna. Esto no quiere decir que todos los elementos o fuerzas que actúan sobre la
laguna están contenidos dentro de esa cuenca, pero sí que los procesos biológicos y sociales que la
estructuran pueden abordarse de manera eficiente para el proceso de conocimiento y de gestión,
en principio en el espacio de la cuenca. La delimitación del espacio de la cuenca permite además
identificar con cierta claridad aquellos procesos que afectan la laguna y se sitúan, como controles
exógenos, por fuera de ella.

Los determinantes o controles exógenos que la afectan, pueden ser en lo biofísico las variaciones
de clima, o la disponibilidad regional de propágalos de la biota; y desde los atributos sociales serían
los factores culturales dominantes de la sociedad, o las fuerzas económicas que influencian los
mercados de los principales productos que allí se generan. También controles exógenos sociales
podrían ser además de las políticas y normas, las fuerzas económicas que actúan en el territorio con
relaciones entre lo local, regional y global.

Dentro del sistema, el siguiente paso sería develar los atributos sociales y ecológicos que lo
constituyen, en la forma de variables estructurantes (lentas) y variables rápidas. La conjugación de
variables estructurantes o “lentas” (sensu (Chapin et al., 2002)), y las de respuesta rápida, podrían
darse en un cierto equilibro en la acción humana. Lo anterior estaría gobernado por impactos
sociales y ambientales en torno a los servicios ecosistémicos, que en conjunto determinan el
carácter social y ecológico del sistema.

La emergencia de los atributos socio - ecológicos


Un sistema complejo se caracteriza por presentar propiedades emergentes, es decir aquellas que
solo pueden ser percibidas cuando hay una interacción entre sus componentes, es decir que su
existencia no puede deducirse de las propiedades de éstos. En el sistema socio – ecológico, la
interrelación entre atributos biofísicos y sociales produce la emergencia de los atributos socio –
ecológicos. Las propiedades emergentes se describen como “todos organizados” que pueden ser
sistemas o subsistemas con una identidad propia, la cual no puede ser reducible a la identidad de
alguna de sus partes. Los todos organizados detentan las propiedades emergentes del sistema. Para
(Koestler, 1967) los todos organizados se denominan “holones”, que son el sustrato por excelencia
7
del “fantasma de la máquina”, usando la analogía entre los seres vivos organizados y los sistemas
mecánicos. La imposibilidad de fraccionar un todo organizado sin que éste pierda su identidad,
proporciona un fuerte indicio que el observador se encuentra frente a un todo organizado. El
conjunto de atributos constitutivos (biofísicos y sociales) y emergentes (socio-ecológicos), se
presentan en la tabla 1, en torno a los conceptos de identidad (naturaleza y carácter), la estructura
con sus variables estructurantes y dependientes de escala; procesos de auto-organización y
mecanismos de retroalimentación, ocurrencia de estados, umbrales de cambio y trayectorias, y
resiliencia. La gestión se aborda desde el concepto de desajustes socio-ecológicos y gobernanza
adaptativa.
Tabla 1. Algunos elementos biofísicos, sociales y socio- ecosistémicos (Derecha) en la Laguna de Fúquene

Atributos Dominios de aplicación


Biofísicos Socio-ecológicos Sociales
Identidad Naturaleza Lago alto andino Región rural
pando campesina y agro-
industrial
Carácter Complejo lago – Paisaje cultural rural Cuenca campesina de
humedales, en degradado, con relictos agricultura y minería,
avanzado proceso ínfimos de vegetación y en la que abastece un
colmatación y zona plana con el sistema de sistema agro-industrial
eutrofización lago – humedal integrado a y urbano
un distrito de riego y
drenaje.
Estructura Variables Sistema de drenaje Agro-ecosistema pecuario Economía lechera
estructurantes, estacional poco emergente sobre una base empresarial y
escalas regulado. biofísica tensionada. economía campesina
Coberturas Complejo de humedales de subsistencia.
vegetales con déficit tensionado Sistema urbano y
hídrico en su servicios asociados.
mayoría.
Auto- Mecanismos de Aceleración de una Conflicto socio-ambiental. Éxito económico
organización retroalimentación sucesión lacustre – Ecosistema conflictivo y jalona inversiones.
palustre terrestre vulnerable al cambio Pobreza y
ambiental. marginalidad jalonan
desconfianza.
Estados Dominio de estabilidad alterno.
Algunos componentes anidados en estados diferentes (Cucunubá y Palacio)
Umbrales de Posiblemente algunas variables estructurantes pasaron umbrales de cambio
cambio y irreversible (regulación del ciclo hídrico, perdida de caudales, memoria de
trayectorias contaminación, especies invasoras, comunidades emergentes)
Resiliencia Alta resiliencia perversa (estado indeseado)
Ciclo Modelo de Algunos componentes en fase K de ciclo de reorganización.
adaptativo Panarquía Complejo lacustre palustre en fase de colapso, y con posibilidades de pérdida
de capacidad de auto-organización (fuga x)
Gestión Desajustes De visión, intereses, decisiones, gobernanza, escalas de manejo, manejo
patológico y neo-estructuración degradativa del sistema.
Patología de manejo social.
Elementos para Gobernanza adaptativa, conservación-restauración de condiciones biofísicas,
gestión adaptativa legitimidad.
Fuente: Los autores

1.3. Identidad socio – ecológica


El primer paso consiste entonces en tener una descripción del sistema socio-ecológico, es decir
contar con una narrativa que permita definir la identidad del sistema, como una propiedad

8
emergente de atributos biofísicos y sociales, siguiendo la definición de trabajo de (Chapin et al.,
2002). Aquí se propone abordar la identidad en dos niveles contenidos, el de naturaleza y el de
carácter. El concepto de identidad socio – ecológica se construye a partir del concepto de identidad
colectiva de las ciencias sociales y estructura del sistema ecológico. La identidad de un sistema socio
– ecológico es la existencia, permanencia y evidencia para un observador de atributos que son
característicos y diferenciadores. La identidad no es pues un proceso estático, sino que emerge en
un colectivo humano que se relaciona con un sistema ecológico, y está determinada igualmente por
aspectos naturales como sociales.

La identidad de un sistema reside en la presencia continua, en el espacio y el tiempo,


de componentes y relaciones clave (key).
Cumming y Coller (2005),

La naturaleza biofísica básica de la laguna de Fúquene, y el complejo Cucunubá y Palacio


corresponde a un complejo lacustre palustre, esto es de lago - humedal altoandino (Franco,
Andrade, & Delgado, 2011) . La identidad de los humedales según la convención Ramsar9 es amplia
pues considera variedad de atributos, así, se dice que son “las extensiones de marismas, pantanos
y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes
o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua
marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”. Para (Farinha et al., 1996)
Farinha et al. (1996) los humedales son: “ecosistemas que agrupan los ambientes que se sitúan en
la transición entre los ecosistemas terrestres y acuáticos compartiendo características de los dos”.
En la Cordillera de los Andes hay una diversidad de ecosistemas acuáticos, producto de su historia
geológica y climática, razón por la cual el concepto de humedal se vuelve genérico. Por ese motivo,
la identidad biofísica está ligada con el carácter ecológico de estos espacios de lagos – humedales,
pues responde a su historia geológica en bacines cerrados de sedimentación que formaron los
llamados altiplanos en Colombia (Flórez, 2005) (Recuadro 1).

Recuadro 2: Lagos de altiplano en Colombia

Lagos de altiplano en Colombia


Los altiplanos son grandes geoformas características de la media y alta montaña colombiana. Son
depresiones tectónicas del Cretáceo y Terciario comunes en el Macizo Colombiano, sur de la
Cordillera Central y en la región Cundi-Boyacence de la Cordillera Oriental. Cuando se formaron
fueron ocupados por agua para después ser sedimentadas quedando topografías planas (op.cit.).
Las lagunas formadas en los altiplanos se llaman lagunas de depresión tectónica porque cuando
se forman los altiplanos la depresión que los origina se llena de agua convirtiéndose en una
cuenca fluvio-lacustre donde se acumula material que se colmata hasta formar el altiplano. Los
grandes lagos y lagunas de la alta montaña colombiana siempre están asociados con los
altiplanos. La laguna de Fuqúene, el lago Guamues y San Rafael son relictos de agua de las
condiciones paleobioclimáticas. Los altiplanos constituyen la sedimentación de lagos en las
depresiones formadas por eventos tectónicos y orogenia. Al final de la última glaciación, la
sedimentación de los sistemas lacustres de los altiplanos fue mayor por los aportes fluvio-

9 LaConvención sobre los Humedales de Importancia Internacional, llamada la Convención de Ramsar, es el tratado
intergubernamental que ofrece el marco para la conservación y el uso racional de los humedales y sus
recursos./http://www.ramsar.org/lib_manual2004s.htm#c1

9
glaciares (deglaciación). Los altiplanos son deficitarios de agua debido a su condición de
encerramiento entre montañas, sin embargo hay buena disponibilidad de agua que proviene de
las cuencas altas y de los depósitos subterráneos.

El levantamiento final de la cordillera oriental de los Andes comenzó hace seis millones de años
(van der Hammen & Andrade, 2003). En este período eran característicos los eventos
catastróficos como terremotos y las corrientes de lodo y piedra. Tres millones de años más tarde
empezó el hundimiento del área que hoy ocupa la Sabana de Bogotá, por acción de los
movimientos tectónicos en las grandes fallas. Los movimientos tectónicos en la cordillera Andina
originaron depresiones, los altiplanos, (Flórez, 2005) con cuencas cerradas y para el caso del
altiplano de Cundinamarca y Boyacá (van der Hammen & Andrade, Estructura ecológica principal
de Colombia:, 2003) describe que en la cuenca el agua se acumuló y esto dio origen, en el
Pleistoceno, al gran lago que ocupó la Sabana.

Los cambios en la temperatura, característicos del inicio del Cuaternario, estuvieron


acompañados por cambios en la precipitación que influyeron en la variación del nivel del agua del
lago que ocupaba la Sabana de Bogotá. El gran lago aumentaba su tamaño durante las épocas de
grandes lluvias, y disminuía rodeado de vegetación de pantano y turberas en la planicie, cuando
la precipitación era menor (op.cit). Relata el profesor van der Hammen (op.cit), que los pequeños
intervalos de mayor o menor humedad determinaban la presencia de muchos humedales en la
Sabana. Los cerros y el subsuelo estaban llenos de agua y el nivel freático estaba en la superficie
o muy cerca de ella. Durante las lluvias altas había estancamiento de agua favorecido por la
composición arcillosa del suelo, y en los bacines y meandros cortados había incontables lagunitas
y pantanos. Los cerros y acuíferos se encontraban saturados de agua proveniente al parecer del
periodo Plenigacial donde predominaban condiciones climáticas muy húmedas.
Fuente: Los autores

La emergencia de la identidad socio-ecológica implica una memoria en el colectivo humano. Si solo


se dan cambios, no habría referencia de una estructura y permanencia en el tiempo (codificada en
una memoria cultural), generando así que el concepto de identidad se desvanezca. La identidad
corresponde con la construcción social del concepto de territorio, que pasa por diversas fases en la
historia de ocupación humana y transformación de la base natural. El estudio de las identidades en
transición en los procesos de evolución socio-cultural sería en este sentido un elemento
fundamental en el entendimiento de la conformación de un SSE como un producto histórico. Sin
embargo, rebasa el alcance de este ejercicio, en el cual la identidad socio ecológica se construye a
partir de la lectura actual (aunque hay diversidad de identidades, ver más adelante), como un
paisaje rural campesino y crecientemente agroindustrial.

La interacción de una población campesina en un lago andino pando, históricamente cambió el


carácter ecológico del lago de un sistema oligotrófico hacia un proceso de eutrofización. La aparición
en la cuenca de actividades paralelas a la agricultura, como la minería y un incipiente sistema
urbano, consolida la emergencia de su carácter socio-ecológico, que podría describirse como un
paisaje cultural rural en proceso de degradación, con presencia de pequeños relictos de vegetación
original en las laderas y en la zona plana la transformación de su sistema hídrico superficial de
complejo de lago – humedal andino pulsante, a un distrito de riego, con una cobertura vegetal y
unas comunidades bióticas acuáticas nuevas, no análogas o “ecosistemas emergentes” (Hobbs et
al., 2006)(Recuadro 2).

10
Recuadro 3: Los ecosistemas emergentes

Los ecosistemas emergentes


(tomado de (Andrade, 2008)
Los modelos teóricos de la ecología clásica –afines a una idea de naturaleza– postulaban que los
ecosistemas después de las perturbaciones retornaban a sus condiciones originales. Resiliencia
se consideró como la capacidad de hacerlo en un tiempo dado. Pero este regreso pronto se
convirtió más en un modelo mental de referencia con valor didáctico o heurístico, es decir, útil
para producir más conocimiento, mientras en muchos casos la acción humana producía en los
ecosistemas realidades nuevas. Esto puesto que los efectos de la acción humana sumados a las
causas, y a través de retroalimentación y amplificación, hacen que los ecosistemas transiten
nuevas trayectorias y pasen umbrales de cambio irreversible, saltando a nuevos estados de
equilibrio.

En las nuevas configuraciones la definición original de lo natural adquiere nuevos matices: (van
der Hammen, Consensos mundiales de restauración y enfoques de investigación y monitoreo,
1999) define como “ecosistemas seminaturales” los arreglos naturales de especies que son
productos de la acción humana; (Márquez, 2001)los llama “ecosistemas de reemplazo”, y para
(Odum, 1969) son “ecosistemas sintéticos”. Sin embargo, como resultado de la disponibilidad
global de las especies invasoras, la trayectoria de los ecosistemas perturbados lleva a la aparición
de lo que hoy se conoce como neoecosistemas o “ecosistemas emergentes” (Hobbs et al., 2006).
Difieren de los anteriores no sólo en su estructura y composición de especies, sino en su
funcionamiento. Un ejemplo es la invasión del pasto africano gordura en las montañas tropicales
húmedas, que no sólo modifica los patrones normales de sucesión vegetal (visión convencional),
sino que, debido al carácter pirófilo –resistente al fuego–, en las pasturas se instaura un nuevo
régimen de funcionamiento basado en los incendios. Resultan extensas formaciones herbáceas
recalcitrantes en donde probablemente nunca retornará el bosque nublado. Más frecuentes son
las configuraciones nuevas en ecosistemas de aguas dulces continentales. En estos nuevos
escenarios ecológicos el modelo ecosistema original –ecosistema perturbado–, cuando es usado
como única forma de referencia para interpretar el cambio, puede oscurecer la comprensión del
nuevo ecosistema. En este sentido, el papel de lo humano no se reduce ya a ser destructor de
ecosistemas naturales –rol que por demás asume con fuerza– sino constructor de nuevas
realidades ecológicas, documentadas a través de todo el mundo en nuevas formas de
funcionamiento ecológico. De esta manera, los ecosistemas de hoy no son ya solamente naturales
o transformados, sino híbridos que ocurren en mosaicos de diferentes escalas; cual fichas en el
tablero del juego humano global.
Fuente: (Andrade, 2008)

11
La laguna de Fúquene como territorio socio-cultural
La aproximación a Fúquene como un sistema socio-ecológico, a partir de la mirada histórica, permite
ver que la ocupación y transformación del territorio, y la “apropiación” (interferencia) humana de
los atributos o variables estructurantes del sistema, tiene al menos dos periodos principales, uno de
adaptación y otro de adecuación.

Las condiciones “originales” definidas por van der Hammen, consensos mundiales (op.cit.) en el
altiplano Cundiboyacense, se dieron desde comienzos del Holoceno, hasta cuando la intervención
humana comenzó la transformación. El primer periodo en la historia humana de relación con la
naturaleza en la región está representada en un largo proceso de adaptación del espacio y
conformación de la cultura, y más tarde de su adecuación como espacio económico. Los cazadores
y recolectores estaban ya asentados desde hace 12.000 años antes del presente, según se dejan ver
los vestigios humanos de la Sabana de Bogotá asociados con restos de Haplomastodon waringii
(Mastodonte). Desde los 5,000-4,000 AP los habitantes del Altiplano comienzan el proceso de
sedentarización, con cultivos de algunas plantas pero con gran influencia de la cacería y sobretodo
de la pesca y recolección de cangrejos. El temprano desarrollo de la agricultura (de papa) hace 3.000
años y la conformación de los cacicazgos muiscas con base en una agricultura introducida más tarde
en las laderas con presencia de maíz (Langeabaek, 1995).

Hace 3.500 años las zanjas y camellones se extendieron por toda la parte plana de la Sabana y en
terrazas y cerros, como medio para el manejo del agua para los cultivos indígenas. Los pobladores
Muisca desarrollaron sistemas productivos en las laderas, y en las tierras anegadizas combinaron
cultivos y extracción de fauna y flora. Su cultura está fuertemente asociada con el agua, y se dice
que la isla El Santuario de Fúquene fue un sitio para ellos sagrado. No hay evidencia de profundas
transformaciones en los ecosistemas con anterioridad a la Conquista10. Durante la Conquista se
comenzó a transformar más intensamente el paisaje en la cuenca, y en la Colonia se inician los
intentos de desecación. El represamiento para almacenar el agua para ganadería y agricultura,
comenzó de manera más generalizada después de la Conquista y aún está presente en la actualidad.
Hoy en día es posible ver en todo el valle de Ubaté canales con agua y vegetación y fauna típica de
“pantano”, remanentes del gran lago pleistocénico. Estos canales cruzan las fincas y sirven para
controlar el agua y para regar los pastos ganaderos y los cultivos. Con el paso de la sociedad indígena
a la mestiza, los procesos de adaptación, que ocurren dentro del rango normal de funcionamiento
del sistema ecológico 11 , dieron paso a procesos de adecuación, o sea cambios en el sistema
ecológico a medida que se iba conformando el sistema social.

La desecación de la laguna tuvo como propósito la habilitación de las tierras para la producción
agropecuaria; y el cambio más profundo se consolidó con el establecimiento del sistema de
producción lechero basado en pasturas del pasto introducido kikuyo. Durante el siglo XIX la
ganadería era principalmente para carne (en especial en el flanco oriental del valle) y durante
mediados del XX se consolidó la ganadería de leche. (Franco R. , 2007) presenta también una
aproximación a la conformación del paisaje de ganado – kikuyo, con la introducción de esta especie
hacia el año 20 del siglo XX. Según relato recogido por este autor, la introducción y expansión del

10 Tener en cuenta que la huella de la actividad humana anterior a la conquista se puede leer en la memoria palinológica
de la laguna, con la aparición de algunos elementos florísticos (Dodonea sp, por ejemplo) en una abundancia que es
atribuible a la deforestación en la vertiente por la acción humana (T. van der Hammen, comunicación personal).
11 Es evidente que esta es una afirmación de carácter hipotético, y surge solo por el nivel de generalidad de la identidad

(naturaleza y carácter ecológico) del sistema natural de referencia.

12
kikuyo trajo como resultado el reemplazo de otras especies entre ellas en la parte montañosa el
“pasto tigrillo, yaraguá, maciega, paja de puntero, ichi, esparto” y en la parte plana “carrizo, jupa
guayacana, paja de zorro, grama y carretón blanco, poa, plegadera, later, carretón, lengua de vaca,
jupa, barbasco, junco, inea y yerba de rejo”. El cambio de pasturas fue acompañado de la llegada
del ganado holstein, mientras que el normando y la mezcla de éste con el criollo permaneció en la
parte de la loma.

La transformación más profunda se produjo en el siglo XX, en especial impulsada por su


comunicación con la capital a través del tren en 1925, lo cual acarreó nuevos impactos como la
deforestación (hasta 100 mil árboles según (Franco R. , 2007, pág. 45) y cambios en el sistema de
ganadería de levante en las laderas a una ganadería de leche especialmente en las partes bajas. La
integración por tren trajo otros impactos, tales como el comercio del carbón vegetal, y el comercio
con la ciudad, de aves, peces y cangrejos (Franco R. , 2007). Durante la segunda mitad del siglo XX
se produjo el auge de la industria ganadera para leche, la agricultura comercial, la alta demanda de
agua y el avance de las estructuras físicas para el control de inundaciones y recuperación de tierras,
que en conjunto constituyen cambios estructurales que marcaron el futuro del sistema.

La ganadería de leche se hace con agroquímicos introducidos a mediados del siglo XX. La
conformación el paisaje ganadero ya estaba establecida hacia mediados del siglo XX, con cerca de
9000 – 12000 cabezas de ganado (Cabrera, 1957; en (Franco R. , 2007), p. 71), que podría llegar hoy
hasta 180.000 en toda la cuenca, y con un aumento de productividad de 10 botellas diarias por vaca
(Cabrera, 1957)hasta 20 litros. Aunque el renglón de la leche es más importante en la económica
local, la región también ha tenido actividades de agricultura, minería y recreación. Hacia finales del
siglo XX, en momentos en que la industria lechera presenta su mayor auge, se incrementa la
producción del carbón mineral hacia el mercado internacional, y la demanda directa de algunos
bienes y servicios de la laguna.

Efectos sobre el complejo de humedales


Desde el principio la conformación del paisaje, en especial la deforestación, responde a procesos
sociales, tales como la ocupación de las laderas de parte de los indígenas como producto de su
expulsión de las tierras bajas, primero por la encomienda y luego por las haciendas (Franco R. ,
2007). Los principales hitos históricos de la laguna son, según (Franco R. , 2007), la desecación, la
transformación severa de su cuenca, como paso a su integración con el interior del país, y más tarde
con mercados exteriores12.

Igualmente, desde temprano, algunos cronistas identifican una relación entre la deforestación y los
tempranos cambios ocurridos en la laguna (Franco R. , 2007); mientras que el espacio plano del valle
permaneció sin modificaciones extremas por un tiempo mayor y principalmente dominado por la
laguna y sus pantanos. ¿Pero, cómo era este gran espacio de lago y pantanos? En el Siglo XVII el
Obispo Lucas Fernández de Piedrahita (1666), al referirse al valle de Ubaté (según (Franco R. , 2007))
dice:

“Es lo más de la tierra llana que media solamente el pueblo de Fúquene, situado en una
colina entre las grandes poblaciones de Ebaqué (Ubaté) y Susa; la ciñen por una parte los
páramos fuertes y ásperos montes que dividen los muzos y por la gran laguna de Fúquene,

12
En especial la leche para el mercado nacional y más tarde la minería para el internacional.
13
las resguardaba de todas las invasiones de Tinjacá y otros sectores de la provincia que hoy
se llama Tunja. Su longitud de más de cuarenta millas italianas, y su latitud angosta e
incierta de medir por los retorcidos giros que forman los elevados montes del páramo bajo;
cuyas faldas se extiende”.

En el relato que presenta (Franco R. , 2007, pág. 69 y 164)de la visita en 1884 del viajero alemán
Alfred Hettner, quien en su paso de Bogotá a Chiquinquirá se embarcó en la laguna de Fúquene, en
el sitio de Chinzaque, dice:

“(…) una de aquellas canoas angostas pero pesadas, construidas de madera, que usualmente
se destinan a la pesca y a la cacería de patos. Después de atravesar con alguna dificultad la
faja ancha de junco y caña que por todas partes viene enmarcando la superficie de la laguna
y para cuyo paso se han cortado verdaderos canales a través de aquel juncal, al fin
alcanzamos el agua abierta, de color pardo turbio (...) Cantidades de patos animan la
laguna, que por tal motivo a veces atrae a los aficionados de la cacería desde Bogotá. En
masa se ofrecen los animales en el mercado de la capital (…) Continuamente sondeando nos
acercamos a las islas que surgen en medio del lago y que constan en parte de tierra plana y
en parte de roca arenisca (…) A falta de una vegetación abundante, el clima, de por sí
melancólico, dista mucho de sacar efectos de color de las pendientes peladas...”.

Los sondeos de Hettner (en (Franco R. , 2007, pág. 69)) en su mayoría marcaron de dos a tres metros
de profundidad “con 8,9 metros como máximo medidos por mí delante de las orillas acantiladas de
las islas (...)”. Según el mismo autor, hacia el siglo XVIII, en la Hacienda Santa Bárbara de Sema, los
potreros sobre la laguna eran utilizados en verano para que pastara el ganado y en invierno lo subían
a las lomas y colinas pues la planicie se inundaba. De esta forma el ganado era rotado encontrando
complementariedad en invierno y verano, entre loma y plan, en un sistema de integración vertical.
La desecación se inició puntualmente en el siglo XVII, y se acentuó en la primera mitad del XIX. Según
lo presenta (Franco & Andrade, 2007, pág. 44), hasta 1760 en el valle de Ubaté hubo probablemente
un solo gran lago, y la separación de los dos cuerpos a que hacen referencias las crónicas
(presumiblemente Fúquene y Cucunubá) se produjo hacia 1770.

No hay claridad de cambios que pudieron ocurrir en la región durante el siglo XVIII. La historia de
transformación se retoma en el siglo XIX, con la construcción del canal Paris, que fue el cambio físico
más determinante producido en el nivel de las aguas. Aunque como lo señala (Franco & Andrade,
2007, pág. 44), no fue el único, pues hacia 1890 el río Ubaté ya estaba canalizado con diques
artificiales en gran parte de su curso. La deforestación se aceleró a finales del siglo XIX, hecho que
coincide con el ahondamiento del río Suárez, evento que marcó el inicio del fin del gran lago (Franco
& Andrade, 2007, pág. 44). La presencia de la laguna fue muy importante en la conformación del
territorio. La ubicación de las cabeceras municipales y asentamientos humanos, así como las vías de
comunicación, estuvo determinada por la presencia del gran cuerpo de laguna y pantanos en la
mayoría de la parte plana del valle. Durante el siglo XIX, y la primera parte del XX, la laguna se
extendía en gran parte del valle, según se observa en la imagen de 1930 (Santos Molano, 2000),
(Figura 3) hecho que se refleja en las zonas actualmente definidas con riesgo de inundación (Figura
4)

14
Figura 3: Extensión de la laguna de Fúquene en el Valle de Ubaté hacia 1934 (Nombre original: Plano
general de la laguna de Fúquene. Año 1930 (Tomado de E. Santos Potes, 1934, con montaje CAR)

Fuente: (Santos Molano, 2000)

Los hitos de la historia de cambio ambiental de la laguna de Fúquene son recogidos en la siguiente
sección, a partir de la crónica realizada por (Franco R. , 2007, pág. 89), para quien “Eventos de tipo
político, económico, legal o social tuvieron consecuencias definitivas sobre los cambios del paisaje
en la región de Fúquene y sobre el uso de las especies, con sustitución de las especies nativas por
otras exóticas o simplemente la caída en desuso de algunas por su disminución o desaparición”
(Franco, R. 2007:65).

15
Tabla 2: Hitos de la historia de cambio ambiental de la laguna de Fúquene

Hito de cambio Objeto de la intervención


Finales del S XIX – principios del XIX
Desconexión entre las lagunas -Desecamiento de lagunas por diferentes actores e instituciones
-Desconexión de las lagunas de Cucunubá y Fúquene (ca. 1770)
Primera mitad del siglo XIX
Pérdida de cobertura forestal de -Leña y carbón para cocinar
bosques de roble que rodeaban la -Madera para calentarse y construcción de viviendas y la iglesia de San Miguel
laguna -Fabricación de canoas para transportarse en la Laguna
-Madera para hacer cruces en la peregrinación al Santuario de Chiquinquirá
-Combustible para la fabricación de sal en Tausa, Nemocón y Zipaquirá
Demanda de madera en la salina de -Madera para hornos de barro y cocción, leña para la quema y explotación de arcilla que
Tausa: solo nativa hasta mediados producía erosión del suelo
del siglo XIX, cuando se introdujo el
Eucalipto
Desde 1850 -Introducción de árboles exóticos: eucaliptus, sauces (traídos de Perú), pinos, acacias
-Linderos, cercas, vallados entre fincas
-Disponibilidad de leña para cocinar y madera para construcciones
-Separar las propiedades. Desecar áreas de humedal
Primera mitad del siglo XX
Desde 1920 -Construcción de Carreteras y el Ferrocarril a Chiquinquirá para hacer accesibles mercados y
productos, desde y hacia la Capital
-Cambio de ganadería de carne y quesos a ganadería de leche
-Desmonte, vallados, terraplenes, desecación, ahondamiento del río Suárez entre 1920 y 1930
(por Ignacio París) para sacar los tesoros de los Muiscas, ganar tierras para agricultura y
ganadería
Introducción de pasto exótico (hacia -Mejorar las pasturas para el ganado, estabilizar el terraplén del ferrocarril
1920) y ganado
-En 1940 la vegetación de las islas era de árboles exóticos dominados por eucaliptos, pinos,
pastos.
Segunda mitad del siglo XX
Hasta 1950 -Agricultura de subsistencia de maíz, papa, habas, rubas, ibias, calabaza, col, fríjol,

Desde 1960 -Agricultura comercial con uso de plaguicidas y el empleo de tractores y maquinaria
-En la actualidad aumento de agricultura en invernadero en el costado occidental, con el
potencial de cambiar radicalmente el paisaje de las lagunas y alterar más el régimen hídrico
-Aumento de la productividad de los sistemas de producción de alimentos
- Introducción de peces y plantas acuáticas exóticas Presencia de carpa en la laguna de
Fúquene ya se conocía desde 1957
-Hacia 1960 entró la trucha en la laguna de Fúquene y perduró hasta que el agua permaneció
clara. Esta introducción de peces probablemente, mejoró la pesquería
-La tilapia (pez dorado) es de reciente introducción
-Introducción de elodea y buchón. Introducción de plantas para mejorar la calidad de agua de
la laguna
Desaparición de las islas de la -Efecto indirecto de los intentos por desecar la laguna de Fúquene que se emprendieron desde
Laguna de Fúquene (eran 12 islas y finales del siglo XVIII y principios XIX; introducción de vegetación acuática exótica; reemplazo
en la actualidad quedan 2) y de vegetación terrestre en las islas principalmente con fines estéticos
reemplazo de vegetación nativa
terrestre en ella por vegetación
exótica.
Fuente: Los autores

16
Identidades socio-ecológicas en disputa
En la perspectiva social de la laguna de Fúquene y su región, más que una sola identidad existen
identidades, en ocasiones contradictorias, y dependen de la percepción e intereses de los actores y
agentes involucrados (Tabla 3). La tendencia es formular visiones unifuncionales, según sus
intereses, e identificar los demás que no las comparten como parte del “problema”. El reto de
gestión socio-ecosistémica de Fúquene consiste en formular e implementar una visión de gestión
multi-funcional.

Tabla 3: Algunas visiones e identidades en la laguna de Fúquene como SSE

Actor social Visión Identidad


Campesinos parte alta Están en las zonas productoras Tierras productivas
de agua
Campesinos ribereños Laguna Espacio productivo
Espacio de conflictos
Espacio de vida y oportunidades
económicas (pesca, artesanía,
caza, agua)
“su” territorio
Ganaderos Fincas en un distrito de riego Distrito de drenaje – riego
Reservorio
Espacio de riesgo ambiental
Autoridades municipales Suelo de protección
Instituciones públicas “Humedal prioritario” Sin una decisión específica
ambientales nacionales
(MADS)
Institución pública No hay una visión de ecosistema, reserva hídrica,
ambiental regional (CAR) compromiso conciliada entre distrito de riego y drenaje
valores y funciones ambientales
Incoder Sitio de importancia para Reserva de pesca
seguridad alimentaria de
pescadores
Científicos naturales AICA Lago de altiplano, centro de
endemismo
Archivo histórico
Complejo lago – humedales
Conservacionistas Área Protegida Humedal de importancia
internacional
Área de protección e servicios
ecosistémicos

Fuente: Los autores

17
1.4. Escalas de funcionamiento y variables estructurantes

Escalas espaciales
Se consideraron tres ámbitos de organización espacial del sistema, que son: a) cuenca de captación,
b) complejo de humedales de la parte plana y c) el sistema lacustre con su mosaico de hábitats. La
cuenca de captación se considera el espacio por excelencia de ocurrencia de los eventos pluviales e
hidrológicos, que en conjunción con la particular geología, generan la existencia del lago mismo. No
existen suficientes estudios para afirmar que la totalidad del agua disponible en el sistema provenga
de la precipitación en la cuenca, pues no se puede excluir la existencia de acuíferos e infiltraciones
frecuentes en los Andes y que dependen de las estructuras geológicas, y que estarían trayendo a la
cuenca agua que se habría precipitado e infiltrado por fuera de la cuenca. Para efectos del presente
trabajo, se trabaja con la hipótesis que el evento hidrológico depende prácticamente en su totalidad
del agua de precipitación. En la parte plana del valle, se considera existe actualmente un complejo
de lago – humedales (lacustre – palustre), que es resultado del arreglo después de la desecación del
gran lago, y que notoriamente se hace hoy evidente con la presencia, además de la laguna de
Fúquene, de las lagunas de Cucunubá y Palacio, y de una red hídrica superficial de cursos de agua
(ríos canalizados) y canales (acequias y “vallados”). El complejo tiene una estructura y
funcionamiento modificado por la actividad humana. Entre la cuenca de captación y el complejo se
presenta una “zona de transición” que es también producto de un neo-arreglo de componentes
estructurales y funcionales del complejo de humedales después de la desecación mediante
intervenciones fuertes (construcción de jarillones y del canal perimetral). Esta zona de transición
adquiere especial importancia por el conjunto de procesos naturales típicos de la transición agua –
tierra que en ella en condiciones naturales ocurren, y que en este caso han sido profundamente
transformados. En la relación multi-escala de los componentes territoriales socio-ecológicos se
definen atributos que pueden corresponder con variables estructurantes, y escalas de
funcionamiento que se presentan más adelante.

Variables estructurantes del sistema biofísico de soporte


La identificación de los factores biofísicos estructurantes es un proceso adelantado por la Fundación
Humedales, a través del concepto de vulnerabilidad del sistema socio–ecológico. Es decir, que si
consideramos que la identidad (estructura y funcionamiento) socio-ecológico del sistema depende
de un conjunto menor de “variables estructurantes” (y por supuesto de un conjunto mayor de otras
variables), se parte de considerar que las relaciones que se producen a partir de variables
estructurantes son las más críticas para el mantenimiento del estado (identidad) del sistema. En
otras palabras, en la posibilidad de su modificación o cambio, estaría fundada la vulnerabilidad del
sistema en su conjunto.

El concepto de vulnerabilidad socio-ecológica se ha constituido actualmente en el centro de un


gran debate entre los estudiosos y manejadores de los sistemas sociales y ambientales, que
pretenden usar un enfoque sistémico. En términos generales se considera que la vulnerabilidad es
una propiedad intrínseca del sistema, la cual en interacción con una amenaza, resulta en la
probabilidad o riesgo de cambio. La vulnerabilidad de un sistema socio-ecológico puede aumentar
como resultado de la acción humana. En este caso se habla de una vulnerabilidad añadida, en el
sentido en que se sobrepone a la vulnerabilidad básica del sistema sin intervención humana. En este
capítulo se echará un vistazo a los atributos biofísicos principales de la vulnerabilidad del sistema

18
en: a) sistema climático, b) clima-hidrología, c) geomorfología, d) suelos, e) condiciones
fisicoquímicas y biológicas de las aguas (limnología), y f) biota acuática y sistema ecológicos. Los
componentes sociales del sistema se describirán más adelante, pero por ahora baste considerar que
la vulnerabilidad socio-ecológica podría estar basada en alguno de los componentes biofísicos del
sistema.

En los lagos andinos (y en otros por supuesto) el sistema climático e hidrológico es un primer nivel
superior de estructuración de las propiedades del sistema como un todo. El clima (temperatura y
grado de humedad) determina además la habitabilidad humana del territorio (adaptación) y la
disponibilidad de suelos y aguas, la capacidad de adecuación del mismo para la necesidades
humanes.

El clima en la región de Fúquene, al igual que en el resto de los Andes tropicales húmedos, ha
presentado una gran dinámica, de tal suerte que su variabilidad a lo largo de grandes periodos es
considerada por Van der Hammen (1995) como generador de diversidad biológica. La ubicación
geográfica de la cordillera de los Andes, y su misma orografía, hacen que se encuentre una gran
variedad de paisajes con condiciones climáticas, geológicas y de suelos diferentes, que han
favorecido la especiación y diversidad biológica. Esto por la contracción y expansión de las zonas
bióticas altitudinales a lo largo de periodos fríos y secos; los cuales a su vez determinan una
intensificación o no de los regímenes hidrológicos en las cuencas. Así, el lago Fúquene en su historia
ha pasado por épocas de contracción y del espejo de agua, y expansión de plantas acuáticas, y en el
sentido contrario.

En tiempos actuales, la ubicación de la laguna dentro de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT)


condiciona el régimen de precipitación que se manifiesta en la estacionalidad de las lluvias. Esta
franja, donde se encuentra el aire húmedo y caliente de los trópicos se desplaza hacia el norte y sur
cada seis meses, con el movimiento de “cabeceo” que hace la Tierra cuando gira alrededor del sol.
En los meses de abril y mayo, la ZCIT se desplaza hacia el norte pasando sobre los Andes y llevando
el aire húmedo y caliente de la Cuenca Amazónica, y generando la primera época de lluvias; cuando
se desplaza hacia el sur, entre octubre y noviembre, genera la segunda temporada de lluvias al llevar
la humedad del Caribe; mientras que los meses en la que se encuentra lejos del territorio (al sur o
al norte) es temporada de menos lluvias y se intensifican los vientos alisios.

Por otra parte, la orografía de los Andes funciona como barrera geográfica para el movimiento de
los vientos húmedos del océano Pacífico y de la Cuenca Amazónica, que dejan la mayor parte de
esta humedad en la vertiente con la que se encuentran (vertiente occidental de la cordillera
Occidental y vertiente oriental de la cordillera Oriental), mientras que el aire que sigue sobre las
cordilleras hacia los valles interandinos, es mucho más seco. El clima de la cuenca de Fúquene es
condicionado por estos factores (ZCIT y orografía de los Andes), pero también por otros fenómenos
climáticos a escala regional y global, como los fenómenos del El Niño y La Niña, el primero con
disminución de lluvias y el segundo con incremento de las mismas.

El clima en la región de Fúquene corresponde con el piso altitudinal frío y de páramo bajo, con
características húmedas, semihúmedas y semiáridas (Figura 4). El clima frío y húmedo se encuentra
en un área muy pequeña de la zona norte de la cuenca; el costado oriental de la cuenca y costado
occidental, presentan características semihúmedas; esta condición es la más frecuente en la cuenca,

19
que representa el 67% del área; las condiciones semiáridas se presentan en el 34% del área (26%
frío y 8% páramo) en la franja central de la cuenca.

Por otra parte, en la modelación nacional y regional de la variación climática en una perspectiva de
entender lo que sería el cambio climático (Pabón, 2011)el área de estudio se caracteriza por ser una
zona de transición entre regiones con tendencias contrarias en patrones de precipitación. Fúquene
se encuentra entre la región central del Magdalena, que presenta tendencias muy marcadas al
aumento de la precipitación y la región de la Sabana de Bogotá, con una tendencia clara a la
disminución (Pabón, 2011)(Pabón, com. pers). Esta situación genera una alta incertidumbre en las
tendencias de la precipitación del área de Fúquene, ya que en algunos de los modelos regionales se
observan tendencias hacia el aumento y en otros modelos hacia la disminución.

Figura 4: Zonificación climática de la cuenca del complejo de humedales de Fúquene, Cucunubá y Palacio.
(A partir de POMCA Ubaté-Suárez (CAR 2006).

Fuente: (CAR, 2006)

La distribución espacial de la precipitación en la cuenca de los ríos Ubaté y Suárez, sigue un


gradiente general que aumenta de sur a norte. En la cuenca de la laguna de Fúquene, la precipitación
media de la cuenca se estimó en 889 mm año-1, con una gran variabilidad interanual; la mayor parte
de la superficie presenta precipitaciones anuales entre 800 y 1000 mm; las menores precipitaciones
se encuentran en la zona central y sur (600-800 mm año-1); mientras que las mayores precipitaciones
se presentan en el páramo de Guerrero. El régimen de precipitaciones es bimodal, condicionado por
la ZCIT, con dos periodos húmedos en marzo-mayo y octubre-noviembre y dos periodos secos
(diciembre-febrero y junio-septiembre). Las series mensuales de precipitación presentan también
una gran variabilidad interanual.

La temperatura media anual se relaciona de manera inversa con la altitud; de esta manera, entre
los 2.600 y 3.000 m s.n.m. se encuentran temperaturas entre 12 y 17°C; y sobre esta altitud se

20
encuentran temperaturas entre 7 y 12°C. En las áreas más altas, el rango de temperatura entre el
día y la noche puede ser hasta de 23°C, especialmente durante los periodos secos del comienzo y
mitad del año que dan lugar a las heladas.

La evapotranspiración potencial de la cuenca se estima en 944 mm año-1, valor que excede la


precipitación media; como consecuencia, se presentan condiciones climáticas secas que dan lugar
a déficit hídrico, algunas veces durante seis meses del año. Más del 75% del área de la cuenca
presenta disposición al déficit hídrico (meteorológico); esto sucede en una franja diagonal (de
noroeste a sureste de la cuenca) que atraviesa toda la zona central de la cuenca, con valores más
extremos de déficit en la subcuenca de Cucunubá. Este déficit afecta especialmente las especies
vegetales con desarrollo radicular superficial, particularmente en áreas de ladera; mientras que en
la zona de transición, el nivel freático y las obras del “Distrito de riego y drenaje” podrían evitar la
afectación de la vegetación.

En cuanto a los eventos extremos (húmedos y secos), ya se mencionó que se observó un incremento
en su frecuencia en las últimas décadas, siendo más frecuentes los eventos húmedos. A pesar de no
encontrar una correlación fuerte entre los periodos de El Niño y La Niña (ENSO)13 y la precipitación,
si se obtuvieron periodos en los que las fases positivas y negativas de ENSO se relacionan con años
de menor o mayor precipitación y también años en los que se observaron eventos extremos. Por
otra parte, se observaron posibles tendencias hacia un aumento ligero de la temperatura media y
hacia una posible disminución de la precipitación anual en la mayoría de las series, incluyendo las
estaciones ubicadas a mayor altura; mientras que una cuarta parte de las estaciones presentaron
posibles tendencias a un incremento de la precipitación anual (incluida la de la Isla en la laguna de
Fúquene). Estos resultados están en congruencia con las observaciones del Dr. Pabón (com. pers.),
en cuanto a la posible tendencia al incremento de las precipitaciones torrenciales y de la
precipitación anual en la estación de la Isla, que representa de las condiciones de la laguna de
Fúquene. Aunque el clima en este estudio es tratado como un factor “externo”, es importante
mencionar que es parte del contexto ecosistémico en el cual se desarrollan los procesos ecológicos
y que si bien no puede ser modificado por medidas de manejo regionales ni locales, si determina y
condiciona en gran parte la efectividad de las acciones de manejo/adaptación que se implementen
en estas escalas.

En síntesis el clima, especialmente su variabilidad espacial y temporal, la predisposición al déficit


hídrico de gran parte de la cuenca, la frecuencia de eventos extremos, el incremento observado de
los eventos húmedos en las últimas décadas, y las posibles tendencias observadas en la temperatura
y precipitación, generan una alta vulnerabilidad e influyen sobre las posibilidades de respuesta
adaptativa de la población humana. Íntimamente dependiente del clima, el agua determina el
ecosistema acuático, en su naturaleza y carácter ecológico de sistema lacustre (lago) y palustre
(humedal), con tres atributos básicos: cantidad del agua, calidad de la misma y la periodicidad de la
variación o hidroperíodo. Cada uno de estos tres atributos presenta variaciones propias en tiempo
y espacio. La cantidad de agua que entra al sistema es una propiedad del sistema climático
(determinante exterior), la calidad depende de los usos humanos en la cuenca y la estacionalidad
determina su disponibilidad. Estas últimas son claramente un producto socio-ecológico, por el tipo
de uso que ha tenido. Las interacciones entre cantidad, calidad e hidroperíodo (atributos)
determinan el carácter ecológico del sistema (Matthews & Le Quesne, 2010, (Figura 5).

13
El Niño y Southern Oscillation (Oscilación Sur) - ENSO
21
Figura 5: Variables del sistema hídrico. Adaptado de Matthews & Le Quesne, 2010 (WWF)

Fuente: Matthews & Le Quesne, 2010 (WWF)


El mantenimiento de los rangos típicos de la calidad y cantidad de agua y del hidroperíodo depende
de factores físicos, químicos, climáticos y biológicos, que de manera conjunta determinan la
condición característica del ecosistema. Estos tres atributos tienen una variabilidad en el tiempo y
el espacio propia de la dinámica ecológica del sistema, dentro de rangos que determinan las
respuestas frente a la variación ambiental y a las perturbaciones de origen antrópico, como el
cambio climático. El agua, como atributo biofísico determinante del SSE de Fúquene está
profundamente alterado por acciones humanas, que constituyen procesos eco- hidrológico y socio-
ecológicos acoplados (Tabla 4).

Tabla 4: Atributos y procesos hidrológicos y socio-ecológicos

Atributo Procesos eco-hidrológicos Proceso socio – ecológico


Interacciones climáticas locales Cambio de la cobertura vegetal
Infiltración interceptora y reguladora
Ubicación y
Desarrollo de suelo Uso directo del agua
cantidad de agua
Estructuras de direccionamiento del Escasez local
agua (corredores de vegetación)
Filtración
Contaminación del agua
Calidad Control de erosión y control de
Agua no apta para usos deseados
producción de sedimentos
Regulación artificial del sistema, aguas
Control de velocidad del flujo arriba y en el complejo (compuertas)
Hidroperíodo
Almacenamiento corto y largo plazo Riesgo de inundaciones
Riesgo de sequia
Fuente: Los autores

El sistema hídrico también se ve afacetado por atributos geológicos y geomorfológicos, y las


coberturas vegetales, que determinan una baja capacidad de retención y regulación natural del agua
en la cuenca (Cabrera y Rodríguez, 2007). Con base en las variables biofísicas, en el cuadro xx, se
presentan los determinantes – oportunidades para la conformación de los procesos socio ecológicos
en el territorio. La cobertura vegetal afecta el nivel de regulación superficial del ciclo del agua, y
contribuye al escenario de escasez del mismo que se dibuja para la cuenca hacia el futuro. Dentro
del complejo de humedales se consideran atributos biofísicos referidas a su estructura de hábitats

22
(lacustre, vegetación flotante y palustre) y a la calidad del agua, así como su biota. Igualmente, las
escalas espaciales corresponden con los elementos sociales del sistema ecológico. La contaminación
de las aguas corrientes, y eutrofización en la laguna, influye en la composición de la biota y
determina el funcionamiento ecológico. El conjunto de atributos biofísicos estructurantes, y la
influencia reciprocas entre el sistema biofísico y social, ser presentan en la siguiente tabla (Tabla 5).

Tabla 5: Esquema de interrelaciones e interdependencias socio –ecológicas

Atributos Influencias del Influencias del sistema Interdependencias en el


biofísicos sistema ecológico en social en el ecológico sistema Socio-ecológico
estructurantes el social
Determinante superior
Posibles alteraciones de Dependencia de los sistemas
de la adaptación y
Clima patrones micro productivos agrícolas y pecuarios
adecuación del
climáticos locales ante las variaciones climáticas
sistema social
La apropiación humana La identidad socio-ecológica
Determina la
del agua (cantidad, actual del sistema lago –
disponibilidad de agua
calidad y modificación humedales –distrito de
Hidrología para los usos
del pulso) ha generado producción de leche, depende de
humanos, en cantidad
una tensión en el sistema la modificación fundamental de
y régimen
ecológico los procesos hidrológicos.
Los usos de la tierra
La cuenca tiene una
cambian la estabilidad La conformación del paisaje
Geomorfología baja capacidad natural
geomorfológica en campesino en la cuenca, con sus
de regulación hídrica
algunas zonas. limitadas potencialidades para la
Alteraciones físicas y agricultura comercial, tiene un
Potencial de uso de los
químicas en los suelos determinante biofísico claro en
suelos altamente
Suelos por su uso, en especial la naturaleza de los suelos y
diferenciado en el
los suelos orgánicos por formas de la tierra.
territorio
desecación
Coberturas arbóreas
de lento desarrollo, Gran alteración de las
Conformación de un paisaje
que representan una coberturas naturales
Cobertura antrópico caracterizado por
estructura ecológica para generar sistemas
vegetal coberturas semi-naturales
limitada en la productivos de
pobres y coberturas culturales.
producción de agricultura y ganadería.
recursos
Oferta de especies y
Sobreexplotación de
espacios para
Hábitats algunas especies y
recolección de Conformación de un humedal
acuáticos alteración antrópico de
productos del cuyo carácter ecológico es
hábitats.
humedal. producto de las intervenciones
Condición físico Aguas pobres en Aguas contaminadas, y humanas.
química y nutrientes y vida eutrofizadas producto de
biológica acuática. la acción humana
Oferta de algunos Comunidades bióticas
Ecosistemas emergentes,
Biota acuática recursos transformadas por la
producto de la acción humana.
hidrobiológicos acción humana
Fuente: Los autores

23
1.5. Estados y trayectorias de cambio

La severa influencia humana en el planeta determina que ya no haya ecosistemas únicamente


gobernados por dinámicas biofísicas. En el presente trabajo se utiliza el término “natural” para las
áreas que presentan alta naturalidad y poca influencia humana, en donde el funcionamiento
depende principalmente de las estructuras y procesos que caracterizan a un sistema biofísico. El
sistema natural, sirve además de referencia para entender los cambios en el sistema socio-
ecológico.

Con base en los atributos del ecosistema, se planteó el modelo ecológico de funcionamiento del
complejo de humedales de Fúquene, Cucunubá y Palacio de manera hipotética e idealizada en
condiciones de baja intervención humana y que llamaremos “condiciones naturales” (Figura 6) y
bajo las condiciones actuales de alteración. El modelo de funcionamiento del ecosistema se
presenta en cuatro procesos generales: 1) Entrada del agua y su almacenamiento en el humedal, 2)
Salida del agua, 3) Fluctuación del nivel de agua, y 4) Mantenimiento de la calidad del agua. Dentro
de cada uno de ellos, hay un sinnúmero de procesos, estructuras y elementos de escala más
detallada, que en conjunto y de manera articulada sustentan los primeros.

El mantenimiento de estos atributos dentro de rangos determina las respuestas frente a la variación
ambiental, que entra en sinergia con las perturbaciones de origen antrópico. En su estado normal
de funcionamiento, el rango de variación de estos atributos puede ser amplio; en especial cuando
se manifiestan con una alta estacionalidad como resultado de los patrones climáticos, y de otros
procesos físicos y químicos. Estos atributos son diversos en los humedales tropicales de montaña,
que combinan procesos en los niveles de organización biológica y escalas espaciales; así como
resultados de adaptación humana. Cuando estos sistemas ecológicos son sometidos a manejos
intensos, para el uso humano directo o el riego, el valor que adquieren los atributos cambia. En un
sistema de caudales regulados, como Fúquene, no solo la disponibilidad de agua ha sido modificada,
sino la variación del hidroperíodo. Identificar de qué manera han sido alterados estos atributos
básicos, resulta clave para conocer la vulnerabilidad intrínseca y añadida en el sistema, delinear las
posibilidades de gestión adaptativa, en especial frente al fenómeno climático. Porque en
ecosistemas muy transformados (o tensionados como éste) los atributos funcionales básicos del
sistema pueden haber sido llevados a niveles críticos, comprometiendo su funcionalidad y
sostenibilidad socio-ecológica. La ubicación espacial de sitios críticos que sustentan estas funciones,
resulta importante para la gestión adaptativa.

24
Figura 6: Modelo ecológico conceptual de funcionamiento de los humedales de Fúquene, Cucunubá y
Palacio, en condiciones naturales.

Leyendas: 1) Precipitación, 2) Precipitación horizontal, 3) Precipitación neta, 4) Escorrentía superficial de tipo laminar, 5)
Escorrentía superficial por cauces, 6) Escorrentía sub-superficial, 7) Infiltración, 8) Percolación, 9) Flujo y almacenamiento
de agua subterránea, 10) Interceptación, 11) Transpiración, 12) Evaporación, 13) Flujo de agua, 14) Generación, transporte
y deposición de sedimentos, 15) Conectividad en la inter-fase, 16) Conectividad entre ecosistemas.
Fuente: Juliana Delgado

De acuerdo con el registro histórico, la cobertura vegetal principal de la cuenca de Fúquene eran
bosques de Quercus humboldtii (roble), que constituían bosques continuos que se prolongaban
hasta Santander y Boyacá al norte; en la confluencia de los ríos Chicamocha (al oriente) y Suárez (al
occidente). Según la crónica de la transformación ambiental del valle de Ubaté, en el siglo XIX la
cuenca ya había sufrido deforestación severa quedando algunos relictos, que hoy en día es posible
observar, en el costado oriental de la laguna. Estos bosques de roble, aunque también son objeto
de gran transformación, conservan aún vestigios de un pasado natural de sustento de funciones
hidrológicas esenciales para la laguna de Fúquene.

El análisis multitemporal de los cambios en la cobertura vegetal (período 1987-2005) muestran que
el cambio ha continuado (Figura 7): durante este período un 22% de la cuenca cambió de coberturas
semi-naturales a sistemas agropecuarios (el 57% de las coberturas semi-naturales en 1987 fue
transformado); los ecosistemas terrestres semi-naturales disminuyeron en un 19%, mientras que
los sistemas agropecuarios aumentaron un 18% (21 y 75% de la superficie de la cuenca para el 2005,
respectivamente).

25
Figura 7: Modelo ecológico conceptual de funcionamiento de los humedales de Fúquene, Cucunubá y
Palacio en condiciones transformadas

Leyendas: 1) Precipitación, 2) Escorrentía superficial, 3) Escorrentía sub-superficial, 4) Infiltración, 5) Percolación, 6) Flujo


y almacenamiento de agua subterránea, 7) Interceptación, 8) Transpiración, 8ª) Incremento de la pérdida de agua por
evapotranspiración de plantas invasoras, 9) Evaporación, 10) Pérdida del flujo de agua, 11) Desprendimientos en masa,
12) Generación, transporte y deposición de sedimentos, 13) Extracción minera, 14) Dragado, 15) Extracción de agua
subterránea, 16) Modificación de cauces, 17) Regulación hídrica, 18) Tomas de agua y vertimientos, 19) Riesgo de
inundación, 20) Cambios de cobertura vegetal y usos del suelo, 21) Pérdida de la conectividad en la inter-fase, 22) Pérdida
de la conectividad entre ecosistemas, 23) Plantas invasoras, 24) Fragmentación de humedales.
Fuente: Juliana Delgado

Aunque no se cuenta con datos cuantitativos para estimar el efecto de la deforestación y


transformación de la cobertura vegetal sobre las variables hidrológicas, el tiempo que lleva
deforestada el área (incluso antes del s. XIX), los usos del suelo (ganadería principalmente y cultivo
de papa) y los tipos de suelo en las laderas (con probables cambios irreversibles en la estructura y
dinámica del suelo) apuntan a hacer evidente los efectos combinados negativos sobre la cantidad,
y calidad de agua que debería llegar a Fúquene, Cucunubá y Palacio.

26
Figura 8: Cambios en la cobertura vegetal de la cuenca (1987-2005)

Fuente: Claudia Fonseca


La transformación del paisaje y de la cobertura vegetal en la parte plana, o zona de transición, es
aún más dramática y profunda. Es la transformación de un estado a otro, de manera irreversible, a
partir de la desecación de las lagunas y su reemplazo por pastos para ganadería principalmente, es
decir, de laguna o zona de humedal, a zona terrestre con dominancia casi total de pastos (Figura 8).

27
Recuadro 4: Efecto de la escala en los impactos de las intervenciones en los ecosistemas de las cuencas de
captación de los humedales

Efecto de la escala en los impactos de las intervenciones en los ecosistemas de las cuencas
de captación de los humedales
Con el incremento en el tamaño de la cuenca, el impacto de los usos de la tierra puede volverse
menos importante, debido a los efectos que se contrarrestan, como la desincronización en el caso
de las inundaciones, la capacidad de almacenamiento de sedimento en el lecho del río o la
capacidad de los ríos para auto-limpiarse de la polución orgánica. De igual forma, el impacto
puede ser más importante con el aumento de la escala debido a efectos acumulativos, como en
el caso de la salinidad ( (Kiersch, 2000). En el caso de la tasa de producción de sedimento, hay una
relación indirecta con el tamaño de la cuenca; en cuencas grandes el incremento de sedimentos
puede observarse mucho tiempo después (décadas) debido al efecto del almacenamiento
(Bruijnzeel & Sampurno, 1990). En la siguiente tabla se resume la escala espacial en la que algunos
impactos pueden ser observados.

Tamaño de la cuenca (km2)


Impacto 0.1 1 10 100 1000 10000 100000
Flujo promedio X X X X - - -
Flujo de pico X X X X - - -
Flujo de base X X X X - - -
Recarga subterránea X X X X - - -
Carga de sedimento X X X X - - -
Nutrientes X X X X X - -
Materia orgánica X X X X - - -
Patógenos X X X - - - -
Salinidad X X X X X X X
Pesticidas X X X X X X X
Metales pesados X X X X X X X
Régimen térmico X X - - - - -
(X) = Impacto observable; (-) = Impacto no observable.

La escala temporal de los impactos del uso de la tierra determina la percepción del impacto al
igual que el costo económico asociado. Hay dos aspectos a tener en cuenta: el primero es el
tiempo que tarda un determinado uso de la tierra en generar un impacto, y segundo es el tiempo
que toman las medidas que se hacen para remediar en el caso de impactos negativos (si es que
estos son reversibles). Dependiendo del impacto, el tiempo para detectarlo o recuperarlo puede
variar ampliamente desde un año hasta cientos de años. Sin embargo, en la mayoría de casos, el
tiempo que toma restaurar un sistema acuático de un impacto adverso, es mucho más largo que
el tiempo que tarda el impacto en ser evidente (Kiersch, 2000). Por otra parte, la velocidad de la
respuesta hidrológica de la vegetación depende de las características climáticas, por ejemplo, el
crecimiento de la vegetación en áreas húmedas y calientes es mucho más rápido y por lo tanto el
consumo de agua mientras la vegetación crece es mayor. En conclusión, hay una relación inversa
entre la escala espacial de los impactos del uso de la tierra sobre el régimen hidrológico y la
producción de sedimento, y la escala en la que los servicios (o beneficios) se ven afectados. Estos

28
impactos pueden ser más percibidos a pequeñas escalas, pero el número de usuarios del agua y
de los servicios ecosistémicos que pueden beneficiarse o sufrir los impactos, aumenta con el
tamaño de la cuenca. Por otra parte, los impactos de las prácticas de manejo sobre la calidad del
agua (como la salinidad, la polución por pesticidas y la eutrofización), pueden ser importantes en
cuencas de tamaño medio y grande; pudiendo afectar a muchos consumidores aguas abajo.
Fuente: Los autores

1.6. Legados ecológicos en el paisaje


La historia humana de influencia y transformaciones, ha dejado ya un legado evidente en el paisaje
de Fúquene, en especial los atributos estructurantes del sistema biofísico de cantidad, calidad e
hidroperíodo. A la fecha, se supone que no ha habido modificaciones sustanciales al patrón de
variación de la oferta hídrica representada en la precipitación. No sucede lo mismo con los patrones
hidrológicos, que si han sufrido procesos de cambio importantes (Figuras 6 y 7). El balance hídrico
se ha modificado por cambios en los patrones de evapotranspiración infiltración, escorrentía.

Los efectos acumulativos del ciclo hídrico en la cuenca, se manifiestan en una disminución sensible
de la cantidad de agua de entrada al valle y las lagunas (Useche, 2007) se estima que a partir de
1950 se ha producido una disminución de cerca de un 40% % de agua de entrada. El atributo
hidroperíodo, también ha sido modificado sustancialmente, por la pérdida de capacidad de
regulación natural del agua, regulación artificial en la cuenca por la construcción de la represa El
Hato, uso del agua en la cuenca; y sobre todo por la regulación del agua en el valle. En efecto, la
implementación del Distrito de Riego y Drenaje (DRD), implica que los caudales y volúmenes
actuales de la laguna de Fúquene son regulados, y entraron a depender actualmente de dos
variables: de una parte en nivel de regulación definido para la compuerta Tolón aguas abajo, y la
distribución y uso de las aguas en los potreros a través de la operación del DRD. Los cambios en la
cantidad, calidad hidroperíodo en la cuenca, se reflejan de manera severa en la trayectoria histórica
actual de la laguna.

29
Cambio ecológico en la laguna
“La laguna de Fúquene es el mayor bioindicador y receptor de las inversiones que se plantean en el
presente documento”.

Del documento (CONPES, 2006) Fúquene (2006)

La laguna de Fúquene se encuentra actualmente pasando por un proceso acelerado de cambio


ecológico, que se observa en la estructura espacial de hábitats en su interior. En 2007 la Fundación
Humedales estudió la estructura de habitas de la laguna (Tabla 6) (Franco & Andrade, 2007). El
seguimiento a la estructura de hábitats, en el periodo 1987 – 2005, se constituye en un indicador de
la trayectoria de cambio de la laguna de Fúquene (Figura 9).

Tabla 6: Estructura de hábitats de la laguna de Fúquene

Superficie Tipo de hábitat Has %


Palustre 973,37 (31.9%)
Lacustre
Fúquene 3.155,79 1.986,07 (61.83%)
Ribereño 190 (6.22%)
Palustre 96, 3 (44.9%)
Cucunubá 214,3 Lacustre 98,7 (56.05%)
Ribereño 19,3 (9%)
Palustre 0 (0%)
Palacio 37,5 Lacustre 32,6 (86.9%)
Ribereño 4,9 (13.06%)

Fuente: (Franco & Andrade, 2007)

30
Figura 9: Secuencia de cambios

1987 2005 2009

Leyenda

Unidades ecológicas
Lacustre/Litoral/Espejo de agua
Tendencias Lacustre/Litoral/Lecho acuático
Lacustre/Limnético/Espejo de agua
Lacustre/Limnético/Lecho acuático
Lacustre/Limnético/Humedal emergente
Palustre/Humedal emergente
Palustre/Lecho acuático
Terrestre (Isla Santuario)
Ribereño/Perenne bajo/Espejo de agua

31
Fuente: elaborado por Juliana Delgado, Fundacion Humedales – Ecopetrol

Bajo condiciones naturales, la respuesta hidrológica de los sistemas fluviales o lénticos, está
relacionada con la estacionalidad climática (régimen climático). Los periodos con altas
precipitaciones condicionan el incremento del nivel de los sistemas hídricos, ocasionando pulsos de
inundación. Los periodos con pocas precipitaciones condicionan la disminución de los niveles de los
sistemas hídricos y su retraimiento. Esta dinámica se conoce como el “pulso de inundaciones” (flood
pulsing); concepto que se desarrolló inicialmente para describir los cambios estaciones en los niveles
de agua en los planos de inundación del Amazonas y su relación con la dinámica funcional y el
mantenimiento de la diversidad de especies (Middleton, 2002). La interconexión de los sistemas
hídricos y el plano de inundación es crítica, ya que de ella dependen funciones como la
productividad, la descomposición y el consumo; además, la fluctuación del nivel de agua condiciona
la sucesión vegetal y la presencia de los organismos asociados a cada estado (ver texto anterior
sobre la conectividad de la interfase tierra-agua). Por este motivo, el restablecimiento del “pulso
de inundaciones” se ha reconocido globalmente como un paso esencial en la restauración de
humedales; aunque se ha demostrado que el flujo de inundaciones no es suficiente por si solo para
restaurar las funciones, es un aspecto crítico, incluso más que el restablecimiento de la vegetación
(Middleton, 2002).

En el complejo de humedales de Fúquene, Cucunubá y Palacio, debería haber un “pulso de


inundaciones” coincidiendo con los dos periodos de mayores precipitaciones (abril-mayo, octubre-
noviembre). Este pulso controlaría por ejemplo la dinámica de la vegetación emergente, que
tendería a expandirse con los niveles bajos y a retraerse con los niveles altos. Sin embargo, las
transformaciones que se han hecho a estos humedales, han modificado de manera importante la

32
periodicidad hídrica típica de estos ecosistemas. En especial, la construcción del canal perimetral y
el jarillón (figura 10 y 8) en las tres lagunas, limita casi por completo el flujo de agua desde los
humedales hacia el plano de inundación y al contrario. En segundo lugar, la regulación de los cauces,
por el embalse de El Hato (principalmente) y por las compuertas, además del incremento de la
demanda y uso del agua, han disminuido la cantidad de agua que llega a los humedales y los pulsos
naturales.

Eliminación de la fluctuación estacional del nivel de agua (pulso de


inundaciones) en Fúquene, Cucunubá y Palacio, por transformaciones del
ecosistema (canal perimetral, jarillón y sistemas de regulación)

Figura 10: Canal perimetral en las lagunas del complejo Fúquene, Cucunubá y Palacio

Fuente: (Franco & Andrade, 2007)

33
1.7. Umbrales y Estados en la laguna de Fúquene
Con base en la figura 11, tomada de (Chapin et al., 2002), podrían de manera hipotética postularse
estados y rutas de cambio en el sistema ecológico de Fúquene. La conformación del sistema lacustre
antes de la ocupación humana, representa un estado relativamente estable en el tiempo (b, en la
figura 11). Los procesos de desecación (disminución del nivel) y los cambios en disponibilidad de
nutrientes en la cuenca (deforestación, agricultura y ganadería), se constituirían en los primeros
mecanismos de retroalimentación desestabilizante (c), que habrían llevado la laguna a un primer
inestable de equilibrio modificado (d), y que podría representarse en el estado del lago hacia 1940.
Los procesos desestabilizantes se habrían exacerbado a partir de ese momento, con la desecación
adicional, el cambio de la ganadería de carne hacia leche, la urbanización (aguas servidas), la
construcción del canal perimetral y las invasiones biológicas, que lo estarían empujando hacia un
nuevo estado de equilibrio (d-f).

Figura 11:Modelo de trayectoria de cambio en ecosistemas

Fuente: (Chapin et al., 2002)

34
Aunque es claro que los sistemas ecológicos y sociales están afectados por muchas variables, es
claro que el comportamiento en torno a umbrales, puede estar determinado (o puede ser explicado)
por un conjunto menor de variables y solo algunas de ellas son suficientes para producir un cambio
(régimen) de estabilidad diferente (Walker & Salt, 2006). Los umbrales de cambio, estarían en las
variables hidrológicas estructurantes, de cantidad, calidad e hidroperíodo. Una variable
desencadenante de movimiento a través de un umbral de cambio irreversible, se presenta en los
lagos que reciben nutrientes como el fósforo, desde las áreas circundantes (Recuadro 4). Estas son
las denominadas “variables de cambio lento”, proceso que muy frecuentemente es irreversible
(Figura 12). Ahora bien, los sistemas ecológicos y sociales al estar sometidos e el tiempo a diversos
procesos expuestos en la figura 11, entran en dinámicas de cambio que pueden incluso redefinir la
trayectoria y transformar un sistema en otro completamente diferente, al cambiar incluso su
identidad (Figura 13)

Recuadro 5: El Fósforo como variable de cambio lento y retroalimentaciones desestabilizantes en los


lagos.

El Fósforo como variable de cambio lento y retroalimentaciones desestabilizantes en los


lagos
 El contenido de Fósforo (P) es una de esas variables críticas para el agua. Proveniente del
agua que fluye desde afuera del lago y de la cantidad en los sedimentos.
 Con el paso del tiempo el nivel de P en la columna de agua de los lagos se incrementa y se
empieza a acumular en los sedimentos.
 El P es un nutriente que promueve el crecimiento de las algas. En ocasiones con eventos
como tormentas o lluvias intensas, los niveles de P en el agua se incrementan, y aumenta
el crecimiento de las algas.
 Si el P en los sedimentos es bajo, éstos pueden absorberlo de la columna de agua,
limitando su captura por las algas. El sedimento se constituye en un elemento que puede
jugar un papel de retroalimentación estabilizante. Una concentración adecuada de
Oxígeno (O) en el agua en la interfaz con los sedimentos, hace que el P permanezca
adherido a ellos, hasta cierto nivel.
 Aportes grandes desde las cuencas agrícolas y ganaderas hacen que el sedimento se sature
y el exceso pasa a la columna de agua, alimentando las algas y creando un estado turbio.
La mortalidad y descomposición de las algas consume el oxígeno en el fondo del agua,
liberando más fósforo en una retroalimentación desestabilizante. Se trata de un umbral
hacia un nuevo régimen, pues seguiría incluso si se suspenden los aportes externos de P.
 En los lagos pandos una concentración de P de 0.1 mg/l podría usarse como alerta
temprana de cambio de régimen.
Fuente: (Brock et al., 2008)

35
Figura 12: Modelo de trayectoria de cambio con variables lentas en lo nutrientes

Fuente: (Folke, 2002)

Figura 13: Re-definición de nuevas trayectorias de cambio e Identidad de los sistemas

Fuente: Andrade, 2016

Ciclo adaptativo
El modelo del “ocho acostado”, para describir la dinámica de los sistemas complejos adaptativos,
aporta una forma de interpretar el cambio en los sistemas ecológicos y sociales, que viene siendo
usado ampliamente, y ha mostrado un gran valor didáctico y heurístico (que contribuye a generar
nuevo conocimiento) (Figura 14).

36
Figura 14: Modelo de ciclo adaptativo

Según este modelo, los pasos de un SSE serían: a) r que lleva a una fase de estabilidad o
mantenimiento14 K, seguida de una fase de liberación (gama) y reorganización (transición alfa – r).
En el caso de la laguna de Fúquene, podría intentarse una interpretación en torno a este modelo,
de varios ciclos, que sería:

Ciclo adaptativo – Laguna Fúquene


Una fase r – K de estructuración del ecosistema de lago andino pando, antes de la actividad humana.
Corresponde a la sucesión normal de un lago formado en un bacín cerrado de origen tectónico, en
una fase erosiva, que llevaría a cierta estabilidad (dentro de un proceso terminal en tiempo
geológico de colmatación). Es la fase más larga del ciclo adaptativo, y corresponde con la
conformación del lago y su biota característica.

Una primera fase de liberación gama – alfa, que habría sucedido luego de los primeros intentos de
desecamiento del lago, y que llevó a una reorganización alfa- r – K, hasta conformar el lago andino
pando conocido hacia mediados del siglo XX. El paso K – gama pudo ser corto, y la reorganización
(relativamente rápida) pudo corresponder a una respuesta a factores de perturbación dentro de un
rango normal, pues no acarreó cambios sustanciales en la calidad, cantidad de agua ni al
hidroperíodo. Sin embargo, el lago en esta fase, se presenta como más vulnerable, toda vez que es
más pequeño, menos hondo y con alta vulnerabilidad ecológica, pues sus atributos de naturalidad
y carácter ecológico no han sido todavía reconocidos como de valor para la sociedad. Por el
contrario, es visto como un espacio para la expansión de la actividad agrícola.

Una segunda fase de liberación gama – alfa caracterizada por los tensionantes infringidos al lago
desde 1950 hasta hoy, que se caracterizaría por un “ecosistema bajo tensión” (Franco & Andrade,
2007), con un cambio rápido hacia el estado eutrófico, evolución rápida de expansión del sistema

14
Definida como conservación, pero aquí como mantenimiento, para distinguirla del uso corriente del término de conservación como
una forma de gestión.

37
palustre, regulación de la cuenca y con control aguas abajo de la laguna; con percepción social de
crisis asociada con los años secos y húmedos. Sería un socio-ecosistema bajo tensión.

El SSE Fúquene se encontraría hoy en un punto de bifurcación, con dos (al menos) trayectorias
posibles (Figura 13). La primera sería su reorganización como un lago – humedal, en el que
predomina el sistema palustre, pero que podría llevar a un nivel de estabilidad considerable. Como
espacio socio-ecológico, esta reorganización posible sería altamente dependiente del manejo, tanto
para poder llegar a ella como para su mantenimiento. Las condiciones para llegar a este punto están
centradas en el manejo dirigido a retornar algunas de las variables estructurantes a rangos de
funcionamiento adecuado (como socio-ecosistema multifuncional) y sobre todo, a que no se hayan
ya pasado umbrales de cambio irreversible.

En este caso, el SSE Fúquene estaría transitando, por la vía de reorganización del modelo, hacia un
sistema en el cual su identidad (naturaleza y carácter ecológico) son completamente nuevos. El
escenario futuro podría ser el de un embalse totalmente artificializado, con pérdida de su
biodiversidad característica y altos costos sociales para la continuidad de algunos de sus servicios
de provisión. También, un escenario alterno y con mayor probabilidad, es el avance acelerado de su
colmatación en un proceso caracterizado por la pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos,
y su disminución de potencial económico. La trayectoria entre estos dos escenarios alternos, podría
definirse en el balance entre riesgo y oportunidad que adquiera en un futuro próximo la
intervención sobre Fúquene, tal como ha sido definida en los documentos de política económica y
social del gobierno (Andrade G. I., 2010)

El modelo del “ocho acostado” ha sido desarrollado para denotar estructuras imbricadas o anidadas
(fractales) con subsistemas relativamente autónomos, y cambios multi-escalares a través de
mecanismos auto-organizativos de creación de novedad y memoria (Figura 15).

Figura 15: Modelo panárquico de un sistema anidado en tres niveles, con conexiones inter escalares

Fuente: (Gunderson & Pritchard, 2002)

Algunas de las características del modelo, propuestas en el marco conceptual, en relación con
Fúquene serían:
 Anidamiento. La interacción de subsistemas conectados, cuando alguno de ellos podría estar
representado en lugar diferente del ciclo, por ejemplo en algunas subcuencas que pudieran
38
reorganizarse en un estado tal que aportaran a la reorganización del sistema mayor a través de
la innovación, o la reconformación de Fúquene con base en elementos (especies por ejemplo)
que estuvieran presentes en otra parte del sistema (por ejemplo la laguna de Cucunubá).
 Las conexiones inter-escala referidas a la posibilidad desde un nivel contenido de influir en el
proceso de reorganización del nivel superior continente, a través de procesos de innovación,
pueden ser a través de nuevas políticas o determinantes de orden superior, como
requerimientos ambientales de calidad en la industria de la leche.
 La innovación se produce por el cambio agenciado desde un nivel continente en un estado de
liberación (caos) hacia el nivel superior que está en un estado estable y que pude desencadenar
el cambio. Este tipo de procesos son pequeños, amplificados y rápidos, y podrían ser de
reorganización por disponibilidad de especies (recolonizaciones) o conformación de sistemas
ecológicos nuevos o emergentes. Podría darse vía los aprendizajes sociales, con la difusión de
formas de manejo local que afecten la gobernanza del sistema. Igualmente en Fúquene es la
combinación de cambio lento, que se produce (a través de variables estructurantes) desde los
niveles superiores continentes, hacia los niveles inferiores contenidos, en proceso de
interacción a través de la memoria en el sistema. En el caso de la figura, la memoria se almacena
en una estado superior de estabilidad y afecta un sistema contenido, en medio del proceso de
reorganización del mismo (fase alfa). Una síntesis de las posibles fases, se presenta en la
siguiente tabla.

Tabla 7: Hipotéticas fases del ciclo repetido del modelo de Panarquía u ocho acostado en Fúquene

Fase de Época histórica Aspectos del sistema Aspectos del sistema social
Panarquía aproximada ecológico
Primer ciclo Fin de la última Lago tropical de alta montaña Territorio apto para la
normal glaciación hasta andino, pando, pulsante, con baja expansión de los primeros
antes de la saturación de especies por cazadores y recolectores, y el
conquista aislamiento geográfico surgimiento de la sociedad
Muisca. Adaptación
Primer ciclo de Finales del siglo Inicio de la desecación. Expansión de la Hacienda, y
liberación XIX agricultura campesina.
Ganadería de carne.
Deforestación en la cuenca
Segundo ciclo Primera mitad Conformación de un lago pando Paso de ganadería de carne a
de del siglo XX de menor extensión y del leche.
estructuración. complejo de humedales por Praderas de kikuyo.
fragmentación.
Segunda fase Segunda mitad Regulación aguas abajo y en la Distrito de Riego y Drenaje.
de liberación del siglo XX cuenca. Construcción de jarillones y
Pérdida de calidad del agua (N y P) canal perimetral.
Pérdida de hidroperíodo natural. Introducción de especies
Sistema socio-ecológico exóticas.
tensionado
Tercera fase Nuevo milenio DRD bajo tensión climática y Hegemonía de actores de
(reorganización social. producción lechera, o
o cambio ¿Área protegida? gobernanza adaptativa.
irreversible)
Fuente: Los autores

39
1.8. El componente social -Fúquene como un SSE
La cuenca del río Ubaté-Alto Suárez tiene 17 municipios, de los cuales 5 tienen área aledaña a
Fúquene (Tabla 8 y Figura 16); sin embargo las actividades que cada uno de estos desarrolla influyen
de manera directa o indirecta en las lagunas.

Tabla 8: Municipios de la cuenca del río Ubaté – Alto Suárez

Municipio Población Urbano Rural


Total
Departamento de Boyacá

Ráquira 12299 2498 9801


San Miguel de Sema 4612 479 4133
Chiquinquirá 55786 47498 8288
Saboya 12957 764 12193
Caldas 4050 245 3805
Departamento de Cundinamarca
Susa 9782 4589 5193
Fúquene 5214 235 4979
Guachetá 11517 3614 7903
Ubaté 36433 22042 14391
Villapinzón 16573 5357 11216
Suesca 14242 6401 7841
Lenguazaque 9769 2094 7675
Carmen de Carupa 8491 1689 6802
Simijaca 11017 5758 5259
Cucunubá 7013 1156 5857
Tausa 7715 796 6919
Sutatausa 4742 1359 3383
Total 232435 106558 125877
Fuente: DANE, 2005. Municipios en la ronda de la laguna de Fúquene y su población

40
Figura 16: Municipios ubicados en la cuenca del río Ubaté-Alto Suárez

Debido a que los intereses y el grado de incidencia de los diferentes actores varían, es importante
distinguirlos en categorías que reflejen su interés y grado de incidencia. La categorización de actores
sociales entorno al complejo de humedales del valle del río Ubaté que se muestra aquí, se presenta
como una herramienta analítica sin por ello querer significar que no hay sobreposición, e incluso
contradicción, en cuanto a la valoración e influencia que los actores sociales hacen de su entorno
ambiental. Sin embargo una clasificación es siempre útil para diseñar estrategias de acercamiento
que dependerán del actor social con el cual se esté tratando. De manera general los actores sociales
están representados por:

Actores locales: Muchas sociedades alrededor del mundo derivan su supervivencia de los
humedales a través de recursos asociados o funciones ambientales que les proveen medidas de
subsistencia o excedentes económicos. Se trata de las familias o comunidades humanas que viven
en proximidad de los sistemas de humedales y que frecuentemente se denominan con el término
genérico de “comunidades”. A este grupo pertenecen las personas que viven, trabajan, se recrean
o ejercen algún tipo de rito religioso en cercanías del humedal o dentro de sus límites. Las personas
cuyas vidas y bienestar están directamente conectados con el ecosistema son los actores sociales
más evidentes de esta categoría. En este caso son los interesados más obvios en las decisiones de
manejo pues, puede darse el caso que los trabajos, vivienda o sitios sagrados para estos actores
sociales estén en juego15. También se incluyen en el grupo de “actores locales” a las autoridades
locales, las empresas, industrias, establecimientos ubicados en las proximidades del ecosistema.

15 Por ejemplo, la propuesta de restablecimiento de un nivel de agua mayor del actual en la laguna de Fúquene para
recobrar parte de la integridad ecológica del humedal, implicaría la anegación de tierras en la ronda del ecosistema. Estas
tierras pueden estar siendo ocupadas por comunidades locales que verían inundados sus sitios de vivienda y trabajo. Es

41
En el valle de Ubaté el uso de los humedales por las comunidades locales se presenta entre dos
extremos. De un lado están los usos destructivos de los humedales que se dan al tratar de apropiar
su espacio para otros usos. Por ejemplo el que deseca áreas de humedal para el cultivo o la
ganadería. Existe también otro tipo de usos, que si permiten el aprovechamiento sostenible, es decir
aquel que no compromete la continuidad de provisión de recursos por parte del ecosistema. Se trata
de actividades que implican consumo directo de recursos, tales como la caza y el uso del junco para
la elaboración de artesanías y otras que no implican consumo directo, como el turismo, la irrigación
y los valores asociados con el significado cultural de estos espacios.

Cuando el uso local de los humedales o de sus servicios es destructivo, se afectan diferentes grupos
sociales. Se puede producir un ciclo (patológico) de sobreexplotación del humedal, degradación
ambiental, degradación social y de nuevo sobreexplotación que se repite una y otra vez hasta llevar
a los ecosistemas más allá de los límites de su resiliencia. Este proceso implica la pérdida de bienes
y servicios para la sociedad. En la laguna de Fúquene por ejemplo, se ha demostrado cómo la
degradación histórica del humedal ha estado acompañada por un cambio en los sistemas de uso y
valoración del ecosistema, proceso en el cual es notoria la pérdida de algunas de sus funciones
sociales importantes.

Los actores sociales locales por otra parte se ven afectados por actores del ámbito regional y
nacional. En los humedales de los altiplanos andinos frecuentemente se da el fenómeno de
minifundio, este convive en Colombia al lado de las grandes haciendas ganaderas, y en ocasiones en
cercanía a humedales, situación en la que los campesinos están estrechamente relacionados con
estos espacios (mediante actividades de recolección, por ejemplo) que son propiedad pública.

Las actividades agro-industriales en la cuenca de captación reguladas por la dinámica económica


regional o nacional (en la cuenca de la laguna de Fúquene el ejemplo más sobresaliente es el uso
del agua para el distrito de riego) ejercen una demanda alta de agua y tienen efectos directos sobre
el sistema. Así, el ecosistema es forzado a producir de acuerdo con las fluctuaciones de la demanda
del mercado y no dentro del límite de la resiliencia ecológica, lo cual conlleva cambios y pérdida en
la capacidad de respuesta adaptativa.

Estos procesos agro-industriales disminuyen la posibilidad que tienen los actores locales, que
dependen para su subsistencia de los servicios ecosistémicos de las lagunas, de hacer uso de
servicios basados en las lagunas.

Actores regionales y nacionales: a este tipo de actores pertenecen los grupos humanos que se
benefician de los bienes y servicios de los humedales en un ámbito regional. Por ejemplo la
ciudadanía que demanda grandes cantidades de agua para uso doméstico o industrial y en este caso
los humedales de altura, son espacios de enorme importancia para la provisión del agua. En la
cuenca de captación Ubaté-Suárez esta función socio-ecológica está ejemplificada en las más de

entonces indispensable que la toma de esta decisión se acompañe de la participación activa de los actores sociales sobre
los cuales el impacto, es decir la forma como perciben los efectos de la medida, es directo. La participación en la decisión
de estas comunidades debe darse desde el principio con información clara y exacta sobre las implicaciones reales del
incremento del nivel de la laguna.

42
21.000 hectáreas del distrito de riego que es abastecido por las aguas del complejo de humedales
de Fúquene, Cucunubá y Palacio y de los ríos y quebradas afluentes y efluentes. Del distrito de riego
depende el próspero complejo agroindustrial ganadero y lechero de importancia regional y nacional.

También se encuentran aquí entre otros los gobiernos regionales y nacionales, las instituciones
administrativas, las instituciones no gubernamentales de conservación cuyas actividades influyen
en los ecosistemas de humedal de la región y las empresas o industrias con actividades de impacto
más allá de los límites de su ubicación. Estos actores aún sin encontrarse dentro del humedal o en
sus proximidades (p. ej. la ronda) influyen muchas veces de manera importante en el estado, manejo
y conservación del ecosistema.

Actores globales: Cada vez es más evidente la influencia que tienen en los humedales, los actores
globales, representados en grupos sociales con variados intereses. Por un lado están los miembros
de las comunidades científica o conservacionista, ONGs ambientalistas o de desarrollo, y
funcionarios de las instituciones con incidencia más allá de las fronteras nacionales. También los
ciudadanos de países desarrollados, cuyo deseo es pagar por la conservación de la biodiversidad y
por la preservación de los bienes y funciones ambientales de los ecosistemas de humedal (p.ej. la
conservación de los humedales que contribuyen a la regulación del clima global).

El alcance de este análisis involucró a algunos de los actores locales y regionales, relevantes por su
dependencia de las lagunas para la provisión de servicios ecosistémicos de provisión y regulación y
actores con el mandato específico de manejo del sistema.

43
Tabla 9: Mapeo de algunos de los actores sociales relevantes en el uso, manejo y conservación del complejo de lagunas del valle de Ubaté

Actores sociales en el complejo Fúquene, Intereses y valoración en bienes y Ámbito espacial de incidencia de las
Propiedad sobre la tierra
Cucunubá y Palacio funciones del ecosistema acciones
Actores locales y regionales

Ganaderos pequeños con 1 o 2 vacas Minifundio por propiedad o Fertilidad de tierras para cría de ganado Ronda de la laguna, quebradas y ríos
alquiler afluentes, zona palustre y lacustre
Agricultores de cultivos de pancoger. Minifundio por propiedad o Fertilidad de tierras para cultivos y Ronda de la laguna, quebradas y ríos
Agricultura no tecnificada alquiler (1 a 2 ha.) agua para irrigación afluentes, zonas palustre y lacustre
Ganaderos grandes 16, dueños de fincas Latifundio por propiedad Fertilidad de tierras para cría de ganado Ronda de la laguna, quebradas y ríos
en la ronda y cuenca (generalmente no afluentes17, zonas palustre y lacustre
viven en los predios)
Agricultores grandes, dueños de fincas Latifundio por propiedad (> de 4 Fertilidad de tierras para cultivos y Ronda de la laguna, otras áreas en la
en la ronda y cuenca (generalmente no ha.). En general se ubican en las agua para irrigación. Estabilidad cuenca, quebradas afluentes 20 , zonas
viven en los predios) zonas de ladera18 climática19 palustre y lacustre
Dueños de los sitios de sacrificio de Sin información Indirectamente valorarían la fertilidad Local y regional, sobre el recurso hídrico
ganado (mataderos) de las tierras para la cría de ganado de ecosistemas lóticos y lénticos
Dueños de industrias lecheras grandes y Sin información Fertilidad de tierras para cría de ganado Local y regional, sobre el recurso hídrico
pequeñas de ecosistemas lóticos y lénticos
Adjudicatarios de las explotaciones No poseen la tierra pero tienen No se interesan por las lagunas por sus Local y regional, sobre los ecosistemas
mineras el derecho de explotación valores intrínsecos pero influyen en su acuáticos lénticos y lóticos
estado. Usan el agua de los causes
aferentes, antes que el agua llegue a las
lagunas
Dueños de fincas de recreo sin actividad Latifundio por propiedad (> 4 Belleza escénica, valores de la Local, dependiendo de la actividad de
agropecuaria ha21.) biodiversidad recreo desarrollada

16 En ocasiones el mismo actor puede ser ganadero y agricultor. En esta tabla se hace una distinción por tipo de actividad realizada.
17 Eventualmente y dependiendo de la magnitud de la intervención, el efecto de las acciones se puede manifestar aguas abajo de las lagunas.
18 En el área de ronda de la laguna predomina el minifundio; con algunos latifundios. Las tierras grandes (> 5 ha.) están en las zonas altas de los páramos que son dedicadas al

cultivo de la papa
19 Estos actores sociales se benefician de las funciones ambientales de las lagunas pero no lo valoran, probablemente porque no los conocen. Desconocen que la prosperidad de

sus cultivos es debida (p. eje.) a la estabilidad climática proporcionada por estos ecosistemas.
20 Dependiendo de la magnitud de la intervención, el efecto de las acciones se puede manifestar aguas abajo de las lagunas. El cultivo en los páramos es una de las actividades que

más degrada las tierras y sus efectos son de gran relevancia en el recurso hídrico.
21 La tierra alrededor de la laguna está muy fragmentada en lo que a propiedad se refiere.

44
Pescadores y vendedores de pescado en Viven en viviendas rurales en Recurso pesquero principalmente de Local, sobre el recurso pesquero
las carreteras cercanías de la laguna de especies exóticas. También consumen
Fúquene capitán como fuente de proteína y en
ocasiones como excedente económico
Artesanos del junco Viven en casas en las orillas y Flora palustre para la fabricación de Local, sobre la flora palustres, hábitat de
muy cerca de la laguna artesanías con interés económico especies de aves.
Recolectores de huevos de especies Viven en áreas rurales en la Recurso como fuente de proteína y en Local, sobre las poblaciones de las
anidantes en las lagunas laguna o cercanías ocasiones como excedente económico especies anidantes residentes y
migratorias
Dueños de hoteles, restaurantes, Viven en centros urbanos Belleza escénica para actividades de Local, sobre el ecosistema (agua,
dueños de lanchas de alquiler o de cercanos o retirados de las turismo vegetación) y área de ronda
establecimientos relacionados con el lagunas
turismo
Gobiernos municipales Centros urbanos Funciones socioecológicas de las Local y regional, dentro los límites
lagunas establecidos legalmente y por fuera de
estos límites por acciones de manejo
dentro de sus jurisdicciones que impacten
otras áreas
Corporación Autónoma Regional de No tiene propiedad sobre la Funciones socioecológicas y valores Local y regional, sobre el ecosistema y el
Cundinamarca, CAR, para el manejo de tierra (?), pero debe orientar el ecológicos paisaje, dentro los límites de su
las lagunas uso en toda la cuenca de jurisdicción y por fuera de estos límites
captación por acciones de manejo dentro de su
jurisdicción que impacten otras áreas
Organizaciones no gubernamentales de Pueden o no tener propiedad en Funciones sociecológicas de la laguna, Local y regional, dependiendo de la
conservación la ronda o cercanías de la laguna valores ecológicos y valores asociados capacidad de acción
con la biodiversidad
Actores Nacionales

Instituciones gubernamentales de No tienen propiedad sobre la Funciones socioecológicas de la laguna, Local y regional, sobre diferentes
conservación y manejo de ecosistemas: tierra pero pueden influenciar valores ecológicos y valores asociados aspectos del ecosistema
p. ej. Ministerios relacionados con el en decisiones de manejo ya que con la biodiversidad, bienestar de las
medio ambiente, energía, agricultura, tienen jurisdicción comunidades humanas. Dependiendo
etc. administrativa sobre temas de de los temas de competencia, la
su competencia. valoración también se da sobre los
recursos naturales con fines extractivos
. o áreas aledañas para diferentes usos
(p. ej. tierras agrícolas y ganaderas).

Actores Globales

45
Agencias internacionales interesadas en No tienen propiedad sobre la Funciones socioecológicas de las Local y regional, dependiendo de su
la conservación y desarrollo sostenible tierra pero sus acciones pueden lagunas, valores ecológicos y valores interés específico y capacidad de acción
influir en la conservación y asociados con la biodiversidad,
manejo bienestar de las comunidades humanas
Transnacionales con intereses No se tiene información sobre
económicos derivados de los recursos su presencia en la región
naturales y funciones ambientales de las
lagunas.

46
Conclusiones
Conocer los cambios como producto de la intervención humana permite una aproximación al estado de
referencia de los ecosistemas, ¿qué tanto se perdió en relación con su identidad, naturaleza y carácter
ecológico? Interpretar este estado de referencia a la luz del estado actual de los ecosistemas contribuye
a establecer un escenario probable de gestión para el socio ecosistema; también a identificar los atributos
y variables que determinan su funcionalidad.

Así, es posible orientar las acciones y el enfoque hacía una ruta que permita restablecer procesos
ecológicos, y estructuras que los sustentan, y que son determinantes de la capacidad adaptativa frente al
fenómeno climático y sus efectos sinérgicos con otros determinantes del cambio ambiental.

A partir de la reconstrucción de los hitos históricos de la transformación ecosistémica del valle del río
Ubaté, es evidente que en la actualidad la región y sus ecosistemas han sido llevados a umbrales de
irreversibilidad y de cambio de su naturaleza ecológica. Las profundas huellas en los elementos
estructurales y funcionales de los ecosistemas hacen que estos ahora tengan maneras diferentes de
funcionar, que no obedecen necesariamente a la lógica de los procesos ecosistémicos únicamente
sometidos a perturbaciones naturales. Se establecieron relaciones complejas entre las intervenciones
humanas y las perturbaciones naturales como resultado de siglos de ocupación.

Recuperar elementos de estructura y función buscando restablecer procesos ecológicos determinantes


de la integridad, identidad y naturaleza ecológica de estas lagunas de altiplano, puede no ser posible de
una manera tan directa como se dieron las intervenciones que llevaron a su pérdida. Más aún, puede que
en ciertos casos no sea ni siquiera conveniente dado el estado de transformación y de funcionamiento
diferente en el que se encuentran las lagunas en la actualidad.

Vulnerabilidad del sistema ante el cambio global


A partir de este planteamiento, del conocimiento de las lagunas y de los estudios y evaluaciones que se
hicieron en el marco de este proyecto, se identificaron los componentes del ecosistema que por su
condición intrínseca o alteración, constituyen factores de vulnerabilidad frente al cambio climático. Los
componentes del ecosistema poseen estructuras o elementos (factores) que sustentan procesos y
funciones que se han identificado como críticos o relevantes para mantener el carácter ecológico de los
humedales. Por lo tanto, estos factores tienen el potencial para favorecer o limitar su respuesta adaptativa
y la conservación de los atributos de identidad y carácter ecológico que los definen como humedales de
altiplano (con espejo de agua y vegetación palustre de borde), en escenarios de cambio climático.

Identidades en conflicto
La identidad socio-ecológica actual de Fúquene ha surgido como resultado de la historia de
transformación del sistema natural en un espacio de intensa actividad económica. Durante el siglo XIX y
parte del XX, la laguna de Fúquene tuvo importancia para la ciudad de Bogotá como lugar para la
recreación (Santos Molano, 2000). Recientemente ha adquirido cierto reconocimiento como sitio de
importancia para la conservación de algunos elementos de la biodiversidad del país (Franco & Andrade,
2007) Con todo, el elemento más determinante de su identidad, es el haber sido integrada a través de
desecación y adecuación a un distrito de drenaje y de riego DRD; es decir que el sistema lago – humedal,
espacio de vida de comunidades humanas, ha sido principalmente transformado en un espacio de
producción de leche.

47
La laguna de Fúquene es hoy es un espacio cuyos atributos son resultado de la gestión del agua. En efecto,
la Ley 3 de 1961, que crea la Corporación Autónoma Regional CAR, le entrega a esta institución las
funciones de manejo de las aguas, entre ellas el DRD que antes estaba a cargo de Electroaguas, una
entidad de fomento. En el Acuerdo 32 de 1982, la visión de la CAR era todavía de “desecación de los
pantanos de Fúquene”; pero con la promulgación del Código Nacional de los Recursos Naturales se inicia
el lento cambio de concepción sobre la laguna, al reconocer en ella valores naturales. La laguna es
considerada a partir de ese momento “cuerpo hídrico natural”, integrada funcionalmente con el DRD.

Hacia 1990 surge una visión de Fúquene en torno a los conceptos de humedal, diversidad biológica y
servicios ambientales; respaldada por los acuerdos internacionales suscritos por Colombia (Ramsar, CDB).
Esta visión tiene expresión en algunos diagnósticos, propuestas y acciones, jalonados desde las
Organizaciones no Gubernamentales ONG, y centros de investigación (Universidad Jorge Tadeo Lozano,
Instituto Humboldt, en especial). En parte dado lo anterior, Fúquene ha cobrado importancia como
destino para la observación de aves, al haber sido reconocida como el segundo complejo lacustre-palustre
en extensión de la cordillera Oriental (después del Lago Tota), con buenas poblaciones globales de la
avifauna acuática amenazada de los humedales del Altiplano cundiboyacense (Renjifo et al., 2000), y las
mayores concentraciones de aves acuáticas de la región (Fundación Humedales; Morales et al.)

Así las cosas, existe hoy sobre la laguna de Fúquene cierta conciencia ciudadana sobre sus valores
integrales, y la exigencia por un manejo acorde con sus valores ambientales aumenta, en especial por su
proximidad a la ciudad de Bogotá cuya población cada vez se demanda más espacios naturales protegidos
(van der Hammen, 1999). El involucramiento de instituciones del Sistema Nacional Ambiental SINA con
este enfoque, especialmente el Instituto Humboldt con un planteamiento sobre gestión de Fúquene
acorde con sus valores sociales de diversidad (Franco & Andrade, 2007) y del anterior Ministerio del Medio
Ambiente Vivienda y Desarrollo Territorial, con una propuesta (desarrollada por la Fundación Humedales)
de construir lineamientos de manejo del complejo Fúquene, Cucunubá y Palacio, según los lineamientos
de la Política Nacional de Humedales (MAVDT – Fundación Humedales, 2008). Estos últimos, sin embargo,
no han permeado suficientemente la visión y gestión de parte de la autoridad regional CAR. En efecto,
algunos planteamientos del enfoque ecosistémico fueron recogidos en los principios orientadores del
CONPES – Fúquene, generando riesgos y oportunidades para la sostenibilidad del sistema socio-ecológico
(Andrade G. I., 2010), que no han sido sustancialmente considerados.

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