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Cuando he trabajado con algún alumno en sesiones de coaching 1 a 1 me gusta explicarle algo muy
sencillo pero muy revelador: si no hay conocimiento ni experiencia solo puedes suplirlo con buena
suerte.
Hace unos días tuve la enorme suerte de enfrentarme en un campeonato oficial a Jaime Santos
(2552 ELO FIDE), un Gran Maestro español que ha sido conocido fundamentalmente por haber
sido capaz de derrotar a Anand.
La partida fue muy dura, como esperaba. Hasta bien entrado el medio juego conseguí una posición
igualada, pero a partir de aquí fui jugando “a remolque”, forzado por el tiempo (eran semirrápidas)
y tratando de defender en una posición compleja. Quedé claramente inferior, con un peón de menos.
Y a pesar de haber conseguido un final de alfiles de distinto color, el tiempo me dio la puntilla y
acabé perdiendo. ¿Por qué perdí? ¿Perdí por tiempo? ¿Por llevar un peón de menos? Sería un
análisis claramente superficial e inútil.
Encontrar nuestras carencias no es una cuestión sencilla y, sin embargo, es imprescindible para
progresar. No es fácil porque nuestro punto de vista se encuentra sesgado de partida, es
tremendamente complejo evaluarnos sin dejarnos por el camino cosas. Y es aquí donde el trabajo de
los buenos preparadores de ajedrez encuentra su razón de ser.
En el ejemplo anterior, dediqué unos 10 minutos a analizar la partida con Jaime (al cual le quiero
agradecer desde estas líneas su generosidad y amabilidad). Entre muchas otras razones había
perdido porque mi rival sabe más ajedrez, está más preparado y es mucho más competitivo y ágil
que yo. Y esto se manifestó en una mayor profundidad en el análisis, a pesar de que desde un punto
de vista más superficial estuviéramos aproximadamente de acuerdo en las valoraciones. Este trabajo
es fundamental para progresar, siempre que tengas un objetivo claro.
Personas impulsivas. Las conocerás. Son aquellas que, por lo general, no piensan demasiado en las
consecuencias de sus actos, “viven al día”, ¿para qué valorar el día de mañana si te puedes morir
hoy? En general, hacen suya la frase: “pasará lo que tenga que pasar”. Este es el tipo de cultura que
más interferencias genera en la curva de rendimiento de una persona.
Personas dependientes. Son aquellos que hacen lo que les dicen, tienen una responsabilidad baja-
media, una mentalidad de aversión al riesgo, cuando llegan a puestos de responsabilidad en las
empresas ejecutan sobre una confianza baja, y son del tipo “ordeno y mando”. Este tipo de cultura
también genera interferencias aunque son menores que en el primer grupo.
Personas independientes. Suelen ser aquellas personas que les gusta capacitar a otros, tienen una
clara mentalidad de logro y una conciencia media-alta. Son personas que están próximas al grado
cultural más alto para conseguir sus objetivos porque estos sí se cuestionan las cosas, y son capaces
de diseñar sistemas para perseguir sus metas.
Personas interdependientes. Se rigen por principios, son fieles a sus valores y sus factores de
alineación con sus objetivos son la visión, el sentido, el propósito y la dirección comunes junto con
otras personas que intentan sumar a su visión. Son personas inspiradoras de las cuáles los propios
maestros aprenden mucho, y son capaces de dedicar el tiempo necesario para crear de forma
consciente su vida, sin dejarse llevar. Es el tipo de cultura que más potencial tiene y el que,
lógicamente, más beneficios capitaliza del rendimiento.
da igual que te compres todos los libros del mundo de ajedrez o seas entrenado por Kasparov.
Lo que acabo de exponerte es, de forma esquemática, el “ojo del huracán” del progreso de cualquier
jugador. No sé si has visto en alguna ocasión un coche cutre decorado con alerones, tapacubos y
“tuneado” como si fuera un Aston Martin. La fortaleza de una cadena se mide por el eslabón más
débil y tu actitud será la medida de tu altitud, y da igual que te compres todos los libros del mundo
de ajedrez o seas entrenado por Kasparov.
Si estás dentro del primer tipo de personas, el problema surge cada nuevo día porque eres como un
barquito en el mar sin capitán ni timón.
De hecho, te contaré un pequeño secreto: conozco jugadores que deben tener todos los libros de
ajedrez del mundo, prácticamente todas las semanas compran alguno. Sus bibliotecas son,
francamente, espectaculares. Pero… ¿Y su nivel de juego? No lo es, en la mayoría de las ocasiones
porque no les importa, o porque pertenecen a cualquiera de las culturas que generan interferencias
con el rendimiento.
Daniel Muñoz
https://thezugzwangblog.com/acerca-de/
FIDE INSTRUCTOR (FI) Formador y jugador de ajedrez en activo que encuentra analogías en la vida con
el ajedrez cada día. He jugado algunas partidas buenas y bastantes malas. Sigo en continuo aprendizaje.
Actualmente divulgo mis ideas en artículos y en mi canal de Youtube.