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ECONOMÍA - 5 de octubre de 2018

ECONOMÍA 05 de octubre de 2018


Opinión

Fuga y deuda en el Presupuesto


Por Alejandro López Accotto, Carlos Martínez, Martín Mangas, Martín Mangas y Ricardo Paparás

Cuando se presenta un proyecto de ley de presupuesto, el análisis se orienta a una primera comparación con el año

anterior. ¿Qué partidas han crecido por encima de la media, que otras lo han hecho por debajo? Esta identificación permite

rápidamente observar hacia donde se orientará la acción de gobierno o cuáles son sus prioridades.

En el caso del proyecto de presupuesto nacional para 2019, la partida de gastos que más crece es la de los intereses de la

deuda pública. De cada 100 pesos que gaste el Estado, 19 serán para esas erogaciones que, hace apenas tres años, era

de sólo 6 pesos de cada 100. Esto muestra el importante proceso de endeudamiento que se viene desarrollando desde

2016.

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Según datos del Observatorio de Deuda de la UMET, el enorme crecimiento de la deuda pública total (interna y externa, en

moneda nacional y extranjera) durante los tres primeros años de gobierno de Cambiemos ha sido tal que el peso de la

misma en el PBI que era en octubre de 2015 de un 40,4 por ciento, será para fines de 2018 (de no mediar otra violenta

devaluación de aquí a fin de año) equivalente a un 111,4 por ciento del producto. Dicho incremento es del orden de los

102.928 millones de dólares (pasando de 253.642 millones a 356.570 millones).

Ante tamaña toma de deuda en un período bastante acotado de tiempo, cabe preguntarse: ¿para qué habría de

endeudarse un país? La respuesta no es muy compleja: para compensar déficits existentes, tanto en el sector externo

como en el fiscal, y para encarar inversiones que no pueden realizarse con el ahorro interno, todo lo cual busca generar un

proceso de crecimiento económico. Sin embargo, como el propio proyecto de ley de Presupuesto 2019 reconoce (pese a

que sus proyecciones son demasiado optimistas) el PBI real del año próximo va a ser menor al de 2015 (y mucho menor si

se considera el producto por habitante).

Descartado entonces que se haya tratado de financiar importaciones e inversiones que impulsen el crecimiento de la

economía nacional, en el plano externo, el déficit remite a dos políticas desarrolladas por el actual gobierno nacional: a) una

indiscriminada, innecesaria y unilateral apertura comercial, que disparó las importaciones de bienes de consumo,

perjudicando a la producción nacional, y b) la entrada y salida de los capitales de corto plazo, que especularon con la tasa

de interés, obtuvieron cuantiosos beneficios y se fueron a la primera señal de falta de sustentabilidad del plan económico.

Entonces, ¿cuál fue el motivo del endeudamiento? No hay otra explicación que la formación de activos en el exterior, o, en

lenguaje llano, la fuga de capitales y divisas.


ECONOMÍA - 5 de octubre de 2018

El Estado argentino se endeudó en dólares para que el poder económico (las grandes fortunas), hicieran un enorme

negocio y se llevaran los excedentes fuera del país. Grupo de afortunados del que proviene gran parte de los integrantes

del autoproclamado mejor equipo de los últimos cincuenta años.

La contracara de estos grandes beneficios obtenidos por unos pocos, es la pérdida de buena parte de sus ingresos para la

gran masa del pueblo. Pérdida de poder adquisitivo notoria en pesos (por la inflación galopante y las paritarias a la baja) y

más en dólares.

De este modo, la deuda externa vuelve, como ocurrió durante el último cuarto del siglo XX, a ser el gran factor

condicionante de la política fiscal en general y del gasto público en particular. Esa asfixia, que a lo largo de los tres

gobiernos kirchneristas casi había logrado desaparecer del escenario económico, en el gobierno de Cambiemos, como

queda demostrado, ha reaparecido con una fuerza inusitada.

El proyecto de presupuesto, que es producto de la conjunción de ideas y políticas entre Cambiemos y el FMI, lo que hará

es profundizar aún más la etapa recesiva (y regresiva) que se inició en nuestro país el 10 de diciembre de 2015. Al mismo

tiempo opera como presunto legitimador de la gran estafa con que el actual gobierno retribuyó a una parte de sus votantes.

Que eso no pase, dependerá, como casi siempre, de la lucha y movilización del pueblo argentino.

* Investigadores-docentes de la Universidad Nacional de General Sarmiento

 Página 12 publicó esta madrugada en la sección economía, la siguiente columna de opinión ¿tienes algo que
agregar; refutar, destacar?..
 Pfff….¿Si hacemos una vaquita para comprarles un helicóptero?

 Si uno analiza la evolución del precio de la divisa en estos últimos días ha bajado el tipo de cambio, esto se debe
a que el Banco Central de nuestro país ejecutó una medida de política monetaria súper contractiva que hoy se
llama LELIQ ¿Sabes de que se trata?
 Las letras de Liquidez (LeLiq) son instrumentos que para regular la liquidez de los bancos, ya que esta podrían
hacer presión sobre la demanda del dólar.

Con una muy alta tasa de interés y un funcionamiento a corto plazo, de 7 días tratan de retirar liquidez de
circulación y moderar la presión cambiaria.

El consultor Walter Graziano es uno de los más críticos con esta medida . Las cuentas que hace indican que la
tasa del Central está generando un déficit cuasifical (desequilibrio por el incremento de los pasivos monetarios)
equivalente a 5 puntos del PBI. “La emisión monetaria (oculta) en forma de déficit cuasifical asciende a unos 782
mil millones de pesos al año, o sea 20 mil millones de dólares (equivalente a 5 puntos del PBI). Si esta cifra se
suma al rojo financiero del Tesoro de 3,3 puntos, implica un déficit fiscal consolidado superior a 8 por ciento del
PBI”, dijo. El economista advierte que la tasa de interés en los niveles actuales no seca la plaza de pesos sino que
genera fuertes desequilibrios monetarios para los próximos meses. Las deudas del Central, cuando crecen
exponencialmente, terminan por no renovarse. Las Lebac son el antecedente más sencillo para observar las
consecuencias del déficit cuasifiscal.
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La forma que tiene el Central de convencer a los inversores de renovar estas deudas (y evitar que suba la
cantidad de pesos en circulación) es pagando una tasa de interés cada vez más elevada. La autoridad monetaria
incrementó en menos de una semana las tasas de Leliq de 60 a 74 por ciento y adelantó que la seguirá
aumentando todo lo que haga falta para cumplir con la meta de emisión cero. El último dato de la autoridad
monetaria precisó que las Leliq sumaban un stock de 434 mil millones de pesos al 1 de octubre. La deuda supera
500 mil millones de pesos si se agregan las colocaciones de los últimos dos días hábiles. Se trata de un monto
superior respecto de la deuda de Lebac (340 mil millones de pesos) y que obliga al Central a desembolsar mil
millones de pesos diarios en intereses (cifra equivalente a unos 26 millones de dólares).

Los bancos embolsan estos pagos y los reinvierten en las Leliq en lugar de prestarlos al sector privado. La
demanda de créditos de las empresas y de los consumidores se frenó por la recesión y prestarle pesos a la
autoridad monetaria a tasas de más del 70 por ciento parece una decisión adecuada para la banca. Los últimos
días, con un dólar en baja y rendimientos en pesos en alza, las entidades financieras hicieron una importante
ganancia de corto plazo. El problema es para el Banco Central: no puede seguir renovando permanentemente
esta deuda sin un grave deterioro de su patrimonio, y si no renueva la deuda, vuelve a exponerse a nuevos
episodios de crisis y corrida cambiaria.

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