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Resumen de Sociología

Núcleo I: La sociología como ciencia, sus principales problemáticas.

Contexto histórico: Modernidad y Sociología –Pacenza (4201)

El surgimiento de la Sociología como ciencia está directamente relacionada con los cambios ocurridos en Europa
durante los siglos XV, XVI, XVII y XVIII. La modernidad ha sido el resultado de un lento proceso histórico operado en
los últimos siglos de la Edad Media que generó un nuevo orden social, político y económico.

En lo económico: el paso del modo de producción feudal al capitalista dará lugar a la aparición de nuevos estratos
sociales y de nuevas relaciones de producción. El desarrollo del mercado y la ruptura de las relaciones comunitarias
implicará la escisión de la esfera pública de lo privado.

En lo político: Surgen los estados nacionales, las monarquías absolutas y la preocupación por el individuo, como un
fenómeno nuevo. Las teorías contractualistas, desde las concepciones liberales intentarán dar las primeras
explicaciones de lo social, pensando lo social a partir del individuo, como átomo, como unidad indivisa de lo social.

En lo social: La aparición de nuevas clases sociales burguesía y proletariado abrirá un período de nuevos conflictos
sociales y de teorías que intentarán dar cuenta de la situación. En el siglo XIX desde el positivismo de Saint Simon y
Comte se dará una visión centrada en el logro del consenso interpretando al conflicto de clases como realidad
transitoria. Mientras que Karl Marx interpretará el conflicto de clases como fenómeno estructural de la sociedad
capitalista.

Tres grandes ciencias sociales que se conformaron como ciencias en distintos momentos: Primero la ciencia política,
luego la economía y en el siglo XIX con Comte, la sociología. El origen y desarrollo de cada campo de conocimiento
se vincula siempre con las preguntas que plantea el desenvolvimiento social. La anticipación de la teoría política
sobre el resto de las otras ciencias es debido a que con el surgimiento de las naciones y de los estados centralizados
se ponía en el centro del debate el tema de la organización de poder, en ese momento pensado como un contrato
voluntario entre sujetos jurídicamente iguales. Hobbes, Locke, Montesquie, Rosseau.

La economía se constituye como saber independiente de la filosofía a partir del siglo XVIII con autores como Adam
Smith y David Ricardo.

La sociología es la tercera ciencia que a partir de la delimitación de lo social como objeto se desgaja de la filosofía y
de la economía. Su desarrollo será consecuencia de la crisis política, económica y social que se genera a partir de la
Revolución Industrial. Con ella aparece un nuevo actor social: el proletariado de las fábricas, vindicador de un nuevo
orden social. Para dar respuesta a esto aparecerán dos vertientes antitéticas: el socialismo y la tradición sociológica
clásica.

Se parte de una visión socio histórica holística, por lo cual es necesario dar cuenta del contexto de surgimiento de la
sociología como ciencia. Se entiende lo social como fenómeno político, económico y cultural; como fenómeno
complejo y multideterminado. Individuo y Sociedad son dos conceptos claves del pensamiento social moderno. Hay
momentos históricos en que uno predomina sobre otro.

Durante el período precapitalista, lo social y lo político no estaban separados. Lo social era político, es decir, carecía
de independencia. A partir de los cambios introducidos por el capitalismo se produce una separación entre lo social
y lo político convirtiéndose en dos sistemas de acción diferenciados pero al mismo tiempo complementarios. La
sociedad moderna se distingue precisamente por generar una progresiva afirmación de la individualidad. El
“invento” del individuo como producto de la modernidad.

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Las ciencias sociales reflejarán los cambios operados en la realidad social e intentarán dar cuenta de los mismos a
partir de diferentes posiciones poniendo el acento en el individuo o en la sociedad o intentando superar estas
antinomias.

Siglo V-XV  Edad Media: Estado feudal

El período feudal abarca un tiempo de nueve siglos de duración. El feudalismo es un modo de producción que tiene
por origen la caída del Imperio Romano de Occidente. Las invasiones de los pueblos germánicos, eslavos,
musulmanes, normando y árabes contribuyeron al cese del comercio con oriente y con otras regiones y al repliegue
de la población hacia el área rural.

Las necesidades de defensa hicieron que se construyeran vínculos personales de fidelidad entre hombre y hombre a
partir de la necesidad recíproca de auxilio militar dada la continua amenaza de las invasiones. Los propietarios de las
tierras otorgaban un beneficio mediante el otorgamiento de tierras a aquellos que participaban de la defensa del
castillo. De esta manera se generaron las relaciones de vasallaje, que fue la forma organizativa básica del mundo
feudal.

Se constituyeron los señoríos que eran unidades de producción cerradas con organización política cuasi autónoma.
La monarquía se fue debilitando quedando bajo la protección de la aristocracia militar y terrateniente. La Iglesia y la
aristocracia terrateniente participaban del poder y de la tenencia de la tierra.

Comenzaría a forjarse la cadena de lealtades personales, fundadas en la promesa del servicio de armas
recompensadas con la entrega de tierras. Los linajes se robustecieron y llegaron a ser las unidades políticas
fundamentales.

La estructura social del medioevo era de tipo estamental, mediante vínculos de sangre y vasallaje, era una pirámide
de estamentos y una pirámide de valores. Su base es la propiedad comunal, propiedad de los señores como grupo,
respaldada por la organización militar. Así en el campo nos encontramos con los nobles y señores como clase
dominante y los siervos como clase explotada. En las ciudades existía también una división estamental de tipo
jerárquica de maestros, artesanos y aprendices.

Rey

Alto Clero y Nobleza

Bajo Clero y Nobleza

Campesinos y siervos

La división del trabajo estaba poco desarrollada y se manifestaba en la separación del campo y la ciudad y en los
diversos estamentos sociales. En el campo: príncipes, nobles, clero y campesinos. En la ciudad: maestros,
mercaderes, aprendices y la plebe de jornaleros.

La movilidad social era mínima y generalmente producto de hazañas o el casamiento. La sangre, es decir la
preeminencia por nacimiento y la consagración sacerdotal, fueron los principios de selección de las clases
dominantes.

No había una organización política centralizada sino que por el contrario, lo que existía era un conjunto de poderes
locales y de señores que continuamente entraban en disputa entre sí.

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La forma de vida era de tipo comunitaria, se vivía dentro de una comunidad. Se vivía dentro de un gran todo. Fuerza
de lo comunitario y preeminencia de una subjetividad en la que el concepto de individuo no estaba aún presente.
Más tardíamente aparecen prácticas (comer con cubiertos, p. ej.) que van dando cuenta de la ruptura de lo
comunitario y el advenimiento de lo social y de las sociedades nacionales.

La idea del cuerpo en la Edad Media estaba ligado al cuerpo social, a la perennidad del linaje. El individuo disponía
de su propio cuerpo en la medida que esto no contrariara los intereses de la familia. Cada miembro de la familia
dependía de los demás. Cada ser tenía su cuerpo pero era también un poco de los demás, de la comunidad.

En relación con el conocimiento científico: El medioevo había concebido una cultura religiosa presidida por la idea
de la cristiandad, tanto el hombre como la naturaleza eran manejados por la voluntad divina. El conocimiento era
deductivo y se deducía generalmente de algún texto clásico. El conocimiento estaba basado en la verdad de la
teología. El clero administraba el conocimiento, lo que podía y no podía conocerse, el saber era una propiedad
colectiva.

La nueva concepción de ciencia surgirá recién en el siglo XVII con la Revolución Científica cuyos principales eruditos
fueron: Francis Bacon, Descartes, Galileo, Borelli y Newton. El avance de la técnica y de la ciencia fue un efecto del
aflojamiento de los vínculos feudales, producido por la caída del Imperio Romano de Constantinopla y el cese de
hostigamiento de las invasiones. Estos factores favorecieron el incremento del comercio y del intercambio, el
desarrollo de la economía mercantil y el surgimiento de la burguesía con el concomitante desplazamiento del
localismo propio de la economía medieval y de los saberes que la sustentaban. Además, el avance de la ciencia y la
técnica fue producto de las nuevas necesidades, el ascenso de la nueva clase social provocó fisuras en el orden
cultural, se abandonó la búsqueda de causas últimas de las cosas y el hombre empezó a interesarse por el cómo
hacer y cómo resolver problemas: el desarrollo del saber técnico.

Siglo XV y XVI  Renacimiento

La sociedad se transformó en una organización social dominada progresivamente por instituciones políticas
centralizadas, con una economía urbana y mercantil en la que se desarrolló el mecenazgo de la educación, las artes y
la música. Los comerciantes medievales italianos desarrollaron técnicas mercantiles y financieras como la
contabilidad y las letras de cambio. Era una sociedad menos jerárquica y más preocupada por sus objetivos
seculares.

La caída del feudalismo fue producto del proceso llamado por Marx “acumulación originaria de capitales” que se dio
en Europa desde el siglo XVI hasta el XVIII y que posibilitará a mediados del siglo XVIII la revolución industrial y el
advenimiento del capitalismo.

La importancia del renacimiento es que expresa el primer quiebre social y cultural entre la Edad Media y el
capitalismo. Al desarrollarse la economía monetaria, la burguesía adquiere más poder, el mercader, pequeño
traficante, se convierte en comerciante. Esta nueva clase social se emancipa de las formas tradicionales y rompe con
los estamentos hasta entonces privilegiados feudales, el clero y la nobleza.

El nuevo poder se apoyará en el poder económico justificado en motivos intelectuales. Se inicia la disolución de las
formas tradicionales del orden divino “natural y consagrado”. Frente a la comunidad surge la sociedad.

El ascenso de la razón como razón objetiva separada del pensamiento teológico.

Los renacentistas exaltaban al mundo clásico de los griegos y romanos y condenaban al medioevo como una etapa
oscura y bárbara. Esta visión era expresada por pensadores llamados humanistas. Se estudiaron textos clásicos y se
analizaron con otros valores con el objetivo de encontrar los métodos con los cuales los antiguos habían construido

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un conocimiento del mundo basado en la razón y que no estaba sujeto a los dogmas religiosos. La imagen humanista
del mundo se expresó en la literatura, la filosofía y el arte.

Lo político en el pensamiento medieval era considerado como algo dado, regulado por un orden divino con
mandatos morales que no distinguían la cosa pública en sí. Maquiavelo desteologiza la política, se abre una época en
que el Estado y la política se separan de la vida del conjunto. Las funciones políticas se sectorizan y se aíslan de las
otras funciones sociales sean estas religiosas, morales económicas o privadas. Maquiavelo piensa la política de
manera instrumental, está preocupado por responder al cómo se hace algo, es decir, lo que importa es conocer una
técnica, un método correcto para disponer el poder político.

Desde el punto de vista de la ciencia y la tecnología: Debilitamiento de la fundamentación científica medieval y la


renovación de las formas de conocimiento mediante la observación y la experimentación. La invención de la
imprenta en el siglo XV revolucionó la difusión de conocimientos.

Acontecimientos históricos más importantes en este período: Descubrimiento (1492) y colonización de América,
Reforma Protestante y Contrarreforma Católica, formación de los Estados Nacionales y desarrollo de nuevas
instituciones del estado moderno. Transformaciones productivas: la manufactura.

Siglos XV a XVII  Formación del Estado Moderno (Estado Absolutista)

A partir del siglo XIV las sociedades europeas atravesaron una crisis que afectó las bases del orden feudal. Escasez y
falta de alimentos, hambrunas y malas condiciones de higiene, epidemias.

En el siglo XV las sociedades de Europa occidental comenzaron lentamente a reorganizar su vida social. La caída de
Constantinopla y el cese de hostigamiento de los invasores “bárbaros” habían posibilitado el incremento del
intercambio comercial y el surgimiento de la burguesía mercantil. Las revueltas de los campesinos disconformes con
su sistema de vida, los intereses de los reyes de recuperar la autoridad que habían delegado en los señores feudales
marcaron el inicio de un proceso de transformación económica y social.

La expansión europea de los siglos XV y XVI puso en contactos a todos los continentes, se formó una economía de
orden mundial.

Transformaciones económicas

 Reorganización de la producción agrícola: La actividad agraria que hasta entonces era privilegio de los
señores y nobles comenzó a interesar a la burguesía, que invirtió en la compra de tierras porque vio en la
misma una fuente importante de negocios. Los terratenientes iniciaron el proceso de cercamiento de
tierras, que profundizó la huida de los campesinos a las ciudades y la ruptura de las relaciones
precapitalistas que aseguraban el autoconsumo.
 Se inicia el proceso manufacturero, ya que se requería una escala de producción mayor que la que
realizaban los artesanos. Si bien la producción seguía siendo artesanal, el control había pasado a manos de
los comerciantes, quienes proporcionaban materia prima, tomaban el producto terminado para venderlo
después y pagaban una remuneración al trabajo.
 La expansión de ultramar, la explotación de las minas de plata y oro de América y el saqueo de tesoros a los
incas y aztecas produjo una afluencia de metálico que monetizó la economía, proceso que benefició a los
comerciantes y perjudicó a la nobleza.

Transformaciones políticas

 Los señores se unieron a los reyes y organizaron un ejército centralizado controlado por el rey como un
instrumento para mantener al campesinado bajo su dependencia y explotación. La centralización política fue
un instrumento de la aristocracia para someter a los campesinos y controlar a la burguesía.
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 Estado Absolutista. Centralizado, militarizado y de carácter nacional, fue una estrategia de la clase
dominante para la explotación, control y disciplinamiento social de los campesinos y plebeyos que estaban
debajo de la jerarquía social.
 El Estado comienza a intervenir para reglamentar las actividades de los comerciantes y protegerlos dentro de
sus fronteras de la competencia externa.
 La separación entre moral y política planteada por Maquiavelo permite la construcción del poder sobre la
base de la voluntad, se abandona la idea del orden natural y se empieza a pensar el Estado desde la razón.
 Las teorías contractualistas intentaron dar cuenta de la explicación del Estado a partir de la teoría de la
soberanía. Hobbes, Locke y Kant plantean la necesidad de conocer el derecho, la política y la sociedad
mediante la razón. Su explicación resulta ahistórica ya que no toman en cuenta los factores histórico-
estructurales que determinaron la constitución del Estado.
 El Estado se organizó mediante la burocracia, el ejército permanente y el sistema impositivo.

Consolidación del capitalismo

Entre los siglos XVIII y XIX  3 revoluciones económicas que marcarán la consolidación del sistema capitalista.

 Revolución Agrícola: Leyes de cercamiento. Transformación de las tierras comunales y sin cercado
en propiedades cerradas. Migraciones del campo a la ciudad, fuente de mano de obra para las
nuevas fábricas.
 Revolución Industrial: Inglaterra 1750. Primera fase: uso de la energía mecánica en labores
manufactureras. Segunda fase: la máquina de vapor que permitió trasladar las fábricas a las
ciudades, donde estaba concentrada la mano de obra.
 Revolución de los Transportes: Principios del siglo XIX. Aplicación de la máquina de vapor y el uso
del acero en la navegación y en el ferrocarril. Permitió la ampliación de los mercados, profundización
de las relaciones comerciales con América. Consolidación de una división del trabajo de carácter
internacional.

Capitalismo: Modo de producción en el que el capital penetra en el proceso de producción. Las decisiones de
producción son tomadas por agentes privados, en base a una expectativa de ganancias futuras.

Consecuencias sociales de las revoluciones:

✤ Crecimiento urbano sin ningún tipo de planificación.


✤ Falta de servicios de sanidad, limpieza y abastecimiento de agua.
✤ Explotación de trabajo. Conflictos entre los obreros y los burgueses, aparece la huelga como instrumento de
lucha en esta etapa y surgen los primeros sindicatos.
✤ Se desarrolla la burguesía comercial y luego industrial.
✤ Campesinos y siervos se mudan a las ciudades formando la masa de obra desposeída: el proletariado.
✤ Utilización del capital en producción, su acumulación en manos privadas y el control del proceso productivo
por parte de los propietarios del capital.
✤ Relaciones sociales de tipo capitalista basadas en la propiedad de los medios de producción.
✤ Se desarrolla el mercado de trabajo, donde la mayor parte de la población obtiene sus ingresos bajo la
forma de salario en dinero.
✤ El mercado pasa a ser el ámbito de orientación y de validación de intereses y de decisiones económicas
privadas. Legitimado por las teorías liberales. La búsqueda de lucro como motor del proceso de acumulación.
✤ Desarrollo de las teorías liberales y utilitaristas. Concepción basada en libertad personal, propiedad privada,
iniciativa individual, control de empresa. El Estado debe mantener el equilibrio natural del mercado
respetando los derechos individuales.
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✤ Las relaciones privadas estarán gobernadas por el contrato. Destaca la autonomía y da pie para las múltiples
formas de disciplinamiento social a fin de garantizar el orden y la paz social y la aceptación, por parte de los
desposeídos, la desigualdad económica como algo natural.

La cuestión social (pobreza, hacinamiento, enfermedades, explotación de hombres, mujeres y niños) comienza a ser
visto con características propias como objeto de preocupación y de estudio. Así surge una nueva ciencia: la
Sociología, cuya preocupación fundamental será dar cuenta de las transformaciones ocurridas. Los padres
fundadores serán por un lado Marx, de una posición materialista y dialéctica denunciará las formas de explotación
del nuevo modo de producción y la necesidad del cambio mediante la revolución proletaria que conducirá a una
sociedad sin clases. Por otra parte, Comte y Spencer desde una visión optimista y poniendo la solución en el
consenso elaborarán una teoría que justificará el nuevo orden social.

Así los pensadores posteriores se ubicarán en dos corrientes: De un lado estarán los que analizan el conflicto social
como un factor estructural de la sociedad y del otro aquellos que se ubican en un polo consensualista y plantean
reformas y correcciones para superar la crisis y el conflicto.

El Iluminismo: sus fundamentos filosóficos. –Zeitlin (4239)

Los hombres del Iluminismo creían que la mente puede aprehender del universo y subordinarlo a las necesidades
humanas. La razón se convirtió en el Dios de estos filósofos. Utilizando los conceptos y técnicas de las ciencias físicas,
emprendieron la tarea de crear un mundo nuevo basado en la razón y la verdad. Así estudiaron todos los aspectos
de la vida social, analizaron las instituciones políticas, religiosas, sociales y morales, la sometieron a una crítica
implacable desde el punto de vista de la razón y reclamaron un cambio en aquellas que la contrariaban. Descubrían
que los valores y las instituciones tradicionales eran irracionales, y que éstas impedían a los hombres realizar sus
potencialidades. Combatieron lo que consideraban superstición, fanatismo o intolerancia, lucharon contra la censura
y exigieron libertad de pensamiento.

El pensamiento del Iluminismo no es solo reflexivo, atribuye al pensamiento una función creadora y crítica. La
filosofía ya no es una mera cuestión de pensamiento abstracto, si no que adquiere la función práctica de criticar a las
instituciones existentes para demostrar que son irrazonables e innaturales. El Iluminismo exige el reemplazo de estas
instituciones y de todo el orden anterior por otro nuevo, más razonable, natural, y por ende, necesario. La razón y la
ciencia permitían alcanzar al hombre grados cada vez mayores de libertad y por ende, un creciente nivel de
perfección. El progreso intelectual, debía servir constantemente para promover el progreso general del hombre. Los
Iluministas construyeron su ideal de explicación y comprensión según el modelo de las ciencias naturales
contemporáneas. Tomaron el modelo metodológico de la física Newton. Luego su empleo se generalizó abarcando
otros ámbitos, fuera de la matemática y la física. El método científico llegó a ser una herramienta indispensable para
el estudio de todos los fenómenos.

Los pensadores del siglo XVIII conocían dos tendencias filosóficas e intelectuales del siglo anterior que habían
permanecido relativamente aisladas una de otra: la filosofía racionalista y la filosofía empirista. El Iluminismo hizo un
constante esfuerzo por fundir esos enfoques filosóficos distintos, logrando así una metodología unificada. Creían
haber sintetizado los mejores elementos de ambas corrientes filosóficas.

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Auguste Comte –Zeitlin (4302)

☼ Positivista.
☼ Método de la Biología.
☼ Modelo del organismo: Anatomía (partes) y fisiología (funciones).
☼ Conocer las leyes naturales de la sociedad para prevenir y combatir enfermedades del organismo social.
☼ Sociedad: Un todo orgánico superior y exterior a los individuos que la componen.
☼ Orden y progreso: La estadística social y la dinámica social.

Comte veía un deplorable estado de anarquía en su tiempo, y juzgaba que su física social al abordar directamente las
necesidades y dolencias principales de la sociedad contribuiría a poner orden en el caos. Para él, la anarquía social y
moral es el resultado de la anarquía intelectual, la cual a su vez es consecuencia del hecho de que por una parte, la
filosofía teológica metafísica ha decaído y, por otra, la filosofía positiva no ha alcanzado el punto en que pueda
brindar una base intelectual para una nueva organización y, de este modo, librar a la sociedad del peligro de
aniquilamiento. El orden y progreso, que los antiguos consideraban irreconciliables, deben unirse de una vez por
todas. Había dos partidos: uno que estaba por el orden (retrógrado) y otro que estaba por el progreso (anárquico).
Las clases sociales existentes tendían a polarizarse y apoyar a uno u otro. El resultado era un conflicto de clases,
desorden y anarquía.

Comte creía que era imposible restaurar el viejo orden. Para él debía lograrse una síntesis de las ideas opuestas de
orden y progreso, porque solo mediante la unión y la armonía puede restaurarse la unidad social.

Los principios de los metafísicos eran esencialmente críticos y revolucionarios. Contribuyeron al progreso, pero solo
en un sentido negativo. La etapa metafísica fue necesaria porque resquebrajó el viejo sistema y preparó el camino
para la etapa siguiente: la positiva, que pondría fin al período revolucionario mediante la formación de un orden
social capaz de unificar los principios del orden y progreso.

La libertad de conciencia es un dogma que tuvo valor como arma contra el dogmatismo teológico, pero ya no es útil,
porque nunca puede ser un principio orgánico positivo, esto es, la base para la reorganización de la sociedad. Las
diversas exigencias de libertad son principios estrictamente negativos. La igualdad es otro dogma: tuvo un limitado
valor histórico como arma pero no puede convertirse en algo absoluto. Es un principio anárquico y hostil al orden.

La nueva sociedad no surgirá mientras predominan el espíritu teológico y el metafísico, pues están en mutua
contradicción y ambos no pueden sobrevivir indefinidamente en un mismo sistema.

Comte despreciaba la anarquía intelectual y la consideraba como la causa más importante de la desunión moral.
Sentía temor y aversión por la crítica social y sus resultados desorganizadores. La discusión y la crítica de
instituciones consagradas por el tiempo es destructiva y amenaza con socavar toda la vida social.

Propone una sociología positivista basada en el descubrimiento de leyes invariantes, tanto en lo natural como en lo
social.

3 metodologías básicas de la Sociología:

 Observación: Aunque esta no es nada sin la teoría, dado que si se observa al mundo sin teoría no se sabrá lo
que se observa.
 Experimentación: Aunque resulta imposible controlar y manejar las variables y efectos que estas pueden
tener dentro de una sociedad tan grande y compleja.
 Comparación De los seres humanos con animales inferiores.

De sociedades distintas en distintos lugares del mundo.

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De sociedades en distintas épocas.

Comte estableció una ley según la cual, todo estaba impregnado por tres estadios/etapas en las cuales, en cada una
de ellas, el hombre buscaba una explicación de las cosas que le rodeaban. Estadios que atraviesan las sociedades
para la construcción del conocimiento.

 Estadio Teológico: La cosmovisión del mundo es a partir de la religión, de supuestos divinos y teológicos que
no se cuestionaban. Correspondiente con la época feudal, caracterizado por el orden, estabilidad.
 Estadio Metafísico: En el cual los pensamientos son abstractos. Corresponde a la época en la que él vive, es
decir con el período de la Ilustración, que corresponde con el progreso, entendido como cambio,
transformación según leyes naturales, como dinámica natural del acontecer histórico.
 Estadio Positivo: Donde se logra conjugar el orden y el progreso, llegada de la filosofía positiva. El espíritu
positivo tiende a consolidar el orden mediante la elaboración racional de una sabia resignación ante los
males políticos incurables. Esto es una disposición permanente a soportar con firmeza y sin esperanza de
compensación todos los males inevitables. La filosofía positiva disipa el desorden inmediatamente, al
imponer una serie de condiciones científicas indiscutibles para el estudio de las cuestiones políticas. La
filosofía positiva es superior porque la verdadera libertad no es más que la sumisión racional a la
preponderancia de las leyes de la naturaleza. La predicción, o la previsión, facilitará el control social,
objetivo primario y hasta exclusivo de su doctrina positiva. Predecir para controlar.

Comte entiende a la sociedad como un organismo. La totalidad es más que la suma de las partes. El átomo de la
sociedad es la familia, no el individuo. El todo no es sumativo es estructural. Puede haber elementos perturbadores
que enfermen a la sociedad (la anarquía por el no respeto a las normas morales y éticas que constituyen al nuevo
sistema social, político y económico) La familia y la patria como instituciones sociales básicas, siendo la primera el
verdadero núcleo originario de la sociedad y el segundo el intermediario entre la sociedad y la humanidad.

Comte pretenderá darle autonomía a la Sociología frente a las demás ciencias sociales incorporando los conceptos
de “evolución” y “progreso” insistiendo en la necesidad de que todo cambio en la organización social debía darse
dentro de un orden para evitar desviaciones que pudieran alejar el objetivo del desarrollo humano. Para Comte la
Sociología debe tanto permitir prever lo que va a ocurrir y ajustar a ello la toma de decisiones, como educar
mediante la explicación del curso de los acontecimientos.

El orden y el progreso son los aspectos estático y dinámico de una sociedad. El orden se refiere a la armonía que
prevalece entre las diversas condiciones de la existencia, mientras que el progreso apunta al desarrollo ordenado de
la sociedad de acuerdo con leyes sociales naturales. Así se reconcilian los dos principios que antes eran antagónicos.

Estado y sociedad en el pensamiento clásico –Portantiero (4275)

La aparición de la modernidad está ligada al desarrollo de la forma capitalista de la organización de la producción y


del intercambio. Nace así la noción moderna de individuo como unidad elemental de la sociedad, y por lo tanto,
como lugar central desde el cual dar cuenta de su constitución y funcionamiento, como eje de un sistema en el cual
lo público y lo privado van a poder ser escindidos como esferas con entidad propia.

Con el surgimiento de la modernidad emerge la posibilidad de pensar la noción de sociedad como un agregado de
elementos autónomos, a diferencia de la comunidad en la que los hombres se integraban a través de lazos
orgánicos. Lo único natural son los individuos, dotados de su mera condición de hombres de un conjunto de
derechos innatos. La sociedad y el Estado no habrán de ser otra cosa que productos de la razón, esto es, creaciones
voluntarias de los hombres.

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Los contractualistas

Los contractualistas proponían el concepto de totalidad sumativa, la totalidad como suma de las partes. La
consecuencia de esta idea era que cada uno de los individuos se volvía prescindente. Al verse todos como iguales
ninguno tiene singularidad, diferencia. El pensamiento de los contractualistas girará en torno a la figura del contrato
social como instancia superadora del estado de naturaleza y como condición de posibilidad para la fundación de la
sociedad.

Hobbes: Tratará de responder a la pregunta sobre el origen de la sociedad, por qué y en qué condiciones eligen los
hombres construir un orden que reemplace al estado de naturaleza. Los individuos solo aspiran a satisfacer sus
impulsos, sus pasiones, sus deseos. El resultado de ello es una lucha todos contra todos, una anarquía. Este sería el
estado natural. Para proteger el derecho a la vida, los hombres deciden pasar del estado natural a la sociedad civil,
los hombres acuerdan ceder todos sus derechos para formar una soberanía, enajenan su soberanía a un monarca
quien les restituye el derecho a la vida. Pacto subjectionis. Propone una Monarquía Absolutista.

Locke: El hombre es para Locke naturalmente pacífico, la guerra es solo una posibilidad de corrupción del estado
natural pero no su expresión. El contrato que genera la sociedad tiene la función de evitar esa corrupción posible.
Cuestiona la monarquía absoluta propuesta por Hobbes, plantea que el pueblo conserva el derecho a rebelión frente
a los gobiernos injustos. Pacto societatis. Configura al gobierno como un juez imparcial en el que los hombres no
enajenan su soberanía. Democracia Liberal.

Rosseau: La idea de la sociedad como creación de hombre. La guerra no nace en la sociedad natural sino en la
sociedad civil, en donde la inocencia original del hombre es sustituida por el egoísmo y el cálculo. La sociedad al
introducir la división del trabajo y la propiedad, abre el reino de la desigualdad, de la envidia, y finalmente de la
guerra. Plantea la democracia directa como articulación entre sociedad y Estado. Idea de voto directo como bien
común. Se trata de encontrar una forma de asociación que haga posible la expresión de la voluntad general
superadora del individualismo egoísta.

3 momentos:

1) Estado naturaleza.

2) Organización social: establece diferencias entre los hombres.

3) Pacto social: donde el hombre puede obtener beneficios y evitar la desigualdad y las divisiones de la organización
social.

La idea de que la sociedad es una creación del hombre se estructurará a partir de un individualismo metodológico
que habrá de encontrar en Rosseau a su primer contradictor, con su proposición según la cueal el hombre es un
producto de la sociedad. Al buscar su propio beneficio el hombre es conducido por una mano invisible a promover
un fin que no entraba en su propósito. La sociedad se presenta así como una realidad objetiva a menudo resistente a
la voluntad humana, y no ya como un artificio de la razón.

Núcleo II: La tradición clásica Marx, Durkheim y Weber y el debate sujeto estructura.

La Ideología Alemana –Marx y Engels (30024)

Idealismo hegeliano: Parte de categorías abstractas, de relaciones dialécticas entre las categorías. Para Hegel lo real
no es más que una manifestación externa de las ideas. Según su fantasía, las relaciones entre los hombres, todos sus
actos y su modo de conducirse, sus trabas y sus barreras, son otros tantos productos de su conciencia. A ninguno de

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estos filósofos se le ha ocurrido preguntar por el entronque de la filosofía alemana con la realidad de Alemania, por
en tronque de su crítica con el propio material que la rodea.

Para Marx, lo ideal es lo material traspuesto y traducido en la mente humana. Parte de los individuos reales, su
acción y sus condiciones materiales de vida. Marx propone que para analizar la sociedad civil hay que tener en
cuenta la burguesía y el momento histórico en el que se encuentran sus modos de producción, su economía. No se
puede considerar a la sociedad civil fuera de su contexto histórico o como en las épocas antiguas.

El hombre se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida. Al
producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida material. El modo como los hombres
producen sus medios de vida depende de la naturaleza misma de los medios de vida con que se encuentran y que se
trata de reproducir. Esto es un determinado modo de la actividad de estos individuos, un determinado modo de
manifestar su vida, un determinado modo de vida de los mismos. Tal y como los individuos manifiesta su vida, así
son. Lo que los individuos son depende, por tanto, de las condiciones materiales de su producción. Esta supone un
intercambio entre los individuos. La forma de ese intercambio se halla condicionada, a su vez, por la producción.

Modos de producción: Combinación de fuerzas productivas y relaciones de producción.

Fuerzas productivas: Fuerza de trabajo, medios con que se cuentan para trabajar.

Relaciones de producción: Tipo de propiedad de los medios de producción, relaciones sociales, tipo de cooperación
y asociación.

El modo de producción de la vida material determina el proceso social, político e intelectual de la vida en general. No
es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino por el contrario, es su existencia social lo que
determina su conciencia. La totalidad concreta está determinada por los medios de producción, no está generada
por el pensamiento.

Importancia de la historia material: Los conceptos deben ser pensados según una época dada, es decir, analizando
las condiciones materiales de existencia. Incluso las categorías más abstractas, a pesar de su validez, para todas las
épocas son producto de condiciones históricas y poseen plena validez solo para estas condiciones y dentro de sus
límites.

Superestructura

Estructura económica

Infraestructura

Superestructura: Formas sociales de conciencia (Arte, ciencia, filosofía, religión)

Estructura económica: Modo de producción (Relaciones sociales de producción)

Infraestructura: Base material (soporte)

Hasta dónde se han desarrollado las fuerzas productivas de una nación lo indica del modo más palpable el grado
hasta el cual se ha desarrollado en ella la división del trabajo.

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La división del trabajo  (A partir del excedente económico y social) 2 sentidos:

 Separación del trabajo industrial y comercial, en la separación de la ciudad y el campo y en la contradicción


de intereses entre una y otro.
 Formación de diversos sectores entre los individuos que cooperan en determinados trabajos.

Formas de propiedades

Las diferentes fases de desarrollo de la división del trabajo son otras tantas formas distintas de la propiedad. Cada
etapa de la división del trabajo determina también las relaciones de los individuos entre sí, en lo tocante al material,
el instrumento y el producto de trabajo.

Propiedad Tribal: La producción en que un pueblo e nutre de la caza y la pesca, de la ganadería o, a lo sumo, de la
agricultura. La división del trabajo se halla todavía muy poco desarrollada y no es más que la extensión de la división
natural del trabajo existente en el seno de la familia. La organización social se reduce a una ampliación de la
organización familiar; a la cabeza de la tribu se hallan sus patriarcas, por debajo de ellos los miembros de la tribu y
en el lugar más bajo de todos, los esclavos. La esclavitud latente en la familia va desarrollándose poco a poco al
crecer la población y las necesidades, al extenderse el comercio exterior y aumentar las guerras y el comercio de
trueque.

Propiedad Comunal: Representada por la antigua propiedad comunal y estatal. Va desarrollándose ya la propiedad
mobiliaria, y más tarde la inmobiliaria, pero como forma anormal. Los ciudadanos del Estado solo en cuanto
comunidad pueden ejercer su poder sobre los esclavos que trabajar para ellos, lo que ya de por sí los vincula a la
forma de la propiedad comunal. Es la propiedad privada en común de los ciudadanos activos del Estado. La división
del trabajo aparece ya aquí más desarrollada. Nos encontramos ya con la contraposición entre la ciudad y el campo,
y dentro de las ciudades la contraposición de la industria y el comercio marítimo. La relación de clases entre
ciudadanos y esclavos ha adquirido ya su pleno desarrollo.

Propiedad Feudal: También esta se basa en una comunidad, pero en ésta no se encuentran los esclavos como clase
productora, sino los siervos de la gleba. Aparición de la contraposición del campo con respecto a la ciudad. La
organización jerárquica de la propiedad territorial daba a la nobleza el poder sobre los siervos. Esta organización
feudal de la propiedad territorial era una asociación frente a la clase productora dominada, lo que variaba era la
forma de asociación y la relación con los productores directos, que las condiciones de producción habían cambiado.
La forma fundamental de la propiedad era lo de la propiedad territorial con el trabajo de los siervos a ella vinculados,
de una parte, y de otra el trabajo propio con un pequeño capital que dominaba el trabajo de los oficiales de los
gremios. La división del trabajo se desarrolló muy poco.

La organización social y el Estado brotan constantemente del proceso de la vida de determinados individuos; pero de
estos individuos, no como puedan presentarse ante la imaginación propia o ajena, sino tal y como realmente son; es
decir, tal y como actúan y como producen materialmente, y por lo tanto, tal y como desarrollan sus actividades bajo
determinados límites, premisas y condiciones materiales, independientes de su voluntad. No se parte de lo que los
hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del hombre predicado, pensado, representado o
imaginado, para llegar al hombre de carne y hueso se parte del hombre que realmente actúa y arrancando de su
proceso de vida real se expone también el desarrollo de los reflejos ideológicos y de los ecos de este proceso de vida.

La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden
pierden la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni a su propio desarrollo, sino que los
hombres que desarrollan su producción material y su intercambio material cambian también, al cambiar esta
realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la
vida la que determina la conciencia.

11
Historia

1° premisa: Que los hombres se hallen, para hacer “historia” en condiciones de poder vivir. La producción de los
medios indispensables para la satisfacción de las necesidades, es decir, la producción de la vida material misma.

2° premisa: La satisfacción de la primera necesidad, la acción de satisfacerla y la adquisición del instrumento


necesario para ello conduce a nuevas necesidades. Creación de nuevas necesidades = primer hecho histórico.

3° premisa: La familia. La relación entre hombre y mujer, entre padres e hijos. Cuando las necesidades al
multiplicarse crean nuevas relaciones sociales, brotan nuevas necesidades, pasa a ser una relación secundaria.

Relación entre modo de producción y modo de cooperación: La producción de la vida se manifiesta en una doble
relación: natural y social. Social en el sentido de la cooperación de diversos individuos, cualesquiera que sean sus
condiciones de cualquier modo y para cualquier fin. De donde se desprende un modo de producción que siempre
lleva aparejado una forma de cooperación, que es a su vez fuerza productiva. A su vez, la suma de fuerzas
productivas accesibles al hombre condiciona el estado social, y por lo tanto, la historia de la humanidad debe
estudiar y elaborarse siempre en conexión con la historia de la industria y el intercambio.

Se manifiesta ya de antemano, una conexión materialista de los hombres entre sí, condicionada por las necesidades
y el modo de producción y que es tan vieja como los hombres mismos; conexión que adopta constantemente nuevas
formas y que ofrece, por consiguiente, una “historia”.

Conciencia: La conciencia es un producto social. Es conciencia del mundo inmediato y sensible que nos rodea y
conciencia de esos nexos limitados con otras personas y cosas fuera del individuo consciente de sí mismo; y es al
mismo tiempo, conciencia de la naturaleza.

División del trabajo: La división del trabajo solo se convierte en verdadera división a partir del momento en que se
separan el trabajo físico y el intelectual. Desde este instante, puede ya la conciencia imaginarse realmente que es
algo más y algo distinto que la conciencia de la práctica existente, que representa realmente algo sin representar
algo real.

Estos tres momentos: la fuerza de producción, el estado social y la conciencia, pueden y deben necesariamente
entrar en contradicción entre sí, ya que, con la división del trabajo, se da la posibilidad, más aun, la realidad de que
las actividades espirituales y materiales, el disfrute y el trabajo, la producción y el consumo, se asignen a diferentes
individuos, y la posibilidad de que no caigan en contradicción reside solamente en que vuelva a abandonarse la
división del trabajo.

Consecuencias de la división del trabajo: Con la división del trabajo se da al mismo tiempo la distribución desigual,
tanto cuantitativa como cualitativamente del trabajo y sus productos. La división del trabajo lleva aparejada la
contradicción entre el interés del individuo concreto o una determinada familia y el interés común de todos los
individuos relacionados entre sí. La división del trabajo nos brinca ya el primer ejemplo de cómo, mientras los
hombres viven en una sociedad natural, mientras se da, por tanto, la separación del interés particular y el interés
común, mientras las actividades no aparecen divididas voluntariamente si no por modo natural, los actos propios del
hombre se erigen ante él en un poder ajeno y hostil, que le sojuzga en vez de ser él quien los domine.

Poder político y social

Por virtud de esta contradicción entre el interés particular y el interés común, cobra el interés común, en cuanto
Estado una forma propia e independiente, separada de los reales intereses particulares y colectivos, y al mismo
tiempo como una comunidad ilusoria, pero siempre sobre la base real de los vínculos existentes.

12
El poder social, la fuerza de producción multiplicada, que nace por obra de la cooperación de los diferentes
individuos bajo la acción de la división del trabajo, se les aparece a los individuos por no tratarse de una cooperación
voluntaria, sino natural, no como poder propio, sino como un poder ajeno, situado al margen de ellos, que no saben
de dónde procede ni a dónde se dirige y que, por tanto, no pueden ya dominar, sino que recorre, por el contrario,
una serie de fases y etapas de desarrollo peculiar e independiente de la voluntad y los actos de los hombres y que
incluso dirige esa voluntad y esos actos.

Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época. La clase que ejerce el poder material
dominante en la sociedad, es al mismo tiempo su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los
medios para la producción material dispone con ello al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo
que hace que se le sometan, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente.
Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes.

En la concepción del proceso histórico, se separan las ideas de la clase dominante de esta clase misma, si se las
convierte en algo aparte e independiente, si nos limitamos a afirmar que en una época han dominado tales o cuales
ideas, sin preocuparnos lo más mínimo de las condiciones de producción ni de los productores de estas ideas,
podemos afirmas por ejemplo, que en la época en que dominó la aristocracia imperaron ideas de honor, lealtad, etc.
Mientras que en la dominación de la burguesía representó el impero de las ideas de la libertad, la igualdad, etc. Así
se imagina las cosas, por regla general la clase dominante. Esta concepción de la historia tropezará con el fenómeno
de que imperan ideas cada vez más abstractas.

El Manantial Marxista –Zeitlin (30023)

Marx restablece y emplea hábilmente premisas filosóficas que Comte detestaba con tanta intensidad. Marx
sustentaba un concepto del “hombre natural” –del ser humano individual, de sus necesidades y de su potencialidad
para el desarrollo- que no era diferente del de Rousseau y, en general de los pensadores iluministas.

El hombre creía Marx, es infinitamente perfectible. Las facultades esenciales del hombre tienen una capacidad
ilimitada de desarrollo. Las facultades creadoras latentes del hombre se hallaban sofocadas y reprimidas por la
situación propia de todas las sociedades clasistas. El sistema existente, el capitalismo, no solo estaba impidiéndole
realizar sus potencialidades humanas, sino que hasta lo despojaba de sus necesidades animales: el aire fresco, el
alimento, el sexo, etc. El hambre era una condición de privación impuesta por otros hombres. Así, Marx condenaba
el sistema capitalista por sus efectos sobre los seres humanos individuales.

Marx contemplaba la deshumanización del hombre como consecuencia de una alienación. La alienación era para
Hegel, un fenómeno exclusivamente mental, una condición en la que las propias facultades del hombre aparecen
como fuerzas o entidades independientes que controlan sus acciones. Marx no trató ya la alienación como un
fenómeno estrictamente filosófico-psicológico. Analizó la alienación como un fenómeno social manifiesto,
abordándolo en el contexto de relaciones sociales específicas y en un sistema sociohistórico también específico. El
proceso comienza con la separación de los hombres con respecto a sus medios de producción y subsistencia. Los
hombres son alienados de su propiedad y por lo tanto, para evitar morirse de hambre y convertirse en vagabundos
se ven obligados a vender su fuerza de trabajo a los empresarios capitalistas. El capitalista y el trabajador entran así
en una relación esencialmente instrumental. Las dos partes permanecen ajenas una a otra porque la relación se basa
en intereses antagónicos y condiciones de vida fundamentalmente diferentes. El obrero entonces comienza
consumir sus energías en la producción de objetos, su fuerza de trabajo se objetiviza en mercancías sobre las que no
tiene ningún control, cuanto más produce más pobre es. El obrero se relaciona con el producto de su trabajo como
un objeto extraño. El obrero pone su vida en el objeto, pero ahora su vida ya no le pertenece a él, sino al objeto. La
alienación del obrero con respecto a su producto no solo significa que su trabajo se convierte en un objeto, una
existencia externa, sino también que existe fuera de él, independientemente como algo ajeno a él y que se
transforma en un poder autónomo que lo enfrenta.
13
El obrero no tiene control sobre el proceso de producción o sus resultados, todo el proceso productivo es externo a
él y a sus necesidades humanas. El obrero solo se siente él mismo fuera de su trabajo, y en su trabajo se ve como
fuera de sí mismo. Experimenta el proceso de la producción como una actividad opresiva, como una pérdida de
libertad.

El establecimiento de lo que Marx llamaba comunismo no era un fin, sino un medio para que el hombre alcanzara
una mayor libertad y, por ende, una mayor humanidad. Llamamos comunismo al movimiento real que suprime el
presente estado de las cosas. Es la fase real necesaria de la próxima etapa de desarrollo histórico en el proceso de la
emancipación y la recuperación humanas. El hombre es un producto de las condiciones sociales que él mismo ha
creado, pero no es necesario que permanezca prisionero de tales condiciones.

Para Hegel la razón abarcaba la totalidad del universo. Todos sus ámbitos: el inorgánico como el orgánico, la
naturaleza lo mismo que la sociedad, estaban gobernados por la Idea y su lógica dialéctica. La razón era una fuerza
inmanente que se expresaba en el desenvolvimiento de la realidad. Para Hegel, la forma en que una cosa se
manifiesta directamente no constituye aún su forma verdadera. Lo que se ve en primera instancia es una condición
negativa, no las potencialidades reales de la cosa. Algo llega a ser verdadero solamente en el proceso de superar esta
negatividad.

Esta concepción dialéctica de la realidad influyó de manera definitiva en el pensamiento de Marx acerca de los
fenómenos sociales. El dominio de lo que es siempre debe ser criticado y puesto en tela de juicio para revelar sus
posibilidades intrínsecas. No se puede comprender el orden existente, y menos aún liberar sus posibilidades, si no se
le hace frente críticamente y por último se lo trasciende. Este enfoque se opone al del positivismo que considera los
hechos como verdaderos en la forma en que se dan inmediatamente. Marx como Hegel se negaban a limitar la
verdad a lo dado particular.

Marx al mismo tiempo que describe el hecho, expone la naturaleza materialista del orden vigente en el cual son en
particular las relaciones de producción las que forman y deforman las relaciones humanas y despojan al hombre de
su carácter humano. La afirmación de Marx es crítica, pues implica que la relación vigente entre la conciencia y la
existencia social es una relación falsa, que debe ser superada antes de que la relación verdadera pueda
manifestarse. La verdad de la tesis materialista debe realizarse en su negación. Su ideal era invertir la relación
prevaleciente entre el ser social y la conciencia social. Los hombres podían entonces comenzar a determinar de una
manera consciente su propio destino.

Las necesidades y la libertad del individuo tienen una importancia básica en el ideal de Marx, condena a toda
sociedad que imponga una división del trabajo sin considerar la necesidad de bienestar y de máxima realización de
todos y cada uno de los individuos. Esta es su principal crítica contra la sociedad de clases: crea una situación en la
que todo el destino de un individuo está determinado por la clase a la que pertenece y la función que se le ha
asignado en el sistema de producción.

Lo que hay que evitar sobre todo es el restablecimiento de la Sociedad como una abstracción frente al individuo. El
individuo es el ser social. Su vida es pues una expresión y una confirmación de la vida social.

De Hegel pues, Marx tomó el énfasis en el pensamiento crítico negativo, que integró a su conciencia intelectual. Con
Marx, el pensamiento dialéctico no es solo crítico y revolucionario, si no también empírico y sociológico.

14
Las reglas del método sociológico –Durkheim (4203)

Hecho social como:

 Cosa: No decimos que los hechos sociales son cosas materiales, sino que son cosas con el mismo título que
las cosas materiales, aunque de otra manera. Es cosa todo objeto de conocimiento que no es naturalmente
penetrable para la inteligencia, todo aquello que no podemos darnos una idea adecuada por un simple
procedimiento de análisis mental, todo lo que no puede llegar a comprender más que a condición de salir de
sí mismo por vía de la observación y la experimentación.
 Exterior al individuo: Esta síntesis sui generis que constituye toda sociedad produce fenómenos nuevos,
diferentes de los que hay en las conciencias solitarias, por lo que, estos hechos específicos residen en la
sociedad misma que los produce y no en sus partes, es decir, sus miembros. Por tanto, son exteriores a las
conciencias individuales.
 Coercitivo: Imponen formas de pensar, sentir y vivir. La coacción social consiste en que no es debida a la
rigidez de ciertas ordenaciones moleculares, sino al prestigio de que se hallan investidas ciertas
representaciones. Las costumbres, individuales y hereditarias tienen algunos aspectos de esta propiedad.
Ellas nos dominan, nos imponen creencias o prácticas, sólo que nos dominan desde dentro, porque están en
su integridad en cada uno de nosotros. Por el contrario, las creencias y prácticas sociales actúan sobre
nosotros desde el exterior: el ascendiente ejercido por las unas y por las otras, es en el fondo, muy diferente.
Son cosas que tienen existencia propia. El individuo las encuentra completamente formadas y no puede
hacer que no sean o que sean de otra manera, está obligado a tenerlas en cuenta y le es muy difícil
modificarlas.
 Generales: Un fenómeno no puede ser colectivo más que si es común a todos los miembros de la sociedad,
o por lo menos, a la mayoría de ellos, si es general. Es un estado del grupo que se repite en los individuos
porque se impone a los mismos. Está en cada parte porque está en el todo, pero no está en el todo porque
esté en las partes.
 Movible y observable

Definición de hecho social: Consisten en formas de obrar, pensar y sentir, exteriores al individuo y que están dotados
de un poder de coacción en virtud del cual se le imponen.

Diferenciación con la psicología: Los hechos sociales no difieran tan sólo en calidad de los hechos psíquicos, ellos
tienen otro sustrato, no evolucionan en el mismo medio, no dependen de las mismas condiciones. Esto no quiere
decir que no sean, ellos también, psíquicos de alguna manera, puesto que todos consisten en maneras de pensar o
de obrar. Pero los estados de la conciencia colectiva son de otra naturaleza que de la conciencia individual, son
representaciones de otra clase. La mentalidad de los grupos no es la de los particulares, tiene sus leyes propias. Por
tanto, las dos ciencias son claramente distintas.

Institución: Todas las creencias y todos los modos de conducta instituidos por la colectividad.

Sociología: Ciencia de las instituciones, de su génesis y de su funcionamiento.

La educación tiene cabalmente por objeto hacer al ser social. Esta presión de todos los instantes que sufre el niño es
la presión misma del medio social que tiende a formarle a su imagen y semejanza, siendo los padres y los maestros
nada más que representantes e intermediarios.

Durkheim

Observa las siguientes consecuencias de la Revolución Industrial:

- Especialización de las sociedades industriales.

15
- Problema de orden social.
- Normas morales.
- Surgimiento de una nueva sociedad.
- Nuevas formas de cohesión social.
- Formación del movimiento obrero

Pretende instaurar la sociología como disciplina científica.

Delimitar el objeto de estudio para diferenciarse de otras ciencias afines (filosofía y psicología)

División del trabajo social

 Estudio comparado y arquetípico de las sociedades humanas.


 La cuestión moral de la división del trabajo y la especialización
 Estudio de los tipos de solidaridad: el problema del vínculo social.

Regla del método: Un hecho social solo se explica por otro hecho social, no se puede explicar por un hecho
individual.

Extrañamiento: Como modo en que el sociólogo tiene que abordar los hechos sociales.

Método para estudiar, analizar los hechos sociales teniendo como fin la comparación:

Reglas

1°  Definir el objeto que se va a estudiar.

2° Observación.

3° Construcción de tipos  Experimentar.

4° Construcción de índices a través de indicadores (ingresos, nivel educativo)

5° Comparación de índices, mediciones. Medidores de regularidades.

División de trabajo (en Giddens ficha 30019)

El crecimiento de la división de trabajo se produce cuando los segmentos sociales pierden su individualidad, a
medida que los límites entre ellos se vuelven menos marcados. La vida social, en lugar de hallarse concentrada en un
gran número de centros separados y pequeños, se generaliza. Las relaciones intrasociales se vuelven más
numerosas, ya que se extienden más allá de sus límites originales. Se desarrolla la división del trabajo cuando hay
más individuos suficientemente en contacto como para estar en condiciones de actuar y reaccionar uno sobre otro.

División de trabajo está relacionada con Densidad Moral (no pueden crecer una sin la otra) que implica a su vez,
Densidad Poblacional.

Clasificación de las sociedades:

Sociedad NO diferenciada

La solidaridad es mecánica porque es a través de las semejanzas de los individuos, las ideas y tendencias comunes
entre los individuos son más fuertes, más intensas y la conciencia colectiva se ve más envuelta en la conciencia de
los individuos.
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Sociedad diferenciada.

A partir de que las sociedades van creciendo se van especializando y diferenciándose cada vez más, desarrollándose
así la individualidad, haciendo la sociedad más heterogénea. Aquí se desarrolla la solidaridad orgánica, a medida que
la sociedad crece sus elementos tienen más libertad de acción. Funciona como un organismo, cada órgano tiene su
carácter y su autonomía especiales. Esta solidaridad se da en el desarrollo de la división del trabajo. Cada individuo
depende más directamente de la sociedad a medida que el trabajo se divide más, pero por otro lado, la actividad de
cada individuo se vuelve más personalizada en la medida de que es más especializada.

Sociedad NO diferenciada = Solidaridad Mecánica (por semejanza)

Aumento de población } Densidad Poblacional

Aumento de Densidad Moral

Especialización

Sociedad Diferenciada = Solidaridad Orgánica (por diferencia)

desarrollo de División del Trabajo

implica

conflicto, competencia entre individuos.

El suicidio –Durkheim (4223)

Durkheim llama suicidio a todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente, de un acto, positivo o
negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo ella que debía producir ese resultado. Hay suicidio cuando la
víctima en el momento en que realiza el acto que debe poner fin a su vida, sabe con toda certeza lo que tiene que
resultar de él…un hombre que conscientemente se expone por otro, sin que tenga certeza de un desenlace mortal,
no es un suicida, aun en la hipótesis de que llegue a sucumbir, y lo mismo ocurre con el imprudente que juega con la
muerte, tratando de evitarla, o con el apático que no interesándose vivamente por nada, no se impone el cuidado de
conservar su saludo y la compromete con su negligencia.

El suicidio como hecho social: Durkheim elabora la teoría de que el suicidio es un hecho social debido a que
considera el conjunto de los suicidios cometidos en una sociedad dada, durante un tiempo determinado, luego
comprueba que el total obtenido no es una simple adición de fenómenos, sino que constituye por sí mismo un hecho
social nuevo y sui generis, que tiene unidad y su individualedad y como consecuencia su naturaleza propia y social. A
partir de esto concluye que para cada grupo social existe una tendencia específica al suicidio. Hace un estudio
estadístico en el que la cifra de suicidios expresa un sistema de hechos, único y determinado. De esta manera
establece que el suicidio depende necesariamente de causas sociales y constituye por esto un fenómeno colectivo.

Causas sociales y tipo sociales: Métodos para determinarlos

Para cada grupo social existe una tendencia específica al suicidio, que nos basta a explicar la constitución orgánico-
sociológica de los individuos y la naturaleza del medio físico. El suicidio debe depender necesariamente de causas
sociales y constituir por esto un fenómeno colectivo.
17
Si encontramos en todos los mismos caracteres esenciales, se los refundiría en uno solo y de la misma clase. Se
constituiría un cierto número de especies, según sus semejanzas y diferencias. Por cada tipo distinto que se
reconociese se admitiría una correspondiente corriente suicidógena, cuya causa e importancia respectiva se trataría
en seguida de determinar. Solo puede haber tipos diferentes de suicidios en cuanto sean diferentes las causas de
que dependan.

Es preciso tomar como objeto directo del análisis la cifra social, e ir del todo a las partes.

Para determinar las causas nos preguntamos cuáles son los estados de los diferentes medios sociales (confesiones
religiosas, familia, sociedad, política, grupos profesionales, etc.) que determinan las variaciones del suicidio.

El suicidio egoísta

El suicidio varía en razón inversa del grado de integración de la sociedad: religiosa, doméstica y/o política. El suicidio
varía en razón inversa del grado de integración de los grupos sociales de que forma parte el individuo. Cuanto más
debilitados son los grupos a los que pertenece, menos depende de ellos, más se exalta a sí mismo para no reconocer
otras reglas de conducta que las fundadas en sus intereses privados. El suicidio egoísta entonces, es el tipo particular
de suicidio que resulta de una individuación desmesurada.

El suicidio altruista

Aquel tipo de suicidio que resulta de una excesiva integración en el grupo social y una escaza individualidad. Los
individuos creen que es un deber matarse, una cuestión de honor, la sociedad hace presión para que él se destruya.
El yo no le pertenece, se confunde con otra cosa que no es él (el grupo social) El polo de su conducta está situado
fuera de él, en uno de los grupos del que forma parte.

El suicidio anómico

Resulta de un desordenamiento, de una perturbación en el grupo social que hace que el individuo no tenga límites.
La sociedad se haya sin una autoridad moral que ponga los límites necesarios a los individuos. La sociedad debe
tener un poder de moderación, de reglamentación de los individuos. Bajo esta presión cada uno, en su esfera, se da
cuenta vagamente del punto extremo a donde pueden ir sus ambiciones y no aspira más allá.

Durkheim establece comparaciones a partir de indicadores como la religión, la política y la unidad doméstica,
estableciendo cuán grado de integración tienen los individuos en ellas. Además compara la cifra de suicidios en
distintos países de Europa y en diferentes épocas y si corresponden en mayor o menor cantidad a mujeres y
hombres, según el país, si son solteros, casados, con o sin hijos, divorciados o viudos. A partir de esto va
estableciendo las causas sociales por las cuales las personas se suicidan: individualización desmesurada, integración
colectiva excesiva, falta de normas y límites. Y así hace la clasificación de los tipos de suicidios: egoísta, altruista y
anómico. A cada tipo de suicidio le corresponde una constitución moral determinada que es solidaria a él. No puede
existir el uno sin el otro porque el suicidio es la forma que necesariamente toma cada una de ellas en ciertas
condiciones particulares, pero que no puede dejar de producirse. El suicidio es un elemento de su constitución
normal de toda construcción social.

El capitalismo y la moderna teoría social (cap 5, 6 y 7) –Giddens (4253)

Capítulo 5

Saint Simon y Comte constituyen el fundamento principal del conjunto de los escritos de Durkheim. La teoría de
Darwin sobre la evolución biológica ofreció un estímulo completamente nuevo a la elaboración de teorías
organicistas.

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Contrato social: Un contrato no se basta así mismo. Si no fuera por la existencia de las normas sociales que
proporcionan el marco dentro del cual se hacen los contratos, un caos incoherente, reinaría en el mundo económico.

Todas las acciones morales, para Durkheim, tienen dos aspectos: la atracción positiva, atracción a un ideal o
conjunto de ideales; y los caracteres de obligación y coacción.

Capítulo 6

La distribución del suicidio en los países de Europa occidental muestra una estrecha relación entre índices de suicidio
y adscripción religiosa: los índices en los países predominantemente católicos son más bajos que en los países
principalmente protestantes. La explicación debe buscarse en diferencias enraizadas más genéricamente en la
organización social de las dos Iglesias. El protestantismo se funda en la promoción de un espíritu de libre examen. La
iglesia católica se constituye alrededor de la jerarquía tradicional del sacerdocio, cuya autoridad obliga en materia
de dogma religioso. El protestantismo es una iglesia con una integración menos firme que el catolicismo. El grado de
integración en los demás aspectos de la sociedad se relaciona con las cuotas de suicidio de una manera semejante.

El intento de Durkheim de definir la especificidad de lo social se basa en los famosos criterios de exterioridad y
coerción. Los hechos sociales son externos al individuo en dos sentidos conexos: en primer lugar, todo hombre nace
dentro de una sociedad en marcha que ya tiene una organización o estructura determinada, lo cual condiciona su
propia personalidad; en segundo lugar, los hechos sociales son externos al individuo en el sentido en que cualquier
individuo es sólo un elemento dentro de la totalidad de relaciones que constituyen a una sociedad. Ningún individuo
singular crea estas relaciones, sino que se componen de múltiples interacciones entre individuos.

Durkheim aplica un criterio empírico para especificar los hechos sociales: la presencia de la coerción moral. En la
mayoría de las circunstancias los individuos aceptan la legitimidad de la obligación, y de este modo no perciben
conscientemente su carácter coercitivo.

Capítulo 7

Según el autor, el Estado no es ni superior a la sociedad, ni tampoco una mera carga parasitaria a costa de ella, si
reglamenta algo más que las relaciones puramente económicas. Según Durkheim el Estado ejerce y debe ejercer
funciones morales, pero esto no entraña, por otro lado, la subordinación del individuo al Estado. Hay anomía en el
sistema profesional en la medida en que falta integración moral en los puntos neurálgicos de la división del trabajo:
los puntos de articulación e intercambio entre los distintos estratos o niveles profesionales. Una de las principales
funciones de las asociaciones profesionales sería fortalecer la reglamentación moral en estos puntos y fomentar así
la solidaridad orgánica.

Durkheim sobre la división del trabajo social –Giddens (30019)

No debemos decir que una acción hiere la conciencia colectiva porque es criminal, sino más bien que es criminal
porque hiere la conciencia colectiva. No la condenamos porque es un crimen, sino que es un crimen porque la
condenamos.

El castigo es, primero y principal, una reacción emocional. Cuando el castigo se aplica solamente a la gente, a
menudo se extiende más allá de la parte culpable y alcanza a la inocente: su esposa, sus hijos, sus vecinos, etcétera.
Esto ocurre porque la pasión que es el espíritu del castigo, cesa solamente cuando se extingue; en consecuencia, si
después de que ha destruido a quien la había provocado inmediatamente, todavía conserva su fuerza, se expande de
un modo mecánico. El castigo ha cambiado su carácter: ya no es para vengarse a sí misma que la sociedad castiga, es
para defenderse. Castiga no porque el castigo le ofrezca una satisfacción intrínseca sino porque el temor al castigo
puede paralizar a aquellos que contemplan el mal. Ya no es la ira sino una bien mentada precaución la que
determina la represión.

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Los sentimientos en cuestión derivan su fuerza del hecho de que son comunes a todos, son fuertes porque no están
cuestionados. Es el hecho de ser universalmente respetados el que les da el respeto específico que obtienen. Ahora
bien, el crimen es posible solo si este respeto no es verdaderamente universal. Consecuentemente implica que no
son absolutamente colectivos y, esto daña esta unanimidad que es la fuente de la autoridad. Si, entonces, cuando
tiene lugar un crimen, los individuos a los que ofende no se unen para manifestar lo que comparten en común y para
afirmar que el caso es anómalo, se verán permanentemente agitados, porque deben fortificarse ellos mismos por el
seguro común de que todavía están unidos. El único medio para realizar esto es la acción común. Como es la
conciencia colectiva la atacada, debe ser ella la que resista y, consecuentemente, la resistencia debe ser colectiva.

Encuentro con Max Weber –Poggi (4264)

Weber

Principios de su antropología filosófica: Según Weber, la particularidad más significativa de la especie humana es el
hecho de que los seres humanos están por una parte necesitados y por la otra habilitados a colocarse a sí mismos y a
obrar en la realidad que los circunda sobre la base de una atribución de significado a esa realidad. Sin embargo, la
atribución de significados precisamente para desarrollar la tarea de ordenar la realidad por el sujeto, no debe ser
vista por éste como una interpretación cualquiera, el hombre por su naturaleza inscribe significados sobre la
realidad, pero debe ilusionarse de leer esos significados en la realidad.

La concepción weberiana tiene dos importantes consecuencias metodológicas estrechamente conectadas: En primer
lugar, el proceso de atribución o interpretación de significados es inevitablemente un proceso mental, por lo tanto
individual. Por eso el entendimiento científico de los sucesos específicamente humanos no puede sino rehacerse,
directa o indirectamente, a través de eventos y estructuras en último término individuales, reconducibles al hacer y
al sufrir de los individuos singulares. Este principio se denomina individualismo metodológico. En segundo lugar, el
momento molecular de la realidad histórico-social estudiada por las ciencias de la cultura es la acción, es decir un
comportamiento individual específicamente humano dotado de significado, cargado de valencias subjetivas,
orientado por procesos interpretativos. Es posible alcanzar intelectualmente otras acciones mediante la
comprensión.

La comprensión para Weber: Es la imputación de sentido a la acción dirigida hacia el exterior (acción social). La
interpretación que plantea no es de tipo psicológica, sino que para él se puede desarrollar una interpretación
intersubjetiva, es decir, en la relación de los individuos y no en su individualidad. La acción está condicionada por la
acción del otro y cómo se influyen mutuamente según sus efectos. Intenta explicar cada fenómeno de acuerdo con
las relaciones particulares de cada caso que lo ligan con otros fenómenos.

Weber se aparta de la posición opuesta, según la cual no hay o no debería haber, diferencias sustanciales entre los
conceptos de las ciencias culturales y los de las ciencias naturales. Según Weber las ciencias culturales deben
construir y emplear conceptos cuya relación con los fenómenos es diferente y que él sugiere llamar tipos ideales.
Ellos caracterizan los sucesos concretos considerándolos como aproximaciones empíricas a un conjunto de rasgos
postulado por el estudioso para simplificar cognoscitivamente las variaciones concretas presentes en la realidad,
con la conciencia de que ninguna de estas variaciones refleja precisa y exclusivamente alguno de esos tipos.

Función de los tipos ideales: Sirven para indicar entre cuáles extremos abstractos se coloca la concreta, y
extremadamente, multiforme, realidad de los fenómenos histórico-sociales. Cada tipología extirpa y contrapone las
soluciones de máxima a las que se presta un determinado problema histórico y cultural.

Aplica su método a partir de los tipos ideales, usándolos como modelo o constructo para poder interpretar la acción
social y analizar la realidad en base a ciertas características.

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4 tipos ideales o de acción:

Tradicional: Acción que hacemos automáticamente por una costumbre arraigada, se evalúa el pasado y se
intenta repetir ciertos hábitos o conductas. P. ej.: lavarse los dientes.
Afectiva: Satisface necesidades emocionales, generan una reacción emocional, es irracional.
Racional con arreglo a valores: Actúa en base a la fidelidad en sus creencias. Es racional pero siempre influye
un valor.
Racional con arreglo a fines: Actúa midiendo los medios más convenientes para alcanzar un fin sin que le
afecten los valores, no los considera para guiar su acción.

Tipologías construidas de este modo pueden servir a un fin genérico, sugerir cómo es de variada la realidad a la que
se refiere y, al mismo tiempo, indicar los límites de esa variación.

Así como Weber la concibe y la practica, la sociología trasciende el contraste que otros ven insalvable entre el
proyecto de comprender los fenómenos sociales, interpretándolos con referencia a las intenciones y a los
significados del actuar individual y la ambición de explicarlos. Asigna precisamente a la sociología la tarea de explicar
interpretando, y por otro lado, excluye que la explicación en cuestión pueda remontarse a leyes universales que
gobiernan los sucesos humanos y que se dejan individualizar y enunciar.

No es posible acceder a la totalidad de los fenómenos, ni individualizar un sentido totalizador de ellos distinto del
que les atribuye el sujeto, ni una dirección necesaria de su desarrollo. La realidad social es intrínsecamente
contingente. Lo máximo que se puede hacer es individualizar, provisoria e hipotéticamente ciertas regularidades de
su desarrollo pasado y ciertas tendencias de su desarrollo actual, sin ilusionarse acerca de que las primeras hayan
sido absolutamente necesarias ni de que las segundas sean ineluctables.

Weber y la imputación de causalidad: Weber procede en su análisis metodológico siguiendo la línea kantiana de
interpretación de la realidad social: la totalidad de las relaciones causa-efecto es conceptualmente inagotable, por
lo tanto, a explicación restringe a una serie finita de elementos determinada por un punto de vista. De este modo,
se logran garantizar las dos condiciones de objetividad: La primera, las ciencias histórico-sociales no deben recurrir a
presupuesto que impliquen una forma de posición valorativa y la segunda, deben verificar sus propias afirmaciones
mediante la explicación causal.

Acción colectiva: Se da a partir de la conformación de grupos o como llama él “Stand” que surgen cuando una
pluralidad de individuos se ve atravesada por valores comunes y comparten determinados intereses y es capaz de
obrar colectivamente en vista de ellos. Cada Stand está unido por ciertas líneas de acción compartidas, pero al tratar
de afirmar sus intereses, tiende a encontrarse y chocar con otros Stande. Normalmente, un Stande prevalece sobre
otro al punto de poderle imponer la prioridad de sus propios intereses materiales o ideales. Esto va a depender de
las relaciones de poder entre los Stand.

Weber define poder como la probabilidad que tiene un hombre o un grupo de imponer su propia voluntad en una
acción comunitaria, inclusive contra la oposición de los demás miembros. Diferentes formas de poderes:

Poder político-militar: Se funda sobre la violencia organizada y se revela en la capacidad de enfrentar y derrotar en el
campo el desafío de un enemigo armado, o de suprimir, reprimir, derrotar, la tentativa que un grupo haga de
subvertir con la violencia el orden constituido. Lo que da cuenta es el quantum de recursos a empeñar precisamente
en la acción violenta a disposición de las partes enfrentadas, más la capacidad de movilizar esos recursos y arrojarlos
contra los del adversario.

Poder económico: Se basa sobre recursos relativos a la producción y distribución de la riqueza material; un grupo
que se apropia de las riquezas estratégicamente más significativas en una determinada situación, excluyendo de
ellas a los otros grupos, puede de ese modo limitar fuertemente la autonomía de aquellos y posiblemente
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constreñirlos para sobrevivir y a prestar pues, actividades económicas en condiciones de inferioridad y
subordinación.

Poder ideológico: Se basa sobre recursos relativos a los medios de interpretación o significación que son apropiados
para reducir a una posición inferior a los grupos que quedan privados de ellos.

La relación entre Stande, entre grupos que operan en presencia unos de los otros: Históricamente uno de estos
grupos llega a imponerse como depositario y como instrumento de un mensaje autorizado de tal forma como para
deber ser considerado válido también por otros grupos, por todos los grupos, el mismo se impone como fuente
primaria de una definición en lo posible compartida y aceptada, de lo que es y de lo que debe ser. El recurso
fundamental en la contienda es la capacidad, para un determinado grupo, de hacer valer como sagrados los propios
modos de entender la realidad, los propios valores, y por ello de hacerlos valer como premisas y criterios del
accionar en general. Es decisivo pues, el momento simbólico: para vencer un grupo debe hacer valor los propios
modos de pensar, de tomar la actitud, de comportarse, el propio estilo de existencia, como una representación
válida del orden trascendente que expresa y comunica las características y las reglas de ese orden.

Los estilos de vida en su conjunto se vuelven un sistema de status, un complejo ordenado de posiciones sociales
diferenciadas y jerárquicamente ordenadas, cada una caracterizada por incumbencias específicas y obligaciones
específicas.

Posee poder un grupo que haya logrado hacer valer la superioridad intrínseca de un mensaje –de un particular modo
de interpretar la realidad y de estatuir el “debe ser” de los individuos- al que ha servido de fuente y de instrumento,
y que en consecuencia ocupe una posición privilegiada dentro de un sistema de status generalmente aceptado.

El poder está distribuido dentro de la comunidad en las clases, grupos y los partidos.

Clases: La proporción en que, por la acción de masas de los pertenecientes a una clase, se origina una acción
comunitaria y eventualmente ciertas socializaciones, depende de condiciones culturales, especialmente del tipo
intelectual y de la intensidad alcanzada por los contrastes de las probabilidades de vida. La acción comunitaria que
le da origen no es fundamentalmente una acción realizada por los pertenecientes a la misma clase, sino una acción
entre miembros de diferentes clases.

Partidos: Se forman en la esfera de las relaciones políticas, que dan lugar a las diferencias entre grupos en el acceso a
los medios de destrucción y coacción. La acción de los partidos se diferencia de la de las clases y los estamentos ya
que comprende siempre una socialización, supone la unión de intereses con igual motivación y se dirige a fines
metódicamente establecidos, sean o no personales.

Grupos: Se forman en la esfera de las relaciones culturales y sociales. Los que pertenecen a grupos diversos gozan,
en general, de un prestigio diferente, de una credibilidad moral diferente, en la medida en que el estilo de existencia
propio de cada grupo refleja ciertos valores culturales ampliamente compartidos, ciertos modos autorizados de
definir la realidad, de concebir una vida humana digna. El componente de poder de las relaciones que se establecen
entre los grupos cuando un grupo superior puede excluir a los inferiores del acceso a bienes, prácticas,
conocimientos que lo caracterizan, imponer a los otros respetar ciertas distancias y efectuar ciertos servicios para
dicho grupo.

Estos tres tipos de agrupamiento pueden coexistir en un contexto histórico determinado, incidiendo en dimensiones
distintas del mismo. Un individuo puede encontrarse en una posición de ventaja en una dimensión y en una posición
de desventaja en las otras. Es por esto que se dice que Weber tiene una concepción multidimensional de la
desigualdad social, distinguiéndola de la unidimensional atribuida en cambio a Marx.

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Diferencia entre Weber y Marx: Marx acentúa la formación y colocación de las clases entre los procesos de
producción, Weber las refiere también a otros procesos económicos mediados por el mercado. Para Weber la
historia en su conjunto demuestra también la incidencia estratégica de agrupamientos distintos de las clases, por
consiguiente los grupos y partidos que obran en la esfera respectiva de las relaciones socio-culturales y en la de las
relaciones políticas y de sus conflictos.

Las interacciones entre grupos son en parte ocasionadas, mediadas, estructuradas por características relativamente
constantes y autónomas del contexto en cuanto tal. Dentro de ciertas condiciones los resultados de las interacciones
de grupo se solidifican y depositan arreglos, reglas, recursos, expectativas, recompensas, sanciones que desde un
cierto punto en adelante orientan y controlan las interacciones sucesivas de los grupos y mediante éstas, influyen y a
veces modifican las mismas características de los grupos en cuanto tales.

Weber propone un análisis funcional que enfrenta los problemas y las necesidades de un conjunto social
considerado como un todo, pero no en el sentido de que ese todo sea concebido como necesariamente armónico, y
que sus problemas y necesidades se impongan necesariamente a las partes, subordinándolas a sí mismo.

Concepción de sociedad: La configuración del todo social en su conjunto es el producto contingente de los
encuentros, acomodamientos, de los choques entre estrategias independientes y en buena parte contrastantes de
los Stände, de las prioridades que se establecen sobre la base de tales encuentros, acomodamientos, choques.

Se da el Estado solo si y en cuanto la conducta recíproca de innumerables individuos se adecua a ciertas


expectativas, traduce ciertos modos, justamente “estatales”, de formar, realizar, obedecer las decisiones políticas.

La ética protestante y el espíritu del capitalismo –Max Weber (30025)

Origen del capitalismo moderno

Weber afirma que el capitalismo moderno se realizó gracias a la racionalidad del trabajo proveniente de la
concepción religiosa del protestantismo (en Occidente) A diferencia de Oriente, donde faltan los conceptos de
burgués y proletariado, precisamente porque faltaba la organización del trabajo racional libre como industria. Esta
racionalidad del trabajo, característica de Occidente, tiene origen en una estructura religiosa, el protestantismo, que
se erige en principio unificador y organizador de la vida social. El protestantismo enuncia el concepto de profesión,
diciendo que Dios les da ciertos talentos o dones a los hombres y que éstos deben honrarlo desarrollándolos en la
profesión, en el trabajo. La riqueza y el goce, para esta religión son reprobables, ya que significan desperdiciar el
tiempo de honrar a Dios. El tiempo es infinitamente valioso ya que toda hora perdida supone una hora que se roba
al trabajo en servicio de la gloria de Dios. La riqueza para a ser aceptada moralmente solo cuando es invertida,
cuando es usada productivamente y no cuando se gasta en el goce. La riqueza es reprochable sólo en cuanto incita a
la pereza corrompida y al goce sensual de la vida, y el deseo de enriquecerse solo es malo cuando tiene por fin
asegurarse una vida despreocupada y cómoda y el goce de todos los placeres; pero como ejercicio del deber
profesional, no sólo es éticamente lícito, sino que constituye un precepto obligatorio. La mendicidad por parte de los
hombres capacitados para el trabajo no sólo es reprochable moralmente, como uno de los pecados capitales (la
pereza) sino que incluso va también contra el amor al prójimo. Por uso irracional de la riqueza se entendía sobre
todo el aprecio de las formas ostentosas de lujo, de las que tanto gustó el feudalismo, en lugar de la utilización
racional y utilitaria querida por Dios, para los fines vitales del individuo y la colectividad. El concepto de confort
comprende de modo característico el circulo de los fines éticamente lícitos, quienes fueron los primeros
representantes de esta concepción de vida fueron los quáqueros: al oropel y relumbrón del fausto caballeresco que,
apoyado en la insegura base económica, prefiere la elegancia deslucida a la sobria sencillez, se opone ahora el ideal
de la pulcra y sólida comodidad del home burgués. El poder ejercido por la concepción puritana de la vida no solo
favoreció la formación de capitales, sino, lo que es más importante, fue favorable sobre todo para la formación de la
conducta burguesa y racional de la que el puritano fue el representante típico y más consecuente; dicha concepción

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asistió el nacimiento del moderno “hombre económico”. Esta religión pasó a ser un sistema de autocontrol
económico. Las creencias y las normas morales que el protestantismo enuncia, pronto son tomadas por la economía
y por el capitalismo principalmente. La vocación (ética y religiosa) y el oficio (actividad económica) se confunden
como medios a través de los cuales se expresa la bendición de Dios y se realiza el destino de los humanos. Por ello, el
protestantismo fue el impulsor del desarrollo del capitalismo moderno Occidental.

El capitalista aventurero ha existido en todo el mundo. Sus probabilidades eran siempre de carácter irracional y
especulativo o bien se basaban en la adquisición por medios violentos, ya fuese el despojo realizado en la guerra en
un momento determinado, o el despojo continuo y fiscal explotando a los súbditos. Pero hay una forma de
capitalismo en Occidente que no se conoce en ninguna otra parte: la organización racional-capitalista del trabajo
formalmente libre. La organización industrial racional, la que calcula las probabilidades del mercado y no se deja
llevar por la especulación irracional o política, no es la manifestación única del capitalismo occidental. La moderna
organización racional del capitalismo no hubiera sido posible sin la intervención de dos elementos determinantes de
su evolución: la separación de la economía doméstica y la industria y la consiguiente contabilidad racional.

En la actualidad, todas estas características del capitalismo occidental deben su importancia a su conexión con la
organización capitalista del trabajo. Pues sin organización capitalista del trabajo, todo incluso la tendencia a la
comercialización, no tendría ni remotamente un alcance semejante al que hoy tiene, solo es posible sobre la base del
trabajo libre.

El problema central es más bien el origen del capitalismo industrial burgués con su organización racional del trabajo
libre. Se trata de un racionalismo específico y peculiar de la civilización occidental. Por ejemplo racionalizaciones de
la contemplación mística, como las hay de la economía, de la técnica, del trabajo científico, de la educación, de la
guerra, de la justicia y de la administración. A esto se denomina procesos de racionalización, lo característico de su
diferenciación histórica y cultura es precisamente cuáles de estas esferas y desde qué punto de vista fueron
racionalizadas en cada momento.

El objetivo de Weber es el de determinar la influencia de ciertos ideales religiosos en la formación de una mentalidad
económica, de un ethos económico, fijándonos en el caso concreto de conexiones de la ética económica moderna
con la ética racional del protestantismo ascético. Las más importantes religiones habidas en el mundo guardan
conexiones con la economía y la estructura social del medio en que nacieron; pues solo así es posible declarar qué
elementos de la ética económica religiosa occidental son imputables causalmente a dichas circunstancias
sociológicas, propias del Occidente y no de otra parte.

Núcleo III: Espacio social, relaciones de clase, poder y dominación entre la vieja y la nueva cuestión
social.

El manifiesto del partido comunista –Marx y Engels (4290)

Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases. Opresores y
oprimidos empeñados en una lucha ininterrumpida, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación
revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes. En los tiempos históricos nos
encontramos a la sociedad dividida casi por doquier en una serie de estamentos, dentro de cada uno de los cuales
reina, a su vez, una nueva jerarquía social de grados y posiciones.

En nuestra época, la época de la burguesía, se caracteriza por haber simplificado estos antagonismos de clase. Hoy,
toda sociedad tiende a separarse, cada vez más abiertamente, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes
clases antagónicas: la burguesía y el proletariado.

El régimen feudal de producción que seguía imperando no bastaba ya para cubrir las necesidades que abrían los
nuevos mercados. Vino a ocupar su puesto la manufactura. Los maestros de los gremios entre las diversas
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corporaciones fue suplantada por la división del trabajo dentro de cada taller. El invento del vapor y la maquinaria
vinieron a revolucionar el régimen industrial de producción. La manufactura cedió el puesto a la gran industria
moderna, y la clase media industrial hubo de dejar paso a los magnates de la industria, jefes de grandes ejércitos
industriales, a los burgueses modernos. La gran industria creo el mercado mundial.

La moderna burguesía es producto de un largo proceso histórico, fruto de una serie de transformaciones radicales
operadas en el régimen de cambio y producción. La burguesía forma en la “comuna” una asociación autónoma y
armada para la defensa de sus intereses. Implantada la gran industria y abiertos los cauces del mercado mundial, se
conquista la hegemonía política y crea el moderno Estado representativo. Hoy, el poder público viene a ser el
Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa.

La burguesía al explotar el mercado mundial, da a la producción y al consumo de todos los países un sello
cosmopolita. Brotan necesidades nuevas que ya no bastan satisfacer, como en otro tiempo, los frutos del país, sino
que reclaman para su satisfacción los productos de tierras remotas. Ya no reina aquel mercado local y nacional que
se bastaba así mismo y donde no entraba nada de afuera, ahora, la red del comercio es universal y en ella entran,
unidas por vínculos de interdependencia, todas las naciones. Obliga a todas las naciones abrazar el régimen de
producción de la burguesía, las obliga a implantar en su propio seno la llamada civilización, a hacerse burguesas.
Crea un mundo hecho a su imagen y semejanza. La burguesía va aglutinando cada vez más los medios de producción,
la propiedad y los habitantes del país. Aglomera la población, centraliza los medios de producción y concentra en
manos de unos cuantos la propiedad.

Se desata una epidemia social: la epidemia de la superproducción. La sociedad posee demasiada civilización,
demasiados recursos, demasiada industria, demasiado comercio. Las fuerzas productivas de que dispone no sirven
ya para fomentar el régimen burgués de la propiedad, son ya demasiado poderosas para servir a este régimen, que
embaraza su desarrollo. Las condiciones sociales burguesas resultan ya demasiado angostas para abarcar la riqueza
por ellas engendrada.

El obrero obligado a venderse a trozos, es una mercancía como cualquiera, sujeta, por tanto, a todos los cambios y
modalidades de la concurrencia, a todas las fluctuaciones del mercado. El trabajador se convierte en un simple
resorte de la máquina, del que sólo se exige una operación mecánica, monótona, de fácil aprendizaje. Por eso, los
gastos que supone un obrero se reducen, sobre poco más o menos, al mínimo de lo que necesita para vivir y para
perpetuar su raza. Las masas obreras concentradas en la fábrica son sometidas a una organización y disciplina
militares. Cuanto menores son la habilidad y la fuerza que reclama el trabajo manual, es decir, cuanto mayor es el
desarrollo adquirido por la moderna industria, también es mayor la proporción en que el trabajo de la mujer y el
niño desplaza al del hombre. Socialmente, ya no rigen para la clase obrera esas diferencias de edad y de sexo. Son
todos, hombres mujeres y niños, meros instrumentos de trabajo, entre los cuales no hay más diferencia que la del
coste.

El proletariado recorre diversas etapas antes de fortificarse y consolidarse. Al principio son obreros aislados, luego
los de una fábrica, luego los de toda una rama de trabajo, los que se enfrentan, en una localidad, con el burgués que
personalmente los explota. En esta primera etapa, los obreros forman una masa diseminada por todo el país y
desunida por la concurrencia. El desarrollo de la industria no sólo nutre las filas del proletariado, sino que las aprieta
y concentra, sus fuerzas crecen, crece también la conciencia de ellas. Y al paso que la maquinaria va borrando las
diferencias y categorías en el trabajo y reduciendo los salarios casi en todas partes a un nivel bajísimo y uniforme,
van nivelándose también los intereses y las condiciones de vida dentro del proletariado. Los obreros comienzan a
coaligarse contra los burgueses, se asocian y unen para la defensa de sus salarios. Crean organizaciones permanente
s para pertrecharse en previsión de posibles batallas. El verdadero objetivo de estas luchas no es conseguir un
resultado inmediato, sino ir extendiendo y consolidando la unión obrera. Se convierten en un movimiento nacional,
en una lucha de clases.

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La burguesía lucha incesantemente: primero contra la aristocracia, luego contra aquellos sectores de la propia
burguesía cuyos intereses chocan con los progresos de la industria, y siempre contra a burguesía de los demás
países. Para librar estos combates no tiene más remedio que apelar al proletariado, reclamar su auxilio,
arrastrándolo así a la palestra política. Y de este modo, le suministra elementos de fuerza, es decir, armas contra sí
misma. Y así como antes una parte de la nobleza se pasaba a la burguesía, ahora una parte de la burguesía se pasa al
campo del proletariado. De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía no hay más que una
verdaderamente revolucionaria: el proletariado.

El movimiento proletaria es el movimiento autónomo de una inmensa mayoría en interés de una mayoría inmensa.
El proletariado, la capa más baja y oprimida de la sociedad actual, no puede levantarse, incorporarse, sin hacer
saltar, hecho añicos desde los cimientos hasta el remate, todo ese edificio que forma la sociedad oficial.

Economía y Sociedad –Max Weber (4291)

Por poder, Weber entiende, la probabilidad que tiene un hombre o una agrupación de hombres de imponer su
voluntad en una acción comunitaria, inclusive contra la oposición de los demás miembros. El poder no es
ambicionado sólo para fines de enriquecimiento económico. Pues el poder, puede ser valorado “por sí mismo” y con
gran frecuencia la aspiración a causa de él es motivada también por el honor social que produce. El honor social
(prestigio) puede constituir y ha constituido con gran frecuencia, la base hasta del mismo poder de tipo económico.

Llamamos “orden social” a la forma en que se distribuye el honor social dentro de una comunidad entre grupos
típicos pertenecientes a la misma.

Los fenómenos de la distribución de poder dentro de una comunidad están representados por las clases, los estamos
y los partidos.

Clases: representan solamente bases posibles y frecuentes de una acción comunitaria. Hablamos de clase cuando:

- Es común a cierto número de hombres un componente causal específico de sus probabilidades de existencia.
- Tal componente esté representado exclusivamente por intereses lucrativos y de posesión de bienes.
- En las condiciones determinadas por el mercado.

Además, excluye a los o poseedores de todos los bienes más apreciados en favor de los poseedores, y monopoliza
de hecho su adquisición por estos últimos. Por lo tanto, la posesión y la no posesión son las categorías
fundamentales de todas las situaciones de clase. Son intereses unívocamente económicos, intereses vinculados a la
existencia del mercado y los que producen la clase.

Toda clase puede ser la protagonista de cualquier posible acción de clase en innumerables formas, pero no de modo
necesario, ni tampoco constituye ninguna comunidad. En cambio la acción comunitaria no es una acción realizada
por los pertenecientes a una misma clase sino una acción entre miembros de diferentes clases.

Estamentos: Son comunidades pero de carácter amorfo. La situación estamental es todo componente típico del
destino vital humano condicionado por una estimación social específica –positiva o negativa- del “honor” adscrito a
alguna cualidad común a muchas personas. Poseídos y desposeídos pueden pertenecer al mismo estamento. El
honor correspondiente al estamento encuentra normalmente su expresión ante todo en la exigencia de un modo de
vida determinado a todo el que quiera pertenecer a su círculo. Con esto marcha paralela la limitación de la vida
social, hasta que el círculo así formado alcanza al mayor aislamiento posible. Está en marcha el estamento tan
pronto como se desarrolla una acción comunitaria consensual de este tipo. La organización de estamentos coincide
con un monopolio de bienes o probabilidades ideales y materiales que se manifiesta en la forma ya conocida por
nosotros como típica. Junto con el honor estamental especifico, que se basa siempre en la distancia y en el

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exclusivismo, junto con rasgos honoríficos como el privilegio de usar determinada indumentaria, de probar
determinados alimentos negados a otros, así como el privilegio de llevar armas, etc.

Partidos: Los partidos se mueven primariamente dentro de la esfera del poder. Su acción está encaminada al poder
social, es decir, tiende a ejercer una influencia sobre una acción comunitaria, cualquiera que sea su contenido. La
acción comunitaria de los partidos contiene siempre una socialización. Pues va siempre a un fin metódicamente
establecido, tanto si se trata de un fin objetivo o personal. Pero solo pueden existir partidos dentro de comunidades
de algún modo socializadas, es decir, de comunidades que poseen un ordenamiento racional y un “aparato”
personal dispuesto a realizarlo. Los medios para alcanzar el poder pueden ser muy diversos: empleo de violencia,
dinero, influencia social, sugestión, poder de la palabra, engaño.

Diferencias entre clases, estamentos y partidos: Las clases tienen su verdadero suelo patrio en el orden económico y
los estamentos en el orden social, por lo tanto en la esfera de la repartición del honor influyendo en el orden jurídico
y siendo a la vez influido por él. Los partidos se mueven en la esfera del poder. Las clases se organizan según las
relaciones de producción y de adquisición de bienes, los estamentos según los principios de consumo de bienes en
las diversas formas específicas de su manera de vivir.

Razones prácticas –Bourdieu (4225)

Solo se puede captar la lógica más profunda del mundo social a condición de sumergirse en la particularidad de una
realidad empírica históricamente situada y fechada.

Crítica al sustancialismo: La lectura sustancialista e ingenuamente realista, considera cada una de las prácticas o de
los consumos independientemente del universo de las prácticas sustituibles y que concibe la correspondencia entre
las posiciones sociales (o las clases pensadas como conjuntos sustanciales) y las aficiones o las prácticas como una
relación mecánica y directa. El modo del pensamiento sustancialista que es el del sentido común –y del racismo- y
que conduce a tratar las actividades o las preferencias propias de determinados individuos o determinados grupos
de una sociedad determinada en un momento determinado como propiedades sustanciales, inscrita de una vez y
para siempre en una especie de esencia biológica o cultural, conduce a los mismos errores en la comparación ya no
entre sociedades diferentes sino entre periodos sucesivos de la misma sociedad.

Hay que evitar transformar en propiedades necesarias e intrínsecas de un grupo las propiedades que les incumben
en un momento concreto del tiempo debido a su posición en un espacio social determinado y en un estado
determinado de la oferta de los bienes y de las prácticas posibles. Cada momento de cada sociedad, un conjunto de
posiciones sociales que va unido por una relación de homología a un conjunto de actividades o de bienes a su vez
caracterizados relacionalmente.

Análisis relacional comparativo: Análisis de la relación entre las posiciones sociales, las disposiciones (o los habitus) y
las tomas de posición, las elecciones que los agentes sociales llevan a cabo en los ámbitos más diferentes de la
práctica. La comparación solo es posible de sistema a sistema y la investigación de las equivalencias directas entre
rasgos tomados en estado aislado puede conducir a identificar indebidamente propiedades estructuralmente
diferentes o a distinguir equivocadamente propiedades estructuralmente idénticas.

Espacio social: Conjunto de posiciones distintas y coexistentes, externas unas a otras, definidas en relación unas de
otras, por su exterioridad mutua y por relaciones de proximidad, de vecindad o alejamiento y asimismo por
relaciones de orden, como por encima, por debajo y entre.

Los agentes se distribuyen en el espacio social en función de su posición en él bajo dos principios de diferenciación:
El capital económico y el capital cultural. Los agentes tienen tantas más cosas en común cuanto más próximos están
en ambas dimensiones y menos cuanto más alejados. Los agentes están distribuidos según el volumen global del
capital que poseen bajo sus diferentes especies y en la segunda dimensión según la estructura de su capital, es decir
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según el peso relativo de las diferentes especies de capital, económico y cultural, en el volumen total de su capital.
Así, en la primera dimensión, los poseedores de un volumen de capital considerable, como los empresarios, se
oponen globalmente a los que carecen de capital económico y capital cultural, pero desde otra perspectiva: los
catedráticos (más ricos en capital cultural que en capital económico) se oponen con mucha fuerza a los empresarios
(más ricos en capital económico que en capital cultural)

Volumen global determinado Posición en el espacio social Habitus

+ estructura del capital Determina el modo de vida

del sujeto. Experiencia de vida.

Fracciones de clases diferentes Diferencias e/ sujetos.

Prácticas y lenguaje.

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El espacio de las posiciones sociales se retraduce en un espacio de tomas de posición a través de disposiciones o
habitus. Habitus es ese principio generador y unificador que retraduce las características intrínsecas y relacionales
de una posición en un estilo de vida unitario, es decir, un conjunto unitario de elección de personas, de bienes y de
prácticas. También son esquemas clasificatorios, principios de clasificación, principios de visión y división, aficiones,
diferentes. Establecen diferencias entre lo que es bueno y lo que es malo, entre lo que está bien y lo que está mal,
entre lo que es distinguido y lo que es vulgar, pero no son más que diferencias para unos y otros.

Posiciones sociales, disposiciones (habitus) y tomas de posición: Estos tres conceptos determinan las propiedades
que incumben a los sujetos en un momento concreto de tiempo debido a su posición en el espacio social
determinado y al estado determinado de la oferta de los bienes y prácticas posibles. En cada momento de cada
sociedad intervienen un conjunto de posiciones sociales que ha unido a un conjunto de actividades o de bienes, a su
vez caracterizados relacionalmente. Esta es la relación que hay entre posiciones sociales, disposiciones o habitus y
las tomas de posición (las elecciones que los agentes sociales llevan a cabo en los ámbitos más diferentes de la
práctica)

Para Bourdieu lo que existen en el mundo social son relaciones, no interacciones o vínculos intersubjetivos entre
agentes, si no relaciones objetivas que existen independientemente de la conciencia y de la voluntad individuales.

Clases teóricas y clases reales: Bourdieu llama clases teóricas a las agrupaciones ficticias que solo existen en la hoja
de papel y que están muy lejos de las clases reales, grupos reales constituidos como tales en la realidad. En este
punto critica la teoría marxista diciendo que comete el error de llevar a cabo un salto mortal de la existencia en
teoría a la existencia en práctica.

Solo se pasa de clase teórica a clase real a costa de una labor política de movilización. La clase real, tan solo es clase
realizada, movilizada, desenlace de la lucha de clasificaciones como lucha propiamente simbólica y política, para
imponer una visión del mundo social, o mejor aún, una manera de construirlo, en la percepción y en la realidad, y
construir las clases según las cuales puede ser distribuido.

Clases virtuales: Las clases sociales no existen, lo que existe es un espacio social, un espacio de diferencias, en las
que las clases existen en cierto modo en estado virtual, no como algo dado sino como algo que se trata de construir.

La posición ocupada en el espacio social ordena las representaciones de este espacio y las tomas de posición en las
luchas para conservarlo o transformarlo. El espacio social es en efecto, la realidad primera y última puesto que sigue
ordenando las representaciones que los agentes sociales puedan tener en él.

Los tres estados del capital cultural –Bourdieu (4268)

3 estados del capital cultural:

 Estado incorporado: La acumulación del capital cultural exige una incorporación que depende de una
asimilación y de tiempo que tiene que ser invertido personalmente. El trabajo de adquisición, es un trabajo
del sujeto sobre sí mismo, una propiedad hecha cuerpo que se convierte en una parte integrante de la
persona, un habitus. El tiempo de acumulación comprende la totalidad del tiempo de socialización.
 Estado objetivado: La apropiación del capital cultural objetivado depende principalmente del capital cultural
incorporado al conjunto de la familia, mediante la acción educativa que ejerce en el ambiente y todas las
formas de transmisión implícita. El capital cultural objetivado se expresa de dos formas: Expresión material
acumulable (capital económico) y Expresión simbólica (capital cultural) en la medida en que es apropiado por
agentes y comprometido.
 Estado institucionalizado: Hay una institucionalización del capital cultural cuando una institución lo
considera válido. Produce dos posibilidades: Por un lado, permite a los sujetos compararse e intercambiarse
(sustituyéndose unos por otros en la sucesión) Y por otro lado, permite establecer tasas de convertibilidad
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entre capital cultural y capital económico. La conversión del capital económico en capital cultural establece
el valor en el mercado de trabajo. A su vez están determinados por las transformaciones de las estructuras
de oportunidades de beneficio, aseguradas por los distintos tipos de capital.

Análisis de clases –Miliband (4306)

Miliband va a tomar las siguientes categorías de Marx: la categoría de explotación y la categoría de propiedad.
Además tomará la posición de que la lucha de clases es el motor de la historia.

Explica que si bien la explotación se da por un excedente económico que es apropiado por un grupo no hay que
confundirlo con la correspondiente redistribución excedente plus-trabajo. Todas las sociedades necesitan apropiarse
de una parte del producto de los productores para fines tales como el mantenimiento de los jóvenes, los enfermos y
los ancianos, la inversión en la producción ulterior y posterior, la provisión de servicios públicos, etc. Pero en una
sociedad sin clases la apropiación se destinaría únicamente a estos fines. En este caso no supondría explotación. La
explotación solo se da cuando ese plus-trabajo es apropiado en beneficio de los propietarios únicamente.

Análisis de la lucha de clases: Es un análisis que parte de la convicción de que la lucha de clases ha constituido el
hecho crucial de la vida social desde el pasado remoto hasta el presente. Este análisis se ocupa de las bases y
mecanismos de esa lucha, del carácter de los protagonistas, las formas que adopta. Supone la detallada
identificación de las clases y subclases que constituyen estas sociedades, es decir, la elaboración de un “mapa
social”. Por otro lado debe demostrar cuáles son con exactitud las estructuras y mecanismos de dominación y
explotación en estas sociedades y los diferentes modos en que se extrae, apropia y distribuye el plus-trabajo.
Además debe ocuparse del conflicto entre clases, sobre todo el conflicto entre el capital y el estado, por un lado, y la
clase obrera, por el otro.

Para el autor la explotación tiene una importancia crucial, pero es la dominación la que la hace posible. Una clase
dominante en cualquier sociedad de clases se constituye en virtud de su control efectivo sobre las tres fuentes
principales de dominación:

1) Los medios de producción


2) Los medios de administración del Estado y los medios de coerción.
3) Los principales medios de comunicación y consenso. (Élite de poder)

La élite de poder de las sociedades capitalistas avanzadas está constituida por dos elementos: Por un lado, existen
individuos que controlan los pocos cientos de empresas industriales, financieras y comerciales más grandes del
sector privado de la economía y quienes controlan la industria de los medios de comunicación en el sector privado.
Por otra parte, están quienes controlan las posiciones clave de los sistemas estatales, así como también los que
controlan empresas estatales o públicas y los medios de comunicación del sector público.

Una clase que posee o que controla los medios de producción tiene también que tener el adecuado respaldo, o al
menos la colaboración la protección de quienes controlan los medios de administración y coerción, y quienes
controlan el estado tienen que poder contar con la cooperación de quienes poseen o controlan los medios de
producción. El control de los principales medios de comunicación y consenso seguirá, probablemente el control de
los otros dos.

La clase dominante y la clase trabajadora representan la cúspide y la base de la pirámide característica de la


estructura social de las de las sociedades capitalistas avanzadas. Entre ellas se encuentra también una pequeña
burguesía importante compuesta por dos subclases distintas: En primer lugar, un grupo dispar de pequeños hombres
de negocios, comerciantes, empresarios capitalistas de poca monta. En segundo lugar, una amplia clase en
crecimiento de semi-profesionales destinados a tareas de supervisión y empleados en empresas capitalistas o en los
sectores administrativos de bienestar público de control, de coerción y servicios del estado. Existe también una
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subclase en el extremo inferior de la pirámide desprendida de la clase obrera: los parados más o menos
permanentes, los miembros de la clase trabajadora que son viejos, enfermos crónicos o disminuidos y aquellos que
por otras razones no pueden abrirse paso en el mercado de trabajo.

Durante el Estado de Bienestar las luchas de clases toman diversas formas. Por un lado está la presión desde arriba,
ejercida por las clases dominantes, que trata de defender, fortalecer y mantener el orden social y lo hace en nombre
del interés nacional, de la libertad, la democracia, etc. Por otra parte, la clase subordinada ejerce presión desde
abajo que toma las siguientes formas: o es una lucha reformista, que busca el mejoramiento de sus condiciones de
vida; o es una lucha revolucionaria que busca terminar con la subordinación y por lo tanto, un cambio en el sistema.
La clase dominante si bien es conservadora, busca mantener el sistema y el orden social existente y esto puede
conllevar la aceptación de la reforma como precio a pagar por la contención de la presión proveniente de las clases
inferiores. El Estado si bien es responsable del bienestar social, está implicado en el mantenimiento del orden social
fundado en la dominación y explotación de clases.

El desarrollo del capitalismo en el siglo XX ha sido atravesado por un fenómeno que es el crecimiento del estatismo,
es decir, la expansión constante del poder del estado, la estatización de la sociedad. Para Miliband, este fenómeno
se explica por las relaciones entre clases y la implicación del estado en el mantenimiento y defensa de clases
establecido.

La clase como lo que constituye el ser social: El ser social es en efecto, un conjunto de elementos múltiples y
complejos, una especie de ADN social. Pero la clase es el elemento que influye más profundamente en los otros, y
que envuelve a todos los demás. EL antagonismo generado económicamente es racionalizado y expresado en
términos que están muy lejos de sus raíces económicas. Estos términos adquieren rápidamente consistencia y
contenido y autonomía, convirtiéndose de este modo en poderosos constructores ideológicos con identidad propia.
La gente tiende a considerar esos términos como los que definen su ser social.

Núcleo IV: Poder, instituciones y control social: la subjetividad y el cuerpo como blanco de control.

Microfísica del poder, cap. 8 y 9 –Foucault (4298)

Desde hace diez años emerge la proliferante crítica de las cosas, las instituciones, las prácticas y los discursos: una
especie de enfriamiento general de los cimientos, especialmente los más familiares, los más sólidos y los más
cercanos a nosotros, a nuestro cuerpo, a nuestros gestos cotidianos.

Saberes sometidos: Por un lado, contenidos históricos que han estado sepultados, enmascarados en el interior de
coherencias funcionales o en sistematizaciones formales. Los saberes sometidos son estos bloques de saberes
históricos que estaban presentes y soterrados en el interior de los conjuntos funcionales y sistemáticos y que la
crítica ha hecho reaparecer a través del instrumento de la erudición. Por otro lado, toda una serie de saberes
calificados como incompetentes o insuficientemente elaborados, saberes ingenuos, inferiores jerárquicamente a
nivel del conocimiento o de la cientificidad exigida. Saberes de la gente, que son específicos, locales, regionales, un
saber diferencial incapaz de unanimidad que debe su fuerza a la dureza que lo opone a lo que le rodea y es mediante
la aparición de este saber, de estos saberes locales de la gente, como se ha operado la crítica.

Genealogía y arqueología: La genealogía es un acoplamiento de los conocimientos eruditos y memorias locales que
permite la constitución de un saber histórico de la lucha, que se opone a los saberes en la jerarquía del poder propia
de la ciencia. La genealogía tiene por objetivo la reactivación delos saberes locales contra la jerarquización científica
del conocimiento y sus efectos intrínsecos del poder. La arqueología sería el método propio de los análisis de las
discursividades locales y la genealogía la táctica que a partir de ellas pone en movimiento los saberes que no
emergían, liberados de sometimiento.

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Poder: La apropiación y el poder no se dan, no se cambian ni retoman si no que se ejercitan, no existen más que en
acto. El poder es esencialmente lo que reprime, el poder reprime la naturaleza los instintos, a una clase, a los
individuos. El poder es la guerra continuada por otros medios. El poder político cesa la guerra para poder establecer
una paz civil pero solo para continuar esta relación de fuerza mediante una especie de guerra silenciosa y reinscribir
esta fuerza en las instituciones, en las desigualdades económicas, en el lenguaje, en el cuerpo de unos y otros.

2 grandes sistemas de análisis del poder: El esquema contrato-opresión que se articula en torno al poder como
derecho originario que se cede, es constituido de la soberanía, es de tipo jurídico (legítimo-ilegítimo). Y por otro
lado, el esquema guerra-represión que busca analizar el poder político a través de la represión, es la continuación de
una relación de dominación. La represión no sería más que la puesta en práctica, en el seno de esta pseudopaz, de
una relación perpetua de fuerza (lucha-sumisión).

Triángulo de poder, derecho y verdad: Los mecanismos del poder están entre dos límites: por un lado, las reglas del
derecho que delimitan el poder formalmente y por otro, los efectos que este poder produce, transmite y que a su
vez reproducen ese poder. Por lo tanto un triángulo conformado por poder, derecho y verdad.

En cualquier sociedad relaciones de poder múltiples atraviesan, caracterizan, constituyen el cuerpo social; y estas
relaciones de poder no pueden funcionar sin una producción, una circulación de discurso. Estamos sometidos a la
producción de la verdad desde el poder y no podemos ejercitar el poder más que a través de la producción de
verdad. La verdad hace ley, elabora el discurso verdadero que decide, transmite, empuja efectos de poder.

En las sociedades occidentales y desde la Edad Media, la elaboración del pensamiento jurídico se ha desarrollado
esencialmente alrededor del poder real. A petición del poder real, en su provecho y para servirle de instrumento o
de justificación, se ha construido el edificio jurídico de nuestras sociedades. El derecho engloba el poder.

Derecho, soberanía y dominación: La soberanía es el problema central del derecho en las sociedades occidentales, y
en el fondo, el derecho ha tenido la función de disolver en el poder el hecho de la dominación para hacer aparecer
dos cosas: por una parte, los derechos legítimos de la soberanía, y por otra, la obligación legal de obediencia. Sin
embargo, el derecho no solo funcionaliza las relaciones de soberanía, sino más que nada, relaciones de dominación.
Pero dominación no en el sentido de dominación de unos sobre otros, sino en el sentido de las distintas y múltiples
formas de poder intrínsecas que se ejercen en el interior de una sociedad. Los sujetos en sus relaciones recíprocas,
los múltiples sometimientos, sujeciones, obligaciones que tienen lugar en la sociedad.

Precauciones del método para analizar el poder

1° precaución: Tomar el poder en sus extremidades, donde se vuelve capilar. Asirlo en sus formas e instituciones
más regionales, más locales, donde se extiende más allá de las reglas del derecho que lo delimitan, se inviste en
instituciones, adopta formas de técnicas y proporciona instrumentos de intervención material, incluso violentos.

2° precaución: Estudiar al poder en relación con su campo de aplicación, allí donde se implanta y produce efectos
reales. Intentar saber cómo se han progresivamente constituido los sujetos a partir de la multiplicidad de los cuerpos
de las fuerzas, de las energías de las materialidades, de los deseos, pensamientos, etc.

3°precaución: El poder tiene que ser analizado como algo que circula, que funciona en cadena. No está localizado en
ningún lugar, no está en manos de algunos, no es un atributo como la riqueza o un bien. El poder funciona, se
ejercita a través de una organización reticular. El poder transita transversalmente, no está quieto en los individuos.
El individuo es un efecto del poder, que lo constituye y circula a través de él.

4° precaución: Se debe hacer un análisis ascendente del poder, en el cual se analicen la manera en cómo los
fenómenos, las técnicas, los procedimientos de poder funcionan en los niveles más bajos y cómo estos

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procedimientos se desplazan, se extienden, cómo son investidos por fenómenos más globales y cómo éstos pueden
insertarse en el juego de estas tecnologías del poder.

Concentrarse, partiendo desde los puntos más pequeños de la sociedad (como la familia), en cómo estos fenómenos
de poder responden a determinadas necesidades, y cómo los mecanismos de poder empiezan a volverse
económicamente ventajosos y políticamente útiles.

5° precaución: El poder, cuando ejerce a través de mecanismos sutiles, no puede hacerlo sin formar, sin organizar y
poner en circulación un saber, unos aparatos de saber que funcionan como instrumentos efectivos de poder, no son
construcciones ideológicas.

El individuo como efecto del poder: No se trata de concebir al individuo como una especie de núcleo elemental,
átomo primitivo, materia múltiple e inerte sobre la que se aplicaría o en contra de la que golpearía el poder. En la
práctica, lo que hace que un cuerpo, unos gestos, unos discursos, unos deseos sean identificados y constituidos
como individuos es en sí uno de los primeros efectos del poder. El individuo es un efecto del poder, es el elemento
de conexión. El poder circula a través del individuo que ha constituido.

Distribución del poder: Cuando se dice que el poder se libera, circula, forma redes, es verdad sólo hasta cierto
punto. Se puede decir que todos tenemos algo de poder en el cuerpo. Pero no se trata de una distribución
democrática o anárquica del poder a través de los cuerpos.

Análisis descendente vs análisis ascendente: El análisis descendente podría decir que la burguesía se ha vuelto a
partir de finales del siglo XVI-XVII la clase dominante. El encierro de los locos se deduce a partir de que siendo
precisamente el loco un inútil para la producción industrial, la burguesía se vio obligada a deshacerse de él. Se
puede decir lo mismo de la sexualidad infantil (Reich): Habiéndose vuelto el cuerpo humano esencialmente fuerza
productiva a partir del siglo XVII-XVIII, todas las formas de dispendio que eran irreductibles a la constitución de las
fuerzas productivas, manifestándose por consiguiente en su inutilidad, fueron vedadas, excluidas, reprimidas. Puede
deducirse cualquier cosa del fenómeno general de la dominación burguesa. El autor propone hacer lo contrario, es
decir, ver cómo históricamente, partiendo desde abajo han podido funcionar los mecanismos de control (análisis
ascendente) y en cuanto a la exclusión de la locura por ejemplo, o a la represión y la prohibición de la sexualidad
infantil, ver cómo, al nivel real de la familia, de los puntos más pequeños de la sociedad, estos fenómenos de
represión o de exclusión se han instrumentado, han respondido a un determinado número de necesidades, mostrar
cuáles han sido sus agentes reales, no buscarlos en la burguesía en general, sino en los agentes directos (los padres,
la familia, los médicos, los pedagogos) y cómo estos mecanismos de poder, en un momento dado y mediante un
determinado número de transformaciones, han empezado a volverse económicamente ventajosos y políticamente
útiles.

La burguesía ha necesitado, o el sistema ha encontrado su propio interés, no en la exclusión de los locos o en la


vigilancia y la prohibición de la masturbación infantil, sino más bien en la técnica y en el procedimiento mismo de la
exclusión. Son los instrumentos de exclusión, los aparatos de vigilancia, la medicalización de la sexualidad, de la
locura, de la delincuencia, toda esta microfísica de poder, la que ha tenido, a partir de un determinado momento, un
interés para la burguesía.

Mecanismos de poder: Los mecanismos de exclusión llegado un cierto momento y por razones que hay que
estudiar, pusieron de manifiesto un provecho económico, una utilidad política y de golpe, se encontraron
naturalmente colonizados y sostenidos por mecanismos globales, por el sistema del Estado; y es partiendo de estas
técnicas de poder y mostrando sus beneficios económicos o las utilidades políticas que de ellos se derivan, en un
contexto dado y por determinadas razones, como se puede comprender que de hecho estos mecanismos terminen
por formar parte del conjunto.
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En lugar de dirigir la investigación sobre el poder al edificio jurídico de la soberanía, a los aparatos del Estado y a las
ideologías que conlleva, se la debe orientar hacia la dominación hacia los operadores materiales, las formas de
sometimiento, las conexiones y utilizaciones de los sistemas locales de dicho sometimiento, hacia los dispositivos de
estrategia. Se trata de estudiarlo partiendo de las técnicas y de las tácticas de dominación.

Poder disciplinario y poder soberano: El poder disciplinario se apoya más sobre los cuerpos y sobre lo que éstos
hacen sobre la tierra y sus productos. Es una mecánica de poder que permite extraer de los cuerpos tiempo y trabajo
más que bienes y riqueza, que se ejerce a través de la vigilancia. Es un nuevo tipo de poder creado por la sociedad
burguesa. El poder soberano se ejerce sobre la tierra sus productos más que sobre los cuerpos y lo que éstos hacen.
Se refiere al desplazamiento y a la apropiación por parte del poder, no del tiempo ni del trabajo, sino de los bienes y
de las riquezas. Permite fundar el poder en torno a la existencia física del soberano, transcribiendo obligaciones en
términos jurídicos, no a partir de sistemas continuos y permanentes de control.

El ejercicio del poder juega entre 2 límites: Un derecho de soberanía y una mecánica de disciplina. Los poderes se
ejercitan en las sociedades modernas a través de una heterogeneidad entre un derecho público de la soberanía y
una mecánica polimorfa de las disciplinas.

Discurso disciplinario: Las disciplinas tienen su discurso, creadoras de aparatos de saber y de múltiples
dominaciones de conocimiento. El discurso de las disciplinas es extraño al de la ley. Las disciplinas conllevarán un
discurso que será el de la regla, no el de la regla jurídica derivada de la soberanía, sino el de la regla natural, es decir,
el de la norma. Definirán un código que no será el de la ley, sino el de la normalización, se referirán a una horizonte
teórico que será el campo de las ciencias humanas y su jurisprudencia será la del saber clínico.

Sociedad de normalización: El proceso que ha hecho fundamentalmente posible el discurso de las ciencias humanas
es la yuxtaposición, el choque de dos líneas, de dos mecanismos y de dos tipos de discurso absolutamente
heterogéneos: por un lado la organización del derecho en torno a la soberanía y por otro la mecánica de las
sujeciones ejercidas por las disciplinas. Y que en nuestros días el poder se ejerza a través de este derecho y de estas
técnicas, que estas técnicas y estos discursos invadan el derecho, que los procedimientos de normalización colonicen
cada día más los de la ley, todo esto, puede explicar el funcionamiento global de la sociedad de normalización. Las
normalizaciones disciplinarias van a chocas siempre, cada vez más, con los sistemas jurídicos de la soberanía, es más
necesario una especie de discurso arbitrador, un tipo de saber y poder que la sacralización científica volvería neutro.

La verdad y las formas jurídicas, conferencia 4 –Foucault (4313)

Sociedad disciplinaria

Foucault comienza su análisis de la sociedad disciplinaria centrando su origen en el siglo XIX debido a la aparición de
la reforma y reorganización del sistema judicial en Europa. En su análisis hace un recorrido por el sistema judicial del
siglo XVIII en Francia e Inglaterra hasta que se produce el cambio en el siglo XIX. El código, la ley y el sistema penal
inglés del siglo XVIII era uno de los más salvajes y sangrientos que conoce la historia de la civilización. En Inglaterra
había 313 conductas capaces de llevar a alguien a la horca, al cadalso, 315 delitos que se castigaban con pena de
muerte (recordar la reina roja en Alicia en el país de las maravillas) Esta situación se modificó profundamente a
comienzos del siglo XIX sin que cambiaran sustancialmente las formas y las instituciones judiciales inglesas. En
Francia, por el contrario, se produjeron modificaciones muy profundas en las instituciones penales manteniendo
intacto el contenido de la ley penal.

Las transformaciones de los sistemas penales se pueden relacionar con la reelaboración teórica de la ley penal que
puede encontrarse en Beccaria, Bentham y Brissot (que piensan en el contrato social) y los legisladores a quienes se
debe la redacción del primero y segundo código penal francés de la época revolucionaria. El principio fundamental
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del sistema teórico de la ley penal definido por estos autos es que el crimen, la infracción, no ha de tener en
adelante relación alguna con la falta moral o religiosa. La falta es una infracción a la ley natural, a la ley religiosa, a la
ley moral, por el contrario, el crimen o la infracción penal es la ruptura con la ley, ley civil explícitamente establecida
en el seno de una sociedad por el lado legislativo del poder político. Para que haya infracción es preciso que haya
también un poder político. Antes de la existencia de la ley no puede haber infracción. Según estos teóricos, solo
pueden sufrir penalidades las conductas efectivamente definidas como reprimibles por la ley. El crimen no es algo
emparentado con el pecado y la falta, es algo que damnifica a la sociedad, es un daño social, una perturbación, una
incomodidad para el conjunto de la sociedad. La idea del criminal como enemigo interno, como aquel individuo que
rompe el pacto que teóricamente había establecido con la sociedad es una definición nueva y capital en la historia
de la teoría del crimen y la penalidad.

La ley penal no puede prescribir una venganza, la redención de un pecado. La ley penal debe permitir solo la
reparación de la perturbación causada a la sociedad. La ley penal debe reparar el mal o impedir que se cometan
males semejantes contra el cuerpo social.

Cuatro tipos posibles de castigo

 Deportación: El castigo ideal sería simplemente expulsar a las personas, exiliarlas, destinarlas o deportarlas.
 Exclusión: El aislamiento dentro del espacio moral, psicológico, público, constituido por la opinión. Es la idea
de los castigos a nivel de escándalo, la vergüenza, la humillación de quien cometió una infracción.
 Reparación del daño social: El trabajo forzado que consiste en obligar a las personas a realizar una actividad
útil para el Estado o la sociedad de tal manera que el daño causado sea compensado.
 Hacer que el daño no pueda ser cometido nuevamente: Hacer que el individuo en cuestión no pueda volver
a tener deseos de causar daño a la sociedad semejante al que ha causado. Y para ello se utiliza la pena del
Talión. Se mata a quien mató, se confiscan los bienes de quien robó y, para algunos de los teóricos del siglo
XVIII, quien cometió una violación debe sufrir algo semejante.

Desde comienzos del siglo XIX y de manera cada vez más acelerada con el correr del siglo, la legislación penal se irá
desviando de lo que podemos llamar utilidad social; no intentará señalar aquello que es socialmente útil, sino por el
contrario, tratará de ajustarse al individuo. La penalidad del siglo XIX tiene en vista menos la defensa general de la
sociedad que el control y la reforma psicológica y moral de las actitudes y comportamientos de los individuos. Esta
es una forma de penalidad totalmente diferente de la prevista en el siglo XVIII, puesto que el gran principio de la
penalidad para Beccaria era que no habría castigo sin una ley explícita y sin un comportamiento también explícito
que violara esa ley. Toda la penalidad del siglo XIX pasa a ser un control, no tanto sobre si lo que hacen los individuos
está de acuerdo o no con la ley, sino más bien al nivel de lo que pueden hacer, lo que son capaces de hacer, están
dispuestos a hacer o están a punto de hacer.

Surge entonces la sociedad disciplinaria, en la que el poder está distribuido en una serie de poderes laterales y toda
una red de instituciones de vigilancia y corrección: la policía, las instituciones psicológicas, psiquiátricas,
criminológicas, médicas y pedagógicas. A partir de estas se le permite una función de control que ya no es castigar
las infracciones de los individuos sino de corregir las virtualidades.

Foucault recurre a la teoría del Panóptico de Bentham para explicar la función de la sociedad disciplinaria: Se trata
de una vigilancia permanente sobre los individuos por alguien que ejerce sobre ellos un poder y que, porque ejerce
ese poder, tiene la posibilidad de constituir un saber sobre aquellos a quienes vigilan. Trata de verificar si un
individuo se conduce o no como debe, si cumple las reglas, si progresa o no. Se organiza alrededor de la norma,
establece qué es normal y qué no lo es, qué cosa es incorrecta y qué otra cosa es correcta, qué se debe o no hacer
Esta es la base del poder, la forma del saber-poder que dará lugar ya no a grandes ciencias de observación como en
el caso de la indagación, sino a lo que hoy conocemos como ciencias humanas: psiquiatría, psicología, sociología,
etcétera.
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Para Foucault el origen de estos mecanismos de control derivaron de la nueva distribución espacial y social de la
riqueza industrial y agrícola que hizo necesarios nuevos controles sociales establecidos por el poder, se tomaron de
los controles de origen popular o semi-popular y se organizaron en una versión autoritaria y estatal. Por lo tanto,
para Foucault este es el origen de la sociedad disciplinaria.

En el siglo XVIII en Inglaterra, grupos espontáneos de personas que se atribuyen sin ninguna delegación por parte de
un poder superior, la tarea de mantener el orden y crear, para ellos mismos, nuevos instrumentos para asegurarlo.
Estos grupos proliferaron durante todo el siglo XVIII, con ideología profundamente religiosa. También encontramos
otros grupos de autodefensa de carácter paramilitar, que surgen como respuesta a las primeras grandes agitaciones
sociales que no son aún proletarias pero que si configuran grandes movimientos políticos y sociales de fuerte
connotación religiosa a finales del siglo XVIII. Los sectores más acomodados, la aristocracia y la burguesía se
organizan en grupos de autodefensa y es así que surgen una serie de asociaciones (la infantería militar de Londres, la
compañía de artillería) A su vez, las grandes compañías y sociedades comerciales se organizan como policías privadas
para defender su patrimonio, sus stocks, sus mercancías y barcos anclados en el puerto de Londres.

En Francia se da un proceso bastante diferente debido a que, por ser un país de monarquía absoluta, poseía un
fuerte aparato estatal que la Inglaterra del siglo XVIII ya no tenía porque había sido ya debilitado por la revolución
burguesa del siglo XVII. El aparato de Estado se apoyaba en Francia en un doble instrumento: un instrumento judicial
clásico (los parlamentos, las cortes, etc.) y un instrumento para-judicial (la policía). La lettre-de-cachet no era una ley
o un decreto sino una orden del rey referida a una persona a título individual, por la que se le obligaba a hacer
alguna cosa, en la mayoría de las veces consistía en servir de instrumento de castigo. La prisión, que se convertirá en
el gran castigo del siglo XIX, tiene su origen precisamente en esta práctica para-judicial de la lettre-de-cachet,
utilización del poder real por el poder espontáneo de los grupos.

La idea de colocar a una persona en prisión para corregirla y mantenerla encarcelada hasta que se corrija se origina
precisamente en esta práctica. Aparece la idea de una penalidad que tiene por función corregir el comportamiento
de los individuos, sus actitudes, sus disposiciones, el peligro que significa su conducta virtual.

La verdad y las formas jurídicas, conferencia 5 –Foucault (4299)

3 aspectos del panoptismo: Vigilancia, control y corrección. El panoptismo es una forma que se ejerce sobre los
individuos a la manera de vigilancia individual y continua, como control de castigo y recompensa y como corrección,
es decir, como método de formación y transformación de los individuos en función de ciertas normas.

La vigilancia sobre los individuos no se ejerce al nivel de lo que se hace sino de lo que se es o de lo que se puede
hacer. La vigilancia tiende cada vez más a individualizar al autor del acto, dejando de lado la naturaleza jurídica o la
calificación penal del acto en sí mismo.

Este panoptismo nacido por efectos de una fuerza de desplazamiento, entre el siglo XVII y XIX, período en que se
produce la apropiación por parte del poder central de los mecanismos populares de control que se dan en el siglo
XVIII, inicia una era que habrá de ofuscar la práctica y la teoría del derecho penal.

La reclusión moderna que aparece en el siglo XIX en las instituciones es una herencia directa de dos corrientes o
tendencias que encontramos en el siglo XVIII: la técnica francesa de internación y el procedimiento de control de
tipo inglés. En las instituciones que se forman en el siglo XIX la condición de miembro de un grupo no hace a su
titular pasible de vigilancia; por el contrario, el hecho de ser un individuo indica justamente que la persona en
cuestión está situada en una institución. Se entra en la escuela, en el hospital o en la prisión en tanto se es un
individuo. Estas a su vez, no son formas de vigilancia del grupo al que se pertenece, son la estructura de vigilancia
que al convocar a los individuos, al integrarlos, los constituirá secundariamente como grupo.

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En nuestra época todas estas instituciones (fábrica, escuela, hospital psiquiátrico, hospital, prisión) no tienen por
finalidad excluir sino por el contrario fijar a los individuos. La fábrica no excluye a los individuos, los liga a un aparato
de producción. La escuela no excluye a los individuos, aun cuando los encierra, los fija a un aparato de transmisión
de saber. El hospital psiquiátrico no excluye a los individuos, los vincula a un aparato de corrección y normalización.
Y lo mismo ocurre en el reformatorio y la prisión. Su finalidad primera es fijarlos a una aparato de normalización de
los hombres.

Diferencia entre siglo XVIII y siglo XIX: La reclusión del siglo XVIII excluye a los individuos del círculo social, mientras
que la del siglo XIX tiene por función ligar a los individuos a los aparatos de producción a partir de la formación y
corrección de los productores: se trata entonces de una inclusión por una exclusión. Oposición exclusión/secuestro.
Exclusión porque la intención es excluir a los marginales o reforzar la marginalidad en el siglo XVIII, y secuestro
porque su finalidad es la inclusión y normalización en el siglo XIX.

Lo verdaderamente nuevo e interesante es el hecho de que el Estado y aquello que no es estatal se confunde, se
entrecruza dentro de estas instituciones. Más que instituciones estatales o no estatales habría que hablar de red
institucional de secuestro, que es infraestatal. La red de secuestro dentro de la cual está encerrada nuestra
existencia.

Función de las instituciones: tienen la propiedad de contemplar el control, la responsabilidad, sobre la totalidad o la
casi totalidad del tiempo de los individuos: son, por lo tanto, unas instituciones que se encargan en cierta manera de
toda la dimensión temporal de la vida de los individuos. Es preciso que el tiempo de los hombres se ajuste al aparato
de producción, que éste pueda utilizar el tiempo de vida, el tiempo de existencia de los hombres. Este el sentido y la
función del control que se ejerce.

Dos son las cosas necesarias para la formación de la sociedad industrial: que el tiempo de los hombres sea llevado al
mercado y ofrecido a los compradores quienes, a su vez, lo cambiarán por un salario; y por otra parte es preciso que
se transforme en tiempo de trabajo.

Funciones de las instituciones de secuestro

1°  Explotación de la totalidad del tiempo.

2°  No consiste ya en controlar el tiempo de los individuos sino, simplemente, sus cuerpos. Consiste en hacer que
el cuerpo de los hombres se convierta en fuerza de trabajo. El cuerpo pasa a ser algo que debe ser formado,
reformado, corregido, que debe adquirir aptitudes, recibir ciertas cualidades, calificarse como cuerpo capaz de
trabajar.

3°  Creación de un nuevo tipo de poder polimorfo, polivalente. En 4 formas: económico, político, judicial y
epistemológico.

4 formas del poder

 Económico: En la fábrica, el poder económico ofrece un salario a cambio de un tiempo de trabajo en un


aparato de producción que pertenece al propietario.
 Político: Las personas que dirigen las instituciones dan órdenes, establecen reglamentos, toman medidas,
etc.
 Judicial: En estas instituciones se toman decisiones y se garantizan funciones tales como la producción o el
aprendizaje, también se tiene el derecho de castigar y recompensar, o de hacer comparecer ante instancias
de enjuiciamiento.
 Epistemológico: Poder de extraer un saber de y sobre estos individuos ya sometidos a la observación y
controlados por estos diferentes poderes. Los individuos sobre los que se ejerce el poder pueden ser el lugar

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donde se extrae el saber que estos mismos forman y que está retranscrito y acumulado según nuevas
normas, o bien pueden ser objetos de un saber que permitirá a su vez nuevas formas de control. (Psiquiatría,
psicología, criminología)

Crítica a Marx: El trabajo no es en absoluto la esencia concreta del hombre o la existencia del hombre en su forma
concreta. Para que los hombres sean efectivamente colocados en el trabajo y ligados a él es necesaria una operación
o una serie de operaciones complejas por las que los hombres se encuentran realmente, no de una manera analítica
sino sintética, vinculados al aparato de producción para el que trabajan. Para que la esencia del hombre pueda
representarse como trabajo se necesita la operación o la síntesis operada por un poder político.

El sistema capitalista penetra mucho más profundamente en nuestra existencia. Este régimen se vio obligado a
elaborar un conjunto de técnicas políticas, técnicas de poder, por las que el hombre se encuentra ligado al trabajo
por las que el cuerpo y el tiempo de los hombres se convierten en tiempo de trabajo y fuerza de trabajo y pueden
ser efectivamente utilizados para transformarse en plus-ganancia. Pero para que haya plus-ganancia es preciso que
haya sub-poder, es preciso que el nivel de la existencia del hombre se haya establecido una trama de poder político
microscópico, capilar, capaz de fijar a los hombres al aparato de producción, haciendo de ellos agentes productivos,
trabajadores. No hay plus-ganancia sin sub-poder. Cuando hablo de sub-poder no me refiero al que
tradicionalmente se conoce como poder político: no se trata de un aparto de Estado ni de la clase en el poder, sino
del conjunto de pequeños poderes e instituciones situadas en un nivel más bajo.

Este sub-poder, condición del plus-ganancia, provocó al establecerse y entrar en funcionamiento el nacimiento de
una serie de saberes (saber del individuo, de la normalización, saber correctivo) que se multiplicaron en estas
instituciones del sub-poder haciendo que surgieran las llamadas ciencias humanas y el hombre como objeto de la
ciencia. Estos saberes y estos poderes están firmemente arraigados no sólo en la existencia de los hombres sino
también en las relaciones de producción. Esto es así porque para que existan las relaciones de producción que
caracterizan las sociedades capitalistas, es preciso que existan, además de ciertas determinaciones económicas,
estas relaciones de poder y estas formas de funcionamiento de saber. Poder y saber están sólidamente enraizados.

Postdata sobre las sociedades de control –Deleuze (30017)

Diferencias entre sociedad disciplinaria y sociedad de control

En las sociedades disciplinarias, el individuo no deja de pasar de un espacio cerrado a otro, cada uno con sus leyes:
primero la familia, después la escuela, después el cuartel, después la fábrica, de tanto en tanto el hospital y
eventualmente, la prisión. Pero tras la 2° Guerra Mundial se ha producido una crisis generalizada de todos los
lugares de encierro, y las sociedades dejan de ser disciplinarias para pasar a ser sociedades de control.

En las sociedades de control la empresa ha reemplazado la fábrica, introduciendo una rivalidad inexplicable como
sana emulación, excelente motivación que opone a los individuos entre ellos y atraviesa a cada uno, dividiéndolo en
sí mismo. La formación permanente reemplaza la escuela, y la evaluación continua al examen.

En las sociedades disciplinarias el poder es al mismo tiempo masificador e individualizador, constituye en cuerpo a
aquellos sobre lo que se ejerce y moldea la individualidad de cada miembro del cuerpo. En cambio, en las sociedades
de control, lo esencial no es ya una firma ni un número, sino una cifra, la cifra es una contraseña, mientras que las
sociedades disciplinarias son reglamentadas por consignas. El lenguaje numérico de control está hecho de cifras que
marcan el acceso a la información o el rechazo. Los individuos se han convertido en dividuos y las masas, en
muestras, datos, mercados o bancos.

El marketing es ahora el instrumento de control social y forma la raza impúdica de nuestros amos. El control es a
corto plazo y de rotación rápida, pero también continuo e ilimitado, mientras que la disciplina era de larga duración,
infinita y discontinua. El hombre ya no es el hombre encerrado sino el hombre endeudado.
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