Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
AMBIENTAL
Empecemos con la parte que abarca la minería legal en Venezuela. “12% del
territorio nacional se encuentra comprometido por 40 años, en principio. Con el nombre
“Arco Minero del Orinoco” fue denominado el decreto N° 2.248 (Gaceta Oficial N°
40.855), que autoriza el desarrollo de la explotación minera en un vasto territorio que se
extiende por los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro. 111.843,70 kilómetros de
territorio serán ocupados por más de 150 empresas de la minería de diversas partes del
mundo” esto, según hinterlaces1 en su página web.
Con la obtención de las certificaciones internacionales que adelanta el país,
Venezuela legitimaría que posee 10% de las reservas probadas de diamantes del mundo,
ocupando el sexto puesto, y se convertiría en la segunda mayor reserva mundial de oro2.
Entre las ventajas de estas reservas para el país está su condición como depósito de
valor, como seguro financiero o como activo para diversificar sus inversiones.
Inversiones que suponen el crecimiento e impulso económico de la nación, cosa que
ayudara a solventar la crisis.
La minería responsable en Venezuela, busca acabar con el “modelo rentista” con el
que opera en materia petrolera. De manera que dejamos de depender directamente de las
fluctuaciones del barril, y de los dólares extranjeros.
El ministro del Poder Popular para Desarrollo Minero Ecológico, Roberto Mirabal,
explicó que “el Estado obtiene un mínimo de 55% de ganancias, 13% de regalías, y
además reciba el pago del Impuesto Sobre La Renta (Islr), lo que totaliza más de 70%
de ingresos”. Entretanto, el presidente Maduro ha señalado que 60% de los dividendos
que recibe el Estado, son orientados para el Fondo Nacional de las Misiones y Grandes
Misiones. Cosa que ayuda a los sectores más desprotegidos del país. Además que estas
explotaciones se realizan con un amplio criterio científico, ecológico, econométrico, y
garantizan el fortalecimiento de la riqueza minera y la capacidad productiva nación.
El vicepresidente de Planificación, Ricardo Menéndez, en declaraciones ofrecidas a
la opinión pública dio a conocer en el marco del proyecto minero se impulsará un plan
de desarrollo industrial que prevé asistencia en materia de viviendas, salud, educación y
la “protección y preservación de nuestras comunidades originarias”. Queda claro, que al
promover el desarrollo social, indirectamente se promueve el crecimiento económico
que afectaría positivamente al país. Esto cotizándose como otra ventaja de la minería.
Según el diario El guayanés3, se cuentan como ventajas de la minería los siguientes
ítems:
– Con la minería legal, se asume el control directo y soberano de los recursos
estratégicos de la nación.
– Se impide que continúe el saqueo minero por parte de bandas paramilitarizadas y de
organizaciones criminales de la zona.
– Se hará frente al sistema criminal y mafioso que impone sus normas sobre las
localidades y que azotaba a la población.
– Podría contribuir con la superación de la actual crisis económica por la que atraviesa
Venezuela.
– Le permitirá al Estado venezolano hacer frente a los poderes capitalistas globales
(contrapoder).
Según un articulo8, José Guillen B (2016) sugiere que a comienzos del milenio,
no cabe duda que uno de los principales motores que han impulsado el crecimiento
económico, lo ha constituido la actividad constructiva, buscando la expansión de
territorios para nuevas habilitaciones y crecimiento vertical en zonas destinadas a
edificaciones de alta densidad.
Sin embargo debemos preguntarnos si con la Venezuela de la actualidad, nos es
conveniente seguir con esta práctica, sobre todo entendiendo que nos ubicamos en una
época de gran crisis (por mencionar) de materiales primos, y deficiencia de los servicios
públicos, como el agua, la luz y política de eliminación de residuos.
Si nos vamos por el primer ítem, tenemos que con el fin del abaratamiento de las
obras publicas de desarrollo urbano, muchas veces se puede inquirir en infracciones en
cuanto a la seguridad de las edificaciones (ejemplo, comprando materiales más
económicos con menos resistencia). Estas infracciones digamos que solo la hace la
empresa privada pero veamos; Esto, a la larga implica derrumbamientos de estructuras,
que ceden a esfuerzos del tiempo, esfuerzos constantes propios de la construcción o a
variaciones producto de inclemencias ambientales, que le ocasionan al país gastos
públicos de los cuales no se puede escapar. Luego con fines de “restablecer la integridad
de los ciudadanos” comprometidos en estos desastres, se les dan más viviendas de baja
calidad. (Aunque se sabe que esto de regalar viviendas no es más que una estrategia
política).
Es decir el gobierno del país responde construyendo y construyendo más obras
baratas, que se seguirán derrumbando y que no solo trae estos problemas que ya
mencioné sino también, gastos en el sector salud por los damnificados etc. Según el
Observatorio de gastos públicos9 (2018), nada más para el 2015, el gasto por minuto en
vivienda constituía 2.946.297,56 bs.s, que si nos ponemos a sacar cuentas servirían
mejor para invertir en otros sectores poco explotados del país, que bien aprovechados
nos traerían ingresos efectivos para solventar la crisis que estamos pasando. Sin tomar
en cuenta también todas las desventajas10 propias del gasto público: desempleo, impacto
en el ahorro, poca inversión, inflación, devaluación, déficit fiscal etc. Entonces, en el
caso de Venezuela, solamente tomando esto en consideración puedo decir sin temor a
equivocarme, que sale más costoso construir, que los beneficios que traen tanto a los
habitantes como a la nación.
Hasta ahora solo he expuesto las desventajas de este supuesto “desarrollo
urbano”, pero si nos vamos por la parte insostenible del desarrollo industrial tenemos
los elevados costos que causan las plantas de tratamiento de agua residuales, para la
eliminación de desechos tóxicos propios de la industria, aunque este parámetro también
se puede dar la mano con el tópico anterior, puesto que también implica un gasto
elevado tratar los residuos domésticos que producen las sociedades, sin contar también
lo complicado que es llevar el servicio tanto de agua, luz, desechos de basuras etc, a los
sitios intrincados donde actualmente se construye tanto urbanidades como centros
industriales. No existe un solo país que haya resuelto completamente los problemas de
manejo de desechos, purificación del agua y contaminación, porque por supuesto esto
cuesta dinero. Pero lastimosamente eso en Venezuela no se cumple y somos un caso
peor, un ejemplo claro de ello, son los niveles de contaminación en Valencia5 producto
de este mismo mal manejo de los desechos. Por lo tanto, aparte de los gastos del
tratamiento de desechos, en este país no se comprometen a patrones de producción
sostenible desde un sentido comercial, aun cuando esto reduciría las pérdidas de
recursos costosos (acuíferos, forestales, atmosféricos, no renovables etc.) de los cuales
se podría sacar provecho después. Esto ocurre porque “no saben” que con el avance en
los países del primer mundo, estas modificaciones nos podrían a la vanguardia y
contribuiría a una mayor competitividad.
Otro factor es desventaja es el consumo de los insumos energéticos, que representan
un costo de producción para las industrias. No toman en cuenta que la energía limpia y
la eficiencia energética se ha convertido progresivamente en determinantes centrales de
la competitividad económica. Exigir que se elija entre crecimiento industrial y
sostenibilidad es, por lo tanto, el enfoque equivocado. Es la transformación en los
procesos de producción y los modelos comerciales, acompañada de la correcta elección
de las tecnologías, lo que presentará las soluciones a los abrumadores desafíos de
nuestro tiempo. Considero que en Venezuela actualmente no se debe “desarrollar” la
industria sino tratar de optimizar la poca que tenemos, obviamente, esto cuesta recursos,
pero nos llevará a un camino importante para desenvolver las soluciones necesarias con
miras a conseguir una producción más limpia, un manejo eficiente de los recursos y
reducciones en desechos, (y por consiguiente contaminación) y por si solo
impulsará, a la larga, su desarrollo sostenible.
Dalia García
26499941
FUENTES DE REFERENCIAS Y CITAS EMPLEADAS
11. Cifras de Venezuela. (2018) Informe de análisis base de datos de pérdidas por
desastres. Recuperado de
http://www.comunidadandina.org/predecan/doc/r2/osso/Cons025-2006-
CorporacionOSSO-informefinal-Venezuela.v.1.8.pdf