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Psiquiatra
Enviar correspondencia: Complejo Asistencial en Salud Mental Benito Menni, C/ Dr. A. Pujadas 38,
08830 Sant Boi de Llobregat, Barcelona. E-mail: 8956jsp@comb.es
RESUMEN SUMMARY
Puesto que el consumo de cocaína está aumentan- Since cocaine use is increasing among Spanish
do en España entre adultos jóvenes y adolescentes y young adults and teenagers and causes potentially
tiene consecuencias médicas y legales potencialmen- severe medical and legal consequences, efforts must
te graves, hay que redoblar esfuerzos para mejorar be made to increase treatment outcomes. Different
los resultados terapéuticos. Hay disponibles diferen- pharmacological and psychotherapeutic approaches
tes enfoques farmacológicos y psicoterapéuticos, por are available, so that promising developments can be
lo que hay que prever desarrollos prometedores en foreseen in both treatment modalities. Still, both are
ambas modalidades de tratamiento. Pero suelen abor- carried out in a not integrated basis. In doing so, bet-
darse de forma no integrada, por lo que se desapro- ter outcome opportunities are wasted. Double treat-
vechan oportunidades de mejora de resultados. ment integration should be aimed: the integration
Debería aspirarse a una doble integración terapéutica: between pharmacology and psychotherapy, and the
la integración entre farmacología y psicoterapia, y la integration among different psychotherapeutic appro-
integración entre enfoques psicoterapéuticos diferen- aches. Still, disorder-specific pharmacological and
tes. Todavía se carece de indicaciones específicas psychotherapeutic indications are lacking. Pharmaco-
según trastorno tanto farmacológicas como psicote- therapy of cocaine and other drugs is still relying on
rapéuticas. La farmacoterapia para la cocaína y otras antidepressants and the usual psychiatric medication,
drogas aún se basa en los antidepresivos y la medica- and psychotherapy on the individual, group and family
ción psiquiátrica disponible, y la psicoterapia en los psychotherapeutic approaches available in mental
enfoques individuales, grupales y familiares disponi- health settings. An integrated view of cocaine abuse
bles en los entornos asistenciales de salud mental. treatment is necessary to be successful.
Se propone una visión integrada del tratamiento del
Key words: cocaine, dependency, treatment, phar-
consumo problemático de cocaína como sistema más
macology, psychotherapy
eficaz de abordaje.
Palabras clave: cocaína, dependencia, tratamiento,
farmacología, psicoterapia.
Sherlock Holmes cogió su frasco ... y su aguja hipodérmica... “¿Cuál toca hoy?”, pregunté.
“¿Morfina o cocaína?.” Levantó los ojos lánguidamente... “Cocaína”, dijo; “una solución al
siete por ciento. ¿Quiere probarlo?” “No, por supuesto”, respondí bruscamente... Sonrió ante
mi vehemencia. “Quizá tenga usted razón, Watson”, dijo. “Supongo que es una mala influen-
cia física. Pero lo encuentro tan trascendentalmente estimulante y clarificador para la mente
que su acción secundaria es cosa de un momento.”
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intenso y prolongado de cocaína (Washton, ambiente desaferentizado, es decir muy tran-
1989). quilo, efectuando sujeción mecánica en caso
Las características clínicas y la duración del de agitación o inquietud psicomotriz. Inicial-
síndrome de abstinencia de cocaína son mente es mejor indicar benzodiacepinas que
cuestiones todavía discutidas y mal definidas. neurolépticos, pues con éstos cabe el riesgo
Se suele hablar de una fase aguda de sensa- de empeorar la hipertermia y aumentar el
ción de gran “bajón” (crash), un periodo de riesgo de crisis convulsivas. De todos modos,
deprivación menos pronunciado, y una fase es usual indicar haloperidol por vía intramus-
de extinción que dura de 1 a 10 semanas cular.
(American Psychiatric Association, 1995). En caso de que persista el cuadro psicóti-
El síndrome de abstinencia agudo se co, el psiquiatra deberá prescribir neurolépti-
observa después de periodos de consumo cos. De primera intención quizá optemos por
frecuente a dosis altas. Puede haber sensa- los de última generación como la risperidona,
ciones intensas y desagradables de depre- la olanzapina o la quetiapina, por el plus de
sión y fatiga, acompañadas a veces de ideas tolerabilidad que se acepta tienen los atípi-
de suicidio, pero lo usual son síntomas relati- cos. Sin embargo, también puede recomen-
vamente leves de depresión, ansiedad, apa- darse la clorpormacina en dosis alrededor de
tía, insomnio o hipersomnia, enlentecimiento 75 mg/día, pues presenta una semivida de
psicomotor, y aumento de apetito, todo lo eliminación (t1/2) lenta, unas 30 horas, sien-
cual va desapareciendo a lo largo de días o do todavía el patrón de referencia de los
semanas. Hay que señalar aquí que consumir antipsicóticos. Se obtienen también excelen-
cocaína puede estar parcialmente motivado tes resultados con tioridazina (t1/2 también
para control del propio peso (Cochrane et al, de unas 30 horas) y levomepromazina (t1/2
1998), tal como sucede con el consumo de entre 16 y 77 horas). Ello es extensible tam-
nicotina. bién al haloperidol, con una t1/2 algo menor,
Hace algún tiempo se pensó que agonistas de unas 18 horas. La t1/2 de la 9-hidroxi-ris-
de la dopamina como la amantadina serían peridona, el metabolito activo de la risperido-
eficaces para reducir los síntomas de absti- na, es de unas 24 horas, suficiente también
nencia de cocaína, el deseo de la droga y el para neutralizar el efecto psicotomimético de
consumo posterior de la misma, pero no se la cocaína. La semivida de la cocaína es de 7
ha logrado confirmar. De igual modo, los a 13 horas. La semivida de eliminación de la
estudios con bromocriptina no han prospera- cocaína, al contrario que en el caso de los
do. Es posible que exista un subgrupo de cannabinoides (en que su vida media prolon-
pacientes que respondan a alguna forma de gada favorecería la indicación de antipsicóti-
farmacoterapia con reducción del deseo de la cos de parecida cinética lenta), no hace que
droga y, posteriormente, con disminución del tengamos que decantarnos por neurolépticos
consumo. Sin embargo, hasta la fecha los de farmacocinética disímil a la media, por lo
datos de investigación son poco convincen- que en la práctica utilizaremos los usuales. La
tes (Compendium 2000). psicotomímesis por cocaína se manifiesta
durante las primeras horas siguientes a la
inhalación o ingesta. De ahí que también neu-
2.3. Tratamiento sintomático antipsicótico rolépticos de vida media más breve que los
enumerados más arriba, como la perfenacina,
Debe conocerse el tratamiento de los cua- loxapina, y clozapina, con t1/2 que no rebasan
dros psicopatológicos por consumo de cocaí- las 12 horas, se adapten bien al periodo a
na, para cuya evaluación nos valdremos de cubrir y den una buena respuesta antipsicóti-
los libros de referencia diagnósticos DSM-IV ca. En la práctica todos los neurolépticos pue-
o CIE-10 . El tratamiento de las psicosis por den ser indicados. Lo importante es que el
sustancias incluye situar al paciente en médico prescriba el neuroléptico con el que
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y opiáceos, pero recientemente no han podi- sea el abordaje psicosocial elegido, se tiende,
do ser replicados. Al respecto, colegas esta- por tanto, a intensificar el tratamiento. El pro-
dounidenses (American Psychiatric Associa- blema de este tratamiento sobreintensivo, a
tion, 1995) han sugerido que dosis altas de aplicar dos veces por semana o más, es que
buprenorfina (12-16 mg/día) pueden resultar quizá sea eficaz, pero parece ser menos efec-
eficaces, pero esta hipótesis ni siquiera tiene tivo (práctico) y sobre todo menos eficiente
validez de fachada (face validity): en Francia, (relación coste/beneficio). El ejemplo históri-
donde se prescribe buprenorfina (Subutex) a co de tratamiento psicológico sobreintensivo
dosis 10 veces mayores de promedio que en es el psicoanálisis, que sólo una minoría de
el resto de Europa, hay un doble consumo de beneficiarios se ha podido permitir.
cocaína-heroína que es similar al de España y
demás países europeos (Solé Puig, 1999).
2.5.1. Terapia cognitivo-conductual
Los intentos de encontrar un fármaco que
bloquee o atenúe los efectos subjetivos (por
ejemplo, euforizantes) de la cocaína han Los estudios fiables que demuestran la efi-
incluido ensayos de imipramina, desipramina cacia de las estrategias cognitivoconductua-
en EE.UU., bromocriptina, trazodona, neuro- les en los pacientes con dependencia de la
lépticos y otros. No hay pruebas convincen- cocaína son escasos. Los estudios con con-
tes de que ninguna de estas medicaciones tratos de contingencia, es decir, con compro-
resulte eficaz en esta indicación (San et al, misos de cumplimiento, han puesto de mani-
1996). fiesto la obtención de resultados positivos
durante el período en el que el contrato o
compromiso está en vigor, mejorando el
2.5. Psicoterapia en trastornos por cocaína cumplimiento terapéutico y la abstinencia. El
refuerzo social combinado con incentivos y la
Aunque hay abordajes psicoterapéuticos terapia de exposición a estímulos también
prometedores en estudios preliminares, no han merecido estudios. Las mejorías obteni-
hay ninguna modalidad de tratamiento para la das no suelen estar a la altura de los esfuer-
que se haya demostrado de manera uniforme zos terapéuticos empleados, por lo que hay
superioridad respecto a las demás en los claramente falta de eficiencia. Habría, por
pacientes con dependencia de la cocaína. tanto, cierta eficacia, pero escasa efectividad.
El conocido estudio de Carroll, Rounsaville La opinión que se está abriendo camino en
y colaboradores (1994) por el que se compa- medios científicos es que si el abordaje cog-
raba farmacoterapia y psicoterapia ya infería nitivoconductual en general y la prevención
la necesidad de desarrollar tratamientos de recaídas en particular han dado resultado
específicos para distintos subtipos de consu- en adicción a la nicotina, el psicoestimulante
midores de cocaína. De momento y sin del tabaco, entonces también debería ser útil
entrar en el tipo concreto de tratamiento psi- para abandonar el consumo problemático del
cosocial a indicar, lo que se acepta es que la estimulante cocaína (NIDA, 1998).
psicoterapia ambulatoria intensiva, a ser posi-
ble más de una vez por semana, centrada en
la estabilización de la abstinencia, sería el 2.5.2. Terapia psicodinámica
abordaje de elección (Karabanda et al, 1999). Todavía más escasos son los ensayos con-
La terapia familiar, la psicoterapia individual o trolados de tratamientos de orientación psi-
la terapia de grupo una vez por semana ten- codinámica del abuso o la dependencia de la
dería a ser insuficiente, y en cambio una fre- cocaína. Tanto en formato individual como de
cuencia a partir de dos veces por semana, grupo parece aumentar la tasa de retención,
con o sin medicación, mejoraría el resultado pero esto debe confirmarse con más datos
(Crits-Christoph et al, 1997). Cualquiera que de eficacia (NIDA, 1998).
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2.5.5. Grupos de autoayuda muy difícil la extrapolación de los resultados
En Estados Unidos de América suele utili- obtenidos.
zarse el abordaje del tipo “12 pasos” de Alco- Cuando se han creado las condiciones ade-
hólicos Anónimos, en el tratamiento de la cuadas controlándose las distintas variables
dependencia de la cocaína, que ha resultado que intervienen, se ha observado que los
útil para reducir la tendencia a las recaídas efectos farmacológicos del consumo de
(Wells et al, 1994). La participación en progra- cocaína dependen en gran medida de varia-
mas de autoayuda mejoraría los resultados, ciones situacionales, que los efectos de dosis
con independencia de otros factores relacio- relevantes de la droga no siguen un patrón
nados con el tratamiento (Weiss et al, 1996). lineal, y que una misma cantidad de la sus-
tancia puede presentar efectos muy diferen-
3. TRATAMIENTO INTEGRADO COMO tes, en función de si se toma en un lugar
TERAPIA DE CESACIÓN DEL CONSUMO familiar o extraño, en compañía de amigos o
DE COCAÍNA desconocidos, y si se asocia o no a consu-
mos de alcohol y demás psicotropos (Was-
hton, 1990a).
El consumo de cocaína conlleva alteracio-
Al margen de estas consideraciones, que
nes en las esferas cognitiva, emocional (esta-
nos ayudan a situar el tema desde una pers-
do de ánimo) y psicosocial beneficiarias de
pectiva más amplia, aquí nos centraremos en
diagnóstico y tratamiento y con una evolución
los aspectos terapéuticos de este tipo de
clínica aproximadamente predecible. También
consumo. En primer lugar, cabe decir que
con el consumo de cocaína, tal como siem-
una cosa es tratar las secuelas próximas o
pre ocurre en caso de problemas por consu-
remotas del consumo de cocaína, y otra es
mo de sustancias, la conceptualización de
enfermedad puede conducir a malpraxis si no tratar el hábito de “esnifar” rayas de cocaína
se abordan las condiciones psicosociales, o tomarse pastillas anfetaminoides siguiendo
interpersonales y de rol, que contextualizan el la ruta del “bakalao”. Esto último es precisa-
consumo, abuso, o dependencia de dichas mente lo que corresponde al concepto de
sustancias (Budney et al, 1991). terapia de cesación, que presenta una nota-
ble dificultad psicológica. En este sentido,
La cocaína se sabe que se asocia al uso
son de sobras conocidos los obstáculos moti-
recreativo. Se ha demostrado que el ambien-
vacionales que un dependiente de nicotina
te o setting en que el consumo tiene lugar va
debe salvar, tanto si decide cesar de fumar
a determinar en gran manera los efectos
con asistencia técnica o por si solo (Daley et
(Nowinski et al, 1994). Existe escasa literatu-
al, 1998).
ra acerca de los efectos de la cocaína en la
conducta social, lo que se explicaría por las Las estadísticas acerca de los hábitos de
dificultades metodológicas que comporta consumo de la población general nos mues-
dicho análisis (Shaner et al, 1997). Para ello tran que, en su historia natural, el consumo
sería necesario recrear in vitro el entorno en de cocaína decrece con la edad (Silverman et
que se desarrolla el uso, con sujetos volunta- al, 1996). Esto parece cumplirse menos en
rios que consumieran cocaína y en dosis los casos en que el consumo haya supuesto
estrictamente controladas. En la práctica, el primer peldaño en la toma de contacto con
dichos estudios se han basado en cuestiona- otras sustancias ilegales. En efecto, nos esta-
rios o entrevistas semiestructuradas, con mos refiriendo al clásico, aunque siempre
sujetos que en el momento de la evaluación polémico, concepto de escalada en el consu-
estaban, o parecían estar, abstinentes. No mo de drogas, en la que de forma clara inter-
había, por tanto, un entorno similar al del con- viene una presión grupal tendente a menos-
sumo y tampoco había un grupo control. preciar el riesgo de posibles dependencias
Dichas deficiencias técnicas hacen que sea posteriores.
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La terapia de cesación del consumo de tancia. En la práctica, una vez más, rigen los
cocaína requiere un estilo terapéutico semidi- mismos principios que en toda la psiquiatría
rectivo/directivo. Al principio, el terapeuta de la adicción, por lo que las técnicas aversi-
opta por una pasividad aparente, omitiendo vas serán una indicación secundaria o incluso
hacer muchas preguntas y planes. Puede que desechable.
quien consume cocaína no exprese quejas al Durante las dos o tres primeras semanas
respecto o no sea muy consciente de ellas. de desintoxicación, el cliente deberá acudir al
De ahí que no suela haber demanda de ayuda ambulatorio a diario, y si no es posible, cuan-
inmediata y explícita para dejar de consumir to más frecuentemente mejor. Es obvio que
cocaína; lo habitual es que se consulte por la ansiolisis farmacológica sólo tiene sentido
depresión (Ochoa, 2000). Esta realidad, tan mientras haya ansiedad. El médico no debe
distinta de la del heroinómano que urge dilatar el periodo de prescripción de benzo-
vehementemente la asistencia, le impone al diacepinas por el conocido problema de la
terapeuta una actitud inicialmente de acepta- dependencia, potencialmente grave. Sin
ción, para ulteriormente entrar en las posi- embargo, tampoco deberá acortarlo por exce-
bles clarificaciones y soluciones. La terapia so de alarma ante dicha yatrogenia, pues
de cesación que juzgamos posible, en la entonces podría quedar comprometido ya de
práctica únicamente indicada si hay fuerte entrada el éxito del tratamiento.
consumo continuado durante tiempo, puede
En cada sesión, si ello es factible, se toma-
esquematizarse como sigue.
rá muestra de orina para detección de cocaí-
El programa comienza con la desintoxica- na y otras sustancias consumidas en el entor-
ción ambulatoria del paciente, cosa que signi- no, con el doble propósito de comprobar si
fica abstinencia de cocaína y eventual admi- efectivamente hay abstinencia y, más que
nistración de ansiolíticos y/o antidepresivos. nada, alentar (refuerzo social) al paciente. El
Sucede como en cesación antitabáquica, en terapeuta, además, puede anticipar aconteci-
que también puede prescribirse benzodiace- mientos al paciente (que puede sobrevenir
pinas para neutralizar en sistema nervioso insomnio por nerviosismo, etc.), con lo que el
central el efecto psicoestimulante, pero siem- paciente recibe un mensaje de dominio técni-
pre con la cautela inherente al peligro de co que le tranquiliza, y le afianza así su senti-
dependencia de hipnótico-sedantes. do de seguridad en una abstinencia sólo muy
En terapia de cesación de consumo de recientemente adquirida. Más tarde, llegado
cocaína no disponemos de técnicas aversivas el momento en que se comprueba que la
como por ejemplo la técnica de fumar de orina está establemente limpia (drug free),
forma rápida en tabaquismo. Esto no nos incluso podrá haber muestras visibles de
debería preocupar, porque entre los inconve- satisfacción (alborozo) en el grupo terapéuti-
nientes de las técnicas aversivas se señalan co, con el consiguiente efecto reforzador.
las dificultades de mantenimiento de sus Superada esta primera etapa de la desinto-
resultados, debidas a que entonces el objeti- xicación, la monitorización terapéutica o des-
vo es meramente el de la interrupción o dis- habituación debe prolongarse todo el tiempo
minución de la conducta problema y no la ins- necesario. Como referencia sugerimos un
tauración de nuevas formas alternativas de año, tiempo durante el cual se seguirá apli-
conducta. Por eso, con el fin de lograr bue- cando técnicas de carácter psicológico, con
nos resultados, tales técnicas aversivas siem- el fin de poder favorecer dicho proceso.
pre deberían asociarse a otro tipo de inter-
venciones, de tipo individual o grupal, que
desde una vertiente positiva de activación de 3.1. Abordaje individual
los propios recursos personales de cada
paciente, modificara las atribuciones cogniti- Es probablemente la parte más importante
vas que da el sujeto a los efectos de la sus- dentro del abordaje destinado a la deshabi-
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Las sesiones terapéuticas grupales ofre- dure en el tiempo, formalmente estructurado,
cen un marco muy adecuado para el entrena- en nuestro medio. Los grupos de autoayuda
miento en técnicas de relajación así como se han desarrollado a partir de las experien-
para la prevención de otras posibles drogode- cias de los ya clásicos grupos de Alcohólicos
pendencias y la prevención de recaídas Anónimos. Se basan en el principio del apoyo
(Daley, 1993), puesto que rentabilizan las mutuo entre personas con un mismo proble-
intervenciones y favorecen la adquisición de ma, e inciden mucho en los aspectos emo-
habilidades sociales que después se extrapo- cionales de la relación persona-sustancia
larán a otro tipo de situaciones. (Nowinski et al, 1994).
Las intervenciones grupales deberían par-
tir, en teoría, de una adecuada selección de 3.3. Abordaje familiar
sus participantes, adoptando los criterios
más adecuados en función de los objetivos Cuando un profesional de la salud sospe-
perseguidos. Es evidente que hay que huir de cha que un menor de edad está utilizando
una aplicación de los mismos demasiado rígi- cocaína como cocaína y otras sustancias de
da e incluso defensiva por parte del terapeu- riesgo, debería confirmar el diagnóstico y
ta. Damos aquí, como ejemplo, tres criterios valorar los resultados tanto con el posible
de selección que creemos exigentes: no consumidor como con sus padres. Debería
deberían impedir la celebración de sesiones utilizar un discurso firme, de apoyo, y por
grupales tentativas, más flexibles: supuesto de índole no acusatorio. La inter-
1) Exclusión de psicopatologías incapacitan- vención debería aportar referentes apropia-
tes. En caso de diagnósticos duales dos para la rehabilitación, así como propiciar
(abuso de sustancias junto con trastornos un seguimiento posterior del caso.
psíquicos) se prioriza el seguimiento indivi- La educación global a la familia acerca de
dualizado. El equipo terapéutico siempre lo que representa el consumo de tóxicos y
hará una valoración personal de cada caso. sus riesgos, y la monitorización clínica del
2) Edades homogéneas: sujetos con un alto paciente en aras de la consecución de la abs-
historial de consumo no deberían coincidir tinencia son los primeros pasos para poder
con adolescentes recién iniciados, puesto concluir con éxito el proceso de rehabilita-
que las problemáticas asociadas tienen ción. Gran parte de las reglas del sistema
pocos puntos en común y por posible ries- familiar especifican la manera en que el joven
go de resultados contraterapéuticos. y allegados deben actuar, puesto que la fami-
3) Ausencia de consumos asociados de otras lia modela, canaliza y delimita la conducta del
drogas ilegales, pero no de tabaco y alco- joven.
hol (Brady et al, 1995). Dentro del amplio espectro de intervencio-
En la práctica, como sucede en los grupos nes con o para la familia que se desarrollan
terapéuticos con pacientes alcohólicos, hay en un servicio para drogodependientes, en
autoselección, tanto espontánea del mismo los casos de fuerte consumo de cocaína hay,
como mínimo, dos niveles diferentes de
paciente como orientada más o menos implí-
actuación: por un lado, el asesoramiento a la
citamente por el terapeuta que lleva el grupo.
familia, y por otro, mucho más complejo, la
Al margen de los grupos terapéuticos de integración de la familia dentro del tratamien-
carácter estructurado y que suelen estar diri- to del consumidor. Veamos cada uno de ellos:
gidos por un profesional, también existen
grupos de autoayuda para consumidores
de cocaína en los países anglosajones 3.3.1. Intervención informativa:
(Janowsky et al, 1999). En nuestro entorno No son pocas las demandas generadas por
es más difícil encontrarlos, hasta el punto de padres u otros familiares en relación a la posi-
que no tenemos noticia de ninguno que per- ble sospecha o falta de información sobre un
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ríamos asumir perfectamente (Braithwaite et que en los centros de nuestro país especiali-
al, 1995). Monitorizar metabolitos diana con zados en drogodependencias, tanto ambula-
repetidos e irregulares, no predecibles, con- torios como hospitalarios, la detección siste-
troles de orina constituye una indicación mática de cocaína y demás drogas de abuso
racional atendiendo a todas las premisas debería ser rutinaria. En un marco clínico
científicas y psicosociales contempladas en general, en cambio, este screening o cribado
este contexto. Los controles de orina funcio- sólo tiene sentido en las subpoblaciones de
nan, se muestran útiles y son, según la expe- drogodependientes, de enfermos psiquiátri-
riencia de la mayoría de profesionales, indis- cos y de pacientes de difícil diagnóstico, en
pensables. Esto no debería sorprendernos, especial entre adolescentes y adultos jóve-
pues se ha demostrado hasta la saciedad que nes (Washton, 1990c).
el tratamiento forzado, por orden judicial, de Para concluir señalar que cuando el Obser-
la heroinodependencia no es menos benefi- vatorio Europeo sobre las Drogas (Plan Nacio-
cioso que el tratamiento estrictamente volun- nal sobre Drogas, 2000) define operativamen-
tario (Crits-Christoph et al, 1997). Por tanto, te el consumo problemático de sustancias
hay que decir que es altamente terapéutico ilícitas, habla sobre todo de tres tipos de
el componente disuasivo –psicológicamente droga problemáticas que son la heroína, por
punitivo, en el sentido del efecto de reproche supuesto, pero también la cocaína y los anfe-
social que tiene sobre el interesado- del con- taminoides. Vemos, pues, que los trastornos
trol de orina para detección de sustancias por consumo de cocaína y sustancias de uso
como alcohol, benzodiacepinas, heroína, asociado constituyen un tema sin duda grave
cocaína, anfetaminas, y, en general, aquellas y preocupante, siendo a todas luces necesa-
sustancias en que hay mayor adecuación far- rio que sepamos ofrecer el mejor tratamiento
macocinética entre estos controles y los psi- posible a los numerosos pacientes que lo
cotropos a detectar (Galanter & Kleber, 1999). sufren y que no es otro que los tratamientos
Como es bien sabido, la motivación por farmacológico y psicosocial integrados en la
sanar se nutre fundamentalmente de dos práctica.
tipos de fuentes actitudinales. El primero es
el conjunto de atractores normativos que gra-
vitan sobre el paciente, como las ganas de BIBLIOGRAFÍA
curarse, de disfrutar de más bienestar, de
salir de la exclusión social, etc. El segundo
tipo de motivación es de índole evitativo y en American Psychiatric Association, Work Group on
términos de cesación del hábito no es menos Substance Use Disorders. Practice guidelines
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